Los secretos del azul maya


La receta y el proceso de elaboración del azul maya, un pigmento muy resistente que se usó durante siglos en Mesoamérica, se han perdido. Se sabe que sus ingredientes son un colorante vegetal, el índigo, y una arcilla, la paligorskita, pero los científicos desconocen cómo se ‘cocinaban’.

Ahora un equipo de químicos de las universidades de Valencia y Politécnica de Valencia plantea nuevas hipótesis sobre su preparación. Muros de palacios, esculturas, códices y piezas de cerámica de los antiguos mayas incorporan el enigmático azul maya.

Este pigmento, que también usaron otras culturas mesomericanas, se caracteriza por su intenso color azul pero, sobre todo, por su gran resistencia al deterioro químico y biológico. De hecho se empleó hace siglos y cuando se analiza hoy parece casi inalterable. Lo que continúa siendo un misterio es cómo se preparaba esta pintura, porque no hay ningún documento que lo atestigüe. En los últimos años arqueólogos y científicos han tratado de desvelar el misterio, pero parece que los investigadores no se ponen de acuerdo.

 La teoría dominante plantea que existe un único tipo de azul maya, que se preparaba también de una forma única y que un tipo de anclaje concreto enlaza a sus dos componentes: uno orgánico, el índigo –el colorante de los pantalones vaqueros, que en Mesoamérica se obtiene de la planta Indigofera suffruticosa– y otro inorgánico, la paligorskita, una arcilla caracterizada por su estructura cristalina repleta de canales.

Aparece el dehidroíndigo
Pero los trabajos de un equipo de las universidades de Valencia (UV) y Politécnica de Valencia (UPV) parecen contrariar esa versión ‘unicista’. “En las muestras hemos detectado un segundo pigmento, el dehidroíndigo, que se habría formado por oxidación del índigo durante el calentamiento que se requiere para fabricar el azul maya”, comenta Antonio Doménech, investigador de la UV.

Es posible que los mayas supieran cómo obtener el tono deseado 

“El índigo es azul y el dehidroíndigo, amarillo –explica el experto–, por lo que la presencia de ambos pigmentos en proporciones variables justificaría la tonalidad más o menos verdosa del azul maya.

Es posible que los mayas supieran cómo obtener el tono deseado variando la temperatura de preparación, por ejemplo calentando durante más o menos tiempo la mezcla o echando más o menos leña al fuego”. Otra de las cuestiones sin resolver es cómo se distribuyen las moléculas del colorante en la red cristalina de la paligorskita. Según algunos científicos, el índigo se adhiere al exterior de la estructura con forma de ‘ladrillo’ que tiene la arcilla, aunque también podría constituir una especie de ‘tapadera’ en la entrada de los canales.

Otros investigadores, sin embargo, consideran que el índigo penetra dentro los canales. Esta es la teoría que apoya el equipo valenciano, que acaba de presentar en la revista Microporous and Mesoporous Materials un estudio sobre las reacciones que pueden estar detrás de la formación del pigmento azul.

Proceso en dos etapas
Los resultados revelan que, cuando se calientan sus dos componentes a temperaturas de entre 120 y 180 ºC, se suceden dos etapas. En la primera, la más rápida, se evapora el agua de la paligorskita y el índigo se ancla a la arcilla, aunque una parte se oxida formando hidroíndigo. En la segunda fase parece que se produce una difusión del colorante por los canales arcillosos. “El proceso es parecido a lo que ocurre cuando vertemos una gota de tinta en un vaso de agua”, compara Doménech, aunque reconoce que de momento “esto es un hipótesis”.

 El equipo del investigador, como otros grupos en otras partes del mundo, también investiga el secreto de los desconocidos enlaces químicos que unen el componente orgánico al inorgánico. A ellos se debe la gran resistencia del azul maya.

Se han encontrado cuencos con azul maya en pozos del Yucatán

Además de en palacios y edificios de la nobleza maya, tradicionalmente se asocia este pigmento con ceremonias rituales presididas por sacerdotes, que incluso lo pudieron utilizar durante los sacrificios humanos.

En el fondo de algunos cenotes o pozos de la península de Yucatán, se han encontrado recipientes con restos del pigmento que apuntan hacía ese uso ceremonial. Estudios como el que antropólogos estadounidenses presentaron en 2008, sobre un cuenco del cenote sagrado de Chichén Itzá, han llevado a algunos medios a considerar zanjado el problema del azul maya. “El recipiente contenía azul maya mezclado con incienso –copal–, así que se simplificó que se fabricaba únicamente calentando incienso”, dice Doménech. El investigador considera que la composición y funcionalidad del azul maya pudo variar a lo largo de los siglos: “Aunque harían falta bastantes muestras, sería posible establecer una evolución en sus propiedades y preparación a lo largo del período la cultura maya, entre el 150 a. C. y 800 d. C. aproximadamente, de forma que se podría establecer una cronología basada en el análisis del pigmento. Esto proporcionaba una visión mucho más ‘flexible’ de esta cultura, rompiendo esa visión monolítica tradicional sobre un ritualismo inflexible”.

Bolitas verdosas en La Blanca 
Apoyando esta visión, el equipo también ha encontrado recientemente otros pigmentos distintos al azul maya pero que siguen el mismo patrón de colorante vegetal asociado con arcillas. En la antigua ciudad maya de La Blanca –actual Guatemala– han hallado bolitas verdosas con este material, que se supone se emplearon para estucar y decorar las paredes de los edificios palaciales. “Seguramente estos materiales no estaban al alcance del pueblo llano, pero ponen de manifiesto un uso más ‘cotidiano’ de los pigmentos, que no tendrían porque restringirse a actividades rituales o ceremoniales”, apunta Doménech, que concluye: “El azul maya se puede considerar un material polifuncional, por la posibilidad que tiene de incorporar distintos componentes orgánicos a un soporte inorgánico, que, además, se pueden distribuir y reaccionar de forma diferente, y así proporcionar funcionalidades también distintas”.

Referencia bibliográfica: Antonio Doménech, María Teresa Doménech-Carbó, Laura Osete-Cortina, Noemí Montoya. “Application of solid-state electrochemistry techniques to polyfunctional organic-inorganic hybrid materials: The Maya Blue problem”. Microporous and Mesoporous Materials 166 (15): 123–130, 2013.

Fuente: www.agenciasinc.es

Los carniceros existen desde hace 1,8 millones de años

Un equipo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) ha encontrado las primeras evidencias de uso de herramientas de piedra por parte de homínidos para extraer la carne animal de los huesos, tal y como lo realizan los carniceros actuales. El hallazgo se ha producido en el yacimiento más antiguo del norte de África, el de El-Kherba (Ain Hanech), en Argelia, que tiene alrededor de 1,8 millones de años. 


Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) de Burgos han hallado las primeras evidencias de uso por parte de homínidos de herramientas de piedra para extraer la carne animal de los huesos, tal y como lo realizan los carniceros actuales.

El descubrimiento ha tenido lugar en el yacimiento más antiguo del norte de África, el de El-Kherba (Ain Hanech), en Argelia, que tiene aproximadamente 1,8 millones de años. El trabajo ha sido publicado en la revista Journal of human evolution y se enmarca en un proyecto más amplio de investigación paleoantropológica, el Ain Hanech Paleoanthropological Project.

Mohamed Sahnouni, investigador del Cenieh y primer firmante del artículo, explica a DiCYT que este proyecto analiza las primeras ocupaciones humanas del norte de África y las adaptaciones de estos homínidos. El de El-Kherba es un yacimiento 'llave' en este sentido, ya que cuenta con una rica cuenca sedimentaria con depósitos desde el Mioceno medio (hace unos 14 millones de años), hasta el Pleistoceno y el Holoceno (hace unos 11.700 años).

Los investigadores del Cenieh, que colaboran en la iniciativa con la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y con colegas argelinos, han hallado en este yacimiento unos extraordinarios depósitos de fósiles de mamíferos, “fauna de tipo sabana africana compuesta por elefantes, rinocerontes, bóvidos grandes y pequeños, carnívoros, y otra fauna que indica la presencia de agua”.
El equipo científico ha analizado si existen modificaciones en estos huesos fósiles causadas por los homínidos, para saber si en aquel momento existía un consumo de estos animales, y han obtenido unos interesantes resultados.

“Hemos estudiado la composición anatómica de estos restos y también la composición taxonómica de la fauna, y todo indica que la acumulación de estos huesos fósiles está provocada por los homínidos, que vienen a este lugar donde había agua para la materia prima, para manufacturar artefactos líticos con filos muy eficaces para cortar la carne (hechos de caliza y sílex, como cantos tallados, poliedros, esferoides, lascas y varios fragmentos), un lugar con agua que atrae también a los animales”, detalla Sahnouni.

Pruebas en los huesos y en los utensilios
Tras observar al microscopio las superficies de estos huesos fósiles, han encontrado marcas “claras” de cortes que demuestran la utilización de artefactos líticos para extraer la carne animal, en lo que serían las evidencias más antiguas del norte de África. Los investigadores también han hallado pruebas del uso de estos artefactos hechos de caliza y sílex para cortar carne, a través del estudio microscópico de las huellas de trazas sobre las propias herramientas, principalmente las lascas, “un hecho muy raro, ya que hasta ahora no existe ningún yacimiento del que se tengan evidencias de las dos partes, tanto de los huesos como de los utensilios, en lo que reside la importancia de este estudio”, agrega el científico.

Los análisis revelan que los homínidos realizaban evisceración, desarticulación y extracción de la carne
Así, “todo indica que los homínidos de este lugar, de hace cerca de 1,8 millones de años, eran capaces de tener acceso a la carne animal”. Los análisis realizados revelan que estos homínidos realizaban varias actividades carniceras como la evisceración, desarticulación, extracción de la carne, y la fractura de los huesos de grandes mamíferos para poder obtener la nutritiva médula.
Por otro lado, al encontrarse estas evidencias en el norte de África el artículo publicado concluye "que todo el continente africano es un lugar de adaptación y desarrollo del comportamiento de los primeros homínidos", y no solo el este del continente.

Además de la adquisición de comida y la forma de subsistencia de estos homínidos, objeto del artículo publicado, el Ain Hanech Paleoanthropological Project abre otras tres líneas de investigación: la cronología de las primeras ocupaciones humanas en esta parte de África, la reconstrucción del paleoambiente de este yacimiento, de hace unos dos millones de años, y el estudio de la tecnología lítica que utilizan estos homínidos así como aspectos de su inteligencia o adaptación al medio.

Referencia bibliográfica
Sahnouni, M., Rosell, J., van der Made, J., Vergès, J. M., Ollé, A., Kandi, N., ... & Medig, M. (2013). "The first evidence of cut marks and usewear traces from the Plio-Pleistocene locality of El-Kherba (Ain Hanech), Algeria: implications for early hominin subsistence activities circa 1.8 Ma". Journal of human evolution, 64(2), 137-150.

Desenterrando los secretos de la dinastía XVII del antiguo Egipto



Científicos del proyecto Djehuty, liderado por el CSIC, han descubierto durante la campaña de 2013 importantes testimonios de cuatro altos dignatarios que vivieron hace 3.500 años en Egipto, además de otros objetos, como una sandalia y un instrumento parecido a las castañuelas.
Los hallazgos confirman que la colina de Dra Abu el-Naga, en Luxor (Egipto), es el cementerio de los principales personajes de la dinastía XVII.

VIDEO:

Los arqueólogos del proyecto Djehuty, liderado por el CSIC, llevan desde 2002 excavando en la colina Dra Abu el-Naga, en la población egipcia de Luxor, antigua Tebas. Hasta ahora las investigaciones se han centrado en la tumba de Djehuty y Hery, dos importantes personajes que vivieron durante la dinastía XVIII, en torno al 1470 a. C.

Sin embargo, en la campaña de este año, se han encontrado testimonios de cuatro personajes anteriores, de finales de la dinastía XVII y que tienen unos 3.550 años de antigüedad.
Estos hallazgos pueden ayudar a entender una época de gran complejidad política en la que la
monarquía aún no controlaba todo el territorio pero ya comenzaba a gestarse el imperio egipcio.
Unión Fenosa y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte han financiado las doce campañas realizadas hasta ahora.

“A pesar de que algunos años nuestras campañas han coincidido con revueltas en El Cairo, Luxor es un sitio muy tranquilo. En 2011 fue muy emocionante, vivimos un momento histórico cuando estallaron las revueltas. Volvimos antes por precaución, pero nunca ha habido peligro”, asegura a SINC José Manuel Galán, líder del proyecto­.

Los hallazgos de este año consisten en las tumbas y ajuares del príncipe Intefmose y del dignatario Ahhotep, junto al ataúd intacto de un niño desconocido que murió a los cuatro o cinco años y figurillas y linos en honor al príncipe heredero Ahmose-sapair que también murió durante su infancia.


Un principe heredero que fue santo de la necrópolis
“El príncipe heredero Ahmose-sapair es muy querido entre los arqueólogos por los misterios que conlleva –explica Galán–. Aunque nunca llegó a reinar, se convirtió en un santo de la necrópolis y durante 500 años se hicieron ofrendas en su honor. Incluso se le representar junto a los mayores reyes del imperio en documentos posteriores.”

Los hallazgos que los arqueólogos han relacionado con este príncipe que vivió entre la dinastía XVII y XVIII consisten en ocho figurillas de madera, llamadas shabtis, algunas de ellas acompañadas de linos envolviendo su cuerpo y pequeños sarcófagos de madera.

Otro de los importantes hallazgos de este año es un ataúd de madera muy pequeño de un niño de cuatro o cinco años. El ataúd no tiene ninguna inscripción ni decoración, por lo que se desconoce la identidad de pequeño, aunque por el estilo de la talla se sospecha que fue un alto dignatario de la dinastía XVII.
Lo curioso de este ataúd es que se dejó intencionadamente de lado. Los científicos piensan que al estar tallado en una sola pieza, el ataúd era demasiado pequeño para el niño y por eso tuvieron que colocar su cuerpo de perfil.

Para que el niño no descansara de perfil sino boca arriba, el ataúd se depositó de lado y se sujetó con piedras. “Debieron de olvidarse de la posición del niño dentro del ataúd, y acabó del lado equivocado, con el cuerpo finalmente boca abajo”, explica Galán.
En relación con el príncipe Intefmose, se ha encontrado la parte inferior de un obelisco con inscripciones en su honor que se habría levantado delante de su capilla que marca la entrada a su tumba.
Dentro de su cámara sepulcral también se han hallado varios objetos, entre ellos la cabeza de una estatua de alta calidad que representaba al príncipe.

Los shabtis, figurillas con un encanto especial
En cuanto a la tumba del dignatario Ahhotep, se han encontrado tres shabtis de barro con un estilo muy diferente al acostumbrado en el arte del antiguo Egipto. “El valor de estas figurillas reside en que son realmente peculiares”, dice Galán.

Junto a las figurillas se encontraron también dos pequeños sarcófagos de barro y varias telas de lino con inscripciones con el nombre de Ahhtotep.
Otros objetos encontrados durante las excavaciones de enero y febrero de este año son una sandalia de fibra vegetal en un estado excepcional y parte de un instrumento musical tallado, semejante a unas castañuelas.

El canibalismo del Homo Antecessor no fue por necesidad


Los grupos de Paleoecología y Paleofisiología del Centro Nacional de Investgación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaban de publicar el trabajo “Modelling trophic resource availability for the first human settlers of Europe: The case of Atapuerca-TD6” en la revista Journal of Human Evolution en el que modelizan la disponibilidad de recursos alimenticios en Atapuerca hace 800.000 años para Homo antecessor y demuestran que habitaba un entorno muy rico en recursos, lo que les ha llevado a la conclusión de que su canibalismo no era debido a periodos de hambruna.
El trabajo se basa en un modelo matemático que permite estimar la cantidad de recursos que podían obtenerse de manera sostenible de las poblaciones de herbívoros presentes en el ecosistema de Atapuerca. Además, en este modelo se incorpora la competencia con los predadores y carroñeros por este tipo de presas.
Los resultados demuestran cuantitativamente que Homo antecessor vivía en un entorno donde podía aprovisionarse de abundante carne y grasa a partir de los grandes mamíferos que habitaban la sierra y sus inmediaciones, lo que permite descartar la hipótesis de estos homínidos practicaran el canibalismo de manera habitual como consecuencia de una escasez de recursos continuada.

Unos restos óseos hallados en Italia confirma la hibridación entre Neandertales y Sapiens


Los restos óseos de un individuo que vivió en el norte de Italia hace entre 40.000 y 30.000 años se consideran que son los de un híbrido de sapiens y neandertal, según un artículo publicado en PLoS ONE.
Si, además, el análisis demuestra que la teoría es correcta, los restos pertenecerán al primer híbrido conocido, proporcionando pruebas directas de que los humanos y los neandertales se cruzaron. Investigaciones previas genéticas determinaron que el ADN de personas con ancestros europeos y asiáticos tienen del 1 al 4 por ciento de herencia neandertal.
El presente estudio se centra en un individuo cuya mandíbula fue descubierta en un refugio rocoso llamado Riparo di Mezzena, en la región de Lessini Monti, en Italia. Tanto los neandertales como los humanos modernos habitaban Europa en ese momento.
"A partir de la morfología de la mandíbula inferior, la cara del individuo de Mezzena habría tenido un parecido, de algún modo intermedio, entre los neandertales clásicos, quienes ostentaban una mandíbula inferior retraída (sin barbilla), y los humanos modernos, que presentan una mandíbula inferior saliente con un fuerte desarrollo de la barbilla", dijo aDiscovery News la co-autora del estudio y antropóloga Silvana Condemi (izquierda).
Condemi es la directora de investigación del CNRS en la Universidad de Ai-Marseille (Francia). Ella y sus colegas estudiaron los restos a través del análisis del ADN y de imágenes en 3D. Luego compararon los resultados con las mismas características que presenta el Homo sapiens.
El análisis genético muestra que el ADN mitocondrial del individuo es neandertal. Dado que este ADN se transmite de la madre a sus hijos, los investigadores concluyeron que era el descendiente de una"mujer de neandertal que se apareó con un varón Homo sapiens".
Cuando los humanos modernos llegaron a la zona, los neandertales ya habían establecido su propia cultura, la Musteriense, la cual duró unos 200.000 años. Numerosas herramientas de pedernal, tales como hachas y puntas de lanza, han sido asociadas con la cultura Musteriense. Tales artefactos se suelen encontrar en abrigos rocosos como el de Reparo di Mezzena y en cuevas de toda Europa.
La extracción de ADN a partir de la mandíbula fósil de Mezzena (fuente: Laura Longo, Museos Cívicos de Florencia)
Los investigadores encontraron que, a pesar de que la hibridación entre las dos especies de homínidos probablemente tuvo lugar, los neandertales continuaron manteniendo sus propias tradiciones culturales.
Esta es una pista un tanto intrigante, pues sugiere que las dos poblaciones no se limitaron a encontrarse, aparearse y fusionarse, en un solo grupo.
Como Condemi y sus colegas escriben, la mandíbula apoya la teoría de "un lento proceso
de sustitución de los neandertales por la invasión de poblaciones de humanos modernos, así como la evidencia adicional del mantenimiento de la identidad cultural de los neandertales".
Hallazgos previos de fósiles indican que los humanos modernos vivían en una cueva del sur de Italia tan pronto como hace 45.000 años. Por tanto, los seres humanos modernos y los neandertales vivieron aproximadamente en las mismas regiones durante miles de años, pero la llegada de nuevos seres humanos, desde la perspectiva de los neandertales, podría no haber sido bienvenida, y por buenas razones. El equipo de investigación sugiere que los humanos modernos pudieron haber violado a mujeres neandertales, lo que hace recordar los casos modernos de "limpieza étnica".
Ian Tattersall (izquierda) es uno de los principales expertos del mundo sobre los neandertales y el registro fósil humano. Él es paleoantropólogo y conservador emérito en el Museo Americano de Historia Natural.
Tattersall dijo a Discovery News que la hipótesis presentada en el nuevo documento, "es muy intrigante e invita a más investigación".
La cultura neandertal y los neandertales de pura raza se extinguieron hace entre 35.000 y 30.000 años.
Fuente: Discovery News | Jennifer Viegas | 27 de marzo de 2013

Encuentran explicación a los "Anillos de Hadas"


Los llamados «anillos de hadas» son unas extrañas «calvas» circulares rodeadas de vegetación que se encuentran por miles en la costa suroeste de África. Ocurren en patrones regulares y pueden persistir durante décadas, pero el motivo de su aparición sigue siendo un misterio. Nadie ha sabido determinar quién los crea ni por qué. Sin embargo, Norbert Juergens, investigador de la Universidad de Hamburgo (Alemania) cree haber encontrado la respuesta al enigma, que ha desvelado en la revista Science. Y resulta que la respuesta no es quién, sino qué. El científico cree que unas termitas de arena llamadas Psammotermes son probablemente las autoras de los misteriosos círculos.
Juergens estudió un cinturón de 2.000 kilómetros de longitud del desierto desde la mitad de Angola hasta el norte de Sudáfrica, y se dio cuenta de que cada vez que encontraba estos particulares círculos, las termitas Psammotermes aparecían dentro del corazón estéril del anillo y en la vegetación de alrededor. El autor determinó que las Psammotermes es el único organismo constantemente hallado en las primeras etapas de la vida de los «anillos de hadas».
En los círculos más jóvenes, las termitas se alimenta de las raíces de los pastos. Una mayor actividad de las termitas está correlacionada con un crecimiento reducido de los pastos dentro del círculo. En una observación más detallada, el investigador descubrió que las termitas que viven en la tierra matan todos los pastos dentro del círculo al alimentarse de sus raíces. Debido a la falta de pastos, el agua de lluvia no se pierde por transpiración (la evaporación del agua a partir de las plantas), sino que es almacenada en las profundidades del suelo arenoso, en donde es protegida contra la evaporación.
El suministro de agua del suelo permite a las termitas permanecer vivas y activas durante la temporada de sequía, y ayuda a las plantas a crecer en el margen del círculo. Los hallazgos son un ejemplo de la «ingeniería de ecosistemas» por parte de las termitas, cuyos «anillos de hadas»son capaces de transformar desiertos donde la vida apenas se produce en praderas permanentes.
Vía: www.abc.es