Descubren un tesoro de monedas romanas de oro y plata en una mina de Huelva

El servicio de Patrimonio de Atalaya Mining, empresa propietaria del proyecto Riotinto, ha descubierto un tesoro de más de 40 monedas romanas de oro y plata, principalmente de época de Nerón y Trajano, durante una intervención arqueológica en los terrenos de la mina onubense.

Los técnicos han datado el hallazgo entre fines de los siglos I y II d. C, de lo que parece que es un tesoro escondido, cuyo dueño nunca pudo recuperar, ha informado la compañía minera en un comunicado. El descubrimiento se hizo durante la intervención arqueológica preventiva de una zona donde se instalará una nueva estructura metálica. Uno de los arqueólogos de Atalaya encontró mientras trabajaba en el yacimiento un conjunto de monedas, en su mayoría agrupadas, ya que posiblemente estaban originalmente dentro de una bolsa de cuero.

Por otra parte, la compañía ha informado del inicio de las excavaciones arqueológicas en el yacimiento romano de Corta del Lago, relevante para tener un mejor conocimiento de la antigua ciudad romana de Urium. Dicho yacimiento se sitúa al norte de la mineralización, en el entorno de la antigua corta del mismo nombre, la excavación tiene una extensión de 3.391 metros cuadrados y durará al menos 18 meses.

El objetivo de la intervención es completar la información histórica y arqueológica de la evolución urbanística de este asentamiento, el más complejo de Riotinto, y obtener una secuencia de las diferentes fases históricas, e identificando su topografía original. Finalmente se analizará el registro artefactual arqueológico, correlacionado con las distintas fases constructivas y niveles sedimentológicos para aportar una valoración cronológica y cultural e identificar las actividades económicas y de explotación y transformación del medio asociadas a un marco cronológico.

El asentamiento

Corta del Lago, situado en el conocido como Llano de los Tesoros, es uno de los asentamientos de mayor relevancia de la zona y su importancia como yacimiento radica en que es el único de la Faja Pirítica donde se dispone de secuencia estratigráfica desde el Bronce Final Inicial hasta el siglo IV d. C. y que podría llegar al siglo V. Es conocido desde los trabajos de Luzón y Ruiz en 1970 y en décadas posteriores diversos expertos siguieron trabajando en varias fases, la última entre 1985 y 1990, desarrollando campañas de excavación.

Fuente: ABC.es| 11 de diciembre de 2017

La Catedral de Santa María de Murcia

El edificio más emblemático de la ciudad es la Catedral de Murcia, sede de la diócesis de Cartagena que se encuentra en pleno casco antiguo, en la Plaza del Cardenal Belluga. Comenzó a construirse sobre la antigua mezquita mayor o aljama  fue fundada en el año  825 con el nombre de Madina Mursiya por orden de Abderramán II, cuarto  emir omeya de Córdoba. El rey Jaime I de Aragón el Conquistador tomó la ciudad de Murcia en 1266 tras sofocar la sublevación mudéjar, hasta ese momento la ciudad había sido de mayoría musulmana. El monarca, tras entrar solemnemente en Murcia visitó la Mezquita Mayor o Aljama para consagrarla a la Virgen María pues tenía por costumbre ofrecer una misa a Nuestra Señora siempre que conquistaba una villa.

      El edificio de la mezquita, dedicado al culto cristiano desde ese momento, no fue convertido en Catedral hasta que se aprobó la orden de traslado de la sede episcopal en 1291. Por orden de Sancho IV de Castilla, a requerimiento del obispo y sin permiso del Papa, la sede se acabó trasladando a Murcia por la supuesta inseguridad que presentaban los campos cartageneros en aquella época por las invasiones moriscas. En tiempos del obispo Pedro de Peñaranda  se edificó el nuevo claustro gótico de la Catedral. Para construir el claustro tuvo que ser derruida una parte de la antigua mezquita. Fue durante el obispado de Fernando de Pedrosa  cuando se pusieron en marcha las obras del templo actual. En 1385 se inició la cimentación, y en 1388 se puso la primera piedra, pero no fue hasta 1394 cuando comenzó el grueso de las obras de construcción del edificio que sustituyó a la antigua mezquita.

      Fue proyectada como un templo de cruz latina con 3 naves y girola, en donde se observan los rasgos del gótico  el transepto es más largo en su lado norte que en el sur. Destaca Diego Sánchez de Almazán como maestro mayor de las obras. Posteriormente, bajo el Episcopado de  Lope de Ribas (1459-1478), las obras entraron en su recta final, siendo consagrada en 1467 aunque la bula de Paulo II tiene fecha de 24 de enero de 1465.  

CAPILLAS DE LA CATEDRAL

      Es mayoritariamente  gótico. Se compone de tres naves con girola y veintitrés capillas. Las capillas están dedicadas a los santos patronos de los gremios y a los enterramientos de obispos y nobles que fomentaron o colaboraron en su construcción. Entre las capillas, destacamos.

CAPILLA MAYOR

      Tiene rango de capilla real por encontrarse en ella el sepulcro renacentista con las entrañas de  Alfonso X se encuentra el retablo mayor de la Catedral, obra neogótica de 1863 diseñada por Mariano Pescador y ejecutada por Leoncio Baglietto y Antonio José Palao tras el incendio de 1854, que supuso la pérdida del anterior retablo renacentista de 1510.
      En la parte derecha del altar, se encuentra la urna sepulcral que contiene el corazón y las entrañas del rey  Alfonso X de Castilla, llamado el Sabio provenientes de la capilla del Alcázar Mayor Iglesia de San Juan de Dios se encuentra situada en las cercanías de la  Catedral, en una plaza tradicional del casco antiguo de la ciudad, donde el monarca indicó en su testamento que debía ser enterrado. En 1525  por petición del concejo de la ciudad y por orden del emperador Carlos V, fueron trasladados a la Capilla Mayor de la Catedral.
     El emperador  Carlos V  prohibió que nadie fuera sepultado en la capilla donde se depositaron las entrañas, mediante una cédula emitida el día 11 de mayo de 1526. También se veneran en una urna de plata de la capilla mayor los restos de los llamados  Cuatro Santos de Cartagena  llamados: Fulgencio, Leandro,  Florentina e Isidoro, patronos de  la  Diócesis. En diversas capillas reposan los restos de varios murcianos ilustres, como el escritor  Diego de Saavedra Fajardo, fallecido 1648.

Capilla de los Vélez

      Edificada en estilo gótico flamígero como lugar de enterramiento del Adelantado Mayor del Reino de Murcia; las obras se iniciaron en el 1490 por mandato de D. Juan Chacón bajo el Episcopado de Rodrigo de Borja (1482-1492), que fue Papa posteriormente con el nombre de Alejandro VI.

Capilla de Junterón

      Es una de las grandes obras del renacimiento español. Fue fundada en 1515 y costeada por D. Gil Rodríguez de Junterón, Arcediano de Lorca Se construyó sobre una capilla gótica anterior. La nueva obra estuvo basada posiblemente en planos de Jacopo Florentino, discípulo de  Miguel Ángel, bajo dirección del arquitecto Jerónimo Quijano a través de la cual se accede a la cripta en donde Gil Rodríguez de Junterón fue enterrado utilizando un sarcófago romano, pieza que actualmente se puede contemplar en el Museo de la Catedral.

Capilla de la Inmaculada

      Ubicada en el trascoro, fue edificada en 1625 por orden del Obispo Trejo, es de estilo barroco y está decorada con relicarios de Juan Bautista Estangueta el Mozo.

Capilla de San Antonio

      Fundada en  1388  por el obispo  Fernando de Pedrosa  que fue enterrado en ella en 1402, es la capilla más antigua de las que se conservan en la catedral. Perteneció después al marqués de Carrión, descendiente de D. Juan Manuel, político y escritor  para pasar a fines del siglo XV al Cabildo, se encuentra la tumba de Jacobo de las Leyes y un conjunto escultórico.

Capilla del Bautismo o de Jerónimo Grasso

      Se encuentra a los pies de la contraportada de la Catedral, y es renacentista del XVI promovida por el canónigo Jerónimo Grasso. Cuenta con un precioso retablo genovés labrado en mármol blanco.

Capilla del Socorro o de San Antón

      Está situada en la girola, fundada por el comendador Sancho Dávalos en 1435 que la puso bajo la advocación de San Antón, posteriormente pasó a manos de la Cofradía del Socorro que en 1735 mandó construir un retablo barroco con un pronunciado camarín para la Virgen de la misma advocación atribuida al escultor barroco Francisco Salzillo y Alcaraz.

CORO
      La primitiva sillería del coro era de nogal. Se hizo a mediados del siglo XV, cuando se consagró la Catedral, en 1467. Era gótica afiligranada. Se construyó siendo Obispo de Cartagena Lope de Rivas. Esta sillería, ya deteriorada, fue sustituida después de varias tentativas del Cabildo en 1790. La obra fue realizada por el maestro carpintero de la Catedral Francisco López Reyes, siguiendo el proyecto de Alfonso Regalado. Se realizó con madera de nogal y, tras doce años de trabajo, se inauguró el 23 de Octubre de 1803. Esta sillería de estilo neoclásico prestó servicio durante unos cincuenta años hasta que fue pasto del incendio del 4 de febrero de 1854.

      Tras la destrucción del anterior coro, las gestiones del Obispo Mariano Barrio lograron que Isabel II  de España regalara la sillería tardo renacentista que iba a ser destinada a San Jerónimo el Real de Madrid, procedente del desamortizado monasterio de San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Esta valiosa sillería es obra de Rafael de León, de entre 1567 y 1571. Encima de la misma se encuentra el gran órgano neogótico de doble fachada realizado por la casa belga Merklin-Schütze en 1856, siendo de los más afamados de España. También son importantes las rejas góticas del altar mayor y del coro, obra de Antón de Viveros del siglo XV, así como las numerosas vidrieras, muchas de ellas medieval.

SACRISTÍA

      Ubicada bajo la torre campanario. Cuenta con dos portadas, la que da a la nave, la del ante-sacristía, fue proyectada por el arquitecto Jerónimo Quijano (1531) en forma de arco triunfal. Ésta abre paso a una sala cubierta por una cúpula en espiral en donde se encuentra una portada interior más sencilla, atribuida a Jacopo Florentino, que da paso a un pasillo con bóveda por el que se accede a la sacristía.

EXTERIOR DE LA CATEDRAL

LA FACHADA PRINCIPAL
      De estilo barroco, es de una belleza y monumentalidad de excepción, única en su género, está enteramente dedicado a la  Santísima Virgen María, titular del templo, apareciendo en ella también incontables efigies de santos y mártires vinculados a la Diócesis de Cartagena, muchas de ellas fueron realizadas por el imaginero francés Antonio Dupar la fachada estuvo coronada por una gran estatua de Santiago  clavando la cruz en el suelo ya que la tradición dice que Santiago entró en Hispania por el puerto de Cartagena, pero fue retirada debido a su elevado peso en 1803, siendo sustituida por una cruz que fue derribada por un terremoto en 1829.

PUERTA DE LOS APÓSTOLES

      Iniciada en 1463 por Diego Sánchez de Almazán, es de estilo gótico florido. Es la puerta que da acceso al transepto por el lado sur. Consta de un solo hueco central rodeado de arquivoltas. En la clave del arco se añadió el escudo de la reina Isabel II de España en agradecimiento a los donativos hechos a la Catedral, quedando la fachada coronada por un gran rosetón. La puerta de los Apóstoles se terminó en 1488.

PUERTA DEL POZO

      Pequeño y recogido acceso a la catedral por la girola, abierto junto a los pies de la torre y de cuya sencilla fachada destaca el elegante arco de medio punto que enmarca la puerta.

PUERTA DE LAS CADENAS

      Fachada plateresca que cierra el transepto por su lado norte. Consta de dos cuerpos: El cuerpo inferior se inició hacia 1512, siendo una de las primeras iniciativas del renacimiento español. El superior fue reformado en 1783  por  José López.

LOS SOPORTALES

      La Casa de los Canónigos y el Museo Diocesano, se encuentra una pintoresca galería abierta a la calle popularmente conocida como los Soportales. Se trata de un corredor porticado que rodea perimetralmente esta parte del edificio, cuyas arquerías barrocas de medio punto y bóvedas de arista se integraban originariamente en el claustro catedralicio.

 MUSEO

      El museo ocupa el que fuera claustro de la catedral, edificado en tiempos del obispo D. Pedro de Pañaranda (1337-1352). El claustro tenía  planta cuadrada  y estaba formado por  cuatro crujías o galerías abiertas a un patio central. Toda la fábrica gótica es de piedra tallada y las galerías estuvieron cubiertas con bóvedas de crucería. Al claustro se accedía desde la actual calle de Salzillo a través de la Puerta de la Anunciación. El museo, que forma parte del edificio de la catedral, ocupó en sus inicios la Sala Capitular y el lado meridional del claustro antiguo del siglo XIV, en 1963 se procedió a la reparación del piso y muros laterales y en 1966 se remataron las obras con el descubrimiento, restauración y adaptación de tres capillas góticas también del siglo XIV. Tras su actual restauración y ampliación, se han puesto en valor las piezas de su colección, con nuevos espacios expositivos.

•             Pinturas y retablos: Sobresalen los retablos góticos del italiano Bernabé de Módena diversas obras de Lucas Jordán  y el retrato del obispo Barrio de Federico de Madrazo.
•             Orfebrería: Custodia del Corpus  obra de  Antonio Pérez de Montalto (siglo XVII), el joyero de la Virgen de la Fuensanta.
•             Escultura: Sobresalen el Sarcófago de las Musas (romano del siglo III) y diversas esculturas góticas en piedra. El museo dispone también de importantes obras de Francisco Salzillo. 

LA TORRE  CAMPANARIO

       Construida entre 1521 y 1793, es el símbolo indiscutible de la Catedral y de la ciudad de Murcia, mide 93 metros y 98 metros con la veleta siendo por tanto la tercera más alta de España  tras la  Giralda de Sevilla y La Sagrada Familia. En tiempos del obispo cardenal  D. Mateo Lang de Wellenburg, el arquitecto italiano Francisco Florentino su hermano Jacopo Florentino acabaría por sustituirle, él fue quien dio comienzo a las obras de este impresionante campanario. Las campanas de la Torre han servido para anunciar las tremendas riadas del río Segura, guerras, celebraciones y festividades. Desde el Museo de la Catedral de Murcia se realizan a diario visitas guiadas a la torre de la catedral.

Autor: ©. Narciso Casas - Profesor de Arte y Escritor
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¿Cómo explicar la diversidad inicial del género Homo?

En 1972 Richard Leakey descubrió el cráneo KNM-ER 1470 (derecha). Aunque pueda parecer tan solo un conjunto de letras y números, todos los expertos conocen de memoria estas siglas. Estuvieron en boca de todos los expertos durante años, debido a la polvareda que levantó su publicación y los primeros datos sobre su antigüedad. Richard Leakey siempre fue partidario de envejecer el origen del género Homo.

El cráneo 1470 fue asignado por Leakey a una especie indeterminada del género Homo (Homo sp.), cuya datación se estimó en 2,9 millones de años. El volumen del cráneo (reconstruido a partir de muchos fragmentos) se calculó inicialmente en 750 centímetros cúbicos (c.c.). En estudios posteriores esa cifra se ha llegado a rebajar hasta 530 c.c., aunque hemos de recordar las dificultades que entraña conseguir un dato fidedigno del volumen interno de un cráneo.

Gracias al estudio de las especies de mamíferos que se encontraron en el mismo estrato geológico que KNM-ER 1470, los expertos en biocronología pensaron que la edad geológica de este cráneo se había “envejecido” demasiado. Se tomaron más muestras y se dataron mediante el método del potasio/argón, cuya precisión era cada vez mayor. Finalmente, la fecha del cráneo 1470 quedó fijada en 1,9 millones de años. Aun así, es posible que Richard Leakey tuviera razón y hoy en día siguen apareciendo fósiles, que sugieren un origen del género Homo entre dos y tres millones de años. Pero esa es otra historia.

Desde su primera descripción, varios reconocidos paleoantropólogos debatieron sobre la posibilidad de que el cráneo 1470 perteneciera a la especie Homo habilis. Dado que su tamaño era mayor que el de los pequeños “habilis” encontrados en la garganta de Olduvai, el debate se centró en la posible diferencia entre hembras y machos de esta especie (dimorfismo sexual), o en las diferencias regionales y temporales. Pero a nadie se le escapaba que el cráneo 1470 tenía una cara muy peculiar, particularmente larga y aplanada, muy diferente a la de los ejemplares de Olduvai. ¿Quizá una adaptación particular en la forma de masticación? En los años 1990s el debate llegó a su punto álgido y un artículo publicado por Bernard Wood en la revista Nature fue clave para que a partir de ese momento una mayoría de investigadores reconociéramos la existencia de la especie Homo rudolfensis, propuesta en 1985 por Valerii Alexeev, y cuyo representante tipo era el cráneo KNM-ER 1470.


Mandíbula KNM-ER 60000, del yacimiento de Koobi Fora, Kenia, datada entre 1,91 y 1,95 millones de años. Fuente: Nature

Así las cosas, varios fósiles encontrados a partir de entonces buscaron su acomodo en esta especie, como la mandíbula UR 501 (Malawi) o el hueso temporal KNM-BC 1. Estos especímenes no han llegado a convencer y su asignación a Homo rudolfensis está muy cuestionada. En cambio, los fósiles KMN-ER 60000, una mandíbula muy bien conservada, y KNM-ER 62000, una cara inferior incompleta con varios dientes, tienen muchas posibilidades de pertenecer a esta especie. Fueron publicados en 2012 en la revista Nature por un gran equipo de paleoantropólogos, encabezados Meave Leakey. La cara es tan aplanada como la del cráneo 1470, con la raíz del hueso cigomático muy adelantada. El tamaño de esta cara es menor que la del holotipo KNM-ER 1470, pero las diferencias podrían deberse a dimorfismo sexual. La mandíbula es muy corta y encajaría perfectamente con una cara aplanada como la de Homo rudolfensis. Como sucede en los maxilares, los dientes anteriores (incisivos y caninos) están alineados en lugar de situarse en la curva característica que se observa en otras especies del género Homo. Tanto la proximidad geográfica como la temporal (1,78-1,95 millones de años) son factores a favor de aceptar que KNM-ER 60000 y KNM-ER 62000 pueden estar relacionados con el cráneo 1470.

Estos hallazgos contribuyen sin duda a reforzar la existencia de la especie Homo rudolfensis, que hasta entonces podía ser cuestionada por el hecho de estar formada por un único ejemplar. La diversidad de especies del género Homo en el este de África hace entre 1,5 y 2,0 millones de años es cuando menos llamativo ¿Cuál era el papel de Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo ergaster en los ecosistemas de esta región de África?, ¿cabría pensar en especializaciones alimentarias?, ¿quizá coincidieron en el tiempo, pero no tanto en el territorio? Lo cierto es que el registro fósil sigue creciendo. Si Homo naledi tuvo su origen en el Pleistoceno Inferior, el continente africano fue el hogar de al menos cuatro especies muy similares, atribuidas por los expertos al género Homo ¿Cómo explicar esta verdadera explosión de formas distintas? La progresiva extinción de los australopitecos dejó nichos libres en los ecosistemas de África, que quizá fueron ocupados por homininos con un cerebro algo más grande. Además, tendríamos que aceptar una cierta diversidad de hábitats, que ofrecieron recursos diversos para humanos parecidos, pero ciertamente distintos. La pregunta sigue en el aire, y todavía nadie ha sido capaz de ofrecer una respuesta convincente.

Fuente: quo.es| 7 de diciembre de 2017

El cáncer de mama más antiguo del mundo ha sido hallado en Egipto

Foto: El atropólogo Miguel C. Botella introduce los restos de la momia en el escáner. Patricia Mora.

En el sur de Egipto, a mil kilómetros de El Cairo río Nilo abajo, se encuentra la ciudad de Asuán. Allí, en el año 2.000 antes de nuestra era, "una mujer de entre 35 y 40 años se enfrentó a una situación de dolor insoportable provocada por una metástasis completa, desde los dedos de los pies hasta la cabeza. Tuvo que sufrir muchísimo", recrea Miguel Botella (izquierda), antropólogo forense y catedrático de la Universidad de Granada.

Se refiere al diagnóstico que ha realizado del cáncer de mama más antiguo documentado científicamente hasta el momento, de hace más de 4.000 años. El descubrimiento se incluye en el proyecto Qubbet el-Hawa, liderado por la Universidad de Jaén, que en breve empezará su décima campaña, en la necrópolis del mismo nombre, a la orilla del Nilo frente a la ciudad de Asuán.

Botella cuenta que se encontró el osario casi de casualidad, cuando, en enero de 2015, iba de camino a estudiar otra momia que había descubierto. "Vi entonces una vértebra enterrada en la arena", dice el investigador, que intuyó a partir del hueso que esa persona habría sufrido cáncer de mama. Pero no es fácil confirmar el diagnóstico médico a una momia egipcia. “Está terminantemente prohibido sacar ningún resto ni muestra del lugar”, explica el profesor Botella, que detalla que ha habido que esperar dos años hasta conseguir los permisos necesarios para el traslado de la momia al hospital de Asuán.

Allí, “con uno de los mejores TAC del mundo hemos realizado más de 3.000 cortes de un milímetro al cuerpo y, finalmente, hemos podido ratificar el diagnóstico: cáncer de mama”, declara Botella, que destaca saca dos conclusiones principales de su pionero diagnóstico: "Por un lado nos cuenta que el cáncer de mama existe desde siempre, está en todos los momentos de la humanidad; y, por otro que esta mujer tuvo gente con recursos que la acompañó, que dedicó su tiempo a alimentarla, a cuidarla y a asistirla”, dice el antropólogo respecto a su estudio. “Debió estar al menos tres años viva mientras la metástasis crecía”, añade.

Se estima que la enferma estaría en una situación de extrema fragilidad y que probablemente haría que las fracturas óseas se multiplicaran por momentos. La pregunta entonces es si existía algún método curativo o al menos paliativo. “No tenían nada para curar esa enfermedad pero sí sabían ya como utilizar el opio para paliar los dolores”, recuerda Botella, por lo que el opio y las atenciones de sus acompañantes serían quizás los únicos consuelos para esos tres años de fortísimos dolores.

Carcinoma en un hombre

Y junto a este primer cáncer de mama, en el mismo lugar, en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, también aparece el segundo carcinoma científicamente diagnosticado. Un hombre de algo más de 40 años vivió sus últimos años, probablemente menos que la mujer con cáncer de mama, con un mieloma múltiple, “un cáncer de médula ósea que le provocó una metástasis también importante y, finalmente, una descalcificación casi completa”, cuenta Miguel Botella. La datación de este hombre es algo más reciente. Vivió alrededor del año 1.800 antes de nuestra era.

El proyecto Qubbet el-Hawa, liderado por el investigador jiennense Alejandro Jiménez Serrano (izquierda), puso los pies en el terreno en 2008. Desde entonces, cuenta Jiménez, han sacado a la luz más de 300 momias. Se trata de un lugar especialmente interesante por su ubicación, junto a la isla de Elefantina. Esta zona, en el Nilo, entre Asuán y Qubbet el Hawa, era el lugar donde arropados por la primera catarata del Nilo, los gobernadores de la isla y una importante guarnición militar vigilaban la estabilidad de una zona apetitosa para sus vecinos del sur, los nubios. Era la entrada a Egipto de marfil, oro, ébano y esclavos. Un entorno extremadamente próspero.

En estas excavaciones no es posible sacar restos del lugar ni hacer pruebas que contaminen la escena. ¿Cómo se datan entonces? ¿Cómo sabemos la edad de estos dos enfermos? Alejandro Jiménez lo explica: “La cerámica que acompaña a las momias es la que nos permite datarlas, en ocasiones con un margen de error que no va más allá de 10 o 15 años”, ilustra.
Una estatuilla de madera ha sido la clave también para conocer en qué momento vivieron otros dos jóvenes que también han sido diagnosticados por el profesor Botella gracias al TAC. “Un niño de algo más de 9 años y una niña adolescente, de 16 o 17 años que murieron por un proceso infeccioso agudo", matiza Botella.


Reconstrucción en 3-D del niño.


Reconstrucción en 3-D de la chica.

Vivieron en el 600 antes de nuestra era y también revela Jiménez que en este caso eran adinerados, pero no nobles, como los enfermos de cáncer. “Estaban acompañados de un ajuar rico pero se ve que no tenían recursos suficientes para su propias tumbas y aprovecharon un mausoleo que ya existía desde hacía siglos”, aclara el director del proyecto. "Su conservación, frente a los enfermos de cáncer, ha sido excelente. Los menores mantenían sus espectaculares sudarios de cuentas de fayenza –cerámica de aspecto exterior vítreo– de múltiples colores que hasta reproducen una máscara. Las momias de este período conservan de manera excelente sus estructuras corporales y se puede conocer de manera muy precisa el rostro” concluye el antropólogo.

Fuente: elpais.com | 8 de diciembre de 2017

Revisando la historia de la dispersión de los humanos modernos en Eurasia

Mapa de sitios y rutas migratorias que se han asociado con humanos modernos que se dispersaron por Asia durante el Pleistoceno tardío. © Bae et al. 2017. Sobre el origen de los humanos modernos: perspectivas asiáticas. Ciencia. Imagen de: Katerina Douka y Michelle O'Reilly

Una revisión de investigaciones recientes sobre las dispersiones de los primeros humanos modernos de África a Asia por investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Universidad de Hawai'i en Manoa confirma que la visión tradicional de una única dispersión de humanos anatómicamente modernos fuera de África hace unos 60.000 años ya no se puede ver como una historia completa. El análisis, publicado en la revista Science, repasa la gran cantidad de nuevos descubrimientos que se han realizado en Asia durante la última década, los cuales fueron posibles gracias a los avances tecnológicos y a colaboraciones interdisciplinarias, y muestran que el Homo sapiens llegó a partes distantes del continente asiático, así como también cerca de Oceanía, mucho antes de lo que se pensaba. Además, la evidencia de que los humanos modernos se mezclaron con otros homínidos ya presentes en Asia, como los neandertales y los denisovanos, complica la historia evolutiva de nuestra especie.

Nuevo modelo: múltiples dispersiones de humanos modernos fuera de África, comenzaron hace 120.000 años

Los autores reunieron los hallazgos de múltiples estudios recientes para refinar la imagen de las dispersiones humanas fuera de África y hacia Asia. Mientras que los científicos alguna vez pensaron que los humanos dejaron África en una sola ola de migración hace unos 60.000 años, estudios recientes han identificado fósiles humanos modernos en lugares lejanos de Asia que son potencialmente mucho más antiguos. Por ejemplo, restos de Homo sapiens se han encontrado en múltiples sitios del sur y centro de China que datan de hace entre 70.000 y 120.000 años. Hallazgos adicionales indican que los humanos modernos llegaron al sudeste de Asia y Australia antes de hace 60.000 años.

Sin embargo, otros estudios recientes confirman que todas las poblaciones no africanas actuales se separaron de una sola población ancestral en África hace aproximadamente 60.000 años. Esto podría indicar que hubo dispersiones múltiples y más pequeñas de humanos fuera de África desde hace 120.000 años, seguidos de una gran dispersión hace 60.000 años. Si bien la dispersión reciente contribuyó con la mayor parte de la composición genética de los no africanos actuales, las dispersiones anteriores aún son evidentes.

"Las dispersiones iniciales fuera de África antes de hace 60,000 años eran probables por pequeños grupos de recolectores, y al menos algunas de estas dispersiones iniciales dejaron rastros genéticos de bajo nivel en las poblaciones humanas modernas. Más tarde, un evento importante "fuera de África" ​​probablemente ocurrió hace unos 60,000 años o más tarde", explica Michael Petraglia (izquierda), del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.

Múltiples eventos de cruzamiento

Investigaciones genéticas recientes han resuelto la cuestión de si los humanos modernos se cruzaron o no con otros homínidos antiguos. Definitivamente lo hicieron. Los humanos modernos se mezclaron no solo con los neandertales, sino también con nuestros parientes recientemente descubiertos, los denisovanos, así como con una población no identificada actualmente de homínidos premodernos. Una estimación es que todos los no-africanos actuales tienen un 1-4% de herencia neandertal, mientras que otro grupo ha estimado que los melanesios modernos tienen un promedio del 5% del patrimonio denisovano. En total, ahora está claro que los humanos modernos, los neandertales, los denisovanos y quizás otros grupos de hominidos, probablemente se superpusieron en el tiempo y el espacio en Asia, y ciertamente tuvieron muchos ejemplos de interacción.

La creciente evidencia de interacciones sugiere que la difusión de la cultura material también es más complicada de lo que se pensaba anteriormente. "De hecho, lo que estamos viendo en el registro del comportamiento es que la propagación de los llamados comportamientos humanos modernos no se produjo en un simple proceso de transgresión temporal de oeste a este. Por el contrario, la variación ecológica debe considerarse en concierto con la variación de comportamiento entre las diferentes poblaciones de homínidos presentes en Asia durante el Pleistoceno tardío", explica Christopher Bae (derecha), de la Universidad de Hawai'i en Manoa.

A la luz de estos nuevos descubrimientos, nuestra comprensión de los movimientos humanos en todo el Viejo Mundo se ha vuelto mucho más compleja, y aún quedan muchas preguntas por hacer. Los autores abogan por el desarrollo de modelos más complicados de dispersión humana y por llevar a cabo nuevas investigaciones en muchas áreas de Asia donde hasta ahora no se ha realizado ninguna. Además, será importante revisar los materiales recopilados antes del desarrollo de los métodos analíticos modernos, para ver qué más se puede aprender de ellos.

"Afortunadamente ha habido un número cada vez mayor de programas de investigación multidisciplinarios promovidos en Asia en las últimas décadas. La información que se proporciona está ayudando a llenar los vacíos en los registros evolutivos", afirma Katerina Douka (izquierda), también del Instituto Max Planck.
"Es un momento emocionante para participar en proyectos de investigación interdisciplinares en toda Asia", agrega Bae.

Fuente: Max Planck Institute | 7 de diciembre de 2017

Eudald Carbonell: “Los homínidos ya se hacían las preguntas más importantes hace medio millón de años”

Eudald Carbonell y Rosa M. Tristán presentan un nuevo libro que resume cuatro décadas de investigación en el mayor yacimiento paleontológico del mundo: Atapuerca. “Un pastel relleno de pasado”, sostienen los autores en el volumen, que se titula Atapuerca: 40 años inmersos en el pasado (National Geographic Ciencia). Carbonell y Tristán logran desgranar los hallazgos y experiencias del trabajo de campo en un lenguaje que equilibra el rigor científico con la rapidez de la redacción periodística.

Foto: Eudald Carbonell y Rosa M. Tritán, autores del libro.

Con la rapidez mental que le caracteriza, el arqueólogo y doctor en Geología del Cuaternario Eudald Carbonell repasa las ideas clave de la publicación y subraya la importancia científica y personal de este yacimiento, que es Patrimonio Mundial desde 1997 y sintetiza toda la historia evolutiva de la Humanidad.

¿Como surge la iniciativa de escribir a cuatro manos?
Llegó un momento en el que pensamos que sería interesante trasladar gran parte de la información científica que se ha elaborado de Atapuerca a un lenguaje que se acercara al conjunto de la sociedad. Queremos que se entienda el valor del yacimiento, el trabajo que hemos realizado durante estos cuarenta años. Y, para hacerlo posible, ha sido muy valiosa la aportación de Rosa M. Tristán, quien se ha repartido conmigo la tarea de contar todo este bagaje acumulado.

Este 2018 se cumplirán cuatro décadas del inicio de los trabajos. Es un bueno momento para hacer balance de la repercusión de los hallazgos.
Sí. De hecho, el libro evidencia por qué Atapuerca es un paradigma y ha permitido descubrir la línea temporal de la evolución humana. Los descubrimientos que se han hecho durante estos 40 años en el yacimiento han cambiado la concepción de lo que sabíamos hasta el momento de los poblamientos en Europa y Asia. De ahí su importancia en el campo de la arqueología y la paleontología. A través de los restos que hemos encontrado, podemos trazar un mapa evolutivo de la historia de la Humanidad. Como si realizáramos una fotografía histórica de las diferentes especies de homínidos que nos han predecido, de los que sabemos mucho más de cómo vivían.

Imagen de archivo de restos humanos de hace 4.900 años del yacimiento de El Portalón, en Atapuerca (Javier Treuba / Madrid Scientific Films)

Un viaje al pasado en mayúsculas...
En efectivo. Durante este tiempo hemos datado evidencias de todas las especies de homínidos que han poblado Europa durante el último millón y medio de años, aproximadamente. Atapuerca es el único yacimiento con evidencias de un pasado tan remoto, lo que en esta publicación tratamos de explicar de manera relativamente sencilla. También contamos cómo se han organizado las excavaciones, cómo se trabaja en el día a día y cómo Atapuerca nos ha convertido en una potencia de primer nivel en este campo.

Imaginemos que viajamos en una máquina del tiempo hasta la Atapuerca de hace unos 500.000 años atrás. ¿Qué veríamos?
Veríamos muchísimas cosas interesantes sobre las costumbres y el modo de vida del Homo heidelbergensis, un homínido que tenía una esperanza de vida que no llegaba a los veinte años, pero del que hemos encontrado restos de individuos que vivieron más de cincuenta. En este viaje podríamos observar que estas poblaciones ya enterraban a sus cadáveres para evitar que los animales despojaran a los muertos, por ejemplo. O que tenían costumbres caníbales y la capacidad para narrar historias, por lo que evidencian sus huesos auditivos, que eran ya muy similares a los nuestros.

El cráneo 17 de Homo heidelbergensis hallado en la Sima de los Huesos de Atapuerca. (Javier Trueba / Madrid Scientific Films)

¿Observaríamos una sociedad ya organizada?
Una sociedad que tenía capacidad para cuidar de sus enfermos aunque no pudieran ya aportar alimentos a la tribu. Hemos encontrado restos de una niña que tuvo una craneoestenosis, es decir, una malformación congénita del cráneo, y sabemos que fue cuidada hasta que murió a los 14 o 15 años. Es decir, nos encontramos con grupos humanos que fomentan la conmiseración. Y también, lo que es muy relevante, hallamos evidencias de machos y hembras con una altura muy similar, lo que quiere decir que las relaciones eran bastante horizontales, sin dominación de un sexo respecto al otro, en una sociedad en la que seguramente podía predominar el concepto de amor.

Seguro que usted ya ha imaginado este viaje e incluso sabe qué les preguntaría a estos homínidos.
Me gustaría saber qué piensan sobre las grandes preguntes. Por ejemplo, le preguntaría a una mujer qué opina acerca de los hombres. Me interesaría saber si piensan en la muerte, en el futuro, en la educación de sus crías... Preguntas que yo mismo me hago a menudo con respecto a mi vida y en mi día a día con un hijo pequeño de siete años. De hecho, los homínidos ya se hacían todas las preguntas realmente importantes hace medio millón de años. Esto es lo más importante que Atapuerca aporta a la historia: descubrir que la conciencia y la complejidad de nuestra especie viene de antes del Homo sapiens.

El arqueólogo Eudald Carbonell, en la Cueva Fantasma de Atapuerca (Josep Corbella)

Es decir, que no somos tan superiores.
En absoluto. Las cosas importantes realmente para vivir ya existían hace medio millón de años: el lenguaje, la organización de los grupos humanos, el fuego, el arte, la escultura... El culto a la muerte y el afán de curar y cuidar nos definen desde hace mucho más que medio millón de años.

Usted estuvo desde el primer momento en las excavaciones de Atapuerca. ¿Cómo logró que le ficharan tan joven?
Conocí en persona a uno de los impulsores, Emiliano Aguirre, en 1976. Yo entonces estudiaba, tenía 23 años. Pero enseguida vi que el proyecto era importantísimo y pedí unirme a la excavación. Los trabajos no empezaron hasta 1978, así que esperé durante dos años que me confirmaran el inicio de los trabajos. Y al final me llegó la esperada carta.

Ha sido su gran proyecto profesional... y vital.
Me uní al proyecto en ese momento y desde el 1991 soy uno de los codirectorres de la excavación, junto con José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga. Y hoy día, sigo activo en el terreno un mes y medio al año, durante el verano, con las cerca de 300 personas que trabajan allí. De hecho, soy el vicepresidente de la Fundación Atapuerca y vivo en Burgos desde hace una década, al lado del yacimiento. Atapuerca ha dirigido mi vida.

Imagen de archivo de una de las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento de Atapuerca (GYI)

Excavar un yacimiento de esta magnitud es caro. ¿Cómo ha sorteado Atapuerca los problemas de financiación?
Evidentemente nos ha afectado la crisis económica, pero Atapuerca es un yacimiento muy robusto como para verse mermado seriamente. ¡Sus descubrimientos tienen afectación mundial!

¿Qué queda por descubrir en Atapuerca?
Prácticamente todo. Tan sólo se ha excavado una milésima parte de lo que hay y quedan como mínimo 2.000 años de trabajo, sin exagerar. A nosotros nos quedan cinco para proyectar, ya que nuestro objetivo era encontrar restos de todas las especies de homínidos. Y los hemos hallado, así que este capítulo quedará completamente cerrado muy pronto, en cuanto fechemos el Paleolítico superior. Pero el futuro lo dejamos para los colaboradores que vendrán, que tendrán el reto de reinventar el proyecto. Las grandes aspiraciones siempre necesitan nuevas ideas.

Si solo pudiera elegir una, ¿qué lección magistral se lleva de estos 40 años?
Que lo único que se puede hacer en la vida es seguir aprendiendo. Si no es así, la experiencia no sirve para nada. Siempre estamos a tiempo de saber más.

Fuente: lavanguardia.com| 7 de diciembre de 2017