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Un estudio sobre unas canoas de hace 7.000 años revela el momento clave en los orígenes de la navegación

Excavaciones de la canoa 5 en el yacimiento de La Marmotta, Italia. Gibaja et al.

El yacimiento neolítico de La Marmotta (Anguillara Sabazia, Italia) se encuentra en la actualidad sumergido a ocho metros de profundidad bajo las aguas del lago Bracciano, a unos 300 metros de la línea de la orilla moderna. Pero hace unos 7.000 años, allí vivió una comunidad con una economía doméstica muy consolidada y casas rectangulares con compartimentos internos y un hogar central. Una organización espacial que podría corresponderse con un modelo inicial de protourbanismo.

Los habitantes del sitio consumieron cabras, bueyes y cerdos y distintas especies de trigo y leguminosas, cazaron y recolectaron, y fabricaron miles de artefactos de piedra, madera y hueso, ornamentos y recipientes cerámicos de cestería. Una intensa actividad que ha sobrevivido gracias a un excepcional contexto, bajo tres metros de sedimentos, para su conservación. Entre los hallazgos singulares se contabilizan decenas de hoces, cuencos, palos cavadores, arcos y cestos, restos de material textil y de alimentos y, por encima de todo, cinco canoas prehistóricas que aparecieron asociadas a algunas viviendas.

Ubicación del yacimiento La Marmotta en la península italiana.

Un nuevo estudio de estas excepcionales embarcaciones fechadas entre 5700 y 5100 a.C. ha desvelado que son las únicas canoas del Neolítico conocidas hasta el momento en los yacimientos de la cuenca mediterránea. Según los autores de la investigación, publicada en la revista PLOS ONE y liderada por Juan Francisco Gibaja, de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades, dependiente del CSIC, este descubrimiento ofrece información incalculable sobre el tipo de navegación que se desarrolló en ese momento de la Prehistoria.

"La datación directa de las canoas neolíticas de La Marmotta revela que son las más antiguas del Mediterráneo, lo que ofrece información invaluable sobre la navegación neolítica. Su estudio revela la asombrosa sofisticación tecnológica de las primeras comunidades agrícolas y pastoriles, destacando sus habilidades para trabajar la madera y la construcción de embarcaciones complejas", subraya Gibaja (izquierda) en sus conclusiones.

El análisis de las canoas ha confirmado que fueron construidas con cuatro tipos diferentes de árboles perforados (roble, aliso, álamo y haya), una variedad inusual en los yacimientos del mismo periodo. La canoa número uno, la mejor conservada, expuesta en la actualidad en el Museo de las Civilizaciones de Roma, mide más de diez metros de largo y contaba con refuerzos transversales para proteger el casco y mejorar su manejo.

Canoa Marmotta 1. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Elemento en forma de T con cuatro orificios asociados a la canoa Marmotta 1.

Además, se han identificado unos elementos con forma de T y con agujeros insertados en la zona de estribor. Su posición y características sugieren que pudieron haber sido utilizados para sujetar cuerdas atadas a una posible vela o para unir otros elementos náuticos como un estabilizador o incluso una segunda canoa formando una suerte de catamarán. Unas soluciones que habrían proporcionado mayor seguridad y estabilidad, y mayor capacidad de transporte de personas, animales y mercancías.

Canoa Marmotta 2. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Las canoas de La Marmotta, un lago conectado con el Mediterráneo mediante el río Arrone, de 38 kilómetros, constituyen un extraordinario ejemplo de embarcaciones prehistóricas, cuya construcción requirió una comprensión detallada del diseño estructural y las propiedades de la madera, así como una mano de obra especializada en el uso de hachas y azuelas.

Canoa Marmotta 3. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Canoa Marmotta 4. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

Canoa Marmotta 5. En exhibición en el Museo delle Civiltà de Roma.

"Su tamaño, los otros elementos asociados a ellas y la variedad de especies de árboles convierten a este yacimiento en un punto de referencia obligatoria en cualquier tipo de debate sobre el proceso de neolitización alrededor del Mediterráneo y los orígenes de la navegación", destacan los investigadores en las conclusiones.

Azuelas y hachas de piedra que muestran evidencia de uso y desgaste de carpintería. A) herramienta 32454; A1-2) 200x; B) herramienta 40781; B1-2) 200x; C) herramienta 28881; C1-2) 200x (Foto: Alba Masclans)

Además de las características señaladas, en el sitio se han recuperado herramientas de piedra de obsidiana vinculadas a las islas cercanas de Lipari y Palmarola. Todas estas evidencias indican que se trataba de embarcaciones en condiciones de navegar. Según el equipo multidisciplinar de investigadores, las similitudes entre estas canoas y las tecnologías náuticas modernas respaldan la idea de que muchos de los avances clave en el mundo de la navegación se registraron durante el Neolítico temprano. Futuras prospecciones en La Marmotta, un yacimiento del que se excavó el 25% entre 1992 y 2006, pueden tal vez arrojar nuevos hallazgos sobre las canoas, a fin de seguir desentrañando los orígenes de un comportamiento fundamental en la evolución humana.

Fuentes: elespanol.com | phys.org | 20 de marzo de 2024

Material vegetal en herramientas de obsidiana halladas en Rapa Nui sugiere que sus primeros pobladores visitaron América del Sur y regresaron

Sitio de Anakena, tal como luce hoy en día después de las excavaciones y restauración. Crédito: Andrea Seelenfreund, CC BY

Un equipo de arqueólogos afiliados a varias instituciones de Chile informa que los primeros pobladores de la isla de Rapa Nui navegaron hacia América del Sur, interactuaron con las personas que vivían allí y luego regresaron. En su estudio, publicado en PLOS ONE, el grupo analizó el material vegetal encontrado en hojas de obsidiana fabricadas por los primeros pobladores de la isla.

Investigaciones anteriores han demostrado que hubo personas que vivieron en Rapa Nui durante los años 1000 a 1300, aunque aún se desconoce su origen; esos primeros colonos son más famosos por sus gigantescas tallas de piedra de figuras humanas los llamados moái.

Mapa de Isla de Pascua (Rapa Nui) que muestra la ubicación de Anakena y el sitio arqueológico.

En este nuevo estudio, el equipo de investigación encontró evidencia de que algunos de esos primeros colonos navegaron hasta la costa de América del Sur y regresaron. Un viaje de este tipo habría implicado navegar de ida durante 3.700 kilómetros y probablemente habría tardado entre uno y dos meses en llegar, dependiendo del clima.

Investigaciones anteriores han encontrado que la historia oral del pueblo Rapu Nui incluye informes de al menos un viaje realizado por los primeros colonos a América del Sur. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación dio seguimiento a dichos informes desenterrando y estudiando hojas de obsidiana en un sitio llamado Anakena, el asentamiento más antiguo conocido en la isla. Los investigadores encontraron cantidades muy pequeñas de materia vegetal en 20 hojas de obsidiana, lo que constituye una evidencia clara de que se utilizaban para procesar alimentos de este origen.

Sección transversal longitudinal del perfil de la Zanja C1. Se recuperaron artefactos de la capa marcada en rojo. (Extracto de figura original en Skjølsvold, 1994 reimpreso bajo licencia CC BY, con autorización del Museo Kon Tiki).

Artefactos de obsidiana muestreados para este estudio.

Un análisis de este material vegetal mostró que procedía de la yuca, la batata, el árbol del pan, del ñame morado, del taro, la achira, el jengibre y la manzana de Tahití. De ellos, la manzana de Tahití y el árbol del pan se destacaban, dado que ninguno de los dos crece naturalmente en Rapa Nui, y el jengibre nunca antes se había visto en partes remotas de Oceanía.

La yuca, la batata y la achira también se destacaban, pero por una razón diferente: los tres son alimentos sudamericanos. También notaron que los restos de camote se encontraron en las partes más profundas del sitio de excavación, lo que sugiere que llegaron a la isla durante los primeros años de la colonización de la misma.

Los investigadores concluyen que los primeros colonos Rapu Nui se aventuraron en un viaje Sudamérica y regresaron, y quizás lo realizaron varias veces. Sugieren además que parte de los alimentos que trajeron consigo fueron plantados y utilizados para su cultivo durante los años siguientes.

Fuente: phys.org | 21 de marzo de 2024

La súper erupción del volcán Toba, hace 74.000 años, pudo haber provocado la dispersión de los humanos modernos fuera de África

Excavaciones llevadas a cabo en el sitio arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, han atestiguado una población de humanos de hace 74.000 años que sobrevivió a la erupción del supervolcán Toba. Foto cortesía de https://topographic-map.com, Licencia de base de datos abierta (ODbL) v1.0.

Los humanos modernos se dispersaron fuera de África varias veces, pero el evento que condujo a la expansión global ocurrió hace menos de 100.000 años.

Algunos investigadores plantean la hipótesis de que las dispersiones se limitaron a “corredores verdes” formados durante los intervalos de climas húmedos, cuando la comida era abundante y las poblaciones humanas se expandían al mismo ritmo que sus entornos.

Pero un nuevo estudio en Nature, que incluye a los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona Curtis Marean, Christopher Campisano y Jayde Hirniak, sugiere que los humanos también pudieron haberse dispersado durante los intervalos áridos a lo largo de las "autopistas azules" creadas por ríos estacionales. Los investigadores también encontraron evidencias de cocina y herramientas de piedra que representan la prueba más antigua de tiro con arco.

En su trabajo en el Cuerno de África los investigadores han descubierto evidencias que muestran cómo los primeros humanos modernos sobrevivieron tras la erupción del Toba, uno de los supervolcanes más grandes de la historia, hace unos 74.000 años. La flexibilidad de comportamiento de estas personas no sólo les ayudó a sobrevivir a la súper erupción, sino que también pudo haber facilitado la posterior dispersión de los humanos modernos fuera de África y por el resto del mundo.

"Este estudio confirma los resultados de Pinnacle Point en Sudáfrica: la erupción del Toba pudo haber cambiado el medio ambiente en África, pero la gente se adaptó y sobrevivió a ese cambio ambiental causado por la erupción", dijo Marean (izquierda), científico investigador del Instituto de Orígenes Humanos y Profesor de Fundación de la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social.

El equipo investigó el sitio Shinfa-Metema 1 en las tierras bajas del actual noroeste de Etiopía a lo largo del río Shinfa, un afluente del río Nilo Azul. La súper erupción ocurrió durante la mitad del tiempo en que el sitio estuvo ocupado y está documentada por pequeños fragmentos de vidrio cuya química coincide con la del supervolcán Toba.

Se recuperó un pequeño fragmento de vidrio más pequeño que el diámetro de un cabello humano en el sitio de la Edad de Piedra Media, en el noroeste de Etiopía, llamado Shinfa-Metema 1. Su química coincide con la del supervolcán Toba situado al otro lado del mundo, en Indonesia. Las personas que vivieron en este sitio arqueológico sobrevivieron a la súper erupción gracias a su flexibilidad de comportamiento. Foto de Racheal Johnsen

Determinar el momento oportuno a través de criptotefra

"Una de las implicaciones innovadoras de este estudio es que con los nuevos métodos de criptotefra (el uso de cenizas volcánicas para datar y correlacionar eventos geológicos y climáticos) desarrollados para nuestro estudio anterior en Sudáfrica, y ahora aplicados aquí, en Etiopía, podemos correlacionar sitios de toda África, y tal vez en todo el mundo, con una resolución de varias semanas de duración”, explica Marean.

Las criptotefras son fragmentos de vidrio volcánico característicos que pueden tener un tamaño de entre 80 y 20 micrones, lo que implica que es más pequeño que el diámetro de un cabello humano. Extraer estos fragmentos microscópicos de los sedimentos arqueológicos requiere paciencia y gran atención al detalle.

“Buscar criptotefra en estos sitios arqueológicos es como buscar una aguja en un pajar, pero sin saber si existe siquiera una aguja. Sin embargo, tener la capacidad de correlacionar sitios a 5.000 millas de distancia, y potencialmente más lejos, en semanas en lugar de miles de años, hace que todo valga la pena”, dijo Campisano (derecha), científico investigador del Instituto de Orígenes Humanos y profesor asociado de la Escuela de Ciencias Humanas, Evolución y Cambio Social.

"Este estudio, una vez más, destaca la importancia de que el equipo de la Universidad de Nevada-Las Vegas/Universidad Estatal de Arizona supere los límites para analizar con éxito la criptotefra, de abundancia extremadamente baja (menos de 10 fragmentos por gramo) hasta la fecha, y enclaves arqueológicos correlacionados en toda África", continúa Campisano.

Los métodos para identificar criptotefra de baja abundacia en Pinnacle Point se desarrollaron por primera vez en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV), dirigidos por el fallecido Eugene Smith y Racheal Johnsen, y ahora se llevan a cabo en el Laboratorio de preparación de sedimentos y TEphra (STEP) de la Universidad del Estado de Arizona (ASU).

Hirniak, estudiante graduada de la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social, dirigió el esfuerzo de ASU para crear su propio laboratorio de criptotefra, el Laboratorio STEP, trabajando con Campisano y basándose en métodos desarrollados en la UNLV. Hirniak también colaboró ​​con laboratorios de criptotefra en el Reino Unido que trabajan con muestras de sedimentos que preservan cientos o miles de fragmentos de vidrio. Ahora la principal experiencia de Hirniak es la tefrocronología, que implica el uso de ceniza volcánica para vincular registros arqueológicos y paleoambientales y ubicarlos en la misma línea de tiempo, lo cual fue su contribución a esta investigación.

“Nuestro laboratorio en ASU fue construido para procesar horizontes de criptotefra de abundancia extremadamente baja mediante una técnica altamente especializada. Sólo hay unos pocos laboratorios en el mundo con estas capacidades”, afirmó Hirniak (izquierda).

Las puntas de proyectil de halladas en sitio arqueológico de la Edad de Piedra Media, Shinfa-Metema 1, en las tierras bajas del noroeste de Etiopía, y que datan de la época de la súper erupción del Toba, hace 74.000 años, proporcionan evidencia del uso del arco y flechas antes de la dispersión de los humanos modernos fuera de África. Foto cortesía del Proyecto de estudio del Nilo Azul.

Migraciones por las 'autopistas azules'

Con base en la geoquímica isotópica de los dientes de mamíferos fósiles y cáscaras de huevos de avestruz, concluyeron que el sitio de Shinfa-Metema 1 fue ocupado por humanos durante una época con largas estaciones secas a la par que algunos de los hábitats más áridos estacionalmente del este de África en la actualidad. Hallazgos adicionales sugieren que cuando el caudal de los ríos se detenía durante los períodos secos, la gente se adaptaba cazando animales que acudían a los pozos de agua restantes para beber. A medida que los pozos de agua siguieron reduciéndose, se hizo más fácil capturar peces sin ningún equipo especial, y las dietas se inclinaron más hacia el pescado.

Sus efectos climáticos parecen haber producido una estación seca más larga, lo que hizo que la gente de la zona dependiera aún más del pescado. La reducción de los pozos de agua también pudo haber empujado a los humanos a migrar hacia el exterior en busca de más alimentos.

"A medida que la gente agotaba los alimentos dentro y alrededor de un determinado pozo de agua de la estación seca, probablemente se veían obligados a trasladarse y buscar nuevos pozos de agua", dice John Kappelman (izquierda), profesor de antropología y ciencias planetarias y terrestres de la Universidad de Texas en Austin y autor principal del estudio. "Los ríos estacionales funcionaron así como 'bombas' que desviaron poblaciones a lo largo de los canales de un pozo de agua a otro, impulsando potencialmente la dispersión más reciente fuera de África".

Es poco probable que los humanos que vivieron en Shinfa-Metema 1 fueran miembros del grupo que abandonó África. Sin embargo, la flexibilidad de su comportamiento les ayudó a adaptarse a las condiciones climáticas desafiantes derivadas de la súper erupción del Toba, y fue probablemente un rasgo clave de los humanos de la Edad de Piedra Media que permitió a nuestra especie finalmente dispersarse fuera de África y expandirse por todo el mundo.

Las personas que vivían en la zona de Shinfa-Metema 1 cazaban una variedad de animales terrestres, desde antílopes hasta monos, como lo atestiguan las marcas de cortes en los huesos, y aparentemente cocinaban sus alimentos, tal como lo demuestran las evidencias de fuego controlado hallados en el sitio. Las herramientas de piedra más distintivas son pequeñas puntas triangulares simétricas. Los análisis muestran que dichas puntas son probablemente puntas de flecha que, con 74.000 años de antigüedad, representan la evidencia más antigua de tiro con arco.

La investigación sobre criptotefra de ASU fue financiada por la Hyde Family Foundation, la National Science Foundation, el Institute of Human Origins y la Arizona State University.

Fuente: Arizona State University | 20 de marzo de 2024

La revolución tecnológica que los humanos llevaron a cabo en la península ibérica hace 8.500 años

Foto: Puntas de proyectil en forma trapezoidal encontrados en el yacimiento de Casa Corona, Villena (Alicante).

Un estudio arqueológico de la Universidad de Alicante (UA) ha determinado el momento de la aparición y difusión en la península ibérica de una innovadora tecnología de origen geográfico desconocido que permitió a las últimas sociedades cazadoras y recolectoras del Mesolítico adaptarse mejor al cambio climático registrado al final de ese periodo de la Prehistoria.

"Por primera vez hemos desentrañado el momento cronológico en el que aparece una nueva modalidad en la fabricación de pequqeñas puntas de proyectil en sílex con forma de trapecio", una revolucionaria tecnología que se extendió hace 8.500 años por la península ibérica, según ha revelado, en una entrevista con EFE, la coautora de este trabajo, la investigadora María Magdalena Gómez-Puche (izquierda). "Su difusión fue muy rápida, en un intervalo de menos de 100 años, y se produjo entre grupos humanos geográficamente distanciados", ha destacado esta experta.

Gómez-Puche y el investigador Javier Fernández-López de Pablo, ambos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA, han llevado a cabo este estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Radiocarbon de la Universidad de Cambridge tras un exhaustivo análisis del conjunto de fechas de carbono 14 existentes en yacimientos mesolíticos peninsulares que presentan este método de diseñar las puntas de proyectil.

"Sin duda uno de los grandes interrogantes en la Prehistoria europea, objeto de investigación desde hace mucho tiempo, es cómo se difundió este nuevo sistema técnico, que mejoró la eficacia en la caza, ya que irrumpe en casi toda Europa y parte del Magreb. Al ser un fenómeno tan amplio, es muy complejo conocer su origen geográfico y los mecanismos de su difusión", ha señalado la arqueóloga.

Se han hallado puntas de proyectil con forma de trapecio en yacimientos de la península ibérica que están ubicados muy lejos entre sí, a distancias superiores a los 100, 150 e, incluso, 500 kilómetros: en el interior de la Comunidad Valenciana, en el sur de los Pirineos, en la cornisa cantábrica o en el centro de Portugal, por ejemplo.

Entrada a la Cova Foradada, uno de los yacimientos analizados en el estudio. Juan I. Morales.

Redes sociales

Al ser tan rápida su expansión y producirse en una amplia zona geográfica, existen indicios para sustentar la hipótesis de que los grupos humanos geográficamente distanciados debían estar conectados a través de redes sociales extensas mediante las cuales se intercambiaban los conocimientos y que posibilitaban un flujo de información, ha apuntado Gómez-Puche.

Una vez establecida con este estudio la fecha de la aparición de esta tecnología, "se plantea ahora la necesidad de saber cómo se transmitió tan rápidamente y cómo eran esas redes sociales", ha señalado la experta, quien ha recordado que el Mesolítico engloba a los últimos grupos de cazadores-recolectores que desarrollaron su vida antes de la agricultura.

"Por los datos que hemos investigado, sabemos que esta modalidad de fabricar las puntas de los proyectiles no se inventó de manera autóctona en la península ibérica, sino que probablemente, según nuestra hipótesis y a la luz de la señal cronológica que hemos concretado, se propagó desde el sur de Francia, posiblemente a través de los Pirineos, al resto de la Península", ha detallado.

"Las fechas que hemos analizado de carbono 14 tienen una gradación cronológica de norte a sur, es decir, las fechas más antiguas en las que aparecen estos trapecios están cerca de los Pirineos y las más recientes en el sur de la península ibérica y Portugal", según ha especificado la investigadora.

Distribución espacial de sitios arqueológicos en el corte temporal 2 (TS2) 8.600-8.400 BP. Yacimientos arqueológicos con trapecios, grupo 1: 42. Peña 14. 89: El Mazo. 136: Cocina. 173: El Esplugón. 215: Botiquería. 222: Artusia. Yacimientos arqueológicos con trapecios, grupo 2: 39: Mendandia. 124: El Collado. 63: Tosal de la Roca. 67: Nerja. 105: Cueva Blanca. 177: Aizpea. 217: Los Baños. 297: Cueva del Nacimiento. Yacimientos arqueológicos sin trapecios, grupo 3: 15. Rei Cintolo. 26. Atxoste. 80: La Garma. 91: Cova Foradada. 100: Prazo. 109: Mazaculos II. 118: Kobeaga II. 120: J3. 135: Fuente del Ros. 143: San Julião. 171: Berroberría. 174. Kanpanoste Goikoa. 178: Ekaín. 182: Serrat del Pont. 210: Arenal de la Virgen. 212: Kanpanoste. 225: Carabión.

67 yacimientos estudiados

La relevancia del trabajo de la UA estriba también en que se han integrado todas las distintas zonas de la península ibérica estudiadas con anterioridad de forma aislada. "Desde hace más de 20 años se lleva investigando este periodo, sobre todo en la zona del valle del Ebro donde hay mucha riqueza de datos arqueológicos, en la fachada mediterránea y en la cornisa cantábrica", ha explicado Gómez-Puche.

"Hemos fijado el momento cronológico de la irrupción de esta tecnología en la península ibérica, que fue realmente revolucionaria, empleando un procedimiento cuantitativo muy riguroso y ampliamente aceptado en el ámbito científico: el análisis de registros radiocarbónicos a través de modelos cronológicos bayesianos, una técnica estadística que calcula las probabilidades de que una fecha de carbono 14 se sitúe en un intervalo cronológico determinado. Se ha establecido que la introducción y expansión de los trapecios líticos tuvo lugar entre hace 8.505 y 8.338 años.", ha dicho.

Los dos investigadores han evaluado el registro radiocarbónico de las primeras industrias de trapecios líticos de toda la península ibérica, con más de 180 fechas de 67 yacimientos, en la mayoría de los cuales se ha hallado vestigios de esta tecnología.

Otro dato interesante del estudio es que sus autores han documentado que las primeras apariciones de las puntas de proyectil con forma de trapecio son anteriores en el tiempo al final del periodo del Mesolítico cuando se produjo lo que se conoce en el ámbito científico como evento climático del 8.2, en el que la temperatura global del planeta bajó unos 2ºC y se incrementó la aridez, lo que supuso un estrés en los recursos.

"El hecho de haber desarrollado esta innovación tecnológica ayudó a los cazadores-recolectores a adaptarse mejor a esas nuevas condiciones climáticas y a orientar sus estrategias de subsistencia. Consiguieron sobrevivir, por lo que es importante conocer los mecanismos que utilizaron ante ese reto porque representa una lección del pasado que podría servir a la Humanidad para aplicarla en el presente", ha expuesto la investigadora.

Fuentes: elespanol.com | 18 de marzo de 2024

Descubren restos neandertales de hace 100.000 años en el yacimiento vasco de Axlor (Vizcaya)

Restos neandertales de hace 100.000 años hallados en el yacimiento de Axlor de Dima (Vizcaya). UC.

Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) han descubierto restos neandertales de hace unos 100.000 años en el yacimiento de Axlor (Dima, Vizcaya), un periodo en el que los vestigios humanos conservados en Europa son especialmente escasos.

"Los restos recuperados en Axlor representan las evidencias más antiguas conocidas en norte de la península ibérica, concretamente piezas dentarias correspondientes a dos niños de entre 10 y 12 años y a un adulto joven", según explicó el director y arqueólogo del IIIPC, Jesús González-Urquijo (izquierda), catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria (UC).

“Los rasgos del individuo adulto muestran las características anatómicas específicas de las poblaciones neandertales de la península ibérica. La dentición comparativamente grácil podría ser la manifestación de un endemismo peninsular", añadió el arqueóllgo sobre los descubrimientos, cuyo estudio especializado está publicado en la revista Journal of Human Evolution (JHE).

“El entorno de los 100.000 años es un momento crucial en la historia demográfica europea, previa a los contactos entre neandertales y los 'Homo sapiens' y a la expansión neandertal en Asia central. Las limitadas evidencias disponibles por el momento, a las que suman ahora los hallazgos en Axlor, sugieren que la extraordinaria continuidad poblacional de los neandertales europeos emerge en estos momentos de principios del Pleistoceno superior", añadió González-Urquijo.

El estudio desarrolla una nueva metodología de análisis para la clasificación taxonómica. Las diferencias en la dentición entre sapiens y neandertales son sutiles, por lo que se han empleado rasgos de morfometría geométrica que permiten comparaciones más robustas.

Trabajos arqueológicos en el yacimiento de Axlor (Vizacaya). UC.

Las mediciones se han aplicado a la superficie exterior, pero también a la unión dentina/esmalte y cemento/dentina. Estos dos últimos cálculos se han realizado en el interior de los dientes, lo que minimiza los sesgos que introduce el desgaste por atrición en las superficies externas. Estos rasgos internos se extrajeron por microtomografía axial computerizada. Un análisis estadístico de componentes principales (PCA) de los datos morfométricos permitió situar los dientes de Axlor en el espacio de la variabilidad morfológica típica de la dentición de las poblaciones neandertales.

Los dientes neandertales de Axlor se han recuperado en el marco de las excavaciones arqueológicas del grupo Paleo del IIIPC (Proyecto NeandertalHD- PID2022-136898OB-I00), coordinadas por J. González-Urquijo y Talía Lazuen. El trabajo ha sido realizado en colaboración con Shara Bailey (Universidad de New York), Tom Davies, Mykolas Imbrasas (U. Kent) y Jean Jacques Hublin (Max Planck Institute.).

“El proyecto NeandertalHD (Historia neandertal. Dinámicas históricas y evidencias de alta definición en el Paleolítico Medio de la Iberia noratlántica) estudia las capacidades y comportamientos en las sociedades neandertales, las dinámicas históricas en el suroeste de Europa entre hace 100.000 y 40.000 años, los cambios y relaciones filogenéticas de las poblaciones humanas en este periodo, las condiciones ambientales del Pleistoceno superior contemporáneas de las últimas sociedades neandertales, y la relación entre cambios ambientales y cambios históricos", concluyó el director del IIIPC.

IIIPC

El IIIPC es un instituto universitario de investigación de carácter mixto, de titularidad compartida por el Gobierno de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Santander Universidades.

Se dedica a la investigación en Prehistoria, en sus apartados de investigación básica y aplicada, así como a proporcionar asesoramiento técnico en el ámbito de su competencia. Sus líneas prioritarias de estudio son: Arte prehistórico, Paleolítico y Mesolítico del SO de Europa, origen y desarrollo de las sociedades campesinas, primeros pobladores del continente americano, tecnología prehistórica y Bioarqueología.

Fuente: Universidad de Cantabria | 19 de marzo de 2024

Hallan las marcas de arado más antiguas de Europa, con una datación de hace unos 7.000 años en Suiza

Huellas de pezuñas de cabras y ganado doméstico en el yacimiento de Anciens Arsenaux. Crédito: ARIA SA/s. van Willigen et al. / Comunicación de humanidades y ciencias sociales. Nature (2024)

Excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el enclave de Anciens Arsenaux, Sion, cantón de Valais, Suiza, han arrojado conocimientos innovadores sobre las primeras prácticas agrícolas, poniendo en cuestión creencias previas y remodelando nuestra comprensión del período Neolítico en Europa.

En este sentido, un equipo de arqueólogos ha descubierto evidencias que sugieren que los agricultores neolíticos de la región suiza mencionada empleaban tracción animal para tirar del arado hace entre 5.100 y 4.700 años a.C., casi un milenio antes de lo que se pensaba.

Situado en el fértil cono aluvial del Sionne, un torrente alpino que atraviesa la ciudad de Sion antes de unirse al Ródano, la excavación del lugar en 2017 por arqueólogos que trabajan para los Archivos Cantonales del Valais reveló capas de ocupación humana entremezcladas con depósitos aluviales que abarcan el período Neolítico desde aproximadamente entre el 5200 y el 3500 a.C.

Mapa que muestra la ubicación del yacimiento de Anciens Arsenaux (Sion, cantón de Valais, Suiza; punto amarillo). Crédito: S. van Willigen et al., Comunicaciones en humanidades y ciencias sociales (2024)

No se puede subestimar la importancia de estos depósitos aluviales, ya que desempeñaron un papel crucial en la conservación de las antiguas huellas de arado. Susceptibles a la erosión, o a perturbaciones agrícolas, los surcos hallados en Sion han perdurado debido a la rápida sedimentación del arroyo circundante y el encapsulamiento de las huellas de arado dentro de las capas del suelo.

El descubrimiento de surcos paralelos y huellas de pezuñas en el sitio aludido proporciona evidencia convincente de la utilización de herramientas similares a arados tirados por ganado o bueyes domesticados durante el período Neolítico temprano. Este hallazgo desafía las suposiciones anteriores de que el norte de Alemania y Dinamarca fueron los primeros epicentros europeos donde se utilizó la tracción animal en la agricultura, con evidencias que se remontan aproximadamente al 3.700 a.C.

a) plan de excavación; b) marcas de arado (grupo 499 en a) halladas durante la excavación; c) marcas de arado (grupo 499 en a ); d) excavación del bloque micromorfológico EM97 a través de una de las ranuras de marcas de arado en el grupo 499 con la sección delgada analizada mostrada en rojo. Imágenes: ARIA SA.

La datación por radiocarbono de materiales orgánicos encontrados encima y debajo de las alteraciones del suelo proporcionó evidencia concluyente de la antigüedad de las marcas de arado. Los hallazgos sugieren que la tracción animal surgió simultáneamente con el advenimiento de la agricultura misma, lo que representa una innovación fundamental que revolucionó la productividad agrícola y la dinámica social.

“Nuestra investigación ha proporcionado un marco cronológico sólido para las primeras marcas de arado conocidas en Europa, que datan de entre 5100 y 4700 a.C. Estos restos demuestran que el uso de la fuerza animal apareció poco después de los primeros indicios de una economía de producción en los Alpes”, escriben los arqueólogos en su artículo publicado en la revista Nature.

Las implicaciones de estos hallazgos se extienden más allá de la innovación tecnológica y remodelan nuestra comprensión de la intensificación agrícola y sus repercusiones sociales durante la expansión neolítica en toda Europa. La capacidad de cultivar campos más grandes con tracción animal probablemente impulsó la estratificación económica y la complejidad social durante el período Neolítico, principalmente en términos de aumento de la producción y posterior desigualdad de riqueza, lo que desafía narrativas convencionales, o de larga tradición, sobre el ritmo y la trayectoria del desarrollo agrícola.

(a) Resumen cronológico de los Conjuntos N1, AG1 y N2. (b) Fotogrametría de la parte inferior de la estratigrafía del yacimiento de Anciens Arsenaux. (c) Selección de cerámicas del Conjunto N1. Los números 2 y 3 son fragmentos de un jarrón de fondo hueco característico de la fase temprana de la cultura Vasi a Bocca Quadrata en la llanura del Po, que data de principios del quinto milenio a. C. (d) Selección de cerámicas del Conjunto N2. Crédito: ARIA SA; fotografías y dibujos de los tiestos: S. van Willigen, InSitu SA / Comunicaciones en humanidades y ciencias sociales (2024).

La capacidad de trabajar campos más grandes con tracción animal pudo haber sido más una parte integral de los procesos iniciales de la neolitización del continente europeo que fruto de un desarrollo revolucionario posterior.

El entorno alpino único de Sion probablemente jugó un papel crucial en la preservación de las evidencias de un uso temprano del arado, y ofrece un terreno fértil para futuras exploraciones sobre los orígenes de la tracción animal en la agricultura. Para investigar más a fondo estos orígenes, el equipo arqueológico planea extender sus excavaciones a entornos alpinos similares en toda Suiza e Italia.

Fuente: archaeologymag.com | 8 de marzo de 2024

El pasado evolutivo de la India vinculado a una enorme migración hace 50.000 años y a parientes humanos ya extintos

El mayor estudio sobre los genomas de los pueblos del sur de Asia ha revelado conocimientos extraordinarios sobre la variación genética en la India. (Crédito de la imagen: hadynyah a través de Getty Images)

Un equipo de investigadores ha obtenido nuevos conocimientos sobre la historia evolutiva de la India después de realizar el estudio genómico más grande de su tipo. Los científicos analizaron más de 2.700 genomas indios modernos de 17 estados, incluido el ADN de individuos de la mayoría de las regiones geográficas, hablantes de las principales lenguas y grupos tribales y de castas.

Su estudio revela que uno de los tres principales grupos ancestrales de la India, los antiguos agricultores iraníes, se remonta a un grupo de agricultores procedentes de Sarazm, en lo que hoy es Tayikistán. También descubrieron la extraordinaria diversidad de ADN heredado de los neandertales y denisovanos, los parientes más cercanos y ahora extintos de los humanos modernos.

Además, el equipo descubrió que la mayor parte de la variación genética dentro de la población india actual proviene de un único e importante evento migratorio de humanos modernos a la India desde África hace unos 50.000 años.

Los investigadores describieron sus hallazgos en un artículo publicado en la base de datos de la página de bioRxiv.

"Las poblaciones del sur de Asia a menudo están subrepresentadas en los estudios genómicos", dijo a Live Science en un correo electrónico Elise Kerdoncuff (izquierda), autora principal del estudio y genetista de poblaciones de la Universidad de California, Berkeley (UCB). "El estudio de las poblaciones indias nos ayuda a comprender la historia de la India y, como demuestra nuestro estudio, también proporciona información valiosa sobre aspectos más amplios de la historia humana".

India, hogar de más de 1.400 millones de personas, es uno de los países más poblados del mundo, con más de 4.500 poblaciones antropológicamente bien definidas, incluidas castas, tribus y grupos religiosos. Sin embargo, a pesar de esta amplia diversidad, las poblaciones indias a menudo han estado subrepresentadas en los estudios genómicos, que se han centrado principalmente en personas de ascendencia europea.

Para pintar una imagen más clara de la variación genética en la India, los autores del nuevo estudio analizaron los genomas de miles de personas que participaron en el Estudio de envejecimiento longitudinal en la India: evaluación diagnóstica de la demencia (LASI-DAD). Los participantes tenían más de 60 años y aceptaron que se les tomaran muestras de sangre para su análisis.

La mayoría de los indios tienen ascendencia de tres grupos ancestrales: los antiguos agricultores iraníes, los pastores de la estepa euroasiática y los cazadores-recolectores del sur de Asia. Los investigadores ya entendían cómo llegaron estos dos últimos grupos a la India, pero no sabían cómo y cuándo llegó a la región el ADN de los antiguos agricultores iraníes, según la coautora del estudio Priya Moorjani (derecha), profesora asistente de genética, genómica, evolución y desarrollo. en UCB.

En un análisis del nuevo estudio, el equipo comparó el ADN de los indios modernos con el de individuos relacionados con Irán desde el Neolítico hasta la Edad del Hierro. Descubrieron que el ADN antiguo relacionado con Irán, y heredado por las poblaciones indias, se originó a partir de individuos de Sarazm del Neolítico temprano.

En un análisis separado, los investigadores compararon el ADN de los indios modernos con el de los genomas secuenciados del neandertal y denisovano y descubrieron que los indios, como la mayoría de los no africanos, heredaron entre el 1% y el 2% de su ADN de estos grupos. Este ADN es muy diverso: casi el 90% de todos los genes neandertales conocidos encontrados en humanos fuera de África se detectaron en los genomas indios estudiados.

El equipo también descubrió que la mayor parte de la variación genética encontrada en los indios modernos proviene de una única migración importante de individuos de África hace unos 50.000 años. Esto contrasta con estudios arqueológicos anteriores que sugerían que los humanos modernos se asentaron en la India antes, por ejemplo, antes de que el volcán Toba entrara en erupción hace unos 74.000 años .

"Quedan muchas preguntas, en particular sobre la población que vivía en la India hace 50.000 años. Por ejemplo, los investigadores aún no saben si el rango de neandertales y denisovanos se extendía hasta el sur de Asia, o si los humanos modernos encontraron neandertales y denisovanos más al este de Eurasia de lo que se creía", dijo Moorjani. "Es posible que estos genes hayan sido llevados consigo a la India, por ejemplo".

"En el futuro, al combinar conocimientos de otros campos como la arqueología y la lingüística, espero que la historia, a escala fina de nuestro pasado evolutivo, se vuelva más clara", concluye.

Fuente: livescience.com | 11 de marzo de 2024