Josef Mengele: El Ángel de la Muerte

Desde hacer crueles pruebas con gemelos hasta usar a una familia con enanismo para su diversión personal, el «Ángel de la muerte» no conocía la compasión

El nombre de Josef Mengele siempre ha sido sinónimo de sadismo y crueldad. Conocido también por el apodo de «Ángel de la Muerte», este médico nazi realizó durante años despiadados experimentos en humanos con la firme intención no sólo de erradicar a los que consideraba «inferiores», sino también de buscar la perpetuación y proliferación de la raza aria
De esta forma, Mengele acabó fríamente con la vida de cientos de miles de personas en el campo de concentración de Auschwitz, donde también llevó a cabo multitud de pruebas en gemelos recién nacidos, sus preferidos para investigar. Durante años, este mal llamado doctor fue el terror de los judíos enviados a este centro de exterminio polaco.

Niñez: el «bueno» de Josef

«Josef Mengele nació en 1911 en Günzburg, Baviera, en el seno de una acomodada familia católica», explica el escritor y periodista Óscar Herradón en su libro «La orden negra: El ejército pagano del III Reich» editado por «Edaf». El joven Josef era conocido en su pequeño pueblo por su alegría, su inteligencia, y unas ansias terribles de superación. A su vez, destacaba por la gran pasión que sentía hacia la música y el arte –de hecho, llegó incluso a escribir una obra de teatro que fue representada en su juventud-.
En contraposición con los actos que cometería sólo unos pocos años después, tal era su espíritu solidario que llegó a inscribirse en la «Cruz Roja» y en varios grupos juveniles similares. No obstante, pronto desarrollaría un gran interés por la antropología, algo que marcaría su vida para siempre.
«De niño, también hubo ocasiones en las que se escapó por los pelos de enfermedades y accidentes. A los 6 años (…) se cayó en un profundo barril de agua de lluvia y estuvo a punto de ahogarse. También padeció un terrible ataque de envenenamiento en sangre. En 1926 el médico de la familia le diagnosticó osteomielitis, una inflamación de la médula ósea (…) que (te) puede dejar tullido en casos graves, pero a él no le produjo ninguna discapacidad significativa», explican por su parte Gerald L. Posner y John Ware en su libro «Mengele. El médico de los experimentos de Hitler».

Primeros pensamientos asesinos

A los 20 años su interés por la medicina se hizo patente, aunque en una rama que no tenía tanto que ver con curar enfermedades. Concretamente, pronto se centraría en el estudio de los orígenes culturales y el desarrollo del ser humano, además de en la paleontología y la antropología.
«Es difícil concretar con precisión qué corrompió la mente de (…) Mengele. Probablemente fue la combinación entre el ambiente político y su interés real en la genética y la evolución la que coincidió con el concepto (…) de que algunos seres humanos con trastornos no eran aptos para reproducirse, ni siquiera para vivir», determinan los autores anglófonos.
A esas ideas Mengele sumó las del doctor Ernest Rudin, personaje al que admiraba, y cuya mentalidad era la de que los médicos debían apiadarse de aquellos cuya vida no tuviera valor matándolos. De hecho, este médico fue el que sentó las bases de la ley de esterilización obligatoria promovida por el nazismo. Según la misma, todos aquellos que tuvieran, entre otras dolencias, esquizofrenia, imbecilidad o deformidades físicas, debían ser asesinados para preservar la raza aria.

Seguidor oficial de Hitler

En todo caso, el «Ángel de la muerte» pronto se encontró tratando de conseguir el doctorado en antropología y el título de médico, estudios que compaginaba con actividades ligadas al partido nazi de Hitler. «En mayo de 1937 presentó la solicitud y a su debido tiempo se convirtió en el miembro número 5.574.974», determinan Posner y Ware.
Una vez dentro del nazismo, las influencias y los conocimientos de Mengele sobre la evolución humana -afirmaba que podía saber la raza de una persona analizando las facciones de su cara- le granjearon un rápido ascenso. De esta forma, y con tan sólo 27 años, fue aceptado en las SS después de confirmarse que sus antepasados eran arios.
Poco después, en 1942, fue enviado al frente, donde ejerció, entre otras cosas, de médico de campaña. En batalla, llegó incluso a conseguir varias medallas por la valentía mostrada en acto de servicio. De esta forma, Josef Mengele se convertiría en toda una leyenda viva para los miembros de las SS.

Auschwitz, campo de pruebas de Mengele

No obstante, este sádico doctor tuvo que esperar todavía un tiempo hasta que, ya con rango de capitán, se le concedió un puesto como médico en el campo de concentración de Auschwitz. Ser enviado a este lugar era un sueño hecho realidad para Mengele, pues significaba que podía llevar a cabo todos los crueles experimentos que deseara.
«El verdadero laboratorio de pruebas humanas de Mengele sería el campo de concentración de Auschwitz, a donde llegaría en calidad de médico oficial el 24 de mayo de 1943», determina por su parte Óscar Herradón.
Por aquel entonces, este campamento albergaba más de 140.000 prisioneros y podía acabar con casi 9.000 vidas humanas al día haciendo uso de sus cámaras de gas. De hecho, se calcula que en este centro de muerte murieron aproximadamente 2.000.000 de personas (el equivalente a la población total de Letonia).

Una sádica forma de eliminar el tifus

Nada más llegar al campo, el «Ángel de la muerte» consiguió hacerse famoso entre reclusos y soldados alemanes al solucionar de forma radical un problema que llevaba meses asolando Auschwitz: el tifus. «Unos días después de su llegada, cuando Auschwitz estaba en medio de la agonía de una de las muchas epidemias de tifus, Mengele se creó fama de ser eficaz de forma radical y despiadada», determinan Posner y Ware.

Este sádico doctor decidió que, para detener la epidemia, debía enviar a las cámaras de gas a 1.600 gitanos y judíos (tanto hombres como mujeres y niños) que tuvieran cualquier síntoma de tifus. Algo que, según narran algunos supervivientes, hizo con total frialdad.
Sin embargo, esta no fue la única medida que llevó a cabo el «Ángel de la muerte». «Según la doctora Ella Lingens, una médico austríaca enviada a Auschwitz, envió a la cámara de gas a todo un barracón de judías, 600 mujeres, y lo hizo limpiar. Luego lo hizo desinfectar de arriba abajo. Después, puso bañeras entre este barracón y el siguiente, sacó a las mujeres del siguiente para que las desinfectaran y las envió al barracón limpio. Allí les dieron un camisón limpio y nuevo. El barracón siguiente se limpió de la misma manera. Fin del tifus. Lo triste es que no pudieran meter en ningún lado a las 600 primeras», explican Posner y Ware en el texto.

Pruebas con gemelos

Pero lo que verdaderamente llamaba la atención de Mengele era la experimentación con gemelos. Concretamente, el interés por este tipo de sujetos se lo había suscitado uno de sus mentores: Eugen Fischer: «Para el citado Fischer, la experimentación con gemelos era el instrumento de investigación más importante en relación a la llamada “higiene racial”», determina Herradón.
«Los médicos nazis pretendían “clonar” una nueva raza muchas décadas antes de que se descubriera la secuencia completa del ADN humano. Creían que en los gemelos estaba la clave para la reproducción selectiva de la raza aria», señala el periodista español en su libro. Es decir, buscaban que las madres alemanas pudieran dar a luz a multitud de hijos arios que reemplazaran a las razas inferiores.
Al cruel doctor le encantaba realizar pruebas de radiación y resistencia del dolor en humanos. Para todos estos fines resultaban muy útiles los gemelos, pues multiplicaban las posibilidades de estudio, ya que, si uno fallecía durante los experimentos, se podía continuar la investigación con su hermano.
«En una ocasión trató los ojos de cuatro parejas de gemelos de origen gitano que había asesinado y los envió al Instituto Kaiser Wilhelm, donde servirían a un tal doctor Magnussen para un ensayo que estaba escribiendo sobre el tema», explica Herradón sobre el «Ángel de la muerte».
«En otra ocasión infectó a gemelos judíos y húngaros con bacterias de fiebre tifoidea y les extrajo sangre en varias etapas siguiendo el curso de la enfermedad hasta su muerte. Pretendía comprobar en ellos las similitudes anatómicas y sus reacciones a determinados experimentos. Tras ello, los diseccionaba», añade el experto.
Sin embargo, sus experimentos todavía podían llegar a ser más inhumanos, sobre todo los que realizaba en bebés (sus sujetos favoritos de estudio). «El culmen de su depravación llegó en el momento en que pretendió “crear” siameses: escogió a dos niños gemelos de cuatro años -uno de ellos jorobado-, que respondían al nombre de Guido y Nino. Cuando fueron devueltos a los barracones dos días después, estaban cosidos por la espalda hasta las muñecas, unidos incluso por las venas. La gangrena se había apoderado de sus cuerpos y el olor (…) era insoportable», señala el experto.

Mengele y los Ovitz

A su vez, y aunque este maléfico médico estaba obsesionado con la experimentación en gemelos, también llevó a cabo multitud de pruebas en personas con malformaciones genéticas. De ellas, pretendía averiguar si los problemas genéticos eran hereditarios o tenían alguna relación con la raza.
«Tristemente célebres entre las “cobayas” de Mengele fueron siete enanos de la familia Ovitz, judíos rumanos que trabajaban para una compañía circense llamada “Liliput Troupe” y que viajaban por los países del Este de Europa interpretando jazz y realizando espectáculos», determina el periodista español. Al parecer, el «Ángel de la muerte» sintió tanta curiosidad por ellos que les realizó todo tipo de pruebas entre las que se destacaron la extracción de médula ósea o la inserción de agua hirviendo a través de los oídos.
A pesar de todo, esta familia con enanismo logró salvarse y mantenerse viva entreteniendo a este loco doctor nazi. Para ello, cantaban en las ocasiones especiales canciones en alemán y actuaban para los oficiales del campo. Finalmente, y por suerte, lograron volver a su natal Transilvania una vez liberado el campo de Auschwitz.

Una curiosa huída y una misteriosa muerte

La suerte de Mengele, sin embargo, cambió en 1945, cuando los oficiales nazis del campo de concentración recibieron el aviso de que debían abandonar Auschwitz y destruir todas las pruebas incriminatorias de sus múltiples crímenes. Y es que los rusos se acercaban peligrosamente liberando a su paso todos los centros de exterminio que encontraban.
El 17 de enero el «Ángel de la muerte», el mismo que sólo 3 años antes habías hecho todo lo que estaba en su mano para ser destinado en Auschwitz, abandonó el campo de concentración para salvar su vida. Con unos escasos 10 días de ventaja sobre el ejército rojo, se trasladó a otro centro de exterminio a 300 kilómetros, sin embargo, tuvo que volver a huir al saber que los enemigos volvían a caer sobre él.
A partir de este momento la historia se torna algo confusa. Según la versión más extendida, Mengele huyó disfrazado de soldado de la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) tras abandonar su uniforme de las SS. Sin embargo, fue capturado por los aliados que, al no conocer su identidad, le dejaron en libertad.
En este caso el destino le sonrió, pues pocos meses después, en abril de 1945, fue identificado como uno de los principales criminales de guerra nazis y se encontraba en las listas de la Comisión de Crímenes de Guerra de Naciones Unidas. A partir de ese momento, los aliados nunca detuvieron su búsqueda.
Tras su improvisada liberación habría partido hasta Argentina y Paraguay, siempre bajo la presión de estar perseguido por decenas de servicios secretos de todo el mundo. A partir de entonces, se cree que vivió bajo la protección de familias alemanas en Latinoamérica, para lo cual utilizaba un nombre y apellido falsos.
Su muerte, al igual que su huída, no pudo ser más misteriosa. Al parecer, se produjo a principios de 1979 cuando vivía junto a la familia Bossert, como bien explican Posner y Ware. Según los autores, el 7 de febrero a las 3 de la tarde Mengele salió a dar un paseo junto a la playa con varios de sus encubridores.
«Alrededor de las 4.30 de la tarde, para refrescarse del sol abrasador, Mengele decidió probar las suaves olas de Atlántico. Diez minutos después, se encontraba luchando por su vida. El joven Andreas Bossert fue el primero que lo vio (…) Alertado por su hijo, Wolfram Bossert levantó la vista y vio un movimiento violento del mar. Le preguntó a Mengele si se encontraba bien. La única respuesta fue una mueca de dolor. Bossert se metió en el mar y nadó a la mayor velocidad que pudo para rescatar a su amigo. Cuando llegó (…) la parálisis le había agarrotado el cuerpo», explican los autores anglófonos en su libro. Mengele, tras realizar miles de torturas y protagonizar una huída de película, había fallecido.

Cinco preguntas a Óscar Herradón

Confirmado el descubrimiento del bosón de Higgs


Científicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) han presentado hoy en una conferencia celebrada en Moriond (Italia) nuevos resultados que confirman que la partícula descubierta el año pasado es el mítico bosón de Higgs.
Tras analizar una cantidad de datos dos veces y media mayor que la disponible para el anuncio de julio, los investigadores de ATLAS y CMS observan que la nueva partícula se parece cada vez más a un bosón de Higgs, la partícula asociada al mecanismo que da masa a las partículas elementales.
"Los resultados preliminares tras analizar todos los datos de 2012 son magníficos, y para mí está claro que estamos ante un bosón de Higgs, aunque todavía nos queda mucho camino para saber exactamente de qué tipo de bosón de Higgs estamos hablando", ha declarada Joe Incandela, el portavoz del experimento CMS.
Según explica el Centro Nacional de Física de Partículas (CPAN) en un comunicado, de momento sigue sin resolverse si se trata del bosón de Higgs del Modelo Estándar de Física de Partículas, o posiblemente el más ligero de una serie de bosones predichos por algunas teorías que van más allá del Modelo Estándar. Encontrar la respuesta llevará más tiempo.
Si es un bosón de Higgs o no se demuestra por cómo interactúa con otras partículas y por sus propiedades cuánticas. Por ejemplo, se cree que un bosón de Higgs tendría espín 0, una propiedad que define las partículas, y su paridad, otra de sus propiedades que mide cómo se comporta su imagen especular, debe ser positiva.
CMS y ATLAS han comparado un número de opciones del espín y la paridad de la nueva partícula, y todas ellas muestran una preferencia hacia un espín 0 y una paridad positiva, características compatibles con un bosón de Higgs.
El portavoz de Atlas, Dave Charlon, ha indicado que "los nuevos resultados representan un gran esfuerzo de mucha gente" y ha añadido que "todos apuntan a que la nueva partícula tiene un espín y paridad como un bosón de Higgs".
Para determinar si es el bosón de Higgs del Modelo Estándar, las colaboraciones Atlas y CMS tienen que medir con precisión la tasa en la que el bosón se desintegra en otras partículas y compararla con las predicciones teóricas. La detección de este bosón es un suceso muy raro, ocurre alrededor de cada billón de colisiones protón-protón. Caracterizar todos los modos en los que se desintegra requerirá muchos más datos del LHC.
En el LHC participan más de 200 científicos de 10 centros de investigación y universidades españolas.
Vía: www.elmundo.es

ALGUNOS TEXTOS DE JURISCONSULTOS GRECO-LATINOS SOBRE LA CONDENA A TRABAJAR EN MINAS Y CANTERAS (DAMNATIO AD METALLA) EN ÉPOCA IMPERIAL ROMANA

Corte de Justiniano; mosaico de la Iglesia de San Vital en Rávena.

Los textos que se incluirán a continuación, extraídos del CORPVS IVRIS CIVILIS o “CUERPO DE DERECHO DEL CIUDADANO ROMANO” demuestran indubitablemente que la condena a trabajos forzados en las minas y canteras romanas en régimen de esclavitud (DAMNATIO AD METALLA) estuvo plenamente vigente en HISPANIA y en el resto del Imperio, al menos, entre los principados de Trajano y Septimio Severo.

El autor de este "post" quiere matizar que todos los indicios por él revisados apuntan a considerar que la explotación de las minas por medio de prisioneros de guerra o condenados esclavizados fue práctica habitual a lo largo de todo el Imperio Romano pero, de momento, sólo se ha podido recopilar información jurídica histórica incontestable para el periodo antes citado.
Para los lectores menos familiarizados con el estudio del mundo romano, procede aclarar que el CORPVS IVRIS CIVILIS”, “Cuerpo de Derecho del Ciudadano romano” o "Código de Justiniano" es una recopilación de constituciones imperiales y jurisprudencia romanas elaboradas entre los años 117 a.C. y 565 d.C., llevada a cabo entre los años 528 y 565 de nuestra era por TRIBONIANO por encargo de JVSTINIANO, emperador del Imperio Romano de Oriente.

La DIGESTA SIVE PANDECTAE o DIGESTO es la parte central y más voluminosa del Código de Justiniano. El DIGESTO es una ordenación cronológica de los IURAS con comentarios de los principales jurisconsultos romanos, como MUCIO SCAEVOLA, ARCADIO CARISIO y HERMOGENIANO  y con predominio de textos procedentes de PAULO y ULPIANO.

Los lectores que deseen consultar la fuente original utilizada para realizar este "post", que incluye textos en latín y la traducción al español realizada en 1897 por D. Ildefonso L. García del Corral, pueden hacerlo a través de este enlace: DIGESTO en Internet.

JUSTIFICACIÓN DE LA VIGENCIA DE LA DAMNATIO AD METALLA ENTRE LOS AÑOS 98 Y 211 DE LA ERA CRISTIANA.

PRINCIPADO DE TRAJANO (98-117 d. C.)

Absentem in criminibus damnari non debere, Divus Traianus lulio Frontoni rescripsit. Sed nec de suspicionibus debere aliquem damnari, Divus Traianus Adsiduo Severo rescripsit; satius enim esse, impunitum relinqui faeinos nocentis, quam innocentem damnare. Adversus contumaces vero, qui neque denuntiationibus, neque Edictis Praesidum obtemperassent, etiam absentes pronuntiari oportet secundum morem privatorum iudiciorum. Potest quis defendere, haec non esse contraria, quid igitur est? Melius statuetur, in absentes pecuniarias quidem poenas, vel eas, quae existimationem contingunt, si saepius admoniti per contumaciam desint, statui posse, et usque ad relegationetn procedi; verum si quid gravius irrogandum fuisset, puta in metalla, vel capitis poenam non esse absentibus irrogandam (VLPIANVS, libro VII. de officio Proconsulis; en DIGESTO, apartado 5 del Título XIX -De las penas- del Libro XLIX).

El anterior texto en latín de VLPIANVS atestigua la plena vigencia de la condena a trabajar en minas y canteras de “esclavos de la pena” o “servus poenae” durante el principado del emperador MARCVS VLPIVS TRAIANVS (98-117 d. C.).

PRINCIPADO DE ADRIANO (117-138 d. C.)

Divus Hadrianus in haec verba rescripsit: «in opus metalli ad tempus nemo damnari debet, sed qui ad tempus damnatus est, etiamsi faciet metallicum opus, non in metallum damnatus esse intelligi debet; huius enim libertas manet, quemadmodum etiam his, qui in perpetuum opus damnantur. Proinde et mulieres hoc modo damnatae liberos pariunt» (CALLISTRATVS; De las Jurisdicciones, libro IV; en DIGESTO, apartado 28, 6 del Título XIX -De las penas- del Libro XLIX).
El anterior texto en latín de CALLISTRATVS atestigua la plena vigencia de la condena a trabajar en minas y canteras de “esclavos de la pena” o “servus poenae” durante el principado del emperador PVBLIVS AELIVS TRAIANVS HADRIANVS AVGVSTVS  (117-138 d. C.).

PRINCIPADO DE ANTONINO PIO (138-161 d. C.)

Si quis ex metallis Caesarianis aurum, argentumve furatus fuerit, ex Edicto Divi Pii exilio vel metallo, prout dignitas personae, punitur. Is autem, qui furanti sinum praebuit, perinde habetur, atque si manifesti furti condemnatus esset, et famosus efficitur. Qui autem aurum ex metallo habuerit illicite, et confiaverit, in quadruplum condemnatur (VLPIANVS, libro VII. de officio Proconsulis; en DIGESTO, apartado 6, 2 del Título XIII -Sobre la Ley Julia relativa al peculado, y sobre los sacrilegios, y los residuos de cuentas - del Libro XLIX).

El anterior texto en latín de VLPIANVS parece atestiguar la plena vigencia de la condena a trabajar en minas y canteras de “esclavos de la pena” o “servus poenae” durante el principado del emperador TITVS AVRELIVS FVLVIVS BOIONVS ARRIVS ANTONINVS PIVS (138-161 d. C.).

Aclaramos que todo apunta a que el texto anterior de VLPIANVS no debe referirse al emperador LVCIVS SEPTIMIVS SEVERVS PIVS PERTINAX AVGVSTVS, contemporáneo de VLPIANVS, ya que en la misma obra anteriormente citada se distingue entre un “Divus Pius” y un “Divus Severus”:

Si servus ad hoc erit manumissus, ne torqueatur, dummodo in caput domini non torqueatur, pssse eum torqueri, Divus Pius rescripsit (VLPIANVS, libro VIII. de officio Proconsulis; en DIGESTO, apartado 1, 13 del Título XVIII –Del tormento- del Libro XLIX).
Divus Severus rescripsit, confessiones reorum pro exploratis facinoribus haberi non oportere, si nulla probatio religionem cognoscentis instruat (VLPIANVS, libro VIII. de officio Proconsulis; en DIGESTO, apartado 1, 17 del Título XVIII –Del tormento- del Libro XLIX).

PRINCIPADO DE SEPTIMIO SEVERO (193-211 d. C.)

Praefecto plane Urbi specialiter competere ius in metallum damnandi, ex Epistola Divi Severi ad Favium Cilonem exprimitur (VLPIANVS, libro XI. de officio Proconsulis; en DIGESTO, apartado 8, 5 del Título XIX -De las penas- del Libro XLIX).

El anterior texto en latín de VLPIANVS atestigua la plena vigencia de la condena a trabajar en minas y canteras de “esclavos de la pena” o “servus poenae” durante el principado del emperador LVCIVS SEPTIMIVS SEVERVS PIVS PERTINAX AVGVSTVS (193-211 d. C.).

APENDICE I:

GAIVS SVETONIVS TRANQVILVS, historiador y biógrafo romano que escribe durante los principados de Trajano y de Adriano, en su obra DE VITA CAESARVM deja constancia de la existencia de la DAMNATIO AD METALLA en tiempos tan tempranos como son los correspondientes al reinado del emperador GAIVS JVLIVS CAESAR AVGVSTVS GERMANICVS (37-41 d. C.). Como dato curioso, este autor relata que durante el dominio de Calígula llegaron a sufrir este castigo incluso miembros de las clases elevadas (HONESTIORES), cosa en verdad rara, ya que generalmente se trataba de una pena reservada a los esclavos y a los miembros de las clases más bajas (HUMILIORES). Por los mismos delitos, los miembros de las clases privilegiadas solían ser condenados al destierro a una isla o a otros destinos alejados de Roma: 

XVII [1] Saeuitiam ingenii per haec maxime ostendit. cum ad saginam ferarum muneri praeparatarum carius pecudes compararentur, ex noxiis laniandos adnotauit, et custodiarum seriem recognoscens, nullius inspecto elogio, stans tantum modo intra porticum mediam, a caluo ad caluum duci imperauit. [2] uotum exegit ab eo, qui pro salute sua gladiatoriam operam promiserat, spectauitque ferro dimicantem nec dimisit nisi uictorem et post multas preces. alterum, qui se periturum ea de causa uouerat, cunctantem pueris tradidit, uerbenatum infulatumque uotum reposcentes per uicos agerent, quoad praecipitaretur ex aggere. [3] multos honesti ordinis deformatos prius stigmatum notis ad metalla et munitiones uiarum aut ad bestias condemnauit aut bestiarum more quadripedes cauea coercuit aut medios serra dissecuit, nec omnes grauibus ex causis, uerum male de munere suo opinatos, uel quod numquam per genium suum deierassent

APENDICE II:

LA DAMNATIO AD METALLA EN LA OBRA DEL MAESTRO THEODOR MOMMSEN.
Los trabajos forzosos, desconocidos en el derecho penal de la época republicana, fueron introducidos en la del Principado, acaso al mismo tiempo que la deportación, la cual fue establecida por Tiberio el año 23 de J. C. (p. 584). No nos es posible seguir el proceso evolutivo de esta pena; en el sistema de las épocas posteriores, aparece el trabajo obligatorio como uno de los más importantes medios de penalidad, revistiendo tres grados: trabajo en las minas, trabajos forzosos a perpetuidad y trabajos forzosos temporales. La pena de minas era considerada como la más grave después de la de muerte, y lo mismo que hemos visto pasaba con esta, era de derecho que a la aplicación de la misma precediera la flagelación del reo. Solo se imponía por toda la vida, y si por acaso se fijaba algún plazo para extinguirla, no se la podía considerar entonces como condena a las minas en sentido jurídico. Según ya queda dicho (p. 584), esta pena llevaba de derecho como accesoria la de pérdida de la libertad, con todas las consecuencias patrimoniales y de otras clases que de la misma se derivaban. Es de presumir que se tomara por modelo tocante al particular a Egipto, donde desde los tiempos antiguos se empleó a los criminales condenados en trabajar las minas. Se consideraba a los trabajadores como esclavos penales del Estado; se les sometía a la marca del hierro candente, y se les tonsuraba la mitad de la cabeza; también se les aplicaban castigos corporales en la forma que se usaba para los esclavos. Ejecutaban su trabajo encadenados y bajo la vigilancia militar; la principal diferencia entre los dos grados que el derecho penal admitía, a saber, las «minas» (metallum) y el «trabajo de minas» (opus metalli), consistía en que el siervo estaba más o menos encadenado, y también en que se le trataba con más o menos rigor. El condenado a trabajos forzosos a perpetuidad que después de diez años de servicios no fuera ya útil para trabajar, podía serle entregado a sus parientes; pero es indudable que esto no tenía otro objeto sino el de librarse de gentes que ya para nada podían ser utilizadas, y no implicaba cambio de ninguna especie en la condición de la persona de que se tratara. Ninguna indicación encontramos en las leyes para saber si al imponer esta pena se tenían o no en cuenta el sexo y la edad de los reos; lo que sí podemos decir es que la imposición de la misma se limitaba por la ley a los individuos de clases inferiores, y, sobre todo, a los no libres; las desigualdades en la aplicación de la pena, fundadas en la condición social de los reos, y de las cuales trataremos más al pormenor en el último capítulo de este libro, tuvieron su más antigua y segura expresión en la posibilidad de hacer uso, alternativamente, ora de los trabajos forzosos, ora de la deportación, según quienes fuesen los condenados. En la época imperial también fueron condenadas a veces a las minas, gracias al arbitrio de los emperadores, personas pertenecientes al rango de las exentas de tal pena (MOMMSEN, T.; Derecho Penal Romano - Capítulo IV -Ingreso en establecimientos públicos-, Ed. 1898, traducción al español de DORADO, P.,: págs. 585-586).

ENLACE AL "POST" ¿FORMÓ PARTE EL NOROESTE DE HISPANIA DE UN “GULAG” ROMANO DE HACE 2000 AÑOS?, EN CUYOS COMENTARIOS FIGURAN NUMEROSAS REFERENCIAS A LA DAMNATIO AD METALLA DE LOS JURICONSULTOS GRECO-LATINOS, QUE COMPLEMENTAN LAS INCLUIDAS EN EL TEXTO ANTERIOR.

José Luis Vicente González.
Milles de la Polvorosa (Zamora), 12 de marzo de 2013.
http://www.jlvg.es

Podrían haber hallado la legendaria "Piedra Solar" de los Vikingos

Una vieja leyenda vikinga cuenta que los marinos utilizaban una «piedra solar» brillante para encontrar su camino en el océano. Elevada hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en los días nublados. Investigadores de la Universidad de Rennes, en la región de Bretaña (Francia), creen haber encontrado este mítico instrumento. Se trata de un cristal rectangular aparecido en un buque de guerra inglés que naufragó en el siglo XVI. La piedra está hecha de espato de Islandia, una forma transparente y de formación natural de cristal de calcita que polariza la luz y puede indicar la posición del Sol.
 
La roca ha sido encontrada entre los restos de un barco que había sido enviado a Francia en 1592 por la reina Isabel I como medida de precaución contra una segunda armada española, pero se hundió frente a Alderney, una de las Islas del Canal. Científicos británicos y franceses han discutido durante mucho tiempo si el hallazgo es una piedra solar, un dispositivo que fractura la luz, lo que permite a los marinos localizar el Sol, incluso cuando está detrás de las nubes o se ha metido por el horizonte.
Las piedras solares, de acuerdo con una teoría expuesta por primera vez hace 45 años, ayudó a los grandes navegantes nórdicos a encontrar su camino a Islandia e incluso tal vez hasta América del Norte durante el apogeo vikingo de 900-1200 dC, mucho antes de que la brújula magnética fuera introducida en Europa en el siglo XVIII. Pero solo hay una referencia vaga en la antigua literatura nórdica a una «solarsteinn», lo que significa que la idea se ha mantenido frustrantemente sin una prueba sólida. Estos navegantes eran capaces de cruzar miles de kilómetros en mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. Las leyendas vikingas describen cómo en los días nublados o cuando azotaba la nieve, el Rey Olaf sostenía una piedra solar, miraba al cielo y observaba de dónde procedía la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición invisible del Sol.

Puesta a prueba

Los investigadores, según informa France 24, realizaron un análisis químico de una muestra pequeña de la roca, utilizando un dispositivo llamado espectrómetro, que confirmó que era una calcita. La piedra es aproximadamente del tamaño de una pequeña barra de jabón cuyos bordes han sido recortados en ángulo. En términos técnicos, su forma es romboédrica. Es de color blanco lechoso, y no es transparente, pero los nuevos experimentos muestran que se trata de una decoloración de la superficie, causada por los siglos de inmersión en el agua del mar y la abrasión por la arena, según el estudio.
 
Usando un cristal transparente similar al original, los científicos fueron capaces de seguir la pista del Sol poniente con poca luz, con una precisión de un grado. En un segundo experimento, fueron capaces de localizar el Sol durante 40 minutos después de que se hubiera escondido.
Otros factores proporcionan la evidencia de que se trata de una piedra solar, de acuerdo con la investigación. El cristal se encontraba entre los restos de otros instrumentos de navegación y pudo ser utilizado como respaldo de una brújula magnética. «Aunque era fácil de usar, la brújula magnética no siempre era fiable en el siglo XVI, ya que la mayoría de los fenómenos magnéticos no se entendían», dicen los investigadores.
 
Los autores publicaron el estudio en la revista Proceedings de la British Royal Society A.

Funte: Abc Cultura / www.historiayarqueologia.com (06/03/2013)

La especie humana tiene 340.000 años

Madrid. (Europa Press).- Genetistas de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) han hallado un cromosoma distintivo que revela nueva información sobre el origen de la especie humana y que demuestra que el último ancestro masculino es dos veces más antiguo de lo que se pensaba: tiene 340.000 años.

Una posible explicación a esta teoría es que hace cientos de miles de años los humanos modernos y arcaicos en África central se cruzaran, añadiendo un nuevo ejemplo de mestizaje, como lo son los Neandertales en Oriente Medio o los Denisovanos en algún lugar en el sudeste de Asia.
Este trabajo, publicado por The American Journal of Human Genetics, comenzó con la muerte de un hombre afro-americano que vivía en Carolina del Sur. Hace unos años, uno de sus parientes presentó una muestra de su ADN a una compañía privada llamada Family Tree DNA para el análisis genealógico. Los genetistas pueden utilizar estas muestras para determinar cómo se relacionan los humanos unos con otros. Los datos de estos ensayos habían demostrado que todos los hombres obtuvieron su 'cromosoma Y' de un antepasado masculino común.

Esta genética, conocida como 'Adán' vivió entre hace 60.000 y 140.000 años. Pero el ADN del fallecido determina que posee un 'cromosoma Y' que no se parecía a ningún otro hasta ahora analizado. Ante este caso, los genetistas de la Universidad de Arizona realizaron algunas pruebas adicionales, poniendo de manifiesto que el hombre fallecido no descendía de la genética 'Adán'. De hecho, su 'cromosoma Y' era tan distinto que su linaje masculino estaba separado de todos los demás cerca de 338.000 hacia atrás.

"El árbol genealógico del 'cromosoma Y' es mucho más antiguo de lo que pensábamos", ha señalado el autor del trabajo Michael Hummer, quien ha apuntado que "todavía es necesario trabajo adicionar para confirmar, de manera más exacta los años que quedan por contar". Además, durante esta investigación, el equipo de Hammer examinó una base de datos africana de cerca de 6.000 'cromosomas Y' y encontró similitudes entre el fallecido y los de las muestras tomadas de 11 hombres, todos originarios de una aldea de Camerún. "Esto puede indicar que el fallecido, estadounidense, tiene sus antepasados en África".

El más viejo de la humanidad
Los primeros fósiles humanos anatómicamente modernos se remontan tan sólo 195.000 años, por lo que el 'cromosoma Y' hallado ahora es una escisión en el linaje del resto de la humanidad, anterior a que apareciera la especie. Los expertos han señalado que una posibilidad es que el 'cromosoma Y' del fallecido pudo haber sido heredado de una población humana arcaica. que desde entonces se ha extinguido. Si ese es el caso, en algún momento en los últimos 195.000 años los humanos anatómicamente modernos se cruzaron con un hombre africano antiguo. En este sentido, los científicos han explicado que hay cierta evidencia que apoya esta hipótesis.
En 2011, un trabajo examinó los fósiles humanos de Iwo Eleru (Nigeria), que mostraban una extraña mezcla de elementos antiguos y modernos, lo que también sugiere mestizaje entre los humanos modernos y arcaicos. "El pueblo de Camerún con una firma genética inusual está justo en la frontera con Nigeria, y Iwo Eleru no está demasiado lejos", ha apuntado Hammer.
"Los seres humanos más antiguos conocidos a través de fósiles, tanto en África occidental como en África Central muestran rasgos arcaicos inesperadamente, lo que sin duda determina que el escenario más complejo para la evolución de los humanos modernos está en África", ha concluido.

La especie humana tiene 340.000 años

Madrid. (Europa Press).- Genetistas de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) han hallado un cromosoma distintivo que revela nueva información sobre el origen de la especie humana y que demuestra que el último ancestro masculino es dos veces más antiguo de lo que se pensaba: tiene 340.000 años.
Una posible explicación a esta teoría es que hace cientos de miles de años los humanos modernos y arcaicos en África central se cruzaran, añadiendo un nuevo ejemplo de mestizaje, como lo son los Neandertales en Oriente Medio o los Denisovanos en algún lugar en el sudeste de Asia.
Este trabajo, publicado por The American Journal of Human Genetics, comenzó con la muerte de un hombre afro-americano que vivía en Carolina del Sur. Hace unos años, uno de sus parientes presentó una muestra de su ADN a una compañía privada llamada Family Tree DNA para el análisis genealógico. Los genetistas pueden utilizar estas muestras para determinar cómo se relacionan los humanos unos con otros. Los datos de estos ensayos habían demostrado que todos los hombres obtuvieron su 'cromosoma Y' de un antepasado masculino común.

Esta genética, conocida como 'Adán' vivió entre hace 60.000 y 140.000 años. Pero el ADN del fallecido determina que posee un 'cromosoma Y' que no se parecía a ningún otro hasta ahora analizado. Ante este caso, los genetistas de la Universidad de Arizona realizaron algunas pruebas adicionales, poniendo de manifiesto que el hombre fallecido no descendía de la genética 'Adán'. De hecho, su 'cromosoma Y' era tan distinto que su linaje masculino estaba separado de todos los demás cerca de 338.000 hacia atrás.
"El árbol genealógico del 'cromosoma Y' es mucho más antiguo de lo que pensábamos", ha señalado el autor del trabajo Michael Hummer, quien ha apuntado que "todavía es necesario trabajo adicionar para confirmar, de manera más exacta los años que quedan por contar". Además, durante esta investigación, el equipo de Hammer examinó una base de datos africana de cerca de 6.000 'cromosomas Y' y encontró similitudes entre el fallecido y los de las muestras tomadas de 11 hombres, todos originarios de una aldea de Camerún. "Esto puede indicar que el fallecido, estadounidense, tiene sus antepasados en África".

El más viejo de la humanidad
Los primeros fósiles humanos anatómicamente modernos se remontan tan sólo 195.000 años, por lo que el 'cromosoma Y' hallado ahora es una escisión en el linaje del resto de la humanidad, anterior a que apareciera la especie. Los expertos han señalado que una posibilidad es que el 'cromosoma Y' del fallecido pudo haber sido heredado de una población humana arcaica. que desde entonces se ha extinguido. Si ese es el caso, en algún momento en los últimos 195.000 años los humanos anatómicamente modernos se cruzaron con un hombre africano antiguo. En este sentido, los científicos han explicado que hay cierta evidencia que apoya esta hipótesis.
En 2011, un trabajo examinó los fósiles humanos de Iwo Eleru (Nigeria), que mostraban una extraña mezcla de elementos antiguos y modernos, lo que también sugiere mestizaje entre los humanos modernos y arcaicos. "El pueblo de Camerún con una firma genética inusual está justo en la frontera con Nigeria, y Iwo Eleru no está demasiado lejos", ha apuntado Hammer.
"Los seres humanos más antiguos conocidos a través de fósiles, tanto en África occidental como en África Central muestran rasgos arcaicos inesperadamente, lo que sin duda determina que el escenario más complejo para la evolución de los humanos modernos está en África", ha concluido.

Hallan en el Ártico una especie de Camello de 3,5 millones de años

Ilustración de un grupo de camellos en el Ártico. El ambiente hace 3,5 millones de años era más cálido que en la actualidad. Foto: JULIUS CSOTONYI
Unos investigadores han identificado la primera evidencia de que en las islas del Ártico canadiense, más al norte del círculo polar, vivió en el Pleistoceno medio, hace 3,5 millones de años, una especie de camello gigante. El descubrimiento se basa en el hallazgo en la isla de Ellesmere, en el territorio autónomo de Nunavut, de 30 fragmentos óseos correspondientes a una tibia.

La investigación, encabezada por Natalia Rybczynski, del Museo Canadiense de la Naturaleza y la Universidad de Dalhousie, en Halifax (Canadá), y Mike Buckley, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), se ha publicado en la edición electrónica de la revista Nature Communications.
El hallazgo es un argumento a favor de la hipótesis que sugiere que la familia de los camellos se originó en América del norte hace 45 millones de años. Curiosamente, los únicos camélidos en el continente viven actualmente en el sur (llamas, guanacos, alpacas y vicuñas). Los antepasados de los actuales camellos y dromedarios habrían colonizado Eurasia a partir de Beringia.

Los fósiles fueron hallados durante tres campañas de campo desarrolladas en verano (2006, 2008 y 2010). Otros fósiles descubiertos en el mismo emplazamiento sugieren que esta especie de camello vivió en un ecosistema de bosque boreal durante una fase más cálida que la actual, aunque la nieve y las temperaturas bajas no debían de escasear.

Fragmentos óseos localizados en la isla de Ellesmere, en el territorio canadiense de Nanavut. Foto: MARTIN LIPMAN

"Es un descubrimiento importante porque proporciona la primera evidencia de que los camellos vivieron en las islas del Ártico canadiense", comenta Rybczynski, paleontóloga de vertebrados. "Se amplía hacia el norte en cerca de 1.200 kilómetros el territorio ocupado por los camellos en América y sugiere que el linaje que dio origen a los camellos modernos pudo haberse adaptado a vivir en un medio ambiente forestal ártico".
Los huesos de camello fueron recogidos en el yacimiento de Bed Fyles Leaf, un depósito de arena situado cerca de Strathcona Fiord. En el mismo emplazamiento se han encontrado también fósiles de hojas, madera y otros materiales vegetales, pero el camello es el primer mamífero. Una localidad cercana, Beaver Pond, sí ha proporcionado fósiles de mamíferos del mismo periodo, como el tejón, el castor y un caballo de tres dedos.
Determinar que los huesos eran de un camello fue un reto. "La primera vez que tomé un trozo pensé que podría tratarse de madera. Solo de regreso al campamento comprobé que no solo era hueso, sino también que era de mamífero", explica Rybczynski. Algunas características físicas sugerían que los fragmentos corresponden a una gran tibia de un artiodáctilo, el grupo de animales con pezuña que incluye las vacas, los cerdos y los camellos, entre otros animales.
Gracias a un escáner en 3D, los huesos se pudieron ensamblar y alinear. El análisis concluyó que eran de un mamífero muy grande y, justamente en esa época, los mayores artiodáctilos en América del norte eran los camellos.

La plena confirmación se obtuvo gracias a una nueva técnica llamada "huella del colágeno", puesta a punto por Mike Buckley, de la Universidad de Manchester. Se extrajeron del hueso pequeñas cantidades de colágeno y con el uso de marcadores químicos se consiguió un perfil característico de los fósiles. Ese perfil se comparó con el de 37 especies de mamíferos modernos, así como el de un camello fósil encontrado en el territorio de Yukón (norte de Canadá) que se encontraba en la colección del Museo Canadiense de la Naturaleza. El perfil de colágeno para el camello del Ártico se parece tanto al de los actuales camellos de una sola joroba, conocidos como dromedarios, como al del camello gigante de Yukón, ya extinto.

"Ahora tenemos un registro fósil nuevo para entender mejor la evolución de camellos, ya que nuestra investigación muestra que el linaje de Paracamelus (el antecesor de los dromedarios y los camellos bactrianos) habitó en el norte de América durante millones de años, y la explicación más sencilla para este patrón sería que Paracamelus se originó allí -explica Rybczynski-. Así que tal vez algunas especializaciones de los camellos modernos, como los pies anchos, los ojos grandes y las jorobas de grasa, pueden ser adaptaciones derivadas de vivir en un ambiente polar.

Vía: www.elperiodicodearagon.com