Sacrifican a un niño egipcio para hallar tesoros faraónicos


Un grupo de ladrones pidió la ayuda a un brujo y éste les dijo que sacrificar al menor era condición 'sine quan non' para lograr la fortuna

El Cairo (Efe).- Una banda de ladrones de antigüedades degolló a un niño en Egipto para ofrecerlo como sacrificio humano y poder de esa manera hallar tesoros dentro de una tumba faraónica en la provincia de Guiza, informó hoy el diario estatal Al Ahram.

Según el rotativo, los ladrones buscaban antigüedades en el área de Osim y pidieron la ayuda de un brujo, quien les convenció de que hacía falta sacrificar a un niño encima de la tumba para poder obtener los tesoros que esta supuestamente contenía en su interior.

La banda de malhechores encargó a una mujer que secuestrase al niño a cambio de 8.000 libras egipcias (unos 1.000 euros), para después sacrificarlo en un ritual. La policía egipcia fue alertada del suceso por la llamada de uno de los miembros de la banda, que no participó en el crimen junto a sus compañeros.
En el lugar del asesinato, los policías encontraron el cuchillo que utilizaron para degollar al menor los criminales, que se dieron a la fuga, así como cinco supuestas antigüedades.

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Nuevos hallazgos arqueológicos en Yemen permiten conocer mejor los Orígenes del Islam

El relieve de un "hombre coronado", encontrado en Zafar, Yemen, es visto como una evidencia de que hubo un imperio cristiano en la región antes de que el Islam diera comienzo. Foto: Paul Yule.

Los arqueólogos están estudiando las ruinas de un imperio cristiano enterrado en las montañas del Yemen. Tal enclave ha generado una serie de preguntas sobre la historia temprana del Islam. ¿Hubo una vez una iglesia en La Meca?.

El mandamiento "No harás ninguna imagen tallada" ha sido durante mucho tiempo seguido estrictamente en el mundo árabe. Hay muy pocas estatuas de los califas y reyes antiguos de la región. Los dioses paganos en el desierto eran, por lo general, adorados en forma anicónica, es decir, como seres sin forma.

Mahoma tenía barba, pero no hay retratos de él.

Sin embargo, ahora una obra narcisista de un auto-retrato humano ha aparecido en el Yemen. Se trata de una figura tallada en piedra, que, al parecer, proviene de la época del Profeta.

Paul Yule (izquierda), un arqueólogo de la sudoccidental ciudad alemana de Heidelberg, ha estudiado el relieve, el cual mide 1,70 metros de altura, en Zafar (derecha), a unos 930 kilometros al sur de La Meca. Representa a un hombre con collares, rizos y ojos esféricos. Yule data la imagen alrededor del año 530 d.C.

El arqueólogo alemán ha excavado en las altas tierras rocosas del Yemen, una ocupación que se volvió bastante peligrosa recientemente debido a las circunstancias políticas del país. En su última misión, Yule perdió 8 kilos y su equipo fue confiscado.

No obstante, él está contento, porque ha sido capaz de traer sus notas, trozos de escombros y huesos, al regresar a Heidelberg. Yule ha concluido que Zafar fue el centro de una confederación tribal árabe, un reino que era dos millones de kilómetros cuadrados de grande y que ejerció su influencia por todo el camino que iba a la Meca.

Incluso, aún más sorprendente es su conclusión de que los reyes que se invocan en la Biblia vivieron en este asentamiento de las tierras altas. El "hombre coronado", representado en relieve, también era un cristiano.

Conquistadores de la antigua Etiopía
Yule ha analizado la misteriosa figura vestida en un informe para la revista académica Antiquity. Ella está con los pies descalzos, lo que es típico de los santos coptos, al tiempo que sostiene un manojo de ramitas en la mano izquierda, un símbolo de la paz. Porta un vara con la apariencia de una cruz. Además, lleva una corona en su cabeza como las usadas por los gobernantes cristianos de la antigua Etiopía.

Todo esto sugiere que el hombre, con una extraña cara redonda, es un descendiente de los conquistadores de África que lograron hacer una de las operaciones más audaces de arribada al lugar en los tiempos antiguos.

En el año 525 d.C., el Negus, o rey, de Axum envió una flota a través del Mar Rojo. Los soldados y elefantes de lucha fueron transportados en embarcaciones alquitranadas hacia el este, a fin de difundir el evangelio. En las décadas siguientes el ejército capturó gran parte de Arabia.

La primera punta de lanza fue dirigida hacia la capital Zafar. Como una fortaleza en el cielo, la ciudad se alzaba sobre un volcán extinto, a una altitud de 2.800 metros sobre el nivel del mar. Sus muros, plagados de torres y campanas de alarma, tenían cuatro kilómetros y medio de largo. Unas 25.000 personas vivían en Zafar.

Según Yule, entre los siglos III y V d. C., la confederación logró completar un "ascenso meteórico" y convertirse en una superpotencia. Sus comerciantes negociaban madera de sándalo de Ceilán y la valeriana de Persia. El Estado controlaba el puerto de Adén, donde los barcos de los comerciantes de especias de la India tenían su atraque. El incienso, que se elaboraba en Arabia, también se negociaba. Era un lugar de lujo. Yule halló ánforas de vino (derecha), restos de peces valiosos condimentados y palacios decorados con esfínges y leones.

Una pacífica comunidad multicultural
La estructura social en Zafar también parecía ser única. La ciudad tenía una gran comunidad judía, tal como lo demuestra un sello con un santuario de la Torá (izquierda). Inscripciones hebreas fueron asimismo descubiertas. Los residentes Zafar también incluían a los cristianos, quienes construyeron una iglesia en el año 354 d.C. Los árabes que adoraban ídolos antiguos vivían en las calles.

Pero esta pacífica comunidad multicultural pronto llegó a su fin, ya que las tensiones comenzaron a crecer en el siglo V, y Arabia se transformó en un frente.

El Imperio bizantino, erizado de armas, operaba en el oeste, y sus vasallos se mantenían haciendo incursiones en el desierto. Iban acompañados de misioneros cristianos, los cuales trajeron la doctrina de la Santísima Trinidad a los pastores en el límite del Rub' al Khali, el desierto de arena que conforma gran parte del tercio sur de la Península Arábiga.

Estos imperialistas del Sagrado Corazón se enfrentaron al reino persa de los sasánidas con sus arqueros y ejércitos de soldados barbudos vestidos con armaduras de metal pesado. Los judíos, que vivían por decenas de miles en los oasis, estaban hasta cierto punto alineados con este poder.
Fue un enfrentamiento entre el este y el oeste, y todo el mundo se vio obligado a elegir un bando.

Esto también se aplicaba a Zafar. Para detener el avance del cristianismo, los distintos reyes árabes  se convirtieron inicialmente al judaísmo. La clase dominante de todo el reino siguió, finalmente, su ejemplo. A partir de ahí, a la gente se les dio nombres como Yehuda y Yussuf.

Entonces se levantaron en armas. Aproximadamente hacia el año 520 d.C., atacaron la colonia cristiana de Najran, donde había iglesias y monasterios. Innumerables cristianos fueron masacrados. La impactante noticia viajó a lo largo de todo el camino hacia Europa.

Un 'rey títere'
La espiral de violencia comenzó a girar más rápidamente. Los bizantinos furiosos y sus aliados de África fueron en busca de venganza. Kaleb, el rey de Axum, en Etiopía (que llevaba joyas de oro en su pelo y conducía él mismo un carro encima de un elefante), pasó a la contraofensiva.

Foto: Relieve hallado en Zafar

Si las fuentes son correctas, su primera maniobra naval fue un fracaso miserable. En el 525 d.C., con la ayuda de buques de guerra adicionales proporcionados por los bizantinos, completó con éxito el cruce al otro lado del Mar Rojo.


El relieve del "hombre coronado" de Zafar fue creado, aparentemente, durante este período de la invasión. Yule lo interpreta como una representación del "rey títere" cristiano de los etíopes.

Los invasores continuaron sus ataques. El guerrero santo del sur de Arabia, Abraha, había tomado el control de grandes áreas en poco tiempo. Incluso intentó liberar a los obispos prisioneros por el enemigo persa en Nisibis (en la actual Turquía), a unos 2.500 kilómetros de distancia.

El hombre se embarcó en una cruzada religiosa al mismo tiempo. Reconstruyó las iglesias que habían sido destruidas en Najran, y construyó otras en Marib y Adén. Su iglesia más hermosa estaba en Sanaa. Tenía puertas doradas y un trono de ébano y marfil. Por la mañana, los rayos del sol brillaban a través de un panel de alabastro en la cúpula. Los bizantinos apoyaron el proyecto y enviaron artesanos, mármoles y mosaicos. El resultado fue un milagro arquitectónico, del tipo que todos en Arabia nunca habían visto antes.

El año del elefante
Después del triunfo del Islam en el siglo VII, la iglesia fue derribada y despojada de sus tesoros, y una mezquita fue construida en su lugar. Barbara Finster (izquierda) una arqueóloga de la ciudad bávara de Bamberg, descubrió que algunas de las columnas de la mezquita provenían de la iglesia destrozada, mientras que algunos de los magníficos mosaicos de la iglesia fueron enviados a La Meca, esencialmente como botín.


La enemistad entre la ciudad de Sanaa y La Meca al parecer ardió desde el principio. Los estudiosos medievales del Corán relatan que Abraha construyó su magnífica iglesia para atraer a los peregrinos fuera de la Kaaba, el lugar del Islam más sagrado.

Otra fuente islámica describe cómo el conflicto se intensificó con el tiempo: un enfadado nativo de La Meca se alivió en la iglesia de Sanaa, lo que provocó la furia de Abraha, quien mandó a sus guerreros, montados en elefantes, a destruir la Kaaba. En la interpretación de la sura 105 del Corán, la única razón por la que no tuvo éxito fue porque Alá había armado una bandada de pájaros con bolas de arcilla que hicieron llover como balas sobre el ejército cristiano.
                                                                                                                                     
Foto: Relieve hallado en Zafar

¿Son estos nada más que mitos religiosos? Existen evidencias históricas, en forma de una inscripción en piedra, de que Abraha condujo incursiones a gran escala contra las tribus árabes desafiantes, cerca de La Meca, en el año 552 d.C. Algunos historiadores de occidente consideran que este es el verdadero año de nacimiento de Mahoma. El erudito Ibn Ishak, que escribió la primera biografía del Profeta, afirma que el proclamador del Corán nació "en el año del elefante".

Por extraño que parezca, la inscripción garabateada en la roca podría interpretarse en el sentido de que la tribu de los Kuraish, a la que pertenecía el Profeta, a veces luchó por los cristianos. ¿Eran aliados? ¿Nació Mahoma en una ciudad que se encontraba bajo el estandarte de la cruz?

Tiempos difíciles
Hay indicios de que esto podría ser cierto. Por ejemplo, un cementerio cristiano se menciona en la historia más antigua de La Meca, escrito por el historiador árabe Asraki.


Foto: Relieve hallado en Zafar

Es un lío. En la antigua Arabia, las tres religiones abrahámicas del mundo se intersectan de manera confusa. Pero el Corán se impuso al final.

Pero muchas cosas aún no están claras. Nuestra perspectiva se ve complicada por el hecho de que el nacimiento del Islam se produjo en un momento de graves dificultades. Los datos climáticos obtenidos de cuevas de piedra caliza en Omán prueban que hubo una terrible sequía en el sur de la Península Arábiga hacia la mitad del siglo VI. También hubo una epidemia de peste que comenzó en el 541 y afligió a todo el Oriente. Otras epidemias más pequeñas la siguieron, provocando miles y miles de muertes.

Fueron estos horrores lo que probablemente provocó la desaparición de Zafar. Yule sospecha que la sequía devastó la "frágil ecología de las tierras altas". El ganado murió de sed y los graneros permanecieron vacíos.

¿Son las sospechas del arqueólogo correctas? Incluso Mahoma, como niño pequeño, se vio amenazado por las enfermedades y el hambre. Según Ibn Ishak, su nodriza estaba muy preocupada cuando le dijeron que llevara al niño de regreso a su ciudad natal.

La razón, dice, era la "peste en La Meca"

Fuente: Spiegel online | Matthias Schulz | Fotos |

El Homo erectus pekinensis era más avanzado evolutivamente de lo que se pensaba

El "Hombre de Pekín", un antepasado humano que vivió en China entre aproximadamente 200.000 y 750.000 años atrás, era un homínido que trabajaba la madera, utilizaba el fuego, enmangaba puntas en las lanzas y que, misteriosamente, le gustaba hacer agujeros en objetos por razones desconocidas.
Sí, estos homínidos, una variedad de Homo erectus, parecen haber sido bastante meticulosos con sus vestimentas, al utilizar herramientas de piedra para suavizar y rebajar las pieles de los animales.

Los nuevos descubrimientos pintan un cuadro de un ancestro humano que era más sofisticado de lo que se creía.

El "Hombre de Pekín" fue descubierto en 1923, en una cueva cerca de la aldea de Zhoukoudian, cerca de Beijing (en ese momento llamado Pekín). Durante 1941, en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, los fósiles del "Hombre de Pekín" desaparecieron, privando a los científicos de una información muy valiosa.

Recientemente, los investigadores han puesto en marcha una nueva excavación en la cueva aludida en busca de artefactos y respuestas sobre cómo vivía el "Hombre de Pekín". Y lo que es igualmente importante: se han involucraron en un nuevo trabajo de laboratorio que incluye el uso de potentes microscopios para mirar los artefactos hechos por el "Hombre de Pekín", a fin de determinar la forma en que se utilizaron, un proceso que los arqueólogos llaman análisis del "uso-desgaste".

El 15 de diciembre pasado, cuatro de estos científicos se reunieron en el Museo Real de Ontario, en Toronto, para ofrecer una actualización de sus hallazgos más recientes. Tres de los científicos, Xing Gao, Yue Zhang y Shuangquan Zhang son miembros del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia de Ciencias China. El cuarto, Chen Shen es conservador del museo de Toronto y miembro especial de la Academia.

Entre sus hallazgos arqueológicos está un "suelo de actividad" (tal como los científicos lo llaman) de 300.000 años de antigüedad, el cual contiene lo que puede ser un hogar con una chimenea, similar a una sala de estar prehistórica. El análisis está en curso y Yue Zhang señaló que se utilizaron escáneres 3D para cartografiarlo. Si los resultados se mantienen firmes, ello puede demostrar, de una vez por todas, que el "Hombre de Pekín" fue capaz de controlar el fuego, una habilidad importante dado el clima helado que, en ocasiones, existe en el norte de China.

El descubrimiento de una lanza

El análisis de "uso-desgaste" de las herramientas del "Hombre de Pekín" proporcionó varios resultados interesantes. Chen Shen dijo que el análisis de la base de herramientas de piedra del "Hombre de Pekín" revela que estos homínidos "probablemente" ataron puntas de piedra a varas de madera creando una especie de lanza. Esto es un importante paso en el desarrollo humano, ya que consiste en unir dos materiales, la punta de piedra y el palo, para formar una herramienta compuesta.

Los científicos todavía están tratando de determinar los detalles. Por ejemplo, Shen dijo que es posible que el "Hombre de Pekín" estuviera haciendo lanzas con palos cortos. Aunque no es tan útil para la caza, el palo corto actuaría como "una extensión de la herramienta", y "usted puede sostenerla mientras está troceando o grabando algo", dijo Shen en una entrevista a LiveScience. Los investigadores también están tratando de determinar si el "Hombre de Pekín" utilizaba algún tipo de material pegajoso orgánico para ayudarse en el proceso de enmangar una punta de piedra a la lanza.

Otra cuestión es cómo encaja esto, cronológicamente, con otros hallazgos prehistóricos recientes. Justo el mes pasado, científicos que trabajan en Sudáfrica informaron en la revista Science que otro homínido, llamado Homo heidelbergensis, hacía lanzas 500.000 años atrás (en su caso, probablemente para cazar animales). Esto deja a los investigadores con la cuestión de si el "Hombre de Pekín", un homínido diferente, comenzó a hacer lanzas en la misma época.

Reproducción de las lanzas, tal y como las fabricaron los humanos hace 500.000 años / Schoville

Más misterios
El equipo también encontró evidencias, a través del análisis de "uso-desgaste", de que el "Hombre de Pekín" trabajaba la madera (que no quedó preservada en la cueva) con sus herramientas de piedra, posiblemente para convertirla en herramientas de madera.

Tal vez el hallazgo más extraño fue la evidencia de "perforaciones". Shen explicó que no saben lo que los homínidos perforaban y por qué, pero, sin duda, ellos lo hacían con sus herramientas de piedra. Hasta ahora, no hay evidencias de que el "Hombre de Pekín" elaborara adornos o lo que podríamos considerar elementos artísticos.

Por último, el análisis muestra que el "Hombre de Pekín" tenía un interés por las vestimentas. "Una cierta proporción de instrumentos se utilizaban para el trabajo y el raspado de las pieles", dijo Shen en la entrevista.

"Si ellos rebajaban las pieles y las suavizaban, quiere decirse que podían utilizarlas como vestimentas", algo que ningún homínido sofisticado se atrevería a vivir sin ellas.

Fuente: LiveScience | Owen Jaurus |

La Revista Digital Clave Siete dedica su número XVI al Fin del Mundo Maya

Sobran las palabras. Quizá llega con algo de demora, pero con el tiempo justo para conocer todo cuanto se dice o no se dice sobre la más mediática de las fechas anunciadoras del Fin de los Tiempos de la historia. Pero además incluimos otros artículos muy interesantes abordando temas de actualidad relacionados con la ufología, enigmas de la ciencia, lugares misteriosos, investigación de campo, lecturas de recomendación, esoterismo y mucho más. Aquí el sumario de este décimo sexto número, el número del Fin del Mundo.
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Editorial

Artículos:

Alexia Mulé: Sincronicidades

Aníbal Clemente Cristóbal: El Calendario de Cuenta Larga y el Fin del Mundo

Francisco Pablo de Luca: En torno a la expresión "arrau tt aba n taurut"(Orotava de Taoro) (2ª Parte)

Grupo Alpha: En las entrañas de Brihuega

Javier Resines: Seguimos vivos ¿Y ahora qué? El fin del mundo para el 2013…

José Antonio Roldán y Marisol Roldan: La curva maldita de los gitanos

José Luis Giménez: El Calendario Maya. Las profecías para el 2012

José Manuel García Bautista: Las profecías de San Malaquías

Richard Wilson: Todo lo que se comenta en Internet sobre el 2012 y el gran cambio en curso.

Susanna Niná: ¿Qué nos depara el 21-12-2012?

Virginia Dagma y Enrique de Asís: La Alineación Galáctica del 21 de Diciembre de 2012 ¿Mito o realidad?

Secciones:

El Enclave Mágico

El Clavicordio

Jaime Rubio: El Esoterismo en el Renacimiento Italiano

Encuentros en la 3ª Clave

Ana Luisa Cid: CENAPRED Nota informativa. "Bólido o Satélite Artificial"

Claves de la Ciencia

Bianca Atwell: Frente al ataque a nuestra conciencia de especie

La Clavícula del Druida

Naria Díaz: Los profetas y nuestro tiempo ¿Qué ocurrirá mañana?

La actualidad en Clave

J. Mateos: El noticiero del Fin Del Mundo

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J. Mateos: El vaso o jarrón de Dorchester

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Según la NASA no habrá 'Fin del Mundo'

El mundo no se acaba. Ni hoy, ni el día 21. La NASA lo tiene tan claro, que ha producido un vídeo cuya fecha de difusión prevista era el sábado, tras el supuesto y fallido apocalipsis, explicando por qué no habría ocurrido el desastre.

Lo cierto es que ha terminado por difundirse antes de tiempo, en medio de un cierto clima de credulidad. Uno de cada cinco estadounidenses piensa que el sábado se acabará todo. Otros tantos viajan a 'santuarios' para salvarse –o darse unas buenas vacaciones, como poco–.
A lo largo de algo más de cuatro minutos, un narrador de la NASA explica que la supuesta profecía maya en que se basan los apocalípticos parte de un error de interpretación.
El Doctor John Carlson empezó a estudiar el fenómeno del 22 de diciembre hace 35 años. Recuerda que eran grandes astrónomos y desarrollaron una lengua escrita. Lo que más impresionó a Carlson fue su extenso sentido del tiempo. 

El tiempo que manejaban los mayas no era muy distinto al que utilizan los astrónomos contemporáneos. De acuerdo con nuestra ciencia, el Big Bang ocurrió hace 13.700 millones de años. Hay ruinas mayas que tienen referencias a tiempos miles de millones antes. El calendario maya está pensado para registrar intervalos así de largos. Es como un cuentakilómetros que, cuando agota todos sus dígitos, empieza por cero otra vez. Esta repetición es clve en el fenómeno 2012.

Ni asteroides, ni planetas errantes, ni llamaradas

Según el astrónomo Don Yeomans, ningún asteroide o cometa tiene su trayectoria apuntando a la Tierra. Tampoco hay planetas vagando por el cosmos que vayan a destruirnos. Si lo hubiera, apunta el astrobiólogo David Morrison, ya lo veríamos como uno de los objetos más brillantes jamás observados en nuestro cielo.
Lika Guhathakurta, experta en estrellas de la NASA, dice que el Sol tampoco es una amenaza. Está ahí incluso desde antes de que existiesen los mayas. Nunca ha destruido el mundo. Es cierto que se acerca a u un máximo de sus ciclos de actividad de once años. Pero no es más que uno de tantos y no el más pronunciado en 50 años.

Así que en la NASA se toman esta fecha como una oportunidad para acercarse a la cultura maya –cuyos descendientes han desmentido el apocalipsis– y disfrutar "porque el mundo no se acabó ayer", aunque sea por adelantado.

Vía: www.elmundo.es

Se cumplen cien años del fraude más famoso de la Historia de la Ciencia

El Reino Unido conmemora el centenario del célebre 'eslabón perdido' sin saber quién planeó el engaño Los fósiles eran restos mezclados de un orangután y un humano

El 18 de diciembre de 1912, el arqueólogo aficionado Charles Dawson y Arthur Smith-Woodward, reputado paleontólogo, presentaron en la Sociedad Geológica de Londres unos fósiles encontrados en el pueblo de Piltdown, en el condado de Sussex, que correspondían a una criatura con unos huesos mitad humanos y mitad simiescos. Al insigne espécimen, considerado un eslabón perdido de la evolución y un colosal hito científico, se le dedicaron entre otros honores 500 ensayos, portadas en la prensa y hasta un monolito erigido por suscripción popular. La lástima es que el Hombre de Piltdown fue en realidad un refinado engaño que se perpetuó durante nada menos que 45 años. Es el fraude más famoso de la historia de la ciencia moderna y también el más misterioso porque, exactamente un siglo después, aún no se sabe quién lo perpetró. ¿Quién enterró los fósiles?

La historia del Hombre de Piltdown empezó en 1908, cuando un obrero que trabajaba en una cantera encontró un hueso parietal y se lo entregó a Dawson, quien prosiguió personalmente las excavaciones y halló nuevas piezas, especialmente una mandíbula. También aparecieron fósiles de diversos animales, como mastodontes y rinocerontes, así como útiles de sílex. Dawson lo puso en conocimiento de Woodward, especialista del Museo de Historia Natural.
Los restos eran aparentemente muy antiguos --se llegó a proponer que tenían cinco millones de años-- y coetáneos. Un paleontólogo actual habría sospechado que el cráneo era muy humano y la mandíbula demasiado simiesca, un contraste excesivo, pero en esa época respondían a la concepción que se tenía del eslabón perdido.

Algunos científicos manifestaron sus dudas, pero en líneas generales el Eoanthropus dawsonii , como fue bautizado, fue acogido sin discusión, y más cuando al año siguiente y luego en 1915 aparecieron más restos. Uno de ellos fue un canino atribuido a la misma mandíbula encontrada años atrás. Lo localizó el seminarista francés Pierre Teilhard de Chardin, que llegó a ser un eminente filósofo y paleontólogo.
"El fraude tuvo mucho éxito porque, pese a que hubo realmente científicos críticos, era lo que la sociedad británica estaba esperando. Los franceses habían presentado recientemente a los hombres de Cro-Magnon, los alemanes tenían la mandíbula de Heidelberg y hasta los holandeses presumían del Hombre de Java --explica Oliver Hochadel, historiador de la ciencia en la Institució Milà i Fontanals del CSIC, en Barcelona--. En cierta manera, el Hombre de Piltdown era un referente patriótico". Daniel Turbón, catedrático de Antropología Física de la Universidad de Barcelona (UB), insiste en el mismo sentido: "Etnocéntricamente, el hallazgo significaba que Inglaterra pasaba a ser el origen del hombre".

El timo fue desenmascarado con el paso de los años. En el proceso tuvieron un peso capital los trabajos del dentista y arqueólogo aficionado Alvan Marston, que fue quien determinó científicamente que el canino de la mandíbula pertenecía a un mono. En 1936, Marston también analizó el extraño color de la mandíbula y lo atribuyó con éxito, como luego se verificaría mediante una perforación, a que había sido tratada químicamente para darle un aspecto envejecido. Poco después, Kenneth Oakley, mediante una prueba con flúor, demostró que los restos no llevaban en Piltdown mucho tiempo, sino que correspondían a un enterramiento reciente. Estudios posteriores comprobaron que los molares de la mandíbula habían sido raspados a propósito para que no fueran idénticos a los de un orangután.
En 1953, un estudio definitivo zanjó la polémica para siempre: el cráneo era totalmente humano y antiguo, pero no del Pleistoceno, sino posiblemente del Neolítico, mientras que la mandíbula pertenecía a un orangután del siglo XX. Las sorpresas no acababan ahí, puesto que el canino de Teilhard era de un mono de menor tamaño, y las herramientas y los huesos de animales tampoco eran autóctonos, sino procedentes de orígenes tan dispares como el norte de Africa y Malta. En definitiva, los huesos habían sido enterrados a propósito en un elaborado plan que había sido ideado, sin discusión, por una o varias personas con conocimientos de paleontología.

De hito a fraude
Lo que comenzó siendo un hito de la ciencia, un descubrimiento capital, se ha acabado convirtiendo en un paradigma del fraude científico y como tal ha merecido infinidad de artículos y libros. Con el paso de los años, Dawson y Woodward siguen siendo los principales sospechosos, pero hay estudios que incluso los consideran víctimas de un engaño destinado a desprestigiarlos. Las piezas las habría colocado con ese objetivo algún paleontólogo rival.
En total, al menos una docena de personas han sido citadas como autores o colaboradores, entre ellos Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, que por entonces vivía en Piltdown, y por supuesto Teilhard de Chardin. Según un estudio, algunos de los fósiles hallados en Piltdown proceden justamente de los países visitados por el egregio jesuita. "Personalmente, estoy intrigado por la pregunta de si el engaño fue impulsado por la ambición científica o por motivos más jocosos o vengativos", señalaba el prestigioso palentólogo Chris Stringer en un artículo publicado esta semana en la revista científica Nature . Por supuesto, nadie de los implicados sobrevive para dar su versión de los hechos.