¿Cuántas calorías se gastan en las relaciones sexuales?

El tema se presta a bromas, lo sé, es lógico… que si “la dieta del cucurucho” o que si la del “pollo y pan” son buenas para adelgazar; seguro que algún comentarista avispado se anima a explicar el fundamento (humorístico) de este tipo de planteamientos adelgazantes dentro de los comentarios.

Pero la cuestión en sí misma no es tontería o, mejor dicho, no es una cuestión que aunque sea claramente recreativa deba pasarse por alto. De hecho, un rumor más o menos extendido afirma que en cada contacto sexual “medio” se gastan entre 100 y 300 kcal… pero va y resulta que este es un dato sobre el que no se conocían, hasta la fecha, fuentes documentadas fiables. ¿Estará en lo cierto esta perla del conocimiento popular? Así pues, hay quien, recientemente, se lo ha tomado en serio y se ha propuesto estudiar el gasto energético derivado de la actividad sexual. Y lo ha hecho en las condiciones más normales posibles. Me explico. Hasta la fecha, la mayor parte de los estudios sobre los cambios fisiológicos acontecidos durante las relaciones sexuales se han llevado a cabo en condiciones de laboratorio (supongo que para regocijo de los investigadores) y, en ellos las variables más frecuentemente observadas eran los cambios en la frecuencia cardiaca, el consumo de oxígeno, la tensión arterial, y poco más. Estudios realizados hace ya unos cuantos años, como digo en condiciones de laboratorio, con un instrumental relativamente aparatoso que, salvo para algún fetichista extravagante, resultaba poco facilitador sexualmente hablando.

En contraposición a esta metodología, este estudio, Energy expenditure during sexual activity in young healthy couples (Gasto energético de la actividad sexual en parejas jóvenes y sanas) ha valorado, más que los cambios fisiológicos, las calorías invertidas en cada… en cada contacto amoroso. Y lo ha hecho respetando la intimidad de los sujetos en estudio mientras estos se dedicaban a lo suyo en sus propias casas y mediante la utilización de acelerómetros (una tecnología que hasta hace unos pocos años no estaba disponible). Además, y no poco importante, los investigadores compararon mediante cuestionario las sensaciones post… post actividad sexual de los sujetos en estudio con las de ellos mismos tras una sesión de media hora de trote suave en un tapiz rodante (diferencias en la sensación del gasto invertido en una y otra actividad, satisfacción tras la realización de uno y otro gasto, etcétera.)

Las conclusiones del estudio

Pues bien, el gasto calórico medio de esos encuentros sexuales quedó cifrado en ¿nada más y nada menos… tan solo…? 85 kcal. pero con diferencias significativas entre varones y mujeres, los primeros, al menos en este estudio se esforzaban más y por lo tanto gastaban más. Nada como para tirarse de los pelos, pero ellos gastaron más que ellas: 101 kcal. frente a 69.

Otra de las conclusiones, afortunadamente, fue que la mayor parte de los participantes del estudio encontraron más gratificante la realización de ejercicio mediante la práctica sexual que mediante el trote en el tapiz rodante. De hecho ninguno de los participantes (21 hombres y 21 mujeres) encontró la carrera continua en el tapiz más gratificante que la práctica de sexo. Ahora bien, uno de ellos y dos de ellas afirmaron que las experiencias sexuales fueron tan gratificantes como la obtenida en el tapiz rodante.
Hay dos datos que me parecen muy interesantes a la hora de valorar el gasto energético y de comparar sexo vs actividad física como tal. Por un lado, tener en cuenta que el tiempo dedicado a una y otra actividad son, en el estudio bastante comparables. Me refiero a que la duración media de los encuentros sexuales fue de 24,7 minutos (desde los prolegómenos y hasta el orgasmo de al menos uno de ellos) y; por el otro, el gasto calórico  medio de esa actividad física de 30 minutos en el tapiz rodante…  245 kcal.

Así pues, si estás ante la disyuntiva de qué actividad física hacer a la hora de adelgazar, que si echar una carrerita o echar… lo otro, y solo dispones de media hora… no hay duda alguna de qué actividad te va a resultar más eficaz; ahora bien, tampoco parece haber muchas dudas sobre cuál te va a resultar más placentera. En cualquier caso, mi sugerencia es que consideres que no son actividades excluyentes, y que tengas en cuenta que si bien en una es obligado la participación de otra persona, ambos también saldréis beneficiados de practicar la otra actividad en pareja.

Os vuelvo a dejar en este enlace la posibilidad de echarle un ojo a este interesante estudio para que paséis un rato destripando sus resultados y conclusiones. Unos resultados que han sido obtenidos con esa duración media  de cada encuentro sexual (unos 25 minutos), algo con lo que no coinciden otros estudios que cifran la duración de los encuentros amorosos en tan solo 6 minutos, tal y como se puso de relieve en esta entrada del muy recomendable blog “Comer o no comer“.

Antes de despedirme, déjame que te sugiera que vosotros mismos podéis, si queréis, calcular el gasto energético invertido en vuestros encuentros sexuales (y compararlo con la práctica deportiva) de forma muy sencilla. Basta con tener un pulsómetro que mida vuestro gasto calórico. Ahora bien, habréis de saber que los datos en este caso no derivarán del uso de un acelerómetro (como en el estudio mencionado) sino de vuestra frecuencia cardiaca (recuerda personalizar tus parámetros –sexo, edad, peso, talla- en el pulsómetro antes de empezar).

Ala, tenéis los comentarios a vuestra disposición para compartir, si queréis, vuestras experencias…

Según los faraones, los funcionaros deben estar bien pagados

El antiguo Egipto no solo levantó pirámides de piedra, también creó pirámides funcionariales con condiciones laborales que 4.000 años después firmaría más de un sindicato 

Si nos preguntamos qué oficios son los más antiguos es fácil que nos vengan a la mente aquellos cazadores, agricultores o sacerdotes del inicio de los tiempos. Ya en épocas históricas aparecen en nuestro imaginario alfareros, comerciantes o constructores, ¿pero quién se aventuraría a pensar en los funcionarios? Seguro que hay profesiones más antiguas, pero la clase funcionarial puede presumir de solera con más de 4.500 años a sus espaldas.

Los tiempos han cambiado y seguramente los funcionarios de ahora poco tengan en común con aquellos que nacieron a la par del Imperio Antiguo, en las épocas más pretéritas del Egipto de los faraones, el primer Estado territorial de la historia. No es gratuito que mencionemos esta característica de su organización, ya que resultó crucial para que apareciese la clase funcionarial. El antiguo Egipto, a diferencia de imperios contemporáneos, como el de los hititas o babilonios, no vivió de los tributos de los vencidos. La monarquía egipcia no explotó, sino que administró. ¿Y quiénes fueron los encargados de tan tamaña tarea? Sí, los funcionarios.

El Imperio Antiguo no solo construyó pirámides de piedra, moradas eternas para sus faraones, sino que también levantó pirámides funcionariales para una distribución racional de los impuestos y las riquezas. Es decir, inventó el escalafón. La importancia de estos trabajadores del Estado no pasó desapercibida para los monarcas. La prueba de ello la encontramos en las Enseñanzas para Merikare, un texto que podría considerarse un testamento político de un soberano, cuyo nombre se ha perdido, a su hijo Merikare, el último faraón de la Dinastía X (2050 a C). Y entre los consejos que el padre transmite a su heredero figura uno que con toda seguridad los funcionarios del siglo XXI desearían que siguiera vigente cuatro milenios después, sobre todo en un momento de sueldos congelados y pagas dobles inciertas: deben estar bien remunerados. Aunque seguro que no acabarían de estar de acuerdo con las razones esgrimidas: para evitar las corrupciones y poder exigirles honradez.

[...] Quien es rico en su casa no es parcial (es imparcial)... Los pobres no hablan de acuerdo con la verdad, pues no la usa correctamente quien dice: “¡Ah, si fuese mío!”, sino que es parcial para con todo aquel que le paga [...]

Otra de las virtudes del primer sistema funcionarial de la historia es que cualquier buen profesional podía ir subiendo peldaños del escalafón hasta llegar a los puestos de máxima confianza del faraón, aunque su origen fuese humilde. El padre de Merikare también se hace eco de esta cuestión:

[...] No distingas entre el hijo de un hombre (bien-nacido) y un plebeyo. Toma al hombre según sus habilidades; todas las artes prosperarán. [...]

Un ejemplo documentado de funcionario que prosperó gracias a sus habilidades lo encontramos en el último gran visir del Imperio Antiguo, Uni. Él mismo cuenta en su autobiografía, esculpida en su tumba, que procedía de una familia humilde, empezó desarrollando cargos modestos hasta llegar a ser presidente de la corte de justicia y visir, lo que vendría a equivaler a primer ministro.
Pero nada perdura eternamente y eso los egipcios lo saben muy bien. El predecesor de Merikare también le aconsejó: “Sé hábil en palabras y tú serás fuerte... es una espada para el rey la lengua. La palabra es más poderosa que cualquier arma”, elevados consejos que acabaron sucumbiendo frente a los belicosos tebanos que derrotaron a Merikare. La nueva dinastía XI daría inicio al Imperio Medio poniendo fin a las dinastías heracleopolitanas (IX y X), marcadas por un gran sentido de la justicia como concepto universal e igualitario. Los reyes de Tebas, además, omitieron los nombres de estos faraones de las listas reales. Ya se sabe, quien gana la guerra, escribe la historia. Y para ello, no faltaban funcionarios... aunque también ellos notarían altibajos en su organización  y profesionalidad en el transcurso de las diferentes dinastías. La larga historia del antiguo Egipto dio para mucho... incluso en sus últimos coletazos.

Cuando César visitó Egipto no solo se fue de crucero por el Nilo con Cleopatra, la última reina, sino que tomó buena nota de diferentes aspectos que le sorprendieron de la avanzada civilización egipcia. Uno de ellos fue, sin duda, el sistema de funcionariado, que se acabó aplicando en Roma, pasando de la pura explotación a la administración e implantando un cuerpo de trabajadores del Estado para organizar el vasto imperio que justo nacía y del que somos herederos, con funcionarios incluidos, pero sin las enseñanzas que sirvieron a Merikare para su gloria y pesar.

Vía: http://www.lavanguardia.com

El pigmento azulado de una pintura prehistórica desvela un nuevo mineral

Figuras humanas en Abrigo Remacha / Luz Cardito Rollán.

Investigadores de la UNED han descubierto que el color azulado de una pintura del Abrigo Remacha, en las Hoces del Río Duratón (Segovia), escondía un mineral que nunca se había utilizado con fines pictóricos en la prehistoria: la paracoquimbita. Los científicos han hallado también otros componentes más habituales como el hematites, responsable del color rojo.

Las Hoces del Río Duratón (Segovia) albergan más de treinta abrigos rocosos que los pobladores prehistóricos empleaban como murales donde plasmar sus pinturas hace unos 4.000 años. Uno de ellos es el Abrigo Remacha, con 182 pequeñas imágenes que representan figuras humanas, animales y símbolos abstractos de forma esquemática.
Ahora, investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han analizado seis micromuestras de las pinturas y han descubierto un mineral que nunca se había usado con componente de la paleta prehistórica, la paracoquimbita.

“Hemos encontrado un pigmento de color azulado que contenía carbón amorfo y un sulfato de hierro nonahidratado, llamado paracoquimbita”, explica Mercedes Iriarte, investigadora del departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la UNED y autora principal del estudio. “Este mineral pulverizado no se había detectado hasta ahora como parte de la receta pictórica en pintura rupestre”, añade.

Se desconoce su procedencia, aunque podría haber sido trasladado desde otro lugar por los humanos que lo pintaron.

De momento se desconoce su procedencia, aunque los científicos se inclinan porque podría haber sido trasladado desde otro lugar por los humanos que lo pintaron, puesto que no hay evidencias de paracoquimbita en minas cercanas.
Tampoco parece probable que el mineral se creara in situ, en el panel, al necesitar unas condiciones químicas que no se dan en el abrigo. Además, no existen rastros de paracoquimbita en las muestras de color rojo.

La investigación, publicada en Journal ofRaman Spectroscopy, revela componentes más habituales como hematites, un mineral constituido por una de las formas de óxido de hierro, que se usaba para crear el color rojo. Su tamaño diminuto –con granos inferiores a una micra–, indica que los artistas prehistóricos emplearon una técnica elaborada, trabajando mucho el mineral, hasta conseguir un polvo fino.
“Cuanto más fino es el polvo del pigmento, más capacidad de recubrimiento tiene”, apunta Antonio Hernanz, investigador del departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la UNED y otro de los autores del estudio.

Datación con oxalatos

Artistas prehistóricos emplearon una técnica elaborada hasta conseguir un fino polvo

En las pinturas también hallaron otros componentes habituales como carbonatos, yeso, cuarzo y oxalatos cálcicos, principalmente. Estos oxalatos –fruto de la excreción de microorganismos que colonizan las superficies de algunas rocas y dejan una película que las cubre– permitirán datar las pinturas en futuras investigaciones, al contener carbono en su molécula.

“Si hay suficiente oxalato cálcico, se puede datar la capa inferior y la superior de tal forma que se acota la pintura en una horquilla de tiempo”, indica Iriarte.
El análisis de las muestras también refleja el nivel de degradación de las pinturas, principalmente debido a la cristalización del yeso. Cuando el agua de lluvia se filtra por la roca, arrastra sales minerales que contienen sulfatos y cationes de calcio. Cerca de la superficie, el agua se evapora y cristaliza el yeso, lo que aumenta su volumen y empuja hacia fuera a las capas superficiales de roca, produciendo descamación del panel con las pinturas.

En el estudio se han empleado diferentes técnicas microscópicas y espectroscópicas para obtener, tanto imágenes de las micropartículas como conjuntos de señales (espectros), que han permitido identificar su composición química y mineralógica.

Referencia bibliográfica:
 Mercedes Iriarte, Antonio Hernanz, Juan F. Ruiz-López y Santiago Martín. “μ-Raman spectroscopy of prehistoric paintings from the Abrigo Remacha rock shelter (Villaseca, Segovia, Spain)”, Journal ofRaman Spectroscopy 44 (11), 1157-1562, noviembre 2013. DOI 10.1002/jrs.4367.

www.agenciasinc.es

El Museo Arqueológico Nacional reabre sus puertas en abril

A partir del próximo 1 de abril, el remodelado Museo Arqueológico Nacional (C/ Serrano, 13. Madrid) abrirá al público. Entre 2008 y 2013 se ha desarrollado la reforma del decimonónico edificio en el que se ubica el museo y la reinstalación de su exposición permanente.
El Ministro de Cultura, José Ignacio Wert, ha sido el encargado de presentar a los medios las nuevas instalaciones.
Con la remodelación el museo amplía su superficie útil en 2.642 metros cuadrados e incorpora nuevos servicios de los que antes carecía como cafetería, tienda, auditorio, sala de exposiciones temporales, una ampliada biblioteca y un jardín exterior. Asimismo, se ha mejorado el sistema de accesibilidad.
El museo será inaugurado oficialmente el 31 de marzo por el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. La renovación museográfica ha costado 62,5 millones de euros.
www.historiayarqueologia.com

Historiadores aseguran que el Santo Grial está en basílica de San Isidoro de León

La afirmación rotunda, «sin lugar a error» la hizo esta mañana Torres Sevilla, quien hoy compareció junto a Ortega del Río, durante la presentación del libro que ambos han escrito bajo el título 'Los reyes del Grial', en el que exponen las conclusiones de tres años de investigación y los argumentos que sustentan tan llamativo hallazgo.

Una investigación que comienza con el hallazgo de unos pergaminos del siglo XIV en Egipto sitúa "con argumentos fácilmente demostrables" el Santo Grial en la basílica de San Isidoro de León, templo palatino de los reyes doña Sancha y Fernando I, a quien le fue ofrecido este cáliz en el siglo XI.

Además de propiciar para la capital la eterna designación de «La bien cercada» y de que tras su resistencia al sitio de la ciudad quedará instaurado en el lenguaje popular aquello de «Zamora no se ganó en un hora», la reina doña Urraca realizó otro hito en la historia: donar un cáliz a la basílica de San Isidoro de León, que resulta ser el codiciado y venerado Santo Grial.
 
Los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río han desgranado los detalles de una investigación que defiende que el cáliz de doña Urraca, pieza destacada del museo de San Isidoro de León esconde la copa con la que Jesús celebró la última cena.

Dos pergaminos egipcios originales fechados en el siglo XIV han servido para que los historiadores medievales Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega aseguren que el Santo Grial se encuentra en la basílica de San Isidoro de León. «La copa que las comunidades cristianas consideraron que era la Copa de Cristo es la que se trasladó a León en el siglo XI procedente de Egipto y después de pasar por Denia». Los dos documentos señalan que el cáliz fue enviado al rey de León Fernando el Grande o el Magno en el siglo XI, después de haber sido saqueado de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde había permanecido hasta entonces y desde el siglo IV.

Lo que se puede demostrar "científicamente" a través del hallazgo de una serie de documentos y de la tipología del propio cáliz de doña Urraca y su tipo de cerámica Qumram, utilizada en Palestina en la época de Jesús, es que "la copa que los artesanos de Jerusalén consideraron que era la usada por Cristo está en León desde el siglo XI", han concretado.

A este respecto, han agregado que en torno al Santo Grial como tal hay una leyenda en la que se mezclan mitos con historias alimentadas por los trovadores a lo largo de los siglos que constituyen la parte "no demostrable".

La investigación, que se ha realizado durante los últimos tres años y se ha llevado en silencio "debido a la importancia del hallazgo" comenzó con un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León que estudiaba las piezas musulmanas de San Isidoro. A los historiadores les llamó la atención la cantidad de piezas de procedencia egipcia que habían llegado como ofrenda a Fernando I, conocido como el rey de las tres religiones.

El origen de la aventura que ha concluido con un descubrimiento que para sus responsables no da lugar a dudas, se encuentra en un trabajo de investigación que la Consejería de Cultura financió sobre las piezas de procedencia islámica que se encuentran en la basílica de San Isidoro. La localización de un arca de plata del visir Sadaqa ibn Yusuf hizo que se enviase a un documentalista a Egipto para profundizar en el tema y el trabajo posterior dio con los pergaminos que han resultado claves para averiguar que la Copa de Jesús que le fue arrebatada a la comunidad cristiana de Jerusalén fue trasladada a León desde Denia, cuyo emir había respondido a la llamada de socorro lanzada desde Egipto durante una terrible hambruna.

La falta de una esquirla del cáliz, que saltó durante su viaje a Occidente es otro de los rasgos que apoyan la argumentación de los historiadores, soportada también con otros hallazgos documentales. «Ahora encajan todas las piezas de un enorme puzzle que estaban deslabazadas», señaló José Miguel Ortega, antes de reconocer que quedan muchas preguntas por responder sobre, por ejemplo, dónde estaba el cáliz hasta el año 400 o «por qué no sacó pecho el rey de León de tenerlo en su tierra».

200 supuestos Griales

Margarita Torres comentó que sólo en Europa hay «localizados» unos 200 supuestos Santos Griales y aseguró que el libro desmonta la supuesta autenticidad de algunos de los más afamados. «La Copa de Cristo que lo fue para las primeras comunidades de cristianos es la que se trasladó a León», reiteró antes de recordar que su apariencia original nada tiene que ver con la lujosa imagen que ofrece el hasta ahora conocido como el Cáliz de Doña Urraca, recubierto de oro y con joyas que la propia Urraca donó.
La historiadora también tuvo un recuerdo para el que fuera abad de San Isidoro, Antonio Viñayo, estudioso del que dijo, «fue el primero en apuntar la posibilidad de que el Santo Grial estuviese en León». Las pinturas del Panteón de los Reyes del templo, dijo, también avalan la afirmación que ahora puede tener repercusiones en el ámbito académico y también puede provocar un aumento de la visita de turistas 'de calidad' a León, además de los estudiosos del tema.
La Fundación Monteleón ha patrocinado la edición de una obra que, según destacó su máximo responsable, José Manuel Fernández Corral, merece el apoyo de la institución por sus «aportaciones históricas e implicación con León». La presentación tuvo lugar en el Edificio Botines de la capital leonesa y estuvo acompañada de una proyección de imágenes que documentaban algunos de los detalles aportados por los autores sobre su trabajo.

La muerte y resurrección de Adón y el festival del Año Nuevo en Biblos y otros lugares de Fenicia y Chipre


Por Carlos González Wagner

Biblos, posiblemente la más antigua de las ciudades cananeo-fenicias, es mencionada, junto con otras, en documentos descubiertos en Ebla, en el norte de Siria, en los que aparece como la ciudad más importante y el principal puerto de la costa. En los mismos documentos se aprecia que Biblos era un centro político de notable importancia, capaz de tratar de igual a igual con la poderosa Ebla y de intercambiar en matrimonio miembros de sus respectivas casas reales. La estructura política de Biblos parece similar a la de Ebla. Se trataba de una monarquía en la que la reina desempeñaba un papel nada despreciable, con un consejo de “ancianos” que incluía a los representantes de las familias más poderosas, y un abundante número de funcionarios entre los que  destacaban los escribas, los correos y los comisarios.
Parece que Biblos gozaba también de un cierto prestigio religioso, mientras que las restantes ciudades cananeas desempeñaban un papel secundario. El que los archivos de Ebla no mencionen nunca a los monarcas de otras ciudades cananeas como Tiro, ha llevado a pensar que tal vez Biblos las controlara con sus territorios. Aunque no conocemos muy bien los detalles, Sarepta debió haber estado bajo la hegemonía directa de Ebla, mientras las ciudades más meridionales, que también son mencionadas en sus documentos, como Akhziv, Beirut, Tiro o Sidón, pudieron haber formado parte de un reino supeditado a Biblos.
Como ya hemos visto en otro lugar de este mismo blog, un mito agrario que conoció una gran difusión en Biblos y en otros lugares fue el de Adón (Adonis para los griegos), dios-espíritu de la vegetación nacido de un árbol y muerto mientras cazaba un jabalí, y Astarté, diosa de la fecundidad y el amor, que baja al mundo subterráneo para buscarle y llevarle de nuevo entre los vivos, según un esquema muy difundido en las religiones agrarias del mundo antiguo. Adón, que en Ugarit era un epíteto de Baal, como líder de los Rapiuma (salvadores/sanadores), -reyes y grandes héroes de la tradición- era venerado en toda Fenicia, celebrándose en la primavera y el verano fiestas con largas procesiones en su honor, pero particularmente en la ciudad de Biblos. También era venerado en Pafos (Chipre), en cuyo santuario de Astarté/Afrodita se celebraban según Luciano ritos secretos en honor de Adón/Adonis, así como en Amathonte, en donde Pausanias afirma que poseía un santuario en la acrópolis, mientras que Esteban de Bizancio equiparaba el culto que allí recibía con el de Osiris. En esta última región se encontraba la antigua Ierokepis, mencionada por Estrabón, literalmente la "ciudad del jardín sagrado". 
Jardines sagrados vinculados a templos importantes son conocidos en Egipto y el Próximo Oriente de donde poseemos incluso evidencia arqueológica procedente de dos templos de Baal y Astarté en la ciudad siria de Emar y fechados en el siglo XIII a. C. (D. Beyer, "Jardíns sacrés de Emar au Bronze Récent", Ktema, 15, 1990: 123-131). Muy probablemente el templo de Baal y Astarté en el Carambolo (Camas, Sevilla), en el otro extremo del Mediterráneo, poseyera otro. Y en la Hispalis romana aún se celebraban los rituales de Adón en la Antigüedad tardía. Pero Hispalis había sido antes una ciudad fenicia, por lo que estos rituales tenían seguramente un origen oriental y no griego, como también en Chipre, Fenicia y Siria. Posiblemente en aquellos jardines, como sucedía en Egipto y Mesopotamia, se cultivaran árboles y plantas relacionadas con la divinidad y su culto. Ya la tradición sumeria nos recuerda el jardín sagrado donde Inanna cuidaba del árbol "huluppu", o Arbol del Mundo y Arbol de la Vida, jardín que seguramente estaba asociado al templo de la diosa en la ciudad de Uruk. Tal vez por influencia de Osiris (las conexiones entre Biblos y Egipto eran muy antiguas) los jardines sagrados desempeñaron seguramente un papel importante en los rituales de Adón. Por lo demás adon es en las lenguas semíticas occidentales un epíteto divino además de regio a menudo ligado a Baal, designación solo aparentemente genérica de estos dioses reyes de la tradición sirio-palestina.
El Adón de Biblos es, en realidad, la versión cananeo-fenicia del Tammuz mesopotámico, cuyo padre sería Cushor, el Kothar ugarítico. Lo cual nos recuerda que el descenso de Innana al Inframundo ha sido interpretado en un sentido geográfico como un viaje ritual al país de Kutha, que se consideraba la residencia de los dioses del Inframundo. Además una tradición siriaca ha preservado un relato paralelo de Tamuz, hijo de Cuthar, rey de los fenicios, y amante de Balthi reina de Chipre, que murió durante una cacería de jabalíes en el Monte Líbano y cuya tumba se encontraba en Apahaca cerca de Biblos, donde otra tradición local nos recuerda el río cuyas aguas una vez al año, por la primavera, se tiñen de color rojo, conmemorando la muerte de Adón. Esta claro, por otro lado, que Cuthar es Kothar, o sea Cushor mientras que Balthi no es otra que Ba`alat, "la señora de Biblos", la denominación local de Astarté. Todos estos jévenes dioses tienen algo en común: en un principio eran humanos y solo adquieren la divinidad después de su muerte (y posterior resurrección). Su culto sigue el ciclo de la vegetación y está conectado con la fertilidad. En su descenso al Inframundo Adón habría de encontrarse con los Refahim (la versión fenicia y luego bíblica de los Rapiuma, criaturas que poblaban el mundo de los difuntos y los ancentros) antes de que Astarté lo devolviera a la vida.
Por cierto que el padre de Adonis en la versión griega del mito es Kinyras, nombre cuya etimología lleva a relacionarlo con el tañedor de la lira durante el ritual del lamento fúnebre (que Safo de Lesbos compone para Adonis y acompaña con flautas) y que posee las mismas características que Cushor/Kothar, y del que Apolodoro dice que había fundado Pafos en Chipre, mientras que Estrabón recuerda su residencia real en Biblos (J. P. Brown, "Khotar, Kinyras and Kythereia", Journal of Semitic Studies, 10, 1965: 197-219). Este Kinyras, que es ya mencionado en tablillas micénicas procedentes del palacio de Pilos, parece haber sido de origen fenicio y distintas tradiciones le atribuyen la fundación de los templos de Afrodita urania en Pafos y en la isla de Kythera. De acuerdo con Herodoto existiría una santuario de Afrodita urania aún más antiguo en Ascalón y habrían sido fenicios procedentes de esta región los responsables de la fundación del de Kythera.
Según Píndaro había también un templo a Afrodita urania en Corinto en el que las mujeres ofrecían "las lágrimas leonadas del amarillo incienso", el mismo que Salomón había ofrecido a Ashtoreth, "la abominación de los sidonios", y que no es otra que Astarté, una mixtura cuyo uso estaba prohibido y reservada solo para determinados rituales religiosos. Volveremos sobre este punto más adelante. En Corinto y en sus colonias Ambracia y Córcira uno de los meses de la primavera se denominaba ya en el siglo VII a. C. "phoinikaios", y parece que durante el mismo se celebraban determinados rituales de Adón. Un festival de renovación en primavera es también conocido por los textos de Ugarit. Y parece que originariamente los rituales relacionados con la pérdida y el lamento del dios debieron realizarse en Chipre y en Fenicia durante la primavera, después del esquileo, e inauguraban la estación marítima, en la que la navegación volvía a reanudarse después de los largos meses del otoño y el invierno.
Puesto que Luciano de Samosata califica algunos de estos ritos de secretos, cabe albergar la sospecha, siquiera como hipótesis de trabajo, de que una droga, algún enteógeno, formara parte de ellos. También en el descenso de Inanna/Ishtar al Inframundo aparecen un “agua de la vida” y un “alimento de la vida”.  Los dioses del Próximo Oriente también bebían un «Vino de la vida Eterna», que les era proporcionado por Siduri-Sabitu, diosa-serpiente de la Vida y la Sabiduría, aquella que recibió a Gilgamesh en el Jardín de los Dioses. En el mito mesopotámico de Adapa, el protagonista, tras haber ascendido al Cielo, rehusa la inmortalidad, engañado por el dios Ea, al no querer comer «el Pan de la Vida» ni beber «el Agua de la Vida». Al parecer, este alimento de la vida y el agua de la vida tenían propiedades mágicas y no era necesario ingerirlos para que surtieran efecto, pero estaban, en principio, reservados a los dioses. Tal es la forma en la que Innana logra salir del Mundo Inferior: debe ser rociada con alimento de la vida y bebida de la vida, y así volverá a vivir. 
Esto nos recuerda que algunos mitos griegos hablan de una droga que proporcionaba la inmortalidad. Tal ocurre, por ejemplo, con Calypso, ninfa de extraordinaria belleza que reside en una isla en el lejano Océano occidental, y que era capaz de otorgarla, lo que solo puede ser obtenido de otro modo por medio de la ambrosía. Cuando Hermes fue a visitarla por encargo de Zeus la encontró en la gran caverna en la que había hecho su residencia ante un fuego y a lo largo de la isla flotaba el olor de las hogueras de cedro y enebro. Sus similitudes con la mesopotámica Siduri- Sabitu fueron señaladas hace tiempo por M. S. Jensen. Thetis rodeaba de noche al niño Aquiles con fuego y de día ungía sus tiernas carnes con ambrosía para hacerlo inmortal y salvarlo de los horrores de la vejez, lo que recuerda muy de cerca el proceder de Demeter con el hijo de Deyanira, reina de Eleusis. En el mito de Tántalo éste fue castigado por querer proporcionar a la humanidad la ambrosía, el alimento de los dioses, con lo que llegaría a ser como ellos, según la tradición, que recogen, entre otros, Píndaro y Apolodoro. Las fuentes más antiguas aún mantienen la tradición de ambrosía como bebida, así que, originalmente, parece que néctar, la bebida de los dioses, y ambrosía eran similares. También en la religión védica figuraba junto a Soma, Amrita, literalmente «sin muerte» en sánscrito, la bebida que proporcionaba la inmortalidad a las divinidades.
En el caso del festival de Adón durante la primavera que ahora nos concierne, los rituales en los terrados de las casas, en los que intervenían inciensos y libaciones, formaban parte de una expresión privada de dolor, durante la cual se realizaba también el sacrificio de un verraco o un cerdo, para posteriormente tomar parte  en una procesión publica por las calles de la ciudad en dirección al templo de Astarté en el que la estatua de la diosa era mostrada a través de una ventana, para culminar con la lamentación ritual dando vueltas en torno al obelisco sagrado que presidía el patio (N. Robertson, "The Ritual backgraound of the dying god in Cyprus and Syriopalestine", The Harvard Theological Review, 75, 3, 1982: 313-359).
Respecto a un culto similar de origen cananeo, considerado por lo tanto idólatra, en el Antiguo Testamento podemos leer lo siguiente: 
“Serán todas la casas de Jerusalén y todas los palacios de los reyes de Judá impuras, sí, como el emplazamiento del Tofet, todas esas casas en cuyos terrados se ofrecía incienso a todo el ejército de los cielos y se hacían libaciones a otros dioses” (Jr 19:13); “vendrán los caldeos y combatirán contra esta ciudad, la prenderán fuego y la abrasarán junto con las casas en cuyos terrados se ofrecía incienso a Baal y se hacían libaciones a otros dioses, para irritación mía” (Jr 32:29). 
Recientemente se ha vuelto a señalar el carácter psicoactivo de aquellos inciensos bíblicos. El utilizado en el culto a Yavé en su templo de Jerusalén solo podía ser usado por sus más cercanos sacerdotes quienes, tras respirarlo,  experimentaban visiones de ángeles y otros seres celestiales (F. R. Dannaway, "Strange Fires, Weird Smokes, and Psychoactive Combustibles: Entheogens and Incense in Ancient Traditions" Journal of Psychoactive Drugs, 42, 4, 2010: 485-499). 
Astarté aparece muchas veces relacionada en el registro arqueológico con timiaterios, que en ocasiones la representan desnuda con el peinado hathórico, lo que viene a confirmar la importancia de los inciensos en su culto, tal como la tradición asevera, y los árboles y plantas con la que se la relaciona en la tradición y la iconografía son el cedro, el junípero, el ciprés, el pino, la flor de loto y la adormidera. Los aceites esenciales de algunos de ellos fueron utilizados desde muy antiguo para la eleboración de inciensos y otras fumigaciones de carácter psicoactivo. El cedro es por otra parte el árbol del conocimiento del cual adquiere la sabiduría Innana. Por cierto, que Adón, nunca recibe en Oriente culto en solitario, sino siempre en relación a Astarté. Tampoco tiene un templo propio, sino que le está reservado un espacio en el témenos de la diosa. 
La celebración ritual de la muerte y resurrección de Adón, durante la primavera, en Biblos y otros lugares de Fenicia y Chipre (además de Coirinto y sus colonias) constituía en realidad un festival del año nuevo que duraba varios días. Como en Mesopotamia, la muerte y resurrección del dios, simboliza la renovación de la naturaleza, del orden social y del propio poder del rey. Si las muestras agudas de llanto y dolor formaban parte de las primeras celebraciones, eran finalmente sustituidas por  grandes manifestaciones de júbilo y alegría, mediante música y danzas extáticas, una vez producida la resurrección del dios. Nada de esto tiene que ver con las adonías griegas que se celebraban en verano y no estaban asociadas a una festividad pública ni a ningún tipo de santuario, constituyendo más bien una expresión privada del dolor de las mujeres por la desaparición de Adonis.