El Papa constataba en siglo XIV la adoración de los antiguos canarios al Sol y a la Luna

Una bula dictada por el Papa Urbano V en 1369 constataba que los antiguos habitantes de Canarias practicaban la adoración del Sol y la Luna, lo que ratificaron a mitad del siglo XV el navegante veneciano Alvise da Ca' da Mosto y el portugués Diogo Gomes de Cintra.

José Juan Jiménez (izquierda), conservador del Museo Arqueológico de Tenerife, explica en una entrevista a EFE que también el ingeniero italiano Leonardo Torriani manifestó a fines del XVI que los indígenas contaban el tiempo de la Luna con nombres diferentes y al mes de agosto lo llamaban Begnesmet, que era cuando recogían sus cosechas.

En Canarias los textos etnohistóricos documentan desde el siglo XIV "la imbricación" de la astronomía en la cultura de los primeros habitantes de las islas antes y después de producirse el contacto con los navegantes y colonizadores europeos, detalla el investigador.

De ahí que sea ahora más evidente que las sociedades canarias nativas desplegaron su cosmogonía en diferentes pautas y actividades socioculturales que plasmaron su rastro en la arqueología del Archipiélago, como la observación astral, el cómputo del tiempo, los mitos y deidades celestes, los cultos religiosos y la ideografía de los rituales premonitorios.

En Canarias los indígenas relacionaban la salida y el ocaso del sol, la luna, y algunos planetas y estrellas, con elementos del paisaje de las islas y su perfil orográfico sobre el océano, indica el arqueólogo.

Por ello orientaron y alinearon astronómicamente algunos yacimientos arqueológicos con la finalidad de establecer sus calendarios, organizar las actividades productoras de alimentos, sus prácticas sociales y creencias, señala José Juan Jiménez, quien constata cómo "las sociedades nativas del archipiélago contaban con una especie de ventana estelar abierta al firmamento que les permitía la observación de elementos astrales para implicarlos con hitos orográficos".

En esos lugares edificaban santuarios y puntos de observación, adoración, templos e incluso necrópolis "relacionándolos con los astros, el territorio, la topografía y el paisaje, destacando montañas, degolladas, acantilados, volcanes, sierras, roques, pitones e, incluso, algunas de las islas vecinas".

La salida y la puesta del sol y de la luna se establecían en enclaves arqueotopográficos observados reiteradamente, para luego transmitir este conocimiento por medio de su tradición oral a lo largo del tiempo.

Puntualiza el investigador, que también es doctor en Arqueología y Prehistoria por la Universidad de La Laguna, que los nuevos enfoques científicos que combinan la etnoastronomía de las sociedades antiguas y la arqueotopografía de sus territorios contribuyen a explicar e interpretar los descubrimientos arqueológicos y permiten expandir los estudios comparativos entre islas y continentes, como puede ser el caso del archipiélago canario y el norte de África.

De esta manera se extraen propuestas innovadoras sobre los astros, los calendarios, los dioses y el tiempo.

"Desde la visión que imbrica etnoastronomía, arqueoastronomía y arqueotopográfia es ahora más evidente que los nativos exteriorizaron su devenir mediante la observación astral con la finalidad de organizarse a niveles productivos, reproductivos, sociales e ideológicos", asegura Jiménez.

Ello sucedía no sólo con el Sol y la Luna, sino con planetas como Venus y estrellas como Sirio, Canopo y Fomalhaut.

Los elementos astronómicos servían para organizar el calendario, ya que ortos y ocasos se repiten de forma cíclica y, por lo tanto, ayudan a contar el tiempo para organizar el proceso productivo y reproductivo de personas, animales y plantas.

Del desarrollo del modelo de calendario se puede inferir el tipo de actividad productiva de las sociedades antiguas, pues cuando las construcciones u otros elementos están orientados al solsticio de invierno suelen predominar las prácticas ganaderas, mientras que si se combinan el equinoccio de primavera y el solsticio de verano, posiblemente exista un modelo organizativo agropecuario, que hay que confirmar a través de los registros arqueológicos disponibles.

Ejemplos de esta perspectiva son el conjunto de El Julan en El Hierro, Risco Caído y el almogaren del Bentayga en Gran Canaria, la estación rupestre de Masca en Tenerife, el yacimiento de La Fortaleza en La Gomera, el Lomo de las Lajitas en La Palma, la Estela de Zonzamas en Lanzarote y Tindaya en Fuerteventura.

A los que pueden añadirse Cuatro Puertas y Arteara, en Gran Canaria, así como los altos del Garajonay y las Toscas del Guirre en La Gomera, indica José Juan Jiménez.

Fuente: canarias7.com | 30 de enero de 2017

Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico de la cornisa cantábrica

Año de inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial en 1985/2008. Se extienden a otros 17 sitios con arte rupestre paleolítico, que fueron inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial en 2008 como ampliación de Altamira. Está situada en el municipio español de Santillana del Mar, Cantabria. La cueva de Altamira fue descubierta en 1868  por un cazador llamado Modesto Cubillas Pérez, nacido el 15 de junio de 1820  en el pueblo de Celorio, en Llanes (Asturias). Quien encontró la entrada al intentar liberar a su perro, que estaba atrapado entre las grietas de unas rocas por perseguir a una presa del descubrimiento de una cueva no tuvo la menor transcendencia entre el vecindario de la zona. 
Marcelino Sanz de Sautuola (izquierda)  nació en Santander (Cantabria). año 1831  y falleció el 2 de junio de 1888. En 1876 la recorrió en su totalidad y reconoció algunos signos abstractos, como rayas negras repetidas, en el verano de 1879, volvió Sautuola por segunda vez a Altamira. En esta ocasión, acompañado por su hija  de 8 años María Faustina Sanz Rivarola. Mientras su padre permanecía en la boca de la gruta, ella se adentró hasta llegar a una sala lateral. Allí vio unas pinturas en el techo y corrió a decírselo a su padre. Sautuola quedó sorprendido al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de aquellos extraños animales que cubrían la casi totalidad de la bóveda. 
En 1880, Sautuola publicó Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander. En él sostenía el origen prehistórico de las pinturas e incluía una reproducción gráfica. Expuso su tesis al catedrático de Geología de la Universidad de Madrid, Juan Vilanova y Piera, que la adoptó como propia. Pese a todo, la opinión de Sautuola no fue aceptada por los franceses Émile Cartailhac, Louis Laurent Gabriel de Mortillet  y Harlé, los científicos más expertos en estudios prehistóricos y paleontológicos en Europa.
Se llegó a sugerir que el propio Sautuola debió pintarlas entre las dos visitas que realizó a la caverna, negando así su origen paleolítico, o incluso atribuyendo la obra a un pintor francés que había sido alojado en casa del guía de la cueva, aunque la mayor parte de los expertos franceses consideraban a Sautuola como uno de los engañados.La cueva de Altamira, sólo tiene 270 metros de longitud.
La temperatura y la humedad del aire en la Gran sala de la cueva se mantienen más o menos constantes a lo largo de todo el año como pudieron comprobar Breuil y Obermaier con sus medidas con rangos de valores de 13,5-14,5 ºC y 94-97% respectivamente. Hace unos 13000 años, a finales del Magdaleniense, la entrada de la cueva se derrumbó sellando la entrada, lo que permitió la conservación de sus pinturas y grabados y del yacimiento arqueológico en sí. En cuanto a su techo de los polícromos ha recibido calificativos como Capilla Sixtina del arte rupestre.
Para poder realizar los trabajos de la Gran sala, y por supuesto los del interior, la luz natural y más concretamente fuego. La pintura está hecha con pigmentos minerales de óxido de hierro rojos, ocres del amarillo al rojo y carbón vegetal, mezclados con agua o en seco, si bien algunos autores pensaron que pudo haberse utilizado la grasa animal como aglutinante
La aplicación de la pintura presenta varias posibilidades, como la aplicación con los dedos directamente, con algún utensilio a modo de pincel, por medio de los dedos cubiertos con gamuza. La cueva fue habitada desde hace 22.000 años, unos 4000 antes que fuesen pintadas las figuras principales. Estos datos han sido posibles debido al estudio de las notas y descubrimientos realizados por el francés Henri Breuil fue un naturista, arqueólogo, geólogo,  y Hugo Obermaier Grad  fue un paleontólogo alemán.
La cueva ha tenido varios periodos de excavación arqueológica, después de las primeras realizadas por el propio  Sautuola, dirigidas por importantes científicos como: Joaquín González Echegaray, fue un prestigioso escritor, historiador, arqueólogo, y el alemán  Hugo Obermaier,  Hermilio Alcalde del Río. Fue un arqueólogo español y  alcalde de Torrelavega (Cantabria) entre 1920 y 1922. En ellas lo que se ha encontrado es una gran cantidad de restos de bifaces,  azagayas,  raspadores, conchas espinas de pez agujas, buriles.
Desde que en 1910 el Ayuntamiento de Santilla del Mar creó una Junta de Conservación y Defensa de la Cueva la forma de protegerla ha pasado por distintas fases, su  apertura se realizó al público con guía  en 1917, en 1924 fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1977 se cerró por primera vez después de un estudio y en 1982 se reabrió de forma limitada, para 8500 visitantes anuales, 1985 fue el año clave del reconocimiento mundial al ser nombrada Patrimonio de la Humanidad, y en 2001 se abrió el Museo.
Arte rupestre paleolítico del norte de España
En 2008, fue extendida al Patrimonio de la Humanidad las dieciocho cuevas más destacadas. La Cueva de Altamira fue declarada como tal en el año 1985. En la reunión de la Unesco celebrada en Quebec (Canadá) en julio de 2008 se ha ampliado este sitio para incluir otras cavidades, pasando a llamarse el lugar Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España.

CANTABRIA
La cueva de Chufín
Está situada en Riclones  es municipio de Rionansa (Cantabria). Se encuentra ubicada en el lugar de confluencia de los ríos Lamasón y Nansa, en un entorno con en el cual existen varias cuevas con arte rupestre. Es una de las cuevas incluidas dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Fueron descubiertas por el fotógrafo y ecologista Manuel de Cos Borbolla, natural de Rábago (Cantabria) en 1920 es el autor de más de 60.000 imágenes. 
Cueva de Hornos de la Peña   
Se encuentra junto al barrio de Tarriba, en el municipio de San Felices de Buelna limita al norte con Torrelavega y en ella se conocen ocupaciones de neandertales y cromañones. Lo que la hace peculiar es que solo cuenta con grabados, sin ningún tipo de pintura.
Es un enclave arqueológico de  Cantabria  con niveles ocupacionales que van del Paleolítico Medio al Neolítico, durante más de 30000 años. Es una de las cuevas incluidas dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008
Las cuevas del Monte Castill  
Situadas de Puente Viesgo, albergan uno de los yacimientos del  Paleolítico más importantes de la región. El complejo de cuevas del monte Castillo están incluidas dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Se trata de las cavidades de  Las Monedas, El Castillo, Las Chimeneas y La Pasiega cuevas situadas junto al río Pas en el monte Castillo.
La cueva de las Monedas
Es un yacimiento arqueológico dentro del complejo  Cuevas del Monte Castillo, y está situada en Puente. Está incluida en la lista del  Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Esta formación fue hallada en el año 1952 por Don Isidoro Blanco. Se trata de una cavidad con un vestíbulo de escasas dimensiones que da acceso a salas en los que se encuentran estalagmitas.
El estudio más importante de Las Monedas corre a cargo de E. Ripol, que en 1972 publica un estudio en el que da cuenta de la aparición de materiales de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro, así como algo de del Paleolítico y algunas monedas que habían sido escondidas en la época de los Reyes Católicos.
La cueva del Castillo
Es un yacimiento arqueológico está situada en Puente Viesgo (Cantabria). Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. La cueva fue descubierta en el año 1903 por Hermilio  Alcalde del Río, (1866-1947) uno de los pioneros en el estudio de las primeras manifestaciones rupestres de Cantabria. La excavación la comenzaron H. Obermaier y P. Werhet de 1910 hasta 1914 financiada por el príncipe Alberto I de Mónaco.
La cueva de las Chimeneas 
Es un  yacimiento arqueológico  está situada en Puente Viesgo.  Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad  de la  Unesco  desde julio de  2008, dentro del conjunto Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España. En 1953 la descubre el mismo equipo de camineros de la Diputación Regional que descubre la Cueva de Las Monedas
La cueva de la Pasiega  
Situada en el municipio  de  Puente Viesgo, es una de las más importantes estaciones de  Arte Paleolítico. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España. Está localizada en medio del valle del río Pas, cerca de la cueva de Hornos de la Peña. La Pasiega tiene una enorme galería de hasta 120 metros de longitud.
La cueva del Pendo
Es una cueva prehistórica situada en la comunidad autónoma de Cantabria. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Ha sido objeto de numerosas excavaciones arqueológicas.
En 1907  Alcalde del Río  descubrió en el fondo de la  gruta  unos grabados y que representarían un ave y un caballo. Durante los años cincuenta, la cueva registró sucesivas excavaciones que fueron dirigidas por el profesor Martínez Santaolalla.
El complejo kárstico del monte de La Garma, situado entre  Omoño, municipio de Ribamontán al Monte, y Carriazo, (Cantabria). Contiene importantes conjuntos de arte rupestre paleolítico con figuras de animales pintadas, grabadas, signos y manos en negativo de color rojo. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España.
La cueva de Covalana
Ubicada cerca de  Ramales de la Victoria, Cantabria, en una pared formada por el río Calera. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España.
 La cueva es una de las que componen la zona arqueológica de Ramales. Fue descubierta, como tantas otras en la zona, por Hermilio Alcalde del Río y Lorenzo Sierra, en el año 1903. En 1906 se hacen las primeras publicaciones, firmadas únicamente por Alcalde del Río, en 1911, se hacen nuevos escritos, ésta vez firmados por los dos descubridores y por Henri Breuil, arqueólogo, prehistoriador, geólogo, La cueva pronto se hizo famosa, y en 1924 es declarada Monumento Nacional..

ASTURIAS
La Cueva de Tito Bustillo
Es una cueva  con  pinturas  prehistóricas. Situada en  Ribadesella, en el  Principado de Asturias. Fue descubierta en 1968 por el grupo de espeleología Torreblanca, entre los que se encontraba  Celestino Bustillo, llamado  Tito Bustillo. Días más tarde Tito fallece en un accidente de montaña y en su honor ponen su nombre a estas cuevas.  Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008.
La cueva de Candamo
También conocida la caverna de la peña de Candamo  está situada en el concejo asturiano de Candamo en el pueblo de San Román. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Fue descubierta  llamado por apodo El Cristo en la segunda mitad del siglo XIX. Oficialmente descubierta en 1914 y, en 1919, el geólogo, paleontólogo y arqueólogo Eduardo Hernández Pacheco publicaría un estudio científico de la misma. Es una cueva natural con unos sesenta metros de largo.
La cueva de la Covaciella
Está situada en el concejo asturiano de Cabrales, en la zona de Las Estazadas. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Se trata de una cueva con una galería de cuarenta metros de largo que finaliza en una sala con pinturas rupestres paleolíticas del periodo magdaleniense con una antigüedad de 14.000 años. Fue descubierta en 1994 cuando tras una voladura por obras en la carretera abrió un agujero en la cueva.
La cueva de Llonín
Concha de la Cova. También conocida  como  Cueva del Queso está situada en el pueblo de Llonín, en el concejo asturiano de Peñamellera Alta. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Esta cueva fue descubierta en 1957 por productores de queso que buscaban un lugar para fermentarlos.
La cueva del Pindal 
Es una cueva prehistórica del norte de  España  que se sitúa en la localidad de Pimiango concejo de Ribadedeva. Posee una planta lineal en la que se distinguen dos sectores: el oriental, abierto al público, y el occidental, de acceso restringido. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. Además está declarada como Bien de Interés Cultural desde el 25 de abril de 1924.

PAIS VASCO
La cueva de Santimamiñe 
Es una cueva situada en la localidad vizcaína de Cortézubi en el País Vasco. En ella se han hallado restos y pinturas rupestres datadas en el  Paleolítico Superior, en el período Magdaleniense. Está incluida en la lista del  Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. La cueva se sitúa en el barrio de Basondo.
La cueva de Ekain  
Es una  cueva  muy valiosa pinturas rupestres situada en el municipio  guipuzcoano  de  Deva, en el País Vasco. Entre los diferentes conjuntos de pinturas rupestres que se hallan en Ekain descarta el panel de los caballos.
En el libro Lehen Euskal Herria Jesús Altuna define así, es uno de los conjuntos de caballos más bellos de todo el arte franco-cantábrico. La cueva de Ekain está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España. La cueva fue descubierta en 1969 por Rafael Rezabal y Andoni Albizuri, miembros de la sociedad cultural azpeitiarra Antxieta, aficionados a la búsqueda de restos arqueológicos.
La cueva de Altxerri 
Está situada en el término municipal de Aya (Guipúzcoa)  en el País Vasco. En la gruta original se conservan  pinturas rupestres  y grabados que han sido datadas en el periodo Magdaleniense Superior final, dentro del Paleolítico Superior; las pinturas situadas en una galería superior, conocida como Altxerri B, han sido datadas en un estudio de 2013 como las pinturas rupestres más antiguas en Europa..

Narciso Casas - Profesor de Arte y Escritor.
Fuente: Mi libro titulado Patrimonio Mundial Cultural de la Humanidad en España.
ISBN: 978-84-686-7933-4

GARCÍA DE CASTRO Y RÍOS REFUTAN ROMANIZACIÓN Y FUNDACIÓN DE OVIEDO



Para César García de Castro y Sergio Ríos, antes del s.XII, sólamente existía una comunidad de carácter monástico en lo que ahora es Oviedo / Ángel Fabián

Sitúan en el siglo XII la aparición de la ciudad donde, hasta entonces, sólo existía una comunidad monástica. También rebaten las teorías sobre la romanización de Oviedo.

CADENA SER


César García de Castro y Sergio Ríos echan por tierra una buena parte de la historiografía oficial sobre la fundación de la ciudad de Oviedo en un estudio que acaba de publicar la revista ‘Nailos’, editada por la Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias. Según los autores, la aparición de la ciudad de Oviedo no se produce hasta el siglo XII. No existen pruebas de que el asentamiento anterior a esa fecha fuese más que un dominio señorial de estructura monástica en un entorno rural disperso. Niegan también la presencia romana en Oviedo, teoría que se mantiene desde el descubrimiento de una fuente de origen romano durante las obras de ampliación del museo de Bellas Artes, en la calle de la Rúa. Mantienen que la fuente por sí sola no es un hecho indicativo de romanización y que, probablemente sus materiales proceden del reciclaje.

Las afirmaciones que los dos arqueólogos realizan en el estudio se basan en gran medida en las excavaciones realizadas durante muchos años que no aportan, según ellos, prueba alguna de que Oviedo en los siglos anteriores al XII pudiese considerarse algo más que una comunidad clerical formada por una congregación amplia de edificios de culto y las congragaciones que lo atendían, en las que destacaban dos monasterios, el de San Vicente, masculino y el de San Pelayo, femenino, además del Cabildo Catedralicio. Para García de Castro, la cuestión está en la definición de ciudad, “y aquella comunidad no cumplía los requisitos para definirla así, ni en los términos de entonces ni en los de ahora”. Apuntan los autores del estudio que “después de 25 años realizando excavaciones en Oviedo seguíamos haciéndonos las mismas preguntas: ¿Dónde está la población laica de los siglos IX, X y XI? Por débil que haya sido su impronta habrían tenido que dejar alguna huella. En Oviedo no encontramos restos de su actividad comercial o industrial”. Afirman que hasta el siglo XII no se encuentra ninguna huella de sociedad realmente urbana y ajena al primigenio núcleo religioso.

La teoría sobre la presencia romana en la ciudad que ahora es Oviedo se vio refrendada tras el hallazgo de la fuente de la Rúa durante las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias. Hasta entonces se había discutido sobre ello, pero no habían aparecido pruebas que apoyasen la presencia de Roma en Ovetao. Para García de Castro, aun considerando probado el origen romano de la fuente y habiéndola datado correctamente “falta todo lo demás. No hemos encontrado ninguna huella de habitación que indique que allí había un núcleo de población. Nos faltan las casas, las calles, los pavimentos, las cerámicas, las monedas… No hemos encontrado nada de eso”. Según el estudio de Sergio Ríos y Cesar García de Castro no tiene nada que ver que en los alrededores de Oviedo existiesen asentamientos romanos con que estos tuviesen relación con la fundación de la ciudad por el Rey Fruela I.

Lo cierto es que las afirmaciones que aparecen en este estudio han levantado cierto revuelo en la comunidad académica ovetense, a la que Garcia de Castro y Ríos culpan de dejarse llevar por la inercia, repitiéndose unos autores a otros a lo largo del tiempo; de ahí estas diferencias entre los trabajos académicos y los de campo.


EL COMENTARIO:

Adiós al Gijón romano, al Oviedo romano, a la vía de la Plata, del Oro y del Platino todos sus peplums ¡¡¡abajo!!!.

La ortodoxia de la débil y superficial romanización de Asturias ha dejado con el culo al aire a las teorías fraudulentas y revolucionarias de la señora Fdez Ochoa y su discípulo Villa Valdés.

Un nuevo método cifra en 20.000 años la antigüedad de las pinturas de la Cueva de Nerja (Málaga)

Manifestaciones artísticas como la cabra, que es el símbolo de la Fundación, se hicieron con carbones. / E. C.

La Cueva de Nerja es uno de los principales yacimientos arqueológicos del sur de Europa para conocer la vida en la Prehistoria. Hasta el momento, la cavidad apenas ha sido investigada, pues se estima que aún quedan por excavarse más de tres cuartas partes de su superficie total. La datación histórica de sus numerosas pinturas rupestres es otro de los frentes científicos que aún siguen abiertos. Ahora, un equipo especializado ha elaborado un nuevo método para precisar aún más la antigüedad de estas manifestaciones artísticas.

De momento, de las muestras que se han tomado y analizado, pertenecientes a trazos de carbones, que podrían ser restos de antorchas, se han confirmado dataciones de entre 18.000 y 20.000 años, «lo que evidencia la presencia humana durante el período Magdaleniense temprano en las galerías superiores de la Cueva de Nerja», según recoge el artículo ‘New perspectives for 14C dating of parietal markings using CaCO3 thin layers: An example in Nerja cave (Spain)’, publicado ayer en la prestigiosa revista Journal of Archaeological Science, que está ya disponible en Internet y que saldrá en su edición en papel el próximo mes de abril.

Estos resultados están todavía lejos de las estimaciones hechas, de forma indirecta, en otra de las pinturas rupestres más conocidas de la cavidad nerjeña, el llamado Camarín de los Pisciformes (derecha). En 2010, el análisis de restos de carbones encontrados junto a esta zona arrojaron antigüedades de entre 43.500 y 40.000 años antes de nuestra era, lo que abría la posibilidad de plantear que fueran realizadas por neandertales y no por Homo sapiens.

Sin embargo, esta hipótesis no está aún descartada del todo, ya que en este caso las pinturas están hechas con óxidos rojos, un pigmento al que no se le puede aplicar la novedosa técnica desarrollada por el equipo científico que lidera el profesor de la Universidad de Córdoba, José Luis Sanchidrián (abajo). Junto a la francesa Hélene Valladas, Mari Ángeles Medina Alcaide, Edwige Pons-Branchu y Anita Quiles han estado cinco años trabajando en el nuevo método, que es únicamente valido para restos que mezclen elementos orgánicos, como el carbón vegetal, e inorgánicos, como la calcita que lo recubre.

«Ahora es el momento de que la comunidad científica opine sobre el método, se discuta y se termine de validar», comentó el conservador de la gruta nerjeña, Luis Efrén Fernández, quien dijo que están trabajando en un nuevo proyecto general de investigación, para presentárselo a la Junta de Andalucía para su aprobación.
«Queremos seguir profundizando en el conocimiento de la antigüedad de las pinturas rupestres, pero siempre respetando el valor único que éstas tienen, sin poner en peligro su conservación», avanzó el profesor Sanchidrián, quien destacó que «su método científico es válido para para el conjunto de las cuevas prehistóricas porque no es destructivo».

Fuente: diariosur.es | 31 de enero de 2017

Moià (Barcelona) estrena una exposición sobre la vida de los neandertales

La pieza dental de niño de neandertal que se localizó en la campaña de excavaciones del yacimiento de la cueva de las Toixoneres, el verano pasado, se enseñará por primera vez al público en el Museo de Moià (Barcelona) la exposición Neanderlife , un proyecto del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social, el Instituto de Investigación de la Universidad de Girona y la Universidad Autónoma de Madrid.

Después del estreno de la versión castellana de la muestra, la semana pasada en la capital española, llega el turno de la adaptación catalana, que hará estancia hasta el 5 de junio en Moià con el atractivo añadido no sólo de la dicha pieza arqueológica, sino también de medio centenar más de restos encontrados en los últimos tiempos en los yacimientos locales.

«El diente se está estudiando en el IPHES», explica la directora del museo, Marta Fàbrega: «Sale por primera vez para poder enseñarlo en la exposición y sólo se verá aquí. Después volverá al Instituto para hacer las pruebas de ADN».
Tras años de investigación, hace unos meses llegó la buena noticia del primer descubrimiento de restos del hombre de Neandertal en la cueva de las Toixoneres, que forma un rico yacimiento junto con la del Toll.

Los arqueólogos desenterraron un colmillo inferior de leche y un pequeño fragmento de cráneo parietal que se cree que pertenecieron a un individuo de entre 7 y 9 años, sin que hasta ahora se haya podido especificar el género. Este niño vivió en las cuevas moianesas hace unos 50.000 años. El resto de cráneo no se exhibirá en Neanderlife , pero sí «otra de un cráneo de Homo sapiens para poder comparar», apunta Fàbrega.

Detalle del diente y el pariental encontrados en Moià - IPHES

La exposición está comisariada por Javier Baena, Julián Maroto, Manuel Vaquero y Florens Rivales, este último codirector de las excavaciones moianesas junto con Jordi Rosell y Ruth Blasco. Los restos arqueológicos acompañan a los nueve paneles de Neanderlife, un proyecto que acerca al público a las interioridades de la vida del hombre de Neandertal, que pudo coexistir con el Homo sapiens hasta que se extinguió. Lluís Batista, responsable del área de socialización del IPHES, explica que los textos y los gráficos muestran desde su dieta hasta la organización de los hábitats y el instrumental de piedra que utilizaban los neandertales en la vida cotidiana.

Fuente: regio7.cat | 27 de enero de 2016

UN RÚSTICO MENTECATO FUNDÓ EL TERRORISMO CATALÁN



La condena a un «rusticum mentecaptum»

En 7 de diciembre de 1492, Fernando «El Católico» salía de una audiencia de justicia de la capilla de Santa Ágata, en Barcelona, cuando un payés llamado Juan de Cañamares le causó una cuchillada en el hombro. «¡O, Santa María, y valme! ¡O, qué traición!», gritó el Monarca aragonés al recibir una puñalada casi a la altura de la nuca, según cuenta el cronista Andrés Bernáldez. Los guardias reales saltaron inmediatamente sobre el agresor,Juan de Cañamares, y si no lo mataron allí mismo fue porque el Rey se lo impidió. Él, más que nadie, quería saber quién se encontraba detrás de aquel atentado.

Salvado por el Toisón de Oro

Barcelona era una ciudad de cálidas bienvenidas. Los Reyes Católicos abandonaron Granada, ya conquistada por los cristianos, a finales de mayo de 1492 para trasladarse a Aragón. Tras unos meses de corte itinerante, los monarcas entraron en Barcelona el 24 de octubre y un día después lo hizo el infante Juan de Trastámara, heredero de la Corona de Aragón, entre los vítores de la multitud. El entusiasta recibimiento a la familia real no hacía pronosticar, sino todo lo contrario, que en cuestión de un mes iban a sufrir el intento de asesinato más serio de los que serían objeto Fernando e Isabel.
A pesar de la gravedad de la herida, de unos cuatro dedos de profundidad, el golpe fue amortiguado por el Toisón de Oro que portaba y pareció que no iba a comprometer la vida del Rey
Al recibir el ataque, Fernando iba custodiado por unos cuantos funcionarios y un amplio grupo de gente se congregaba en esa plaza para dar la bienvenida al Monarca. Justo cuando se disponía a subir a su cabalgadura se acercó por la espalda Juan de Cañamares armado con un terciado de unos tres palmos de longitud, con el que le asestó al Rey un golpe vertical de arriba a abajo que pasando junto a la sien y la oreja izquierda. A pesar de la gravedad de la herida, de unos cuatro dedos de profundidad, el golpe fue amortiguado por el colgante del Toisón de Oro y pareció que no iba a comprometer la vida del Rey. De hecho, Juan de Cañamares fue neutralizado al momento por el camarero real Antonio Ferriol y su mozo de espuelasAlonso de Hoyos, ambos se abalanzaron sobre el campesino y le apuñalaron tres veces con los cuchillos que llevaban al cinto.



Al extenderse el rumor de que el Rey había sido víctima de un ataque volaron las especulaciones. En un primer momento se barajó la teoría de que el agresor fuese moro o de que el ataque hubiera sido dirigido contra otro miembro de la comitiva real. No obstante, las complejas relaciones de Cataluña con los Reyes Católicos hicieron temer a la Reina que se tratase de una sublevación general. Tras recuperarse de un desmayo provocado por el impacto de la noticia, Isabel ordenó que las galeras castellanas se arrimasen a puerto para poder embarcar rápidamente en ellas al heredero Juan y a las infantas si la situación se complicaba.
En una carta escrita entonces a su confesor, Hernando de Torres, la Reina describía su angustia vital en una frase:
«Vemos que los reyes pueden morir de cualquier desastre como los otros, razón es de aparejar a bien morir».

Representación del atentado en Dietari del Consell de Barcelona
En las primeras horas se llegó a decir que el Rey había muerto, lo que provocó desórdenes callejeros. La población tomó las calles clamando venganza contra el autor del ataque, hasta confluir frente al palacio para comprobar si realmente el Rey, todavía convaleciente, seguía con vida. No obstante, los rumores no iban tan desencaminadas. La herida sangraba abundantemente y, aunque no pareció ser de gravedad en un primer momento, los cirujanos hallaron rota la clavícula, retirando parte del hueso astillado, limpiándola del pelo que había entrado en ella y cerrándola con siete puntos de sutura.
El Rey recayó con fiebre alta en los siguientes días, hasta el punto de que se llegó a temer por su vida. Y es que en el ocaso del año más recordado de los Reyes Católicos, con la conquista de Granada, la expulsión de los judíos y la llegada de Colón a un nuevo continente; casi perdió la vida uno de sus artífices.
Con los ánimos más calmados en la ciudad, la catedral de Barcelona decidió que se mantendría abierta dos semanas en continua oración y se celebraron catorce procesiones por la recuperación de Fernando. El 9 de febrero, el Rey quiso agradecer todo este cariño cabalgando por las calles; en tanto, su esposa repartió limosnas a los pobres. Ya se había descartado completamente que Juan de Cañamares fuera la punta de una sublevación popular.

La condena a un «rusticum mentecaptum»

El magnicida sobrevivió a los espadazos de los guardianes del Rey y fue interrogado bajo tormento con el fin de descubrir si había actuado en solitario o no. Durante el suplicio confesó que se lo había ordenado el Espíritu Santo, quien veinte años antes le había revelado que él era el verdadero Rey y podía reclamar el trono a la muerte de Fernando. Más horas de tortura, al fin, cambiarían su versión y diría que fue el Diablo quien le había dado las instrucciones: «Temptat del esperit maligne» («Fui tentado por el espíritu maligno»).
Algunas obras literarias de corte nacionalista incluso le presentaron como un patriota contrario a aquel Rey casado con una castellana, algo bastante improbable
Sea como fuere, aquellas explicaciones propias de un hombre calificado como de loco, «rusticum mentecaptum», descartaron que se tratara de una conspiración política. Si acaso algunos autores han apuntado –como Henry Kamen en su biografía «Fernando El Católico» (La Esfera de los libros, 2015)– que su actitud pudiera ser una consecuencia del descontento de los remensas con su situación social. Algunas obras literarias contemporáneas de corte nacionalista incluso le presentaron como un patriota contrario a aquel Rey casado con una castellana, algo bastante improbable.

El descontento rural era un asunto recurrente en aquellas fechas. Desde mediados de siglo se vivían fuertes tensiones entre señores y payeses (campesinos) a propósito de las remensas y malos usos derivados. Fernando, de hecho, había vivido a principio de su reinado un alzamiento de los campesinos catalanes en Mieras, que dio paso a la segunda guerra remensa (1484-1485). Pero después de este conflicto el Monarca intervino y forzó un acuerdo entre las partes implicadas para aceptar un arbitraje real, lo que vendría a llamarse sentencia arbitral de Guadalupe, del 21 de abril de 1486. El acuerdo dejó satifecho a la mayoría de payeses y terminó con muchos de los abusos de los nobles.
El estado de demencia llevó al Rey a perdonar a Juan de Cañamares, nacido en Dosrius (Barcelona), como gesto para la galería, puesto que no pudo evitar que el Consejo Real le condenara a muerte por el delito de lesa majestad. El día 12 de ese mismo diciembre fue paseado en carro y descuartizado públicamente por las calles de Barcelona. El populacho apedreó y quemó su cuerpo, aunque «ahogáronle primero por clemencia y misericordia de la Reyna». El cuerpo fue horriblemente mutilado, como correspondía en aquellos años a quien atentaban contra la Corona.