La 'Grotte de Cussac' francesa revela secretos de vida y muerte en la prehistoria

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Huesos de un adulto y un adolescente agrupados en dos nichos (izquierda y derecha) de hibernación de osos. Crédito: Universidad de Wollongong


La cueva Grotte de Cussac en Dordoña, Francia, es un sitio con impresionantes obras de arte rupestre, el cual contiene más de 800 grabados figurativos de animales y humanos que tienen entre 30.000 y 25.000 años de antigüedad. También contiene los restos de al menos seis individuos datados en el mismo período. Con una posible excepción, es el único ejemplo conocido de restos humanos enterrados profundamente dentro de una cueva que también contiene obras de arte.

Durante los últimos diez años un equipo de investigación ha estado estudiando estos restos humanos con el fin de descubrir lo que revelan sobre la vida, costumbres y creencias de las personas de la época. Los resultados de su investigación se han publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).

La Dra. Eline Schotsmans (izquierda), investigadora de la Universidad de Wollongong y de la Universidad de Burdeos, forma parte de un equipo internacional dirigido por el profesor Jacques Jaubert (derecha), igualmente de la Universidad de Burdeos, quien trabaja dentro de la cueva para descubrir sus secretos.

La Dra. Schotsmans dijo que, además de los desafíos habituales involucrados en reconstruir el pasado antiguo a partir de restos arqueológicos, el proyecto Grotte de Cussac ha presentado a los investigadores una serie de obstáculos, dado que el Ministerio de Cultura francés ha clasificado la cueva como patrimonio nacional y ha restringido el acceso a la misma. La investigación debe llevarse a cabo 'in situ' y solo mediante la observación, pues no se permiten excavaciones y tampoco se puede quitar nada de la cueva.

Panel con grabados de bisontes y un caballo.

Además, debido a los altos niveles de dióxido de carbono, la cueva solo es accesible unos pocos meses al año, y los investigadores tienen que usar trajes protectores y botas de goma limpios y esterilizados en la cueva.

"Se trata de proteger la cueva", dice la Dra. Schotsmans. "Nuestros trajes y botas de goma no pueden contener sedimentos del exterior de la cueva. Cualquier microorganismo u hongo que traigamos de fuera podría tener una influencia negativa en la conservación de la gruta. Todo en ella está completamente protegido, incluido el suelo de la misma, que es la superficie paleo original. No podemos tocar nada. Solo podemos transitar por un único camino estrecho y tenemos que realizar todas las investigaciones desde ese camino".

Ella agrega: "No obstante, es sorprendente la cantidad de información que puede obtenerse solo con las observaciones".


Imágenes del interior de Grotte de Cussac en Dordoña, Francia, que muestran el arte rupestre y los antiguos restos humanos encontrados dentro de la cueva, y del equipo de investigación en el trabajo. Crédito: N. Aujoulat, Centre National de Préhistoire, Ministerio de Cultura francés; Got, Université de Bordeaux / PCR Cussac, Ministerio de Cultura francés; V. Feruglio, PCR Cussac, Ministerio de Cultura francés.

Los restos humanos fueron encontrados en tres lugares dentro de la cueva y habían sido colocados deliberadamente en antiguos nichos de hibernación de osos (mucho después de que éstos dejaran de usar la cueva), una práctica que no había sido documentada anteriormente. En dos de los sitios, los nichos de los osos (que forman áreas huecas en el piso de la cueva) muestran signos de estar cubiertos de ocre rojo antes de haberse colocado los restos óseos en ellos.

También hay evidencias de que los cuerpos habían sido manipulados de una manera particular y movidos después de la muerte. En algunos casos, los restos de más de un individuo están entremezclados.

La experiencia de la Dra. Schotsmans consiste en prácticas funerarias y tafonomía de los entierros (el estudio de la descomposición humana), por lo que se mueve entre la arqueoantropología y las ciencias forenses. Ella dijo que los ritos funerarios de una sociedad, sus creencias y prácticas en torno a la muerte, y la relación entre los muertos y los vivos, nos dicen mucho sobre tales personas.

Foto: vestigios humanos en un nicho de oso.

"Nuestro objetivo es reconstruir las actitudes de las poblaciones prehistóricas ante la muerte, al centrarnos en el estudio del esqueleto humano y el manejo y tratamiento del cadáver", informa la Dra. Schotsmans.

"En la Grotte de Cussac el uso de ocre en los entierros muestra un comportamiento simbólico, al igual que el depósito de tales restos humanos en una cueva decorada con elementos artísticos. Hubo, además, una selección intencionada de ciertos restos óseos. Por ejemplo, en la mayoría de los depósitos de los cadáveres no había cráneos, pero sí los dientes, lo que muestra que los cráneos fueron retirados deliberadamente. Esto revela que la gente de esta época estaba interactuando con sus muertos, los manipulaba y los 'cuidaban'".



Foto: Panel del descubrimiento (arriba). Ortofotografía y croquis de las principales entidades gráficas (abajo).


El número de individuos enterrados en la cueva y la ausencia de niños y bebés es también revelador.
"Esto nos dice algo sobre la sociedad y la diferenciación social, porque solo una parte del grupo recibe un tratamiento especial", dice la Dra. Schotsmans. "¿Por qué se depositaron sólo seis individuos en la cueva? ¿Dónde están otros fallecidos? ¿Por qué solo adolescentes y adultos? ¿Eran esas personas diferentes de las demás y por qué?"

Ella concluye: "Tenemos que aprender más sobre la gente de la Grotte de Cussac, pero este estudio nos abre una ventana al complejo paisaje social de nuestros ancestros".

Fuente: phys.org | 16 de junio de 2020

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