¿Proceden los Minoicos del Atlántico?

Laberintos clásicos, también conocidos como tipo Knossos o Cretense. De izquierda a derecha: 1 - Prototipo Cretense, 2 - Laberinto en una moneda de Knossos, 3 - Petroglifo de Tintagel, Cornwall, 4 – Petroglifo de Valcamónica, Alpes (Italia), 5 – Laberinto Micénico del tipo cuadrangular en una tablilla de arcilla de Pilos, Grecia, 6 – Laberinto en una vasija de Tell Rifa’at, Siria, 7 – Grafito de Pompeya, Italia, con texto en Latín: Labyrinthus Hic Habitat Minotaurus, “El laberinto. Aquí habita el Minotauro”, 8 – Varios laberintos petroglíficos de Galicia, 9 – Pedra do Laberinto, Mogor, Pontevedra.
Georgeos Díaz-Montexano, Scientific Atlantology International Society (SAIS)

Laberintos clásicos, también conocidos como tipo Knossos o Cretense. De izquierda a derecha: 1 – Prototipo Cretense, 2 – Laberinto en una moneda de Knossos, 3 – Petroglifo de Tintagel, Cornwall, 4 – Petroglifo de Valcamónica, Alpes (Italia), 5 – Laberinto Micénico del tipo cuadrangular en una tablilla de arcilla de Pilos, Grecia, 6 – Laberinto en una vasija de Tell Rifa’at, Siria, 7 – Grafito de Pompeya, Italia, con texto en Latín: Labyrinthus Hic Habitat Minotaurus, “El laberinto. Aquí habita el Minotauro”, 8 – Varios laberintos petroglíficos de Galicia, 9 – Pedra do Laberinto, Mogor, Pontevedra.
El objetivo de este informe es advertir a la sociedad europea occidental -especialmente española, portuguesa, francesa y sarda- de un posible caso de manipulación, donde se intenta negar ciertas evidencias científicas de primer orden que demuestran una mayor probabilidad -por mayor afinidad genética de ADN Mitocondrial- de que los antiguos pobladores neolíticos de Creta, y especialmente los de la Edad del Bronce (tiempos en que floreció el imperio Minoico-Cretense), provengan del occidente de Europa, especialmente de Iberia, Francia y Cerdeña, y no de Anatolia o Asia Menor, como se está sosteniendo a través de los más importantes medios de comunicación, en contra de lo que los resultados de los mismos estudios genéticos demuestran.

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El origen egipcio del nombre de España. Nueva teoría

Papiro de la XVIII Dinastía.


El origen egipcio del nombre de Hispania.


Recientemente ha sido propuesta la hipótesis de un origen egipcio. La misma es desarrollada en un reciente libro del escritor Georgeos Díaz-Montexano,12 donde expone lo siguiente: "Hispania sería la pronunciación latina de una forma púnica como 'Y-Span-ya, que según las más recientes y autorizadas interpretaciones significaría: "Isla de los Forjadores o Fundidores de Metales" (Cunchillos, 2000) . Otras viejas hipótesis proponían: "Isla del Norte" o "Isla de los Conejos". Lo cierto es que si bien la segunda parte del nombre ha derivado en diferentes hipótesis, la primera parte, 'Y, siempre ha sido aceptada por la mayoría como correspondiente al fenicio 'Y (pronunciado I) 'Isla/costa'. La antigua tradición de los fenicios y cartagineses de identificar a la península ibérica como una "Isla", la conservaron los árabes y beréberes, quienes llamaron a toda Iberia con un único nombre, "Yazirat al-Andalus", esto es: "Isla de Andalus o Andalos". De Andalus -escrito en las más viejas grafías árabes como Andlws o Addlws- dicen algunas fuentes islámicas medievales que era el mismo Atlas o Atlante, hijo de Japhet o Jápeto. Por lo que los árabes realmente estarían denominando a Iberia como la "Isla de Atlas o Atlante", que es justa la traducción de la denominación griega que Solón usó para la isla de la Atlántida, o sea, Atlantis Nêsos, "Isla de Atlas o de la Descendencia de Atlas". 

Eso es lo conocido hasta hoy. Pero el autor ha logrado hallar numerosas referencias a una gran isla en el océano (La Isla de los Dioses), frente a un estrecho canal (Columnas de Hércules), que encaja en su títulos, denominaciones, descripción, y hasta en su ubicación (al ser representadas en muchos mapas antiguos egipcios, en lo que sería el Golfo de Cádiz) con la misma "Isla de Atlas o de Atlante" que nos describe Platón a través de Solón, con el nombre griego de ATLANTIS NÊSOS, que justamente se traduce como "Isla de Atlas" o "Isla de la Descendencia de Atlas". Esta "Isla de los Dioses" -como reza en los textos egipcios- la cual tenía su comienzo en lo que sería el Golfo de Cádiz, tenía una metrópolis conectada con el mar por un largo canal -como la metrópolis de Atlantis descrita en el Critias- y su acrópolis, en la cual se hallaba el Trono Sagrado del mismo Osiris, Atum-Ra y Schu, y también la morada de su hijo Horus y de la diosas Isis y Maat, es descrita como "La Ciudad del Trono Acuático" o "La Ciudad del Trono de Agua" o "La Ciudad del Trono entre Aguas". Justo como la Acróplis de Atlantis, la cual tenía, en efecto, su Trono, es decir, su Palacio Real, en una pequeña isla rodeada de varios canales circulares inundados del agua del mar que provenía a través del mismo largo canal que la conectaba con el mar. Mientras que el nombre egipcio para esta Acrópolis Acuática o entre Aguas, tal como aparece escrito (jw spA-n't o jw spA-njw.t) se pronunciaría -en egipcio- como "Iu-Spaniu o Iu-Spania" (Spa = Trono de El que Eleva o hace Elevar o Sostiene en lo Alto (un epíteto del dios Shu, el mismo Atlas para los griegos) y nia o niu = Ciudad (y en algunas variantes mu o nu = Agua). "Iu-Spa.niu mu" se traduciría entonces como "La Ciudad de Agua o Acuática del Trono del (dios) que Eleva o Sostiene en lo Alto (Schu)" y justamente, en el Critias 113 se afirma que Solón había traducido los nombres originales al griego, guiándose por el significado de los mismos, al ver que los egipcios habían hecho lo mismo antes. Por tanto, el nombre de Atlantis Nêsos, que en griego significa: "Isla de Atlas o de la Descendencia de Atlas" es la traducción por significado y equivalencia del nombre original de tal isla representada en el "inmenso mar azul-verdoso de aguas frías cuyas dimensiones no conocía ni el mismo Osiris" (como rezan los textos junto a la misma isla), y justo delante de la boca de un estrecho canal.

En la mayoría de los planos y mapas, debajo de la proa de la gran Barca Sagrada representada en el centro de la ciudad, se lee el nombre de la isla (jw) SpA-n.t o Spa-njw.t, (Iu)-Spani o (Iu)-Spaniu, “(Isla) de la Ciudad del Trono Acuático” o “Trono de El que Eleva (Schu/Atlas) de la Ciudad de Agua o Acuática”. En otro mapa datado en los inicios de la Dinastía XVIII, bajo la proa de la misma Barca Sagrada con el trono de Osiris se lee: “La Isla/Colina de la Ciudad de Agua o Acuática”. El jeroglífico que representa una colina también era usado como isla, según sostiene Lesko y otros importantes egiptólogos. Esta isla-colina o bien colina en una isla con una ciudad acuática, según Díaz-Montexano se correspondería con lo que Solón interpretó como una colina o monte de muy poca altura situada en una isla, que a su vez fue rodeada por tres fosos circulares inundados con agua del mar y que se hallaba conectada a su vez con la costa por un largo canal, o sea, la Isla-Acrópolis de Atlantis. Como en la mayoría de los mapas posteriores a la expulsión de los Hykso-Minoicos, esta ciudad acuática o del trono acuático, aparece representada con una grada o altar (Trono) sobre una gran barca sagrada (La barca de Mehen, la Circundada y Laberíntica), y esta acrópolis acuática estaba conectada con la costa del mar por una largo canal, justo como se describe en el Critias para la Acrópolis de Atlantis.

En esta "Isla de los Dioses" vivían los descendientes del dios egipcio Schu, el Atlas de los griegos, y justamente en griego, Solón usó la expresión Atlantis Nêsos para referirse a la legendaria isla situada en el frío océano occidental, y Atlantis Nêsos se traduce justamente como "Isla de la Descendencia de Atlas". Más que sorprendente resulta que en egipcio, "La Ciudad del Trono Acuático o de Agua" o "La Ciudad Acuática o de Agua del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto' (un epíteto del dios Schu, el equivalente de Atlas o Atlante entre los griegos), se escribía en la mayoría de los mapas como jw SpA-n.t o jw SpA-njw.t, que se pronunciaría aproximadamente como Iu-Spani o Iu-Spaniu, incluso como Iu-Spania. Estos mapas que remontan a más de 2000 años antes de Cristo, serían pues las evidencias más antiguas del nombre que los griegos registraron como Ispania, a través de los fenicios, y los romanos latinizaron como Hispania, del que deriva el actual nombre de España.

Según el autor, el nombre de la metrópolis o capital de la Isla de los Dioses donde vivía la Descendencia de Schu (Osiris, Isis o Maat y Horus aparecen en los mapas dentro de la isla), pasó a la península ibérica cuando los primeros fenicios llegaron a las costas de Iberia, y traspasaron las Columnas de Hércules, como ya no existía la gran "Isla de los Dioses" de la "La Ciudad del Trono Acuático o de Agua" o "La Ciudad Acuática o de Agua del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto', o sea, Iu-Spania, la que ellos de seguro conocían por los mapas y escritos egipcios que ya en aquellos tiempos se editaban por centenares (como se ha estimado recientemente a juzgar por la gran cantidad de fragmentos conservados), y al creer que la península ibérica era una isla, tal como demuestra el mismo nombre de I-Spania, donde I se corresponde con el fenicio 'y, 'isla' (tradición egipcia y fenicia que heredaron los árabes al llamar a toda Iberia como Yazirat al Andalus, "Isla de Andalus"), pues creyeron que esta gran isla no podría ser otra que la misma Iu-Spani o Iu-Spania, Isla de los Dioses que en los mapas egipcios era nombrada como la Isla de la Ciudad del Trono Acuático o Ciudad Acuática del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto' (Schu/Atlas).

Por otra parte, la asociación del mismo dios egipcio Schu con el titán Atlas de los griegos debió ser igualmente conocida por los antiguos autores árabes, pues al referirse al nombre de Iberia como la Isla de Andalos o Andalus (Yazirat al Andalus), algunos de los más autorizados y célebres autores islámicos afirmaban que este Andalos (en árabe clásico aparece escrito como Andlws o Addlws), era el mismo Atlas o Atlante, hijo de Japhet, el mismo que las tradiciones hebreas nombran como Tubal, hijo de Japhet o Jafet, y que afirman fue el primero que pobló la Iberia.

Casi doscientos mapas egipcios que remontan a más 4000 años de antigüedad con la "Isla de los Dioses", Iu-Spania, la Isla de la Ciudad Acuática del Trono de El que Eleva (Schu/Atlas), que bien podría ser la misma Isla Atlantis en el Océano Atlántico, delante de Gibraltar, con su "Trono Acuático" y su Gran Canal central, y las regiones paradisíacas adyacentes, son mostrados por el autor como soporte a sus hipótesis sobre el origen egipcio del nombre de Ispania.

Fuentes:

Un artículo con ilustraciones del mismo autor, Georgeos Díaz-Monttexano, en su facebook: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10201907666676031&l=146f98c316 

Libro de Georgeos Díaz-Montexano donde se desarrolla la teoría: 

http://www.Atlantida.beATLANTIS - AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN B/N) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II.  Autor: Georgeos Díaz-Montexano  Ilustración y Dibujos: Monik Perz: http://www.actiweb.es/georgeosdiazmontexano/videosframe.html

ATLANTIS – AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II. Autor: Georgeos Díaz-Montexano Ilustración y Dibujos: Monik Perz

Versión a Todo Color

ATLANTIS - AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN TODO COLOR) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II.  Autor: Georgeos Díaz-Montexano  Ilustración y Dibujos: Monik Perz: http://www.actiweb.es/georgeosdiazmontexano/videosframe.html
ATLANTIS – AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN TODO COLOR) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II. Autor: Georgeos Díaz-Montexano Ilustración y Dibujos: Monik Perz

http://www.Atlantida.be

Atapuerca tendrá su propia reserva de animales prehistóricos en octubre

Los visitantes al entorno de Atapuerca interesados en la prehistoria van a tener la posibilidad de apreciar en una reserva, creada por la asociación 'Paleolítico Vivo', algunos de los animales que poblaron estas tierras en el Pleistoceno, como dos tipos de caballo salvaje, bisontes europeos y uros.

Será en el mes de octubre cuando se podrán realizar ya las primeras visitas, aún muy limitadas, a esta reserva. El proyecto pretende integrar ejemplares de animales que vivieron hace miles de años, algunos extinguidos y en vías de recuperación mediante cruces genéticos.

Uno de los coordinadores del proyecto, Eduardo Cerdá, ha explicado que no será un "parque jurásico" con animales de hace 60 millones de años, pero sí un "parque pleistoceno" que mostrará especies de animales que eran habituales en la sierra durante miles de años, hasta que cambiaron de territorio o se extinguieron.
Cerdá ha detallado que cuentan con cien hectáreas de terreno que van a vallar en la localidad de Urrez y otras cien en Salgüero de Juarros, aunque su objetivo es hacerse con más animales y que puedan criar, para colaborar a la recuperación de estas especies.
En este sentido, ha asegurado que lo ideal sería que en el futuro se llegara a una sobrepoblación, porque entonces cederían los excedentes a otras asociaciones conservacionistas, igual que ahora se los han cedido a ellos.

En este momento ya se encuentra en la zona una pareja de caballos Przewalski, que en su día poblaron el norte de la Península Ibérica y "están pintados en las cuevas de Altamira, pero hoy sólo sobreviven de forma habitual en Mongolia y forman parte de la lista roja de animales en riesgo de extinción, porque sólo quedan unos 1.500".
También han llegado a finales de la primavera catorce caballos 'tarpanes', que también eran frecuentes durante miles de años en Atapuerca, pero desaparecieron en la Edad Media.
Varias asociaciones conservacionistas de Polonia, Holanda, Alemania y Francia trabajan en su recuperación mediante cruces genéticos de caballos que reúnen algunas de sus características, entre ellas una raya negra en el lomo y patas 'cebradas'.
A estos se sumarán media docena de bisontes europeos, que llegarán en septiembre, porque ahora hace demasiado calor para su transporte.

Animales de una tonelada

Se trata de animales que vienen a pesar una tonelada, y la previsión es que cuatro lleguen de Alemania y dos de otro lugar de España, donde hay algunas asociaciones que trabajan también en su recuperación.
El animal que completará en el futuro a este grupo es el uro, un bóvido salvaje muy parecido al toro pero de mayor tamaño, de más de mil kilos de peso, con cuernos que pueden medir más de 70 centímetros. Igual que en el caso de los 'tarpanes', los uros desaparecieron en el siglo XVII y se están recuperando a base de cruces genéticos, sobre todo en Holanda.

Todos los animales estarán en un recinto rodeado por una valla eléctrica que se colocará para que impacte visualmente lo menos posible. El objetivo es que se puedan ver a una cierta distancia en vehículos todo terreno como los que se usan en los safaris o bien en expediciones a pie que partirán de un campamento base formado por cabañas de pieles.
Cerdá ha insistido en que se trata de animales salvajes, a los que intentarán no estresar y que tengan el menor contacto con el ser humano, aunque habrá un cuidador y un equipo de veterinarios para atenderles ante cualquier percance.

Efe | Burgos

Hallan en el sur de Francia alisadores de cuero de hace 50.000 años

Ellos, y no nosotros, lo inventaron. Y hoy, 50.000 años después, los humanos actuales todavía utilizamos el alisador, una herramienta muy especial que los Neandertales, y no nuestros antepasados directos, fabricaron por primera vez en Europa.
Se trata de una pieza de hueso que usan hoy los trabajadores del cuero. Dos equipos diferentes han informado del descubrimiento de alisadores neandertales en dos yacimientos paleolíticos vecinos en el suroeste de Francia.

Herramientas así no se habían encontrado hasta ahora en los yacimientos neandertales, pero son similares a un tipo de utensilios hallados en yacimientos humanos muy posteriores y que todavía usan hoy en día los trabajadores de cuero de alta gama. Esta herramienta, llamada Lissoir, o alisador, tiene la forma de las costillas del ciervo y una punta pulida que, cuando se empuja contra una piel, la vuelve más suave, la pule, además de conseguir que el cuero se haga resistente al agua.
La herramienta sigue siendo utilizada en la actualidad por parte de los trabajadores del cuero. Cuando los neandertales la inventaron, hace unos 50.000 años, los primeros humanos como nosotros ni siquiera habían aparecido aún en el continente europeo.

Capacidades culturales

Los seres humanos modernos sustituyeron a los neandertales en Europa hace unos 40.000 años, pero sobre las capacidades de los neandertales todavía existe mucho debate. Algunos afirman que antes de ser reemplazados, los neandertales tenían capacidades culturales similares a las de los humanos modernos, mientras que otros sostienen que estas similitudes sólo aparecieron después de que los humanos modernos (nosotros) entraran en contacto con ellos.
Arrojar luz sobre esta polémica es precisamente el motivo que ha llevado a dos equipos de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, en Alemania, y de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, a excavar en los dos yacimientos paleolíticos vecinos en el suroeste de Francia que han proporcionado este hallazgo.
«Por ahora, las herramientas óseas de estos dos sitios son unas de las mejores piezas que evidencian que los neandertales desarrollaron por su cuenta una tecnología que antes sólo asociábamos a los humanos modernos», explica.
Shannon McPherron, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, que junto a Michel Lenoir, de la Universidad de Bordeaux, han estado excavando el yacimiento de Abri Peyrony donde se encontraron tres de los huesos.
«Si los neandertales desarrollaron este tipo de herramientas de hueso por su cuenta, es posible que los humanos modernos adquirieran esta tecnología de los neandertales. Los seres humanos modernos parecen haber entrado en Europa sólo con instrumentos de hueso puntiagudos, y poco después comenzaron a hacer lissoirs. Ésta es la primera evidencia de una posible transmisión de conocimientos de los neandertales a nuestros antepasados directos», dice Marie Soressi, de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.

La llegada de los humanos modernos

Con William Rendu del CNRS, Soressi y su equipo encontraron el primero de los cuatro instrumentos de hueso durante su excavación en el yacimiento neandertal clásico de Pech-de-l'Azé I.
Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que los humanos modernos llegaran a Europa antes de lo que hoy se cree, y comenzaran también a afectar al comportamiento de los neandertales antes de lo que por ahora se puede demostrar. Resolver este problema requerirá de nuevas investigaciones en yacimientos del centro de Europa en los que los restos óseos están mejor conservados.
Aún así, averiguar cómo apareció este nuevo comportamiento Neandertal es una cuestión difícil de resolver. Los tres primeros fragmentos fueron encontrados en un área de unos pocos centímetros, y no podrían haber sido reconocidos si los investigadores no hubieran tenido experiencias previas de trabajo con herramientas de hueso de períodos posteriores. «No es algo que normalmente estés buscando en ese período de tiempo. Sin embargo, cuando se ponen estos pequeños fragmentos juntos y se comparan con los hallazgos en yacimientos posteriores, el patrón en ellos está claro», comenta McPherron.
«En la excavación nos topamos con una herramienta más grande, más completa, que es sin lugar a dudas un alisador como los que encontramos en los yacimientos posteriores de humanos modernos o incluso en talleres de cuero hoy en día».

Una herramienta sin cambios

Los análisis de micro-desgaste realizados por Maigrot, del CNRS, en una de las herramientas de hueso, muestran rastros compatibles con el uso de material como la piel. Los trabajadores del cuero siguen utilizando herramientas similares en la actualidad. «Lissoirs como éstos son una gran herramienta para el trabajo del cuero, tanto es así que 50 mil años después de que los neandertales fabricaran los suyos, tuve la oportunidad de comprar uno nuevo en Internet de un sitio de venta de herramientas de oficios tradicionales», dice Soressi. «Esto demuestra que esta herramienta fue tan eficiente que se ha mantenido a través del tiempo casi sin cambios. Puede ser tal vez el único patrimonio de la época Neandertal que nuestra sociedad sigue utilizando hoy en día».
Estas no son las primeras herramientas de hueso Neandertal que se han encontrado, pero hasta ahora sus instrumentos de hueso parecían herramientas de piedra y fueron hechos usando técnicas de percusión con piedras cortantes. «Los neandertales fabricaron a veces raspadores, herramientas con muescas e incluso hachas de mano de hueso. También utilizaron martillos de hueso para afilar sus herramientas de piedra», dice McPherron. «Pero aquí tenemos un ejemplo de que los neandertales se aprovechaban también de la flexibilidad de los huesos y la usaban para conseguir unas nuevas aplicaciones y resultados en el tratamiento de materiales que no podían obtener con sus instrumentos de piedra».

Evidencias neandertales

Estas herramientas de hueso fueron encontradas en depósitos que contienen también herramientas de piedra típicas del Neandertal y huesos de los animales que cazaban, incluyendo caballos, renos, ciervos y bisontes. Tanto en Abri Peyrony como en Pech-de-l'Azé I no hay evidencia de ocupaciones posteriores de humanos modernos que podrían haber contaminado los niveles subyacentes, por lo que en ambos sitios todas las evidencias son neandertales.
No cabe, pues, duda alguna sobre quienes fueron los que las fabricaron. Para saber la edad de las herramientas, Sahra Talamo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ha aplicado la datación por radiocarbono de los huesos encontrados cerca de ellas. En Pech-de-l'Azé I, Zenobia Jacobs, de la Universidad de Wollongong, ha aplicado la luminiscencia estimulada ópticamente (OSL), que data los sedimentos de la capa en los que ha aparecido la herramienta de hueso.
Estos resultados sitúan la herramienta ósea de Pech-de-l'Azé I hace unos 50.000 años. Es decir, mucho antes de la primera evidencia de la presencia de humanos modernos en Europa occidental, y también un momento muy anterior a cualquier otro ejemplo encontrado de uso de tecnologías sofisticadas en herramientas de hueso.

Fuente: www.abc.es

Tutmosis III, el Faraón Guerrero

Tutmosis III fue el más excepcional de los reyes guerreros del Antiguo Egipto, valiente comandante, magnífico estratega y militar imbatido: éste fue Tutmosis III, conocido entre los egiptólogos como el "Napoleón de Egipto". ¿Cómo consiguió este Faraón vencer a tantos de sus enemigos y situar el Imperio egipcio en la cumbre de su máximo esplendor? Analizamos los hechos que llevaron a Tutmosis III a distinguirse como un gran guerrero. Siga sus campañas militares en campos de batalla azotados por la arena y sea testigo de cómo los arqueólogos actuales ponen a prueba su armamento primitivo.

José Manuel Galán nos habla sobre la Tumba de Djehuty (Luxor - Egipto)

En enero de 2002 comenzaba la primera campaña del Proyecto Djehuty; el pistoletazo de salida a un trabajo que en realidad se venía barruntando desde mucho tiempo antes. Después de solventar los problemas de financiación y la creación de un equipo joven de especialistas la tumba tebana de Djehuty abría sus puertas a un gran sueño arqueológico. El director del proyecto, el Dr. Dr. José Manuel Galán acaba de publicar En busca de Djehuty (RBA National Geographic), una apasionante aventura arqueológica en donde descubrimos las cuatro primeras campañas de trabajo en Luxor (www.excavacionegipto.com).

El Proyecto Djehuty implica la excavación, restauración y publicación de las tumbas TT11 y TT12 de Dra Abu el-Naga (Luxor) pertenecientes a los funcionarios Djehuty y Hery respectivamente. La primera campaña se desarrolla en 2002 de la mano de su creador el Dr. José Manuel Galán, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid. En diciembre del año 2000, José Manuel Galán viaja a Luxor buscando un proyecto de investigación que aunara arqueología, restauración y estudio epigráfico. Lo encontró en la tumba de Djehuty (TT11), excavada en la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en la montaña tebana. Djehuty fue un alto funcionario de la reina Hatshepsut, que vivió en la época de oro de la XVIII dinastía hacia el siglo XV a. de C. Ligada a su tumba se encuentra la de Hery (TT12) otro funcionario de este mismo periodo y que debió de vivir unos cincuenta años antes. En febrero del año 2002 el equipo comenzaba la primera campaña del Proyecto Djehuty.

Cinco años después el equipo ha crecido y multiplicado sus esfuerzos en diferentes especialidades. La Tabla del Aprendiz, expuesta hoy en el Museo de Luxor, es sin duda la pieza estelar de la misión. Se trata de una especie de 'pizarrín' de madera estucada en el que escriben y dibujan uno al lado del otro el maestro y el alumno. La tabla ilustra de una forma excepcional cómo era la enseñanza en el antiguo Egipto. El elemento añadido de valor que tiene la tabla es que el dibujo representado es un faraón de frente. La investigación que han hecho hace pensar que sería el dibujo de una estatua de la propia Hatshepsut. El hecho de que hoy esté en el Museo de Luxor no solamente nos está diciendo el valor de la pieza en sí sino que reconoce el trabajo y el cuidado que emplean los españoles a la hora de restaurar.


El Proyecto Djehuty presenta los resultados de... por historiayarqueologia