¿Usó el faraón Akhenatón niños para construir su ciudad maldita?

Una nueva investigación afirma que es posible que Akhenatón edificara la nueva capital de Egipto -Amarna- con mano de obra infantil

Amenofis IV no fue un Faraón más de esos cuyo nombre es olvidado en un inmenso eje cronológico. Sus políticas hicieron que se estremecieran las arenas de Egipto desde el mismo momento en el que su padre (Amenofis III) pasó al más allá. Decidido e innovador, entendió que el politeísmo era una farsa promovida por sacerdotes interesados y proclamó el monoteísmo. Para él, la verdadera y única deidad a la que debía lealtad era Atón, el dios que representaba al disco solar en el firmamento. Por ello, se hizo llamar a partir de entonces Akhenatón, cuyo amalgama de significados abarca desde «Atón está satisfecho», a «Espíritu eficaz de Atón» (esta última traducción, según explica el famoso egiptólogo Cyril Aldred en sus diferentes y amplios escritos).

Akhenatón también fue uno de los primeros líderes de su tiempo que aparecía regularmente en público. Una práctica que llevaba a cabo acompañado de Nefertiti y de sus hijas. O que, incluso, realizaba junto a «las mujeres más bellas de Egipto», según determina el investigador Jorge Dulitzky en su libro «Akhenatón el faraón olvidado». Y eso, a pesar de que la leyenda decía de él que era «asexuado o andrógino».

Sin embargo, no fueron sus tendencias sexuales las que le permitieron ganarse un hueco privilegiado en nuestra historia. Fue su decisión de llevarse la capital del reino (por entonces en Tebas) hasta una nueva ciudad la que le hizo famoso y odiado por igual entre sus seguidores.

Ya no solo porque arrebató la importancia a una urbe hasta ese momento determinante, sino porque su nuevo centro neurálgico fue Akhetatón (la actual Amarna), una villa fundada por él mismo que hubo que levantar desde los cimientos. Pero, como diría aquel, al César lo que es del César (o, en este caso, al Faraón lo que es del Faraón). Sumisos, sus ingenieros cedieron a sus caprichos e idearon un sistema que favoreció la construcción de la ciudad a la velocidad del rayo. En tan solo una década, la urbe se alzó -desafiante e imponente- ante los ojos del mundo.

¿Cómo pudo el Faraón crear de la nada una ciudad en un período de tiempo tan breve? Desde hace algún tiempo, los expertos afirman que las nuevas técnicas de construcción fueron las que permitieron este milagro. Sin embargo, una investigación desvelada a principios de junio por el diario anglosajón «The Guardian» ha incidido sobre una teoría alternativa que lleva décadas barruntándose. En palabras de la arqueóloga Mary Shepperson (colaboradora habitual del mencionado periódico y en las excavaciones de Amarna) Akhenatón podría haber utilizado a niños esclavos para construir su nueva capital.

A pesar de que todavía serán necesarios muchos análisis para confirmar esta idea, la experta cree que la hipótesis es más que plausible debido a la ingente cantidad de pequeños esqueletos que han sido hallados en el denominado «Cementerio del Norte» de la urbe. Una buena parte de ellos con lesiones traumáticas y enfermedades degenerativas que aparecen, habitualmente, en aquellos que trabajan con cargas pesadas durante un tiempo considerable. «La explicación más obvia no es agradable: estos niños y adolescentes podrían haber sido utilizados como mano de obra y podrían haber sido obligados a realizar frecuentemente trabajos pesados», añade la experta.

¿Se gesta un loco?
El egiptólogo y escritor Christian Jacq explica en su extensa y documentada obra «Nefertiti y Akhenatón» que «el futuro Akhenatón nació probablemente en el palacio de Malgatta, en la orilla oeste de Tebas». Con todo, destaca que se ve obligado a afirmar «probablemente» debido a que a los cronistas no les interesaba el momento en que eran alumbrados los hijos de los faraones, sino solo el tiempo en el que eran coronados. Durante su infancia, el pequeño egipcio vivió en un país en su máximo esplendor económico y social. La paz era lo habitual por entonces, en contra de lo que habían vivido otros líderes como Tutmosis III (conocido como el «Faraón guerrero» por causas obvias).

La tranquilidad de su padre, Amenofis III, solo se veía turbada por el paulatino aumento de poder de la civilización hitita, a la que el Faraón infravaloró durante toda su vida. La serenidad y la gloriosa sombra de un progenitor al que poco le faltaba para ser el amo del Nilo fueron los pilares de la educación del futuro Akhenatón. «Hacia 1380 a. de C., Egipto posee un Imperio que se extiende desde las costas sirias hasta el Oronte y desde Nubia hasta la tercera catarata. Las buenas relaciones con Mitanni y Babilonia se mantienen», añade el experto.

Momia de la Reina Tiye, madre delfaraón Akenatón y abuela de Tutankamón- EPA

Todos esos extensos territorios eran regidos desde la capital: Tebas. Una ciudad cosmopolita (y dedicada principalmente al dios Amón) en la que el politeísmo a diferentes divinidades era la base de un culto dominado por una poderosísima casta de sacerdotes.

La misma que, poco a poco, había ganado un gigantesco poder en Egipto hasta el punto de influir directamente en la política. Y la misma que contaba con un auténtico entramado económico que le permitía ubicarse en la cima del poder social. No en vano, y como afirma la historiadora francesa Violaine Vanoyeke en «Más allá del Egipto faraónico», «tenían a su servicio numerosos funcionarios de menor rango encargados del tesoro, responsables de las obras, jefes de rebaños, contables, mayordomos, chambelanes, jefes de flota…».

El «Faraón hereje»
A pesar de que Amenofis III fue uno de los primeros faraones en combatir indirectamente el poder de los sacerdotes, durante la infancia del futuro Akhenatón no se vivió ninguna ruptura religiosa. De hecho, y tras su ascenso al poder, al entonces Amenofis IV se le seguía representando rodeado de deidades (ejemplo de ello son las inscripciones del templo de Sesebi, en Sudán) y como «el elegido de Amón».

¿Cuándo logró sentarse en la poltrona nuestro protagonista? Esta pregunta sigue generando polémica a día de hoy, al igual que la posibilidad de que él y su padre mantuvieran una corregencia en vida. «Las fechas del reinado continúan siendo objeto de controversia: de 1377 a 1360 según Redford, de 1364 a 1347 según Trigger y sus colaboradores, autores de una reciente historia social del antiguo Egipto, y de alrededor de 1353 a alrededor de 1336 para Yoyotte y Vernus en su trabajo de síntesis sobre los faraones... Y eso que me limito a citar tres hipótesis», añade Jacq.

En todo caso, fue entre los años 1 y 3 de su reinado cuando el todavía Amenofis IV decidió adoptar la figura de Atón (el disco solar) como la de su deidad principal. Todo ello, en detrimento de Amón. Algo considerablemente revolucionario para la época.

Estatua de Akhenaton en forma del dios Osiris- Ignacio Gil

«El Faraón adoptó al Sol, bajo su forma de disco, como único dios», explican en «Textos para la historia del Próximo Oriente antiguo» los catedráticos Francisco Marco Simón y Narciso Santos Yanguas. Los expertos afirman, a su vez, que esta figura no fue creada por nuestro protagonista, sino que ya existía con mucha anterioridad. Sin embargo, sí fue él quien le ofreció un puesto más que predominante en la sociedad. Esta idea la comparte también Jacq: «Atón no es una divinidad inédita en la religión egipcia. Desde la época de Tutmés I, se le considera como una potencia creadora».

Sin embargo, Jacq discrepa con los españoles (así como con otras decenas de expertos) en la idea de que aquel primigenio Akhenatón era partidario de una única deidad. Así pues, mientras que Marco y Santos definen la sociedad creada por el Faraón como claramente monoteísta, él anglosajón es partidario de que, aunque relegó al resto de divinidades, no cargó contra ellas frontalmente. Con todo, una buena parte de los egiptólogos son partidarios de que Amenofis IV se planteó como objetivo la eliminación de las deidades tradicionales.

«Pretendía destruir el anterior politeísmo egipcio y que se llegara a repudiar el culto de Amón. De esta forma trataba de repudiar la vieja religión mortuoria vinculada a Osiris», añaden los autores de «Textos para la historia del Próximo Oriente antiguo» en su obra.

«Akhenatón abolió el ritual dedicado a Amón y a otros dioses menores que se celebraba todos los días»El historiador Jorge Dulitzky es partidario también de esta idea en su obra «Akhenatón, el Faraón olvidado»: «Akhenatón abolió el ritual dedicado a Amón y a otros dioses menores que se celebraba todos los días, pues era una ceremonia costosa llevada a cabo por una legión de sacerdotes que despertaban a los dioses, los limpiaban, vestían, alimentaban y les hacían reverencias como si fueran reyes». En palabras de este autor, con el tiempo Akhenatón fue destruyendo los clásicos ritos a las deidades egipcias y sustituyéndolos por otros totalmente nuevos.
Lo que sí está claro es que, de la mano de su esposa Nefertiti, Amenofis IV se elevó a la categoría de gran sacerdote de Atón en los primeros años de su reinado.

Tal fue su convencimiento de que esta divinidad debía ser la preponderante, que se cambió el nombre a Akhenatón (cuyo significado ha sido discutido a lo largo de los siglos, pero que vendría a significar «Siervo de Atón»). De esta forma, marcó el comienzo de lo que autores como Dulitzky han calificado de «revolución»: «Hay que destacar dos características particulares de la revolución de Akhenatón: fue una de las primeras impulsadas desde el poder, y […] todas sus reformas fueron hechas en nombre de la religión». El autor, incluso, afirma que a partir de entonces el Faraón creó de cero una nueva religión. O más bien «su nueva religión».

Este culto que vino acompañado de una serie de nuevas costumbres que narra, de forma pormenorizada, la profesora de Historia Antigua Ana María Vázquez Hoys en su dossier «Akhenatón el Hereje»: «El nuevo Faraón prohíbe a su pueblo que se arrodille y se humille ante él. Recorre los campos con su esposa, confraterniza y se mezcla con los fellahs, los anima en su tarea, él mismo abandona toda pompa en sus vestidos. Establece el matrimonio monógamo. Elimina todo tipo de ceremonial tanto en la Corte como en la religión. Prohíbe el fasto y los costosos desfiles. Una de sus frases que ha llegado hasta nosotros es: "Viviendo recta y honradamente es como se honra a Dios". Da orden de abolir la esclavitud y exhorta a los pobres, siervos y desvalidos a luchar por Atón cuya victoria significa la desaparición de la injusticia. Aconseja a las mujeres que sólo parieran dos hijos y se concentrasen en su cuidado. Se convierte en el primer ecologista del mundo y protector de los animales, prohibiendo la caza masiva».

Destrozando a Amón
En sus siguientes años de reinado, Akhenatón entró en conflicto con los sacerdotes que rendían al culto al resto de dioses al relegarles a un segundo plano. El más damnificado fue el clero de Amón, que fue puesto al mismo nivel que el resto de religiosos y cuyo papel preponderante se esfumó. Junto a su importancia se marcharon también, y poco a poco, sus riquezas. Y es que, a partir de entonces el Faraón estableció que todas las nuevas ofrendas pasarían a engrosar los tesoros de los templos dedicados a Atón.

«El rey lesionó forzosamente intereses individuales. Y si es cierto que prestó oído a “malas palabras”, lo hizo sin duda a conciencia, relegando a la sombra a signatarios a los que juzgaba incapaces de cumplir sus funciones religiosas», añade Jacq.

Excavación alemana en Amarna. Objeto en primer plano: El busto hecho pedazos de Akhenatón- ABC

Por si esto fuera poco, en el año 9 de su reinado cargó frontalmente (más si cabe) contra Amón y sus seguidores al ordenar eliminar el nombre de este dios de todos los templos. Así define este suceso el egiptólogo francés Georges Legrain en una de sus obras: «Por todas partes se proscriben o destruyen por orden real las imágenes de Amón. Pocos monumentos, tumbas, estatuas, estatuillas, incluso objetos menudos escaparon a las mutilaciones... Se llega a escalar hasta lo más alto de los obeliscos y a descender al fondo de las tumbas para destruir los nombres y las Imágenes de los dioses». Aunque otros expertos como Jacq califican sus palabras de exageradas, lo cierto es que el impacto social si fue destacable.

¿Qué buscaba Akhenatón con esta «herejía»? Su objetivo era terminar con su influencia y lograr, de una vez por todas, que Atón reinara en solitario, como única y verdadera deidad. La decisión, con todo, no le salió barata. Y es que –como especifica Jacq- ha sido tildado a día de hoy de «loco, fanático, sectario, epiléptico, verdugo, demente empeñado en vengarse de un clero que le odiaba» y otras tantas cosas más por ello.

La nueva capital
Poco antes de comenzar su revolución, y cuando apenas sumaba cuatro años al frente de Egipto, Akhenatón tomó una de las decisiones más arriesgadas de su reinado. La misma que, a día de hoy, nos obliga a escribir estas líneas: estableció que abandonaría Tebas y trasladaría la capital del imperio hasta una nueva ciudad. Lo curioso es que esta urbe no estaba siquiera edificada, sino que tendría que ser levantada de la nada y, según su decisión, a más de 350 kilómetros de la su habitual residencia. Según afirmó, el mismo Atón le dijo que alzara sobre aquellas vírgenes llanuras ubicadas entre montañas una metrópoli digna.

Lo cierto es que su decisión bien podría ser terrenal pues –casualmente- el emplazamiento se hallaba a medio camino entre Menfis (capital del Imperio Antiguo) y Tebas (capital del Imperio Nuevo).

Con todo, e independientemente de si tomó esta determinación de forma consciente o no, Akhenatón se empeñó en que su megalópolis debía estar edificada cuanto antes. Así fue como se inició una batalla contra el reloj para construir la metrópoli de Akhetatón, la actual Amarna. A día de hoy, un recuerdo perceptible únicamente gracias a las ruinas que han sobrevivido al paso del tiempo, y a las paredes de piedra que marcaba sus límites. Las mismas en las que el Faraón ordenó tallar (y así dejar constancia) de la urbe.

Recreación en detalle de la ciudad de Amarna- ABC

La ansiedad de Akhenatón hizo que Amarna fuera edificada en poco menos de una década mediante nuevas técnicas de construcción. El ejemplo más claro es que los arquitectos apostaron por usar bloques más pequeños y manejables (principalmente de adobe) en lugar de los tradicionales, más grandes y resistentes. Otro tanto pasó con las estatuas: los escultores se vieron obligadas a elaborarlas por módulos (y mediante materiales de menor calidad) para ganar su particular carrera al tiempo.

Estas novedades permitieron que la urbe naciera en poco menos que un suspiro (las estructuras básicas estuvieron edificadas sumamente rápido) y que pudiera ser «fabricada» por mano de obra inexperta, pero la condenó a perderse con el paso de los años ante las inclemencias del desierto. «Fueron muchos los artesanos de Tebas que vinieron a instalarse a Akhetatón, pero tuvieron que luchar contra un enemigo poderoso: el tiempo. Como hemos dicho, Akhenatón tenía prisa. Por lo tanto, el conjunto de las paredes maestras sufrió a veces las consecuencias de la rapidez de los trabajos», añade Jacq en su obra.

Con todo, la premura no impidió que Amarna se convirtiera en una de las ciudades más bellas de Egipto. Al menos mientras estuvo en pie. Tal solo cuatro años después de que comenzaran las obras ya había habitantes allí. Y ya en el sexto año de su reinado, Akhenatón se trasladó junto a su gigantesca corte a ella. Junto a él se marcharon artesanos, funcionarios, militares y un larguísimo etc. que, por descontado, redujeron considerablemente la población y la riqueza de Tebas. La otrora capital se vio obligada además a ver como el comercio más destacado (así como los ingresos y ayudas principales del Faraón) se marchaban con él hacia Akhetatón.

«Los testimonios conservados tienden a demostrar que la ciudad de Atón era bella y acogedora, con amplias avenidas»«Los testimonios conservados tienden a demostrar que la ciudad de Atón era bella y acogedora, con amplias avenidas, espacios verdes y barrios muy bien concebidos. La corte encontró una capital atrayente, en la que podía latir el corazón de Egipto», determina Jacq.
Los autores de la obra colectiva «Egipto: 7000 años de arte e historia» son de la misma opinión: «La ciudad se extendía a lo largo de casi 15 kilómetros, como una gran faja que bordeaba la margen oriental del Nilo. En las montañas rocosas que se levantaban a espalda de la gran ciudad se fue creando la gran necrópolis». Sin embargo, lo que más llamaba la atención de la nueva metrópolis es que disponía de un gigantesco templo sin techo (abierto al sol) con cientos de mesas de ofrendas.

La ciudad continuó siendo el centro de Egipto hasta la muerte del Faraón en el 1332 a.C. Entonces fue totalmente abandonada. Con Akhenatón también se marchó su monoteísmo y su particular culto único a Atón. El sueño del revolucionario líder, así pues, se apagó. Después de que el grueso de los pobladores de Amarna regresaran a Tebas, la nueva urbe se fue descomponiendo hasta quedar oculta por la arena. Casi como una ciudad maldita.

¿Niños esclavos?
Ahora, más de 3.000 años después del abandono de Amarna -y siempre según afirma la arqueóloga del «The Guardian»- nuevos restos humanos avalan la idea de que Akhenatón pudo usar a niños y a adolescentes para edificar su ciudad de los sueños. Una teoría, por cierto, que ya venía barruntándose desde hacía décadas. Los huesos de la discordia corresponden a más de un centenar de individuos que fueron hallados en uno de las varias necrópolis populares (que nada tienen que ver con las «lujosas» tumbas de la familia real y los cortesanos) de la vieja Akhetatón: el Cementerio Norte.

El Cementerio Norte (llamado así por hallarse al norte de Amarna) empezó a ser excavado en 2015. De tumbas sencillas –se inhumó con solo una estera a los fallecidos bajo la misma tierra-, de esta necrópolis se han extraído desde entonces los restos de 105 individuos que han sido analizados por la doctora Gretchen Dabbs. Las características de los huesos no pueden ser más espeluznantes: el 90% se corresponden con huesos de seres humanos de entre 7 y 25 años. De hecho, la mayoría pertenecen a jóvenes con apenas 15 veranos a sus espaldas.

El rango de edad de los fallecidos no puede ser más extraño para la época. Y es que, por entonces se correspondía con el arco en el que los seres humanos más resistentes eran a las enfermedades. ¿Cómo es posible? Dabbs cree tener la respuesta: una gran cantidad de los restos encontrados denotan que los chicos fallecidos contaban con algún tipo de lesión traumática. El 10%, sin ir más lejos, osteoartritis (la cual puede aparecer tras haber realizado trabajos forzados). Por si fuera poco, un 16% de los menores de 15 años hallados también padecían dichas dolencias junto a otra serie de problemas óseos. Todos ellos, asociados con portar objetos pesados durante mucho tiempo.

Restos hallados en Amarna- T.G.

La explicación más obvia, según el «The Guardian», es la menos agradable: los restos hallados se corresponden con los de niños y jóvenes que podrían haber sido utilizados como mano de obra para levantar la ciudad de Amarna. A su vez, la arqueóloga es partidaria de que es posible que los huesos pertenezcan a esclavos debido a que en los enterramientos del Cementerio Norte se elaboraron sin ningún tipo de cuidado. Algo raro en una sociedad como la egipcia, donde la familia del fallecido solía ofrecerle una inhumación digna.

Esta teoría se ve reforzada por «casualidades» (o no) como que el 43% de las tumbas contengan a más de un individuo. Una cifra mucho más alta que la que se ha obtenido analizando el resto de necrópolis de Amarna. De hecho, en el Cementerio Norte fueron encontrados hasta 5 0 6 esqueletos juntos. «Los hoyos tienen el mismo tamaño, así que es probable que fueran excavados sin saber cuántas personas se acabarían metiendo en su interior», añade la experta.

Por otro lado, y siempre en palabras de «The Guardian», el Cementerio Norte se haya ubicado entre las principales canteras de usadas en la construcción de la urbe. Otro hecho que avalaría esta macabra teoría. A partir de aquí, las posibilidades son infinitas. La experta habla incluso de que podrían haber sido esclavos traídos desde el exterior para trabajar. Idea que también ronda la mente de muchos egiptólogos desde hace años, y que Jacq refleja en su obra: «Ciertos egiptólogos han escrito que los constructores fueron criminales enviados a las canteras para purgar sus penas. Akhenatón, dicen, encontró entre ellos lo esencial de sus fieles, “recuperando” a una banda de ladrones y asesinos».

Fuente: ABC

V Campaña de Investigación Arqueológica de Monegros. "Paisajes Culturales - Paisajes Sociales"

Este año se desarrollará entre el 26 de junio y el 21 de julio en sendos yacimientos ubicados en Pallaruelo de Monegros y en Sena, que van desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Además, en ambas localidades monegrinas se celebrará el Ciclo de Conferencias “Paisajes culturales-paisajes sociales”, en paralelo a las excavaciones.. Su objetivo general es acercar la arqueología a la sociedad y la entrada es libre.

La Asociación Cultural de Investigación Arqueológica de Los Monegros (ACIAM) ha puesto en marcha una nueva campaña arqueológica que este año repite en Pallaruelo de Monegros y en Sena. Concretamente, desde ayer y hasta el 7 de julio la campaña está activa en la necrópolis de “Los Sabinales” de Pallaruelo de Monegros y, en Sena, en la necrópolis altomedieval denominada “Las Peñetas de Manolo”, del 7 al 21 de julio. Coordinadas por ACIAM, en ambos conjuntos ya se iniciaron los trabajos el pasado año. Están codirigidos por Hugo Chautón, Gema Földessy y Gonzalo García. Al final de los mismos, se llevarán a cabo jornadas de puertas abiertas mostrando los resultados finales de la campaña.


Desde 2013, ACIAM lleva a cabo las Campañas Arqueológica en Los Monegros, una comarca repleta de historia. Desde entonces han pasado por los Monegros investigadores procedentes de toda España, además de Irlanda, Francia, Inglaterra, Argentina o Mexico, con la colaboración indispensable de los incansables voluntarios locales. Además, ACIAM de nuevo ha organizado el Ciclo de conferencias “Paisajes culturales- Paisajes sociales”, del 27 de junio al 20 de julio, con el fin de acercar la arqueología a la sociedad. Tendrán lugar en Pallaruelo de Monegros y en Sena a las 19 horas con entrada libre y gratuita. Mediante este ciclo de conferencias se podrá viajar a tiempos remotos y conocer, de la mano de expertos que lo son, o lo serán en un futuro cercano, aspectos de la vida y el pensamiento de los romanos y los egipcios, de los griegos y las íberas, por poner algunos ejemplos.


Contando con el público general como protagonista y procurando emplear siempre la faceta más didáctica de las temáticas, las charlas que se ofrecen son uno de los caminos más directos y efectivos para, en torno a la arqueología, poner en contacto el mundo cultural de la comarca con su entorno social. Por medio de estos eventos se promueve un encuentro entre el arqueólogo y el ciudadano, que por desgracia muy difícilmente se repite en la vida cotidiana. La tecnificación empleada en el tratamiento y estudio del elemento arqueológico impide su asimilación por el público profano, sin embargo, en estos encuentros el esfuerzo comunicativo entre ambos sectores permite alcanzar una simbiosis cuyo principal resultado es la generación de una nueva perspectiva de carácter muy positivo hacia el Patrimonio Arqueológico.


La temática es variada y no respeta un orden concreto, más allá del eje histórico, arqueológico o incluso filosófico en las temáticas. Este ordenado “desorden” permite alcanzar un grado muy elevado de expectación entre el público, ante la posibilidad de conocer temáticas muy diversas desde un enfoque claramente didáctico. Paisajes culturales y sociales se entremezclan en este proyecto, que trasciende la faceta científica y se integra en procesos de dinamización sociocultural que, sin duda, trascenderán más allá de las propias actividades realizadas. La iniciativa cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Sena y de Sariñena, así como de la Comarca de los Monegros.


Más info en:
https://arqueomonegros.blogspot.com.es/
aciamonegros@gmail.com
https://www.facebook.com/ACIAM-1557561874521911/

Así era el rostro del noble egipcio Nebiri, momificado hace 3.500 años

Reconstrucción del rostro de Nebiri, un noble de los tiempos de Tutmosis III. | Fuente: R.D. Loynes et al. / Forensic Science, Medicine and Pathology, 2017

Un equipo internacional de investigadores ha reconstruido el rostro en 3D de un antiguo noble egipcio que vivió durante el reinado de la XVIII Dinastía bajo el gobierno del faraón Tutmosis III (s. XV a.C.).

Esta hazaña fue posible gracias a la aplicación de tomografía computarizada y métodos de medicina forense en los restos momificados del noble. La tecnología contemporánea permitió no solo recrear su rostro, sino también presentar una reconstrucción en 3D de su cerebro. La investigación fue publicada en Forensic Science, Medicine and Pathology.

La investigación tuvo como material de estudio la cabeza con sus órganos internos momificados. El noble fue descubierto en 1904 por el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli en la necrópolis del Valle de los Reyes en Lúxor. La inscripción hallada en su tumba señala que el hombre se llamaba Nebiri y era el jefe de los establos. Dos años antes, investigadores de las universidades de Turín, Munich y Nueva York descubrieron que Nebiri murió a los 46-60 años de edad como consecuencia de una aguda descomposición crónica del corazón. La tomografía espiral multicorte (TEM) reveló que el hombre también padecía de una periodontitis severa con presencia de abscesos. Otra investigación descubrió también que Nebiri padecía de una arteriosclerosis moderada.

Cabeza momificada de Nebiri. | Fuente: R.D. Loynes et al. / Forensic Science, Medicine and Pathology, 2017.


La cabeza de Nebiri se conservó muy bien gracias a una meticulosa momificación: tiras de lino trabajadas con una mezcla de sebo y aceites vegetales, aromatizadas con bálsamos y resinas de árboles coníferos.

Ahora, gracias a la tomografía computarizada y métodos contemporáneos de reconstrucción de la medicina forense, en particular, la llamada “autopsia virtual”, los investigadores pudieron reconstruir el rostro el noble egipcio. De acuerdo a su informe, Nebiri fue un hombre de nariz prominente, quijada ancha, cejas rectas y labios angostos. Los investigadores también pudieron obtener una imagen 3D de la superficie del cerebro, el cual, de acuerdo con Raffaella Bianucci, antropóloga del equipo, carecía de anormalidades anatómicas.

La investigación tuvo como material de estudio la cabeza con los órganos internos momificados. | Fuente: AFP/Referencial

La tomografía computarizada demostró que las vendas fueron colocadas de manera muy cuidadosa sobre la nariz, orejas, ojos y boca, lo cual creó una protección segura contra los insectos y la humedad del ambiente. Este cuidado también ha sido el elemento principal que permitió preservar los detalles anatómicos del rostro y cuello.

Usualmente, los cuerpos momificados hallados en el Antiguo Egipto presentan señales de trepanación craneana para extraer su cerebro con el objetivo de prevenir la descomposición de este órgano. Sin embargo, el cerebro de Nebiri estaba en su lugar. La TEM reveló la presencia de unos pequeños orificios en el hueso etmoidal que separa la cavidad nasal y la craneal. Los investigadores asumen que estos orificios se realizaron con el propósito de introducir material de relleno, en este caso, las mismas vendas arriba descritas.

Fuente: rpp.pe | 24 de junio de 2017

Arqueólogos descubren los impresionantes jeroglíficos monumentales egipcios más antiguos de hace 5.200 años

El panel de signos retrata un toro, dos cigüeñas y un pájaro ibis. Yale News.

Una expedición conjunta, de la Universidad de Yale y de los Museos Reales de Arte e Historia de Bruselas, que explora la antigua ciudad egipcia de El Kab acaba de hacer público el descubrimiento de inscripciones previamente desconocidas.

Junto a ellas se encuentran los jeroglíficos monumentales más antiguos descubiertos hasta el momento, que los arqueólogos estiman en 5.200 años de antigüedad.

Según el egiptólogo John Coleman Darnell (izquierda), del Departamento de Lenguas y Civilizaciones del Cercano Oriente de Yale, que codirige el proyecto, estas nuevas inscripciones no han sido registradas anteriormente por ninguna otra expedición, y tienen una gran importancia para la historia de los antiguos sistemas de escritura egipcios.

Los hallazgos se realizaron en las paredes de roca de El-Khawy, y muestran algunos de los signos más grandes y antiguos de una etapa en que la escritura jeroglífica todavía estaba formándose. La importancia del hallazgo reside en que puede ayudar a entender como los egipcios inventaron su sistema de escritura.

Además de las inscripciones se encontró también un panel de cuatro signos datados en torno al 3250 a.C., escritos de derecha a izquierda, la dirección dominante en los textos egipcios posteriores. Aquí aparecen imágenes de animales, una cabeza de toro, dos cigüeñas y un pájaro ibis.


La disposición de los símbolos es similar a la de las representaciones posteriores del ciclo solar y, según Darnell, podrían expresar el concepto de autoridad real sobre el cosmos ordenado. Pero lo sorprendente es la escala masiva a que están realizados. Cada uno de los símbolos mide más de medio metro de altura, y el panel completo alcanza los 70 centímetros.

Darnell dice que el equipo estaba “absolutamente estupefacto” por el hallazgo debido no solo al inmenso tamaño de los paneles individuales, sino también de los elementos individuales.

Excavación arqueológica en Elkab (Egipto). Universidad de Yale

Para los investigadores el hallazgo es una evidencia de que la escritura jeroglífica estaba más geográficamente extendida de lo que se pensaba hasta ahora, y de que su desarrollo no se produjo solo en el ámbito burocrático.

El egiptólogo John Darnell examina los jeroglíficos desde lo alto de un andamio. Crédito: Universidad de Yale

Utilizando una nueva técnica de registro -pionera en Yale-, Darnell y Alberto Urcia (derecha), un arqueólogo e investigador asociado al Departamento de Lenguas y Civilizaciones de Oriente Próximo, crearon una serie de imágenes en 3D de inscripciones procedentes de fotografías tomadas sobre el terreno.

“Esta nueva tecnología hace posible registrar sitios a un nivel de precisión y detalle que era absolutamente imposible antes”, comenta Darnell, y agrega: “También significa que podemos registrar el sitio como un lugar o una ubicación, y no sólo como una serie de inscripciones”.


El lugar donde aparecieron se encuentra en el desierto de El Kab, nombre actual de la antigua ciudad egipcia de Nejab (la griega Ilitiáspolis), cercanos a una vía de comunicación con la ciudad de Hierakonpolis. No es la primera vez que se encuentran inscripciones en la roca, normalmente ubicadas en los caminos que discurrían paralelos al Nilo o que se dirigían al desierto, generalmente en encrucijadas donde los viajeros se solían detener a descansar.

Fuente: Universidad de Yale / Elkab Desert Survey Project / La Brújula Verde

Atapuerca: La Sima de los Huesos a debate

Uno de los estrechos pasadizos entre la entrada a la Cueva Mayor y la sima de 14 metros de profundidad, donde se encuentra el yacimiento de la Sima de los Huesos. Foto: Javier Trueba.

Hace pocas semanas, una amable lectora comentaba sobre las posibles similitudes entre la cámara de Dinaledi de la cueva de Rising Star, en Sudáfrica y la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. En Dinaledi se han obtenido 1.550 restos de la especie Homo naledi, recientemente datados entre 350.000 y 220.000 años. La cronología ha resultado muy sorprendente, dadas las características morfológicas de esta especie. Todos asumíamos que la antigüedad estaría en torno a los dos millones de años, debido a las similitudes de Homo naledi con Homo habilis y los australopitecinos. Lee Berger, líder de las investigaciones en Rising Star, ha hipotetizado una acumulación intencionada de cadáveres en la cámara Dinaledi, apostaría que inspirado en una de las sugerencias propuesta para explicar la acumulación de cadáveres en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca.


Los humanos de la Sima de los Huesos vivieron hace unos 400.000 años en la sierra de Atapuerca. Esta cronología ha sido aceptada de manera unánime, entre otras razones porque cuadra perfectamente con la antigüedad de las especies fósiles halladas en la cavidad. La presencia de un bifaz de cuarcita roja en la Sima de los Huesos también encaja en esa fecha. Hace 400.000 años la tecnología achelense estaba en pleno auge en Europa. El tamaño del cerebro de los homininos de la Sima de los Huesos estaba ya próximo al nuestro, con un promedio de unos 1.200 centímetros cúbicos (c.c.), y un rango de entre 1.050 y 1.400 c.c. La presencia de un número significativo de caracteres compartidos con los neandertales certifica que los homininos de la Sima de los Huesos pueden ser incluidos en el clado Neandertal. En otras palabras, aquellos humanos del Pleistoceno Medio comparten un origen común con los neandertales y tal vez con otros grupos afines (Denisovanos, por ejemplo). Recordemos que los neandertales enterraban a sus muertos.

Como siempre explica mi colega Juan Luis Arsuaga la causa de una acumulación tan excepcional en la Sima de los Huesos requiere una explicación también excepcional. La información para responder a esa pregunta se encuentra tanto en las características del propio yacimiento como en los restos fósiles obtenidos. Las evidencias que se observan en la colección de fósiles humanos conducen a la conclusión de que la acumulación de cadáveres sucedió por algún suceso de tipo catastrófico. La edad de muerte de los individuos oscila entre los diez y los 35-45 años, aunque aproximadamente el 65% de los cadáveres pertenecieron a adolescentes y adultos jóvenes de entre diez y veinte años; es decir, en la Sima de los Huesos aparecen los individuos que se encontraban en plena capacidad reproductora (mortalidad de tipo catastrófico). En un modelo de mortalidad de tipo atricional nos encontraríamos con muchos individuos infantiles y seniles. Sabiendo, además, que se trata de humanos pertenecientes a la misma población biológica, cabe imaginar que su fallecimiento pudo suceder en un lapso de tiempo muy corto. Las claras evidencias de agresión en los cráneos de algunos de ellos permiten plantear la hipótesis de muerte con violencia.

Por otro lado, en la Sima de los Huesos se acumularon cadáveres y no simplemente huesos. De no haber sido por la remoción realizada durante años por quienes destrozaron parte del yacimiento de manera inconsciente y por los eventos geológicos que debieron de suceder en el yacimiento a lo largo de 400.000 años, se podrían haber obtenido los 28 esqueletos casi completos. Se observan algunas mordeduras en los huesos, atribuidas a osos de las cavernas. Puesto que los osos no cazan humanos, las mordeduras pudieron deberse a razones circunstanciales, difíciles de probar.
No se ha encontrado por el momento ninguna entrada próxima a la Sima de los Huesos. El único acceso posible para llegar hasta ese lugar se encuentra a unos 800 metros de distancia, siguiendo un tortuoso camino por las galerías del interior de la Cueva Mayor. Casi se puede asegurar que algún punto de ese camino estuvo cegado hace 400.000 años, en particular el que conecta la llamada Galería del Silo con la Sala de los Cíclopes por un estrecho pasadizo (ver figura). Es por ello que el acceso a la Sima de los Huesos tuvo que realizarse por alguna entrada próxima, hoy en día desaparecida.

La acumulación de cadáveres debida a un evento geológico o natural (derrumbe, riada, etc.) queda descartada, precisamente por la distribución de edades de muerte. De haberse dado esa circunstancia se habrían encontrado individuos de todas las edades. Tampoco existen evidencias geológicas en el yacimiento para proponer esa hipótesis. El agente acumulador no fue una especie depredadora, como Panthera leo, porque se habrían encontrado centenares de dentelladas en los huesos y, muy posiblemente, habrían quedado pocos restos fósiles reconocibles. La caída accidental repetida de seres humanos por una sima abierta en el carst de la sierra tampoco parece una hipótesis razonable. Se conoce un yacimiento en la sierra de Atapuerca de la misma cronología que la Sima de los Huesos, en el que se ha observado una trampa natural. Por ella cayeron algunas docenas de animales, sobre todos caballos y ciervos, y fueron precisamente los humanos los que accedieron a ese lugar para aprovechar la carne de los cadáveres. Mi impresión, por tanto, es que los humanos de aquella época eran demasiado inteligentes como para caerse de manera repetitiva por la cavidad abierta del techo de alguna cueva. Recordemos de nuevo que las edades de muerte apuntan a un evento catastrófico colectivo y no individual.

Así llegamos a la hipótesis de la acumulación intencionada de cadáveres por otros humanos. Y remarco que se trata solo de una hipótesis. Las certezas no existen en la Ciencia. No me canso de repetirlo. Aunque todas las evidencias señalen en la misma dirección y no se hayan encontrado por el momento pruebas en contra de la acumulación intencionada, no quiere decir que se haya llegado a la respuesta definitiva. Quizá algún día la hipótesis de la acumulación intencionada se descarte por algún tipo de evidencia, o tal vez no. Es cuestión de seguir investigando.

Fuente: quo.es | 22 de junio de 2017

Espectacular hallazgo arqueológico de hace 14.000 años en el Molí del Salt, en Vimbodí i Poblet (Tarragona)

Excavación en el Molí del Salt esta primavera - IPHES

Cerca de 4.000 herramientas de piedra y restos de fauna, así como tres nuevas piezas de arte mueble, de una cronología comprendida entre los 14.000 y 15.000 años, es el balance de la campaña de excavación realizada esta primavera en el Molí del Salt (Vimbodí i Poblet, Tarragona), bajo la codirección de Manuel Vaquero y Susana Alonso, investigador y colaboradora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) respectivamente.

Para entender el valor de las nuevas piezas de arte mueble que se han recuperado este año, hay que tener en cuenta que la estratigrafía, o secuencia de niveles arqueológicos, del Molí del Salt se divide en dos conjuntos principales: el A y el B. La campaña de 2017 se ha centrado en la excavación de la parte superior del conjunto B, de una cronología comprendida entre los 14.000 y los 15.000 años antes del presente. Desde el punto de vista cultural corresponde al Paleolítico superior y, más concretamente, al período que se conoce como Magdaleniense superior.

“Es importante haber encontrado piezas de arte mueble en el conjunto B, ya que confirma –apunta Manuel Vaquero (izquierda)- que las evidencias de esta expresión artística se distribuyen por toda la secuencia estratigráfica. Hasta ahora, la mayoría de las piezas se habían hallado en el conjunto A, con una cronología de entre los 13.000 y los 14.000 años antes del presente. El hecho de que en las últimas campañas se hayan identificado evidencias de arte en el conjunto B indica que la realización de representaciones artísticas tuvo lugar a lo largo de toda la ocupación del Molí del Salt. Esto es muy importante, ya que nos permitirá conocer la evolución del estilo y las técnicas artísticas durante un período de 2.000 años, entre los 13.000 y los 15.000 años antes del presente”.

Las tres nuevas piezas se añaden a las que se han obtenido en el Molí del Salt desde que se iniciaron los trabajos arqueológicos en 1999, constituyendo ya una colección de 22 piezas. “Esto confirma que este yacimiento es un referente para el estudio del arte mueble paleolítico, no sólo en Catalunya, sino también en el conjunto de la península ibèrica”, remarca Manuel Vaquero.
Hay que recordar que las evidencias de arte paleolítico siempre habían sido muy escasas en Catalunya, cosa que representaba una clara anomalía en relación al resto de la península. Las piezas de arte mueble son tres placas de esquisto con grabados. “Ahora las tendremos que someter a un trabajo de limpieza muy laborioso, razón por la cual la descripción de los motivos representados es aún muy preliminar. No obstante, se han podido identificar ya algunas representaciones de animales”, comenta Susana Alonso (derecha).

Como es habitual en los yacimientos de esta cronología que se encuentran en la vertiente mediterránea peninsular, la mayoría de los restos de fauna corresponden a conejos. No obstante, hay también fósiles de animales más grandes, como ciervos, cabras y jabalíes. De los restos recuperados esta campaña hay que destacar un fragmento de asta de ciervo muy bien conservada. Todos presentan evidencias claras (marcas de corte, fracturas...) que indican que los animales fueron cazados y consumidos por los humanos.

Fragmento de asta de ciervo muy bien conservado hallado durante esta campaña - IPHES
En cuanto a las herramientas de piedra, casi todas son de sílex, material bastante abundante en el entorno del yacimiento. Se encuentra todo el abanico de herramientas típicas de un campamento de cazadores, tanto domésticas utilizadas en diferentes actividades – trabajo de las pieles, procesamiento de los recursos animales y vegetales – como puntas de proyectil para la caza.

Puntas de proyectil de silex encontradas en el Molí de Salt.

En la excavación de esta primavera han participado 10 personas, distribuidas de la siguiente manera: dos eran personal IPHES, seis estudiantes del Máster Erasmus Mundus de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (URV), uno del mismo máster pero de la Universidad de Ferrara, y un estudiante de grado de la Universidad Complutense.

Para la realización de los trabajos se ha contado con la aportación económica del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya y del Ajuntament de Vimbodí i Poblet. Es una excavación que se efectúa en el marco del proyecto de investigación “Evolución paleoambiental y poblamiento prehistórico en las cuencas de los ríos Francolí, Gaià, Siurana y rieras del Camp de Tarragona”.

Fuente: IPHES.com | 22 de junio de 2017