El proceso de Zugarramurdi.




Desde que fue creado en el siglo XV por los Reyes Católicos, elTribunal del Santo Oficio de la Inquisición se encargó de perseguir todo aquello que constituía (según la fe católica) un peligro para la moral.
A lo largo de los siguientes cuatro siglos juzgaron y enviaron a millares de personas a presidio (en el mejor de los casos) y a la hoguera a otras muchas. Algunos historiadores apuntan a que la cifra podría estar cercana a los 200.000.
Pero hay un episodio bastante turbio en la historia de esa institución que ha dado para escribir miles de páginas; nos referimos al proceso a las brujas de Zugarramurdi, acaecido en 1610, bajo el reinado de Felipe III.
La Corona de Castilla tenía establecidos varios tribunales repartidos por la península y Canarias, siendo uno de los más activos el que se encontraba en la ciudad de Logroño. Desde allí los inquisidores Alonso Becerra Holguín y Juan Valle Alvarado vigilaban de cerca todas las conductas extrañas que eran denunciadas anonimamente.
Se les unió al tribunal el letrado Alonso de Salazar Frías, quien se dedicó a interrogar a todos aquellos que eran sospechosos de llevar a cabo actos de brujería.
Cuando tomó posesión de su cargo en 1609, ya estaba en marcha la investigación que se realizaba a un gran número de residentes de la localidad navarra de Zugarramurdi; un lugar en el que se concentraba un gran número de adoradores de Satán y practicantes de aquelarres, según declaraciones realizadas por una joven llamada María de Ximildegui.
Fueron llamados a declarar un total de 1384 menores y 420 adultos, todos ellos sospechosos de realizar presuntas actividades relacionadas con la brujería. Investigó uno por uno los casos, determinando quiénes realmente podían estar involucrados en esas prácticas y quiénes podían quedar libres. Fue un trabajo complicado y arduo, ya que los vecinos se inculpaban unos a otros, aunque la mayoría no tenían nada que ver con esos asuntos.
Finalmente 31 fueron las personas acusadas y que serían juzgadas en un Auto de Fe que determinaría si realmente estaban implicadas en el asunto de las adoraciones a Satán a través de aquelarres celebrados en los bosques de Zugarramurdi tal y como aseguraba María de Ximildegui.
El 6 de noviembre de 1610 comenzó el Auto de Fe, al que solo llegaron con vida 13 de los encausados, de los que seis fueron condenados a morir quemados en la hoguera y el resto a cadena perpetua.
Alfonso de Salazar mostró su disconformidad a que los acusados fuesen juzgados por el Tribunal de la Inquisición, ya que no había encontrado pruebas evidentes y suficientemente fuertes que pudiesen determinar que eran culpables.
A pesar de su oposición, el Auto de Fe siguió adelante y se llevó a cabo la ejecución de los seis acusados de brujería. Sus nombres eranDomingo de Subildegui, Graciana Xarra, Petri de Juangorena, María de Echatute, María de Arburu y María Baztán de la Borda.
Tras el caso, Salazar recibió el sobrenombre de"el abogado de las brujas" y su firme y férrea defensa por descubrir la verdad propició que en los futuros Autos de Fe celebrados por los tribunales de la inquisición se estudiase más a fondo los casos, ayudando a no acusar y quemar injustamente a miles de inocentes.
El asunto ayudó a promocionar la población de Zugarramurdi como uno de los centros de peregrinación de todos aquellos amantes del ocultismo y los temas afines a la brujería.

Fuente: yahoo.es
Imagen: Wikipedia.





El telescopio de Jan Brueghel el Viejo.





La invención del telescopio a comienzos del siglo XVII supuso un enorme avance para el desarrollo de la astronomía, pero su historia no está exenta de interrogantes. Entre ellos, el de quién fue su auténtico creador.
Sabemos, por ejemplo, que el óptico alemán Hans Lippersheysolicitó en 1608 la inscripción de una patente sobre un primitivo diseño de telescopio que, según sus propias palabras, servía para "ver cosas lejanas como si estuvieran cerca". Sin embargo, parece que su solicitud fue rechazada con el argumento de que esa idea ya estaba extendida en aquella época.
De hecho, los estudiosos conocen algunos textos del siglo anterior en los que ya se citaban lentes que permitían "acercar" lo que estaba a grandes distancias. En cualquier caso, y aunque otros personajes de la época se atribuyeron también la invención, parece ser que efectivamente Lippershey fue de los primeros en interesarse por las posibles aplicaciones prácticas —y comerciales— del artilugio.
Desde hace tiempo se sabe que Lippershey, seguramente buscando el apoyo de un personaje notable, regaló uno de sus artilugios nada menos que al archiduque Alberto VII de Austria —soberano de los Países Bajos españoles—, pues era un gran amante de la "filosofía natural" (una forma primitiva de nuestra ciencia actual).
Curiosamente, por aquellas fechas el artista flamenco Jan Brueghel el Viejo trabajaba como pintor de cámara del archiduque y, en una de sus pinturas ('Paisaje con vista del castillo de Mariemont', hoy en el Museo de Bellas Artes de Virginia, EE.UU.), realizada entre 1608 y 1612, aparece retratado un personaje mirando a través de una especie de telescopio o catalejo.
Todo parece indicar que esta fue la primera vez que un telescopio se representaba en una pintura. Pero además es muy posible —al menos así lo creen los investigadores Paolo Molaro y Pierluigi Selvelli, del Instituto Nacional de Astrofísica de Trieste— que el artilugio representado sea precisamente el que Lippershey regaló al archiduque.
Esa es la tesis que los dos italianos plantean en un sugerente trabajo publicado en el año 2008, bajo el título The mystery of the telescopes in Jan Brueghel the Elder's paintings (El misterio de los telescopios en las pinturas de Jan Brueghel el Viejo).
En el interesante estudio, Molaro y Selvelli explican además que aparecen distintos instrumentos ópticos en hasta cinco pinturas del artista flamenco. Sin embargo, es una de estas obras la que más llamó su atención.
Se trata de una pintura realizada en colaboración con su amigo Rubens, una Alegoría de la vistaque hoy se conserva en el Museo del Prado y que data del año 1617. En la tabla se reproduce un interior repleto de distintos objetos —muchos relacionados con la visión— y, entre las dos figuras, vemos un artilugio que es sin duda alguna un telescopio.


El misterio radica, según los investigadores italianos, en que el artefacto representado parece ser de tipo kepleriano, pero este tipo de telescopios no habría sido fabricados hasta algunos años después de que Rubens y su amigo Jan Brueghel pintaran la tabla.
Tal y como explican Molaro y Selvelli, los primeros telescopios empleaban una lente convexa y un ocular cóncavo. Fue Keplerquien sugirió en su obra 'Dióptrica' (1611) que el uso de dos lentes convexas supondría notables ventajas, pero hubo que esperar a 1631 para que el jesuita Christoph Scheiner hiciera una detallada descripción de un telescopio astronómico construido por él en su libro 'Rosa Ursina'.
Para llegar a la conclusión de que se trata de un telescopio kepleriano, los italianos se basan en el gran tamaño del artefacto —que estiman en unos 180 cms, según su cálculos—, mucho mayor que los empleados en aquel entonces, y por otra parte en las peculiares características del ocular.
Si los dos astrofísicos italianos están en lo cierto, ¿quién construyó el ingenio retratado en la pintura que se conserva en el Prado? El propio Scheiner aseguraba en su libro haber fabricado un telescopio kepleriano, pero todo parece indicar que no lo hizo hasta después de 1624.
Otro erudito de la época, el italiano Francesco Fontana, afirmaba en uno de sus textos, fechado en 1646, que había fabricado un telescopio astronómico nada menos que en 1608. Sin embargo, no hay forma de probar que su creación acabara en manos del archiduque.
Unos documentos conservados en el Museo Estatal del Tirol podrían, por suerte, aclarar parte del misterio. En ellos se detalla que Maximiliano III, hermano del archiduque Alberto, poseía varios telescopios con dos lentes convexas hacia 1615. Es bastante probable que, conociendo el interés de su hermano por aquellas cuestiones, le hubiera regalado alguno. La cuestión sigue siendo, ¿cómo los consiguió él?

Fuente: yahoo.es

Juegos de tablero en templos medievales.



Si os sorprendisteis al descubrir que ciertas iglesias custodian en su interior cocodrilos y huesos de ballena, o alguna vez os preguntasteis por qué hay laberintos en ciertos templos, seguro que os interesa saber que algunas iglesias cuentan con juegos de tablero grabados en sus sillares.



Lo más habitual es encontrar relieves de tableros de alquerque, un antiquísimo juego originario de Oriente Próximo —aparece ya en templos egipcios de hace 3.500 años— que se hizo muy popular en la Edad Media.
La práctica del alquerque se introdujo en la Península Ibérica con la llegada de los musulmanes, y desde aquí acabó extendiéndose al resto de Europa, especialmente a partir del siglo XIII.
Fue precisamente en aquellas fechas cuando el rey Alfonso X el Sabio hizo referencia al alquerque en su célebre 'Libro de los Juegos', dedicándole todo un apartado.
Pero, ¿por qué razón tallarían los constructores medievales estos tableros en un edificio dedicado al culto cristiano?
Si buscamos respuestas analizando la ubicación de dichos tableros, vemos que estos aparecen en lugares bien variados. Algunos se encuentran en sillares incrustados en los muros o en el techo, mientras que otros están junto a la puerta de entrada, o en bancos de piedra pegados a los muros.
En opinión de los estudiosos, algunos de estos tableros pudieron haber sido tallados por los canteros para jugar en sus momentos de descanso, y más tarde se colocaron en muros y techumbres. De ahí que hoy los veamos en esa ubicación.
En el caso de los colocados en las puertas de entrada, algunos investigadores plantean la posibilidad de que tuvieran una función simbólica, quizá de protección, similar al de algunos laberintos tallados en puertas de iglesias y catedrales.
Otra posibilidad es que simbolizaran el bíblico templo de Salomón —sobre todo aquellos tableros del tipo "alquerque de nueve", por su similitud con el llamado "triple recinto" de célebre edificio—, o bien a la Jerusalén Celestial.
Por último, parece evidente que algunos de estos tableros tallados en sillares de piedra fueron creados con la intención de servir para el juego tras su colocación definitiva.
Buenos ejemplos de este tipo serían los distintos alquerques conservados en una bancada de piedra de la catedral de Ourense, cuya ubicación permitía jugar tranquilamente sin molestar al desarrollo del culto.
Algo similar ocurre con el tablero que se encuentra en la iglesia navarra de San Esteban de Eusa, tallado bajo una galería porticada, que habría permitido a los hipotéticos jugadores practicar el alquerque protegidos de las inclemencias.
Más información y numerosos ejemplos en: Juegos de tablero romanos y medievales.

Fuente: yahoo.es











Nautilus de ficción a realidad.


Decir que el mar ejerce una fascinación enorme sobre los franceses es toda una obviedad. Ahí están las míticas gestas del regatista Éric Tabarly, y sobre todo el descubrimiento del mundo submarino para el gran público de la mano del inolvidable Jacques Cousteau.
Julio Verne, otro famosísimo francés que no fue navegante, pero viajó con la imaginación para deleite de millones de lectores en todo el mundo, emplazó en el mar algunas de sus obras más famosas, como "Cien mil leguas de viaje submarino" (1870).
Llevada al cine en múltiples ocasiones, tanto el personaje del Capitán Nemo como su futuristasubmarino Nautilus forman parte ya del imaginario colectivo. Más de 140 años después de la publicación de esa obra maestra de la literatura de ciencia ficción, otro francés llamado Jacques Rougerie está a punto de cumplir el sueño de Verne.
El proyecto SeaOrbiter, iniciado conceptualmente hace casi 12 años en la mente del arquitecto Rougerie, es un buque parcialmente submarino que servirá como laboratorio para la exploración de los mares.
Podéis pensar que se trata de otra utopía que jamás abandonará la fase de proyecto, pero lo cierto es que el SeaOrbiter es la pieza central del pabellón francés en la Expo 2012 de Yeosu, Corea del Sur. Todos los aspectos técnicos han sido resueltos. De hecho la fase de diseño industrial se completó hace poco, y se espera que el próximo mes de octubre comience la fase de construcción.
Los 43 millones de dólares que costará su construcción se han conseguido gracias al apoyo institucional de varias empresas (Microsoft por ejemplo) y organismos oficiales cono la Agencia Espacial Europea.
La estructura medirá 58 metros de alto, dimensiones similares a la del monumento a Colón a pie de las Ramblas barcelonesas. El 50% del barco permanecerá por debajo del mar, lo cual permitirá observar de forma permanente el entorno submarino. La idea es explorar el océano "desde abajo" durante largas temporadas, algo imposible hasta el momento.
Los primeros interesados en embarcarse serán obviamente los científicos. Es fácil imaginar la fascinación que este futurista buque despierta entre biólogos marinos, oceanógrafos y estudiosos del clima.
Para su diseño, el arquitecto Rougerie se inspiró también en el hábitat submarino Tektite usado por la eminente oceanógrafa Sylvia Earle en 1969, quien de hecho colabora con el proyecto SeaOrbiter.
El astronauta francés Jean-Loup Chretien también ha brindado su apoyo y lo mismo se puede decir del anterior Administrador de la NASA Dan Goldin. La conexión espacial no acaba aquí, como he comentado antes, la Agencia Espacial Europea ha ayudado a desarrollar la tecnología necesaria para este ambicioso proyecto.
Diseñado para cumplir los requerimientos actuales de sostenibilidad, el SeaOrbiter obtendrá la mayor parte de su energía de fuentes renovables, incluyendo solar, eólica y undimotriz.
Una vez concluya su construcción, y como homenaje al punto de partida habitual de la expediciones del mítico Calypso de Jacques Cousteau, el buque se dirigirá a Mónaco.

Fuente: yahoo.es



¿Quién es este Chico?. El Misterio del 'Niño del Bosque'

Le llaman Ray y dice que estuvo cinco años en un bosque junto a su padre hasta que éste murió 

El joven de la fotografía llegó hace más de un año a Berlín. Se presentó ante la policía y explicó que había estado viviendo en un bosque durante cinco años junto a su padre y que no recordaba nada más. 

Le llaman "el niño del bosque" y ahora, por primera vez, ha dado permiso a la policía berlinesa para hacer pública una fotografía con su cara para ver si alguien puede aportar información acerca de este muchacho, informa Der Spiegel.

"Después de un año de su llegada, todo este asunto continúa siendo un misterio", ha explicado el portavoz de la policía de Berlín, Thomas Neuendorf. "Hemos utilizado todo lo que sabemos. Hemos comparado su ADN con las listas de personas desaparecidas internacionales, hemos hecho llamamientos públicos, hemos enviado sus huellas dactilares a todo el mundo para ver si estaba involucrado en algún asunto recogido por las autoridades de cualquier lugar, pero no hemos conseguido nada", ha explicado.

El chico, al que las autoridades y la prensa han llamado Ray, explicó a la policía que él y su padre, Ryan, empezaron a vivir en el bosque después de que su madre, Doreen, falleciera en un accidente de coche. Ray asegura que nació en 1994. Al parecer, cuando murió su padre, el joven decidió seguir las instrucciones de su padre tras su deceso: "caminar hacia el norte hasta encontrar civilización".

En un principio, Ray se comunicaba en inglés, la policía dice que no es su lengua materna y también han detectado algunas incongruencias en su historia. "Le encontramos relativamente limpio y la tienda en la que vivía no parecía que hubiera sido usada durante cinco años", ha explicado Neuendorf.

"También parece bastante improbable que alguien pueda vivir cerca de Berlín por tanto tiempo y nadie le haya visto", ha añadido el portavoz policial. Ray asegura que él y su padre de vez en cuando iban de compras "fuera del perímetro" y recuerda haber visto la palabra "Lidl", el nombre de la cadena de supermercados.
La policía berlinesa está desconcertada ante la "asombrosa falta de interés que existe por querer averiguar quién es". Tienen la esperanza de que la publicación de la fotografía aporte las pistas necesarias para dar con la identidad real de Ray.

Vía: www.lavanguardia.com

Los diez monumentos más desconocidos

El impresionante legado de muchas civilizaciones en ocasiones pasa casi desapercibido a lo largo de todo el mundo

Muchas civilizaciones antiguas nos dejaron un legado en forma de impresionantes construcciones que todavía nos asombran por su majestuosidad y enormes dimensiones. En nuestro recorrido por la blogosfera, hoy recuperamos una entrada del blog “Curiosos incompletos” que nos enseña diez de estos grandes monumentos que, incomprensiblemente, parece que son desconocidos para la mayor parte del mundo. ¿Ustedes los conocían?:

1.- El anfiteatro de Djem: También conocido como el Coliseo de Thysdrus, se encuentra en la actual ciudad tunecina de El Djem. Con capacidad para alrededor de 40.000 espectadores, es el mayor anfiteatro romano de África, y el cuarto del mundo, solo superado por el Coliseo de Roma, el Anfiteatro de Capua y el Anfiteatro de Pozzuoli. Fue construido en el 238 d.C. por el procónsul Gordiano, bajo el reinado del emperador Maximino el Tracio y probablemente albergó combates de gladiadores, carreras de carros y otros juegos de circo.

2.- Iglesias de Lalibela: Son un conjunto de iglesias excavadas en la roca rojiza de las colinas de la ciudad monástica de Lalibela, en Etiopía. Se distribuyen en dos grupos, separados por el canal de Yordanos, que representa el río Jordán, y se encuentran comunicadas entre sí por una serie de túneles, pasadizos y trincheras. Aunque la fecha de construcción de las iglesias no ha sido establecida con exactitud, se piensa que la mayor parte fue construida durante el reinado de Gebra Maskal Lalibela, hacia el año 1200.

3.-Templo de Surya o Konarak: Dedicado a Suria, dios del Sol, es uno de los edificios más importantes de la India por su arquitectura y los bajorrelieves que decoran sus muros, de temática fundamentalmente erótica. Fue construido a mediados del siglo XIII, en el llamado estilo Orisa, y abandonado a partir del siglo XVI. Durante muchos años fue un referente para la navegación en el golfo de Bengala, donde recibió el sobrenombre de “Pagoda Negra”, debido al color que habían adquirido sus muros.

4.-Plataforma de Baalbek: Esta ciudad del Líbano situada a 200 kilómetros al este de Beirut albergó un santuario fenicio dedicado al dios Baal, antes de convertirse en una ciudad griega. En ella, por tanto, podemos encontrar todo tipo de ruinas. Sin embargo, la más desconcertante de todas es la conocida como Plataforma de Baalbek. Esta estructura, cuya construcción nunca fue concluida, está formada por enormes megalitos de 1.500 toneladas toneladas de peso y 24 metros de altura, dispuestos con enorme precisión. El misterio que rodea a este lugar ha hecho que circulen muchas teorías sobre su posible origen extraterrestre.

5.-Ciudades milenarias de Capadocia: Esta región turca alberga 36 ciudades subterráneas redescubiertas en los años 60. Excavadas probablemente por los hititas en el siglo IX a.C, alcanzaron su máximo esplendor con los cristianos turcos, quienes las utilizaron como refugio y hogar. Llegaron a alcanzar los 75.000 habitantes y se cree que la de Kaymaly, una de las más importantes, puede tener hasta once niveles de profundidad.
Para conocer el resto de los impresionantes y poco conocidos monumentos que conforman esta lista, te recomendamos leer el resto de la lista en el blog “Curiosos incompletos”.

www.bitacoras.com

Las pinturas rupestres más antiguas pudieron ser realizadas por neandertales.




Un estudio estima que las pinturas de las cuevas de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo tienen entre 30.000 y los 40.000 años de antigüedad.


Las pinturas rupestres más antiguas del mundo las pudieron hacer los neandertales. Es la tesis que sugiere un grupo internacional de investgación arqueológica que mañana se publica en la revista Science un estudio que demuestra que algunas representaciones de arte paleolítico presentes en cuevas de Asturias y Cantabria poseen un origen más remoto de lo que se creía. Hasta ahora se pensaba que este tipo de pinturas no tenían más de 32.000 años. Sin embargo, gracias a métodos de medición más certeros que el carbono 14 se ha llegado a la conclusión de que algunas representaciones, concretamente un disco rojo en la cueva de El Castillo (Cantabria), data de al menos 40.800 años.
Ese gran punto rojo fue pintado, por tanto, unos 7.000 años antes que las pinturas de la cueva francesa de Chauvet, que hasta ahora retenían el récord de antigüedad en lo que arte rupestre se refiere.
El descubrimiento ha sido posible gracias al empleo de las series de uranio-torio, que han permitido el análisis de muestras de calcita de apenas un milímetro de grosor.
La datación de uranio-torio supera a la del carbono 14, con la que solo se pueden datar pinturas realizadas con materia orgánica. Por añadidura, las series de uranio-torio posibilitan extraer muestras muy pequeñas sin dañar las pinturas.
De acuerdo con Marcos García Díez, profesor de Prehistoria de la Universidad del País Vasco y uno de los miembros del equipo que ha efectuado el hallazgo, todos los datos se alían para mantener la hipótesis de que las primitivas pinturas fueron obra de los neandertales. «Se sabe que los neandertales, hace más de cuarenta mil años, hacían adornos corporles, ya sea por estética o distinción social».
Estos grupos de población que precedieron al homo sapiens grababan en pequeños huesos y piedras líneas paralelas y otras que se cruzan entre ellas. Se trata de motivos ajenos por completo al arte figurativo y que suelen ser puntos, figuras geométricas o representaciones del contorno de la mano. Este tipo de representaciones de arte geométrico también se encuentran en las once cuevas estudiadas, localizadas todas ellas en Asturias y Cantabria. «Casualmente, todas las figuras que se han documentado en el proyecto son iguales a las de esas piezas de arte mueble».
«Homo sapiens»
Según García Diez, es «altamente probable» que las pinturas objeto del estudio fueran ejecutadas por neandertales, sin perjuicio de que algunas de ellas fueran realizadas por homo sapiens. «Hace 30.000 o 35.000 años empieza esa explosión del arte decorativo. A fecha de hoy, lo figurativo solo se puede relacionar con poblaciones de homo sapiens», argumenta García Díez. Las fechas, por lo demás coinciden. En la península ibérica la transición entre neandertales y homo sapiens se produce precisamente hace 40.000 años.
También en la cueva de El Castillo hay unas figuras muy significativas, unas manos, con una antigüedad estimada de 37.300 años. Y en Altamira unos signos de forma triangular se han datado en 35.600 años atrás.
Con la conclusión a que se ha llegado se rompe un paradigma de orden antropológico. No en vano se desharía el lugar común que asocia a los neandertales con especímenes solo interesados en procurarse alimento y asegurarse la subsistencia. De esta manera, los neandertales, con el arte decorativo y corporal, estarían demostrando una inquietud por la interacción social que desde el punto de vista de la conducta es muy relevante.
Los investigadores han cifrado entre 35.500 y 29.6oo años la edad de la representación de una figura humana que se halla en la cueva de Tito Bustillo (Asturias). Con ello es posible arriesgar una fecha en torno a la eclosión del arte figurativo rupestre, cuya irrupción se situaría en esa horquilla temporal. Esta datación es coherente con la antigüedad del motivo figurativo más antiguo de arte mueble, que se remota a 32.000 años.
El grupo de científicos está formado por británicos, españoles, portugeses y un alemán, todos ellos dirigidos por Alistair Pike, de la Universidad de Bristol. Los investigadores han datado hasta 51 figuras de once cuevas y los resultados más destacados provienen de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo, los tres mejores conjuntos de arte rupestre del mundo y declarados por la Unesco Patrimonio Mundial.

Fuente: La Voz de Galicia.