Descubren un mosaico monumental del siglo V en Siria mientras buscaban remanentes del Daesh

Parte del mosaico descubierto en Siria - Dgam.gov.sy

Un mosaico de grandes dimensiones y que data del siglo V d.C ha sido hallado en el sitio arqueológico de Aquirabat, en la provincia central siria de Hama, informó hoy la Dirección General de Antigüedades y Museos del país árabe en un comunicado en su página web.
Con 450 metros cuadrados, el mosaico es el segundo mayor descubierto en Siria y fue encontrado hace tres meses en los restos de una iglesia.

Arqueólogos trabajando en el yacimiento de Aquirabat-Dgam.gov.sy.

La pieza está integrada en el suelo del templo y contiene teselas de colores que forman motivos geométricos y figuras vegetales y animales, como palomas, ovejas, peces y pavos.
Asimismo, contiene catorce textos integrados en el marco del mosaico y escritos en griego con los nombres de los mecenas de esta obra.

La pieza está integrada en el suelo del templo y contiene teselas de colores que forman motivos geométricos y figuras vegetales y animales.

El yacimiento arqueológico de Aquirabat fue descubierto hace tres meses cuando el ejército sirio peinaba la zona en busca de remanentes del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Ante este hallazgo los militares informaron a las autoridades de las antigüedades del país que han trabajado para recuperar el mosaico y trasladarlo al Museo Nacional de Hama.


Fuente: abc.es | 26 de abril de 2018

Demuestran la existencia de una diferenciación de género en rituales funerarios hace 4.000 años en Andalucía Occidental

Recientes investigaciones llevadas a cabo desde el Departamento de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Sevilla, demuestran la existencia de una diferenciación de género en los rituales funerarios realizados en Andalucía Occidental hace 4.000 años.

Según los estudios completados por el arqueólogo e investigador Jacobo Vázquez Paz (izquierda), en el marco del grupo de investigación 'Hum-650: ReligioAntiqua', en las primeras sociedades de la Edad del Bronce del Bajo Guadalquivir, esta población del final de la Prehistoria andaluza recibió un tratamiento funerario y unos rituales plenamente marcados por su pertenencia al género masculino o femenino.

Estos resultados se apoyan en análisis de Carbono 14, estudios de los huesos humanos y el propio registro arqueológico. Vázquez Paz indica al respecto que "el examen de los restos óseos, procedentes de yacimientos de las provincias de Sevilla y Huelva, manifiestan que los cuerpos de los fallecidos fueron velados al menos durante 48 horas antes de ser enterrados y que, en virtud de su género, fueron depositados de diferente manera en la sepultura".

El arqueólogo añade que dichos restos eran acompañados de ajuares cerámicos, metálicos y de animales depositados, asimismo, en base al género del individuo. "Interesante es el hecho de documentar la aparición en fosas y cistas (tumbas de piedras) de sepulturas destinada a fetos y neonatos, lo cual revela que los mismos son reconocidos socialmente desde el alumbramiento o incluso durante la gestación", apunta Vázquez Paz.

Este dato pone de manifiesto que los niños en esta antigua cultura de la Baja Andalucía estaban considerados como personas integradas en la familia y en la sociedad, de ahí que tuvieran derecho a una sepultura para su recuerdo. Tales revelaciones han quedado demostradas en el curso de los trabajos efectuados en el yacimiento del Cortijo de Chichina, sito en la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, por el que fuera director del Museo Arqueológico de Sevilla, Fernando Fernández.

Enterramiento de la Edad del Bronce.

Del mismo modo, las investigaciones se han desarrollado por varios equipos en las también localidades hispalenses de Salteras y Carmona, así como en Huelva capital y en la población onubense de Beas. Todos estos descubrimientos, junto con detalles adicionales igualmente importantes de los enterramientos, serán dados a conocer por el propio Jacobo Vázquez Paz, este sábado 28 de abril, en la conferencia titulada 'La cista deChichina. Rituales funerarios de la Edad del Bronce', que con entrada gratuita hasta completar aforo para todos los asistentes, se desarrollará a partir de las 12,00 horas en el Museo Arqueológico de Sevilla.

"Estamos ante la revelación de uno de los miles de detalles del rico patrimonio arqueológico de Andalucía, que podrían estar investigándose si existiera una financiación pública adecuada. Hay una mala financiación que impide que el solar de lo que, posteriormente sería la cultura tartesia, sea todo lo estudiado que podría llegar a ser con una buena gestión pública y privada", ha concluido Vázquez Paz.

Fuente: lavanguardia.com | 26 de abril de 2018

«Cerámica producida en Lucus Augusti aparece hasta en el valle del Ebro»

Los organizadores de las Xornadas Internacionais de Cerámica Antiga no Noroeste Peninsular que estos días se celebran en Lugo destacan, desde los preparativos, su nombre como de especial relevancia en este congreso.

Ana Martínez Salcedo es la presidenta de la Sociedad de Estudios para la Cerámica Antigua en Hispania. Es una arqueóloga que se inició en este campo con el profesor Antonio Rodríguez Colmenero, maestro de muchos de los especialistas que operan en Lugo desde los años 80 del siglo pasado. Señala que Lucus Augusti fue un gran centro de producción y comercialización de cerámica, que llegó, resalta hasta Braga, el valle del Ebro y la meseta. Ayer, dejó por unos minutos una de las conferencias que se desarrollan en O Vello Cárcere para responder a las preguntas de La Voz.

-Parece de general aceptación la importancia de Lucus Augusti como centro productor de cerámica...
-Si, por un lado, a partir de los años 80 del siglo pasado, a medida que se fueron efectuando excavaciones arqueológicas, aparecieron numerosos alfares; se localizaron más de 40 hornos. En este campo, fue y es importantísimo el estudio de Enrique Alcorta. Por otro lado, a medida que pasaban los años se localizaban más piezas de cerámica fabricada en Lucus Augusti en Braga, la meseta, y el calle del Ebro.

-¿Qué valor real tienen iniciativas como estas jornadas que se desarrollan en Lugo?
-Facilitan el contacto entre investigadores, se publican los resultados de estos encuentros y dan pie para otras investigaciones. Ahora mismo (se refiere a la conferencia que se desarrollaba en ese momento) se está hablando de cerámicas que proceden del sur de Aquitania y que, por cabotaje, llegan a la costa de Lugo y a la propia ciudad en los siglos IV y V. Pero, en síntesis, estos encuentros permiten establecer relaciones de colaboración entre los investigadores.

-Y también abrir nuevas vías de investigación...
-Sí, por ejemplo, conocer hábitos de alimentación, las costumbres en general, los hábitos culturales. La colaboración con geólogos y químicos permite ver la procedencia de los productos y analizar residuos que nos indican modos de alimentación.

-¿Qué tipo de cerámica se producía en Lucus Augusti?
-Bueno, en Lugo hay especialistas que saben mucho de esto, pero, sobre todo, cerámicas comunes: recipientes que sirven para cocinar. La de Lugo probablemente se exporta por sus buenas cualidades en relación con el fuego. Pero también se hacen imitaciones de vajillas finas; se copia o imita lo que se hace en el imperio.

-Lugo tiene, pues, un considerable patrimonio histórico de origen romano en la cerámica. Pero, ¿cómo se puede rentabilizar socialmente?
-Cuando en el mundo de la arqueología se estudian restos de grandes monumentos, puede ser relativamente fácil encontrar el modo de rentabilizar socialmente este tipo de patrimonio. En algo como la cerámica, hay que buscar la manera de explicarlo, de usarlo para mostrar cómo era la vida de las personas. Hay que hacer un esfuerzo para dar a conocer la importancia de estos hallazgos, de estas investigaciones. Jornadas como estas ponen en contacto a especialistas de otros campos; entre los asistentes hay personas interesadas en el mundo de la cerámica al margen de lo arqueológico.

-El esfuerzo institucional en ese campo es mejorable...
-En esto son muy importantes la labor en equipo y las becas de investigación. En el País Vasco (donde trabaja) esa parte la cubren las instituciones y cada año se sigue fomentando la investigación. Las ayudas siempre son pocas y el rendimiento nunca es a corto plazo. Un problema de la arqueología es que las salidas laborales son pocas, son muy difíciles.

Una entidad de ámbito peninsular con nueve años de experiencia

La Sociedad de Estudios para la Cerámica Antigua en Hispania es una institución de ámbito peninsular sin ánimo de lucro, constituida en Madrid el 22 de abril de 2009. Entre sus fines está promover la localización, excavación, estudio, divulgación, restauración y conservación de los centros de producción cerámica de la Antigüedad en Hispania.

-¿Quién forma parte de esta sociedad?
-Participan catedráticos, profesores de universidad, especialistas de museos, arqueólogos y otros investigadores.

-¿Dónde tiene su sede?
-Esta sociedad no tiene una sede fija.

Conferencias sobre las redes de distribución en época romana

La jornada de hoy en el congreso sobre cerámica antigua se abre precisamente con una conferencia sobre la comercialización: Roma y el mare externum. Reflexiones sobre navegación y comercio en el Atlántico, a cargo de Carmen Fernández Ochoa, catedrática de Arqueología en la Universidad Autónoma de Madrid.

Ángel Morillo Cerdán y Rui Manuel Lopes de Sousa Morais (catedrático de la Complutense de Madrid, y doctor en Arqueología de la Universidade do Porto, Portugal, respectivamente) disertarán sobre Ánforas y lucernas en el cuadrante noroeste de la península ibérica.

Después, se abordará el tema Tritium Magallum ? Lucus Augusti: una ruta comercial en ambas direcciones, por Pilar Sáenz Preciado, doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza.

Fuente: lavozdegalicia.es | 27 de abril de 2018

Descubren una misteriosa estela de la Edad del Bronce en Cañaveral de León (Huelva)

La Consejería de Cultura ha confirmado el hallazgo en Cañaveral de León de una estela diademada perteneciente a la Edad del Bronce y que podría tener entre 4.000 y 4.500 años de antigüedad según apuntan las primeras investigaciones. Una estela es un monumento conmemorativo, generalmente de piedra como la hallada en este municipio, que se erige sobre el suelo en forma de lápida, de pedestal o de columna.

Se trata del primer hallazgo en Huelva de una pieza de este tipo. El director general de Bienes Culturales y Museos, Marcelino Sánchez, ha destacado que "encontrar una estela que aporte esta cantidad de elementos, es muy significativo”.

Sánchez ha explicado que esta pieza “puede estar relacionada con posibles enterramientos, pues se usaría como una gran losa plana”. “Es posible que perteneciese a un cerro cercano y fuese trasladada a este camino”. La estela diademada apareció entre el 9 y el 13 de abril aparece en unas obras en el Camino de las Capellanías, pero no es hasta el día 17 cuando uno de los obreros se da cuenta de que dicha piedra tiene como un dibujo. Posteriormente, fue trasladada al ayuntamiento, donde está custodiada actualmente, donde ha sido inspeccionada por varios arqueólogos.

El director general ha señalado también que “los investigadores tienen ahora un buen campo para localizar más material con el que poder ilustrar esta época”. Además, ha aclarado que “no está completa, pero es un fragmento muy importante. Estaríamos hablando de una estela importante de 1’30 metros de altura aproximadamente”.

El grabado sobre la piedra hallado ha sido realizado mediante técnica de piqueteado, en una roca de forma rectangular, curvada en su parte superior, con unas dimensiones de 97 centímetros, 67 de ancho y unos 22 de grosor, con un peso aproximado de unos 400 kilos. El grabado es una representación antropomorfa de una cabeza con rostro, un torso y la mano izquierda.

Está coronada por una doble diadema, y en su lado derecho puede verse un elemento trapezoidal, probable una fíbula (pieza que se usaba para unir las piezas de un vestido) y lo que los autores identifican como peine o elemento musical. Al cuello lleva un pequeño collar de cuentas y el torso parece cubierto por un elemento de protección. Sobre la mano izquierda aparece un elemento esférico, que algunos autores identifican con espejos y tres pequeñas cazoletas.

La pieza será trasladada en breve al Museo de Huelva por una empresa especializada, tal y como marca la normativa, para su estudio en profundidad.

Fuente: Lucía Vallellano, Huelva | Cadena SER, 29 de abril de 2018

Nueva datación del misterioso ídolo de Shigir, dos mil años más antiguo de lo que se pensaba

Credit: Antiquity (2018). DOI: 10.15184/aqy.2018.48

Un grupo de mineros rusos descubrió una figura con forma humana, hecha de madera, en 1894, en los montes Urales. Con una altura de casi cuatro metros, fue bautizada en aquel momento con el nombre de 'ídolo de Shigir'. Hubo que esperar hasta 1990 para que unos estudios, realizados con dataciones por radiocarbono, fijaran su antigüedad en 9.900 años.

Fuentes: SiberianTimes / TheVintageNews

Ahora un nuevo análisis, realizado por investigadores de la Agencia Estatal de Patrimonio de Baja Sajonia, en Alemania, ha revelado esa datación se había quedado corta, ya que los estudios solo incluían dos piezas de la figura. Así que los científicos hicieron un nuevo análisis más exhaustivo y descubrieron que el ídolo de Shigir es mucho más antiguo de lo que se pensaba, con aproximadamente 11.500 años de antigüedad, lo que significa que se construyó justo después de la última Edad de Hielo.


Fuentes: SiberianTimes / TheVintageNews

Esta fecha convierte el ídolo de Shigir tenga más del doble de la edad de la Gran Pirámide de Egipto, que fue construida alrededor del 2550 a.C.

Las marcas son un misterio

Los primeros análisis demostraron que estaba hecho enteramente de madera de alerce y que se construyó a partir de varios trozos. Se mantuvo preservado durante miles de años debido a las propiedades antimicrobianas que se encuentran en la turba. El ídolo también se cubrió extensamente con marcas, algunas de las cuales representaban rostros humanos pequeños. Hasta el día de hoy, nadie sabe qué representan la mayoría de las marcas.

Credit: Public Domain

Algunas de las piezas originales del ídolo se habían perdido. Los expertos han estudiado las tallas a lo largo de los años, y muchos han sugerido que probablemente representen una forma de arte, posiblemente relacionada con actividades espirituales o religiosas.


La figura suele estar en el Museo Regional de Sverdlovsk, en Rusia, pero se llegó a un acuerdo para que fuese enviado a Alemania, donde fue estudiado, junto con otro material original encontrado en la turbera. En concreto, otra cara tallada en la madera.

Numerosas caras ocultas

Además de actualizar la fecha de la escultura, los investigadores encontraron una cara previamente desconocida tallada en ella, dijo el co-investigador del estudio Thomas Terberger, arqueólogo de la Agencia Estatal para el Servicio de Patrimonio de Baja Sajonia, en Hannover, Alemania.


"Es un milagro que el ídolo de Shigir haya sobrevivido todo este tiempo", aseguró Thomas Terberger, arqueólogo de la agencia Live Science.

"Cuando visité el Museo Regional de Sverdlovsk, por primera vez, quedé completamente sorprendido al ver esta gran escultura de madera expuesta", dijo Terberger. "Si te acercas a ella, notarás que el 'cuerpo' está decorado con ornamentación geométrica y con algunas caras humanas pequeñas".



Unos 20 años después de su descubrimiento, el investigador Vladimir Yakovlevich Tolmachev dibujó las ilustraciones del ídolo, que mostraron las cinco caras de la estructura, añadieron los investigadores del nuevo estudio. En 2003, la coinvestigadora del estudio Svetlana Savchenko, científica del Museo Regional de Sverdlovsk, encontró una sexta cara similar a un animal con una nariz rectangular.


Al igual que un juego de imágenes escondidas, el ídolo sorprendió a los investigadores nuevamente en 2014, cuando Savchenko y el investigador principal del estudio, Mikhail Zhilin, arqueólogo del Instituto de Arqueología de Moscú, descubrieron una séptima cara oculta en la madera retorcida.

Mitos y dioses

Estos hallazgos muestran que los primeros cazadores, recolectores y pescadores de Eurasia estaban haciendo arte espiritual durante el Mesolítico. "Una escultura tan grande era visible para la comunidad de cazadores-recolectores y podría haber sido importante para demostrar su ascendencia", dijo Terberger. "También es posible que estuviera relacionada con mitos y dioses concretos, pero es difícil de probar".



Terberger notó que muchos investigadores que estudian a los primeros humanos se enfocan en la Media Luna Fértil en el Medio Oriente. Pero el ídolo de Shigir indica que estos investigadores deberían ampliar su búsqueda, dados los "inesperados y complejos objetos monumentales de madera" de los Montes Urales.


El estudio fue publicado esta semana en la revista Antiquity.

Fuente: M. Palmero | El Confidencial, 29 de abril de 2018

Descubren en Perú un antiguo sacrificio masivo de niños que podría ser el más grande del mundo

Las víctimas de un evento desesperado, un niño (izquierda) y una cría de llama (derecha), fueron parte de la matanza en forma de sacrificio de más de 140 niños y más de 200 llamas en la costa norte del Perú alrededor de 1450 d. C. Foto de GABRIEL PRIETO.

Evidencias del más grande sacrificio masivo de niños de América –y probablemente de la historia mundial-, ha sido descubierto en la costa norte de Perú, según informaron arqueólogos de National Geographic.

Más de 140 niños y 200 llamas jóvenes parecen haber sido sacrificados en el marco de un ritual, en un evento que ocurrió hace unos 550 años en un acantilado azotado por el viento, con vista al océano Pacífico, a la sombra de lo que en ese entonces era la capital en crecimiento del Imperio Chimú.

Las investigaciones científicas del equipo interdisciplinario internacional liderado por el explorador peruano de National Geographic, Gabriel Prieto (izquierda) de la Universidad Nacional de Trujillo, y John Verano (derecha), de la Tulane University (Universidad Tulane), se encuentran en curso. El trabajo está financiado por la National Geographic Society.

Aunque se han registrado incidentes de sacrificios humanos entre los aztecas, los mayas y los incas, en las crónicas españolas de la era colonial y se han documentado en excavaciones científicas modernas, el descubrimiento de un evento de sacrificios de niños a gran escala en la poco conocida civilización precolombina Chimú es un hallazgo sin precedentes en América, sino en todo el mundo.
“Personalmente, no lo esperaba”, reconoce Verano, un antropólogo físico que ha trabajado en la región durante más de tres décadas. “Y creo que nadie más se lo podría haber imaginado”, agrega.
Los investigadores están en el proceso de enviar un informe con los resultados científicos del descubrimiento a una publicación científica revisada por pares.

En el transcurso de un día, los arqueólogos descubrieron los restos de más de una docena de niños preservados en arena seca durante más de 500 años. La mayoría de las víctimas del ritual tenían entre 8 y 12 años cuando murieron. Foto de GABRIEL PRIETO.

Un saldo sorprendente y un final trágico

El lugar de los sacrificios, conocido formalmente como Huanchaquito-Las Llamas, se encuentra ubicado en un acantilado bajo, a poco más de 300 metros sobre el nivel del mar, en medio de un complejo de viviendas residenciales en expansión, en el distrito de Huanchaco, al norte de Perú. A menos de un kilómetro al este del lugar, se encuentra el sitio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, Chan Chan, el antiguo centro administrativo chimú, y más allá de sus paredes, la capital provincial moderna de Trujillo.

En su pico, el Imperio Chimú controlaba un territorio de aproximadamente mil kilómetros de largo que se extendía por la costa del Pacífico y los valles interiores desde la frontera moderna entre Perú y Ecuador hasta Lima.

Solamente los incas comandaron un imperio más grande que el Chimú en la Sudamérica precolombina, y las fuerzas superiores de los primeros le pusieron al segundo grupo, alrededor del año 1475 d. C.

Huanchaquito-Las Llamas (que los investigadores generalmente llaman “Las Llamas”) llegó por primera vez a los titulares en 2011, cuando se encontraron los restos de 42 niños y 76 llamas durante una excavación de emergencia dirigida por el coautor del estudio, Prieto. Arqueólogo y nativo de Huanchaco, este explorador estaba excavando un templo de 3500 años de antigüedad, en la ruta que lleva al lugar del sacrificio, cuando los residentes locales lo alertaron, por primera vez, de la presencia de restos humanos que se erosionaban en las dunas costeras cercanas.

Para cuando finalizaron las excavaciones en Las Llamas en 2016, se habían descubierto en el sitio más de 140 restos de niños y 200 llamas jóvenes. Por medio de datación con radiocarbono, se determinó que las sogas y los productos textiles que se encontraron en las tumbas se remontaban a una época que podría estar entre el 1400 y el 1450.

Los asentamientos humanos a lo largo de la costa norte de Perú son susceptibles a las interrupciones climáticas causadas por los ciclos climáticos de El Niño. Imagn de SOREN WALLJASPER, NG STAFF.

Una imagen satelital muestra la proximidad entre el sitio de sacrificio de Huanchaquito-Las Llamas y las extensas ruinas de la antigua capital Chimú de Chan Chan. Foto de GOOGLE EARTH, 2018 DIGITAL GLOBE.

Extracción del corazón

Los restos esqueléticos de los niños y los animales muestran evidencias de cortes en el esternón, así como también dislocaciones de las costillas, lo que sugiere que el pecho de las víctimas se abrió y se separó, quizás para facilitar la extracción del corazón.

Los restos de tres adultos -un hombre y dos mujeres-, se encontraron cerca de los niños y los animales. Los signos de traumatismo posiblemente realizados con un objeto romo en la cabeza y la falta de objetos en las tumbas de los cuerpos adultos, han llevado a los investigadores a sospechar que podrían haber tenido algún papel en el evento de los sacrificios y se les dio muerte poco después.
Los 140 niños sacrificados tenían edades que iban desde los 5 hasta los 14 años; y la mayoría tenía entre 8 y 12 años. En mayor medida, fueron sepultados mirando hacia el oeste, hacia el mar. Las llamas tenían menos de 18 meses de edad y por lo general se enterraron mirando hacia el este, hacia los altos picos de los Andes.

Prieto y Verano dedicarán muchas más temporadas a la investigación en el laboratorio, analizando restos e intentando explicar las posibles motivaciones detrás de este evento sin precedentes en la historia de la humanidad. Foto de GABRIEL PRIETO.

Huellas esparcidas congeladas en el tiempo

Los investigadores creen que todas las víctimas -seres humanos y animales- fueron sacrificadas en el marco de un ritual, en un único evento, según la evidencia obtenida de una capa de lodo seco encontrada en la zona oriental, menos revuelta, de casi 700 metros cuadrados. Ellos creen que la capa de lodo alguna vez cubrió toda la duna arenosa donde el ritual tuvo lugar, y se revolvió durante la preparación de las fosas de entierro y el acto de sacrificio subsiguiente.
Los arqueólogos descubrieron huellas de sandalias de adultos, perros, niños descalzos y llamas jóvenes preservadas en la capa de lodo, con marcas profundas de frenadas que ilustran hasta dónde se les puede haber obligado a enfrentarse a su fin.

Un análisis de sus huellas también puede permitir a los arqueólogos reconstruir la procesión ritual. Aparentemente, se guió a un grupo de niños y llamas al sitio, desde los extremos norte y sur del acantilado, reuniéndolos en el centro del lugar, donde se los habría sacrificado y enterrado. Los cuerpos de algunos niños y animales simplemente se dejaron en el lodo húmedo.

El arqueólogo peruano Gabriel Prieto, el segundo desde la izquierda, excava el lote costero donde el ritual tuvo lugar hace más de 500 años. Su labor es formar a los estudiantes que se convertirán en la próxima generación de científicos para documentar la historia de Huanchaco. Foto de GABRIEL PRIETO.

¿Un evento sin precedentes?

Si la conclusión de los arqueólogos es correcta, Huanchaquito-Las Llamas puede constituir una evidencia científica convincente del mayor sacrificio masivo de niños conocido en la historia mundial.

Hasta ahora, el más grande del cual se cuenta con evidencias es el sacrificio y entierro de forma ritual de 42 niños en el Templo Mayor en la capital azteca de Tenochtitlán (actualmente, Ciudad de México).

El descubrimiento de niños víctimas de sacrificio individuales, obtenido de los rituales incas en la cima de la montaña, también ha captado la atención mundial.
Fuera de América, los arqueólogos debaten si los restos de niños encontrados en la ciudad fenicia de Cartago constituyen un sacrificio de forma ritual y, de ser así, si dichos actos rituales tuvieron lugar a lo largo de décadas o incluso siglos.

Los investigadores continúan desentrañando los eventos en Las Llamas, y esperan finalmente explicar por qué y cómo los humanos apelaron a lo sobrenatural en un intento de controlar un mundo natural impredecible. FOTO DE GABRIEL PRIETO.

Sin embargo, John Verano hace énfasis en que es extremadamente difícil encontrar en contextos arqueológicos tal evidencia contundente de actos de sacrificio masivo deliberado y único, como estos que se han descubierto en Las Llamas.

El análisis de los restos de Las Llamas muestra que se sacrificaron niños y llamas con cortes transversales congruentes y eficientes a lo largo del esternón. La falta de cortes vacilantes (“inicio erróneo”) indica que fueron realizados por una o más manos entrenadas. “Se trata de un sacrificio en forma de ritual, y es muy sistemático”, asegura Verano.

El sacrificio humano se ha practicado en casi todos los rincones del mundo en varias épocas, y los científicos creen que el ritual puede haber jugado un papel importante en el desarrollo de sociedades complejas, a través de la estratificación social y el control de población por parte de clases sociales pertenecientes a la élite.

No obstante, la mayoría de los modelos sociales que practican el sacrificio humano, se basan en el sacrificio de forma ritual de adultos, apunta Joseph Watts, un investigador postdoctoral de la University of Oxford (Universidad de Oxford) y del Max Planck Institute for the Science of Human History (Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia de la Humanidad).
“Creo que es claramente más difícil explicar el sacrificio de niños”, reconoce… “También a nivel personal”, agrega después de una pausa.

Negociación con fuerzas sobrenaturales

El sacrificio masivo de solamente niños y llamas jóvenes que ocurrió en Las Llamas parece ser un fenómeno que antes era desconocido en los registros arqueológicos, y que inmediatamente hace que se formule la siguiente pregunta: ¿Qué pudo motivar a los chimú a cometer un acto semejante?
Prieto admite que esta es generalmente la primera pregunta con la que se encuentra cuando se comparte su investigación realizada en Las Llamas con colegas científicos y con la comunidad local.
“Cuando la gente escucha lo que ocurrió y su magnitud, lo primero que siempre me preguntan es el por qué”, admite.

La capa de lodo que se encontró durante las excavaciones puede proporcionar una pista, dicen los investigadores, quienes sugieren que fue el resultado de lluvias e inundaciones intensas en la línea costera, generalmente árida, y probablemente asociadas a un evento climático relacionado con El Niño.

El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es un patrón climático que calienta y enfría el océano Pacífico tropical. Durante una fase cálida de El Niño, las temperaturas de la superficie (en rojo) se extienden a lo largo del ecuador, provocando lluvias torrenciales y causando estragos en las pesquerías costeras. Los investigadores sugieren que el evento de sacrificio en Las Llamas pudo haber sido un intento de apaciguar a los dioses y mitigar los efectos de un gran evento de ENOS que ocurrió alrededor de 1400 1450 d. C. Foto de NOAA.

Las temperaturas marinas elevadas, características de El Niño, probablemente alteraron la pesca marina en el área, mientras que las inundaciones costeras podrían haber desbordado la extensa infraestructura de canales de agricultura de los chimú. Estos, sucumbieron a los incas sólo décadas después de los sacrificios en Las Llamas.

Haagen Klaus (derecha), un profesor de antropología en la George Mason University (Universidad George Mason), ha excavado algunas de las primeras evidencias de sacrificios infantiles en la región, de los siglos X a XII en el sitio de Cerro Cerillos en el Valle de Lambayeque, al norte de Huanchaco. El bioarqueólogo, que es miembro del proyecto Las Llamas, sugiere que las sociedades a lo largo de la costa del norte de Perú pueden haber recurrido al sacrificio de los niños cuando el de adultos no fue suficiente para ahuyentar las molestias repetidas causadas por el fenómeno de El Niño.

“La gente sacrifica aquello que considera más preciado”, explica. Y añade: “Es posible que hayan visto que [el sacrificio de adultos] no era eficaz. Seguía lloviendo. Quizás era necesario pensar en un nuevo tipo de víctima para los sacrificios”.

“Es imposible saberlo sin una máquina del tiempo”, dijo Klaus, y agregó que el descubrimiento de Las Llamas "es importante porque se suma a nuestro conocimiento sobre la violencia ritual y las variaciones de sacrificios de seres humanos en los Andes".
“Existe la idea de que los sacrificios de forma ritual son contractuales, que se realizan para obtener algo de las deidades sobrenaturales. Pero en realidad es un intento mucho más complicado de negociación con esas fuerzas sobrenaturales y su manipulación por parte de los vivos”, añadió.

Durante la ceremonia, a muchos de los niños se les embadurnó el rostro con un pigmento rojo a base de cinabrio antes de que se les abriera el pecho, probablemente para quitarles el corazón. Las llamas de los sacrificios parecen haber tenido el mismo destino. Foto de GABRIEL PRIETO.

Historias futuras de las víctimas del pasado

Ahora, el equipo científico que investiga los sacrificios de Las Llamas está realizando el trabajo meticuloso de descubrir las historias de vida de las víctimas, como quiénes eran y de dónde podrían haber venido.

Aunque es difícil determinar el sexo de acuerdo con los restos esqueléticos de tan corta edad, los análisis preliminares de ADN indican que tanto los niños como las niñas fueron víctimas, y el análisis isotópico indica que no todos provenían de poblaciones locales, sino que probablemente eran de diferentes grupos étnicos y regiones del Imperio Chimú.

Con el apoyo de National Geographic, Gabriel Prieto, arriba, y John Verano, abajo, han pasado varias temporadas excavando el sitio de sacrificios de Las Llamas. Foto de JOHN VERANO.

Las evidencias de modificaciones del cráneo, practicadas en algunas áreas de las tierras altas de esa época, también corroboran la idea de que los niños eran llevados hasta la costa desde áreas alejadas de la influencia chimú.

Desde el descubrimiento en Las Llamas, el equipo de investigación ha encontrado evidencias arqueológicas alrededor de Huanchaco, en sitios contemporáneos similares al sacrificio de niños y llamas, que son objeto de investigaciones científicas en curso con el apoyo de National Geographic Society.

“Las Llamas ya es un lugar único en el mundo, y hace que uno se pregunte cuántos otros lugares como este puede haber en el área para futuras investigaciones”, apunta Prieto. “Esto podría tratarse solamente de la punta del iceberg”, concluye.

Fuente: National Geographic | 26 de abril de 2018

El antisemitismo en tiempos de la Peste Negra

Quema de judíos en la hoguera

El horror a la Peste Negra provocó matanzas de judíos por toda la Europa medieval.

A finales del siglo XIV tuvo lugar en toda Europa una brutal epidemia de peste que acabó, en muchas zonas, con más del 50% de la población. Las gentes de aquella época creyeron que había llegado el Apocalipsis y que la Providencia castigaba así a los hombres por todos sus pecados. El infierno se hacía realidad sobre la Tierra sembrando de cadáveres y apestados las sucias y abarrotadas calles de las grandes ciudades y de los pequeños pueblos de un extremo al otro del continente…
 
El hombre medieval estaba sin duda acostumbrado a los contratiempos del destino. Los periodos de hambrunas, carestías de todo tipo y guerras eran algo habitual. Sin embargo, nadie podía imaginarse que la muerte, aquella figura tenebrosa que comenzó a partir de entonces a representarse embozada, siempre acechante entre las sombras, se llevaría por delante a millones de almas como consecuencia del mayor desastre epidémico de la historia: la peste negra.
Todo comenzó en el año 1348, cuando la misteriosa enfermedad, como si de una plaga apocalíptica se tratara, se cebó con la indefensa población de casi todo el continente europeo, asolando ciudades y pueblos enteros y sembrando de cadáveres los campos y las calles de las grandes urbes. La muerte negra, como empezó a conocerse, acabó con casi la tercera parte de la población europea. Los cuatro jinetes del Apocalipsis se abatían contra los hombres como nunca antes lo habían hecho. Para las supersticiosas mentalidades de la época era el comienzo del fin del mundo, y la sensación de pánico generalizado sólo era comparable, salvando las distancias, a la que se vivió en el umbral del año 1000.

Orígenes inciertos

Occidente no se enfrentaba a una epidemia completamente nueva, pues ya en el siglo VI un brote de la enfermedad, conocido como “Peste de Justiniano” asoló gran parte del Imperio Bizantino. Y aunque causó numerosos estragos, no fue comparable, en cuanto a virulencia y catastrofismo, con la pandemia vivida entre 1348 y 1351.
Existen discrepancias entre los historiadores sobre cuál fue realmente el punto de origen de la peste medieval, aunque la mayoría coincide en aceptar que pudo partir de la región de Yunnan, en el sudeste de China, transmitida a través de las caravanas asiáticas que recorrían el Imperio mongol en parte de la Ruta de la Seda. En 1387, millones de personas estaban muriendo en China, la India y en gran parte de las tierras del Islam. A Europa llegaban rumores sobre una terrible enfermedad acompañados de descripciones apocalípticas sobre el origen de la epidemia, como lluvias de ranas y serpientes, tormentas con fuertes granizadas y rayos y finalmente un humo hediondo y truenos espantosos.

Ese mismo año, el mal debió de entrar en contacto con los europeos en el puerto de Caffa –hoy Teodosia–, entonces colonia de Génova en el Mar Negro, hacia donde acudían las numerosas caravanas citadas. Poco después, la ciudad fue asediada por elkhan tártaro Djani Beck, quien se vio obligado a levantar el sitio cuando una misteriosa plaga –la temible peste negra– comenzó a matar sin miramientos a sus tropas. Al general se le ocurrió entonces la brillante y terrible idea de lanzar al interior de la ciudad mediante catapultas los cadáveres pestilentes de centenares de sus soldados, treta mediante la cual pretendía “envenenar a los cristianos” y, como si de una pionera guerra bacteriológica se tratara, logró que la muerte negra penetrara en Caffa. Después, doce galeras ocupadas por genoveses que habían contraído la enfermedad arribaron al puerto de Mesina (Italia) en octubre de 1387 y propagaron la peste de forma increíblemente rápida, mientras otros barcos, también infectados, llegaban desde Oriente a Génova y Venecia. Cuando las autoridades genovesas reaccionaron ya era demasiado tarde. Nada ni nadie podía detener ya a la peste.

Comienza la plaga

Los primeros síntomas de la enfermedad consistían en fiebre elevada y escalofríos, que en ocasiones se confundían con los de otras enfermedades. Poco después hacían acto de presencia angustia y ansiedad, unidas a un aumento de la fiebre, mareos y vómitos. El paciente, que vivía en una estado de postración constante, perdía en ocasiones el conocimiento, todo ello en medio de fuertes sudores que desprendían un profundo y particular olor, según los cronistas “similar al de la paja podrida”. A ello se unían terribles dolores de cabeza, desnutrición, sensación de asfixia, grandes temblores y una lengua pastosa y blanquecina.

Pero, aunque desagradable, aquello no era lo peor: pronto aparecían hinchazones en las ingles, bajo las axilas o detrás de las orejas –allí donde se encontraban los ganglios linfáticos–, signos inequívocos de que la letal enfermedad estaba actuando. En ocasiones alcanzaban el tamaño de una manzana o un huevo, por lo que el vulgo comenzó a llamarlos “bubones”, palabra derivada del griego boubon –bulto, tumor–, que dio origen a la denominación de “peste bubónica”, también conocida como “peste negra”, pues los bultos, manchas y úlceras adquirían un color negruzco. No era extraño que los bubones supurasen, generando un horrible hedor y, si llegaban a romperse, producían en el paciente un dolor prácticamente indescriptible. Cuando la infección derivaba en infección pulmonar –la conocida como variante neumónica–, el paciente tenía pocas posibilidades de salir con vida, además de convertirse en peligroso foco de contagio, al poder transmitir la enfermedad por el aire, a través de la tos, de forma similar a la gripe. Cuando esto sucedía el enfermo presentaba bronquitis aguda, dolor en el tórax e incluso broncopulmonía de tipo hemorrágico que provocaba que expulsara esputos sanguinolentos.

Grabado medieval en el que se pueden apreciar los bubones en los afectados por la terrible epidemia.
Otra de las consecuencias de la peste bubónica era el delirio –delirium–, un estado alucinógeno generado por la fiebre que provocaba en muchos casos que algunos enfermos sufrieran accidentes e incluso se suicidaran. La arcaica medicina de los galenos de la época atribuía el contagio al aire viciado y a la falta de salubridad en las ciudades –lo cual no era del todo desacertado–, pero no sería hasta 1894 cuando se descubriera finalmente el mecanismo de contagio de la peste: la pulga de la rata negra –rata de cloaca– o xenopsylla cheopis. La enfermedad pasó a denominarse entonces Yersinia Pestis, en honor a su descubridor, el suizo Alexandre Yersis, discípulo de Pasteur, quien realizó sus investigaciones durante un brote epidémico que azotó Hong-Kong a finales del siglo XIX.

Sin embargo, en la Baja Edad Media se creía que el mal se debía, cuando no a la ira de Dios, a una descompensación de los humores del cuerpo, cuando no a un castigo divino. En una crónica de la ciudad de Mallorca se puede leer que “Las enfermedades que ahora hay vienen y proceden de la superabundancia de sangre, como los dichos médicos dicen y de eso tienen experiencia”. La extracción de esta sangre corrupta era uno de los remedios más utilizados por los galenos y las sangrías se convirtieron en algo común para aliviar los síntomas de los apestados, bien rajando con bisturí o aplicando sanguijuelas sobre la zona afectada, remedio bastante desagradable, pues éstas pueden aumentar hasta ocho veces su propio peso durante la succión. A la larga las sangrías eran una pésima solución, pues dejaban al enfermo más debilitado y por tanto con más riesgo de morir.

Un infierno se abate sobre la Tierra

Los roedores campaban a sus anchas por unas ciudades llenas de suciedad, donde la higiene personal dejaba mucho que desear y en una época en la que se llegó a aconsejar, por ejemplo, lo que recogía la siguiente receta: “Bañarse es cosa muy dañosa, pues el baño hace abrir las porosidades del cuerpo por las cuales el aire corrompido entra y produce fuerte impresión en nuestro cuerpo o en nuestros humores”.

En un escenario de tales características la enfermedad tuvo el campo libre para actuar impunemente, sembrando el caos, el terror y la muerte allí por donde pasaba. Nadie creía que las ratas eran en parte las culpables de su transmisión y el hombre estaba acostumbrado a convivir con estos roedores, que se hallaban por todas partes. En los barrios pobres y degradados se hacinaban las gentes humildes siendo un potencial foco de infección. Por si esto fuera poco, Europa estaba sumida en uno de los peores conflictos de la historia: la Guerra de los Cien Años (1339-1453) entre Francia e Inglaterra. Las bajas eran a veces muy numerosas y los campos quedaban regados de cadáveres mutilados y mal enterrados que, una vez corruptos, contribuían a expandir la pandemia.

La muerte negra sumió a reinos y ciudades enteras en la más absoluta ruina y decadencia, y sus efectos fueron atroces, como narró la pluma del genial escritor italiano Giovanni Boccaccio. Los cementerios eran insuficientes para enterrar a los miles de cadáveres que se hacinaban y la burocracia se paralizó casi por completo en las grandes urbes. Para muchos historiadores, la epidemia fue el comienzo del fin del feudalismo. La propagación de la peste provocó también el estallido de focos revolucionarios y grandes desórdenes en importantes núcleos urbanos –como en Flandes y en algunas ciudades italianas–. Las revueltas fueron constantes y en algunos casos llegaron a alcanzar cotas de gran dramatismo, como en la Ciudad Eterna.

Las cifras de defunciones hablan por sí solas. Los venecianos morían en la increíble proporción de 600 personas al día. Se estima que Inglaterra perdió el 25 por ciento de su población –en verano de 1348 eran enterrados casi 300 cadáveres al día– y Escocia prácticamente un 30 por ciento. El espectro de la peste fue aún más voraz en Francia y Alemania, donde acabó con la vida de nada menos que el 50 por ciento de su población. Muchas ciudades vieron impotentes cómo sus habitantes disminuían drásticamente. Florencia, con 100.000 habitantes, perdió a la mitad de su población. En Venecia falleció el 60 por ciento de la población –moría la increíble proporción de 600 personas al día– y en Avignon la mitad de sus habitantes. En la sede pontificia, en sólo 6 semanas, 11.000 personas fueron enterradas en un mismo cementerio. Se decidió entonces que el Papa, Clemente VI, bendijera el Ródano e incontables cadáveres se arrojaron al río, que sirvió como sepultura. Sin embargo, aquella precipitada y desesperada acción contribuyó a expandir también la epidemia.
La península Ibérica tampoco se libró del impacto epidémico y en algunas ciudades desapareció más de la mitad de la población, como en Barcelona, donde murieron 38.000 de sus 50.000 ciudadanos. En el Reino de Mallorca, fallecieron alrededor de 9.000 personas. Y la lista es interminable y realmente estremecedora.
 
Aunque muchos historiadores afirman que desapareció a causa de la plaga el 30% de la población europea, algunos creen que esta tasa llegó a alcanzar el 50%, algo que nunca sabremos con certeza pero que pone igualmente los pelos de punta. Nada a lo largo de la Historia, ni guerras, ni catástrofes naturales, ni siquiera armas de destrucción masiva, han provocado una mortandad tan alta como la peste negra del medievo.

Combatir la enfermedad

La mayor parte de los “médicos” que ayudaron a los apestados eran voluntarios, pues los doctores cualificados por lo general huían, sabedores del peligro que corrían. Para poder ayudar a los apestados y evitar contagiarse, los médicos con el tiempo se protegerían con una vestimenta realmente esperpéntica, que les daba un aspecto algo grotesco. Convencidos de que la enfermedad se transmitía a través del olfato, idearon una máscara que acababa en forma de largo pico de ave –quizá porque al comienzo de la enfermedad se creía que ésta era diseminada por los pájaros y dicha máscara ayudarían a espantarlos–, en cuyo interior introducían distintas hierbas aromáticas que servirían –o eso creían– para neutralizar el aire corrupto y que éste no se introdujera por sus fosas nasales.

El fuerte influjo de las creencias supersticiosas de la época provocó que los doctores llevasen también unos anteojos negros sobre la máscara que creían eran un eficiente amuleto contra el “mal de ojo”, pues no obstante la muerte negra era considerada una plaga maldita. Además, una larga túnica también de color negro cubría su cuerpo, un enorme sombrero protegía su cabeza y portaban una larga vara o bastón de madera y guantes para no entrar en contacto directo con los apestados. Su aspecto grotesco advertía a los transeúntes, de forma indirecta, del peligro de contraer la enfermedad.
Con la intención de evitar la dispersión de la pandemia, los cadáveres eran sacados con carretillas fuera de las ciudades, donde se introducían en grandes fosas para ser quemados después. No obstante, durante el tiempo que permanecían a la espera de ser calcinados –varios días debido a la falta de enterradores–, la putrefacción contribuía a propagar aún más el mal. 

Procesiones, mártires y flagelos

Bastaron apenas dos o tres años para diezmar Europa, lo que generó dos tendencias realmente opuestas de asimilar lo ocurrido entre las gentes: muchos se dieron al libertinaje, a la bebida y al sexo desenfrenado –incluidos un gran número de clérigos–, que adoptaban esta actitud ante la brevedad de la vida y el acecho inevitable de la muerte; otros, por el contrario, se dedicaron a la existencia beatífica, a la contemplación espiritual, el pietismo y la penitencia.
 
Flagelantes en plena acción fustigadora

Creían que la peste bubónica no era sino una especie de plaga bíblica que se abatía sobre los hombres para castigarlos por sus pecados. Este clima de histeria y fanatismo religioso provocó que muchas personas comenzaran a automutilarse como forma de redención y penitencia. Se hicieron muy populares las llamadas procesiones de flagelantes, que recorrían ciudades y pueblos azotándose con varas y látigos cual si del mismísimo Juicio Final se tratase, desgarrando sus carnes e implorando el perdón entre charcos de sangre.

Los penitentes se fustigaban con látigos de cuero anudados con pinchos de hierro. Algunos sufrían graves heridas entre los omoplatos, y algunas mujeres, extasiadas, recogían la sangre con sus propios vestidos y se la pasaban por los ojos, al creer que era milagrosa. Creían que con esa durísima penitencia se conseguiría mitigar la ira de Dios y aplacar de esta forma la peste. En procesiones que reunían hasta 1.000 fieles, los flagelantes se imponían caminar durante 33 años y medio como los años que vivió Jesucristo. Sin bañarse, abandonando sus bienes y sin practicar sexo, marchaban de ciudad en ciudad realizando actos que hoy catalogaríamos de masoquistas, ante la muchedumbre enfervorecida.

Las gentes imploraban al cielo, sacaban las reliquias de las iglesias, se realizaban rituales eclesiásticos, se celebraban múltiples misas… Sin embargo, estos multitudinarios actos facilitaron en muchas ocasiones la expansión de la enfermedad.

Por su parte, los astrólogos y algunos médicos creían que la causa de la peste, de los “efluvios malignos del aire”, se encontraba en la influencia de los astros ¡siempre los astros! concretamente en la nefasta conjunción de los planetas Júpiter, Marte y Saturno y también al efecto negativo de eclipses y cometas –al menos esa fue la respuesta que dieron los físicos de la Sorbona al rey francés Felipe VI cuando planteó qué había provocado la corrupción del aire–. En medio de este catastrofismo cogieron fuerza las interpretaciones más descabelladas, como que el mal se producía “por malvados hijos del diablo que con ponzoñas y venenos diversos corrompen los alimentos”, según reza un escrito contemporáneo.

En 1348 la peste negra recorrió a toda velocidad –algo que no se explican algunos investigadores y estudiosos de la Medicina–, sembrando la muerte y la destrucción, un largo camino que iba de Sicilia a Inglaterra, hasta alcanzar su clímax. Fue entonces cuando en Italia las autoridades de la ciudad de Pistoia, convencidas de que Dios estaba castigando al mundo, creían que la ciudad debía purgar sus pecados. Se publicaron ordenanzas que prohibían el juego, la blasfemia y la prostitución. Normas que se empezaron a aplicar en diferentes ciudades y países.

En Alemania las brutales torturas de los flagelantes impactaron sobremanera a las gentes. Era creencia común que la sangre de los mártires era sagrada, por lo que poco a poco este movimiento heterodoxo fue sustituyendo en amplios lugares a la religión oficial, cuyas plegarias no evitaban la muerte de nadie. Miles de fieles seguían en masa a estos personajes, muchos de los cuales se creían dotados de gracia divina a través del sacrificio de su sangre y afirmaban ser capaces de realizar milagros en nombre de Cristo. Aseguraban que los niños fallecidos podían revivir en su seno y el pueblo creía que algunos animales hablaban gracias a su intercesión. Estas asombrosas “facultades”, fruto sin duda del fanatismo y la superstición, no evitaron sin embargo que los cadáveres siguieran amontonándose en las calles.

Los cristianos comunes creían que las procesiones de los flagelantes eran una especie de purificación espiritual que también los elevaba a ellos. El pueblo asociaba su llegada a la desaparición de la terrible enfermedad, por lo que el papa Clemente VI comenzaba a inquietarse. El fanatismo era cada vez más extremo y, para que el Todopoderoso perdonara al hombre, al pecador, en varios lugares se expulsó de las ciudades a las prostitutas y a los judíos –el colectivo más perseguido–, que en ocasiones eran quemados vivos, como si fueran brujas.

Pogromos y persecución religiosa

Para los cristianos medievales los hebreos eran quienes más ofendían a Dios, pues los consideraban los responsables de la crucifixión de Jesús –lo que había despertado la ira divina provocando la epidemia–, así que el odio popular, alimentada por los sermones de curas exaltados y de los flagelantes, se volcó contra ellos. Marcados desde sus orígenes con el estigma de pueblo maldito, el hecho de mantener sus costumbres, su lengua y religión, apartados del resto, les convertía en foco habitual de la ira de los cristianos. Además, practicaban el préstamo de dinero y recaudaban impuestos para la nobleza, lo que para una población que no admitía por principio religioso la usura, constituía toda una verdadera afrenta. Con la llegada de la muerte negra, el odio que se sentía hacia este colectivo desde hacía siglos se volcó contra ellos.

Miles de miembros de este colectivo fueron apaleados y masacrados, en brutalespogromos –persecuciones– por todo el continente. Se les acusaba de algo realmente pintoresco: los hebreos, en medio de un complot pergeñado al parecer por los judíos de Toledo, habían envenenado el agua de los pozos y fuentes de toda la Cristiandad y corrompido el aire, lo que había provocado la peste. Se les sometió a terribles torturas para que confesaran que todos los hebreos eran culpables de conspiración.

Esto provocó grandes matanzas en Carcasona y en Narbona, entre otros lugares. En los guetos millares de personas fueron descuartizadas, degolladas y quemadas vivas por los cristianos. En enero de 1348, 600 judíos fueron quemados vivos en Basilea, matanzas que se repitieron en Zurich y Chillon y que se avivaron en la Corona de Aragón, donde muchos miles fueron pasados a cuchillo. En mayo la aljama judía de Barcelona fue devastada por completo, extendiéndose el odio antisemita a ciudades como Cervera, Tárrega o Lérida.
 
A pesar de que el papa Clemente VI, desde Aviñón –entonces sede pontificia–, hizo un llamamiento a la población y mediante una bula prohibió las matanzas, los saqueos y la conversión forzosa de los judíos sin juicio previo, afirmando que éstos enfermaban igual que el resto de la población, lo que hacía improbable que fueran los responsables, las persecuciones continuaron, si cabe con más inquina.

El día de San Valentín de 1349, los ciudadanos de Estrasburgo reunieron a 2.000 judíos que acabaron ardiendo en la hoguera. El caos se apoderó de toda Europa, los saqueos fueron cada vez más frecuentes y la violencia se convirtió en una amenaza aún más terrible que la peste.
El principio del fin
 
Flagelantes

Aquellos judíos que no habían sido asesinados o muertos por la peste, tuvieron que abandonar su hogar y exiliarse. A finales del siglo XIV, en amplios territorios de Francia, Inglaterra y Alemania ya no había ninguno. Sin embargo, éstos fueron acogidos en Cracovia (Polonia), por el rey Casimiro el Grande. Nadie creía entonces que en pleno siglo XX la comunidad hebrea volvería a ser masacrada, esta vez por la ira de los nazis.

La terrible plaga había dejado su huella de muerte y destrucción a lo largo de miles de kilómetros, atormentando el alma de millones de personas y diezmando casi a la mitad la población europea. Con el tiempo los hombres volverían a tomar el control de la situación, pero ya nunca volverían a ser los mismos. Ahora conocían las llamas del infierno.

El poeta italiano Petrarca cantó como nadie el sufrimiento y la pena, la pérdida de los seres queridos que causó la peste bubónica: “Considera lo que hemos sido y lo que ahora somos… /¡Dónde estáis amigos queridos!/ ¡dónde los rostros amados!/ Éramos una multitud, ahora estamos casi solos…”.

Óscar Herradón. Artículo publicado en la revista ENIGMAS

El menor tamaño del cerebelo de los neandertales, respecto del Homo sapiens, pudo contribuir a su extinción

Comparación de la morfología de los cerebros de los neandertales (NT), los humanos modernos (MH) y los primeros H. sapiens (EH). Crédito: T. Kochiyama et al. Scientific Reports

La desaparición de los neandertales hace unos 40.000 años sigue siendo uno de los grandes misterios de la paleontología. Ahora, un estudio internacional concluye que las diferencias anatómicas entre el cerebro de estos hombres y de los primeros Homo sapiens podrían haber contribuido a su extinción.

Los neandertales vivieron en Europa desde hace al menos 200.000 años. Estos homínidos, con avanzadas capacidades organizativas, simbólicas e intelectuales, formaban sociedades complejas, rendían culto a los muertos, cuidaban de sus enfermos, fabricaban medicamentos naturales y hasta creaban arte abstracto. Físicamente muy robustos, fueron capaces de sobrevivir a épocas tan duras como la edad de hielo pero su extinción coincidió con la llegada de una nueva especie procedente de África, el Homo sapiens.

Un estudio publicado en Scientific Reports, liderado por científicos japoneses y en el que ha participado el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), Markus Bastir (izquierda) y la boliviana Marcia Ponce de León (derecha), del Instituto Antropológico de la Universidad de Zúrich (Suiza), propone que la forma del cerebro de los neandertales pudo influir en su desaparición como especie.

Comparación de cráneos

"Nos preguntamos qué pistas podría darnos la forma y tamaño del cerebro para aclarar esta cuestión y decidimos comparar la estructura cerebral de ambas especies", comenta Bastir.
A partir de fósiles de neandertales y de Homo sapiens del Pleistoceno, los autores del estudio recrearon virtualmente los cráneos de ambas especies.
Paralelamente, usaron los datos de 1.185 resonancias magnéticas de voluntarios para modelar "un cerebro promedio del humano actual", explica Ponce de León en declaraciones a Efe. Con todos estos elementos, los investigadores emplearon la técnica morphing, que, en este caso, permitió reconstruir en tres dimensiones la forma probable del cerebro de un fósil a partir de datos de humanos actuales, "una técnica compleja y laboriosa pero bastante fiable", afirma la científica boliviana.
Así, el cerebro virtual actual obtenido con las resonancias fue adaptado a las cavidades craneanas de los Homo neanderthalensis y los Homo sapiens primitivos,
"lo que permitió visualizar su morfología y analizar las diferencias entre ambas especies".
“Estas reconstrucciones, basadas en una muestra de comparación de cerebros muy grande, nos ha permitido hacer un análisis más detallado que no se limita a la capacidad craneal de cada especie”, explica el investigador Markus Bastir. “Hemos comprobado que los neandertales no tenían mayor capacidad craneal que los primeros Homo sapiens, pero que el cerebelo del Homo sapiens era mayor y la región occipital algo menor”, añade.

Cerebro reconstruido de Neanderthal. (a) Promedio de la población. (b) sujeto humano moderno representativo. (c) Los cerebros reconstruidos con las etiquetas neuroanatómicas.

El cerebelo tiene gran cantidad de haces nerviosos que lo conectan con otras estructuras del encéfalo. Es la parte del cerebro que se encarga de enviar las órdenes que la corteza cerebral manda al aparato locomotor. Está además relacionado con procesos cognitivos. Por su parte, el lóbulo occipital se encarga de procesar las imágenes que recibimos.

Tras conocer cómo eran las reconstrucciones de los cerebros de ambas especies, el equipo estudió sus posibles implicaciones funcionales: la relación del cerebelo con la atención, la flexibilidad cognitiva, el funcionamiento de la memoria y cómo procesamos el lenguaje.

El equipo pudo comprobar que estas funciones están directamente relacionadas con el tamaño del cerebelo. “Dado que los hemisferios del cerebelo están estructurados como una matriz de neuronas, cabe suponer que tener un cerebelo mayor nos proporciona más capacidad para procesar la información que recibimos”, aclara Bastir, que trabaja en el Grupo de Paleoantropología del MNCN.

“Llevamos tiempo usando métodos 3D computacionales para estudiar la evolución, el crecimiento y la forma del cerebro de los neandertales y otros homininos. Nos preguntamos hasta qué punto la diferencia anatómica en la forma y el tamaño de los cerebelos de ambas especies pudo marcar diferencias significativas en la capacidad cognitiva y el desarrollo de habilidades sociales, y si esto podría haber contribuido a que el Homo sapiens sustituyera al Homo neanderthalensis”, continúa.

Una pareja de mujer neandertal y hombre Homo sapiens. / José Antonio Peñas (SINC)

El misterio de la desaparición de los neandertales

Los neandertales tenían una gran capacidad craneal, formaban sociedades complejas, rendían culto a sus muertos y cuidaban de los enfermos. Fueron capaces de crear arte abstracto y sobrevivir a etapas tan duras como la edad del hielo. Sin embargo, desaparecieron del planeta.

Se sabe que esta especie vivió en Europa hace, como mínimo, 200.000 años y que despareció hace entre 40.000 y 30.000, poco después de la llegada de Homo sapiens al continente. El motivo de su desaparición sigue siendo una incógnita que paleoantropólogos de todo el mundo continúan investigando.

“Nos preguntamos qué pistas podría darnos la forma y tamaño del cerebro para aclarar esta cuestión y decidimos comparar la estructura cerebral de ambas especies”, concluye Bastir.

Fuentes: rtve.es | SINC | 26 de abril de 2018

Arqueólogos suecos revelan una BRUTAL masacre del siglo V en Sandby borg

Los restos de una de las víctimas encontradas en la isla de Öland (Kalmar County Museum)

El ataque sorpresa fue brutal y duró pocos minutos. La aldea estaba dormida. Desde el interior de la muralla alguien —un traidor, tal vez, con deseos de venganza— abrió la puerta para permitir el ingreso del centenar de atacantes. La acción fue tan rápida que algunos habitantes fueron sorprendidos mientras comían. En una de las casas aún quedaban los restos de una sardina que alguien nunca tuvo el tiempo de terminar.

La brutal masacre ocurrió hace mil quinientos años en el fuerte circular de Sandby borg, en la isla sueca de Öland, en el Mar Báltico. Hoy, quince siglos después y gracias al hallazgo en el lugar de unos esqueletos, es posible reconstruirlo casi en el mínimo detalle.

Vista aérea de Sandby borg. En la isla de Öland hay al menos 15 ciudades fortificadas similares a ésta (Daniel Lindskog).

Una reconstrucción de Sandy Borg (Kalmar County Museum)

Todo comenzó en 2010, cuando un grupo de arqueólogos encontraron los huesos de dos pies fuera del portón de acceso a la fortaleza. A los científicos les pareció insólito que un hombre hubiese sido sepultado afuera de la muralla del pueblo, que contaba entonces con unos 200 habitantes.

Pero cuando escavaron el resto del esqueleto, los arqueólogos descubrieron que el individuo había sido asesinado. A su lado, encontraron los restos de otro, con claros signos de violencia. Era sólo el comienzo del hallazgo: alrededor —en las que habían sido las calles y las casas de los habitantes de esa aldea— había muchos más. Todos mostraban los signos de heridas mortales de espadas, hachas y mazos.

"Es un momento que quedó congelado", explicó Helena Victor (izquierda), la arqueóloga jefa de las excavaciones, al diario New York Times. "Los cuerpos fueron dejados donde habían sido asesinados. Nadie los sepultó o los movió".

Tras el ataque, el fuerte fue abandonado y no volvió a ser habitado en los siglos posteriores.

"Fue una masacre", agregó la arqueóloga Clara Alfsdotter. "Básicamente fueron de puerta en puerta matándolos a todos, desde los niños hasta los ancianos".

Según la investigadora, varias personas compararon la masacre al "Casamiento rojo" del episodio "Las lluvias de Castamere" de "Games of Thrones". Entre los restos encontrados, había un adolescente decapitado y los huesos de un bebé de dos meses, contó Alfsdotter.

La arqueóloga Clara Alfsdotter inspecciona los restos de uno de los esqueletos (Daniel Lindskog)

Los científicos identificaron a 26 víctimas del suceso. Pero creen que hay muchos más: cientos, probablemente. Hasta ahora, excavaron menos del 10 por ciento del sitio. Aún quedan para explorar la mayoría de las 53 casas del fuerte.

Los resultados de la excavación fueron publicados el miércoles en la revista Antiquity.

La mayoría de los esqueletos mostró que los habitantes habían sido atacados por la espalda o por un lado. Las victimas, además, no tenían heridas en las manos, lo cual indicaría que, más que una batalla, se trató de una ejecución.

El hallazgo, además, proporcionó nuevos datos sobre la vida de esas poblaciones.

Un hombre, que los investigadores creen que fue el líder de la comunidad o un líder religioso, fue encontrado con la boca llena de dientes de oveja.

"Creemos que quisieron humillarlo hasta más allá de la muerte", dijo Victor. Según la investigadora, los atacantes quisieron asegurarse que nadie pudiera insertar monedas en la boca del difundo y permitirle así pagar el viaje al otro mundo.

Sin embargo, aún quedan tres misterios para resolver.

El primero: qué pasó con las mujeres, ya que los restos encontrados hasta ahora son todos de hombres. Los científicos piensan que podrían encontrar sus restos más adelante o que fueron raptadas por los agresores.

El segundo y el tercero: quiénes eran los atacantes y por qué lo hicieron.


Algunos de los objetos encontrados en el sitio (Daniel Lindskog).

Por las defensas costeras del pueblo, que lo hacían difícilmente atacable desde el mar, los arqueólogos tienden a excluir que los atacantes fueran piratas o un grupo rival llegado desde el océano.

Los más probable, creen, es que la masacre ocurrió por mano de habitantes de otro pueblo rival de la isla.

En cuanto a los motivos, los autores del estudio descartan que el ataque haya sido por dinero —en el lugar se encontraron joyas valiosas y monedas romanaso por poder.


Una moneda romana encontrada en el lugar (Max Jahrehorn Oxides).

Según los investigadores, la presencia de oro romano en el sitio indicaría que la masacre ocurrió después de la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 después de Cristo. En ese contexto, Escandinavia no quedó exenta de las turbulencias causadas por ese evento.

"Creo que la razón fue mostrarle a otras personas qué pasaría si se metían con ese grupo", dijo Ludvig Papmehl-Dufay (izquierda), otro de los arqueólogos autores de la investigación. "Fue más como un ataque terrorista, el uso de una masacre como arma política".

La última hipótesis es la de una venganza. Los habitantes de Sandby borg construyeron el pueblo sobre un antiguo cementerio. Es posible que los atacantes estuvieran enojados por su destrucción y, en represalia, destruyeron la fortaleza.

Fuente: infobaae.com | National Geographic | 26 de abril de 2018