Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas

¿Está en Cádiz el mapa más antiguo del mundo?

El supuesto mapa. Vicente Moreno García-Mansilla

Castellar de la Frontera es una localidad situada en el extremo oriental de la provincia de Cádiz. A unos cinco kilómetros al este del pueblo se encuentra un área de cuevas donde se registran ciertos hallazgos procedentes de la actividad humana del Paleolítico superior. El primero en citar dicho complejo, desde un punto de vista científico, fue el renombrado sacerdote, arqueólogo y antropólogo francés Henri Breuil en 1929. Si bien no es hasta los años noventa cuando se descubre en el citado complejo la Cueva de las Estrellas. Posteriormente, en 2014, el espeleólogo Simón Blanco encontró en dicho lugar un conjunto de imágenes rupestres, entre las que hay una que contiene unas hileras de puntos pareados, formando una superficie superior al metro cuadrado.

Desde su descubrimiento hasta 2022, los expertos han planteado la posibilidad de que la imagen de las hileras de puntos pudiera ser o un mapa estelar o algún tipo de representación cartográfica, pero sin ninguna base ni evidencia. Sin embargo, en 2022, una revista científica de la Universidad de Cádiz ha publicado un artículo del investigador Vicente Moreno García-Mansilla donde se expone, tras un análisis cartográfico y matemático, la alta probabilidad de que la imagen sea una representación de un amplio territorio de la provincia de Cádiz. El área cubierta por este «mapa» cubriría una extensión superior a los cincuenta kilómetros de lado (unos 3.000 km2), extendiéndose desde Vejer y Barbate (al oeste) hasta Gibraltar (al este), y desde Tarifa (sur) hasta Alcalá de los Gazules (al norte).

Detalle de las pinturas rupestres encontradas en la cueva de las Estrellas.

Se debe tener presente que el Paleolítico superior (entre 35.000 y 10.000 años a.C,) se caracteriza por ser el periodo de desarrollo del arte rupestre y de la sofisticación de las herramientas. Es también un periodo que coincide con la segunda mitad de la última glaciación (Würm). Estamos ante unos hombres con una inteligencia desarrollada, ya son Homo sapiens como nosotros, focalizados en la caza, la pesca y la recolección, como modo de supervivencia, obligados a trasladarse de forma permanente a grandes distancias para adaptarse a las posibilidades que les daba la naturaleza en cada estación del año. Adicionalmente, es previsible que, en plena glaciación, el territorio de la actual Cádiz, por sus condiciones óptimas, tuviera diversas áreas de refugios y establecimientos poblacionales. Algunos de dichos lugares, poblados ininterrumpidamente, serían coincidentes con las primeras poblaciones que se desarrollaron en la Edad Antigua y que, en algunos casos, han llegado hasta nuestros días.

Vicente Moreno, a partir de la imagen de hileras de puntos, intuitivamente ha percibido las coincidencias con el área territorial de Cádiz descrita anteriormente. Concretamente, resalta la coincidencia de algunas localidades actuales (Tarifa, Vejer, Gibraltar, Castellar, etc...), de las formas de los caminos y de algunas líneas de costa con las hileras de puntos de la pintura rupestre. El autor ha tomado como referencia, para efectuar esta primera comparación, el plano provincial de Francisco Coello impreso en 1868. Este mapa es el más antiguo realizado con buena precisión, además de ser muy exhaustivo en los detalles geográficos al tiempo que no está afectado por los cambios de los trazados de los caminos, de los cursos de agua y de las zonas pantanosas, resultado de las numerosas obras y desecaciones del siglo XX. El autor también ha considerado las relevantes alteraciones costeras existentes en el área del Estrecho, así como las variaciones del nivel de mar, con decenas de metros, desde entonces.

Trazado de los supuestos caminos y líneas de costa en el mapa de Coello de 1868Vicente Moreno García-Mansilla.

Siendo muy relevante, no es suficiente la intuición y el parecido visual para consolidar la propuesta de que dicha imagen es un mapa, por lo que es preciso realizar una segunda comparación científica contra la realidad geográfica. El método utilizado por Moreno tiene una base matemática y estadística, comparando el posicionamiento de los principales puntos de la imagen rupestre contra localidades georreferenciadas en base a la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

En un primer ejercicio el citado autor trató de determinar la desviación entre el «mapa» rupestre y el del IGN, obteniendo una desviación inferior al 6 % (desviación media cuadrática). Esta desviación se reduce a la mitad cuando se ajusta la situación de alguna localidad costera por la variación sufrida por el nivel del mar.

En un segundo ejercicio, calculó la correlación de las distancias entre ocho puntos de ambos «mapas», obteniendo una correlación estadística superior al 92 % (test de Mantel). El autor, no conforme con estos parámetros estadísticos clásicos, sometió la imagen de hileras de puntos y los caminos en el mapa de Coello al algoritmo de similitud de Jaccard, muy utilizado en informática y en estudios ecológicos para comparar conjuntos de información, obteniendo un valor relativamente alto, del 81 %. Cifras extremadamente elevadas para estar hablando de la precisión de un mapa del paleolítico, cuyas deficiencias son fácilmente explicables por el rudimentario método en que se pudo basar el hombre primitivo para calcular distancias y orientaciones.

Afinación del cartograma (8 puntos) al mapa provincial georreferenciado. ARCGIS

El artículo de Moreno sorprende en el ámbito histórico por el origen académico del autor, ajeno a la historia y perteneciente a la ingeniería; en segundo lugar, por el apoyo en métodos estadísticos, algo inusual en el área de la historiografía de la arqueología. Quizás, la ausencia de limites metodológicos para un «aficionado» (aunque muy ilustrado en la materia), la flexibilidad respecto a algunas presunciones académicas relativas al hombre del paleolítico (como cuestionar el hecho de que los dibujos rupestres no tuvieran un uso funcional), así como su conocimiento matemático, es lo que le ha permitido adoptar una hipótesis arriesgada y un método novedoso de análisis.

A pesar de los indicios y los cálculos realizados, Vicente Moreno no se atreve a concluir de modo categórico que la imagen de la Cueva de Las Estrellas sea un mapa, si bien lo considera como lo más probable. Si fuese así, y eso parece, estaríamos hablando del mapa más antiguo conocido hasta hoy.

Fuente: eldebate.com | 14 de febrero de 2022

Madrid descubre su arte rupestre: cuevas, grabados y tumbas de la Edad del Cobre

Arqueólogos examinando hasta el mínimo detalle. Comunidad de Madrid.

Sergio Ripoll, doctor en Prehistoria por la UNED, paseaba hace dos años con su perro Elmo por el campo, cerca de Valdemorillo. Recogió una piedra del suelo para tirársela y reparó en que aquel pedazo de granito tenía grabada la cabeza de un caballo. Cualquier otro no se hubiera dado cuenta.

«Era julio, y casi de noche», recuerda Ripoll (izquierda); comenzó entonces un trabajo de investigación que se ha ido extendiendo como una mancha de aceite por el oeste de la región, aflorando todo un arco de grabados rupestres que podrían datarse en el Paleolítico.

También en Madrid, en algún punto del norte, Mimi Bueno (derecha), catedrática y arqueóloga, ha encontrado varias cuevas con arte rupestre, e, incluso, un hipogeo, un posible lugar de enterramiento prehistórico. Ambas investigaciones se desarrollan en paralelo y están sacando a la luz aspectos hasta ahora desconocidos de la región hace miles de años.

En Madrid no se conocía arte rupestre, excepto el de la Cueva del Reguerillo, cerrada hace años y muy deteriorada previamente por el efecto pernicioso de algunos domingueros. Los grabados sobre granito se extienden por una superficie enorme; Ripoll calcula que pueden ser incluso 100 kilómetros. Una vez establecido un patrón de búsqueda, asegura, ha sido fácil localizarlos: «Cuando se te hace el ojo, los ves por todas partes».

Foto: Pintura rupestre en la Cueva del Reguerillo. Senderos esotéricos.

Comenzaron las prospecciones en 2021, y las plaquetas graníticas con dibujos se han localizado por toda la zona oeste, desde Valdemorillo a El Escorial y de Cenicientos a La Pedriza. Son representaciones realizadas con piedras o punzones sobre el granito, y el catedrático cree que podrían datarse en dos épocas distintas: unas, en torno a unos 20.000 años, en el Solutrense final; y otras de trazo más fino, algo posteriores, de unos 15.000 años, en el Magdaleniense.

Para identificarlas convenientemente, se está utilizando tecnología puntera: un escáner de mano en 3D con una resolución fantástica, «de 0,05 micras por pulgada; para hacernos una idea, en un monitor de tamaño normal, el ancho de un pelo ocuparía toda la pantalla», explica.

Figuras de caballos aparecen sobre una roca junto a otros grabados zoomórficos realizados sobre una gran placa de granito en la sierra oeste de Madrid

Entre lo localizado, hay sobre todo animales: un 99 por ciento son caballos, ciervos, uros, cápridos… la fauna de la época en la zona. Pero también aparece algún antropomorfo, aunque en un porcentaje mucho menor. Pero las cifras de posibles grabados paleolíticos –aún en estudio, afirma cauteloso Lucas García Guirao, subdirector general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid– apunta a muchas decenas de miles distribuidos por toda la sierra oeste. «Este puede ser el mayor bombazo de la prehistoria en muchísimos años; aquí hay trabajo para 35 o 40 años más», afirma Ripoll. Las autoridades regionales son más prudentes en sus valoraciones.

Los grabados reflejan la extraordinaria sensibilidad de aquellos primitivos artistas, capaces de aprovechar los materiales de su entorno y transformarlos en piezas únicas. Como ese grupo de caballos abrevando en el hueco de una piedra. «Cuando está seca, ves los animales en torno al círculo y éste vacío, sin ningún dibujo. Y cuando llueve, entiendes el objeto de la obra: los caballos están bebiendo», relata un aún sorprendido Ripoll.

Mimi Bueno, catedrática de la Universidad de Alcalá de Henares, transmite ilusión sobre la investigación que lleva a cabo en varias cuevas de la zona norte de Madrid. «Tenemos resultados incipientes, pero interesantísimos, sobre las pinturas esquemáticas localizadas en varios abrigos y que podrían datar de entre 6.000 y 8.000 años».

Foto: Pintura en la cueva de Torrelodones en la que se ve a un hombre defendiéndose de un animal - El Blog de Panchun.

Estudiar las ofrendas funerarias

Destaca de las áreas que se están estudiando que en ellas se habían encontrado nuevos hallazgos en lugares «no removidos», e incluso se habían localizado algunos contextos funerarios, en forma de hipogeo. Para acotar con precisión cuándo se ocupó la zona y qué hacían allí, Bueno contará con la ayuda de la técnica –pruebas de carbono-14, ADN, isótopos estables, etcétera– y también con la colaboración de Miriam Cubas, investigadora contratada por el Ministerio de Cultura y la Universidad de Alcalá y experta en cerámicas. «Con ella podremos ver qué ofrendas se dejaron en estos lugares, y qué significaban».

El programa iniciado en su caso, recuerda Lucas García Guirao, lleva dos años en marcha con acciones de espeleología para diferenciar qué cuevas cuentan con elementos de arte rupestre y cuáles no. Las prospecciones también ayudar a fijar la cronología: en este caso, podrían ser de la Edad del Cobre. «Estos descubrimientos nos abren perspectivas nuevas», señala la arqueóloga.

Pero tanto las cuevas como, sobre todo, los grabados a cielo abierto en una comunidad tan densamente poblada como Madrid corren un riesgo alto: de la gamberrada intencionada a la acción inconsciente, los peligros son muchos.

El Risco de las Cuevas domina el valle del Tajuña. Ayuntamiento de Perales de Tajuña.

En el caso de las cuevas, Mimi Bueno defiende la «suerte que hemos tenido, por lo asombrosamente bien conservada que está la zona». Recuerda que todos los sondeos realizados son tapados convenientemente, y las pinturas esquemáticas también se protegen. Además, matiza, en la sierra hay zonas muy conocidas, pro donde se pasea mucho, y otras menos transitadas.

Son Bien de Interés Cultural

La ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid recoge que las cuevas, abrigos y lugares con manifestaciones de pintura rupestre tendrán la consideración de Bien de Interés Cultural, lo que afecta también a los grabados, explican en la Consejería de Cultura, que dirige Marta Rivera de la Cruz.

Pero Ripoll teme por lo descubierto y por lo que queda por descubrir: «He visto piedras grabadas y al volver, dos o tres días después, habían hecho un grafiti encima», lamenta.

Fuente: abc.es | 19 de febrero de 2022

Descubren nuevas pinturas rupestres del paleolítico en la Cueva del Moro de Tarifa (Cádiz)

Imagen del équido investigado en la Cueva del Moro, en Tarifa, visto con un sistema de ortofoto y modelización digital.

Investigadores de la UNED hacen públicos nuevos hallazgos de arte rupestre en la Cueva del Moro (Tarifa, Cádiz) a través de un artículo científico en la reconocida revista internacional Journal of Archaeological Science: Reports. La importancia de la Cueva del Moro radica en los équidos grabados en su interior durante el Solutrense (Paleolítico superior), lo que la convirtió en una de las cavidades poco profundas más destacadas de la región desde su descubrimiento en 1995, pues impulsó los estudios de arte paleolítico en el sur de la provincia de Cádiz.

Estudiada a la sazón por la UNED, esta estación rupestre revela ahora, casi tres décadas más tarde y como resultado de la aplicación de metodologías digitales, nuevas y particulares pinturas en el panel principal de su piso inferior: dispuestos en patrones circulares concéntricos y en alineaciones simples y pareadas, cientos de pequeños puntos de varios milímetros de diámetro se distribuyen por la superficie rocosa en estrecha relación con el grabado, ampliamente divulgado, de un gran équido casi completo.

Cueva del Moro, en la Sierra de la Plata.

Datación de las pinturas rupestres

Tras un primer análisis se ha concluido que los motivos descubiertos podrían remontarse al Solutrense final o Magdaleniense inicial, aportando nueva y valiosa información sobre las escasas manifestaciones de esta cronología en el extremo meridional de la península ibérica, de las que por el momento solo se tiene constancia en una docena de abrigos.

La publicación del estudio en Journal of Archaeological Science: Reports (editorial Elsevier), revista incluida en el Grupo A de la clasificación CIRC y en el Q1 de la categoría “Archaeology” de SCOPUS (fuente: SJR), no solo garantiza la relevancia del trabajo a escala nacional, sino que además da visibilidad internacional al arte paleolítico del sur gaditano, patrimonio que pese a su gran interés científico ocupa un lugar secundario frente a los “grandes santuarios” clásicos y otras zonas de España y Portugal.

El artículo, que lleva por título Puntos, círculos y caballos: nueva evidencia de arte rupestre a través de métodos digitales basados ​​en imágenes en la Cueva del Moro (Tarifa, España) (“Dots, circles and horses: new rock art evidence through image-based digital methods in Moro Cave (Tarifa, Spain) en inglés)”, lo firman Camilo Barcia García, investigador en formación de la Escuela Internacional de Doctorado UNED, así como los Dres. Martí Mas Cornellà, Alfredo M. Maximiano Castillejo y Jesús F. Jordá Pardo, profesores y miembros del Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la UNED.

Calco de los restos de pigmento de la pintura hallada en Tarifa.

Métodos utilizados en el análisis

Tras compilar la información de las publicaciones existentes, los autores se propusieron revisar el sitio empleando métodos actualizados, bien conocidos en Geomática y cada vez más utilizados por la investigación del arte rupestre, pero que, sin embargo, habían sido escasamente implementados en las comarcas del Campo de Gibraltar y La Janda.

El artículo aborda la documentación del abrigo mediante Structure from Motion y fotogrametría digital, la generación de productos derivados como ortofotografías y modelos de elevaciones en 2D, nubes de puntos y modelos 3D, así como el procesamiento ulterior de los datos mediante técnicas de imagen, teledetección y SIG.

Esta implementación no solo permite confirmar lo observado por investigadores anteriores (presencia de pigmento rojizo o la importancia del relieve en la composición), sino que está permitiendo identificar gran cantidad de motivos que habían pasado inadvertidos, como la gran composición pictórica anunciada.

Estos resultados, que se beneficiaron de las ayudas del Plan para el Fomento de la Investigación de la Facultad de Geografía e Historia UNED (código 01/2021), son parte de un proyecto más amplio desarrollado en el marco de la tesis doctoral de Camilo Barcia García (EID-UNED), que pretende innovar en materia de documentación, análisis y difusión de arte rupestre en cavidades de la zona desde la perspectiva del software libre, las tecnologías asequibles y el acceso abierto a los datos, suponiendo así un avance significativo para la disciplina en ese área geográfica.

Grabado de Yegua.

Qué patrimonio de arte rupestre se esconde en las cuevas del Campo de Gibraltar

Las características cavidades tipo tafoni formadas en las areniscas del Campo de Gibraltar y la antigua laguna de La Janda acogen un extenso patrimonio de arte rupestre, el cual incluye figuras y motivos pertenecientes al Paleolítico superior y los últimos cazadores-recolectores, a las primeras sociedades neolíticas, así como al arte esquemático prehistórico.

Los primeros estudios se remontan a los inicios del siglo XX con E. Hernández-Pacheco, J. Cabré y el abate H. Breuil, principalmente; tras un largo paréntesis, la presencia académica en el territorio fue reactivada por la UNED a mediados de los ochenta, en el contexto de la tesis doctoral de Martí Mas Cornellà (co-firmante del artículo), momento en que se dio a conocer y se estudió por primera vez la Cueva del Moro.

Los autores sostienen que las pinturas paleolíticas de la zona tienden a ser elusivas por causas tafonómicas, ya que la erosión natural incide sobre las paredes más expuestas y degrada el pigmento junto a las areniscas que les hacen de soporte, llevando a los pigmentos a resultar casi indistinguibles de los óxidos, restos de nidos y otros elementos presentes en la roca.

En la actualidad esta dificultad puede enfrentarse con las herramientas digitales de procesado de imágenes, como el 'Análisis de Componentes Principales' o el popular software Dstretch, entre otros. Esto explicaría, no solo el porqué los motivos descubiertos han permanecido “ocultos” en este caso desde 1995, sino también porqué en los últimos años se están encontrando tantas evidencias nuevas de arte paleolítico en la región.

El presente artículo constituye un aporte fundamental al renovado impulso que viene tomando el arte rupestre en el extremo sur peninsular gracias al trabajo de campo de equipos de procedencia diversa, que a buen seguro seguirán trayendo novedades próximamente.

Fuente: novaciencia.es | 6 de enero de 2023

Neandertales: el arte más antiguo del mundo no lo hizo el 'Homo sapiens'

Réplica de la cueva de Maltravieso con huellas de manos de cuatro dedos de neandertales, Cáceres, España. WH_Fotos/Shutterstock.

Una de las cuestiones más debatidas en la historia de la investigación de los neandertales ha sido si crearon manifestaciones artísticas. En los últimos años, el consenso se ha convertido en que lo hicieron, a veces. Pero, al igual que las relaciones en ambos extremos del árbol evolutivo de los homínidos, entre los chimpancés y el Homo sapiens, el comportamiento de los neandertales varió culturalmente de un grupo a otro y a lo largo del tiempo.

Su expresión artística era quizás más abstracta que las figuras estereotipadas y las pinturas rupestres de animales que el Homo Sapiens hizo después de que los neandertales desaparecieran hace unos 30.000 años. Sin embargo, los arqueólogos están comenzando a apreciar cuán creativo fue el arte neandertal por derecho propio.

Se cree que el Homo sapiens evolucionó en África desde hace al menos 315.000 años. Las poblaciones de neandertales en Europa se remontan al menos a 400.000 años. Y en torno a hace 250.000 años, los neandertales mezclaban minerales como la hematita (ocre) y el manganeso con fluidos para hacer pinturas rojas y negras, presumiblemente para decorar el cuerpo y la ropa.

Es la naturaleza humana

La investigación realizada por arqueólogos paleolíticos en la década de 1990 cambió radicalmente la visión común de los neandertales como tontos. Ahora sabemos que, lejos de tratar de mantenerse al día con el Homo sapiens, tuvieron una evolución de comportamiento matizada propia. Sus grandes cerebros se ganaron su sustento evolutivo.

Sabemos por el hallazgo de restos en cuevas subterráneas, incluidas huellas de pie y evidencias del uso de herramientas y pigmentos en lugares donde los neandertales no tenían una razón obvia para estar, que parecen haber sido curiosos sobre su mundo.

El pigmento rojo se lavó en las concavidades de una cortina de estalactitas brillantes en la cueva de Ardales. Paul Petit y equipo.

¿Por qué se extraviaban partiendo desde el mundo de la luz hacia las peligrosas profundidades de las cuevas donde no había comida ni agua potable? No podemos decirlo con certeza, pero como esta circunstancia a veces implicaba crear expresiones artísticas en las paredes de las cavernas, probablemente ello era muy significativo de alguna manera, más que reducirse a una simple exploración.

Los neandertales vivían en grupos pequeños y muy unidos que eran muy nómadas. Cuando viajaban, llevaban brasas para encender pequeñas fogatas en los abrigos rocosos y riberas de los ríos donde acampaban. Utilizaron herramientas para tallar sus lanzas y descuartizar cadáveres de animales. Deberíamos pensar en ellos como grupos familiares unidos por constantes negociaciones y competencia entre ellos. Aunque organizados en pequeños grupos, en realidad era un mundo de individualidades.

La evolución de la cultura visual de los neandertales a lo largo del tiempo sugiere que sus estructuras sociales estaban cambiando. Utilizaron cada vez más pigmentos y adornos para decorar sus cuerpos. Como expliqué en mi libro, Homo Sapiens Rediscovered, los neandertales adornaban sus cuerpos tal vez a medida que la competencia por el liderazgo del grupo se volvía más sofisticada. Los colores y los adornos transmitían mensajes sobre la fuerza y ​​el poder, ayudando a las personas a convencer a sus contempoáneos de su fuerza e idoneidad para liderar.

Posteriormente, hace al menos 65.000 años, los neandertales usaron pigmentos rojos para pintar marcas en las paredes de cuevas profundas en España. En la cueva de Ardales, cerca de Málaga, en el sur de España, colorearon las secciones cóncavas de estalactitas de color blanco brillante.

En la cueva de Maltravieso, en Extremadura, al oeste de España, pintaron alrededor de sus manos. Y en la cueva de La Pasiega, en Cantabria, en el norte, un neandertal hizo un rectángulo presionando repetidamente las yemas de los dedos cubiertos de pigmento contra la pared.

No podemos adivinar el significado específico de estas marcas, pero sugieren que los neandertales se estaban volviendo más imaginativos.

Una de las varias docenas de plantillas de manos dejadas en la Cueva de Maltravieso. En el caso de esta mano el neandertal que la dejó habría tenido que tumbarse en el suelo, ya que fue creada sobre un techo de apenas 30cm de altura. Paul Pettitt y equipo.

Más tarde aún, hace unos 50.000 años, llegaron los adornos personales para complementar la presencia corporal. Estos estaban restringidos a partes de la estructura del cuerpo de los animales, entre otros: colgantes hechos de dientes de carnívoro, conchas y trozos de hueso. Estos collares eran similares a los que usaban en la misma época los Homo sapiens, probablemente reflejando una comunicación compartida simple que cada grupo podía entender.

¿Difiere la cultura visual neandertal de la del Homo sapiens? Creo que probablemente fuera así, aunque no en sofisticación. Estaban produciendo arte no figurativo decenas de milenios antes de la llegada del Homo sapiens a Europa, lo que demuestra que lo habían creado de forma independiente.

No obstante, difería. Todavía no tenemos evidencias de que los neandertales produjeran arte figurativo, como pinturas de personas o animales, las cuales -desde hace al menos 37,000 años- fueron ampliamente producidas por los grupos de Homo sapiens que eventualmente los reemplazarían en Eurasia.

El arte figurativo no es una insignia de modernidad, ni la falta de ello un indicio de primitivismo. Los neandertales utilizaron la cultura visual de forma diferente a sus sucesores. Sus colores y adornos fortalecían los mensajes entre sí a través de sus propios cuerpos en lugar de utilizar representaciones de cosas.

En muchos casos dejaron plantillas de manos en partes de paredes y techos de cuevas de difícil acceso, como estas en la cueva de El Castillo, en la que Paul Pettitt muestra la posición de las manos. Paul Pettitt y equipo.

Puede ser significativo que nuestra propia especie no produjera imágenes de animales o cualquier otra cosa hasta después de que los neandertales, los denisovanos y otros grupos humanos se extinguieran. Nadie hacía uso de ello en la Eurasia biológicamente mixta de hace entre 300.000 a 40.000 años.

Pero en África estaba surgiendo una variación de este tema. Nuestros primeros antepasados ​​empleaban sus propios pigmentos y marcas no figurativas para comenzar a referirse a los emblemas compartidos por los grupos sociales, como conjuntos repetidos de líneas y determinados patrones específicos.

Sus manifestaciones artísticas parecen haber tenido menos que ver con los individuos y más con las comunidades, como la utilización de signos compartidos, tal como los grabados en trozos pétreos con ocre hallados en la cueva de Blombos (derecha), en Sudáfrica, los cuales funcionarían como diseños tribales. Las etnias estaban surgiendo y los grupos, unidos por reglas y convenciones sociales, serían los herederos de Eurasia

Fuente: theconversation.com | 17 de enero de 2022

Descifran signos de pinturas rupestres del Paleolítico Superior como propias de un calendario lunar y de una forma de protoescritura

Uro con signos en un costado. Cueva de Lascaux (Dordoña, Francia). Universidad de Durham.

Desde hace tiempo se sabe que las pinturas rupestres de los cazadores y recolectores de la Edad del Hielo en Europa, las cuales tienen al menos entre 30.000 y 20.000 años de antigüedad, tienen algún significado, pero no se había descifrado.

A lo largo de los siglos se han encontrado estas pinturas de animales como renos, peces y ganado en cuevas de toda Europa, pero los arqueólogos no han podido saber cuál era el significado de los puntos y otras marcas que contienen las pinturas.

Puntos en una pintura rupestre de un uro hallada en la cueva La Pasiega (Cantabria, España). Universidad de Durham.

Ahora, el anticuario y conservador de muebles británico Ben Bacon ha concluido que las marcas en las pinturas están relacionadas con los ciclos lunares y la vida reproductiva de los animales.

Bacon, originario de Londres, ha dedicado innumerables horas de su tiempo libre a analizar las pinturas para descifrar su significado. Este aficionado a la arqueología se acercó a académicos de la Universidad de Durham y del Colegio Universitario de Londres para exponerles sus teorías y estos lo alentaron a seguir investigando.

Pintura rupestre de la cabeza de un caballo en la cueva de Chauvet (Ardèche, Francia). Universidad de Durham.

Bacon pasó numerosas horas en internet y en la Biblioteca Británica consultando imágenes de pinturas rupestres, lo que le llevó a acumular una gran cantidad de datos y poder comenzar a buscar patrones repetitivos.

En particular, examinó el signo "Y" que aparece en algunas pinturas, y pensó que podría ser un símbolo que significa "dar a luz", dado que mostraba una línea que crecía a partir de otra.

Ejemplos del signo <Y> en secuencias asociadas con representaciones de animales. (a) Caballo: Gruta de Pair-non-Pair, Francia, signo <Y> en la posición 3 en secuencia de 3; (b) Caballo: Cueva de Lascaux, Francia, signo <Y> en la posición 1 de la secuencia de 1; (c) Caballo: Cueva de Sotarizza, España, signo <Y> en la posición 1 de la secuencia de 1; (d) Rebeco: Gruta de Labastide, Francia, signo <Y> en la posición 2 en secuencia de 7; (e) Caballo: Gruta de Commarque, Francia, signo <Y> en la posición 2 en secuencia de 2; (f) Caballo (?): Parpalló, España, signo <Y> en posición 1 de secuencia de 1.

En colaboración con los expertos universitarios, analizaron los ciclos de nacimiento de animales actuales similares, y dedujeron que el número de marcas en las pinturas rupestres es un registro, por mes lunar, de las temporadas de apareamiento de los animales. La información estacional dibujada en las paredes se puede dividir en 13 períodos, lo que coincide con el año del calendario lunar

Los hallazgos del equipo fueron publicados en el Cambridge Archeological Journal.

Pintura rupestre de un ciervo rojo con puntos sobre la cabeza en la cueva de Lascaux (Dordoña, Francia). Universidad de Durham.

Estas marcas se encuentran en más de 600 imágenes de la Edad de Hielo en toda Europa. Las secuencias de puntos, líneas y otras marcas aparecen junto a representaciones de especies como renos, caballos salvajes, peces, bisontes y una forma de bovino extinto llamado uro.

Los investigadores también sugieren que tal sistema de registro podría interpretarse como un medio de escritura, o tal vez un sistema de protoescritura, el cual, señalan, sería evidencia de la forma más temprana de escritura del Homo sapiens.

Pintura rupestre de un salmón con tres marcas en la cueva del Pindal (Asturias, España). Universidad de Durham.

Después de varios años de estudio, los investigadores encontraron que las marcas coincidían con lo que habrían sido comportamientos estacionales de los animales, como el apareamiento o el parto. Tal información, señalan los investigadores, habría sido muy importante para los primeros cazadores porque ayudaba a realizar un seguimiento de qué animales serían más fáciles de matar durante un período temporal determinado.

Pintura rupestre de un mamut con posible representación del corazón del mismo y marcas a los lados en la cueva del Pindal (Asturias, España). Universidad de Durham.

La curiosidad no mató al gato

"El significado de las marcas dentro de estos dibujos siempre me ha intrigado, así que comencé a tratar de decodificarlas utilizando un enfoque similar al que otros adoptaron para comprender un forma temprana de los textos griegos", explica Bacon.

"Mediante el uso de información e imágenes de arte rupestre disponibles en la Biblioteca Británica y en Internet, acumulé la mayor cantidad de datos posible y comencé a buscar patrones repetitivos", dijo.

Ben Bacon, el conservador de muebles oriundo de Londres y que ha ofrecido una hipótesis explicativa sobre la interpretación de determinados signos asociados a pinturas parietales prehistóricas.

Bacon relató que una vez que halló lo que creía eran pistas, se puso en contacto con amigos y académicos universitarios de alto nivel. "Su experiencia fue fundamental para probar mi teoría", admitió.

"Era surrealista sentarse en la Biblioteca Británica y descifrar lentamente lo que decía la gente hace 20.000 años. Las horas de arduo trabajo sin duda valieron la pena", confesó.

Los profesores Paul Pettitt y Robert Kentridge, de la Universidad de Durham, han trabajado juntos en el desarrollo del campo de la paleopsicología visual, la investigación científica de la psicología que sustenta el desarrollo más temprano de la cultura visual humana.

"Los resultados muestran que los cazadores-recolectores de la Edad del Hielo fueron los primeros en usar un calendario sistemático y marcas para registrar información sobre los principales eventos ecológicos dentro de ese calendario", afirma Pettitt (izquierda).

Por su parte, Kentridge (derecha) agregó: "Las implicaciones son que los cazadores-recolectores de la Edad del Hielo no vivían simplemente en su presente, sino que registraban recuerdos del momento en el que ocurrieron eventos pasados y los usaban para anticipar cuándo ocurrirían de modo similar en el futuro, una capacidad que los investigadores de la memoria llaman viaje mental en el tiempo".

El profesor honorario del Colegio Universitario de Londres, Tony Freeth (izquierda) fue otro experto al que el aficionado Ben Bacon se acercó con su hipótesis.

"Me sorprendió cuando Ben vino a mí con su idea de que la cantidad de puntos o líneas en los animales representaban el mes lunar de eventos clave en el ciclo de vida de los animales", reconoce Freeth.

El equipo, que también incluyó a investigadores independientes como Azadeh Khatiri y el profesor de historia jubilado Clive James Palmer, espera realizar nuevos hallazgos.

Pintura rupestre de un caballo con marcas en la gruta de Mayenne-Sciences (Saulges, Francia).

"A medida que investigamos más profundamente, lo que estamos descubriendo es que nuestros ancestros se parecen a nosotros mucho más de lo que pensábamos anteriormente: estas personas, separadas de nosotros por muchos milenios, de repente están mucho más cerca", concluye Bacon. "Lo que esperamos, y este trabajo inicial es prometedor, es poder desbloquear más signos del sistema de protoescritura, lo que nos permitirá comprender qué información valoraban nuestros antepasados".

Fuentes: bbc.com | lanación.com.ar | 6 de enero de 2023

Una talla de 11.000 años de antigüedad, hallada en Turquía, puede ser la escena narrativa más antigua

Un panel de la escena que presenta una figura masculina agarrando su falo mientras está flanqueada por dos leopardos. Crédito: K. Akdemir.

En algún momento de la transición al Neolítico, surgió una cultura extraordinaria en el sureste de Turquía. Comenzando hace unos 12.000 años, esta cultura anterior a la cerámica se asentó en los pueblos antes del advenimiento de la agricultura. En las cimas de las colinas de su región de Sanliurfa, construyeron conjuntos monumentales tan extraordinarios y laboriosos que los arqueólogos no creyeron, al principio, que hubieran sido creados por meros cazadores-recolectores, que se suponía que eran nómadas.

Llámelos los primeros templos del mundo, llámelos lugares de reunión con posibles aspectos rituales: su propósito sigue siendo desconocido, pero cambiaron el paradigma de cómo evolucionó la civilización tal como la conocemos. El primer sitio de este tipo que se descubrió fue Gobekli Tepe, seguido de la identificación de al menos 15 más, incluido el recientemente famoso Karahan Tepe. Estos sitios ahora se conocen colectivamente como Tas Tepeler (colinas de piedra) y se caracterizan por lugares de reunión con representaciones estilizadas monumentales de personas y animales, así como pilares con un aspecto decididamente fálico.

Mapa de los yacimientos neolíticos anteriores a la cerámica en Şanlıurfa (mapa de E. Özdoğan).

Y en 2021, se descubrió otro de estos sitios enigmáticos en el pueblo de Sayburc, después de que se informara que los aldeanos habían reutilizado obeliscos antiguos para construir muros alrededor de sus jardines. El personal del impresionante Museo de Arqueología de Sanliurfa confirmó que estos componentes de la pared son, de hecho, artefactos del Neolítico.

Y ha sido en este pueblo donde se ha descubierto lo que podría ser el relieve mural narrativo más antiguo del Cercano Oriente, creado hace unos 11.000 años, informó la profesora Eylem Özdoğan (izquierda) en el Journal of Antiquity.

Tallado en una pared rocosa

El 'Tell' o 'Tepe' (montículo, colina) neolítico (o simplemente preneolítico) de Sayburc se encuentra al pie de las montañas Tauro orientales y se encuentra a 60 kilómetros del río Éufrates. La mayor parte del mismo está oculta por el moderno pueblo de Sayburc, el cual comenzó a surgir en 1949, pero podemos considerar que este lugar estuvo ocupado durante más de 11.000 años.

Tras el descubrimiento de los artefactos neolíticos en las estructuras modernas, la excavación ordenada, que comenzó en 2021, encontró dos zonas de ocupación neolítica anteriores a la cerámica, explica Özdoğan. El primero consistía en edificios públicos, al sureste de los cuales se encuentran las ruinas de un asentamiento romano muy posterior. La segunda zona es el antiguo distrito residencial.

Debajo de una casa moderna en Sayburç hay un edificio público monumental de hace 11.000 años con un relieve narrativo en un banco de piedra. Crédito : cortesía del archivo del proyecto Sayburç / Antiquity Publications Ltd, Eylem Ozdogan

El relieve narrativo se encontró en un gran edificio comunal de 11 metros de diámetro, detectado entre los edificios públicos de la primera zona, dice Özdoğan. La investigación arqueológica de este edificio está obstaculizada en gran medida por las modernas viviendas construidas sobre él. Aun así, por lo que se ha esclarecido hasta ahora, encontraron que todo este relieve fue tallado en una pared rocosa de piedra caliza, similar a otros hallazgos de ese período realizados en otros asentamientos, confirma Özdoğan. Téngase en cuenta que los residentes -cazadores-recolectores- tuvieron que haber usando herramientas de piedra para tallar en la pared rocosa, lo que debió suponer un gran esfuerzo.

Al igual que en los otros asentamientos o 'Tepes', se tallaron bancos en la roca a lo largo de las paredes, y fue en la cara de un banco de 60 a 80 centímetros de altura donde se descubrió el relieve. Además, el banco muestra una serie de cavidades de unos 40 centímetros de ancho a lo largo de la pared, las cuales pudieron haber sido nichos para pilares, ahora desaparecidos.

Como se ha dicho, algunos piensan que los Tepes, como Gobekli Tepe, son los templos más antiguos del mundo. Hay características de rituales en abundancia, pero no podemos decir más. El profesor Necmi Karul (derecha) de la Universidad de Estambul, y que ahora excava Karahan Tepe y otros sitios, prefiere referirse a ellos como "lugares de reunión", porque seguramente lo fueron. Por lo general, se construyeron en las cimas de las colinas, y Sayburc también lo era, aunque no tan alta como las cimas de las colinas de Gobekli Tepe y Karahan Tepe, desde donde los reunidos tenían una brisa agradable y una vista excelente de la llanura mesopotámica que los rodeaba.

El edificio comunal en Sayburç, en el que se muestra el banco con posibles nichos para pilares, y que data de alrededor del noveno milenio a. C. Crédito: Cortesía del archivo del proyecto Sayburç / Antiquity Publications Ltd, y Eylam Ozdogan.

Grandes felinos y toros salvajes

En cuanto al relieve del banco, la profesora Özdoğan sugiere que encarna lo esencial de una narrativa: tiene un tema y una historia, en contraste con otras imágenes de similar periodo halladas en el área, las pueden estar representadas en grupos pero son independientes.

¿Que muestra el relieve? Cinco figuras de humanos y animales, o seis, según se interprete. El relieve consta de dos partes. En una muestra a un hombre agarrando su pene con su mano derecha, mientras que su brazo izquierdo está doblado sobre su vientre, al tiempo que está flanqueado por dos felinos con la boca abierta que le observan. El individuo se nos aparece de frente, mientras que los dos felinos están representados de perfil. Sus largas colas están enroscadas hacia sus cuerpos y a uno de ellos se le representa con un falo. El otro no lo lleva.

La escena, incluidas las dos figuras masculinas, talladas en el banco. Crédito: B. Kösķer / Antiquity Publications Ltd, E. Ozdogan.

El segundo conjunto muestra a un hombre (parece que se le representó o se le quiso representar con un falo) y a un toro enfrentados. El hombre se muestra con las piernas medio flexionadas, y está de espaldas al hombre que se enfrenta a los felinos. En una mano agita una especie de matraca o serpiente. Las serpientes suelen aparecer en relieves de otros asentamientos o 'Tells'. De hecho, hay una extraña estructura similar a un estanque en Karahan Tepe que se diría tiene una serpiente tallada en la roca a lo largo de una pared.

Pero volvamos a Sayburc: el toro se muestra de perfil, pero vemos su cabeza como si estuviera girada o la viéramos desde arriba, con cuernos prominentes. Esta representación estilizada es, nuevamente, similar a las de otros asentamientos coetáneos en el sureste de Turquía.

La estructura similar a una piscina en Karahan Tepe. Crédito: Agencia de Desarrollo y Promoción Turística de Türkiye.

En ambas escenas se puede decir que se ha enfatizado las características más peligrosas de los animales representados: los dientes de los felinos y los cuernos del toro. A su vez: solo el hombre entre los felinos se muestra en alto relieve, mientras que el resto de figuras están realizadas en un relieve plano. Además, el hombre situado entre los felinos parece que está sentado o es muy bajo, señala la profesora Özdoğan. “Creo que es una figura sentada. Esta puede ser la razón de cierta desproporción del cuerpo”.

Para el ojo moderno, la cara del hombre entre los felinos se ve como parecida a una gárgola. Cuando se le preguntó a Özdoğan si no podría representar quizás a una figura demoníaca o sobrenatural, respondió que las líneas y ángulos de la cara podrían estar, en realidad, representado una máscara (al fin y al cabo, se han encontrado máscaras de piedra en contextos neolíticos en todo el Cercano Oriente), pero no lo cree.

El hombre podría estar representado con una máscara en la cara. Crédito: Archivo del proyecto Sayburc.

“Las figuras humanas de este período, de las cuales hay muchas en 'Karahan Tepe', representan el rostro con todo detalle. Los ojos, la boca, la nariz y las orejas siempre están debidamente caracterizados, y, aunque todos los rostros se ven diferentes, representan a hombres”, agrega.

La circunstancia de que el hombre situado entre los felinos, se halle sentado o no, y agarre su pene, está muy relacionado con el arte del periodo Neolítico del Cercano Oriente. “Es bastante común”, dice ella. “El pene siempre se representa para indicar la identidad masculina, ya que expresa el estado o condición de un hombre, y la mayoría de las veces se muestra erecto. No hay nada nuevo bajo el sol. Los animales también a menudo se muestran con sus penes", observa.

Un felino feroz encontrado en Gobekli Tepe enseña los dientes en el museo de Sanliurfa. Crédito: Valence Levi Schuster.

La revolución del 'arte social'

Entonces, ¿qué tenemos? Cinco figuras: dos humanos, uno frente a nosotros y otro no, uno sosteniendo su pene y el otro sosteniendo una atraca (y/o serpiente); y tres animales peligrosos, todos representados a lo largo del plano de la pared del banco de piedra. ¿Cómo es que estamos ante un panel narrativo que difiere conceptualmente de los humanos y animales tallados en pilares y paredes monumentales de otros asentamientos?

“Estamos acostumbrados en el mundo moderno a las escenas dispuestas en sentido horizontal”, explica Özdoğan, "pero no siempre tiene o tuvo que ser así. Los pilares tallados en otros asentamientos tienen escenas verticales, y su desorden puede, incluso, ofrecernos una unidad narrativa”.

Así que la narración está en el ojo del espectador. El profesor Karul también especula que un papel clave que jugaban los lugares de reunión de la Turquía neolítica era la narración de historias, para las cuales se ayudaban, posiblemente, de las imágenes talladas en las imponentes piedras. En Gobekli Tepe algunos de esos pilares tallados tienen hasta seis metros de altura.

Reproducción de un pilar principal de Gobekli Tepe en el Museo de Prehistoria de Sanliurfa, con una persona de 1.80 metros de altura a su lado para ver la escala. Crédito: Ruth Levi Schuster.

Sayburc tiene el arte narrativo más antiguo del Cercano Oriente, pero Özdoğan quiere poner tal hecho en su adecuada valoración. “Hay arte rupestre magnífico en el mundo, especialmente en Europa, y también parecen tener una intención narrativa. No podemos ignorarlo: nada comienza de repente en determinado lugar. Ahora bien, el arte paleolítico a menudo se ubica en los rincones más ocultos de las cuevas, y no tiene el propósito de ser compartido con la comunidad, pero el el arte neolítico es distinto, es más social, está hecho para ser visto y posiblemente con la intención de relatar mitos”.

¿Qué pasará en el futuro en Sayburc? "Muy posiblemente las casas modernas sean demolidas para permitir que la estructura neolítica donde se encontró el relieve quede expuesta en su totalidad", concluye Özdoğan. "Con ello tal vez entonces aprendamos más sobre esta misteriosa cultura que surgió en la cúspide del Neolítico en el sureste de Turquía, en un lugar que alguna vez fue un paraíso".

Fuente: haaretz.com | 8 de diciembre de 2022

La Asociación Europea de Arqueólogos premia una foto de un yacimiento de La Palma (Islas Canarias)

Foto del yacimiento rupestre de El Verde, emplazado en el municipio de El Paso de la isla de La Palma, premiada por la Asociación Europea de Arqueólogos. Autor: José Farrujia de la Rosa

La Asociación Europea de Arqueólogos (European Association of Archaeologists, EAA), ha concedido el Premio The European Archaeologist Photojournalist of the year 2022 al profesor de la Universidad de La Laguna (ULL), José Farrujia de la Rosa, por su foto del yacimiento rupestre de El Verde, emplazado en el municipio de El Paso, en el que se recoge el momento del ocaso solar durante el solsticio de verano.

La Asociación Europea de Arqueólogos, que anualmente concede tres premios sin distinción dentro de este certamen, propuso como lema de la edición ¿Cuál es el espíritu de la arqueología en el año 2022? y la elaboración de un texto explicativo que acompañara a la fotografía.

En la imagen galardonada se capta el atardecer del 17 de junio de 2022 y la proyección de la luz del sol sobre un panel rupestre grabado con una espiral.

La imagen fue tomada por Farrujia en el marco de un proyecto de innovación y transferencia educativa, desarrollado desde el Área de Didáctica de las Ciencias Sociales de la ULL bajo el título Aprendizaje activo y patrimonio cultural desde la Didáctica de las Ciencias Sociales.

La estación de Grabados Rupestres de El Verde se encuentra cerca de los grabado de La Fajana y cuenta con 13 paneles de motivos geométricos en el que destacan los grupos de las espirales, entre ellas la de mayor tamaño de la Isla, los meandriformes y uno de los mejores grupos de grecas de Benahoare.

El proyecto, centrado en la educación patrimonial y destinado al alumnado que cursa el Grado de Maestro/a en Educación Primaria de la Facultad de Educación, aboga precisamente por el aprendizaje contextual y por los itinerarios patrimoniales como estrategias didácticas claves en la formación inicial del alumnado del referido grado.

Farrujia indica que una buena imagen puede ayudar a complementar la explicación didáctica de un yacimiento y a facilitar su comprensión por parte del alumnado, especialmente cuando lo que se explica durante la visita es un fenómeno puntual que sólo se registra en determinados momentos del año.

“Las culturas ancestrales basadas en la ganadería y la agricultura, como es el caso de los indígenas de las Islas Canarias, llevaban a cabo sus principales celebraciones durante el verano. En el momento del solsticio, es decir, cuando el sol alcanzaba su órbita más alta, comenzaba el año para los antiguos canarios. A partir de entonces recogían sus cosechas y unían a las cabras con los machos para garantizar la cría”, explica Farrujia (izquierda), en su texto.

Durante el solsticio y al atardecer, tal y como se aprecia en la foto premiada, el Sol al descender, proyecta su luz por el hueco que se ve en la silueta de la montaña e ilumina la roca grabada con la espiral.

“Por eso los antiguos palmeros eligieron estas rocas del barranco, y no otras, para dejar su huella, porque justo allí ”Magec“, el Sol, proyectaba y sigue proyectando su luz al atardecer y sigue anunciando la llegada del verano”, relata José Farrujia.

El premio concedido implica, entre otros aspectos, la reproducción de la foto en la portada del boletín insignia de la arqueología europea, The European Archaeologist (El/la arqueólogo/a Europeo/a), que se difunde entre los más de 11.000 miembros de la Asociación, procedentes de más de 60 países de todo el mundo.

Asimismo, la imagen se difundirá como parte de las actividades promocionales de la asociación y en sus redes sociales, con lo que ello implica para la divulgación de los valores del patrimonio arqueológico canario en el ámbito internacional.

Este galardón, según Farrujia, no hubiera sido posible sin la labor de la Asociación Iruene La Palma y sin los estudios que viene desarrollando en los últimos años su presidente, Miguel Angel Martín González, sobre la cosmovisión de los antiguos palmeros.

“La arqueología y la educación patrimonial pueden mantener vivo el eco del pasado y, al hacerlo, nos ayudan a comprender mejor nuestro entorno y su valor”, concluye Farrujia en el texto que acompaña a la imagen galardonada.

José Farrujia de la Rosa es el actual Vicedecano del Grado de Primaria, Cultura y Proyección Social de la Facultad de Educación de la universidad lagunera, además de ser autor de diferentes publicaciones y textos científicos sobre el estudio de la vida de los antiguos canarios.

Fuente: eldiario.es | 22 de noviembre de 2022