Científicos descubren al 'Ladrón de Tumbas'

Paleontólogos identifican por fin al raro Necrolestes, un primo de los Cronopios que sobrevivió durante millones de años a los dinosaurios en América del Sur

Un animal extraño, con aspecto de topo, hocico vuelto hacia arriba y grandes extremidades para excavar, ha desconcertado a los paleontólogos desde hace 121 años. Se trata del Necrolestes patagonensis de América del Sur, cuyo nombre se traduce como «ladrón de tumbas» o «ladrón de muertos», en referencia a su estilo de vida bajo tierra, y cuya situación en el árbol evolutivo de los mamíferos no acababa de ser aclarada. Para los científicos, tener sus fósiles entre las manos era como tener un puzzle que no encajaba. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha resuelto el misterio gracias a la perseverancia científica, un descubrimiento fósil reciente, y el análisis anatómico comparado. Los científicos han colocado correctamente al extraño Necrolestes, de 16 millones de años de antigüedad, en su linaje evolutivo. Y resulta que estas criaturas perduraron en el mundo 45 millones de años más de que se creía hasta ahora, demostrando que sobrevivieron a la extinción que marcó el final de la era de los Dinosaurios hace 65 millones de años. Este es un ejemplo del efecto Lázaro, en el que se encuentra un grupo de organismos que ha sobrevivido más tiempo del que se pensaba originalmente. 

Desde su descubrimiento en la Patagonia en 1891, el Necrolestes ha sido un enigma. «Es uno de esos animales que en los libros de texto aparecen con una imagen y una nota que dice 'no sabemos lo que es'», apunta John Wible, del Museo Carnegie de Historia Natural y coautor del artículo que publica la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.
A pesar de estar excelentemente conservados, los fósiles del misterioso animal han pasado de una institución a otra y de investigador a investigador sin que la comunidad científica se pusiera de acuerdo. Hace tan solo unos años, el Necrolestes todavía no podía ser clasificado definitivamente en un grupo de mamíferos. En 2008, el estudio de la zona de los oídos llevó a la hipótesis de que era un marsupial. Esta clasificación intrigó a un colega de Wible, el coautor del actual artículo, Guillermo Rougier, de la Universidad de Louisville, Kentucky. Como especialista en mamíferos sudamericanos, Rougier no estaba convencido de que la identificación marsupial fuera exacta, y se embarcó en su propio intento de hacer una clasificación.
Rougier descubrió algunas características de la anatomía del cráneo del animal que habían pasado previamente inadvertidas y llegó a la conclusión de que el Necrolestes no pertenecía a ninguno de los linajes marsupiales o placentarios a los que había sido históricamente vinculado. Era otra cosa.

Su primo el Cronopio

Parte del enigma del Necrolestes han sido siempre sus características anatómicas, que nunca parecían ajustarse a ninguna clasificación individual. Basándose en su hocico decididamente vuelto hacia arriba, la estructura del cuerpo robusto, huesos cortos y pierna ancha, se cree que era un animal acostumbrado a excavar y construir túneles. El húmero de «ladrón de tumbas» es más amplio que cualquier otro mamífero cavador, lo que indica que se especializó en meterse bajo la tierra, tal vez más que cualquier otro mamífero conocido. Los dientes triangulares simples les servían para alimentarse de invertebrados subterráneos.
En 2011, el hallazgo de un mamífero llamado Cronopio fue la clave que aclaró el misterio. Descubierto por Rougier en América del Sur, el Cronopio pertenece a los Meridiolestida, un grupo poco conocido de mamíferos extintos encontrados en el Paleoceno y Cretácico Tardío temprano (de cien a 60 millones de años). Las similitudes notables con el Necrolestes demostraron de manera concluyente que éste no era ni un marsupial ni un mamífero placentario. De hecho, fue el último miembro del linaje de los Meridiolestida.

Implicaciones evolutivas

La extinción masiva de los dinosaurios acabó también con miles de especies. Los científicos pensaban que estaban incluidos en la devastación los Meridiolestida, el grupo de mamíferos al que pertenecen el Cronopio y el Necrolestes, pero no fue así.
Antes de la identificación concluyente del Necrolestes, se creía que solo un miembro de los Meridiolestida sobrevivió a la extinción, pero esa especie se extinguió poco después, a principios de la Era Terciaria (hace de 65 a 1,8 millones de años). El Necrolestes, por tanto, es el único miembro de un grupo supuestamente extinto. «Es el supremo efecto Lázaro -comenta Wible-, ¿cómo pudo este animal sobrevivir tanto tiempo sin que nadie lo supiera?».
Los investigadores creen que la gran capacidad de los Necrolestes para crear madrigueras es exactamente lo que les ha permitido sobrevivir 45 millones de años más que sus parientes. «No hay ningún otro mamífero en el Terciario de América del Sur que se acerque a su capacidad para excavar túneles y vivir en el suelo», explica Wible. Se conocen pocos fósiles, por lo que los investigadores creen que era una especie rara y solitaria. «En cierto modo, recuerda a la vida de los ornitorrincos actuales. No hay muchos de ellos, se encuentran solo en Australia, y viven en un nicho específico entre los modernos mamíferos, al igual que el Necrolestes era un linaje aislado que solo se encontraba en América del Sur, con muy pocos individuos», dice Rougier.
La supervivencia del Necrolestes durante 45 millones de años más de lo que se creía pone el cuestión lo que sabemos sobre los efectos de la extinción del Cretácico Superior en América del Sur, y muestra cómo el pensamiento científico está en constante cambio sobre nuevas pruebas. 

Fuente: www.abc.es

La recuperación de la corona de Moctezuma está cercana

La recuperación del Penacho de Moctezuma por parte de México está cerca, explicó hoy un líder indígena que lleva más de 35 años tratando de conseguir que la pieza arqueológica regrese a su país de origen.

Los Ángeles (EE.UU.), 13 nov.- La recuperación del Penacho de Moctezuma por parte de México está cerca, explicó hoy un líder indígena que lleva más de 35 años tratando de conseguir que la pieza arqueológica regrese a su país de origen.

"Hay muchas posibilidades de que la corona de Moctezuma regrese a México en 2013, pues actualmente en el Parlamento de Viena hay una propuesta de dos partidos políticos que están pidiendo al Gobierno austríaco que la regale a su país de origen", explicó hoy a Efe Xokonoschtletl Gomora, un líder indígena Mexica.

El indígena, que ha viajado por 47 países para lograr que la corona regrese a su país de origen, aseguró que en tres ocasiones se ha estado muy cerca de recuperar la pieza, que actualmente se encuentra en el Museo Etnográfico de Viena, que volverá a mostrarlo dentro de dos días tras ser limpiado y recuperado.

Gomora consideró que la "culpa" de que el Penacho siga en Austria, país donde ha permanecido desde 1521, es del "Gobierno mexicano, pues se necesita una petición oficial del presidente, de la Secretaría de Relaciones Exteriores o del Consejo de Cultura que no ha sido posible obtener".

La pieza, denominada en lengua náhuatl "copilli quetzalli" y que se cree pertenecía a Moctezuma II, quien era el emperador Mexica a la llegada de los españoles a México en 1519, posee más de 400 plumas de quetzal y otras aves exóticas y está valorada por el Gobierno austríaco en 50 millones de dólares aunque para el líder Mexica su valor real es 10 veces esa cifra.

Gomora, quien en su campaña de recuperación de la pieza se ha entrevistado entre otros líderes mundiales con el Papa Juan Pablo II, el Dalai Lama y la reina Juliana de Holanda, aseguró que hay un "90 por ciento de posibilidades de que la Corona de Moctezuma regrese a México, donde pertenece".

El líder indígena, que ha escrito 11 libros y dictado más de 4.600 conferencias sobre el tema, explicó que de no obtenerse la corona como regalo, podría regresar como préstamo del Gobierno austríaco a México.

Gomora confía en que este préstamo sea indefinido y dijo que si no es así trabajará "hasta que la corona vuelva a estar permanentemente en México, que es a donde pertenece".

(Agencia EFE)

Los ancestros humanos de África fabricaban lanzas con puntas de piedra 200.000 años antes que en Europa

Un equipo de investigadores ha situado en África las puntas de lanza más antiguas de la humanidad. Se trata de fragmentos triangulares afilados que fueron fijados en astiles para ser usados contra las presas. Las piedras, halladas en Sudáfrica, tienen medio millón de años, 200.000 más que cualquier otro arma similar encontrada antes.

El hallazgo, publicado hoy en Science, da fe de la aparición de una tecnología esencial que permitió  a los humanos cazar sin tener que acercarse demasiado a las presas.

“Ponerle una punta de piedra a una lanza incrementaba dramáticamente la letalidad de un ataque, lo que quiere decir que nuestros ancestros pasaron menos noches en ayunas y podían protegerse mejor de los animales peligrosos que vivían en África”, explica Benjamin Schoville (izquierda), coautor del hallazgo.

El descubrimiento es una cura de humildad para los Homo sapiens, los únicos humanos que quedan vivos en el planeta, porque las puntas también son la primera prueba de que los humanos de África le llevaban cientos de miles de años de ventaja a sus congéneres europeos en cuanto a tecnología se refiere.
Hace pocas décadas se pensaba que los humanos modernos fueron los primeros en inventar las armas arrojadizas. Esa destreza tecnológica habría pasado después a los neandertales de Europa por imitación, lo que confirmaría así su inferioridad. Las puntas más antiguas de este tipo tienen unos 300.000 años. Las nuevas armas, que se han hallado en Kathu, al norte del país, tienen unos 500.000 años. Esa fecha es anterior a la divergencia entre los humanos modernos y sus primos los neandertales e implica que las primeras lanzas fueron inventadas por un ancestro común, probablemente el Homo heildelbergensis. “Estas lanzas eran una estrategia que usaban los ancestros de humanos modernos y neandertales así que no fue algo que uno de estos grupos aprendiese de otro”, resalta Schoville.

‘Excalibur’

Hace medio millón de años, los heidelbergensis lanzaban muertos a una profunda fosa de la sierra de Atapuerca (la famosa sima de los Huesos), en Burgos. Los científicos españoles que descubrieron el lugar hallaron entre los cadáveres una gran hacha de piedra muy bien pulida en un mineral que no existía cerca del yacimiento. La llamaron Excalibur (izquierda) y la interpretaron como una ofrenda ritual. Aquella hacha, una piedra del tamaño de la palma de una mano y con dos filos laterales, era un gran ejemplo de la tecnología de la época, conocida como achelense. Era un tipo de arma que no llevaba mango ni mucho menos se lanzaba a distancia. De hecho, hasta ahora no se habían hallado puntas de lanza o flechas atribuidas a esta especie. Lo más parecido eran las jabalinas de madera halladas en Alemania y que datan de hace unos 400.000 años.

La revolución de las flechas y las lanzas llegaría a Europa mucho después, con un nuevo estilo tecnológico conocido como el musteriense, atribuido a los neandertales. Los primeros restos de este tipo son de hace unos 300.000 años y consisten en estilizados triángulos de piedra esculpidos con maña hasta aportarles el filo letal necesario para la caza. Una definición idéntica puede hacerse ahora de las puntas halladas en Suráfrica, que, vistas desde Europa, son un anacronismo mayor que decir que los egipcios construían cazas F-16. La explicación del equipo de Schoville es que los humanos africanos eran unos adelantados a su tiempo.

Camino borrado

“Sabíamos que África era la cuna de la humanidad y ahora parece que también fue la cuna de los primeros avances tecnológicos”, señala Marina Mosquera (izquierda) investigadora de la Universitat Rovira i Virgili y experta en las herramientas heidelbergensis halladas en Atapuerca. Mosquera señala que se trata de un trabajo “muy exhaustivo”, que, sin embargo, deja aún muchas preguntas sin responder.

Foto: Las puntas de piedra originales, halladas en el yacimiento de Kathu Pan, al norte de Suráfrica. / Science

En África hay un vacío de fósiles humanos en el periodo del que datan las puntas sudafricanas. El continente no tiene restos humanos de hace entre 800.000 y 300.000 años, lo que impide atribuir con seguridad las herramientas a una especie humana, apunta Mosquera. Lo más probable, señala, es que se trate del heidelbergensis, o de la versión africana de esta especie, Homo rodhesiensis.
¿Cómo llegaron las puntas de flecha hasta Europa? La primera oleada humana fuera de África que se conoce sucedió hace unos 130.000 años. Probablemente hubo muchas otras y los neandertales y heidelbergensis entraron y salieron una y otra vez del continente, pero no hay ni rastro de ello. “Se sabe demasiado poco para poder trazar una ruta”, concluye Mosquera.

Las armas se probaron en gacelas muertas

Uno de los misterios aún no resueltos es cómo usaban los humanos las armas descritas en el estudio. “El tamaño de las puntas sugiere que se usaban a corta distancia más que como proyectiles usados en arcos o jabalinas, pero sin los mangos reales es difícil asegurarlo”, explica Schoville.


 Un investigador prepara el experimento para probar las puntas de lanza en una gacela muerta. Se usó una ballesta que calibraba el impulso.

Las herramientas fueron halladas en 1976 y ahora han sido datadas y analizadas con lupa para interpretar cómo se usaban. Los investigadores han encontrado pruebas de que las puntas iban engastadas en mangos de madera. En su afán para interpretar las grietas y desgaste que muestran las herramientas han construido réplicas de las mismas y las han lanzado contra cadáveres de gacela. Todos sus experimentos indican que las puntas se usaron en lanzas, es decir, son las armas de este tipo más antiguas halladas hasta ahora.

Fuente: Materia | Nuño Domínguez | 15 de noviembre de 2012

Se reabre el Templo de Hibis en Egipto

El Templo de Hibis en el Oasis de Kharga, el mejor conservado del Desierto Occidental, ha sido oficialmente reabierto al público el pasado domingo en una ceremonia a la que asistió el primer ministro Hisham Kandil y Ministro de Estado para las Antigüedades Mohamed Ibrahim, así como altos funcionarios gubernamentales y arqueólogos. El Templo de Hibis fue cerrado por restauración a finales de 1980. Ibrahim dijo que el deterioro del templo se inició ya en 1958, cuando el nivel del agua subterránea en el Oasis de Kharga se levantó, poniendo en peligro el templo.

Se procuró entonces para controlar el agua subterránea que se había elevado a causa de proyectos de riego en la zona circundante. Un canal de drenaje que fue excavado para dirigir el exceso de agua. El antiguo lago sagrado del templo fue reexcavado para contener el agua. Pero, Ibrahim dijo, estas soluciones eran sólo temporales como el templo continuó a debilitarse bajo las fugas de agua. Las grietas se extendieron por toda las paredes del templo, las columnas y relieves inclinados sufrieron daños.

En 1980, el Consejo Supremo de Antigüedades (actualmente Ministerio de Estado de Antigüedades) sugirió la eliminación física del templo y reconstruirlo en terrenos más altos seco para detener cualquier daño adicional. La sugerencia fue rechazada en última instancia. Una comisión de arqueólogos, ingenieros y restauradores rechazó el plan de reubicación por temor a la caída del templo durante el desmantelamiento y el proceso de reconstrucción. El Comité señaló que la mitad de los bloques y columnas del templo se encontraban en un estado crítico. El comité sugirió la restauración del templo en el lugar. La restauración comenzó a principios de 2000. Las columnas y las paredes se consolidaron, las grietas reparadas y relieves restaurados. Para proteger el templo de drenaje y el agua subterránea, los materiales de aislamiento se utilizaron como una capa protectora entre el suelo y los cimientos del templo. Nuevos sistemas de iluminación se han instalado para permitir el acceso al templo por la noche.

El Templo de Hibis de la dinastía XXVI, fue construido por el rey Darío I. También fue utilizado como cuartel hasta 330 d.C., y contiene evidencia de su uso en períodos posteriores, incluyendo el período cristiano temprano. También hay indicios de que fue utilizado por los peregrinos musulmanes en ruta a la Meca.

Se encuentra a unos 2,5 km al norte de El-Kharga, a la izquierda de la carretera a Asyut, se halla el antiguo Templo de Hibis, el más Importante y mejor conservado de los hallados en los oasis egipcios; fue desenterrado y restaurado a comienzos del siglo xx, pero amenazado por las filtraciones de agua; actualmente está apuntalado con vigas de madera. Mide unos 42 x 20 m y tiene una altura de 9 m; su orientación es oeste-este. Dedicado al dios de Tebas, Amón, procede de tiempos de Darío, cuyo cartucho aparece varias veces como continuación de la tradición saíta. Prácticamente se trata del único monumento conservado del periodo persa; ampliado y enriquecido por Nectanebis II, fue posteriormente adornado por los ptolomeos y los romanos.

Una larga inscripción griega de 66 líneas, a nombre del emperador Galla, está grabada en la segunda puerta de pilón externo y procede del segundo año de su reinado. A esta entrada monumental siguen otras, distantes de 15 a 24 m unas de otras y que separan las diferentes partes del templo: el patio de Nectanebis, el vestíbulo o pronaos, una sala hipóstila de doce columnas y el santuario. Este último presenta una particular decoración esculpida, que parece proponer un pequeño resumen teológico del panteón egipcio. Entre los detalles más interesantes, se puede contemplar, a la derecha del santuario, la representación de Khnum a imitación del rey y, en la pared noreste de la sala hipóstila, la figura de Seth alado y con cabeza de halcón y doble corona real, en actitud de rey victorioso que atraviesa con la lanza al demonio Apopis, su eterno enemigo (antes de ser considerado un ser malvado, Seth era honrado como protector de la fertilidad de los oasis).

Fuente: Ahram Online, 18 de octubre de 2012 

Lujo y mucha cerveza en la Edad del Hierro en Europa

Si querías salir adelante en la Edad de Hierro en la Europa Central debías utilizar una estrategia que aún funciona en la actualidad, vestirse para impresionar y hacer fiestas con barra libre de alcohol.

La gente celta pre-romana practicó lo que la arqueóloga Bettina Arnold llama ‘festines competitivos’ en los que la gente con un nivel social y un estatus político trataban de superarse en festines los unos a los otros.
 
Los objetos recuperados de dos túmulos celtas de 2.600 años de antigüedad en el suroeste de Alemania, incluyendo objetos para el adorno personal y vasos para el alcohol, dan una idea de cómo vivían esas personas en tiempos en los que no hay registros escritos.
Ese fue el objetivo del proyecto de la investigación durante más de 10 años, dice Arnold, profesora de antropología de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee y co-directora de una excavación en el castro de Heuneburg en el estado alemán de Baden-Wurttemberg. El trabajo fue financiado en parte por la Sociedad National Geographic y Arnold colaboró con la Oficina Estatal de Monumentos en Tübingen, Alemania.
 
De hecho, basándose en los vasos para beber hallados en tumbas cercanas al asentamiento del castro y otros objetos importados, los arqueólogos han concluido que los celtas europeos tuvieron comercio a lo largo del Mediterráneo.
 
¿Elaboración de cerveza o hidromiel?
La cerveza fue la bebida de los bárbaros, mientras que el vino era más para la élite, especialmente si vivías cerca de una ruta comercial”, dice Kevin Cullen, un arqueólogo asociado al proyecto de Discovery World en Milwaukee y un ex-estudiante de doctorado de Arnold.
 
Las uvas aún no habían sido introducidas en Europa central, por lo que la importación de vino de uva mostraba un mayor estatus social. Los celtas también hicieron su vino con base en miel, o hidromiel, aderezado con hierbas y flores, que habría sido más caro que la cerveza pero menos que el vino de uva.
 
También hicieron una cerveza de trigo o lúpulo de cebada que podía ser mezclada con el hidromiel o consumido solo, pero tenía que ser consumido poco después de haberse elaborado. ‘Keltenbräu’ es un ejemplo de cerveza. Habría sido una cerveza oscura, tostada con un sabor ahumado.
Para la clase alta, la cantidad de alcohol consumido era tan importante como la calidad. Arnold ha encontrado por lo menos un caldero completamente intacto que se utilizaba para hervir las bebidas alcohólicas en una de las tumbas de Heuneburg.
 
Pero es difícil la recuperación de nueve cuernos usados para beber, incluyendo uno que contenía 10 litros, en una tumba de un jefe cerca de Hochdorf en 1970.
 
Junto con su afición al alcohol, según los griegos y romanos la población celta de este periodo se favorecía con adornos llamativos, telas brillantes y de rayas, dice Arnold. La demanda es difícil de comprobar debido a que la ropa y el cuero son perecederos.
Los montículos de Heuneburg muestran evidencia de ambos, a pesar de que no hay restos óseos por la acidez del suelo. Pero el grupo de arqueólogos ha sido capaz de reconstruir elementos de vestidos y ornamentación usando nueva tecnología.
 
En lugar de intentar excavar los restos frágiles de metal como horquillas, joyas, armas y broches de la ropa, Arnold y sus colegas han encerrado bloques de tierra que contienen bloques de yeso para a continuación poner los bloques a través de una tomografía computarizada o CT.
Encontramos cinturones de cuero fabulosos en algunas de las tumbas de las mujeres con un alto estatus, junto con miles de pequeñas grapas de bronce unidas al cuero que tuvieron que llevar horas de elaboración”, dice. “Yo las llamo las chicas motoristas Harley-Davison de la Edad de Hierro”. Las imágenes muestran los finos detalles y los arqueólogos han teorizado que algunos de los objetos no eran simplemente por moda.
 
Puedes saber si era hombre, mujer, un niño, casado, si tenía un cierto rol en la sociedad y mucho más, gracias a lo que vestían”.
 
Los pasadores que sujetaban el veo en la cabeza de una mujer, por ejemplo, también aparecen como símbolo de su estado civil y tal vez de la maternidad. Otro adorno específico del género, como pulseras usadas en el brazo izquierdo encontradas en las tumbas de los hombres, pero pulseras usadas en ambos brazos y gargantillas sólo fueron encontradas en las tumbas de las mujeres.
 
Sorprendentemente, fueron las inclemencias del metal en contacto con el lino y el algodón en las tumbas lo que les ha permitido conservarse. Trozos de tela pegados al metal permitieron a los arqueólogos utilizar la inspección microscópica para recrear los colores y los patrones utilizados.
Cuando en realidad puedes reconstruir el vestuario”, dice Arnold, “de repente todas esas personas están ahí, en tres dimensiones. Tienen cara. Casi puede decirse que tienen personalidades”.
 

Investigaciones arqueológicas confirman el lugar exacto donde fue crucificado Jesús de Nazareth

Desde el 1 de noviembre, bajo la nave de la Iglesia Luterana del Redentor, en Jerusalén, un parque arqueológico llamado "A través de los siglos" estará abierto al público. El mismo proporciona la respuesta a una pregunta que han eludido durante mucho tiempo los investigadores: el lugar donde estaba el Gólgota, en el que Jesús fue crucificado, sepultado y resucitado, está realmente ubicado.

Planeado y construido bajo los auspicios del Instituto Evangélico Alemán para la Arqueología de la Tierra Santa (DEI), en Jerusalén, el parque ofrece un recorrido por la historia de la ciudad santa, completado con modelos, animación en 3-D y efectos de luz.
El director del DEI, Dieter Vieweger comenta que los hallazgos resultantes de la fase de investigación anterior a la creación del parque arqueológico apoyan la idea, generalmente aceptada, de que el sitio de la Iglesia del Santo Sepulcro es el lugar donde el Gólgota o Calvario se encontraba.
La confusión sobre el asunto surgió en el siglo XIX, cuando los eruditos bíblicos señalaron que el lugar que Juan y otros evangelistas describen como aquel donde Jesús fue crucificado no estaba en las afueras, sino dentro de las puertas de la ciudad de Jerusalén. Esta circunstancia también iba en contra de las regulaciones judías, según las cuales las ejecuciones y entierros tenían que llevarse a cabo fuera de los muros de la ciudad.

Luego, en 1893, los arqueólogos desenterraron un enorme muro que incluso los escépticos rápidamente aceptaron como el segundo muro de Jerusalén, según lo descrito por el historiador Flavio Josefo. El muro se creía que databa de la época del rey Herodes el Grande, y parecía validar la teoría de que el Gólgota estaba fuera de los muros que existían en la época de Herodes (la tercera muralla de la ciudad fue construido más adelante).


Pero la cuestión se reabrió en la década de 1960, cuando la arqueóloga inglesa Kathleen Kenyon comprobó que el área rodeada por el llamado segundo muro estaba deshabitada en el momento de la crucifixión de Jesús. Esto fue seguido, en la década de 1970, de un descubrimiento aún más dramático realizado por el entonces director del DEI, Ute Wagner-Lux: el segundo muro estaba en un sitio que había sido utilizado durante mucho tiempo como cantera de piedra, lo que se ajustaba a la descripción del Gólgota. Pero lo que los que excavadores encontraron debajo fue una sección de dos metros de espesor de escombros de la ciudad destruida por el jefe militar, y más tarde emperador, Tito, en el año 70 d.C.
Eso significaba que el muro había sido construido después de la muerte de Jesús; y posteriores hallazgos demostraron de modo concluyente que el muro no era de una muralla de la ciudad.
Entonces, ¿qué era?


Individuos "ateos"
Algo que leyó en el historiador cristiano Eusebio de Cesarea, dio al actual director del DEI, Vieweger, una idea. Eusebio escribió que algunos individuos "ateos", que buscaban borrar toda memoria de la sepultura de Jesús habían erigido un templo dedicado a Afrodita en el lugar. Esto sucedió después de la revuelta de Bar Kojba, entre el 132 y 135 d.C., cuando los romanos destruyeron totalmente Jerusalén y el emperador Adriano construyó la ciudad de Aelia Capitolina en su lugar, y donde a los judios se les prohibió vivir bajo pena de muerte.
En el centro de esta significativa gran ciudad de Adriano se había erigido un templo a Venus (Afrodita). El relato de Eusebio subraya que los romanos no sólo trataron sistemáticamente de borrar toda huella de los lugares sagrados judíos, sino también los de los "otros Judios", los cristianos.
Pero entonces, si el muro era parte del templo de Afrodita, ¿qué es lo que llevó al emperador Constantino, casi 200 años después, a levantar la Iglesia del Santo Sepulcro en este lugar?
                                                                                                                                        

Vieweger se refiere a una fuente cristiana que registra que, poco después de que el templo romano fue construido, Cristo fue muerto en el centro de la ciudad que Adriano construyó. Los historiadores Hans-Joachim Gehrke (izquierda) y Peter Funke (derecha) añaden un argumento histórico y religioso que apoya la creencia tradicional de la zona: "Deseando Constantino construir una iglesia en el lugar de la resurrección de Cristo, ¿habría elegido hacerlo en un importante templo romano si hubiera tenía otra alternativa?".

Constantino era cualquier cosa menos un iconoclasta: fueron otros emperadores romanos posteriores quienes arrasaron los templos paganos. Los historiadores ven esto como una evidencia concluyente de que la memoria del Gólgota sobrevivió a lo largo de varios siglos.
Por tanto, el Gólgota no estaba justo al lado de la muralla construida por Herodes, sino probablemente en una cantera de piedra que fue rellenada bajo Adriano para poder erigir su templo principal en la ciudad nueva. El historiador Gehrke establece que toda la información que actualmente se conoce, los datos y los escritos, apoyan la tesis de que el lugar donde Jesús fue ejecutado y enterrado es donde está ubicada la iglesia de Constantino. Eso hace que Juan y otros evangelistas estén en lo correcto: Jesús murió fuera de las puertas de la ciudad.
Foto: El sitio tradicional del Gólgota, en la Iglesia del Santo Sepulcro. - (Bertrand Hauger)

Fuente: worldcrunch.com | Die Welt | Berthold Seewald| 6 de noviembre de 2012