La Diputación adjudica el proyecto del museo de las Caras de Bélmez

El Plan Operativo Local de Sierra Mágina, que administra la Diputación, permitirá ejecutar en Bélmez de la Moraleda un museo dedicado a las famosas caras. El proyecto se adjudica por algo menos de 500.000 euros a la constructora torreña Hijos de Manuel Molina López SCA. La firma rebaja el presupuesto inicial en un cuarto de millón.

Las caras de Bélmez de la Moraleda se verán en la vivienda en la que vivió su “descubridora”, María Gómez Cámara, en la calle que lleva su nombre en el municipio de Mágina, otrora Real. También, en el inmueble en el que nació, en la calle Cervantes y, próximamente, cuando se construya, un centro de interpretación dedicado a este fenómeno paranormal. El proyecto es uno de los que se benefician del Plan Operativo Local, dedicado a la comarca de Sierra Mágina, que impulsó la Diputación Provincial de Jaén. Esta iniciativa es posible gracias a los fondos europeos que ha concedido la Administración jiennense. Estas partidas, en concreto, se destinan a las comarcas que se consideran más alejadas de los criterios de convergencia, que son la propia Mágina, El Condado y Segura.

En el caso del municipio belmoralense, la acción que se impulsa consiste en la construcción de unas dependencias en las que habrá sala de exposiciones y conferencias, un salón de actos, una sala de proyección y otras estancias administrativas.

El edificio constará de tres plantas. El sótano estará destinado a aparcamiento para los asistentes; en el bajo, habrá una zona de vestíbulo y recepción, un lugar para exposiciones y una sala de proyección, ambas polivalentes y, en la planta alta, estarán el salón de actos y las dependencias administrativas del centro. Este proyecto ha sido planteado y elegido por el Ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda, en función de las necesidades de los vecinos, al igual que el resto de las acciones que se impulsarán en otros municipios de la comarca y que se recogen en el Plan Operativo Local de Sierra Mágina (POL).

La empresa adjudicataria de la obra es la torreña Hijos de Manuel Molina López SCA, por 497.960,42. El presupuesto final  rebaja, en casi doscientos cincuenta mil euros, cuyo presupuesto base de licitación es de 651.235,11. En Noalejo, un municipio de la Sierra Sur donde el fenómeno de la santería es muy popular, como en el resto de la comarca, se construye otro centro dedicado a los curanderos. José Rodríguez Cámara / Jaén

¿Existió el Diluvio Universal?

Presente en la mayoría de las civilizaciones de la historia, buena parte de la comunidad científica defiende que una gran inundación pudo producirse en la Antigüedad

ANDER AZPIROZ / MADRID

Hace apenas una semana un grupo de investigadores anunció a bombo y platillo un descubrimiento inaudito. Nada más y nada menos que el Arca de Noé. Se encontraría, según ellos, bajo el hielo del Monte Ararat, en Turquía, y consistiría en una nave de cerca de unos 7,5 metros de ancho y 37,5 metros de longitud. Este anuncio, cierto o no, vuelve a poner de relieve una incógnita que lleva vigente miles de años: ¿Existió realmente el Diluvio Universal? Por extraño que parezca, en esta ocasión religión y ciencia llegan a alcanzar un mínimo punto de encuentro.

«Porque pasados aun siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice», anunció Dios, molesto con los hombres por su maldad, a Noé, según asegura el Génesis en su capítulo 7. «Fue el diluvio cuarenta días sobre la Tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevo sobre la Tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra (...) y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes», continúa el primer libro de la Biblia. Pero el mito del Diluvio Universal, originario de la civilización Sumeria, ha sido común a casi todas las creencias de la historia. Egipcios, judíos, musulmanes, hindúes, mayas...

La comunidad científica jamás ha dado por verídica la hazaña de Noé ni tampoco que se produjera una lluvia de semejantes proporciones, aunque una amplia parte de ella sí que considera probable una gran inundación en la Antigüedad que diera lugar a la leyenda. Según la NASA, esta pudo tener su origen en un meteorito. Este habría hecho explosión sobre la capa de hielo que cubría Norteamérica, derritiéndolo y causando una serie de tsunamis que hubieran afectado a determinadas partes del globo.

En el Mar Negro

La teoría más compartida ha sido formulada por los geólogos marinos William Ryan y Walter Pitman. Sostienen en su libro «El diluvio de Noé» que el fenómeno se habría producido hace 7.500 años en lo que hoy conocemos como Mar Negro, en aquel tiempo un lago de agua dulce de mucho menor tamaño y habitado en sus orillas. De algún modo, el Mediterráneo se habría abierto paso a través del Estrecho del Bósforo, haciendo crecer el caudal del Mar Negro a un ritmo de entre 15 y 30 centímetros por día.

Basan su teoría en el hallazgo tanto de fósiles de moluscos de agua dulce como salada contemporáneos en un mismo espacio, algo imposible de explicar. «La temible inundación se convirtió en una historia fundamental para advertir y aterrorizar a las generaciones jóvenes, en un acontecimiento tan profundamente traumático que su recuerdo duró por más de mil años, transmitido por la tradición oral, antes de que fuera inscrito en cerámica», afirman Ryan y Pitman.
Otras hipótesis señalan como causa probable una intensa actividad sísmica en la zona del Mediterráneo, que hubiese originado igualmente una serie de tsunamis que golpearon la costa con violencia. En cualquier caso, la ciencia, a diferencia de la religión, circunscribe el diluvio a determinadas zonas concretas. Nunca le da el carácter de «universal».

La posibilidad de que ocurra un fenómeno semejante al que defiende la ciencia no es tan lejana como parece, con la salvedad de que esta vez sí sería general y afectaría a miles de millones de personas. La causa no es otra que el calentamiento global y la fusión de los casquetes polares. La crecida de los océanos podría sumergir en las profundidades marinas a cientos de ciudades en todo el mundo, transformando la civilización tal y como la conocemos.

«Y murió toda carne que se mueve sobre la Tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la Tierra, murió», concluye el Génesis.

'La batalla de Anghiari' de Leonardo da Vinci


Uno de los bocetos de «La batalla de Anghiari», de Leonardo da Vinci (copia de Rubens)
Ángel Gómez Fuentes / ABC

El ingeniero Seracini, a punto de descubrir «La batalla de Anghiari», obra maestra del genio del Renacimiento

«Estoy seguro de que la obra más grande que Leonardo Da Vinci haya realizado jamás, más importante que “La Gioconda” y “La última cena”, está oculta en una pared del Palazzo Vecchio de Florencia», cuenta Maurizio Seracini (Florencia, 1946). Se trata de «La batalla de Anghiari», un fresco de 7 metros de alto y 17 de largo, pintado y no acabado por Leonardo en el año 1505.
Ahora está a punto de ser desvelado «uno de los misterios más grandes del mundo del arte», el que rodea esa obra maestra. A su caza ha dedicado 36 años el ingeniero Seracini, profesor en la Universidad de San Diego (California), donde creó el Centro Interdisciplinar de Arte, Arquitectura y Arqueología, con un laboratorio científico que ha desarrollado herramientas y tecnologías de vanguardia para analizar y reconstruir monumentos y obras de arte en general.

La búsqueda del Leonardo perdido se ha convertido en una auténtica batalla sobre «La Batalla» y en una extraordinaria aventura personal de Seracini. En los primeros días de diciembre, una veintena de personas, en su mayoría ingenieros y científicos de la Universidad de San Diego junto a expertos de arte del Ayuntamiento de Florencia, iniciaron los trabajos en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio. El objetivo es comprobar si efectivamente «La batalla de Anghiari» se encuentra escondida detrás de un fresco que representa «La batalla de Scannagallo», pintado —para celebrar la victoria de los ejércitos de los Médici— en 1563 por Giorgio Vasari, célebre arquitecto, pintor e historiador del arte italiano.

Centro de poder


El Salón de los Quinientos era el centro del poder político del Renacimiento. Para adornarlo con victorias militares de la República de Florencia fueron llamados los dos máximos genios del Renacimiento: Leonardo y su adversario Miguel Ángel Buonarroti, que comenzaron a pintar en paredes opuestas. Pero en aquellos tiempos de guerras, Miguel Ángel renunció y Leonardo trabajó un año, dejando su obra inacabada. De ese fresco, rodeado de misterio, han quedado magníficos dibujos de Leonardo, con caras de gran fuerza expresiva. La parte central del mural, con el combate frontal de caballos y soldados, fue considerada como un estudio sin precedentes de anatomía e intensas emociones, representadas en una copia de Rubens. Durante décadas, muchos artistas, como Rafael, fueron al Salón de los Quinientos para admirar y hacer copias de la pintura.
«La batalla de Anghiari» fue un auténtico desastre desde el punto de vista técnico. Leonardo era un artista al que le apasionaba experimentar. En esa ocasión utilizó materiales no apropiados y sin la adecuada preparación del muro, por lo que sus nuevas pinturas se disolvieron enseguida y el fresco se «evaporó». Para reestructurar el Salón, los Médici llamaron a Giorgio Vasari, quien cubrió la pintura de Leonardo y el resto de las paredes con gigantescos frescos patrióticos.

Según las investigaciones de Seracini, no hay duda de que detrás del Vasari se encuentra la obra maestra de Leonardo. Se ha realizado una endoscopia mediante una sonda dotada de telecámara y se ha descubierto que hay un espacio de escasamente un par de centímetos entre la pared pintada por Vasari y la posterior. Además se han recogido muestras microscópicas para ser analizadas.

Gran polémica

Pero la caza de la obra fantasma de Leonardo se ha visto inesperadamente interrumpida en medio de una gran polémica. Más de un centenar de historiadores y expertos (entre ellos los responsables de pintura del Louvre, National Gallery y Metropolitan de Nueva York ) han firmado un manifiesto para pedir que se detengan las obras, por considerar que se puede dañar la maestra de Vasari, al tener que ser agujereada para introducir sondas. Además, consideran «muy improbabe que Vasari haya sellado algo todavía legible bajo un muro».

En defensa del ingeniero Seracini, que se ha mostrado amargado por polémicas que considera «instrumentales, injustas y falsas», se han pronunciado otros expertos, como la profesora Paola Salvi: «No creo que Maurizio Seracini se haya presentado al Palazzo Vecchio armado con taladros para hacer agujeros por doquier. La investigación se realiza con todas las garantías. Ni siquiera tomo en consideración la hipótesis de daño al fresco de Vasari».

Seracini cuenta sobre todo con el apoyo entusiasta del alcalde de Florencia, Mateo Renzi, quien considera que la polémica ha sido creada por «envidiosos». Renzi está convencido de que será posible descubrir «La batalla de Anghiari», lo que será una fuente importante de turistas a Florencia. De momento, la investigación se ha paralizado porque la asociación Italia Nostra ha presentado una denuncia y la fiscalía ha encargado a los carabineros abrir una investigación.

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Descubierto en Logroño un cráneo visigodo con un cáncer y una trepanación



Un cráneo de un hombre del periodo visigodo, entre finales del siglo V y mediados del siglo VII, con un cáncer de tejido blando al que se le hizo una trepanación permite asociar, por primer vez en España mediante una pieza arqueológica, un acto quirúrgico a una patología concreta en esa época.

Fuente: Ana Lumbreras, Logroño, EFE | La Rioja.com

Así lo ha afirmado el doctor en Antropología Médica Julio Martínez Flórez, quien ha finalizado ahora el estudio paleopatológico de este cráneo, encontrado durante 2011 en una necrópolis en el término de Igay, en la capital riojana.
Martínez Flórez ha añadido que hasta ahora, en la bibliografía comparada, ya se citaba la realización de trepanaciones desde la antigüedad, pero, con este cráneo, se ha podido asociar por primera vez en España, según sus datos, un acto quirúrgico, como es una trepanación, con una dolencia, como es un tumor de tejido blando en el cerebro.

Este cráneo corresponde a un varón de entre 40 y 50 años, que presenta una tumoración de tejido blando craneal y al que se le efectuó una trepanación, según la hipótesis de Martínez Flórez, para intentar aliviarle el gran dolor de cabeza que debía sufrir, causado por una presión dentro del cráneo.
El estudio paleopatológico indica que no hay signos de que el hueso regenerara, por lo que estima que lo más probable es que esta persona no sobreviviera a la trepanación, que, según él, realizó un médico, "alguien que sabía lo que hacía", ha subrayado.

Se ha constatado que en este cráneo había un gran tumor de tejido blando, que está infiltrado en la capa interna del hueso, en el que crea una impronta; además de que deforma la parte exterior por el abombamiento de la zona donde está el cáncer.

En este segmento del cráneo afectado por el tumor hay una trepanación, que, según el estudio realizado, efectuaron médicos, lo que Martínez Flórez ha relacionado con la existencia en esa época en el emplazamiento de Varea, cerca de Igay, en donde hay signos de legiones romanas, de siglo IV, que tenían tradición médica.

OTROS DOS CRÁNEOS

Sus datos indican que en La Rioja han aparecido otros dos cráneos con trepanaciones, uno en Nalda, datado en la Prehistoria, y otro en Valgañón, del siglo XIII, pero ninguno de ellos estaba asociado a una enfermedad, según los estudios que de los mismos ha realizado este doctor en Antropología Médica.



Otro hueso del cadáver al que pertenece este cráneo del periodo visigodo ha sido sometido a la prueba del carbono 14, que lo ha datado entre finales del siglo V y mediados del siglo VII y que corresponde a un varón de entre 40 y 50 años, cuando lo habitual en esa época es que la esperanza de vida estuviera entre los 30 y los 40 años, ha añadido.

Ha sido encontrado este año por la empresa Cronos, en unas labores de excavación en la necrópolis de Igay, otro de cuyos tramos ya excavó en 1979 Sebastián Andrés Valero, pero ahora, debido a movimientos de tierra ocasionados por obras civiles, se ha visto que es más importante y más extensa de lo que se conocía.

El cráneo ha aparecido en un conjunto cementerial, situado a 1,5 kilómetros del actual casco urbano de Logroño, en el que se han encontrado siete tumbas con restos de unos diez individuos, tanto hombres como mujeres de diferentes edades y el más pequeño corresponde al de un bebé de cuatro meses, ha aseverado.

Martínez Flórez ha indicado que no se ha encontrado un área urbana o rural asociada a esta zona cementerial, pero, de acuerdo con la tradición de la época, cree que puede haber una zona urbana asociada aún no encontrada o que esta necrópolis pudo haber dado servicio a un conjunto de áreas rurales próximas.

Descubren embarcaciones de la Edad de Bronce en Whittlesey (Gran Bretaña)



El sitio arqueológico en el río Nene contiene barcos alargados, lanzas, espadas, ropa y hasta joyas. Los pescadores de la Edad de Bronce utilizaban un método de captura de la anguila que aún se utiliza hoy en día.

Hace tres mil años los británicos de East Anglia fueron hábiles marineros y constructores de barcos, disfrutaron de la pesca, ocasionalmente hacían guisado de ortiga y utilizaban un método de captura de la anguila que aún se utiliza hoy en día. Incluso utilizaban cubiertos de madera. Esta increíble imagen, detalle de la vida hace tres milenios, es posible gracias a un recorrido por los barcos de la Edad de Bronce, lanzas, espadas y ropa que han sido descubiertos en uno de los sitios de la Edad del Bronce más importante que se ha encontrado en Gran Bretaña en el río Nene, la cantera Must Farm, Whittlesey.

Fuentes: Cambridge University’s Archaeological Unit | Vista al Mar.es

Los investigadores dicen que los objetos encontrados en los pantanos del este de Anglian proporcionan posiblemente la visión más detallada hasta ahora de cómo era la vida hace 3.000 años. Conservados en sedimentos y turba a lo largo del antiguo cauce del río Nene, en la cantera Must Farm, Whittlesey, elementos que normalmente hace mucho tiempo que estarían descompuestos han sido sacados de la tierra en condiciones prístinas por los arqueólogos.

David Gibson, de la unidad arqueológica la Universidad de Cambridge, que está llevando a cabo la excavación, dijo: "Se nos está dando una visión en 3-D de esta comunidad que sólo vemos muy pocas veces en cualquier parte del mundo y mucho menos en este país.

"Por lo general, en un yacimiento del periodo de la Última Edad de Bronce se obtienen hoyos, agujeros para postes y tal vez se encuentren una o dos piezas de metal".
"Convencer a la gente que estos asentamientos fueron alguna vez lugares prósperos cuesta un poco de imaginación". "Pero esta vez se ha conservado mucho más y en el recorrido podemos ver realmente la vida cotidiana durante la Edad del Bronce". El sitio está siendo excavado frente a una ampliación de una cantera local de ladrillos y su importancia significa ahora que es muy probable que se siga investigando durante algunos años.
Han sido encontrados cientos de objetos. Lo más espectacular fue el encontrar seis barcos, todos de la Edad del Bronce, pero que aparecen en diferentes niveles en el colmatado del río. Van desde poco más de dos metros a un poco más de ocho metros de longitud. Cada uno fue ahuecado del tronco de un roble y en algunos casos, decorado con grandes tallas. En otros lugares, el sitio ha revelado armas, como espadas y lanzas, todavía con sus mangos intactos, y objetos de uso cotidiano como cucharas de madera, que forman parte de una capa, bolas verdes y azules, cuerdas, cubos y cestas de mimbre. Algunas de las armas tienen similitudes con las que se han encontrado en el norte de España.



No hubo puertos importantes en la costa durante la Edad del Bronce, pero los hallazgos sugieren que las vías fluviales del este de Anglian pueden haber sido un importante canal de comunicación con las fronteras de Gran Bretaña y el continente. También indica que las personas eran más móviles de lo que se pensaba. Los investigadores han identificado el lugar del propio asentamiento al este de las excavaciones actuales. Se cree que se incendió en algún momento alrededor del 800 a.C. Todo lo que falta en el cuadro de la sociedad son los cuerpos de las personas que vivían allí.

Los restos humanos podrían estar en una zona aún no excavada de las tierras cercanas, o pueden haber sido enterrados en el río haciendo que sea más difícil encontrarlos. La comunidad vivía en el río de la pesca de la perca, el lucio y anguilas. De acuerdo con los restos de una comida en un recipiente de madera en el sitio, también disfrutaban de guisos ocasionales de ortigas.



Un descubrimiento significativo a nivel local es el de las trampas para la anguila. Cabe destacar que las versiones de hace 3.000 años son muy similares a las que todavía se utilizan en East Anglia en la actualidad. "Un pescador de hoy en día fue capaz de venir y decirnos exactamente cómo se utilizaron estas trampas y por qué", dijo el señor Gibson. "Es increíble que una tecnología tan antigua haya continuado hasta la actualidad prácticamente sin cambios".

Los arqueólogos han estado trabajando en estrecha colaboración con Hanson, el proveedor de ladrillo y cemento, que es propietario de la cantera. La necesidad de la compañía de extraer arcilla que se encuentra en niveles de tierras de la edad del Jurásico ha significado que el equipo de excavación ha sido capaz de excavar mucho más profundo que en los sitios arqueológicos normales.

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Arqueólogos del INAH descubren una ofrenda originaria de Pirámide del Sol en Teotihuacan, México



Arqueólogos descubrieron un par de ofrendas, una de las cuales pudo haber sido colocada para consagrar el comienzo de la construcción de la edificación teotihuacana, en el siglo I d.C. Estaba compuesta por piezas de obsidiana, vasijas, restos de animales y tres figuras humanas de piedra verde, de las que destaca una máscara que podría ser un retrato.

Arqueólogos que participan en el Proyecto Pirámide del Sol, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), descubrieron una serie de depósitos en el interior de esta construcción prehispánica, uno de los cuales podría tratarse de la ofrenda colocada en los primeros 50 años de nuestra era, para consagrar el comienzo de la construcción de este monumento, el más grande de la antigua ciudad de Teotihuacan.

Fuente: Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), México

El equipo de investigadores, conformado por los arqueólogos Alejandro Sarabia, Saburo Sugiyama, Enrique Pérez Cortés y Nawa Sugiyama, dio a conocer este hallazgo registrado durante las exploraciones realizadas al interior de dicho edificio piramidal —de 65 metros de altura—, desde 2008 y que concluyeron este 2011.

Valiéndose de un túnel de 116 m de longitud que se extiende en el eje este-oeste de la pirámide —que fue excavado en los años 30 por el arqueólogo Eduardo Noguera—, el grupo del Proyecto Pirámide del Sol, dirigido por Alejandro Sarabia, excavó un total de 59 pozos estratigráficos y tres túneles cortos, con la intención de llegar en todos los casos, al nivel de la roca madre a fin de verificar la presencia de entierros, ofrendas, etcétera.



“Por nuestra experiencia sabíamos que si los teotihuacanos hubiesen colocado algo al interior del monumento, muy posiblemente estaría a nivel del tepetate. Para ello excavamos un pozo de sondeo en la parte final de túnel y un conducto corto para llegar al centro de la pirámide, ya que el hecho por Noguera se había quedado aproximadamente seis metros al oeste del centro del monumento”, comentó Enrique Pérez Cortés.

Efectivamente, dijo, fue a lo largo de la exploración que se descubrieron —a diferentes distancias respecto de la entrada del túnel— tres estructuras arquitectónicas que son anteriores a la construcción de la Pirámide del Sol, y siete entierros humanos, algunos de ellos de infantes, que hasta el momento se pueden fechar al periodo previo a la erección del monumento, o bien, al de su edificación; así como dos ofrendas, una de ellas de una riqueza extraordinaria.

Esta última ofrenda fue descubierta en el metro 85 del túnel, al interior del relleno constructivo, “por lo tanto sabemos que fue depositada como parte de una ceremonia de consagración a la construcción de la Pirámide del Sol, probablemente al inicio de su edificación, hace más de 1.900 años”, anotó Pérez Cortés, investigador del Centro INAH-Zacatecas, al destacar que entre los objetos encontrados destaca una máscara de piedra verde, que podría ser el retrato de un personaje.



El rico depósito descubierto estaba compuesto por varios niveles de objetos, colocados desde el nivel de tepetate; debido a que el área de los materiales arqueológicos se extendía hacia el sur de los límites del pozo estratigráfico, se decidió hacer una ampliación de la exploración.
Los objetos que componían la oblación “fueron elaborados en muy diversos materiales y técnicas de elaboración; destaca una cantidad considerable de piezas de obsidiana, como puntas de proyectil, navajillas, bifaciales, así como un excéntrico antropomorfo (artefacto lítico). Además de tres figuras con representaciones humanas, que fueron ornamentadas con ojos de concha y pirita, y que estaban acompañadas por algunas puntas de proyectil”.

De las tres piezas de piedra verde, destacó el arqueólogo Pérez Cortés, sobresale una extraordinaria máscara antropomorfa que fue tallada en una sola pieza, cuyos ojos fueron hechos con concha y pirita. La máscara de serpentina —según análisis del Dr. José Luis Ruvalcaba, del Instituto de Física de la UNAM—, es la única careta de piedra descubierta hasta la fecha en contexto ritual en Teotihuacan.

Con 11 cm de altura por 11.5 de ancho, 7.8 cm de profundidad y un peso de 1.16 kg, dicha máscara difiere de las conocidas como “teotihuacanas”, por ser de una dimensión menor y con volumen, por lo que preliminarmente se cree que se trata de un retrato. Asimismo, junto a este objeto se halló un caracol marino.
La ofrenda también estaba integrada por 11 vasijas tipo Tláloc, la mayoría fragmentadas y colocadas al centro del depósito. Otros objetos depositados fueron tres discos de pirita, uno de ellos —de 45 cm de diámetro y puesto sobre una laja de pizarra recubierta con pirita—, es el más grande recuperado hasta el momento en Teotihuacan.



Asimismo, el depósito se conformaba de una importante cantidad de esqueletos de animales. Al noreste se recuperó el cráneo de un felino, al suroeste el de un cánido; y al sureste, y cubierto por rocas volcánicas, los restos de un águila que fue alimentada antes de ser sacrificada, pues en su cavidad torácica se hallaron los restos de dos conejos. Este tipo de restos de fauna coincide con los de las ofrendas descubiertas en el Edificio 4 de la Pirámide de la Luna.
Los investigadores del equipo Pirámide del Sol, de la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), hicieron hincapié en que esta ofrenda siempre estuvo anegada, ya que la humedad que absorbe el edificio se concentra en la base y en el área central del monumento.

En este sentido, el Dr. Saburo Sugiyama, profesor de la Universidad de Aichi (Japón), y Alejandro Sarabia, director de la ZAT, indicaron que durante mucho tiempo y anterior a este descubrimiento, la función de la Pirámide del Sol se había vinculado al inframundo, debido al túnel que hay debajo de ella, y que fue excavado por los propios teotihuacanos.

“Sin embargo, los objetos que encontramos estarían indicando que la Pirámide del Sol —que cubre un área aproximada de 5.6 ha con un altura actual de 65 m y una base de 225 m por lado— fue ofrendada hacia los primeros 50 años de nuestra era, posiblemente a una deidad de la lluvia, una versión muy antigua del dios Tláloc".

“Por el momento, sólo podemos ofrecer una interpretación general de los hallazgos, pero es evidente que algunas ofrendas tienen un patrón de distribución que ya habíamos observado en algunos de los entierros de la Pirámide de la Luna”, concluyeron los expertos.