En la Cova Eirós (Lugo) 'vivió' la transición de los neandertales al hombre moderno

El conselleiro de Cultura y Educación de la Xunta de Galicia, Román Rodríguez (c); la directora de Patrimonio de la Xunta, Maria del Carmen Martínez (2d); el decano del Facultad de Geografía e Historia de la USC, Francisco R. Durán (d) y los arqueólogos Román Fábregas (2i) y Arturo de Lombera (i), han presentado en Santiago los resultados de trabajo de investigación de la cueva de Eirós en (Triacastela-Lugo) - FOTO: EFE/Xoán Rey

El equipo de investigadores responsable de las intervenciones en el yacimiento paeolítico de Cova Eirós, en el Ayuntamiento de Triacastela (Lugo), ha hecho balance este pasado viernes de los trabajos del bienio 2015-2016 para informar de que, según las dataciones más recientes, "muy posiblemente en este espacio habitaron los últimos neandertales en la parte Norte de la Península Ibérica".

Así lo ha expuesto el catedrático y director científico del proyecto --que encabeza el Grupo de Estudos para Prehistoria do Noroeste de la USC--, Ramón Fábregas Valcarce (izquierda), quien ha destacado las "características singulares que presenta esta cueva, ya que es uno de los 20 yacimientos peninsulares en donde coexistieron los neandertales con los 'Homo sapiens', que entraron en la Península por los Pirineos y fueron avanzando hacia el Sur".

Entre otras singularidades que muestran el gran interés de este yacimiento en el que hubo osos de las cavernas se encuentran aspectos geológicos, paleontológicos y paleoambientales. A modo de ejemplo, se han encontrado restos de "una de las pocas hogueras que se conocen en el Paleolítico medio".
Las últimas excavaciones datan entre 39.000 y 41.000 años --en un principio se creía que podían alcanzar casi los 100.000 años, que ahora se rebajan-- las primeras presencias de comunidades prehistóricas. Comienzan con los últimos grupos de neandertales, a los que siguen los grupos de cazadores del Paleolítico superior, los primeros agricultores del Neolítico e incluso hay registros de actividad hasta la Edad Media, con cerámica del siglo XI, en donde hubo "una ocupación intensa".
Actualmente, la excavación se encuentran en el nivel 3, fechado en el Paleolítico medio, con la recuperación de más de 10.000 registros y piezas en la cavidad, mientras analizan herramientas, modos de vida y condiciones climáticas.

EL ADORNO MÁS ANTIGUO DE GALICIA

Un aspecto muy interesante de Cova Eirós es que cuenta con manifestaciones de arte rupestre marcada por el "simbolismo". En concreto, se ha encontrado "el objeto de adorno más antiguo de Galicia" (derecha), se trata de un colgante hecho con el diente de un zorro de 26.000 años de antigüedad.
A esto se une, el arte parietal encontrado, de los últimos momentos del Paleolítico superior, con murales de hace más de 10.000 años de antigüedad.

En esta presentación también han participado el codirector del proyecto, Arturo de Lombera (izquierda); el decano de la Facultade de Xeografía e Historia, Francisco Durán, y la directora xeral de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez Ínsua.

TRABAJO FUTURO

Aunque no fue hasta los años ochenta del pasado siglo cuando se halló el yacimiento, el año 2008 figura como clave al iniciarse las excavaciones, y, desde entonces, se ha avanzado en unos trabajos que continuará en próximos años --en colaboración con el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES).
De tal forma, Ramón Fábregas ha subrayado que los trabajos futuros pasan, por una parte, por una documentación exhaustiva del arte parietal, de difícil conservación, para lo cual se trabaja con especialistas --con nuevas técnicas como la fotogrametría--, de cara a medidas de mantenimiento de unos murales de más de 10.000 años.

Por otro lado, "se seguirá trabajando en la secuencia del yacimiento, pues está extraordinariamente bien documentado el momento clave de transición entre los neandertales y el hombre moderno". Este extremo permitirá conocer las "causas" de su desaparición, si se debió a un recrudecimiento del clima o a la competencia de los Homo sapiens llegados a la región.

De hecho, según ha explicado Fábregas todavía hay pendiente más de metro y medio de relleno pendiente de excavar. A esto se une el análisis de una de las mejores colecciones de cerámicas medievales contextualizadas. Todo ello, en un yacimiento del área oriental de Galicia, una zona mucho menos estudiada que el resto de la Comunidad.

LA XUNTA GARANTIZA LA PROTECCIÓN

Una de las cuestiones que ha marcado a este yacimiento son las denuncias del impacto que puede suponer para Cova Eirós la proximidad de los trabajos de Cementos Cosmos.
Durante esta rueda de prensa en Santiago, el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, ha apuntado que "en ocasiones se ha dicho que la Cova Eirós ha estado desprotegida, una visión que considera no errónea, pero no cierta del todo".

Al respecto, señala que como "todo yacimiento es BIC (Bien de Interés Cultural) por definición", por lo que "Galicia siempre tuvo este bien protegido", al tiempo que ha garantizado su protección y ha señalado que se avanza en su delimitación.

Los arqueólogos, durante la campaña desarrollada en 2016. AEP

"Estamos trabajando en la delimitación de su ámbito territorial para acotar el espacio que merece ser conservado y que posibilita que haya una cohabitación con otros usos en este entorno", ha explicado el conselleiro.

"Debemos ser capaces de compatibilizar, partiendo del respeto y todo lo que tiene que ver con la conservación del bien, con los diferentes usos que se puedan dar aquí", ha agregado.
En su toma de la palabra, el conselleiro ha definido a Cova Eirós como un "libro abierto de los primeros vestigios de vida humana en Galicia", de gran riqueza ya que ha estado tremendamente ocupado a lo largo del tiempo.

Finalmente, ha recordado que para las dos últimas campañas arqueológicas la Xunta ha aportado un total de 50.000 euros, mientras ha avanzado que próximamente se firmará un nuevo convenio para futuros trabajos con una aportación similar.

Fuente: elcorreogallego.es | 13 de enero de 2017

Arqueólogos encuentran una pulsera de bronce en un vertedero de hace 2000 años en A Lanzada (Galicia)

La excavación de A Lanzada, retomada esta semana en el histórico yacimiento sanxenxino, continúa dando sorpresas a los arqueólogos de la Diputación que trabajan en este espacio de la costa de Sanxenxo. En esta ocasión, se han encontrado tres piezas de cerámica de dos estilos: terra sigillata y bracarense.

Estos pedazos de loza antigua se encontraron en un cuncheiro, la denominación popular de un vertedero de la Antigüedad, donde se tiraban los restos de aquellos objetos que no valían para usar ni reciclar.Todas estas piezas de cerámica están clasificadas por los arqueólogos como artículos de lujo para uso de mesa. Es decir, se emplearían en momentos especiales y en los hogares más adinerados del yacimiento romano de A Lanzada -no todo el mundo podía pagar por esta vajilla de alta gama-. Según indicó el equipo de especialistas, la terra sigillata procede de La Rioja, mientras que la bracarense se entiende que es una imitación en formas y elementos decorativos de modelos de calidad de Braga. En todo caso, se les relaciona con un contexto doméstico de la época del Imperio romano. Algunos de los vecinos de A Lanzada en el cambio de era deben haber tenido alto poder adquisitivo, porque se han encontrado más de mil piezas de terra sigillata, la loza más escasa, por cara, en un yacimiento en Galicia.

En el caso de la pulsera de bronce, que se conserva en un estado bastante bueno, se especula con que pertenezca al siglo I después de Cristo, que el estrato en que se descubrió, o que incluso podría ser de un tiempo anterior y que fue desechada por su uso más adelante. Nuevos estudios sobre esta pulsera determinarán en qué momento se fabricó. Los arqueólogos de la Diputación entienden que este objeto se encontró en lo que pudo haber sido un horno también de época romana.

Fuente: La Voz de Galicia

Este es el nuevo Parque Arqueológico más grande del mundo

Vistas del Parque Arqueológico del Coliseo

El nuevo Parque Arqueológico del Coliseo comprende monumentos como el propio Coliseo, el recinto del Foro romano, el Palatino, el Domus Aurea, el parque Colle Opio  y el Circo Máximo. 

Los edificios más emblemáticos de la Antigua Roma forman parte de un nuevo conjunto arqueológico que tiene como objetivo preservar los símbolos de Italia

asear por Roma es como introducirse en una máquina del tiempo que nos lleva hasta el que fue el imperio más potente del mundo: el romano. Su antigua capital se entremezcla entre una Roma moderna donde las nuevas edificaciones, plazas y jardines han tenido siempre que conformarse con ocupar un segundo plano. El gran protagonismo se lo lleva su cara más antigua, donde los vestigios de un próspero pasado son la imagen no solo de la ciudad, sino del país entero.


El Coliseo (en la imagen), conocido también como el anfiteatro Flavia, es el monumento más turístico de la ciudad. Solo en el 2016 lo visitaron más de 6,5 millones de personas. Visitantes que también pasearían por las ruinosas calles del antiguo Foro, donde durante su época de máximo esplendor era el centro comercial y administrativo de la urbe. Sobre él se levanta el Palatino, la más céntrica de las siete colinas de Roma. Aquí es donde Rómulo comenzó a construir la ciudad que, a lo largo de los años, se acabaría convirtiendo en uno de los referentes históricos y artísticos del mundo.

El nuevo parque arqueológico

Para preservar los monumentos que aún quedan en pie se ha creado el nuevo Parque Arqueológico del Coliseo, un nuevo proyecto que tiene como objetivo crear un espacio unitario comprendido por reliquias como el citado Coliseo, el Foro, los históricos edificios del Palatino, el antiguo palacio levantado por Nerón: el Domus Aurea, el parque Colle Oppio y el Circo Máximo, entre otros. En total, 78 hectáreas repletas de joyas históricas que convierten a este nuevo parque en el más grande e importante del mundo en su categoría.

Su idea inicial, incluida en el plan estratégico para el arreglo y desarrollo del área arqueológica central de Roma (AACR) propuesto por el ministro de Cultura, Dario Franceschini, era revitalizar el casco urbano convirtiendo lo que es su centro histórico en una ciudad histórica accesible para los ciudadanos. Entre las diferentes propuestas se encuentra la peatonalización de las calles, mejorar la accesibilidad para las personas de movilidad reducida y rescatar y restaurar algunas de las zonas degradadas.


Para su buen funcionamiento, una de las novedades es que se pondrá al frente a un director elegido por concurso internacional que será el encargado de gestionar los distintos puntos aprobados en el plan estratégico. Hasta el momento, algunos de estos vestigios como el Coliseo y el Foro romano (en la imagen) estaban a cargo de la Superintendencia Especial de Roma. Con el nuevo parque, el recinto adquiere cierta autonomía, tal y como se ha ido haciendo con algunos de los museos del país y que ha permitido mejorar sus servicios y crecer en número de visitantes.

Domus Aurea

Este imponente palacio fue construido bajo el mandato del emperador Nerón. En el año 104 sufrió un gran incendio, su conservación se debe a que en la época de Trajano fue cubierto con escombros. Sus murales y frescos fueron objeto de estudio durante años.

A pesar de la envergadura del proyecto, que convertirá el centro de Roma en un referente arqueológico, algunas de las propuestas no han tenido muy buena acogida. Una de ellas es la de devolver la antigua imagen al Coliseo cubriendo su suelo con arena. Los opositores consideran que esta iniciativa podría correr el riesgo de convertir el anfiteatro en un escenario de espectáculos, como habría ocurrido en Verona. De momento, la primera fase de las obras que se culminaron en el 2016 se centraron en limpiar su fachada - en la que se han encontrado elementos que hasta entonces se desconocían, como un bajorrelieve, frescos y filigranas - y en rellenar las grietas de su superficie. También se ha mejorado su sistema de cierre de los arcos. Los próximos trabajos estarán enfocados en sus interiores, los antiguos sótanos del edifico, así como de mejorar el servicio de los visitantes.

Fuente: NG

El Gobierno británico da el visto bueno final a la polémica construcción de un túnel bajo Stonehenge

Monumento megalítico prehistórico de Stonehenge en Salisbury (Reino Unido) IONE SALAZAR/EL MUNDO

El túnel servirá para aliviar el tráfico y paliar la congestión

El Gobierno británico ha dado el visto bueno final a la construcción de un túnel bajo el templo de Stonehenge, pese a las protestas provocadas por el proyecto para "enterrar" la carretera A303 a su paso el monumento prehistórico, considerado como "patrimonio de la humanidad" por la Unesco. "El plan servirá para aliviar el tráfico y paliar la congestión", ha recalcado el secretario de Transportes Chris Grayling, en el momento de recordar los frecuentes atascos a menos de un kilómetro de Stonehenge, en plena encrucijada del suroeste de Inglaterra.

La Alianza de Stonehenge ha reunido más de 17.000 peticiones contra el proyecto alegando la alteración en el paisaje y los riesgos para el monumento. El proyecto prevé la construcción de un túnel de 2,9 kilómetros con dos carriles en cada sentido. Según expertos consultados por la Alianza de Stonhenge, el túnel debería prolongarse al menos cuatro kilómetros para evitar el impacto visual y sonoro sobre el templo, acuciado hoy por hoy por el rugido incesante del tráfico en la carretera A303. "El proyecto es una bomba de relojería que afectará profundamente a Stonehenge y no hará nada para paliar el tráfico", ha denunciado por su parte Andy Rhin-Tutt, portavoz local del Heritage Trust y uno de los máximos detractores de la construcción del túnel.

Un informe de la Unesco, que desplazó al lugar a un equipo de expertos en octubre del 2015, concluyó sin embargo que el proyecto puede resultar "beneficioso" para proteger el entorno y garantizar una mejor protección del monumento ante el asedio del tráfico en sus inmediaciones.

Por Carlos Fresneda para El Mundo

Altamira se convierte en el tercer museo estatal más visitado del 2016

Pinturas rupestres de la Cueva de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria) - PEDRO SAURA

El museo cántabro cerró el pasado año con 286.000 visitantes, un 8% más que el anterior

Un total de 285.990 personas han visitado el Museo de Altamira a lo largo de 2016, un 8,4% más que el año anterior y la mejor cifra en 12 años. Altamira ha sido el tercer museo estatal con mayor volumen de visitantes, por detrás del Arqueológico de Madrid y el Museo Sefardí de Toledo.

La cifra de visitas que el museo de Santillana del Mar ha alcanzado el año pasado es la más alta desde los años 2002 y 2003, cuando se registraron 368.737 y 298.828 visitantes, respectivamente, según datos del Ministerio de Cultura.

Por meses, el mayor volumen de visitas se registró como es habitual en los meses de verano, con agosto a la cabeza, 53.675 personas; seguido por julio, con 44.811; junio, con 32.463; y septiembre, con 28.787 visitantes.

La directora del Centro de Investigación y Museo Altamira, Pilar Fatás, ha mostrado su satisfacción antes unos datos que reconoce que son difíciles de superar, porque en verano y puentes festivos, el museo está "al límite de su capacidad y no es posible superarlo porque hay que mantener siempre la garantía de la calidad de la visita".

«Realmente no tenemos más margen de crecimiento, de hecho la cifra de visitantes este año nos ha sorprendido», ha dicho Fatás en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press. En el año 2016, en el que el anterior director de Altamira, José Antonio Lasheras, perdió la vida en un trágico accidente de tráfico, la cifra de visitantes ha crecido en más de 22.000 personas respecto a 2015.

Para 2017, el Museo Altamira tiene previsto incorporar nuevas actividades para los fines de semana y trabaja ya en dos exposiciones temporales. La primera de ellas será sobre la mujer y comenzará en marzo.

Vía: ABC

Arqueólogos hallan evidencias de canibalismo en restos humanos mesolíticos en la Marina Alta (Alicante)

Las cuevas de Santa Maira, en el municipio de Castell de Castells, en la Marina Alta (Alicante)

Un equipo de investigadores liderado por arqueólogos de la Universidad de Valencia ha dado a conocer un importante hallazgo arqueológico, resultado de los trabajos de excavación realizados en les Coves de Santa Maira, en Castell de Castells (Marina Alta, Alicante). Se trata de un conjunto de 30 restos humanos con marcas de manipulación humana de entre 10.200 y 9.000 años antes de nuestro tiempo relacionadas con prácticas caníbales.

El estudio, publicado en la revista académica 'Journal of Anthropological Archaeology', presenta evidencias de un comportamiento antropófago, caníbal, entre los grupos de cazadores-recolectores de la cuenca occidental del Mediterráneo durante el Mesolítico. Esta hipótesis es la mejor explicación de los resultados obtenidos tras el análisis de las piezas del periodo mesolítico encontradas en la 'Boca Oeste' de les Coves de Santa Maira. El estudio de restos craneales y poscraneales ha permitido determinar al equipo de arqueólogos la presencia de al menos tres individuos: dos adultos y un niño de unos dos años de edad.

Los investigadores del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia, Juan V. Morales-Pérez, Manuel Pérez Ripoll, Carles Miret i Estruch, C. Carlos Verdasco Cebrián y J. Emili Aura Tortosa han llevado a cabo el trabajo de campo, estudio y análisis junto a Mª Paz de Miguel Ibáñez (Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua, Filología Griega y Filología Latina de la Universidad de Alicante), Domingo C. Salazar-García (Dept. of Archaeology de la University of Cape Town, South Africa, y del Dept. of Archaeogenetics, Max Planck Institute for the Science of Human History) y Jesús F. Jordá Pardo (Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid).

Se ha podido determinar que "las marcas halladas en estos restos siguen el orden lógico de un proceso de carnicería y consumo", explica Juan V. Morales Pérez, quien indica que a través de las diferentes marcas (realizadas con útiles líticos, dentales, de percusión y de fuego) y a su propia disposición, es posible afirmar que son resultado de un comportamiento caníbal. La dificultad que plantea la identificación y atribución de las marcas encontradas, especialmente las dentales por la similitud de las marcas humanas con las de otros carnívoros, ha necesitado de estudios comparativos con las identificadas sobre restos de animales hallados en las mismas capas del yacimiento.

"Sabemos que los cazadores-recolectores del Mesolítico (10.500 - 7.000 años) explotaron de forma combinada diferentes recursos y ecosistemas, desde la costa a la media montaña. Por tanto, eran grupos que conocían y consumían una amplia variedad de recursos, sin que tengamos evidencia de una carencia nutricional que permita contextualizar este comportamiento", añade.

El director del proyecto de excavaciones, J. Emili Aura, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valencia, señala que la posibilidad de que estas prácticas puedan ser puntuales, con una finalidad estrictamente alimentaria, "tampoco permite descartar la hipótesis de prácticas socialmente instauradas, resultado de episodios de violencia individual o grupal o, incluso, de rituales", pues este hallazgo coincide con un proceso de cambio cultural y demográfico. A partir del Mesolítico, las prácticas funerarias se hacen más variadas, incluyendo la generalización de auténticos cementerios.

Este descubrimiento abre un buen número de cuestiones y preguntas tanto en el campo de la paleontología humana, como en lo referente a las prácticas sociales de los últimos cazadores prehistóricos del sur de Europa: desde la alimentación a las prácticas rituales, incluyendo el uso de la violencia entre grupos.

Fuente: 20minutos.es | 12 de enero de 2016