De nuevo, Pekín y sus grandes secretos

Con el Profesor Wu Zinzhi y mi colega la Dra. María Martinón en el “Institut of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology (IVPP)” de la Academia de China, Pekín. Fotografía tomada por Laura Martín-Francés.

Durante la primera semana de abril hemos tenido ocasión de visitar una vez más a nuestros colegas los profesores Liu Wu, Xiuyie Wu y el Dr. Xing Song, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de Pekín. Con ellos mantenemos una fructífera cooperación desde 2010, que ha dado como resultado la publicación de varios trabajos científicos sobre fósiles encontrados en el siglo XX y sobre homininos recuperados en fecha reciente. Esta colaboración nos ha permitido conocer de primera mano y estudiar fósiles originales de China, casi vedados a los científicos occidentales tras la segunda guerra mundial. En esta ocasión nos hemos acercado al presente, al estudiar de restos humanos de finales del Pleistoceno Superior del sur de China.

Como en ocasiones anteriores, aprovechamos la visita para compartir seminarios de trabajo con otros colegas de diferentes disciplinas (arqueología, paleogenética, palinología, etc.) y, en particular, con los estudiantes de doctorado. Este año, los organizadores prepararon el encuentro aprovechando la visita de todos los jueves del Prof. Wu Zinzhi, ya retirado. Una verdadera “institución” en el IVPP donde, a sus 89 años, sigue teniendo un cargo honorífico y su propio despacho.

Conocí al Prof. Wu Zinzhi en 1992, año en el que organizamos una reunión científica internacional en el Castillo de la Mota (Valladolid), con el apoyo de la Junta de Castilla y León. El Prof. Emiliano Aguirre, que se había retirado de la carrera científica un año antes, nos ayudó a seleccionar a las “mejores cabezas” de las diferentes disciplinas relacionadas con la evolución humana. Conseguimos traer a España al Prof. Wu Zinzhi, que entonces contaba ya con 64 años. Puedo imaginar su aventura para conseguir el visado correspondiente y volar después haciendo escala en alguna ciudad europea. En la actualidad ya hay vuelos directos entre Madrid y Pekín de casi 12 horas de duración. Pero en aquellos años el viaje podía fácilmente acercarse a las 20 horas, después de interminables enlaces en diferentes aeropuertos europeos. Recuerdo que en mi primer viaje a Pekín, en 2004, el Prof. Wu Zinzhi me mostró los pocos ejemplares fósiles del yacimiento de Zhoukoudian que se salvaron en su fallido traslado a Estados Unidos durante la segunda guerra mundial.

Wu Zinzhi había colaborado con sus colegas Milford Wolpoff (también asistente a la reunión del Castillo de la Mota) y Alan Thorne en la elaboración de la teoría multirregional para explicar el origen de nuestra especie. Según estos tres científicos, la especie Homo erectus evolucionó tanto en África como en Eurasia hacia Homo sapiens, pasando por formas intermedias típicas de cada continente. Nuestra especie se habría forjado en lugares tan distantes del planeta, gracias a su permanente contacto genético. Las cosas han cambiado mucho, desde que se planteó el origen de Homo sapiens en África (teoría de la Eva Negra) y comenzaron a llegar los resultados del estudio del ADN en los fósiles. El conocimiento avanza a gran velocidad y las hipótesis de una época van dejando paso a las siguientes. He tenido la suerte de conocer el desarrollo de las teorías sobre el origen de nuestra especie y a sus artífices más destacados.

En la imagen que acompaña al texto la Dra. María Martinón (“University College” de Londres) y un servidor posamos con el Prof. Wu Zinzhi, tras escuchar nuestras hipótesis sobre la evolución humana en Eurasia. Lo que ahora proponemos no tiene ya nada que ver con la teoría multirregional, pero el Prof. Wu Zinzhi nos escuchó con respeto. Sabemos que nuestras hipótesis quedarán superadas por nuevos hallazgos y métodos de trabajo ahora impensables. El Prof. Wu Zinzhi defendió sus teorías con ilusión y firmeza, sin saber que 20 años más tarde se lograría el “milagro científico” de recuperar el ADN de muchos ejemplares fósiles. Este hecho y el estudio de un registro fósil cada vez más rico han cambiado de manera radical nuestra visión sobre la evolución de Homo sapiens.

Fuente: quo.es | 18 de abril de 2017

Una polémica teoría pretende revolucionar el concepto del origen del ser humano

Esqueleto reconstruido de Proconsul, un primate hominoideo

Un grupo de científicos de la Universidad Centro-Sur de Changsha, China, ha propuesto una teoría que desafía la versión oficial de la evolución de nuestra especie y que define al ser humano como el heredero del ADN transmitido por un pequeño grupo de Homo sapiens que vivió en África hace unos 200.000 años. En este grupo, conocido como 'Eva mitocondrial', vivían los primeros seres anatómicamente parecidos al ser humano de la actualidad.

Según esta reconocida teoría, el Homo sapiens emigró de África hace unos 70.000 a 50.000 años atrás y desplazó a especies extintas como los Neandertales o los homínidos de Denísova, cuya estructura de ADN dista significativamente de la del ser humano actual.

Una polémica idea de paralelismo evolutivo

En su lugar, los biólogos chinos defienden la teoría del multiregionalismo, una segunda idea que fue propuesta en 1984 pero que ha sido desechada por la mayoría de los genetistas modernos.
Esta hipótesis asegura que el ser humano evolucionó de diferentes ancestros que vieron su origen en varias regiones de África, Europa, Asia y Australia paralelamente, algo que contradice la teoría evolucionista y las pruebas genéticas encontradas hasta el momento.

De esta forma, el equipo de científicos chinos ha criticado la 'técnica del reloj molecular', un método utilizado para datar la divergencia entre dos especies y que ha sido el principal procedimiento para determinar la relación genética del ser humano con el Homo sapiens africano y desestimar nuestra relación con especies extintas como los Neandertales.

Los resultados de su trabajo han sido prepublicados en el repositorio digital científico bioRxiv y propone una nueva hipótesis: la Máxima Diversidad Genética (MGD), que explicaría la variación genética en especies complejas como el ser humano y apoya la idea de una evolución multiregional.

Además, esta polémica investigación concluye que la primera "fragmentación de la especie humana" se produjo hace unos dos millones de años, algo que revoluciona por completo los conocimientos que maneja la comunidad científica mundial.

Fuente: RT.com| 17 de abril de 2017

Descubren una magnífica tumba de la Dinastía XVIII en la necrópolis de Dra Abu El Naga (Luxor, Egipto)

Lo que fue dejado a un lado como una pequeña fosa aneja a otros complejos funerarios en la necrópolis de Dra Abu El Naga ha resultado un pequeño tesoro para la egiptología egipcia, con el descubrimiento de una nueva tumba y su colección funeraria, que va desde máscaras de madera con lascas de oro a media decena de sarcófagos y cientos de estatuillas. El descubrimiento ha sido anunciado hoy por el ministro de Antigüedades, Jaled el Anany, en Luxor, donde el Ministerio conmemora hoy el Día Internacional del Patrimonio. «Los trabajos de excavación están en pleno desarrollo para revelar los secretos de la tumba», ha añadido.




Tras levantar más de 450 metros cúbicos de escombros, el equipo de arqueólogos egipcios encontró la entrada a la tumba principal, flanqueada por otros dos sepulcros adyacentes que todavía no han sido excavados, según ha explicado el director de la misión egipcia que ha escavado la tumba, Mustafa Waziri.


El complejo principal pertenecería a un oficial de la XVII Dinastía (del 1550 y 1295 a.C. aprox.), en el Reino Nuevo, llamado Userhat. El sepulcro del funcionario, un consejero y juez en la ciudad de Tebas, cuenta con la típica forma de T común entre los enterramientos de nobles: una amplia habitación inicial seguida de un corredor rectangular y, al final del estrecho pasillo, una cámara interna.



Dentro, la maravilla: en el pasillo rectangular, la misión encontró un sarcófago de madera en buen estado de conservación, y en un pozo de más de 9 metros de profundidad que desembocaba en dos pequeñas cámaras, que habían quedado ocultas tras pesadas capas de piedras, cerca de mil pequeñas estatuillas «ushabtis», figurines que harían de sirvientes del difunto en el más allá. Junto a los ushabtis se han hallado jarras, recipientes y maquetas de cerámica, así como varias máscaras de madera con pintura dorada.

Sarcófagos XXI Dinastía

En la cámara interna del final del pasillo se ha encontrado lo que, según los investigadores, habría sido utilizado como una suerte de almacén-escondrijo de ataúdes en épocas posteriores. En «almacén» se han hallado media decena de ataúdes, decorados con hermosas tallas coloreadas en buen estado de conservación y datados hacia la XXI Dinastía, así como toda una «familia» de momias envueltas en lino, también bien conservadas. Entre los sarcófagos, una segunda colección ushabtis de diversos materiales como loza, terracota y madera.



La tumba, conocida provisionalmente como -157- (no TT157, que se referiría a otro sepulcro), ha sido localizada en la necrópolis de Dra Abu El Naga, junto a la antigua capital Tebas (ahora Luxor), cerca del Valle de los Reyes y Deir el Bahari. A diferencia de estas superpobladas necrópolis, que acogen en las entrañas de sus montañas a algunas de las tumbas y templos más conocidos, la necrópolis de Dra Abu El Naga todavía tiene nuevos descubrimientos que ofrecer, según el Ministerio. En la zona excava precisamente el equipo del español José Manuel Galán con el proyecto Djehuty, con concesiones en un varias tumbas de la necrópolis, entre las que destacan las capillas-tumbas de Djehuty y de Hery, altos funcionarios al servicio de la administración real en torno al año 1500 a. C.


Fuente: A. ALAMILLOS, El Cairo | ABC, 18 de abril de 2017
Fotos cortesía del Ministerio de Antigüedades Egipcio.

Arqueólogos descubren una espléndida "Venus" de 23.000 años de antigüedad en Rusia

La extraordinaria belleza de la figurilla paleolítica hallada en Rusia y tallada en un colmillo de mamut lanudo, tiene similitudes con otras descubiertas en Siberia, pero fueron halladas a miles de kilómetros de distancia por lo que su distanciamiento entre unas y otras es considerable.

Los 5 centímetros de altura de la desnuda figurilla ha supuesto que los arqueólogos se vuelvan un poco más "poéticos" en sus descripciones.

El Dr. Konstantin Gavrilov (izquierda), jefe adjunto en el departamento de Arqueología de la Edad de Piedra en el Instituto de Arqueología y Etnografía de Moscú, dirigió la expedición que la encontró, comparándola con la voluptuosa imagen que Rembrandt realizó de Danae, de la mitología griega.

"Aunque la imagen de esta estatuilla es más bien la de una mujer corpulenta, se la ve increíblemente delicada, probablemente debido a sus largas y delgadas piernas", afirma el entusiasmado científico. "La figurilla, con las piernas ligeramente dobladas, recuerda a Danae, tal como la pintaron los artistas de la New Age".

Otros compararon su notable parte trasera con un icono más moderno: Kim Kardashian.


Al parecer, tales características podrían representar un "culto a la fertilidad", como corresponden a este tipo de "Venus", dice el Dr. Gavrilov, pero añadió que esto no era posible, ya que es anterior a la existencia de la agricultura.

La excepcional 'Venus' está hecha del colmillo de un mamut, y representa a una mujer esteatopígica o que tal vez está embarazada, con una barriga prominente y un notable busto. Parte de éste y del vientre se han despegado a lo largo de una fisura natural existente.


La estatuilla fue hallada cerca de grandes capas o niveles de piedra caliza y de huesos de mamut que fueron pintados con pintura mineral de color siena.

"Lo más probable, es que la estatuilla fue colocada al lado de los huesos en el suelo, en vez de ser enterrada al igual que otras Venus. Tales estatuillas prehistóricas son objetos rituales y ceremoniales", aduce el doctor Gavrilov.


Se han encontrado en Siberia ejemplos similares, sobre todo cerca del río Angara, próximo al lago Baikal, pero el análisis más reciente sugiere éstas fueron, de hecho, diseñadas con vestidos -contrariamente a lo supuesto en exámenes anteriores-, y, evidentemente, a diferencia de este nuevo descubrimiento proveniente del yacimiento Khotylyovo-2, en la región de Bryansk.

Los arqueólogos han estado explorando dicho lugar desde 1993, y el análisis mediante radiocarbono sugiere que tribus de cazadores y recolectores vivieron allí hace entre 24.000 y 21.000 años. Se han encontrado numerosos huesos de mamuts, de bisontes, y también muchas herramientas de sílex.

"Esta figurilla data del periodo medio del Paleolítico Superior, y la cultura a la que pertenece se ha establecido mediante radiocarbono en 23.000 años de antigüedad".

Como muestra El Siberian Times, no todas las figurillas son iguales si se comparan con las halladas cerca del Lago Baikal (fotos abajo):




Fuente: siberiantimes.com | 17 de abril de 2017

¿Qué misterio esconde el yacimiento conquense de los Dornajos?

El yacimiento se ubica en un cerro dentro del término municipal de La Hinojosa (Cuenca) - Catalina Galán

«Sigue siendo una incógnita la utilización de este lugar, ya que no fue un poblado ni una necrópolis», afirma la arqueóloga Catalina Galán

En el kilómetro 149 de la antigua carretera Nacional de Madrid a Valencia, en el término municipal de La Hinojosa (Cuenca), se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más misteriosos de la Prehistoria en la Península Ibérica, el de los Dornajos. Este es precisamente el nombre que recibe un tipo peculiar de cerámica encontrado en dicho lugar que se caracteriza por estar hecho a mano con decoración incisa e impresa tanto por fuera como por dentro de las vasijas, diferenciándose de este modo por la cerámica del vaso campaniforme como tal.

Según explica a ABC Catalina Galán, arqueóloga y autora del libro El yacimiento arqueológico de los Dornajos (Arkatros Ediciones, serie de Arqueología, 1, Madrid, 2016), la datación del lugar se enmarcaría dentro de la Edad del Bronce y, más concretamente, hacia el año 1.800 antes de Cristo (a.C.), según se desprende del análisis por la técnica carbono 14 de una parte del muro superior. Este estudio es fruto de los trabajos arqueológicos realizados entre 1976 y 1981 en un cerro cercano a la localidad de La Hinojosa.

Sin embargo, tal y como subraya la también profesora de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, ya jubilada, «lo que sigue siendo un misterio es la utilización real de este lugar, ya que no es un asentamiento ni una necrópolis». En este yacimiento, reconoce Catalina Galán, «no hay restos de cocina ni de viviendas, y los objetos que se han encontrado no se corresponden con utillaje, sino que solo se ha descubierto cerámica». Esto le hizo plantear la hipótesis de que el posible uso que tuvo este lugar pudo ser de carácter ritual y de culto.

Esta experta ha llegado a esa conclusión por la ubicación del cerro donde está el yacimiento, ya que se encuentra en un valle que se extiende desde el término municipal de La Almarcha hasta el de Cervera del Llano, ambos en la provincia de Cuenca. Esta zona está repleto de afloramientos rocosos, con grabados rupestres de tipo esquemático con escenas rituales y ofrendas que responden a algún culto religioso.

¿Cómo se descubrió este lugar? Como en muchas otras ocasiones, los curas y los maestros de los pueblos y su inquietud por el conocimiento del entorno de sus parroquias y de sus colegios le han llevado a descubrir antiguos yacimientos arqueológicos. Tal y como recuerda Catalina Galán, fue en los años 70 cuando el párroco de La Almarcha, Zenón Salas, quien corrió la voz de lo encontrado, después de que fuera avisado por los niños de la localidad que decían que habían visto una serie de grabados en rocas.

«Misión rescate»

Las noticias llegaron también a Vicente Martínez Millán, maestro de la escuela de La Hinojosa donde aquellos niños estudiaban. Esos alumnos, dentro de lo que se conoció como «Misión rescate» –batidas para buscar objetos de arte y restos arqueológico-, descubrieron una gran cantidad de piezas de cerámica con unas características peculiares en el cerro llamado los Dornajos. Ante esta serie de hallazgos fue el cura Zenón Salas, también estudiante de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), quien mandó una carta informando de los hallazgos al departamento de Prehistoria de ese centro, donde Catalina Galán trabajaba.

Esta profesora y arqueóloga fue la artífice del descubrimiento del yacimiento de los Dornajos. En cuanto llegó a sus oídos toda esa serie de hallazgos, preparó un equipo que estuvo excavando en el cerro cercano a La Hinojosa durante las campañas de verano entre 1976 y 1981, en una época en la que los recursos económicos y materiales eran muy limitados.

«Desde entonces no se ha vuelto a hacer ninguna excavación más en la zona», indica la directora de los trabajos arqueológicos, quien se lamenta del «lamentable estado» en el que se encuentra el yacimiento debido a la «dejadez de las administraciones públicas».

Por lo tanto, si esto sigue así, el misterio de los Dornajos seguirá sin resolverse, aunque siempre habrá la posibilidad de contemplar en el Museo de Cuenca un recipiente cóncavo de cerámica tan peculiar que, en opinión de Catalina Galán, supone «un hito dentro de la Prehistoria peninsular».

Vía: ABC

Descubren un grandioso edificio en el yacimiento tartésico de Turuñuelo de Guareña (Badajoz)

Foto: Escalinata monumental de época tartésica hallada en el yacimiento del Turuñuelo de Guareña (Badajoz).SANTI BURGOS.

Fuera de contexto, la imagen de unos escalones en mitad de un gran agujero que acompaña este texto podría no decir mucho. Sin embargo, su contexto —la excavación de un enorme edificio tartésico de hace 2.500 años en la comarca de Las Vegas del Guadiana, en Badajoz— los convierte en un descubrimiento extraordinario. Y no solo porque esa escalinata monumental de dos metros y medio de altura apunta a una insólita edificación de dos plantas del siglo V antes de Cristo, la primera que se conserva de aquella época; sino porque está construida con unas técnicas y unos materiales que se pensaba que no se habían utilizado en todo el Mediterráneo occidental hasta mucho tiempo después.

La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Algo así como un protocemento, solo que un siglo antes de que apareciera el primer material de este tipo documentado hasta ahora: el opus caementicium del Imperio Romano.

El yacimiento del Turuñuelo de Guareña, cuya excavación arrancó en 2015, ya había sorprendido a los investigadores por su tamaño (es el más grande localizado de aquella época, en torno a una hectárea), la riqueza de materiales encontrados y su extraordinario estado de conservación. Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Una civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica en el primer milenio antes de Cristo sobre la que se ha levantado todo tipo de mitos y leyendas (sobre todo, en torno a su misteriosa decadencia y su abrupto final), debido, entre otras cosas, a la escasez de restos materiales. Una escasez que la excavación dirigida por los arqueólogos del CSIC Sebastián Celestino —que también es director del Instituto de Arqueología de Mérida— y Esther Rodríguez está compensando a marchas forzadas, y eso que apenas se ha desenterrado hasta el momento el 10% de la construcción.

“Una escalinata constituye un elemento arquitectónico único de algo, además, que no pensábamos que fueran capaces de ejecutar. Existen escaleras durante la protohistoria en la Península, pero ya en época posterior. De esta cronología como máximo había dos o tres escalones de piedras y adobe para salvar un desnivel”, explica Rodríguez. En este caso, son 10 escalones (al menos; todavía puede haber alguno más) de 2 metros de largo, 40 centímetros de anchura y 22 de altura. Los cinco superiores están cubiertos por lajas de pizarra y los inferiores son los que están hechos a modo de sillares cuadrangulares con mortero de granito machacado envuelto en cal.

“Lo más sorprendente ha sido su profundidad. Dos metros y medio significa que debajo hay otra planta, que estamos accediendo a una planta superior sobre-elevada”, completa Celestino. Se había especulado sobre la existencia de este tipo de edificaciones en época tartésica, a partir de textos de la Biblia, pero nunca se había encontrado ninguno. “Este edificio será el primero que conserva las dos plantas”, insiste.

Dos caballos sacrificados

A un lado de la asombrosa escalinata, han aparecido los cuerpos de dos caballos sacrificados, perfectamente colocados en posición anatómica, con todo su herraje puesto, lo que apunta sin duda a un sacrificio ritual, pues estos animales, símbolo del lujo, no solían comerse en aquella época. Al otro lado, sin embargo, han hallado restos de una vaca que los moradores del lugar sí llegaron a consumir en una especie de festín. Los investigadores del CSIC, de hecho, cada vez ven más claro que a finales del siglo V antes de Cristo se produjo allí una gran celebración justo antes de la destrucción del edificio.

Foto: Restos de dos caballos sacrificados en el yacimiento tartésico del Turuñuelo. SANTI BURGOS.

La mayor parte de las construcciones de aquella época localizadas en el Valle medio del Guadiana –una zona que recibió grandes oleadas de inmigración desde en núcleo central de Tartesos, en el Guadalquivir y Huelva, tras una profunda crisis económica en el siglo VI— fue destruida por sus propios moradores hacia finales del siglo V, o principios del IV a.C. Prefirieron echarlas abajo antes de verlas saqueadas por los pueblos del norte, de etnia céltica, que estaban a punto de llegar.
La del Turuñuelo de Guareña también fue incendiada y después sepultada bajo arcillas sacadas del río Guadiana. Pero su formidable estructura, que incluye muros de varios metros de grosor, hizo que se mantuviera en pie pese a todo.

Ahora, el trabajo de Celestino y Rodríguez —que cuenta con el apoyo de la Secretaría General de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Guareña, y con la financiación de la Diputación Provincial de Badajoz— será seguir excavando este gigantesco edificio. La próxima campaña será en mayo y, entre sorpresa y sorpresa, intentarán vislumbrar cómo fue aquella celebración de despedida y descubrir con ello qué tipo de edificio fue el del Turuñuelo de Guareña.

La dificultad añadida es que se trata de algo completamente nuevo, muy distinto de las otras construcciones tartésicas halladas en la zona, como el santuario de Cancho Roano, en Zalamea de la Serena; o La Mata (en Campanario), con un perfil más económico. Tiene características de palacio, pero también de gran monumento funerario. “La planta de arriba, con varios altares, tiene una función ritual clarísima, pero la religión entonces estaba mezclada con todo. A partir de ahí, hay elementos que hacen pensar en el enterramiento, como el hecho de que no tenga suelos construidos a pesar de la riqueza de todo lo demás. Sin embargo, el hecho de que tenga dos plantas apunta hacia otro lado”, explica Celestino. Las respuestas irán llegando, casi con toda seguridad, a medida que la excavación vaya sacando a la luz ese otro 90% del edificio que todavía permanece enterrado entre los campos de tomates de las Vegas del Guadiana.

EL TROZO DE LANA MÁS ANTIGUO DE LA PENÍNSULA

Cuando sus pobladores quemaron el edificio del Turuñuelo de Guareña a finales del siglo V antes de Cristo, las cenizas, junto a la arcilla que utilizaron para sepultarlo después, crearon una especie de urna protectora. Esta ha mantenido en un estado de conservación magnífico gran parte de los objetos que llevan 25 siglos atrapados en su interior, desde los marcos de las puertas hasta distintos tipos de tejido.

De hecho, los investigadores han hallado fragmentos de lana (el más antiguo encontrado en la Península Ibérica) y de lino, además de varios saquitos de esparto que contenían cereales. Todos ellos los están analizando especialistas de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) dentro de un proyecto llamado Procon, que investiga la producción y uso de productos textiles en la Europa Mediterránea.

En el Laboratorio de Restauración de la Universidad Autónoma de Madrid (Secyr) se están restaurando otros importantes objetos recogidos durante a excavación, entre otros, metales como un juego de siete ponderales (piezas de medida de peso) de bronce o tres ricos ungüentarios fenicios de pasta vítrea.

Todo ello se suma a otros sorprendentes objetos hallados hasta el momento, como vasijas y platos que los lugareños construían imitando utensilios griegos o etruscos llegados a través del comercio fenicio, o una rarísima bañera de 1,70 metros de largo, posiblemente del mismo mortero utilizado en la escalinata, pero mucho más refinado.

Fuente: J. A. AUNIÓN | El País, 17 de abril de 2017