El islote de Murcia que fue enclave comercial en el ocaso del Imperio romano: los sensacionales hallazgos

Vista de isla del Fraile y la Punta del Cigarro Isla del Fraile.

En un entramado de cabos y bahías al sur de la provincia de Murcia, rozando la frontera con Almería, un pequeño islote de 6,2 hectáreas esconde 2.000 años de historia. Su último habitante llegó en 1912: era un noble escocés llamado Hugh Pakenham Borthwick, más conocido como don Hugo. Vivía casi aislado en aquel farallón con la única compañía de tres sirvientas a las que quiso enseñar a leer. Quemaba su correspondencia después de abrirla y dormía con una pistola bajo la almohada.

El espía nunca se relacionó demasiado con el resto de la colonia británica de la cercana ciudad de Águilas, llegada a finales del siglo XIX y dedicada a la explotación de las minas de hierro de la sierra de Filabres. En plena I Guerra Mundial don Hugo anotaba cuidadosamente los buques alemanes y neutrales que abandonaban la bahía cargados del mineral que alimentó la industria de guerra. Nunca prestó demasiada atención a las antiguas ruinas de su alrededor. Solo tenía ojos para el embarcadero de la ciudad, a pesar de que el agua que bebía se recogía de un aljibe de época romana.

A menos de 100 metros de la costa litoral existió un asentamiento habitado al menos desde el siglo II a.C. Una centuria después, un buque romano de 10 metros de eslora naufragó en la bahía. En los siglos IV y V d.C., en el ocaso del Imperio romano, era un importante centro de redistribución comercial que recibió y envió productos a la Galia y a la provincia de África proconsular a través de la inmensa autopista del Mare Nostrum.

Fotografía de 1902 de un barco pesquero junto a la Isla del Fraile Archivo General de Murcia

Investigación arqueológica

"La Isla del Fraile es un 'laboratorio' único para estudiar un fenómeno histórico tan complejo como es la ocupación de pequeños islotes", explica Alejandro Quevedo, arqueólogo de la Universidad Complutense de Madrid y codirector de los trabajos de investigación en el yacimiento, así como autor principal del último estudio de este enclave publicado en la revista Antiquity.

En el siglo XVIII, bajo la autoridad de Carlos III, se decidió impulsar la repoblación de la actual ciudad de Águilas, fundada entre los siglos I y II a.C. y abandonada cerca del siglo V d.C. En 1773 el ingeniero ilustrado Juan de Escofet, enviado para elaborar un informe topográfico, documentó por primera vez la existencia de un importante muro defensivo en ruinas del farallón. Las investigaciones arqueológicas que comenzaron en 2020, dirigidas por Quevedo y Juan de Dios Hernández García, director del Museo Arqueológico de Águilas, demostraron que en realidad el muro servía para aterrazar el terreno y poder levantar las construcciones del asentamiento.

Arqueólogos excavando un ánfora con restos de garum en su interior. Proyecto Investigación Isla del Fraile.

La fachada suroeste del islote es un acantilado de más de 90 metros de altura. Al noroeste hay una pequeña ladera donde se ubica el yacimiento y en la costa de enfrente, la Punta del Cigarro, se documentó una cantera de arenisca y la necrópolis de El Cambrón. En aquel cementerio paleocristiano varias madres lloraron desgarradas por el dolor mientras enterraban a sus niños.

Siempre se pensó que aquel islote cuyo motor económico era la producción y distribución de salazones fue habitado de forma intermitente por temporeros, pero la triste presencia de enterramientos infantiles demuestra, a juicio de los investigadores, que el lugar estuvo poblado por varias familias de forma permanente en época tardorromana.

Fotografía de las piletas de salazones. Proyecto Arqueológico Isla del Fraile.

La riqueza del garum

La mayoría de piletas de salazones donde fermentaron miles de sardinas se pueden ver a simple vista. Para sorpresa de los arqueólogos, cerca del 30% de la cerámica que transportaba aquella salsa de pescado es originaria de África, desvelando sus contactos con comerciantes de las actuales Túnez y Libia.

Algunas de estas cerámicas quedaron abandonadas en los almacenes de la isla destruidos a finales del siglo V d.C. Otras se perdieron para desesperación de mercaderes y clientes. No obstante, para suerte de arqueólogos, algunas han logrado recuperarse del fondo del mar gracias la colaboración del Instituto Balear de Estudios de Arqueología Marítima (IBEAM).

Asa de ánfora de bronce encontrada bajo el agua. IBEAM.

Bajo las aguas del lugar apareció el asa de bronce de una jarra decorada con la imagen de una máscara dionisiaca y un Pegaso que aún está en estudio, pero que indica que el lugar fue mucho más que una simple factoría de salazones.

Cuando las piletas de garum llevaban siglos secas, se decidió enterrar al menos 8 personas entre los siglos XII y XIII. Encontrados sin ningún ajuar entre estructuras romanas, debieron estar cubiertos con un sudario. Estos difuntos pudieron ser adscritos al periodo emiral "porque afortunadamente estaban de canto y mirando a La Meca pero, por la propia pendiente de la isla, estaban repletos de cerámica romana", explicó Alejandro Quevedo en una conferencia sobre la última campa de investigación en la Isla del Fraile celebrada en el Museo Arqueológico Nacional.

Restos de un almacén destruido en el siglo V d.C. Antiquity.

El futuro del yacimiento

En la actualidad, estos restos esperan a un futuro análisis de isótopos que pueda aportar nueva información relativa a su dieta y su parentesco. No son los únicos, ya que se suman a toda una batería de estudios arqueométricos, geoarqueológicos y de paleocontenidos de los restos cerámicos en los que participan las universidades de Génova, Jaén, Marsella y Complutense.

Abandonado durante siglos, sobre el fondeadero del asentamiento se construyó otro del siglo XIX cuando la isla volvió a ser ocupada brevemente para explotar una cantera de láguena, arcilla magnésica usada para impermeabilizar tejados. Junto a esta se levantó la casa en la que vivió el enigmático don Hugo quien, terminada la Gran Guerra, abandonó la isla en 1920.

Desde entonces, la isla, declarada BIC en 2013 y que también es una Zona de Especial Protección Ambiental (ZEPA), está habitada únicamente por gaviotas que, con sus graznidos, protegen con celo a sus crías hasta finales de verano, único momento en el que permiten la entrada de los arqueólogos que esperan encontrar las respuestas a sus decenas de preguntas sobre el enigmático pasado de Isla del Fraile.

Fuente: elespanol.com | 5 de abril de 2024

Primera evidencia de ocupación humana encontrada en una cueva gigante de tubo de lava en Arabia Saudita

El paso occidental del tubo de lava de Umm Jirsan. Crédito: Proyecto Arabia Verde

Si miras desde arriba, podrás ver miles de estructuras de piedra que salpican el paisaje de la península arábiga. En el suelo, puedes encontrar una gran cantidad de herramientas de piedra y antiguas chimeneas esparcidas a lo largo de los bordes de antiguos lagos, así como arte rupestre que representa escenas de caza y pastoreo en las montañas circundantes.

A pesar de la visibilidad de estos sitios, sólo en la última década los arqueólogos se han interesado por ellos. Algunas de las estructuras ahora tienen una antigüedad de hasta 10.000 años .

Sin embargo, el clima árido, los días calurosos y las noches heladas, y la intensa erosión eólica no son amables con algunas de las otras reliquias que los arqueólogos valoran. Hasta la fecha, se han encontrado pocos fósiles o el tipo de depósitos en capas profundamente enterrados que puedan abrir una ventana a la historia de un lugar.

Hasta hace poco, ningún arqueólogo había estudiado ninguno de los cientos de cuevas y tubos de lava registrados en el norte de Arabia. En 2019, nuestro equipo comenzó a buscar en estos lugares subterráneos y, en un nuevo estudiopublicado hoy en PLoS ONE, informamos sobre la primera ocupación documentada en un tubo de lava en la península arábiga.

Mapa del norte de Arabia y sitios clave.

(A) Mapa que muestra la ubicación de Umm Jirsan y los sitios clave mencionados en el estudio, así como la variedad de 'mustatils' y cometas del desierto [ 16 , 17 , 20 , 24 , 27 , 39 ] y (B) tumbas colgantes (líneas negras y puntos) en el Harrat Khaybar. (C) En el recuadro se muestra la ubicación de los sitios arqueológicos recientemente identificados: (A) estructuras de piedra; (B) estructura en forma de 'pajarita'; (C) colapso del tubo de lava con arte rupestre; y (D) zona D de Umm Jirsan. Elaborado con Copernicus COP-DEM 30 m y “Sentinel-2 cloudless— https://s2maps.edu por EOX IT Services GmBH (contiene datos modificados de Copernicus Sentinel 2020)”, bajo CC BY 4.0.

El tubo de lava de Umm Jirsan

El tubo de lava de Umm Jirsan se encuentra a unos 125 kilómetros al norte de la ciudad de Medina, en el campo de lava de Harrat Khaybar. El tubo se formó hace mucho tiempo al enfriarse la lava. Recorre unos impresionantes 1,5 kilómetros y alcanza en algunos tramos 12 metros de altura y 45 metros de anchura.

Lo primero que notas al aventurarte en los oscuros y serpenteantes túneles del tubo es la gran cantidad de restos de animales. El suelo está cubierto de montones de huesos que contienen miles (si no cientos de miles) de fósiles excepcionalmente conservados.

Estas pilas de huesos son obra de hienas rayadas, que arrastran huesos bajo tierra para comerlos, los esconden para épocas de escasez de alimentos o los procesan y alimentan con ellos a sus cachorros. Este proceso, repetido durante milenios, ha producido algunas de las acumulaciones de fósiles más increíbles vistas en cualquier parte del mundo.

En la desembocadura del paso oriental de Umm Jirsan. Proyecto Arabia Verde.

Pero no todo son sólo huesos. Cuando inspeccionamos las entradas de Umm Jirsan (esencialmente áreas donde el techo se derrumbó, proporcionando acceso al tubo de lava), descubrimos cientos de artefactos de piedra hechos de obsidiana, pedernal y basalto. Aunque interesantes, todos estos artefactos fueron hallazgos superficiales, lo que los hace extremadamente difíciles de fechar. Necesitábamos mirar más profundamente.

Artefactos líticos de Umm Jirsan.
Profundizar
Excavamos en la boca del pasaje oriental, cerca de una serie de estructuras de piedra semicirculares de antigüedad o función desconocida. La excavación descubrió más artefactos de piedra, todos hechos de obsidiana verde de grano fino, así como huesos de animales y carbón.

La mayoría de los artefactos de piedra procedían de una discreta capa de sedimento a unos 75 centímetros debajo de la superficie. La datación por radiocarbono del carbón vegetal y la datación de los sedimentos mediante un método conocido como luminiscencia estimulada ópticamente revelaron que esta fase de ocupación principal probablemente ocurrió hace entre 10.000 y 7.000 años.

También encontramos algunos objetos interesantes en el paisaje circundante. Estos incluían más artefactos de piedra y estructuras circulares, así como la llamada estructura "tipo I". Se cree que estas construcciones datan de hace unos 7.000 años, debido a su asociación con grandes estructuras rectangulares conocidas como mustatils, que creemos se utilizaban para sacrificios rituales de animales.

Fotografías de la cueva Umm Jirsan y secciones interiores del tubo de lava.

Arriba a la izquierda, mirando por la entrada de Umm Jirsan (la trinchera 1 justo fuera de la vista a la derecha). Arriba a la derecha, dentro del tubo de lava más allá de la Trinchera 1. En el centro a la izquierda, otro ejemplo de un tubo de lava cerca de Umm Jirsan. En el centro a la derecha, área de Jebel Abyad con clastos y líticos de obsidiana, debajo de afloramientos de obsidiana. Abajo, plano simple del sistema de tubos de lava de Umm Jirsan con una estrella roja que indica la ubicación de la excavación de la Trinchera 1.

También encontramos el primer arte rupestre descubierto en la zona. Esto incluye representaciones de escenas de pastoreo de ganado vacuno, ovino y caprino, e incluso escenas de caza con perros. Este arte tiene similitudes con otro arte rupestre en Arabia del Neolítico y la Edad del Bronce posterior. Incluye grabados superpuestos, lo que sugiere que la gente visitó el área repetidamente durante miles de años.

Así mismo, hallamos restos humanos en Umm Jirsan, que datamos del Neolítico y la Edad del Bronce. Al analizar el carbono y el nitrógeno en estos restos, descubrimos que las dietas de estas personas eran consistentemente altas en proteínas, aunque con el tiempo comían más frutas y cereales.

Curiosamente, este cambio en la dieta parece coincidir con la llegada de la agricultura de oasis a la región. Esto vio el surgimiento de sofisticadas técnicas agrícolas y de gestión del agua que permitieron a la gente establecerse en los desiertos de forma más permanente y cultivar plantas como dátiles e higos.

Especies identificables en el arte rupestre de Umm Jirsan.

(A) ovejas (Panel 8); (B) una cabra y dos muñecos de palitos con herramientas en sus cinturones (Panel 8); (C) ganado de cuernos largos (Panel 6), fotografía mejorada con la configuración ybk en DStretch; (D) cabra montés con cuernos acanalados y marcas de pelaje (Panel 4). Abajo: calcos de ejemplos AD.

Hicimos otro descubrimiento interesante después de regresar a casa de la excavación. Al estudiar los mapas de estructuras arqueológicas en el área más amplia, notamos que Umm Jirsan se encuentra a lo largo de una "avenida funeraria" que conecta dos oasis principales.

Se cree que estas avenidas funerarias, que consisten en cadenas de tumbas que se extienden a lo largo de cientos de kilómetros, fueron rutas utilizadas por los pastores de la Edad del Bronce cuando transportaban sus rebaños entre distintas fuentes de agua. Creemos que Umm Jirsan pudo haber sido un punto de parada para los pastores, un lugar que ofrecía refugio y agua en un ambiente que de otro modo sería seco y hostil.

Los arqueólogos han realizado hallazgos notables en Arabia en los últimos años, en entornos como antiguos lechos de lagos. Nuestros resultados arqueológicos en Umm Jirsan añaden otro elemento importante a la historia de las sociedades árabes a lo largo del tiempo y a cómo interactuaron con este espectacular paisaje.

Fuente: theconversation.com | 17 de abril de 2024

La competencia entre distintos homínidos fue más influyente en el resultado final de la especiación que la evolución del clima

El Cráneo 5, apodado Miguelón en homenaje al ciclista navarro Miguel Indurain, fue recuperado en 1992 en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Su antigüedad está establecida en torno a los 400.000 años y se atribuye a preneandertal varón de unos treinta y tantos años

Durante mucho tiempo se ha considerado al clima responsable de la aparición y extinción de especies de homínidos. Sin embargo, en la mayoría de los vertebrados se sabe que la competencia entre especies desempeña un papel importante.

Ahora, una investigación muestra, por primera vez, que la competencia fue fundamental para la "especiación" (el ritmo al que emergen nuevas especies) a lo largo de cinco millones de años de evolución de los homínidos.

El estudio, publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, también sugiere que el patrón de formación de especies de nuestro propio linaje estaba más cerca de los escarabajos isleños que de otros mamíferos.

"Hemos estado ignorando la forma en que la competencia entre especies ha dado forma a nuestro propio árbol evolutivo", dijo la autora principal, la Dra. Laura van Holstein, antropóloga biológica del Clare College de la Universidad de Cambridge. "El efecto del clima en las especies de homínidos es sólo una parte de la historia".

En otros vertebrados, las especies se forman para llenar “nichos” ecológicos, dice van Holstein. Tomemos como ejemplo los pinzones de Darwin: algunos desarrollaron picos grandes para cascar nueces, mientras que otros desarrollaron picos pequeños para alimentarse de ciertos insectos. Cuando se llena cada nicho de recursos, comienza la competencia, por lo que no surgen nuevos pinzones y las extinciones toman el control.

Van Holstein utilizó modelos bayesianos y análisis filogenéticos para demostrar que, al igual que otros vertebrados, la mayoría de las especies de homínidos se formaron cuando la competencia por los recursos o el espacio era baja.

“El patrón que vemos en muchos de los primeros homínidos es similar al de todos los demás mamíferos. Las tasas de especiación aumentan y luego se estancan, momento en el que las tasas de extinción comienzan a aumentar. Esto sugiere que la competencia entre especies fue un factor evolutivo importante”.

Sin embargo, cuando van Holstein analizó nuestro propio grupo, Homo, los hallazgos fueron "extraños".

Para el linaje Homo que condujo a los humanos modernos, los patrones evolutivos sugieren que la competencia entre especies en realidad resultó en la aparición de aún más especies nuevas, una inversión completa de la tendencia observada en casi todos los demás vertebrados.

“Cuantas más especies de Homo había, mayor era la tasa de especiación. Entonces, cuando esos nichos se llenaron, algo impulsó a que surgieran aún más especies. Esto es casi incomparable en la ciencia evolutiva”.

a, Esperanza de vida de las especies que comprende el tiempo entre las fechas de especiación y extinción según tres conjuntos de datos. Naranja: El primer conjunto de datos comprende las fechas publicadas de primera y última aparición (DCP y LAD en inglés), que se utilizan convencionalmente como sustitutos de los tiempos de origen y extinción de las especies sin tener en cuenta la variabilidad en las tasas de preservación de fósiles. Azul claro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad temporal en las tasas de preservación de fósiles. Azul oscuro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad dentro del linaje en las tasas de preservación de fósiles. Tenga en cuenta que estos taxones son los que tienen en común las fechas de publicación y nuestra nueva base de datos; Los análisis reales incorporaron Homo ergaster en el conjunto de datos sin preservación previa y Homo rudolfensis en los conjuntos de datos previos a preservación. 'Homo erectus' sl se refiere a 'Homo erectus' sensu lato. b, Filogenia utilizada en este estudio de Parins-Fukuchi et al. 87 con especies coloreadas por agrupación taxonómica (amarillo: Homo; verde: no Homo).

La comparación más cercana que pudo encontrar fue en las especies de escarabajos que viven en islas, donde los ecosistemas contenidos pueden producir tendencias evolutivas inusuales.

"Los patrones de evolución que vemos en las especies de 'Homo' que condujeron directamente a los humanos modernos se acercan más a los de los escarabajos que habitan en islas que a los de otros primates, o incluso a los de cualquier otro mamífero".

En las últimas décadas se han descubierto varias especies nuevas de homínidos, desde Australopithecus sediba hasta Homo floresiensis. Van Holstein creó una nueva base de datos de 'ocurrencias' en el registro fósil de homínidos: cada vez que se encontró y fechó un ejemplo de una especie la anotaba, esto es, alrededor de 385 en total.

Los fósiles pueden ser una medida poco fiable de la vida de las especies. "Los primeros fósiles que encontremos pueden no ser los primeros miembros de una especie", dijo van Holstein.

“El grado de fosilización de un organismo depende de la geología y de las condiciones climáticas: si hace calor, es seco o está húmedo. Con los esfuerzos de investigación concentrados en ciertas partes del mundo, es posible que, como resultado, nos hayamos perdido fósiles más jóvenes o más antiguos de una especie”.

Cráneos de un 'Homo floresiensis' (izquierda) y un Homo sapiens.

Van Holstein utilizó modelos de datos para abordar este problema y tuvo en cuenta los números probables de cada especie al principio y al final de su existencia, así como los factores ambientales de fosilización, para generar nuevas fechas de inicio y finalización para la mayoría de las especies de homínidos conocidas (17 en total).

Descubrió que algunas especies que se pensaba habían evolucionado a través de una "anagénesis" (cuando una especie (un ancestro) lentamente se convierte en otra, pero el linaje no se divide) en realidad pueden haber "brotado": cuando una nueva especie se ramifica a partir de una existente, es decir por "cladogénesis".

Por ejemplo, se creía que la especie de homínido Australopithecus afarensis se había especiado mediante anagénesis a partir del Australopithecus anamensis. Sin embargo, el nuevo modelo de datos sugiere que se superpusieron alrededor de medio millón de años.

Esto significó que varias especies de homínidos más de las que se suponía anteriormente coexistían y, por lo tanto, posiblemente competían entre sí.

Comparación de mandíbulas del 'Paranthropus boisei' (izquierda) y 'Homo sapiens' encontradas en África. | PNAS

Si bien las primeras especies de homínidos, como Paranthropus, probablemente evolucionaron fisiológicamente para expandir su nicho (adaptando los dientes para explotar nuevos tipos de alimentos, por ejemplo), el impulsor del patrón evolutivo, muy diferente en nuestro propio género Homo, bien pudo haber sido la tecnología.

“La adopción de herramientas de piedra o del fuego, o técnicas de caza intensivas, son comportamientos extremadamente flexibles. Una especie que logre aprovecharlos puede crear rápidamente nuevos nichos y no tiene que sobrevivir largos períodos de tiempo mientras desarrolla nuevos planes corporales”, dijo van Holstein.

Sostiene que la capacidad de utilizar la tecnología para generalizar e ir rápidamente más allá de nichos ecológicos que obligan a otras especies a competir por el hábitat y los recursos, puede estar detrás del aumento exponencial del número de especies de Homo detectadas en el último estudio.

Pero también condujo al Homo sapiens los homínidos generalistas por excelencia. La competencia con un generalista extremadamente flexible en casi todos los nichos ecológicos pudo ser lo que contribuyó a la extinción de todas las demás especies de Homo.

Van Holstein añadió: “Estos resultados muestran que, aunque convencionalmente se ha ignorado, la competencia jugó un papel importante en la evolución humana en general. Quizás lo más interesante es que en nuestro propio género desempeñó un papel diferente al de cualquier otro linaje de vertebrados conocido hasta ahora”.

Fuente: University of Cambridge | 17 de abril de 2024

No, la villa donde murió el emperador Augusto no se ha descubierto, pero sí hay un hallazgo fascinante

Estructuras posteriores a la erupción del Vesubio del año 79 d.C. Wikimedia Commons.

El princeps Augusto pasó los últimos instantes de su vida en una villa en el área de Nola, en la falda norte del monte Vesubio. Había viajado hasta Nápoles para participar en unos juegos en su honor, pero de regreso a casa la enfermedad abordó de nuevo al anciano. Y esta vez sería definitiva: el primer emperador de Roma murió el 19 de agosto del año 14 d.C., curiosamente en el mismo lugar que lo había hecho su padre. Antes de exhalar su último aliento pidió un espejo, se peinó y enderezó su caída mandíbula, hizo llamar a unos amigos y les preguntó "si les parecía que había actuado adecuadamente en la comedia de la vida". Luego añadió unos versos en griego, despidiéndose como si fuese un intérprete que abandona el escenario: "Si ha sido una buena actuación, dadnos un aplauso / y todos con alegría despedidnos".

La figura de Augusto y los monumentos relacionados con su memoria revivieron con furor en la Italia de Mussolini, cuyo régimen fascista pretendió emular las glorias y los fastos del Imperio romano: el duce no solo impulsó los proyectos de excavación del altar del Ara Pacis o de restauración del mausoleo del princeps, sino que durante su gobierno salió a la luz en la localidad de Somma Vesuviana una lujosa villa que inmediatamente se identificó como el lugar de su muerte. Sin embargo, la falta de fondos y el estallido de la II Guerra Mundial volvió a sumir al yacimiento en el olvido, el cual, desde entonces, y sin ninguna prueba que lo demostrase, quedó asociado a la residencia del emperador.

Ánforas descubiertas en la llamada "villa de Augusto". Universidad de Tokio.

En el año 2002 arrancó un proyecto multidisciplinar dirigido por arqueólogos de la Universida... que ha vertido luz sobre las características del sitio: se han documentado estancias majestuosas con columnatas, puertas con motivos dionisíacos, una espectacular estatua del dios del vino y la fertilidad —el complejo fue transformado en su última fase en una hacienda industrial de producción a gran escala—, un ábside decorado con frescos, suelos de mosaico con patrones geométricos...

El problema es la cronología: todas las estructuras y restos encontrados se han datado entre mediados del siglo II d.C. y el año 472, cuando el Vesubio volvió a desatar su furia, cubriendo de nuevo las zonas al noreste, como Somma Vesuviana —los flujos piroclásticos arrasaron toda la planicie de Nola y semienterraron muchas de las estructuras que se habían levantado en la zona—. Unos hallazgos que no encajan con la hipótesis de la "villa de Augusto".

Pero el equipo de arqueólogos japoneses ha anunciado esta semana una fascinante sorpresa. Las últimas excavaciones en el yacimiento han revelado partes de un edificio sepultado por el Vesubio en el año 79 d.C., por la misma erupción que engulló otras famosas ciudades de la bahía de Nápoles como Pompeya y Herculano. Es la primera evidencia de una estructura supuestamente del mismo periodo de Augusto (o inmediato) documentada tras más de dos décadas de trabajo.

El horno descubierto en las últimas excavaciones. Universidad de Tokio.

En concreto, se trata de los restos de un horno que se habría utilizado para calentar las aguas de unas termas privadas—símbolo de la residencia de una persona influyente de la sociedad romana— y de un almacén en el que se conservaban varias ánforas intactas, según ha informado la televisión pública japonesa NHK. Las dataciones de los carbones recogidos en este espacio han indicado que se remontan a la primera mitad del siglo I d.C. y que al menos el horno dejó de usarse a partir de ese momento.

Cada año se lleva a cabo una nueva campaña de excavaciones que poco a poco está sacando a la luz todo el conjunto.

Desastre y auge de la región

"Esperamos continuar y ampliar la excavación para lograr el objetivo del proyecto, que es determinar si el yacimiento es efectivamente el lugar donde falleció el primer emperador romano Augusto, así como reconstruir el proceso de recuperación a largo plazo de las zonas afectadas por las erupciones del Vesubio", ha explicado en un comunicado Mariko Muramatsu (izquierda), profesora de la Universidad de Tokio y directora de los trabajos arqueológicos.

Aoyagi Masanori (derecha), profesor emérito de la Universidad de Tokio y también partícipe de la investigación, se ha mostrado menos prudente: "Hasta ahora no se ha encontrado otra gran villa en esta zona, así que creo que existe una posibilidad bastante alta de que esta sea la villa de Augusto". El recinto, tras la muerte del emperador, fue convertido en un templo dedicado a su memoria, pero su existencia todavía no se ha podido confirmar.

Ábside con frescos de la villa de Somma Vesuviana. Superintendencia de Nápoles.

"Lo que se ha encontrado ahora es el nivel de destrucción provocado por la erupción del Vesubio del año 79 d.C. Hasta ahora lo que se había excavado era una villa de época posterior", explica Rubén Montoya (izquierda), arqueólogo y autor del reciente ensayo Pompeya. Una ciudad romana en 100 objetos (Crítica). Consultado por este periódico, señala que no se puede afirmar todavía que se haya descubierto la famosa residencia de Augusto y destaca que lo realmente interesante de los nuevos hallazgos es que van a permitir investigar cómo la erupción del año 79 d.C. afectó a la zona localizada al norte y reconstruir el proceso de destrucción y recuperación de la región.

Figura 3: Distribución del espesor de los desechos volcánicos liberados por la erupción del año 79 d.C. y ubicación de Somma Vesuviana (círculo rojo). (Domenico M. Doronzo et al. (2022).

El área arrasada en un radio de 10 kilómetros en torno al cono del volcán no fue reocupada durante al menos una generación. Hubo que esperar hasta el reinado de Adriano (117-138) para que se levantaran nuevos edificios y se reparara la calzada que comunicaba con la costa. La producción de vino, el producto estrella de la región, sufrió una gran crisis y hubo que esperar varias décadas a que el terreno volviera a ser fértil. Pero resurgió, como evidencian villas como la de Somma Vesuviana. Sin embargo, el volcán y los dioses que allí se escondían, según la mitología romana, volverían a arruinar la potente producción vitícola en el año 472.

Fuentes: elespanol.com | utf.u-tokyo.ac.jp | utf.u-tokyo.ac.jp/project/pjt07 | 19 de abril de 2024

¿Por qué desaparecieron los cazadores-recolectores de Europa?

Recreación de un cazador-recolector en una cueva. (Crédito de la imagen: Gorodenkoff a través de Shutterstock).

Los cazadores-recolectores vivieron en toda Europa durante miles de años y fueron la presencia humana dominante en tal continente durante la mayor parte de ese tiempo. Entonces, ¿qué pasó con todos ellos?

Los investigadores aún no conocen el conjunto exacto de circunstancias que llevaron a la desaparición de los cazadores-recolectores de Europa, pero su declive coincidió en términos generales con la expansión de la agricultura en sus diferentes regiones. Los agricultores neolíticos llegaron a Europa hace unos 8.000 años y finalmente reemplazaron a los cazadores-recolectores después de un período de compartir el continente con ellos.

"Los agricultores comenzaron a llegar a Europa desde el Cercano Oriente, trayendo animales y plantas domesticados, y luego hay una coexistencia de agricultores y cazadores-recolectores hasta hace 5.000 años, cuando estos últimos desaparecen", dijo a Live Science Cosimo Posth (izquierda), profesor de arqueología y paleogenética en la Universidad de Tübingen, en Alemania.

Los cazadores-recolectores de Europa no eran una entidad única, sino una serie de poblaciones y culturas humanas diferentes que sobrevivían cazando animales y buscando alimentos silvestres. Los cazadores-recolectores llegaron a Europa en oleadas y comenzaron a establecerse en el continente hace unos 47.000 años. Posth describió esta población inicial "como una rama muerta', porque en su mayor parte desapareció, al igual que los primeros exploradores humanos que se aventuraron en Europa. Sin embargo, después de esas primeras migraciones fallidas, al menos algunas de las oleadas posteriores de cazadores-recolectores prosperaron en el continente".

Para cosechar maíz se utilizaban hoces de pedernal cortadas a presión. Esta hoz se encontró en Jægerspris Slotshave, en el norte de Zelanda, y pertenece al Neolítico tardío.

Posth señaló que los europeos modernos deben entre el 10% y el 15% de su ADN a los cazadores-recolectores europeos, la mayor parte del cual proviene de la última ola de cazadores-recolectores que se extendieron desde Italia hace unos 14.000 años. Así que una parte de su legado genético sigue vivo aunque gran parte de su estilo de vida ya no existe.

Los cazadores-recolectores en su mayoría se mantuvieron a la expectativa cuando los agricultores llegaron unos 6.000 años después, y, aunque la población agrícola adoptó gradualmente genes de los cazadores-recolectores, estos últimos permanecieron genéticamente distintos. "El ADN de un cazador-recolector de 7.000 años de antigüedad en España reveló que tenía ojos azules y piel oscura. Este era el caso de la mayoría de los cazadores-recolectores de toda Europa hace 14.000 años, mientras que los agricultores de la época tenían la piel más clara y los ojos oscuros", recuerda Posth.

A medida que la agricultura se extendió por Europa, los cazadores-recolectores perdieron sus tierras. "Los últimos cazadores-recolectores se desplazaron hacia las periferias de Europa, hacia zonas donde no competían directamente con los agricultores", afirmó Posth.

La tumba del 'Hombre de Dragsholm' , que data del Neolítico temprano, pertenecía a un hombre que fue uno de los primeros agricultores de Dinamarca. En la tumba yacía su arco y sus flechas, un pequeño recipiente de arcilla cocida, algunas hojas de pedernal y un hacha de batalla. Llevaba una muñequera de hueso en la muñeca izquierda y cuentas de ámbar cosidas a su ropa. El ajuar funerario refleja su vida como granjero, cazador y guerrero.

Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo interactuaron los dos grupos entre sí. Algunos cazadores-recolectores terminaron viviendo en comunidades agrícolas o sus alrededores. Por ejemplo, el entierro de hace aproximadamente 5.800 años de un individuo cazador-recolector, en lo que hoy es Dinamarca, conocido como 'Hombre de Dragsholm', muestra que fue enterrado con ajuar funerario de cazadores-recolectores, pero que tenía una dieta similar a la de los primeros agricultores europeos. Esto significa que adoptó la cultura y la dieta de los agricultores inmigrantes. Sin embargo, la mayoría de los cazadores-recolectores fueron exterminados o desplazados en unas pocas generaciones, según un estudio reciente de la Universidad de Lund, Suecia, pueblicado en Nature.

Los restos craneales del 'Hombre de Vittrup', acabaron en un pantano después de que su cráneo fuera aplastado por al menos ocho fuertes golpes. (Crédito de la imagen: Stephen Freiheit; Fischer et al., 2024, PLOS One, CC-BY 4.0)

Un estudio de 2024 publicado en la revista PLOS One encontró que una comunidad agrícola en Dinamarca sacrificó violentamente a un cazador-recolector de Noruega o Suecia hace unos 5.200 años, el llamado 'Hombre de Vittrup'. El sacrificio ritual no era necesariamente un castigo para el cazador-recolector, y puede haber sido un inmigrante o comerciante que obtuvo la misma posición social entre los agricultores, o puede haber sido una persona cautiva o esclavizada, anotaron los autores del estudio. Se sabe que algunas comunidades de cazadores-recolectores probablemente sufrieron muertes violentas a manos de agricultores y estuvieron expuestos nuevos patógenos procedentes de su ganado.

Anders Fischer (izquierda), arqueólogo independiente y autor de ambos estudios, dijo a WordsSideKick.com que "Los agricultores crecieron rápidamente en número a medida que se extendieron y pudieron haber sido muy 'belicosos' en su enfoque hacia los cazadores-recolectores. De estos últimos muchos decidieron no ser agricultores, pero alguien decidió en su nombre y tal vez fueron eliminados en el mismo proceso".

Fuente: livescience.com | 13 de abril de 2024

Así se hizo y está en la actualidad el primer túnel 'carretera' del mundo que construyeron los romanos en el 36 a.C.

Así es el túnel de Cocceio tiene la capacidad para que dos carros circulen de manera vertical. (Fuente: Falk2 / Wikimedia Commons).

Los romanos son considerados grandes escultores y arquitectos de la antigüedad, con diferentes edificios que se alzan a lo largo y ancho de los territorios que conquistaron en la actual Europa, norte de África y Medio Oriente. Una de las pruebas irrefutables de su desarrollo es el coliseo romano, entre otros. Sin embargo, en Nápoles se encuentra otra obra maestra de la ingeniería civil. Se trata del primer túnel carretera del mundo, el cual se creó en el 36 a.C.

Entre los siglos 36 y 37 a.C, Marco Vipsanio Agripa, amigo personal del emperador Augusto, estableció la base romana naval más importante de todas en el puerto Iulius o Julio, en honor a Julio César y que construyó el arquitecto Lucio Coceyo Aucto.

El Imperio romano no solo era fuerte por tierra, sino también por mar. Y allí se hospedaban sus grandes y más poderosos navíos, por lo que era necesario protegerlos de posibles ataques. En particular, a los que estaban en proceso de elaboración. Para ello, se tuvo en cuenta el lago Averno, que ni desde la orilla ni desde alta mar era posible divisarse.

Además, ese centro de carga y descarga se convirtió en uno de los más importantes para la ingeniería antigua, con lo que se diseñaron diferentes establecimientos para depositar las mercancías, puntos de venta y demás. Su organización era ejemplar y el mismo se extendía hacia el interior de la ciudad de Cumas.

Así es el plano del túnel hecho por los romanos. Fuente: Biblioteca Comunale di Cava de’ Tirreni.

Su tamaño demandó de un muelle de 372 metros de largo sobre arcos con 15 pilotes cuadrangulares. Allí se establecieron astilleros también y, a la entrada de la vía Herculanea, que conectaba el mar con el lago, se había ubicado una muralla de defensa.

Para conectar el puerto central que estaba en el lago y la ciudad se excavó un túnel sobre piedra volcánica, capaz de proveer una salida rápida si era necesario. A este espacio se lo reconoció como la primera carretera dentro de una montaña de todo el mundo y fue hecha por los romanos.

En la actualidad el túnel permanece al resguardo de su uso civil, debido a la fragilidad frente al desgaste exterior. Alexandre Albore - (Fuente: Ruthven)

En la actualidad existe y se la conoce como la Gruta de Cocceio. Tiene un kilómetro de longitud, un desnivel de 40 metros y una altura de 12 metros. Su anchura va de entre 5 a 6 metros, por lo que es posible que dos carros en paralelo circulen sin problemas por allí.

Este mismo se erigió en el Monte Grillo. Sobre la entrada al lago Averno, se encontraba una columna con nichos que soportaban esculturas, las cuales en la actualidad ya no existen. Uno de los detalles que asombró a los ingenieros de nuestra era contemporánea es que los romanos pensaron hasta en la ventilación e iluminación interior del mismo. Para ello, perforaron pequeños agujeros de 30 metros de altura.

En paralelo al primer túnel, se alzó otro de dimensiones más pequeñas y que también contó con un acueducto, para que el agua llegase desde el lago hacia la zona urbana, bautizado como 'Aqua Augusta'. Lo cierto es que con el traslado de la base naval a Miseno en el 12 a.C, este perdió importancia y solo funcionó como vía comercial civil.

Hoy en día el gobierno italiano lleva a cabo diferentes obras para resguardar su patrimonio arqueológico, entre ellos, la Gruta de Cocceio, que en la Segunda Guerra Mundial sufrió detonaciones accidentales que lo deterioraron. Con el paso del tiempo y la invasión de murciélagos, se intentó salvarlo de la erosión externa.