MUSEO SANTA CLARA. ZAFRA (BADAJOZ)

Reportaje fotográfico realizado por Aníbal Clemente e Inma Estévez en el Museo de Santa Clara de Zafra, en Badajoz.

El Museo Santa Clara de Zafra es un museo público cuya temática (convento, nobleza y ciudad) se integra en un espacio monumental de los siglos XV al XVIII.

La Ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo, el Consejero de Cultura, Francisco Muñoz; el Alcalde de Zafra, Manuel García Pizarro y el Arzobispo Santiago García Aracil inauguraron el día 22 de enero de 2007 el espacio museístico del Monasterio de Santa María del Valle, más conocido como Convento de Santa Clara, que mostrará al público la riqueza de su colección histórico-artística y su arquitectura monumental, al tiempo que permitirá ver cómo es la vida en el convento. Unas mil piezas, una cuarta parte de las que posee el convento, son expuestas desde ese día en los apartados a los que han llamado: intramuros, la piedad nobiliaria, la urbe ducal, y el legado de la magnificencia.


El museo, que se ha incorporado a la Red de Museos de Extremadura, nace para mostrar un aspecto de la identidad de la región extremeña: la vida en un convento de clausura a través de los casi ya seis siglos de existencia del Monasterio y para recordar la memoria de la casa nobiliaria que hizo posible la Zafra que conocemos: la Casa de Feria, los Suárez de Figueroa. Además, muestra unas pinceladas sobre la historia de Zafra.


El Monasterio de Santa María del Valle fue mandado erigir por el I Señor de Feria, Gómez I Suárez de Figueroa en 1428 como panteón del linaje de los Suárez de Figueroa, bajo la advocación de la Virgen del Valle, patrona de la ciudad de Écija de donde procedía Lorenzo Suárez de Figueroa, XXXII Maestre de la Orden de Santiago y padre del I Señor de Feria. Se puebla con monjas clarisas procedentes de Tordesillas y las dos primeras abadesas serán dos de sus hijas. Desde hace casi seis siglos las clarisas han mantenido en pie este monasterio que hoy tenemos la inmensa suerte de poder ver gracias al museo. Fundado en la Segunda Regla de las clarisas, desde 1969 es de la Primera Regla, la regla original de la Santa Fundadora.


El Museo del Convento de Santa Clara de Zafra quiere mostrar lo que fue y es la espiritualidad y la sencillez de la vida claustral de las hermanas clarisas, lo que supuso para la comunidad histórica el patronazgo de la Casa de Feria y cómo el monasterio se ha ido integrando en la ciudad de Zafra y relacionado con sus gentes hasta la actualidad. Esas tres líneas temáticas (convento, patronazgo nobiliario y ciudad) se integran en un espacio expositivo monumental e histórico en el que se han distribuido de manera clara y coherente los cuatro capítulos de que consta la muestra:

Intramuros: este primer capítulo de la exposición, quiere mostrar el convento como espacio espiritual y de vida cotidiana; quiere dar a conocer quiénes fueron y son las monjas clarisas que habitan este monasterio; el capítulo está dividido para ello en cuatro ámbitos.

La piedad nobiliaria: los Suárez de Figueroa (Casa de Feria) son la familia nobiliaria a la que los Reyes de Castilla conceden el Señorío de Feria donde crean un estado nobiliario que ya en el siglo XV tiene a Zafra como centro del mismo. Desde entonces la villa será reflejo de su autoridad y de la largueza del linaje. Su espíritu religioso los llevará a fundar este monasterio en el año del Señor de 1428 en cuya iglesia tras su muerte encontrarán descanso. En su defensa de la fe de la contrarreforma será significativo el patronazgo tanto al Convento de Santa Clara, como a la Colegiata y a los conventos en los que despliega un intenso mecenazgo artístico. Con estas obras, la Casa de Feria buscaba adoctrinar en las verdades de la fe, mostrar su poder y magnificencia y alcanzar una recompensa en el más allá.

La urbe ducal: si los capítulos anteriores muestran cómo es un convento de clarisas y nos adentran en la historia de este convento y su vinculación con la Casa de Feria, este tercer capítulo vincula el convento con la ciudad en la que se encuentra. De ahí que este tercer capítulo del Museo esté dedica a la historia de Zafra.

El legado de la magnificencia: el cuarto capítulo del museo la constituye la iglesia conventual, a su vez Panteón de los Suárez de Figueroa. Pretende actuar de síntesis: que el visitante comprenda cómo ese pasado visto en los capítulos previos perdura y se materializa en un espacio religioso.

La iglesia monástica cuenta con los mismos espacios que una parroquial: una capilla mayor, el lugar donde está el altar y su retablo, la nave para los fieles laicos y la sacristía para revestirse los clérigos. A los que se suma, el coro de las monjas, aislado por una gruesa reja, un diminuto relicario y la capilla funeraria ducal.

Nota: El Museo contaba con una exposición temporal sobre la figura de Cervantes con motivo del IV Centenario de su muerte por eso os muestro una serie de imágenes donde se pueden observar retratos y obras de nuestro escritor más universal.

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