Los problemas obstétricos de las australopitecas


El tamaño del cerebro de los recién nacidos y las dimensiones del canal de parto están íntimamente ligadas. La mayoría de las madres de hoy en día saben perfectamente las dificultades que ha supuesto dar a luz a sus hijos. El tamaño del cerebro y la anchura de los hombros de los recién nacidos están muy ajustados a las dimensiones del canal del parto. El hecho de ser bípedos nos ha llevado a esta situación. Las sociedades más avanzadas cuentan con la inestimable ayuda de las matronas y de la tecnología. Pero no todas las poblaciones disponen de hospitales equipados y el parto puede llegar a ser un evento fatal para muchas madres y sus recién nacidos a pesar de que las madres reciban ayuda de mujeres expertas. Pero, ¿qué sucedía en el pasado?, ¿qué sabemos de los australopitecos o de los miembros más antiguos del género Homo?

La lógica nos induce a pensar que el parto pudo ser mucho más sencillo en todas las especies de la genealogía humana, desde los ardipitecos hasta los neandertales, pasando por los australopitecos o los miembros de Homo erectus. Todos estos homininos (excepto los neandertales) tuvieron un cerebro más pequeño que el nuestro.

Puesto que existe una relación bien conocida entre el tamaño de los neonatos y el de los adultos, no es complicado averiguar el tamaño de la cabeza de los recién nacidos en las especies del pasado. En 2008 los investigadores Jeremy de Silva y Julie Lesnik publicaron sus estimaciones empleando datos de numerosas especies de primates catarrinos (entre los que nos encontramos). Ahora sabemos que tamaño podría tener el cerebro de los recién nacidos de todas las especies de homininos solo con saber el tamaño del cerebro de los adultos. Si disponemos de buenos datos sobre las pelvis de esas especies podremos hacernos una idea razonable tanto de las dificultades como de la modalidad del parto de los neonatos.

En los primates cuadrúpedos (como los simios antropoideos), el parto es muy holgado y los fetos orientan sus cerebros de manera sagital antes de comenzar su viaje a través del canal del parto. En estos primates la cabeza no tiene que girar en ese viaje, como podemos ver en la figura que acompaña al texto. La bipedestación ha modificado de manera drástica la morfología de la pelvis. Por ejemplo, la dimensión sagital del canal del parto se ha reducido de manera significativa. Es por ello que entramos en el canal del parto con la cabeza orientada de manera transversal (de perfil, para entendernos). Tras un giro de la cabeza y una verdadera contorsión de los hombros, podemos salir por el último tramo del canal de parto con la cara mirando hacia abajo. Todo lo contrario a lo que sucede en los simios antropoideos, que pueden mirar a su madre justo al salir del anillo óseo de la pelvis.
Los expertos en estas cuestiones han tratado de reproducir tanto la dificultad como la modalidad del parto (con o sin rotación de la cabeza) en nuestros ancestros. La última investigación ha sido publicada hace pocas semanas por un equipo liderado por Alexander G. Claxton (Universidad de Boston). Los autores implicados en este trabajo han conseguido reconstruir de manera virtual la pelvis Sts 65, asignada a Australopithecus africanus. La tecnología ha permitido este pequeño “milagro científico”, impensable hace tan solo una decena de años. La morfología de Sts 65, que conserva parte del íleon y el pubis, sugiere que perteneció a una hembra. Este es un hecho afortunado, porque todos conocemos las diferencias entre machos y hembras en la forma del hueso coxal. Como bien podemos suponer, estas diferencias tienen que ver con la maternidad.

Todos los homininos son bípedos y, en consecuencia, la pelvis adoptó una forma diferente a la de los simios antropoideos desde los inicios de nuestra genealogía. Por descontado, el tamaño de la pelvis en los pequeños australopitecos era mucho menor que en Homo sapiens. Todos los elementos del esqueleto de estos homininos tenían un tamaño proporcional al tamaño de sus cuerpos. En términos relativos, la pelvis era algo más ancha que la nuestra debido a la expansión lateral de hueso ilíaco. Pero cuando se miden las dimensiones del canal del parto en los australopitecos no se aprecia ninguna desproporción significativa con respecto al canal del parto de Homo sapiens. La cabeza de los recién nacidos de las especies del género Australopithecus (unos 180 centímetros cúbicos) era obviamente mucho más pequeña que la de nuestros hijos (unos 380 centímetros cúbicos). Pero las dimensiones del canal del parto de los australopitecos también era más pequeñas. En consecuencia, las conclusiones de Claxton y sus colaboradores no difieren de las obtenidas por otros expertos. Parece una contradicción a la lógica, pero los australopitecos habrían tenido las mismas dificultades que nosotros para dar a luz a sus crías. Y así ha podido ser durante toda la genealogía humana, desde sus inicios hace unos seis millones de años. En todas las especies anteriores a la nuestra, la cabeza del feto pudo orientarse de manera transversal, con la consiguiente rotación a medida que se movía por el canal del parto.



Imagen esquemática del parto en chimpancés, Australopithecus afarensis y Homo sapiens. En este dibujo pueden verse los tres tramos del canal del parte, que en nuestra especie tienen dimensiones diferentes. Es por ello que la modalidad del parto en Homo sapiens incluye una rotación en la orientación de la cabeza del feto.

Los expertos en el estudio del tamaño corporal siempre han hipotetizado que el aumento del tamaño del cuerpo pudo estar relacionado con el estilo de vida de los cazadores recolectores, enfrentados a mil peligros. Para Claxton y sus colaboradores, el tamaño corporal (y en consecuencia el de la pelvis y el canal del parto) pudo ser una consecuencia secundaria del aumento del tamaño del cerebro. Cuanto mayor era el tamaño del cerebro de los recién nacidos, mayor habría de ser el canal del parto. La selección natural habría favorecido la presencia de cerebros cada más grandes y más complejos en el género Homo y el resto del cuerpo habría seguido las directrices impuestas por este aspecto tan sumamente importante de nuestra historia evolutiva.

Longevidad: ¿cuánto podemos llegar a vivir?

La posibilidad de vivir muchos años ha sido siempre una idea obsesiva durante la historia reciente. Y tan solo en los últimos cien años hemos sido capaces de prolongar nuestra vida de una manera significativa. Los científicos Xiao Dong, Brandon Milholland y Jan Vijg (Departamento de Genética del “Albert Einstein College of Medicine” de Nueva York) publicaron hace pocas semanas un artículo sobre este asunto en la revista Nature. Aunque el tema es muy recurrente en la literatura científica, estos investigadores han analizado los datos demográficos de los últimos 26 años para conocer la posible evolución de la máxima longevidad de nuestra especie.

La pregunta que todos nos hacemos es cuánto pueden llegar a influir la tecnología y una dieta saludable y adecuada en la prolongación de la vida ¿Existe un límite que no podemos pasar?, ¿podríamos llegar a vivir 150, o quizá 200 años si las condiciones son óptimas? Por descontado, no son pocos los que están convencidos de que esta longevidad es posible, y aún llegan mucho más lejos. Pero Dong y sus colegas no están de acuerdo. Sus investigaciones en el ámbito de la demografía revelan que desde 1990 la humanidad se ha estancando, tomando como referencia un estudio publicado ese año por varios colegas (Olshansky y otros, Science, 250). Aunque de vez en cuando tengamos noticias de personas concretas capaces de vivir algo más allá de los 120 años, lo cierto es que desde hace más de dos décadas nos hemos quedado en longevidades que raramente superan un siglo de existencia.

Aunque Dong y sus colegas están de acuerdo en admitir que muy probablemente no existe un determinismo genético específico en Homo sapiens para la longevidad máxima, es muy posible que otros factores puedan limitar el tiempo que podemos vivir. Esos factores (quizá docenas de ellos) estarían regulados genéticamente y serían determinantes indirectos de la longevidad de una especie.
Aparte de este debate científico tan apasionante, estamos dejando a un lado un hecho fundamental. El “objetivo” de cualquier especie es perpetuarse. Muchas especies tienen vidas muy cortas, que terminan en el momento en el que han conseguido dejar sus genes para la siguiente generación. En nuestro caso, sabemos que la fertilidad tiene un límite bien marcado. La probabilidad de que un óvulo llegue a ser fecundado se incrementa en la mujer a partir de una determinada edad. Esa probabilidad llega a ser máxima, para luego ir declinando y finalmente desaparecer. Y esto último sucede, por supuesto, mucho antes de alcanzar las edades tan avanzadas a las que se suele llegar en las sociedades desarrolladas. Aunque una mujer pueda ser madre a los 62 años mediante fecundación in vitro (noticia reciente), la tecnología no invalida lo que sucede de manera natural.

La vida post-menopaúsica es una característica que se ha desarrollado en nuestra especie. Gracias a ello, las mujeres (y los hombres) con posibilidades de cuidar de sus nietos están ahora apoyando la capacidades reproductoras de sus hijas. Si es este el caso, la selección natural habría favorecido el tiempo que transcurre entre el cese de la fertilidad y el fallecimiento. Pero también vimos que no hay buenos datos para defender la “teoría de la abuela” en las poblaciones del Pleistoceno.

Pienso que la prolongación de nuestra vida está directamente relacionada con el estilo de vida de las sociedades más desarrolladas. Podemos disfrutar de un tiempo extra gracias a los progresos científicos, que nos ayudan a conseguir una mayor longevidad aunque nuestra vida útil como individuos reproductores haya cesado. Daremos la bienvenida a ese tiempo añadido, sea cual fuere, deseando que nuestra calidad de vida durante ese período sea cuando menos aceptable. Como bien dice la investigadora María Blasco (directora del CNIO), “si nos tenemos que morir, procuremos morirnos sanos”.

Arqueólogos descubren en Egipto dos tumbas con restos de momias

Imagen de la exposición 'Ancient lives, new discoveries' del British Museum. (BRITISH MUSEUM)

- Un grupo de arqueólogos egipcios, perteneciente al Ministerio de Antigüedades, ha hallado dos tumbas en el oeste de la provincia de Asuán.

- Las tumbas, cavadas en la roca, se encuentran en mal estado y corresponderían al Periodo Tardío faraónico.

- Carecen de dibujos, escrituras y contienen restos de momias y sarcófagos.

Según informaba este viernes en un comunicado el Ministerio egipcio de Antigüedades, un grupo de arqueólogos egipcios ha descubierto dos tumbas en el oeste de la provincia meridional de Asuán que pertenecerían al Periodo Tardío faraónico (724-343 a.C.).

Esta ciudad se sitúa al sur de Egipto, en la primera catarata del Nilo, a casi mil kilómetros de El Cairo.

Los arqueólogos que forman parte de la Escuela de Excavaciones, perteneciente al Ministerio, descubrieron ambas fosas en unas rocas ubicadas en Al Agajan, en la citada provincia.

Entrada de la tumba.

El director general del Departamento de Antigüedades en Asuán, Nasr Salama, dijo que las dos tumbas, cavadas en roca, están en mal estado y carecen totalmente de dibujos y escrituras, pero contienen restos de momias y sarcófagos.

Delante de cada nicho hay escaleras que conducen a una pequeña cámara funeraria de forma cuadrada, según explicó Salama.

El Ministerio señaló además que el ministro de Antigüedades, Jaled al Anani, se trasladará mañana a la zona de excavaciones en Asuán para homenajear a los arqueólogos que han realizado este descubrimiento.

Arqueólogos israelíes descubren un misterioso papiro que recoge la referencia más antigua en hebreo de Jerusalén

El papiro formó parte de una serie de documentos utilizados para registrar el pago de impuestos.

Un grupo de arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel ha publicado un fragmento de un papiro que data del siglo VII a.C., y que, según los expertos, supone la primera referencia no bíblica a Jerusalén en hebreo.

El papiro, de 2,5 centímetros de ancho y once de largo, ha sido presentado este miércoles durante una rueda de prensa, tan sólo unas semanas después de que la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) emitiera una resolución que rechaza los vínculos establecidos entre la ciudad y el judaísmo.

El texto hallado sugiere que éste formó parte de una serie de documentos utilizados para registrar el pago de impuestos y la transferencia de bienes a varios almacenes de Jerusalén. "De la criada del rey, de Naarat, jarras de vino, a Jerusalén", indica el papiro, según los arqueólogos.
La Autoridad de Antigüedades de Israel ha señalado que los investigadores han recuperado el documento, descrito como "el primer hallazgo de una fuente extra-bíblica que menciona Jerusalén en hebreo", después de que éste fuera extraído por varios 'caza tesoros' de la cueva en la que se encontraba.


CONTRA LA RESOLUCIÓN DE LA UNESCO

Para el Gobierno de Israel, el papiro supone una contundente respuesta a la resolución de la UNESCO, calificada de hostil por las autoridades. "UNESCO, hemos encontrado un papiro de hace 2.700 años que hace mención a Jerusalén en hebreo", ha afirmado Ofir Gedelman, el portavoz del primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Emmanuel Nahshon, ha indicado que la votación llevada a cabo por el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en París constituye "una basura".

La resolución hace hincapié en el hecho de que el lugar sagrado del Monte del Templo, conocido por los musulmanes como la Explanada de las Mezquitas, supone sólo un "lugar de culto para los musulmanes". Por otra parte, las autoridades israelíes desaprobaron hace varias semanas la resolución de la UNESCO que condena la restricción del acceso de los musulmanes a la zona por parte de Israel.

El Gobierno israelí considera Jerusalén como la capital del Estado de Israel, una posición que no ha sido reconocida a nivel internacional. Los palestinos reclaman Jersualén Este como la capital del Estado independiente de Palestina, que también incluiría Cisjordania y la Franja de Gaza.
"El descubrimiento de este papiro, que muestra el nombre de nuestra capital, supone una clara prueba de que Jerusalén era y será siempre la capital eterna del pueblo judío", ha manifestado el ministro de Cultura, Miri Regev.

El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, ha acusado a Israel de llevar a cabo una campaña arqueológica "de premisas y hechos distorsionados" para intentar justificar su reivindicación de la ciudad sagrada.

Descubren cinco extraordinarios mosaicos de la época del rey Abgar V en Turquía. La leyenda cristiana


Antiguos mosaicos extraordinarios, que se cree se remontan al siglo I a.C., se han descubierto en la provincia suroriental de Sanliurfa en Turquía, según las autoridades municipales.
Los arqueólogos han descubierto cinco mosaicos de época del rey Abgar V (4 a.C -7 d.C.), el quinto rey del reino de Osroena (132 a.C. al 244 d.C.), que representan elegantes dibujos e inscripciones siríacas, como parte de un proyecto titulado "Las afueras del Castillo". Los mosaicos se mostrarán en museos después de completar su restauración.


Dentro del alcance del proyecto llevado a cabo en un área de unos 45.000 metros cuadrados en Sanliurfa, cerca de 80 tumbas han sido restauradas hasta ahora, mientras que las carreteras se han construido, tomándose las medidas medioambientales necesarias para preservar los hallazgos. Estas restauraciones han jugado un papel importante para ayudar a convertir la provincia suroriental en un centro de atracción.

Se cree que Abgar V fue uno de los primeros reyes cristianos de la historia, después de haber sido convertido a la fe por el apóstol Tadeo de Edesa, uno de los setenta y dos discípulos enviados a difundir el cristianismo.


Osroena (Osrhoene, Osrohene, Malkuṯā d-Bēt Ōsrā Īnē), también conocida como Edesa, su capital (hoy día Sanliurfa), es una región de la actual Turquía, fronteriza con Siria, situada al este de la gran curva occidental del río Éufrates. Era uno de los muchos reinos que se originaron después de la caída del Imperio seléucida. Osroena fue conquistada en 114 por los romanos y quedó como un Estado satélite semiautónomo hasta que en 214 fue declarada provincia del Imperio romano. País de cultura aramea. En Osroena tuvo lugar la "Leyenda de Abgar". Fuente: Wikipedia

Abgaro V de Edesa

Abgar o Abgaro V de Edesa (4 a.C. hasta 7 d.C. y del año 13 hasta 50 d.C.) fue un gobernante histórico del reino de Osroene, que tuvo su capital en Edesa, situada aproximadamente en la región siria que fue llamada anteriormente Aram-Naharaim en el Antiguo Testamento.

Foto: Abgaro V en un billete armenio de 100.000 Drams.

Leyenda del rey Abgaro

En la tradición cristiana, la historia del rey Abgaro de Edesa es una narración temprana sobre un milagroso icono, instalado en el corazón de la región donde la tradición iconoclasta desaprobaba fuertemente las imágenes en general, pero la leyenda de este icono las legitimaba al conectarlo directamente con Jesús.

Foto: Fresco ubicado en la iglesia varega San Gevorg mostrando al rey Abgaro con la imagen de Cristo.

La leyenda cuenta que Abgaro, rey de Edesa, padecía una enfermedad incurable, y oyó la fama de los poderes y milagros de Jesús, por lo que decidió escribirle, reconociendo su divinidad, clamando por su ayuda, y ofreciéndole asilo en su propia residencia; la tradición declara que Jesús le contestó la carta declinando la invitación, pero prometiéndole que después de su ascensión, le enviaría uno de sus discípulos dotado con su poder.

Foto: Icono del siglo X, que representa a Abgaro V con el mandylion.

Eusebio, obispo de Cesarea, historiador de la Iglesia del siglo IV, registra una tradición, en su Historia Eclesiástica, I, xiii, ca 325, relativa a correspondencia intercambiada entre Abgaro de Edesa y Jesús. Eusebio estaba convencido que las cartas originales, escritas en idioma siriaco, fueron guardadas en los archivos de Edesa. Eusebio declara también que a su debido tiempo, Aday o uno de los 72 discípulos, llamado Tadeo de Edesa, fue enviado por Tomás el Apóstol en 29. Eusebio copia las dos cartas en el texto de su historia.

La correspondencia consistió en la carta de Abgaro y la respuesta dictada por Jesús. Posteriormente la leyenda se fue ampliando y se comenzó a mencionar un retrato de Jesús pintado en vida. Este retrato, supuestamente pintado por el archivista de la corte, Hanán, durante su visita a Jesús, se menciona por primera vez en el texto siriaco llamado la "Doctrina de Aday" (el nombre Addaei o Addaeus es una variante de Thaddaeus o Thaddeus), de la segunda mitad del siglo IV. Aquí se dice que la respuesta de Jesús no fue dada por escrito sino verbalmente y que el suceso tuvo lugar en 32. Esta Enseñanza de Aday es también el testimonio más temprano de una imagen de Cristo pintada en vida, venerada por el achacoso rey Abgaro V en uno de sus palacios. Las versiones griegas de la leyenda se encuentran en las "Actas de Tadeo".

El historiador Eusebio guarda una tradición (H. E., I, xii), en la que él mismo cree con firmeza, respecto a una correspondencia que tomó lugar entre Jesús y el soberano local en Edesa. Tres documentos se relacionan con ésta correspondencia: la carta de Abgar a Jesús; la respuesta de Jesús; un cuadro de Jesús, como era Él en vida. Ésta leyenda gozó de gran popularidad, tanto en el oriente como en el occidente, durante la Edad Media: la carta de Jesús era copiada en pergamino, mármol y metal, y era usada como talismán o amuleto. En la época de Eusebio, se pensaba que las cartas originales, escritas en sirio, estaban guardadas en los archivos de Edesa. En nuestros días, poseemos no sólo un texto sirio, sino también una traducción en armenio, dos versiones griegas independientes, más cortas que la siria, y varias inscripciones en piedra, todas ellas discutidas en dos artículos en el “Dictionnaire d’archéologie chrétienne et de liturgies” cols. 88 sq. y 1807 sq. Las únicas dos obras a consultar referentes a éste problema literario son la “Historia Eclesiástica” de Eusebio, y la “Enseñanza de Adai,” la cual afirma pertenecer a la época apostólica. La leyenda, de acuerdo a éstas dos obras, se desarrolla de la siguiente manera: Abgar, rey de Edesa, quien sufre de una enfermedad incurable, ha oído la fama del poder y los milagros de Jesús y le escribe, rogándole que llegue y lo cure. Jesús no acepta, pero promete enviar un mensajero, dotado de Su poder, llamado Tadeo (o Adai), uno de los setenta y dos discípulos. Las cartas de Jesús y del rey de Edesa varían en la versión que da Eusebio y la de la “Enseñanza de Adai.” La siguiente está tomada de la “Enseñanza de Adai,” ya que es menos accesible que la Historia de Eusebio:

Abgar Ouchama a Jesús, el Buen Doctor Quien ha aparecido en el territorio de Jerusalén, saludos:

He oído de Vos, y de Vuestra sanación; que Vos no usáis medicinas o raíces, sino por Vuestra palabra abrís (los ojos) de los ciegos, hacéis que los paralíticos caminen, limpiáis a los leprosos, hacéis que los sordos oigan; cómo por Vuestra palabra (también) curáis espíritus (enfermos) y aquellos atormentados por demonios lunáticos, y cómo, de nuevo, resucitáis los muertos a la vida. Y, al darme cuenta de las maravillas que Vos hacéis, me he dado cuenta de que (de dos cosas, una): o habéis venido del cielo, o si no, sois el Hijo de Dios, quien hace que sucedan todas éstas cosas. También me doy cuenta de que los judíos murmuran en contra Vuestra, y Os persiguen, que buscan crucificaros y destruiros. Poseo únicamente una pequeña ciudad, pero es bella, y lo suficientemente grande para que nosotros dos vivamos en paz.

Cuando Jesús recibió la carta, en la casa del sumo sacerdote de los judíos, le dijo a Hanán, el secretario:

Id, y decid a vuestro amo, quien os envió a Mí: ‘Feliz seáis, vos que habéis creído en Mí, sin haberme visto, porque está escrito de mí que quienes me vean no creerán en Mí, y que aquellos que no me vean creerán en Mí. En cuanto a lo que habéis escrito, que debería ir a vos, (he aquí, que) todo a lo que fui enviado aquí está terminado, y subo de nuevo a Mi Padre Quien me envió, y cuando haya ascendido a Él os enviaré a uno de Mis discípulos, quien sanará todos vuestros sufrimientos, y (os) dará la salud de nuevo, y convertirá a todos aquellos con vos a la vida eterna. Y vuestra ciudad será bendecida por siempre, y el enemigo nunca prevalecerá sobre ella.

De acuerdo a Eusebio, no fue Hanán quien escribió la respuesta, sino el mismo Jesús.

Ha surgido una curiosa evolución legendaria de ésta imaginaria ocurrencia. Se ha discutido seriamente la naturaleza de la enfermedad de Abgar, al crédito de la imaginación de varios escritores, sosteniendo que era gota, otros que era lepra, los primeros diciendo que había durado siete años, los últimos descubriendo que el enfermo había contraído su enfermedad durante una visita a Persia. Otros historiadores, nuevamente, sostienen que la carta fue escrita en pergamino, aunque algunos favorecen al papiro. El pasaje crucial en la carta de Jesús, sin embargo, es el que promete a la ciudad de Edesa la victoria sobre todo enemigo. Le dio al pueblecito una popularidad que desapareció el día en que cayó en manos de conquistadores. Fue una inesperada conmoción para aquellos que creían en la leyenda; estaban más dispuestos a atribuir la caída de la ciudad a la ira de Dios en contra sus habitantes, que a admitir el fracaso de una protección en la que en ese tiempo se confiaba no menos que en el pasado.

Foto: Mandylion en la iglesia de San Silvestre en Roma

Desde entonces, el hecho al que aludía la correspondencia ha, por mucho tiempo, dejado de tener valor histórico alguno. En dos lugares, el texto está tomado del Evangelio, lo cual de por sí es suficiente para refutar la autenticidad de la carta. Por otra parte, las citas son hechas no de los Evangelios auténticos, sino de la famosa concordancia de Taciano, compilada en el siglo II, y conocida como el “Diatesarón”, fijando así la fecha de la leyenda en aproximadamente la mitad del siglo III. Además, sin embargo, de la importancia que obtuvo en el ciclo apócrifo, la correspondencia del Rey Abgar también ganó un lugar en la liturgia. El decreto De libris non recipiendis, del pseudo-Gelasio, coloca la carta entre los escritos apócrifos, lo cual puede, posiblemente, ser una alusión al hecho de que haya sido interpolada entre las lecciones oficialmente autorizadas de la liturgia. Las liturgias sirias conmemoran la correspondencia de Abgar durante la Cuaresma. La liturgia celta parece haber concedido importancia a la leyenda; el “Liber Hymnorum”, un manuscrito conservado en el Trinity College de Dublín (E. 4, 2), da dos oraciones sobre las líneas de la carta a Abgar. Tampoco es completamente cierto que esta carta, seguida de varias oraciones, pueda haber conformado un oficio litúrgico menor en ciertas iglesias.

Fuente: Mandylion en la iglesia de San Bartolomeo de los armenios en Genoa, Italia.

El relato dado por Adai contiene un detalle al que se puede hacer referencia aquí brevemente. Hanán, quien escribió lo que Jesús le dictó, era archivero en Edesa y pintor del rey Abgar. Se le había encargado pintar un retrato de Jesús, tarea que llevó a cabo, trayendo de regreso consigo una pintura que llegó a ser objeto de veneración general, pero de la que, después de un tiempo, se dijo que había sido pintada por el mismo Jesús. Al igual que la carta, el retrato estaba destinado a ser el núcleo de una legendaria transformación; el “Santo Rostro de Edesa” era principalmente famoso en el mundo bizantino. Debe ser aquí suficiente una indicación mínima de éste hecho, sin embargo, ya que la leyenda del retrato de Edesa forma parte del extremadamente difícil y oscuro tema de la iconografía de Cristo, y de las pinturas de origen milagroso llamadas imágenes aquiropoetas "αχειροποίητα" (“hechos sin manos”).

Fuentes: Daily Sabah | Wikipedia, 27 de octubre de 2016

Abren la tumba de Jesucristo por primera vez en siglos

Científicos retiran el revestimiento de mármol de la tumba de Jesús (Dusan Vranic / AP)

En la cámara más recóndita del sitio que se cree es la tumba de Jesús, un equipo de restauración retiró una capa de mármol por primera vez en siglos en un intento por llegar a la superficie de piedra original donde el cuerpo de Jesús fue depositado.

Muchos historiadores sostienen que la caverna original, identificada un par de siglos después de la muerte de Jesús como su tumba, fue destruida hace años. Pero un arqueólogo que acompaña al equipo de restauración dijo que las pruebas de radar de sondeo terrestre determinaron que las paredes de la caverna en realidad están erguidas --con una altura de 1,8 metros y conectadas a roca firme-- detrás de los paneles de mármol de la cámara en el centro de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén.


Religiosos franciscanos Y Ortodoxos Griegos, en la iglesia del Santo Sepulcro (AFP)

"Lo que se descubrio es extraordinario" , declaro Fredrik Hiebert (izquierda), arqueólogo de National Geographic. Los trabajos forman parte de un proyecto de renovación histórica para reforzar y preservar el edículo, la cámara que aloja la cueva donde la tradición dice que el cuerpo de Jesús fue depositado y donde resucitó. Es la atracción principal de una de las iglesias más viejas del Cristianismo y uno de sus santuarios más importantes.


“Por lo general yo paso mi tiempo en la tumba de Tutankamón --afirmó Hiebert en referencia al sitio donde está sepultado el faraón egipcio--, pero esto es más importante”. National Geographic se asoció con restauradores expertos griegos para documentar las tareas.

La iglesia del Santo Sepulcro es un edificio del siglo XII que descansa sobre restos del siglo IV en la Ciudad Vieja de Jerusalén. La tumba estuvo cubierta por un revestimiento de mármol al menos desde 1555 y probablemente desde siglos antes. National Geographic se asoció con restauradores expertos griegos para filmar los trabajos en curso en el que está considerado el lugar más sagrado para la Cristiandad.

“El revestimiento de mármol de la tumba ha sido retirado, y nos sorprendió por la cantidad de material de relleno debajo de ella -dijo Hiebert-. Será un análisis científico largo, pero finalmente seremos capaces de ver la superficie de la roca original en la que, según la tradición, se colocó el cuerpo de Cristo”.



El frente de la tumba de Jesús (AFP)

Según la tradición cristiana, el cuerpo de Jesucristo fue colocado en un nicho excavado en la ladera de una cueva de piedra caliza después de su crucifixión por los romanos en el año 30 o 33. La creencia cristiana dice que Cristo resucitó después de la muerte, y que las mujeres que vinieron a ungir su cuerpo tres días después del entierro informaron de que no había restos presentes.

El edículo fue restaurado por última vez en 1810 después de un incendio, y requería una restauración después de años de exposición a la humedad y al humo de las velas. Una enorme jaula de hierro construida en torno al edículo por las autoridades británicas en 1947 como soporte aún se mantiene, pero no es suficiente.


La exposición del nicho está dando a los investigadores una oportunidad sin precedentes para estudiar la roca original, lo que puede ayudar a comprender mejor no sólo la forma de la cámara de la tumba, sino también la evolución del punto focal de veneración desde que fue identificado por primera vez por Helena, madre del emperador romano Constantino, en el año 326.

Unas velas marcan el lugar donde descansaba la cabeza de Jesús. flickr.com

“Estamos en el momento crítico para la rehabilitación del edículo”, estimó la investigadora griega Antonia Moropoulou, que dirige el equipo de restauradores de la Universidad Técnica Nacional de Atenas. “Las técnicas que estamos usando para documentar este monumento único permitirán al mundo estudiar nuestros hallazgos como si ellos mismos estuvieran en la tumba de Cristo”, afirmó.

Fuente: clarin.com | 28 de octubre de 2016