Una exposición en Toledo recrea catapultas griegas, romanas y medievales

Una exposición en la Posada de la Hermandad de Toledo recrea, a gran escala, catapultas griegas, romanas y de la Edad Media en una muestra que incluye doce grandes máquinas de guerra realizadas en madera.

Durante la inauguración de la exposición, la concejal de Turismo del Ayuntamiento de Toledo, Rosa Ana Rodríguez, ha dicho que la muestra -que reúne 28 elementos- servirá para mostrar el desarrollo de la inteligencia del hombre a lo largo de muchos siglos.

Rodríguez ha subrayado que la Posada de la Hermandad, situada muy cerca del Teatro de Rojas, es un edificio que ha acogido actividades culturales de "gran calado" y ha expresado su confianza en que la exposición atraerá a un gran número de turistas además de los toledanos que quieran visitarla.

Por su parte, el responsable de la empresa de exposiciones culturales Toledo, Francisco Molina, ha explicado que la muestra recoge la evolución de la tecnología en las civilizaciones antiguas desde Grecia pasando por Roma y terminando en la Edad Media, lo que supone desde el siglo V antes de Cristo hasta el siglo XV.

Ha señalado que el significado de catapulta viene de las palabras griegas 'cata', referido al sentido descendiente de una flecha disparada con arco, y 'peltes', que significa escudo, y ha agregado que la primera catapulta fue la de arco flexible, que consiguió que el tiro pudiera ser ascendente o descendente.

Medio siglo más tarde llegó otra más "novedosa" basada en ovillos de tensión con tendones de animales, fibras vegetales y cabellos humanos, que unido a las matemática consiguió dotar a la máquina de una mayor precisión.

Los romanos fueron "mucho más prácticos" e incorporaron movilidad a las catapultas y ya en la Edad Media se añadió un contrapeso para lanzar proyectiles del tamaño de un vehículo.
Molina ha manifestado que esta exposición se ha abierto en Toledo -donde estará todo el año- porque a lo largo de su historia ha sido tomada en armas y sitiada en numerosas ocasiones, desde la época de los romanos hasta la guerra civil.

Fuente: clm24.es | 23 de febrero de 2017

Doña Carmen Sánchez, Amiga del Museo del Prado, deja en herencia al mismo gran parte de su patrimonio

Doña Carmen Sánchez García, fallecida en Madrid el pasado 14 de julio a los 86 años de edad, había dispuesto en su testamento legar al Museo del Prado, de cuya Fundación de Amigos era miembro desde el año 2003, una casa en Toledo y 800.000 euros “para la adquisición y restauración de cuadros, específicamente”.

Según consta en los archivos de la Fundación Amigos del Museo del Prado, la donante era licenciada en Historia y una Amiga especialmente activa y participativa, ya que asistió a 25 cursos dentro de su programa de actividades. El Museo ha podido saber  que, además de directora y profesora, fue fundadora del madrileño Colegio Nervión en 1973.

Los bienes han sido adjudicados ya al Museo del Prado, que desconocía haber sido designado heredero de los mismos y desea hacer público a través de este comunicado su emocionado agradecimiento a doña Carmen Sánchez por tan excepcional muestra de apoyo al cumplimiento de sus fines. D.E.P.

Madrid, a 23 de febrero de 2017

La misteriosa civilización perdida dominada por mujeres que gobernó el suroeste de Estados Unidos hace 1.200 años

Vista aérea de Pueblo Bonito. Wikimedia Commons

Año 1896, un grupo de arqueólogos se encuentran en Nuevo México y comienzan a excavar sobre unas ruinas. Se trataba de una edificación que albergaba una cripta con 14 personas enterradas. Habían descubierto la cultura Chaco y ahora se descifra cómo gobernaron en la historia de Estados Unidos.

Para entender el resultado del increíble descubrimiento que ha tenido lugar esta semana habría que retroceder en el tiempo. A finales del siglo XIX se inició una investigación de la que ahora tenemos una perspectiva sin precedentes.

Durante tres siglos esta civilización dominó la cultura del suroeste de Estados Unidos. Y lo hizo gobernada por mujeres.

La cultura Chaco

En 1832 un comerciante bajo el nombre de Josiah Gregg fue el primero en escribir sobre las ruinas del Cañón del Chaco. En realidad se refería a Pueblo Bonito y lo hacía para referirse a una construcción “con piedra arenisca fina” situada en Nuevo México, entre Alburquerque y Farmington. En la década siguiente el Ejército de Estados Unidos atravesó la zona y examinó las ruinas de las que hablaba Gregg. Poco más sabemos de esta época.

Cañón del Chaco. Wikimedia Commons

Aquel sitio era tan remoto que tuvieron que pasar 50 años para que alguien volviera a pisarlo. Entonces aparecieron esos exploradores de los que dábamos cuenta. Era 1896 y todo comenzó como un trabajo arqueológico formal a cargo de un grupo del Museo Estadounidense de Historia Natural. Estos hombres comenzaron a excavar en aquellas ruinas y al poco tiempo no daban crédito a lo que habían encontrado.

Debajo de ellos había una casa enorme, una edificación que albergaba nada menos que 650 habitaciones junto a un secreto: en uno de los cuartos se encontraban 14 personas enterradas en una cripta. Poco después se percatan de que aquellos cuerpos no eran cualquier cosa, habían sido enterrados con collares pulseras y todo tipo de joyas hechas de brillantes.

A finales del siglo XIX se inició una investigación de la que ahora tenemos una perspectiva sin precedentes

El grupo arqueológico pasó cinco veranos en la región, tiempo en el que mandaron más de 60 mil objetos a Nueva York para su posterior análisis. Descubrieron que se trataba de una sociedad que se asentó entre el 800 y 1250 d.C. y encontraron al menos otras 12 “casas grandes” de varios pisos en el Cañón del Cacho junto a decenas de asentamientos que se extendieron en la zona donde se cruzan las fronteras de Nuevo México, Colorado, Arizona y Utah.

El descubrimiento era tan importante y las joyas tenían tanto valor que se convirtió en el “entierro más rico conocido en el suroeste de Estados Unidos”.

Pero había algo más. La localización de aquella cripta y los tesoros encontrados sugerían que, cualquiera que fuera la jerarquía que mantuvo a esa sociedad hace más de 1200 años, esos 14 cuerpos estaban a la cabeza de todos.

Más de 100 años después se ha descubierto la naturaleza de esta sociedad que gobernó la cultura del suroeste de Estados Unidos.

Las mujeres que gobernaron en familia

Árbol natural potencial. Nature

Por primera vez podemos confirmar que un grupo de parentesco controló Pueblo Bonito durante más de 300 años. Se trata de la mejor evidencia encontrada sobre las jerarquías sociales en al antiguo suroeste de Estados Unidos.

Lo dice Steve Plog, uno de los miembros del equipo de la Universidad de Virginia que ha dado con estos datos históricos. Plog y su equipo llevaron a cabo unos análisis de ADN de nueve de las personas enterradas en la cripta encontradas en 1896.

Los resultados del análisis genético no dejan lugar a dudas: todos pertenecían a una sola línea materna. Como los investigadores indican, estamos ante una “poderosa dinastía matrilineal” que gobernó pasando su liderazgo a través de sus madres.

Edificaciones en Pueblo Bonito. Wikimedia Commons

Lo insólito es que se trata de un cuadro desconocido en la historia. Lo normal era encontrarse con sociedades del mundo antiguo bajo una línea patrilineal (de hombres) que producía más reyes y nobles a través de la línea del padre en vez de la madre. Según explica Adam Watson, del American Museum of Natural History:

Desde hace tiempo teníamos claro que se trataba de personas veneradas basándonos ​​en el trato excepcional que recibieron una vez muertos, ya que la mayoría de los chacos fueron enterrados fuera del asentamiento y nunca con cantidades tan altas de bienes exóticos. Pero antes uno sólo podía especular sobre la naturaleza exacta de su relación con los otros.
Los resultados de las pruebas revelaron que los nueve especímenes contenían ADN mitocondrial idéntico (el material genético que sólo se transmite de madres a sus hijos), lo que significa que tenían el mismo ancestro materno, tenían una jerarquía dominada por las mujeres.

Una investigación que además abre un campo poco explorado en la arqueología, el de utilizar el ADN para encontrar evidencias de estructuras sociales del mundo antiguo. En este sentido como explica el antropólogo Angelique Corthals de la Universidad de Nueva York:

Puedo ver que este documento podría generar cierta controversia, sobre todo en términos de usar datos biológicos para determinar las estructuras sociológicas. Pero los autores construyeron su caso muy convincentemente, utilizando tanto datos arqueológicos como datos genómicos.
Se cree que el liderazgo en el grupo fue pasando de mujer a mujer hasta las fechas de su derrumbamiento como sociedad. Un final incierto, ya que no se sabe con exactitud lo que le ocurrió a los chacos porque no existe evidencia alguna. Entre las teorías se baraja la posibilidad de que sufrieran una enorme sequía antes de que fueran aniquilados.

Quizás la ciencia acabe explicando también cómo desaparecieron.

Vía: GIZMODO

Los neandertales siguen vivos en nuestro genoma

Los neandertales se extinguieron hace 40.000 años, pero siguen vivos en nuestro genoma. La razón es que, 10.000 años antes de su desaparición, tuvieron unos cuantos contactos sexuales con nuestra especie, los Homo sapiens que justo salíamos de África por entonces. Sus genes no solo son un testigo mudo de aquellos deslices de una noche de verano, sino que siguen activos en el genoma de los europeos, afectando a su altura y su propensión a la esquizofrenia o el lupus. Los asiáticos y los oceánicos llevan otros genes, procedentes de encuentros con otras especies arcaicas, como los denisovanos. Somos nuestro pasado.

Ya había evidencias estadísticas sobre la importancia del ADN neandertal que aún conserva el genoma para la variabilidad humana actual. La presencia o ausencia de estos genes arcaicos se había podido correlacionar con la adaptación a las altas montañas del Tíbet y con la predisposición a la depresión patológica. Pero las correlaciones estadísticas nunca llegan al fondo de la cuestión: el cómo. La investigación actual ha accedido a esa caja negra. Y demuestra que los genes neandertales afectan a rasgos esenciales para nuestra adaptación. Somos una especie variable, y el ADN arcaico contribuye a ello.
“Incluso 50.000 años después del último apareamiento entre neandertales y humanos modernos, aún podemos ver impactos mensurables en la expresión de los genes”, explica el jefe del estudio, Joshua Akey (izquierda), de la Universidad de Washington en Seattle. “Y esas variaciones de la expresión génica afectan a la variación fenotípica humana y a la propensión a las enfermedades”. Akey y sus colegas de Washington presentan el trabajo en Cell.
Los asombrosos avances en la secuenciación del ADN antiguo pueden dar la impresión de que la genética neandertal no tiene secretos para nosotros. Es falso. La presencia o ausencia de un gen en un genoma neandertal, y la variante exacta que aparece allí, son cuestiones fundamentales, por supuesto. Pero solo cuentan la mitad de la historia. La otra mitad es qué genes están activos, dónde lo están y cuánto.

Y eso no depende solo del ADN, sino también de factores del entorno, el estrés y la experiencia, que no podemos leer en el ADN, sino en el ARN, una molécula similar que se copia de los genes activos (y no de los inactivos), y que es tan inestable que resulta imposible recuperarlo de los huesos fósiles de las especies extintas. Los científicos de Washington han inventado otro enfoque del problema: mirar cómo se expresan los genes neandertales que se conservan en el genoma de mucha gente de origen europeo.

Entre las varias bases de datos que ha generado la genómica en los últimos 10 o 15 años, se encuentra el proyecto GTEx (genotype-tissue expression, expresión del genoma en cada tejido humano), promovido en 2010 por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, la locomotora de la investigación biomédica en el planeta. GTEx ha creado un tesoro de información sobre qué genes se expresan en cada órgano y tejido humano, y qué tienen que ver con las enfermedades y las variaciones de las personas.

Akey y sus colegas se han fijado en particular en las personas del proyecto GTEx que llevan tanto un gen neandertal como su homólogo sapiens: uno procedente de su padre y otro de su madre. Los genetistas llaman alelos a esas dos versiones distintas del mismo gen. Y han hallado que no todos, pero sí una cuarta parte de los tramos de ADN neandertal que conserva el genoma moderno tiene claros efectos sobre la regulación de los genes humanos, tanto neandertales como sapiens. Que las variantes neandertales contribuyen a la complejidad del genoma humano moderno y a su diversidad de unos individuos a otros, y de unas poblaciones a otras.

Quizá su descubrimiento más llamativo sea que los alelos (variantes) neandertales suelen aparecer muy reprimidos en el cerebro y los testículos. Los científicos de Washington interpretan que esos órganos son justo los que han experimentado una mayor evolución desde que neandertales y sapiens nos escindimos, hace 700.000 años. “Podemos inferir que las grandes diferencias en la regulación genética de humanos y neandertales se dan en el cerebro y los testículos”, dice Akey.
El jefe del trabajo concluye: “La hibridación entre humanos modernos y neandertales incrementó la complejidad genómica. No fue simplemente algo que ocurrió hace 50.000 años y sobre la que no tengamos ya que preocuparnos. Esos pequeños tramos de ADN aquí y allá, nuestras reliquias neandertales, siguen influyendo la expresión de nuestros genes de forma ubicua e importante”.
¿Sueños de una noche de verano? Sí, pero también de todos los días y las noches posteriores, durante 50 milenios. Buen invento el sexo entre especies, ¿no creen?

Fuente: elpais.com | 23 de febrero de 2017

Un agricultor descubre por casualidad dos piezas romanas del siglo IV en Corral de Calatrava (Ciudad Real)


Un vecino agricultor de la localidad de Corral de Calatrava ha descubierto en este término municipal dos piezas con inscripciones romanas, pertenecientes al siglo IV, según ha confirmado a Cope Puertollano el alcalde de la localidad Andrés Cárdenas.

Los dos elementos descubiertos en el paraje conocido como Los Villares del término municipal de Corral de Calatrava podrían pertenecer al asentamiento romano de Carcovium datado en esta misma zona.

Una de las piedras es un “ara” romana o pedestal de gruesa columna con una excavación en la parte superior con relieves, mientras que la otra lleva una especie de laurel trenzado con la inscripción DMS.

El “ara” era utilizado por los romanos como altar para sus ritos religiosos en una zona cercana a la necrópolis del asentamiento.


Las dos piezas de unos 70 centímetros cada una han sido trasladadas al Museo arqueológico de Ciudad Real donde los técnicos evaluarán la importancia del hallazgo.

Fuente: La Voz de Puertollano, 23 de febrero de 2017

Salen a la luz un teatro y unos baños públicos romanos en Hippos-Sussita (Israel)

Imagen aérea que muestra las diferentes zonas de la antigua ciudad de Hippos-Sussita, uno de los sitios arqueológicos clásicos más importantes de Israel.

Miles de personas frecuentaron el teatro de Hippos-Sussita con fines rituales, observando y escuchando a los sacerdotes hasta alcanzar el éxtasis y la catarsis

Un gran teatro y unos baños públicos romanos han salido a la luz en la antigua ciudad de Hippos-Sussita, uno de los sitios arqueológicos clásicos más importantes de Israel, emplazado en lo alto de una montaña con vistas al mar de Galilea, en el noreste del país. Entre los hallazgos arqueológicos que ha proporcionado este sitio en los últimos años destaca una máscara de bronce de Pan, un descubrimiento sensacional del año 2015. La figura de Pan, el dios de los pastores y los rebaños, era imaginada antiguamente con cabeza y piernas de macho cabrío y acosando a las ninfas y a los pastorcillos.

Teatro romano de Hippos-Sussita
Tras la excavación del teatro romano se distingue el pasillo semicircular o praecinctio y la entrada al vomitorio, un pasillo abovedado.

"Primero descubrimos la máscara de Pan, después una entrada monumental que conducía a lo que empezamos a suponer que era un gran recinto público, un santuario. Y este año hemos hallado unos baños públicos y un teatro en la misma ubicación, ambas instalaciones asociadas en época romana con Asclepio, el dios de la medicina, y con dioses como Dioniso y Pan", observa Michael Eisenberg, el director de las excavaciones, de la Universidad de Haifa. Parece ser que tanto los baños como el teatro no fueron construidos para el disfrute o entretenimiento de los ciudadanos, sino para llevar a cabo sus prácticas rituales. La entrada monumental, que probablemente incluía la máscara de Pan, ha sido fechada a comienzos del siglo II d.C. y la construcción del teatro presumiblemente se remonta a la misma época.

Excavación de la entrada monumental, que incluía la máscara de Pan.

"Todos los hallazgos sugieren que esto era un gran santuario situado fuera de la ciudad, algo que cambia completamente todo lo que sabíamos sobre Hippos-Sussita y sus alrededores. Posiblemente, y si nuestra hipótesis es correcta, miles de visitantes llegaron al teatro no para disfrutar del último espectáculo en la ciudad, sino para participar en los rituales con los que veneraban a algunos dioses del panteón grecorromano. Observaban y escuchaban a los sacerdotes hasta que entraban en un estado de éxtasis y catarsis", concluye Eisenberg.

Por ALEC FORSSMANN
Vía: NG