Reportaje para Cuarto Milenio

He estado grabando para el programa Cuarto Milenio, el primero de lo que serán una serie de reportajes sobre casos investigados por mí y publicados en mi libro Los Visitantes desconocidos.
Este primer reportaje versará sobre un hecho acontecido en la localidad de Higuera de la Serena, donde tres testigos pudieron observar una gran esfera de la que salieron dos enormes seres.
Desde estas páginas avisaré para que los lectores puedan visionar el reportaje.


Con el periodista, reportero y guionista de Cuarto Milenio, Pablo Villarrubia

La arquitectura del cerebro


.....Imágenes obtenidas de las fibras neuronales del cerebro. | Science
  • Dos estudios mejoran el conocimiento sobre el tejido neuronal y su función
  • La información genética condiciona la estructura de la corteza cerebral
Un damero de ajedrez más que un enmarañado ovillo. Así podría resumirse la forma en que las fibras nerviosas se organizan en el cerebro y así es como las podemos ver en las fotografías que un grupo de expertos del Hospital General de Massachusetts (EEUU) ha obtenido con diferentes técnicas de imagen. Su trabajo, junto con el de otro grupo de la Universidad de California que ha analizado cómo la información genética contribuye en la conformación de la corteza cerebral, nos permite conocer mejor la estructura de ese órgano que todavía sigue siendo un gran desconocido.
Aunque se conoce que en la médula espinal y en el tronco del encéfalo, las fibras nerviosas se organizan formando fascículos paralelos derivados de cómo se organiza el sistema nervioso en el desarrollo embrionario, se desconoce cómo es ese patrón de haces en el lóbulo frontal y otras regiones corticales. Hasta ahora sólo se había podido estudiar pequeñas fracciones de esas 'carreteras' neuronales en cerebros simples, pero no de humanos. A través de un nuevo escáner de imagen de resonancia magnética de difusión se puede ahora visualizar la distribución de esas fibras en todas las zonas del tejido cerebral.
"Hemos trabajado durante años en esta tecnología para establecer un mapa de la arquitectura de las fibras del cerebro [...] Cada secuencia de fibras se conforma como una rejilla tridimensional. Esas fibras, en la parte superior del cerebro, son como un grupo de cables organizados en hojas dobladas, de tal manera que las fibras sólo van en las dos direcciones de las hojas y en otra perpendicular a ellas. Por lo tanto, todas las conexiones del cerebro siguen estas tres direcciones. En la vida embriológica seguir estas direcciones es más simple, pero el cerebro adulto tiene muchos pliegues, con lo que las tres direcciones terminan haciendo curvas", explica Van Weeden, principal investigador del estudio, publicado en la revista 'Science'.

Un orden establecido

"Los libros clásicos nos dan la idea de que las fibras nerviosas carecen de orden en su recorrido, formando un aparente ovillo de fibras entremezcladas, pero en el cerebro hay tanta fibra que por fuerza tiene que haber un orden, para que no haya un caos. Es un principio esperable, si queremos que los diversos cerebros se comporten parecidamente. No vemos fibras que crucen regiones en oblícuo, igual que un coche no atraviesa los edificios, sino que sigue un orden establecido por reglas de tráfico y la estructura de las calles. Lo que pasa en el cerebro es que las calles y casas están deformadas, porque hay muchos pliegues debidos a crecimiento desigual (como en un cuadro de Dalí), pero las fibras se apañan para caminar por esas calles de manera ordenada, aunque tengan un recorrido deformado. Esto es lo que acaban de demostrar estos científicos para la zona del cerebro donde menos se esperaba que fuera así", explica Luis Puelles, del departamento de Anatomía Humana y Psicobiología de la Universidad de Murcia.
Gracias a esta tecnología, se puede conocer cómo crece el cerebro. "Las conexiones del cerebro maduro parecen reflejar los tres principales ejes establecidos en el desarrollo embrionario", afirma este investigador. Otro dato que han podido comprobar en este trabajo es que las fibras nerviosas no están aisladas sino que se relacionan entre sí. La tercera conclusión que podría extraerse de la investigación, en la que han analizado tejido cerebral de cuatro tipos de monos y de personas vivas, es que esta estructura fibrilar se mantiene entre las especies, es decir, que los cerebros más simples y los más complicados conservan una estructura similar. "En definitiva, ahora tenemos una manera de ver la conectividad del cerebro como un todo, no como áreas aisladas", señala Weeden.
Tal y como explica el investigador español Alberto Ferrús, del departamento de Neurobiología Molecular, Celular y del Desarrollo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "al estudiar esas vías [de fibras] se ve una organización ortogonal [en ángulo recto], esta organización permite decir que la parte más compleja (cortical) del cerebro sigue el mismo patrón de crecimiento que cualquier otra parte del sistema nervioso. Hasta hace poco se pensaba que la corteza era una estructura desarrollada súbitamente en los mamíferos, siendo inicialmente de estructura homogénea. Se hacían deducciones singulares como que 'la corteza es lo que nos hace humanos' [ya que la mente emerge de su función]. Estos estudios demuestran que la estructura de la corteza en primates y el hombre no es tan homogénea sino que está organizada en módulos, cada uno con una pauta de conectividad especializada, y que es comparable no obstante con la de otras especies".

Genes y neuronas

El segundo trabajo que publica la revista 'Science' va en la misma línea de intentar conocer mejor la estructura del cerebro humano. En este caso, investigadores de la Universidad de California, utilizando un mapeo masivo de la información genética característica de distintas partes de la corteza cerebral, con datos obtenidos mediante una poderosa técnica de resonancia magnética en 406 pares de gemelos adultos (para reducir la variabilidad), han completado un novedoso atlas génico de la corteza cerebral, la capa más superficial del cerebro.
Al comparar gemelos monocigotos con gemelos dicigotos, los autores observaron cómo la influencia genética se comparte separadamente en grupos de áreas que conforman 12 regiones de la corteza. Estas 12 regiones coinciden a grandes rasgos con sectores con una función ya definida en estudios previos.
Comprobaron, por tanto, que la estructura regional funcionalmente especializada de la corteza cerebral está genéticamente controlada y se organiza de una manera jerárquica (varias subáreas forman un área, y varias áreas forman una región).
"Si podemos comprender la base genética del cerebro, podemos tener una mejor idea de como se desarrolla y funciona, información que, a la larga, podemos utilizar para mejorar tratamientos de múltiples enfermedades", concluye Chi-Hua Chen, principal autor de la investigación.
Puelles aclara que este trabajo es "la primera evidencia, de una forma fidedigna, de que también para construir la parte más compleja del cerebro se toma información del genoma. Probablemente estarán implicados miles de genes. Es interesante que haya un orden genético, y, aunque es hermoso verlo confirmado, no nos sorprende, porque sería difícil que fuera de otra manera. El cerebro es lo más ordenado que conocemos. Lo más sorprendente es hasta qué punto encaja bien este análisis con lo que ya se iba sabiendo de funciones diferenciadas en la corteza. Los grupos de áreas cerebrales determinadas en este estudio se agrupan por funciones que resultan predeterminadas por la estructura génica. Los estudios anatómicos y funcionales previos ya habían adelantado particiones similares, pero este nuevo enfoque ha llegado a parecidos resultados desde un ángulo totalmente nuevo. Esto indica que diversos enfoques científicos están llegando a un consenso, lo cual es todo un hito histórico".

Repercusión de los resultados

Los dos trabajos que publica 'Science' indican, según Puelles, que "estamos empezando a comprender el cerebro, a ver 'las piezas de la máquina' que dependen de los genes, hemos llegado a un dintel de conocimiento a partir del cual podemos empezar a profundizar. Evidentemente, los genes no lo controlan todo al detalle (no hay suficientes, teniendo en cuenta que se calculan 10.000.000.000.000.000 sinapsis –o contactos entre neuronas- y sólo hay unos 20.000 genes), por lo cual, más allá de las 'piezas' en cuestión, hasta llegar a la mente, se intercala la microestructura que creamos individualmente al ir viviendo (a este nivel esperaremos diferencias entre los individuos) Por otra parte, sabiendo qué genes son los que predominan en las diversas áreas cerebrales podemos estudiar algunas enfermedades cerebrales de causa genética con mayor detalle".
Sin embargo, no opina lo mismo Javier de Felipe Oroquieta, del Laboratorio Caja de Circuitos Corticales del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, quien recuerda que ha habido mucha disparidad en los mapas citoarquitectónicos que han sido elaborados por diferentes investigadores. "Me parecen interesantes estos trabajos pero es difícil de entender el significado de esas diferencias. Cuando uno estudia el cerebro hay muchos niveles de análisis, éste es un nivel macroscópico, pero yo propongo el ultramicroscópico, con el que se pretende conocer el mapa de las sinapsis o sinaptoma", señala este experto.
No obstante, este investigador reconoce que el trabajo de Weeden, aun siendo grosero, es al mismo tiempo maravilloso. De momento lo que se ha podido mostrar es la disposición conjunta de muchas fibras nerviosas, como si viéramos la carretera que une Barcelona con Madrid junto a otras que se cruzan con ella, pero nada más. Necesitamos saber más de lo que pasa entre medias, de las neuronas, de los circuitos, de la sinapsis...".
En la misma línea se expresa Ferrús: "Incluso cuando queremos colocar una función en una estructura todavía no sabemos cuáles son las unidades de esa función. Necesitamos un código para codificar, pero no sabemos ni con qué, ni cómo hacerlo. Estamos muy por detrás de los bioquímicos de los años 50 tras el descubrimiento de la estructura del ADN".
Más optimista se muestra Puelles quien señala que, a pesar de que "estos dos estudios no son rompedores, sí son aclaradores y confirmadores de que se estaba pensando en la dirección adecuada. Ahora podemos plantear nuevas ideas y experimentos más productivos. Es como cubrir una etapa".

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/04/03/neurociencia/1333446879.html

Siete siglos de fascinación templaria

  • Las leyendas han mantenido vivo el nombre de la Orden del Temple, que conmemora el 700 aniversario de su disolución
  • Al rey Felipe IV el Hermoso de Francia le costó cinco años acabar con la fuerza económica, militar y política más importante de la Europa medieval


Templario durante la toma de una ciudad en las Cruzadas. / Archivo

No eran caballeros de reluciente armadura, sino de manto blanco y cruz roja en el pecho. Los templarios cabalgaron durante casi dos siglos (1119-1312) por Tierra Santa como los principales defensores de la cristiandad. Pero de nada les valió su fiel servicio a la fe cuando el rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, determinó su aniquilación. Celoso de su poderío económico y político, orquestó la disolución de la Orden del Temple con la mayor redada policial jamás conocida en el mundo.
Este año se conmemora el 700 aniversario del exterminio de la más importante fuerza económica, militar y política de la Europa medieval, dando lugar a una de las leyendas más fascinantes de nuestra época. Así, el 22 de marzo de 1312 el papa Clemente V disolvía la Orden del Temple mediante la bula 'Vox in excelso', poniendo fin a un proceso de cinco años en los que los caballeros fueron desposeídos de sus bienes, humillados, torturados y finalmente ajusticiados.
"No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria", rezaba el lema de los templarios, aunque sus actuaciones les granjearon algo más que el reconocimiento del pueblo a su Dios. Era tal la pasión que despertaron en la cristiandad que no hubo monarca o noble que no les donaran algún dinero o propiedad. De esta forma el Temple amasó un capital de extraordinario valor que suscitó la envidia de muchos. "El gran problema es que desde la pérdida de las últimas posesiones en Tierra Santa (1291), los templarios fueron criticados por haber acumulado riquezas en Occidente", explica Enrique Rodríguez-Picavea, profesor de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid.
Los móviles de Felipe IV
Con la perdida de las últimas posesiones cristianas, la Orden ya no tenía razón de ser y comenzaron a verterse las primeras acusaciones contra sus miembros. Este clima de animadversión permitió a Felipe IV instigar junto a su canciller Guillermo de Nogaret una persecución envuelta en acusaciones de herejía, sodomía y desobediencia a la curia romana, que culminó el 13 de octubre de 1307 con la detención de 20.000 templarios, entre ellos el gran Maestre Jacques de Molay, así como la confiscación de todos sus bienes.
Felipe IV había jugado bien sus cartas, pues acabar con la Orden significaba apodarse de sus riquezas y liquidar así las deudas que había contraído con ella la corona de Francia. Rodríguez-Picavea apunta que el móvil del rey "no fue puramente económico, aunque naturalmente tuvo su importancia. Varios historiadores, particularmente los anglosajones, sostienen que Felipe IV se creyó realmente las acusaciones contra los templarios".
No contento con el éxito del operativo en territorio francés, el rey Felipe IV desplegó una gran ofensiva diplomática para convencer a sus homólogos europeos de que actuasen de forma similar en sus dominios. Sin embargo, el resto de reinos cristianos, que "no tenían nada en contra de los templarios", señala Rodríguez-Picavea, retrasaron las detenciones pero se vieron obligados a acatar la orden del papa Clemente V ('Pastoralis preeminentiae', 22 de noviembre de 1307).
A pesar de las reticencias mostradas por la actuación unilateral de Francia, el papa Clemente V terminó por plegarse a los intereses galos organizando por toda la cristiandad comisiones inquisitoriales contra los templarios. En los años posteriores se sucedieron los interrogatorios, las 'confesiones' bajo tortura y las retractaciones que serían tomadas en cuenta durante el juicio celebrado en el Concilio de Vienne, que abrió sus puertas el 16 de octubre de 1311 y finalizó en mayo del siguiente año. Allí, el papa oficializó la desaparición -aunque no su condena- de la Orden del Temple y otorgó sus posesiones a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, quienes a su vez entregaron a Felipe IV una parte del botín.
A los máximos dirigentes del Temple se les reservó un juicio más severo: el 18 de marzo de 1314 fueron ejecutados en la hoguera. "Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia. Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta seguridad", exclamó el último gran Maestre Jacques de Molay entre llamas. Casualidad o no, ese mismo año fallecían Felipe IV el Hermoso, el papa Clemente V y Guillermo de Nogaret.
Su fundación, su existencia y, sobre todo, su inesperada erradicación dieron lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo el nombre de los caballeros templarios hasta nuestros días. Eso sí, "todo lo relativo a los templarios después de su desaparición carece por completo de fundamento histórico riguroso", subraya Rodríguez-Picavea.

Fuente: http://www.hoy.es/rc/20120408/mas-actualidad/cultura/siete-siglos-fascinacion-templaria-201204080003.html

La crisis amenaza a la arqueología griega

"Los monumentos no tienen voz, nos tienen a nosotros"
Robos de antigüedades, excavaciones ilegales o en suspenso: Grecia, asfixiada por la crisis de la deuda, tiene cada vez más dificultades para preservar y valorar su inestimable patrimonio arqueológico, hoy considerado una carga.
Fuente: Isabel Malsang |AFP, Atenas, 4 de abril de 2012

"Las ruinas de la antigüedad son nuestra maldición", declara una arqueóloga griega que quiere mantener su anonimato, por sentir que con semejante declaración traiciona a su oficio, a su alma y a su país. Sin embargo, con esa palabra -'maldición'-, resume las contradicciones que hoy enfrentan Grecia y su pasado: el patrimonio histórico es una de las principales atracciones turísticas del país, y el Estado cuenta con él para reactivar la economía, pero carece de medios para valorarlo, e incluso para protegerlo. Las excavaciones oficiales se ven paralizadas por la falta de fondos y las ilegales se multiplican a causa de la falta de medidas de seguridad, denuncia la Asociación de Arquéologos Griegos.
"Cada vez descubrimos más excavaciones sin registro cerca de los emplazamientos arqueológicos. Algunos han sido cavados por semiprofesionales que saben lo que buscan y trabajan en redes organizadas de traficantes de obras de arte. Otros esperan dar con un tesoro," cuenta Despina Kutsomba, que preside esa Asociación, haciendo referencia a unas excavaciones ilegales descubiertas en un cementerio de la época micénica en Dafni. Las únicas excavaciones que continúan son aquellas que se realizan en cooperación con institutos arqueológicos extranjeros. Pero también esas investigaciones tienen que hacer malabarismos con sus presupuestos.

"En principio, el Estado griego debería financiar una parte de cada excavación. Pero como ya no hay dinero, damos valor contable al terreno o al hangar que ponen a nuestra disposición, para que sobre el papel aparezca la cofinanciación," explica uno de los responsables de esos institutos. La crisis y sus medidas de austeridad han afectado a todo el sector, a la investigación y a la edición así como a las actividades pedagógicas para niños, que han desaparecido de los museos. Los sueldos han sido reducidos a unos 660 euros al mes. La crisis afecta también a los turistas. El museo arqueológico de Atenas o el museo bizantino de Salónica cierran algunas salas con regularidad por falta de guardas de seguridad.
"Si el público no puede acceder al museo, éste pierde su función principal y se convierte en un depósito", lamenta Despina Kutsumba. La arquéologa ha lanzado recientemente desde Atenas un llamamiento a la "resistencia" contra los "recortes dictados por el FMI" en toda Europa, para evitar que la crisis se acentúe y afecte del mismo modo "al Coliseo, al Louvre o a los museos alemanes". Desde principios de año, dos robos espectaculares de obras de arte, presuntamente cometidos por bandas organizadas, sacudieron el país. Unas sesenta antigüedades, algunas de hace más de veinte siglos, fueron robadas en febrero en un museo de Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos. En enero, tres cuadros, entre ellos uno de Mondrian y un retrato de mujer donado por Picasso, desaparecieron de la Galería Nacional.

"La pobreza y las difíciles condiciones de vida también existían en los años 50 y 60 y no por ello se robaba en un museo," declaró el ministro de la Cultura, Pavlos Geroulanos, que presentó su renuncia (rechazada por el presidente) tras el robo en Olimpia. De un total de 106 museos arqueológicos y bizantinos, 250 sitios arqueológicos en actividad y 19.000 registrados, sólo un puñado se salvó de los recortes: la Acrópolis de Atenas, el más visitado de Grecia, donde prosiguen las obras de renovación financiada por la Unión Europea, así como Cnosos en Creta, el yacimiento arqueológico de Vergina, cerca de Salónica, y sitios de renombre en Delfos y Olimpia.
En el resto del país, la situación es complicada. En la excavación de Corinto, estudiada por la escuela arqueológica estadounidense, se han acortado los horarios de visita (15h00) por falta de personal. Asimismo, algunos museos del archipiélago del Dodecaneso han cerrado sus puertas hasta mayo. "Temo un abandono deliberado de la cultura para que luego puedan privatizar el sector, como ocurrió en Polonia, donde 2000 compañías privadas realizan excavaciones", apuntó un miembro de la Asociación de Arqueólogos.

Para aportar dinero a sus arcas, el Estado autorizó la explotación publicitaria de las ruinas griegas, empezando por la Acrópolis. Una iniciativa considerada hasta ahora como un sacrilegio por los arquéologos. El ministerio aseguró que esa decisión se inscribía en una serie de disposiciones para "facilitar" el acceso al patrimonio y la promoción del mismo. La administración de monumentos históricos se ve por otro lado bajo el fuego de las críticas del sector de la construcción, por sus demoras en dar permisos de edificación. Un problema, según los aqueólogos, también atribuible a los recortes presupuestarios.

"Si los servicios arqueológicos tuviesen más personal, todo iría más rápido. A veces un proyecto de construcción está paralizado seis meses, hasta que los arqueólogos pueden sondear el terreno", explica Amalia Tsituri, de la Asociación de Arqueólogos. Pero la mujer defiende las precauciones, afirmando que en grandes ciudades como Atenas, si los arqueólogos no hubiesen presionado al Estado, los turistas "habrían desaparecido" ya que "todo estaría edificado". "Este país tiene la histeria de la construcción. La ley arqueológica permitió preservar los lugares más bellos y salvaguardar una parte del patrimonio natural", sostiene.

Video sobre Grecia proporcionado por la Red Española de Historia y Arqueología:

Egiptólogos catalanes descubren 1.200 peces de la época faraónica

El extraño hallazgo de la misión en la antigua ciudad de Oxirrinco podría corresponder a un ritual funerario desconocido hasta ahora
“La Vanguardia” 3/4/2011 - Silvia Colomé

La misión catalana que trabaja en la antigua ciudad de Oxirrinco ha finalizado la campaña de excavación con una inesperada sorpresa: el hallazgo de unos 1.200 peces enterrados en la necrópolis. “Nunca habíamos visto nada parecido, pensamos que se trata de un ritual”, explica Josep Padró, director de la misión liderada por egiptólogos de la Universitat de Barcelona. Todos fueron depositados en el mismo momento “formando capas entre estores vegetales”, precisa la arqueóloga Maite Mascort.
La hipótesis que baraja el equipo de egiptólogos es que “debajo de estos peces haya algo más”, sigue Mascort. “Quizás fueron depositados como ofrenda encima de una tumba”, añade. “Nos ha costado mucho dejar la excavación para el año que viene, pero así es el trabajo del arqueólogo”, se lamenta.

El equipo ha extraído miles de espinas de estos peces y ahora está trabajando en determinar de qué especie se trata. “Ya que estamos en la ciudad de Oxirrinco, estaría bien que fueran oxirrincos, pero el hallazgo continua siendo igual de interesante si se trata de otros peces”, opina Mascort. “Hay ejemplares grandes y pequeños que podrían corresponder a una misma especie o a más de una”, detalla Padró.
El pez oxirrinco se relaciona con la divinidad Tueris, que en esta localidad tomaba la forma de pez “con los cuernos de la diosa Hathor y el disco solar, relacionada con la inundación”, aclara el egiptólogo.

Hasta ahora sólo se tenía constancia, en publicaciones antiguas, del hallazgo de “oxirrincos en el norte de la ciudad, pero momificados y con su sarcófago”, añade Padró. También se habían encontrado en algunas tumbas “los restos de un pez, pero sólo uno, y que habíamos interpretado como una ofrenda alimentaria”, apunta Mascort. “Quizás ahora nos tendremos que replantear otro significado ritual”, aventura.
Otro de los interrogantes a desvelar es la datación de los peces, encontrados en niveles inferiores a los restos romanos de la necrópolis. De hecho, días antes del hallazgo desenterraron una estatua funeraria entera de un metro de altura y una cabeza, ambas de mujer. “Seguramente romanas, una de ellas lleva la corona de la justificación, de los que ya han pasado el juicio de Osiris”, explica Mascort.


Eje monumental con capiteles
Además de los peces, esta campaña de excavación en Oxirrinco también ha obtenido otro resultado destacado: se ha encontrado un eje monumental que atraviesa la necrópolis hasta llegar al Osireion, un templo subterráneo dedicado al dios Osiris, único en Egipto y excavado en campañas anteriores. “Ha salido una calle con porches, columnas impresionantes, capiteles corintios y arquitrabes”, detalla Padró. “Se trataría de un eje viario muy importante, seguramente con funciones religiosas, que coincide con una calle que se aprecia en las fotografías aéreas”.
Antes de finalizar la campaña, también se ha podido empezar a excavar el primer edificio de este eje. “Se trata de una construcción importante, con fachada en la calle, seguramente un templo que después se cristianizó”, explica el catedrático.

Pocos días antes, se encontró en esta misma zona un mosaico romano. “Bastante bonito, de formas geométricas, el primero que encontramos”, analiza Padró. “Debería ser grande, pero sólo se ha conservado un fragmento”. “El mosaico estaba más elevado, como si se tratara de un reaprovechamiento posterior, lo que hace pensar que este eje monumental es de época ptolomaica, además de la calidad de los capiteles que han salido y las columnas enormes, seguramente de granito de Asuan”. “Es la primera vez que encontramos restos monumentales urbanos dentro de la necrópolis”, recalca.
La misión de Oxirrinco empezó el vigésimo año campaña el pasado 6 de febrero y hasta el 13 de marzo con el apoyo del ministerio de Cultura, la Universitat de Barcelona y la Societat Catalana d’Egiptologia.

Vía: www.lavanguardia.com

SALE A LA LUZ EL MADRID ISLÁMICO Y CRISTIANO

Recorrido de la muralla islámica sobre el plano actual

Informa: SONIA BARJA / www.historiayarqueologia.com
Texto: isabel Gea / Fotos: Marío García.
Fuente: www.fotomadrid.com/verArticulo/171

Cuando los miembros de La Gatera de la Villa me pidieron que escribiera un artículo sobre las excavaciones de la plaza de la Armería me dijeron que yo fuera «todo lo crítica que hiciera falta» con la arqueóloga Esther Andréu, directora de la campaña arqueológica llevada a cabo con motivo de la construcción del futuro Museo de las Colecciones Reales. Acepté con la idea de rebatir sus declaraciones hace ahora un año, en el diario El País el cual titulaba "La historia de Madrid da un vuelco". Inmediatamente escribí un artículo haciendo una síntesis sobre el origen musulmán de Madrid. Es decir, lo que se ha venido contando hasta hoy: todas las fuentes musulmanas, salvo una, afirman que Mayrit fue fundada por Muhammad I entre los años 852 y 886 como parte de una red de castillos y atalayas para vigilar los movimientos de las tropas cristianas del Norte y proteger, asimismo, los caminos que desde Córdoba llegaban a Zaragoza aprovechando las antiguas calzadas romanas. La excepción la constituye Ibn Hayyan de Córdoba quien, en su III libro Al-Muqtabi, afirma que el castillo fue mandado construir por Mundhir ibn Huray ibn Habil descendiente de hispanogodos convertido al Islam- como refuerzo para sofocar las continuas revueltas de Toledo frente al Emir de Córdoba.
Pero lo cierto es que «las primeras referencias árabes a la fundación de la ciudad están hechas siempre por geógrafos o cronistas muy posteriores, que, aunque citan fechas más remotas, hablan ya desde el recuerdo» [1]. Al Himyari (1494-95) se limitó a recoger a recoger lo escrito en las compilaciones de al-Bakri (m. 1094) y de al-Idrisi (m. 1166), considerados como autores que recogieron sus informaciones de primera mano e incluso, muchas veces, sobre el terreno». [2]Es decir, no eran coetáneos y, hasta la fecha, no hay ningún documento del siglo IX que hable de la fundación de Madrid.

La muralla islámica de la plaza de la Armería
Algo importante a tener en cuenta es que una muralla no se construye de la noche a la mañana, ni de un mes para otro. Su construcción puede llevar hasta 72 años, como es el caso de Ávila, pues influye la disponibilidad de los materiales –cuán lejos se hallan y el tiempo necesario para su transporte-, así como de cuánta mano de obra se dispone y de los recursos económicos para tan magna obra. El Mayrit islámico, evidentemente, era muy reducido comparado con dicha ciudad castellana. Ocupaba una extensión de menos de 4 hectáreas, más pequeño de lo que se pensaba inicialmente, en un espacio comprendido entre el lado occidental de la plaza de la Armería y los Altos de Rebeque (final de la calle del Factor) de oeste a este, y entre la verja de la plaza de la Armería (aproximadamente) y la muralla árabe de la cuesta de la Vega, de norte a sur.

Este campamento militar contaría con una mezquita, tal como se refieren los textos islámicos y que, tradicionalmente, se ha situado en la confluencia de las calles Mayor y Bailén. Con la toma de Madrid por Alfonso VI fue consagrada con el nombre de Santa María.

Podría haber existido otra mezquita, tal como apunta Esther Andréu: «es probable, aunque nos tememos que indemostrable, que la antigua iglesia de San Miguel de la Sagra, estuviera edificada sobre una primitiva mezquita vinculada al alcázar. San Miguel se hallaba ubicada frente a la puerta principal del alcázar ["casualmente" dentro del recinto amurallado] ... No obstante es de suponer que la mezquita principal seguiría estando bajo la iglesia de Santa María».
En 1998 se planteó la construcción de un gran edificio museístico que albergara las colecciones reales que no podían ser expuestas al público por falta de un espacio destinado a ello, entre ellos la mayor colección de tapices de España y Europa, así como el museo de los Carruajes. Se escogió para ello la zona situada entre la verja de la plaza de la Armería, la Catedral de la Almudena y el Campo del Moro.
Un año más tarde comenzaron las excavaciones en dos zonas diferenciadas: la plaza de la Armería y el ala oeste de la Catedral de la Almudena. Aparecieron dos tramos de muralla islámica de unos sesenta metros de longitud y cuatro torres de planta cuadrangular en la primera zona, y otras tres en la segunda, una de ellas entera.

La trama urbana del Mayrit musulmán
Gracias a las excavaciones en la plaza de la Armería hoy sabemos que el primitivo suelo de la almudayna o ciudadela, tenía un acusado desnivel hacia el Campo del Moro. Precisamente las ciudades islámicas aprovechaban estos desniveles para construir las calles en cuesta, favoreciendo que las lluvias arrastraran los detritus y desperdicios. En el caso de Madrid ha aparecido un trazado viario en forma anular y concéntrico.
Las casas halladas, seis en total, no estaban adosadas a la muralla sino que entre ésta y aquélla existía un paseo de ronda. Se trataba de una calle paralela a la cara interna de la muralla cuya anchura oscilaba entre 0,70 y 1,10 metros, «el suelo era de tierra y para ir salvando los desniveles, sobre todo en las zonas de curva, se realizaron escalones que permitían suavizar las pendientes pronunciadas».
Las viviendas tenían entre 80 y 90 metros cuadrados. El acceso, tal como ocurría en la arquitectura islámica, se hacía a través de una estancia utilizada como establo o a través de un zaguán. Ambos casos precedían al patio central con su correspondiente pozo. En torno al patio había dos grandes estancias enfrentadas. La conservación de las casas es dispar. En algunas la altura de las paredes llegaban a 2 metros, pero en otras no superaban el medio metro. A simple vista son pocas casas pero hay que tener en cuenta que gran parte del solar está ocupado por los restos de las antiguas Caballerizas Reales construidas por orden de Felipe II. No han aparecido vestigios de escaleras que hagan pensar que las casas tuvieran más de una altura dado que la zona fue rellenada a partir del siglo XVI para nivelar la fuerte pendiente hasta la muralla lo que permitió que se conservase, perfectamente sellada hasta hoy, una parte del Mayrit musulmán, la más occidental. Dos siglos más tarde se construyeron las Caballerizas Reales y la manzana de la Casa de los Pajes.

Controversia sobre el origen de Mayrit
Después de este resumen sobre el origen de Mayrit y una breve explicación de los restos encontrados en las excavaciones pasé a leer, de nuevo, el artículo de El País: «La Historia de Madrid da un vuelco. Las excavaciones junto al Palacio Real revelan que la ciudad se formó en época cristiana y no en la musulmana».
Bajo este titular, el 20 de febrero de 2011, el diario se hacía eco de la las conclusiones finales de la directora de las excavaciones, sobre el origen de Madrid. Para la arqueóloga, el origen musulmán de Madrid en el siglo IX es indiscutible pero con la matización de que tan solo fue un “enclave militar”, no una ciudad, ésta se formó en el siglo XIII, ya en época cristiana.
La perplejidad entre los amantes y estudiosos del Madrid medieval y, más concretamente, del Madrid musulmán, no tuvo parangón. Andréu había borrado de un plumazo cuatro siglos de historia tal como se había mantenido hasta hoy afirmando que «la población nació en el siglo XIII, tras la conquista de Alfonso VI (1085), y no en el IX»[3].
Es evidente que con estas declaraciones, y para yo poder ser «todo lo crítica que hiciera falta», lo aconsejable era ir directamente a la fuente así que me puse en contacto con Esther Andréu. Quedamos una mañana en un céntrico café madrileño y le dije «Cuéntame cómo es posible que nos hayas quitado cuatrocientos años de historia». Y, a lo largo de tres horas de conversación, con planos, fotos, rotulador y grabadora incluidos, me estuvo desgranando todos sus descubrimientos:
«El aparejo de las paredes de las seis casas encontradas es cristiano, del siglo XIII-XIV. Yo pensaba que eran casas reutilizadas esperando que al llegar a los cimientos me encontraría el aparejo islámico, sin embargo, lo que apareció en los cimientos es un aparejo típico del siglo XIII, lo que sería después el aparejo toledano con tongadas de ladrillo y piedra: filas de ladrillos y filas de piedras intercaladas.
Debajo de estas casas no he encontrado nada. Lo único que sí me encuentro islámico, con material de los siglos X, XI, XII, son silos basureros (silos) muchos basureros –con restos de cerámica-, un alfar excavado en el suelo y revestido de piedra y ladrillo revocado, y varios pozos de agua que, en algunas ocasiones conservaban el brocal de piedras y los pates (peldaños) excavados en la tierra para poder bajar y subir. Y los alfares, lo mismo que las tenerías, no se situaban dentro de la ciudad, siempre se ponían fuera ¿no? Estos restos bajo las casas es indudable que no guardaban relación alguna con la trama urbana posterior».
-Si las casas son del siglo XIII y no hay restos de estructuras anteriores ¿dónde vivían los militares del destacamento? pregunté:
-«Podría ser en casas sin cimientos, de construcción muy endeble, de tapial o adobe, y que no dejan restos, o incluso, por qué no, en jaimas. Pero en casas tal como las entendemos no hemos encontrado restos».
«Si toda la zona eran basureros y un horno, es lógico que no se construyeran casas, en caso de haber viviendas, estarían más arriba, más hacia la calle de Bailén, quizá en los Altos de Rebeque, porque en la zona central de la plaza no se halló nada, era tierra donde no se ha edificado nunca».
-«Si hasta el siglo XIII no se ha construido nada [en el lado más cercano al Campo del Moro] –insisto-, la población interior tuvo que ser entonces muy pequeña. ¿Dónde vivirían entonces el conjunto de personas civiles que contribuían al mantenimiento del enclave militar como los hortelanos que cultivaban las tierras, los herreros encargados de forjar armaduras, espadas y herraduras, guarnicioneros para las pieles, tahoneros, pastores, etc.?»
-«Los hortelanos y agricultores vivirían en la vega y en la sagra, en las excavaciones de la plaza de Oriente se encontraron numerosos hornos y alfares, además era una zona agrícola [la sagra] y de tenerías, y vivirían en casas diseminadas y, en caso de peligro, se refugiarían dentro de del recinto amurallado que abarcaría un territorio de menos de 4 hectáreas».
En las fuentes árabes se menciona la población de Mayrit como hisn en los primeros momentos y como medina en los posteriores. Se desconoce la fecha de cuándo pasó de una condición a otra. La población agrícola que viviera en el interior del recinto amurallado debía ser muy escasa. Sin embargo, al haberse encontrado extramuros numerosos restos de cerámica islámica de los siglos IX-X en las inmediaciones de la futura muralla cristiana, en la Cava Baja (siglo XII) y en las vistillas, así como el viaje de agua en la plaza de los Carros (siglo X), esto confirma que los primeros pobladores musulmanes civiles vivían diseminados fuera del campamento militar y que, en caso de peligro, se refugiarían dentro de la muralla islámica.

El castillo de los judíos
El tiempo va pasando y es una delicia escuchar a Esther cómo va relatando apasionadamente sus descubrimientos. «Todas estas casas del siglo XIII aparecidas tienen un muro que sobresale junto a la puerta de acceso a las viviendas y que no llegaban a tocar la muralla y en la parte superior el mismo muro sobresaliendo pero prolongado y apoyando sobre la muralla».
«En un principio no sabíamos qué significado podrían tener estos muros sobresalientes. Además, cada uno de ellos se hallaba junto a una puerta de acceso a las viviendas. Posteriormente vi un grabado en Toledo de lo que ellos llaman allí "cobertizos" y caí en la cuenta: en la planta superior, el muro que sobresalía se prolongaba hasta apoyar en la muralla formando una estancia, los famosos "cobertizos", los de Toledo son idénticos y de la misma época que lo que hemos encontrado aquí».
«Las puertas se abrían hacia el muro que sobresale y siempre permanecían abiertas. Lo que las fuentes llaman “castillo de los judíos” probablemente no sea tal castillo, sino que se refieran a recintos dentro de la zona amurallada que se pueden cerrar y aislar, tipo gueto, y que siempre se situaban lo más cerca del alcázar. Cada vecino de la casa tenía la obligación de mantener la puerta abierta y, en caso de revuelta contra la población mudéjar o judía, recibían la orden de cerrarlas, de esta manera quedaban aislados del resto de la población, es como una cámara estanca donde permanecían estas minorías a salvo».
-Pero el alfiz con la inscripción de "el poder de Alá" no era musulmán?»- pregunto.
«Sí, musulmán pero del siglo XIII. Cuando el Mayrit musulmán pasó a manos cristianas, a los mudéjares que se quedaron los “encerraron” en lo que se llamaron morerías y probablemente, lo que se ha hallado en la plaza de la Armería, fuera una primera aljama donde estuvieran los mudéjares conviviendo con los judíos. Esto explica que apareciera un alfiz, posiblemente de una puerta, con la inscripción árabe “el poder pertenece a Alá” escrito en árabe de finales del siglo XII o principios del XIII y que, además, se encontraran fragmentos de vajilla relacionadas con la celebración del shabat judío del XIII o XIV». Como se sabe, posteriormente la morería se trasladó a las Vistillas y los judíos, aunque hay constancia de su diseminación por otras zonas de la ciudad, algunos permanecieron en este lugar, el más cercano al Alcázar pues eran propiedad del rey.

La muralla árabe
Según Esther Andréu, lo que realmente puede fechar la muralla es la fosa de fundación y en la muralla árabe de la cuesta de la Vega, Luis Caballero Zoreda y Manuel Retuerce, directores de la excavación, no pudieron datarla porque la cara exterior se apoya directamente sobre el terreno y la interior, no se llegó a excavar. Por tanto dieron como válido el el siglo IX mantenido tradicionalmente[4]. En el caso de la aparecida en la plaza de la Armería, en la parte exterior se cortó el terreno horizontalmente y se levantó la muralla sin cimientos y en la interior, en algunos tramos, en la fosa apareció todo revuelto por la construcción posteriormente de las Caballerizas en época de Felipe II por lo que tampoco se pudo datar la fecha. Y se da el caso de que en el paseo de ronda ni siquiera hay fosa de cimentación, pues el terreno natural está más alto. Finalmente, la cara externa se reparó en sucesivas ocasiones añadiéndosele ladrillo, piedra caliza y sílex. Así que igualmente se dio por válida la fecha del siglo IX por los documentos árabes pero sin poder afirmarlo ni desmentirlo.

La arqueóloga señala que «la fábrica de sendos lienzos está formada por dos caras de mampostería compuestos por bloques de mediano y gran tamaño, de piedra caliza y de sílex, con relleno de cal y canto, aunque el aparejo no parece que sea regular en todos los paramentos. Únicamente la denominada torre 1 situada en la zona II de la excavación, está construida con grandes bloques de granito»[5].
«La cara interior de la cerca aparece forrada de ladrillo, encontrándose además restos de enlucido en alguna de sus partes, y sin embargo en dos de sus tramos la estructura defensiva simplemente se hallaba revocada por una capa de argamasa y cal»[6]. La muralla tiene una anchura de entre 3,10 y 3,30 metros y se calcula una altura de 14 metros aproximadamente a partir de la aparecida que mide 8 metros. Giraba de oeste a noreste, aunque el resto del itinerario del tramo norte aún se desconozca. Se encontró asimismo, sorteando el foso o cava situado al sur del Alcázar, un trozo de muralla en dirección norte que podría ser parte de la que uniría la almudayna con el Alcázar.
También se encontró un portillo con un arroyo encauzado que pasaba debajo de él. Wyngaerde lo pintó con forma de media herradura pero no se sabe si era así realmente o tenía un dintel porque lo único que aparecieron fueron las jambas ya que, muy posteriormente, encima se construyó una alcantarilla. Por precaución, el portillo no se pudo excavar debajo porque se produjo una grieta en el brazo occidental de Catedral de la Almudena.
En la parte exterior del portillo apareció un muladar con «restos humanos tirados en revoltillo con basura». Cada cierto tiempo echaban cal que sellaba cada capa y en el cual había restos islámicos. Además se encontró una rampa que se construyó para las carretas que traían madera para la carpintería -que estaba en la Casa de los Pajes-, para evitar el trasiego por la puerta de la Vega. Esta rampa se hallaba encima del portillo porque toda la zona se colmató para nivelarla en el siglo XVI, por eso el portillo apareció enterrado. Y para hacer esa rampa se tuvo que construir un muro enorme de contención del terreno el cual se rellenó.

Cuerpo de guardia
En la zona II –zona occidental de la Catedral de la Almudena- apareció un cuerpo de guardia encargado de la vigilancia del portillo fechado en el siglo IX. Está construido con aparejo islámico y tenía forma rectangular con tres estancias (para dormir, cocinar y una para estar durante el día) comunicadas entre sí.

Se trata de un edificio característico y que se repite en todos los castillos islámicos y cristianos, y hasta épocas muy recientes. Uno similar se descubrió en las obras de la estación de cercanías de Príncipe Pío y que vigilaba la Puerta de San Vicente (de la cerca de Felipe IV).
Como se ha dicho, cuando se construyeron las casas y las calles en el siglo XIII, todos los cimientos de los muros se levantaron sobre basureros y estructuras islámicas. En la casa 1 aparecieron unas ventanas geminadas desplomadas en el paseo de ronda y conservando su forma sobre el suelo. Están construidas con ladrillo y argamasa y se reconstruirán para ser exhibidas en el Museo de las Colecciones Reales. Además, se encontró también caído en la calle, entre las torres 1ª y 2ª el citado alfiz que, por el tipo de escritura cúfica pertenece a finales del siglo XII o principios del XIII (fechada por Fernando Valdés, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid). En cuanto a los restos encontrados en las casas, están todos muy mezclados, cristianos e islámicos, de los siglos XIII y XIV.

Los otros hallazgos. Restos carpetanos
Retrocediendo en el tiempo, en la zona II apareció un pequeño arroyo canalizado en época islámica con unas piedras colocadas en el cauce que, probablemente, sirvieran para que en caso de lluvia no hubiera filtraciones y fluyera bien el agua que pasaba por debajo del portillo de la muralla. Debió de desecarse desde muy antiguo. Al excavar el arroyo aparecieron fragmentos de cerámica datados en el siglo I antes de Cristo. Estos estaban muy rodados por lo que se deduce que fueron arrastrados. Algunos encajaban –eran del mismo recipiente- pero otros son piezas sueltas. Además apareció una piedra ovalada de granito que servía para moler a mano.
A la vista de estos fragmentos, no se puede decir que en ese punto zona occidental de la Catedral de la Almudena- hubiera un pequeño asentamiento carpetano ya que no aparecieron restos de estructuras de casas, pero sí podría haber habido uno más alejado (más cerca de la calle de Bailén) y que fueran arrastrados por dicho arroyo hasta que quedaron depositados en el lugar donde aparecieron.

Valentín el visigodo
Bajo la plaza de la Armería recuperaron un enterramiento con un esqueleto. Estaba excavado directamente en el suelo y con orientación sureste. Se hallaba enterrado boca arriba, no tenía ni restos de ropa, ni ajuar, ni joyas. Se trataba de un hombre de unos 27 años y por el estado de las vértebras y ciertas lesiones de la espalda debió de cargar mucho peso a lo largo de su vida. Le faltaban los pies porque posteriormente, ya en época musulmana, se excavó un basurero que le seccionó los pies a la altura de los tobillos. También en una «esquinita» de la parte de la cabeza faltaba un trozo porque había otro basurero excavado pero no le afectó al cráneo. El equipo le puso el nombre de Valentín porque apareció un 14 de febrero. Una muestra del esqueleto se envió a Estados Unidos y otra a Sevilla y, en ambos casos, se dataron a principios del siglo VIII.

Integración de los restos medievales en el Museo de las Colecciones Reales
Los vestigios hallados serán expuestos en dos grandes espacios. El primero de ellos, de unos 1.000 m2 se halla debajo de la plaza y el otro, de 500 m2, junto al lado occidental de la Catedral de la Almudena. A ellas se accederá a través de la Sala noble donde se exhibirán parte de los tapices que atesora la Corona.
De los restos del Madrid medieval se expondrán al público todos incluyendo la muralla y una de las casas, la mejor conservada. Sin embargo, los cimientos de las Caballerizas, en los que se veían perfectamente los agujeros de los pilares de sujeción, han quedado tapados ya que se hallaban casi a ras del suelo de la plaza. Se han forrado de plástico y cubiertos con arlita (una arcilla con forma de bola) por si algún día se decidiera sacarlos a la luz.

Conclusión final
Para terminar, como señala Esther Andréu, «Madrid como campamento es fundación islámica pero como ciudad, es cristiana porque cuando llegan los cristianos ese campamento se reconvierte en ciudad. ¿Qué argumento tengo yo para decir que era una ciudad islámica si no tengo ninguna estructura de casa ni de nada islámico y lo que tengo es precisamente zona vacía, zona de basureros? Si tengo toda esta zona de basureros yo pienso entonces: las casas tienen que estar alejadas, si esto es tan pequeño y están tan alejados es que había muy poca gente, no es una ciudad, hay cuatro ahí viviendo, los militares. A lo mejor estamos equivocados pero quien diga lo contrario, que me lo demuestre, o porque han hecho una excavación o porque ha aparecido un documento, y, en ese caso, yo me callo, pero yo no puedo mantener lo que hemos pensado toda la vida, porque se ha datado la argamasa con termoluminiscencia y nos da que las casas se construyeron a finales del XII o principios del XIIII y se siguieron reutilizando hasta que Felipe II mandó tirarlas para construir las Casas de Pajes y la Armería a mediados del siglo XVI».
Tras tres horas de intensa y apasionada charla, me despedí de Esther Andréu. Me había convencido y no tengo argumentos con qué rebatirla.
FUENTE:FM

Bibliografía
■Andréu Mediero, Esther:"La arqueología como determinante para el conocimiento del origen de Madrid". De Mayrit a Madrid. Casa Árabe. Lunwerg Editores. 2011.
■Andréu Mediero, Esther: El Madrid medieval. Caesaraugusta, 78, 2007
■Andréu, Esther. El País, 20 de febrero de 2011