Arqueólogos descubren una estatuilla neolítica de la Madre Tierra en Francia


Vía: The Independent | John Lichfield |

Arqueólogos franceses han descubierto un ejemplar extremadamente raro de una figura neolítica de "Madre Tierra" en las orillas del río Somme.

La estatuilla, de 6.000 años de antigüedad, tiene 21 centímetros de alto, ostenta imponentes nalgas y caderas, pero los brazos apenas se sugieren, y una cabeza en forma de cono. Figuras similares se han encontrado antes en Europa, pero rara vez tan al norte, y pocas veces tan completas y en buen estado de conservación.

La "dama de Villers-Carbonnel", tal como ha sido llamada, puede hacer dos reclamaciones para ser considerada una "Madre Tierra". Ella fue cocida con tierra local o arcilla, y se asemeja mucho a otras figuras similares con cuerpos de mujer estilizados halladas en el Mediterráneo.
Aunque los expertos en el neolítico están revisando sus opiniones, se ha venido creyeno durante mucho tiempo que estas figurillas debían estar relacionadas con la existencia de un culto que adoraba a una diosa del hogar o de la fertilidad.

La "Madre Tierra" del Somme presenta cinco o seis roturas y fue cocida hace entre 4300 y 3600 años antes de Cristo. Se encontró entre las ruinas de un horno neolítico, en una excavación arqueológica preventiva del gobierno francés, cerca de Villers-Carbonnel, en las orillas del río Somme, en el departamento del mismo nombre.

La figura puede ser sólo el comienzo de una gran cosecha arqueológica en el norte de Francia en los próximos años, y que se extendería desde los tiempos paleolíticos hasta la Primera Guerra Mundial. La agencia de "Arqueología preventiva" del gobierno francés, Inrap, ha obtenido los permisos y los fondos para explorar 77 lugares a lo largo de unos 100 kilómetros del recorrido del nuevo canal Seine-Norte de Europa, de 50 metros de ancho, destinado a las barcazas de alto calado que unen el río Sena con Bélgica y el Rhin.


La arqueólogo encargado de la excavación de Villers-Carbonnel, Françoise Bostyn (foto a la izquierda), dijo a The Independent: "La estatuilla es muy hermosa y está notablemente conservada. A veces nos encontramos fragmentos de figuras semejantes, pero rara vez la figura entera".

La "Madre Tierra" del Somme podría deber su supervivencia, paradójicamente, al hecho de que se había roto mientras la estaban realizando. Sus diferentes piezas fueron descubiertas en un horno que se había derrumbado, como se ha dicho.

La señora Bostyn dijo que la estilizada figura, con las nalgas y muslos exagerados, y cabeza y brazos rudimentarios, se parece mucho a figuras similares del mismo periodo encontradas en lugares tan lejanos como el Medio Oriente.

¿Podría la "Dama de Villers-Carbonnel" representar el ideal de belleza femenina del Neolítico, mucho antes de la llegada de las revistas de moda, los aerógrafos y el Photoshop?.

Hallan un cementerio precolombino de 1.000 años de antigüedad en Panamá



Un cementerio precolombino de "personajes de alto rango" de 700 a 1.000 años antigüedad fue hallado en el Parque Arqueológico El Caño, ubicado en la provincia de Coclé, en el centro de Panamá, informó hoy la arqueóloga panameña Julia Mayo.
Fuente: EFE, Panamá

Mayo, quien encabeza a un grupo de 30 especialistas en las investigaciones, dijo en una conferencia de prensa que en total se encontraron seis tumbas, de las cuales se excavaron cuatro.
Estas cuatro tumbas son grandes y en ellas estaban depositados al menos 25 restos de "personajes de alto rango" de esa época.
"La tumba de mayor dimensión tiene unos cinco metros de longitud por 3,5 metros de ancho, y en ella encontramos al menos 25 cuerpos, uno de ellos aparentemente de un gran señor, porque estaba cubierto con prendas de oro y de cobre, y con artefactos hechos con huesos de animales y piedras", reseñó Mayo a los periodistas.
Mayo hizo la presentación en un acto organizado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (Senacyt), el Instituto Nacional de Cultura (INAC) y la National Geographic Society, quienes financian el proyecto.
Las excavaciones de Mayo y del grupo de especialistas se iniciaron en el año 2006, en un área de unos 5.000 metros cuadrados, pero no fue hasta los años 2008 y 2009 en que se registraron los primeros hallazgos.
Explicó que lo primero que se encontró en el 2008 fueron los restos carbonizados de las estructuras de maderas que cubrían algunas de estas tumbas, y luego al año siguiente se halló en una de ellas los restos del entierro de un pequeño bebé, con ajuares para personajes de alta alcurnia.
"Sabíamos que teníamos algo grande entre manos porque sabíamos, por las lecturas y las documentaciones que hemos hecho de sitios similares, como Sitio Conte, que era un cementerio de jefes o de personas de alto rango y donde se enterraban a decenas de personas", añadió.
Sitio Conte, también en la provincia de Coclé, fue explorado por arqueólogos estadounidenses en 1940 y se encuentra a 2,5 kilómetros al sur del Río Grande, área donde está situada El Caño.



La arqueóloga, asociada al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), precisó que en estos momentos se está en el proceso de análisis de las piezas y estructuras encontradas, y de investigar qué relación hubo entre Sitio Conte y El Caño, porque los restos encontrados en ambos lugares son de las mismas épocas.
"Hasta ahora pensábamos que Sitio Conte era un lugar excepcional y que El Caño era un área donde se coordinaban actividades económicas, sociales o políticas o un centro ceremonial, que entrecomillábamos porque no sabíamos muy bien qué papel jugaba en esa época", precisó Mayo.
Señaló que el cementerio encontrado en El Caño fue utilizado durante aproximadamente 300 años y, aunque no pudo precisar el grupo o sociedad que ocupó el área, dijo que fue un grupo cuya identidad puede rastrearse en Panamá entre el Golfo de Montijo, en la central provincia de Veraguas, y la ciudad de Panamá, a partir del año 150 después de Cristo hasta la conquista por los españoles.

"No conocemos el nombre de este grupo y tal vez no la conozcamos, pero sus señas e identidad son las que están enterradas en los yacimientos arqueológicos de este periodo, en la región central de Panamá", matizó.
Por su parte, el editor de National Geographic para América Latina, Omar López, calificó el descubrimiento como el resultado del "amor por la arqueología" de Mayo y de "una bocanada mayúscula de suerte e inteligencia".
Informó de que el descubrimiento es el tema de portada de la revista, edición en español, de enero de 2012, cuyo artículo lleva por nombre "Los Señores Dorados de Panamá".
López presagió que la edición "será histórica", debido al contenido del artículo y de las fotos, fruto de seis años de trabajo de investigación.



Las investigaciones, con un costo de unos 400.000 dólares, también son apoyadas por el STRI, la Fundación El Caño, así como por las universidades españolas de Santiago de Compostela, Complutense y de Granada y por el Museum Conservation Institute del Instituto Smithsonian.

Abren la tumba de la familia de Escipión el Africano en Roma



La tumba en Roma de la ilustre familia patricia de los Escipiones, célebre por las hazañas del general Escipión el Africano, quien derrotó al invasor Aníbal en el siglo III antes de Cristo, será abierta el 27 de diciembre al público tras permanecer veinte años cerrada.

Fuente: AFP, Roma

El monumento funerario, compuesto por una serie de galerías subterráneas de dos metros de altura, lleno de elegantes sarcófagos, está localizado cerca de la Puerta de San Sebastián, a pocos centenares de metros de las Termas de Caracalla, en uno de los lugares más fascinantes del casco histórico de Roma.
La construcción de la tumba familiar, que contaba a la entrada con un imponente edificio de columnas, fue iniciada a inicios del siglo III antes de Cristo por el cónsul romano Lucius Cornelius Scipion Barbato, cuyo elegante sarcófago domina la galería central.



La dinastía de los Escipiones, que formaba parte de una rama de la familia Cornelia, era influyente tanto a nivel político como militar y contó con varios cónsules y generales. Entre las personalidades más célebres figura Escipión el Africano (235-183 a.C.), el único general romano que pudo derrotar a Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica tras la invasión de Italia por los ejércitos cartagineses.





La elegancia del lugar domina frente al dato más sorprendente: Escipión el Africano no fue enterrado allí. Acusado de haber recibido sobornos, abandonó Roma para no regresar jamás. Se dice que pasó sus últimos días dedicado al cultivo de su finca de Litermum (cerca de Nápoles), y que antes de morir pidió que su cuerpo fuera enterrado allí, y no en su país ingrato.







Su requerimiento fue atendido y su tumba aún existía en Litermum según el famoso historiador romano Tito Livio del siglo I a.C. "Tierra ingrata, no te dejaré ni mis huesos", rezaba su epitafio. "Aquí se respira Historia", comentó Rita Volpe, arqueóloga responsable del monumento, rodeado de cipreses y pinos. "En el colegio se estudian las guerras púnicas. Pues bien, aquí están enterrados casi todos sus protagonistas", comentó a la AFP.

La experta estima además que aún falta mucho por descubrir y excavar a nivel arqueológico. La tumba fue descubierta por casualidad en 1780 por dos religiosos, propietarios de un viñedo. Las recientes labores de restauración, por un valor de 1,3 millones de euros, fueron financiadas por la alcaldía y comenzaron en el 2008.

La zona arqueológica fue cerrada en 1992 debido a las malas condiciones del terreno y el peligro de derrumbes y se extiende por más de 2.000 metros cuadrados hasta la zona de Appia Antica. La tumba de los Escipiones sólo es accesible con reserva previa y mediante una visita guiada que cuesta ocho euros.

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El hombre prehistórico fabricaba colchones de paja para dormir hace 77.000 años

El hallazgo, en un yacimiento arqueológico de Sudáfrica, muestra que los prehistóricos utilizaban plantas con efecto insecticida y quemaban periódicamente los jergones seguramente para desinfectarlos

Excavaciones en el refugio de Sidubu, en Suráfrica, donde se han encontrado los colchones vegetales más antiguos que se conocen.- LYN WADLEY

Los hombres prehistóricos eran capaces de dotarse de unas mínimas condiciones de comodidad e higiene, a la vista del hallazgo, en un refugio en Sudáfrica, de unas colchonetas hechas hierbas, juncos y hojas que se han datado en 77.000 años de antigüedad (a modo de refrencia: las pinturas de Altamira tienen en torno a 15.000 años). Algunas plantas, además, parecen elegidas entre especies conocidas en la medicina tradicional por contener compuestos de efecto insecticida y larvicida, por ejemplo repelentes de mosquitos. Además, los restos indican que las colchonetas fueron quemadas periódicamente, tal vez con fines higiénicos: luchar contra plagas y destruir la basura. Son vestigios muy significativos del comportamiento cultural complejo de la humanidad anatómicamente moderna antes de la última ola migratoria desde África de estos antepasados nuestros directos. Las colchonetas coinciden temporalmente en los yacimientos surafricanos con otros indicios de prácticas avanzadas, como la utilización de cuentas de concha, las nuevas tecnologías aplicadas a los instrumentos de piedra, la preparación de trampas para animales y la fabricación de arcos y flechas.

Los colchones descubiertos ahora son, con mucho, los más antiguos que se han encontrado, con 50.000 años más que los que se conocían hasta ahora.
Al menos 15 capas diferenciadas de colchonetas de material vegetal apelmazado han encontrado los científicos en el refugio de Sibudu, situado en un acantilado sobre un río, 40 kilómetros al norte de Durban y a 15 de la costa del océano Índico. La localización del refugio es importante porque muchas de las plantas utilizadas en la preparación de los jergones crecen exclusivamente en entornos acuáticos, lo que descarta que se trate de plantas crecidas in situ y aplastadas. Los humanos prehistóricos subieron las hojas, hierbas y juncos hasta su refugio y se prepararon colchonetas para dormir y para vivir más cómodamente, afirman los científicos que investigan el yacimiento arqueológico, liderados por Lyn Wadley (Universidad de Witwatersrand, en Johannesburg). Presentan los últimos descubrimientos en la revista Science.

Los colchones están apelmazados, superpuestos unos a otros (hasta 15 capas de varios centímetros de grosor cada una se han identificado) en un grueso sedimento que se extiende entre uno y tres metros cuadrados. Los científicos han hecho análisis de datación y afirman que corresponden a una ocupación del refugio en cuestión durante 40.000 años (de hace 77.000 años hasta hace 38.000). La selección de las especies utilizadas para hacerlos, "sugiere que los habitantes primitivos de Sibudu conocían las plantas del entorno de su refugio y eran conscientes de sus usos medicinales", señala Wadley. "Las hierbas medicinales aportarían ventajas para la salud humana y la utilización de plantas contra los mosquitos añade una nueva dimensión a nuestro conocimiento del comportamiento humano hace 77.000 años". Los científicos han reconocido, por ejemplo, restos de Cryptocarya woodii, especie aromática cuyas hojas aplastadas emiten compuestos químicos repelentes contra los mosquitos, que siguen presentes en las prácticas tradicionales africanas con el mismo uso.
"Aquellos habitantes del pasado harían la recolección de juncos en las orillas del río uThongathi, justo bajo Sibudu, y las extenderían luego en el suelo del refugio haciendo jergones que servirían no sólo para dormir, sino que también proporcionarían una superficie confortable para la vida diaria y para trabajar", añade Wadley. Las prácticas domésticas parece que no se acaban ahí, sino había un mantenimiento de las colchonetas, ya que los restos indican que eran quemadas periódicamente in situ, seguramente para eliminar plagas y preparar una nueva capa de hierbas y hojas frescas.
Al estudiar el yacimiento, los científicos se dieron cuenta de que la ocupación del refugio de Sibudu se intensificó hace unos 58.000 años, con mayor densidad de capas de jergones, más restos de fogatas, más depósitos de restos y más piezas de artefactos de piedra en el yacimiento. Wadley y sus colegas argumentan que ese incremento de ocupación corresponde al cambio demográfico en ese continente en aquella época. Hace unos 50.000 años los humanos modernos, nuestra especie, empezaron a salir de África y acabarían reemplazando a las formas arcaicas de Homo sapiens en Eurasia, incluidos los neandertales.

Vía: http://www.elpais.com/

Los primeros españoles en Asia se establecieron a comienzos del siglo XVII

Establecieron puestos en Taiwán en el primer cuarto del siglo XVII, antes que holandeses, chinos y japoneses

Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) dirigen una investigación en Taiwán como parte de un proyecto más amplio para buscar "las huellas" de los primeros españoles en el Pacífico.
El proyecto pretende averiguar las áreas en las que se produjeron esos primeros contactos, cómo fueron y cómo influyeron en la población local, con unas excavaciones realizadas este año durante octubre y noviembre, informa el CSIC.

Según los investigadores, generalmente se asume que el primer contacto entre europeos e indígenas fue consecuencia de los viajes del británico James Cook en la segunda mitad del siglo XVIII, pero los exploradores españoles cruzaron el Pacífico desde el siglo XVI, entrando en contacto con poblaciones en muchos archipiélagos e incluso estableciendo asentamientos, aunque de corta duración.
La investigadora del CSIC y codirectora del proyecto, María Cruz Berrocal, ha destacado que "como todos los primeros encuentros entre poblaciones nativas y europeas, se asocia a una serie de impactos que hasta ahora no se habían tenido en cuenta debido a la primacía de la investigación de corte anglosajón".
La investigación, dirigida en colaboración con un grupo de investigadores taiwaneses, se orienta a demostrar las huellas materiales del asentamiento español, conocido hasta ahora básicamente por los textos, en los que dicen que los españoles establecieron puestos en Taiwán(antes conocida como isla de Formosa), en el primer cuarto del siglo XVII, con anterioridad a la presencia de holandeses, chinos y japoneses.
En este sentido, la investigadora del CSIC, Susana Consuegra ha explicado que "el primer establecimiento español en Formosa se situó en la zona norte, en la pequeña isla Heping, que actualmente está unida a la ciudad de Kelong por un puente. Allí se fundó en 1626 el fuerte de San Salvador, a cuya sombra se situó un convento y un barrio donde vivía la marinería española mezclada con la población aborigen".

Un convento bajo tierra

Para la localización de estas áreas de implantación de los españoles, los investigadores han estudiado la información que se conocía de la zona, han analizado la cartografía y han aplicado un sistema de detección electromagnética. Berrocal ha detallado que "este año se ha centrado -la investigación- en la zona donde está enterrado el convento donde, al menos, se deberían localizar evidencias de la cerca perimetral del edificio y, probablemente, de los jardines o huertas de éste".

Para descubrir los restos del convento, el equipo ha realizado ocho sondeos estratigráficos, cuya excavación arqueológica continúa en la actualidad por la parte taiwanesa del equipo. Berrocal ha aclarado que "todavía no se ha recuperado material arqueológico que se adjudique a la presencia española, aunque sí europeo del siglo XVII". También ha explicado que "hay restos, unos muros de tapial, que son distintos a las costumbres taiwanesas de la época, por lo que no hay que descartar su diseño y factura europeos".

Además, la alineación de un conjunto de agujeros de poste sellados por materiales del XVII hace pensar en la cerca del convento, "ya que bajo estos restos se han localizado evidencias de la Edad del Hierro y del Neolítico y se ha documentado presencia china de la época Qing, japonesa y actual", ha detallado Consuegra. El proyecto se enmarca en el Programa Formosa 2010-2012, a raíz de un convenio del CSIC con ambas instituciones japonesas y ha contado con financiación del Ministerio de Cultura.

Hallan en México una nueva referencia maya a 2012

La inscripción aparece en un ladrillo de 1.300 años de antigüedad encontrado en el yacimiento de Comalcalco

Los arqueólogos y antropólogos mexicanos no solo restan importancia a las teorías que apuntan que los antiguos mayas predijeron una especie de apocalipsis en 2012, sino que directamente las rechazan, entre muchos motivos porque la mayoría de los expertos solo cita una referencia a esa fecha, una inscripción en un monumento del Tortuguero, en el estado sureño de Tabasco. Pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), ha señalado que hay una segunda inscripción sobre 2012 en otro fragmento encontrado en un yacimiento en ruinas de Comalcalco, también en Tabasco. Ambos restos de aspecto críptico tienen una antigüedad de 1.300 años. Por supuesto, su aparición no significa que la interpretación del fin del mundo deje de ser una tontería.
La inscripción se encuentra en una cara tallada en un ladrillo. Comalcalco es inusual entre los templos mayas, precisamente por estar construido con ladrillos. Arturo Méndez, portavoz del INAH, ha señalado que el fragmento fue descubierto hace varios años y ha sido objeto de un minucioso estudio. Actualmente no está en exhibición y se mantiene resguardado en el instituto.
El "ladrillo de Comalcalco", como es conocido el segundo fragmento, ha sido tema de discusión por expertos en algunos foros en internet. Algunos aún dudan que sea una referencia definitiva al 21 de diciembre o al 23 de diciembre de 2012, las fechas citadas por los defensores de las absurdas teorías sobre el fin del mundo. "Algunos lo han propuesto como otra referencia a 2012, aunque yo sigo sin estar convencido", señala David Stuart, especialista en epigrafía maya de la Universidad de Texas en Austin. Según Stuart, la fecha inscrita "es una ronda del calendario, una combinación de un día y mes que se repetirá cada 52 años".
El calendario maya empieza en 3.114 a.C y divide el tiempo en períodos denominados baktunes. El 13 era un número importante, sagrado para los mayas, y el decimotercer baktún culmina alrededor del 21 de diciembre de 2012.

«Él llega»

Sin embargo, la fecha en el ladrillo podría también responder a fechas similares del pasado. "No hay razón para que no pudiera ser también una fecha del tiempo antiguo, describiendo algún evento histórico importante en el periodo Clásico. De hecho, el tercer glifo en el ladrillo parece leerse como el verbo huli, 'el/ella/ello llega", señala Stuart. "No hay tiempo futuro (a diferencia de la frase de Tortuguero), lo que para mí apunta más a que la fecha de Comalcalco es más histórica que profética", añade.
La inscripción de Tortuguero describe algo que se supone ocurre en el año 2012 y que involucra a Bolon Yoke, un misterioso dios maya asociado a la guerra y a la creación. Sin embargo, la erosión y una grieta en la piedra hacen que el final del pasaje sea casi ilegible, aunque hay quien interpreta los últimos glifos como «Él descenderá del cielo».
El ladrillo de Comalcalco es extraño en el sentido de que los rostros moldeados o inscritos en los ladrillos fueron probablemente hechos hacia dentro o cubiertos con estuco, lo que sugiere que no fueron hechos para ser vistos.
El INAH sostiene que los rumores de que el mundo podría acabarse o experimentar un importante cambio en diciembre de 2012 son malinterpretaciones del calendario maya. "El pensamiento mesiánico de Occidente ha tergiversado la cosmovisión de antiguas civilizaciones como la de los mayas", insiste.