Datos genómicos sugieren dos migraciones principales a Escandinavia después de la última edad de hielo

Fragmentos de huesos humanos hallados en Hummervikholmen, en Vest Agder, Noruega, en 1994, uno de los sitios presentados en el estudio.Crédito: Beate Kjørslevik CC-BY.

En un nuevo estudio publicado en PLoS Biology , un equipo internacional de investigación sugiere que Escandinavia estuvo poblada por dos migraciones principales después del último máximo glacial: una migración inicial de grupos del sur (hoy día Dinamarca y Alemania) y una migración adicional desde el norte. al este, siguiendo la costa atlántica sin hielo.

Después del último máximo glacial hace más de 10.000 años, Escandinavia fue una de las últimas partes de Europa que se convirtió en libre de hielo y, por lo tanto, habitable para los humanos. En el nuevo estudio, un equipo de investigadores interdisciplinarios reunió datos arqueológicos y genéticos en combinación con los últimos resultados del modelado climático para estudiar a los primeros colonos posglaciales de Escandinavia.

El equipo recolectó restos humanos de siete individuos de la costa atlántica noruega y las islas bálticas de Gotland y Stora Karlsö. Los restos fueron datados por radiocarbono a más de 8,000 años antes del presente y pertenecían a una parte de la Edad de Piedra llamada Mesolítico. El ADN se extrajo de los huesos y los dientes para la secuenciación del genoma. Para una persona, el equipo fue capaz de reconstruir uno de los genomas de mayor calidad de cualquier individuo prehistórico hasta ahora.

El equipo comparó los datos genómicos con la variación genética de los cazadores-recolectores mesolíticos de otras partes de Europa.

"Nos sorprendió ver que los cazadores-recolectores mesolíticos de la costa oeste noruega eran genéticamente más similares a las poblaciones contemporáneas del este del Mar Báltico mientras que los cazadores-recolectores de lo que hoy es Suecia eran genéticamente más similares a otros cazadores-recolectores del centro y Europa occidental ", dice el genetista de poblaciones Torsten Günther (izquierda) de la Universidad de Uppsala, uno de los principales autores del estudio.

Esta contradicción entre la genética y la geografía puede explicarse por dos migraciones principales a Escandinavia después del último máximo glacial: una migración inicial de grupos desde el sur - día moderno Dinamarca y Alemania - y una migración adicional desde el noreste, siguiendo el hielo- costa atlántica libre.

La obtención de datos genómicos de los individuos noruegos fue la clave para comprender las rutas de migración. Los patrones genéticos se superponen a los patrones de distribución de diferentes técnicas de herramientas de piedra, y los artefactos arqueológicos e isótopos de la dieta muestran que los cazadores-recolectores escandinavos utilizaron diferentes tecnologías de herramientas de piedra y se basaron en diferentes fuentes de alimentos.

"Los sitios arqueológicos han estado sujetos a diferentes tipos de investigación durante más de un siglo, es emocionante ver lo que los datos genéticos pueden agregar a nuestra comprensión de estos grupos de cazadores-recolectores", dice el osteoarqueólogo Jan Storå (derecha) de la Universidad de Estocolmo, uno de los autores principales del estudio.

Los datos completos permitieron al equipo un estudio más profundo de la dinámica de la población en Mesolithic Scandinavia. Una consecuencia de la mezcla de los dos grupos fue un número sorprendentemente grande de variantes genéticas en los cazadores-recolectores escandinavos.

"Estos grupos eran genéticamente más diversos que los grupos que vivían en el centro, oeste y sur de Europa al mismo tiempo. Esto contrasta con el patrón observado hoy en día en el que se encuentran más variaciones genéticas en el sur de Europa y menos en el norte". dice Mattias Jakobsson (izquierda), genetista de la población de la Universidad de Uppsala y uno de los principales autores del estudio.

Los dos grupos que migraron a Escandinavia en el Mesolítico fueron genéticamente distintos y exhibieron una apariencia física diferente. La gente del sur probablemente mostró ojos azules y piel oscura y la gente del noreste una variación de colores de ojos y piel pálida.

Al igual que los europeos del norte de hoy, los cazadores-recolectores del Mesolítico enfrentaban un clima de alta latitud asociado con los bajos niveles de luz solar en invierno, lo que causaba bajas temperaturas, lo que constituiría un entorno desafiante en el que vivir. Los humanos pueden hacer frente a tales condiciones fisiológicamente y mediante comportamiento, pero a largo plazo también existe el potencial de adaptación genética a dichos entornos.

El equipo descubrió que las variantes genéticas asociadas con la pigmentación ligera de la piel y los ojos se transmitían, en promedio, con mayor frecuencia entre los cazadores-recolectores escandinavos que sus antepasados ​​de otras partes de Europa.

"Eso sugiere que la adaptación local que tiene lugar en Escandinavia después de la llegada de estos grupos está en línea con el patrón mundial de pigmentación que disminuye con la distancia al ecuador", explica Torsten Günther.

Al comparar los grupos mesolíticos con los europeos del norte de hoy en día, el equipo encontró similitudes particulares en un gen asociado con el rendimiento físico.

"Será interesante ver si los estudios futuros pueden mostrar cómo este gen afecta la adaptación fisiológica en ambientes fríos", dice Torsten Günther.

La gente moderna del norte de Europa rastrea relativamente poco material genético a los escandinavos mesolíticos.

"Lo que hemos encontrado es que hace 10.000 años, después de que Escandinavia se volviera libre de hielo, diferentes grupos de migrantes ingresaron a la Península Escandinava. Un proceso de migración a Escandinavia que hemos visto una y otra vez, más tarde en la Edad de Piedra, en el Edad de Bronce y en tiempos históricos ", dice Mattias Jakobsson.

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Información Adicional

Este estudio es parte del proyecto Atlas , un esfuerzo multidisciplinario para comprender la prehistoria eurasiática y escandinava, financiado por el Consejo Sueco de Investigación, Riksbankens Jubileumsfond y la fundación Knut y Alice Wallenberg. El artículo "Genómica de la población de Mesolítica de Escandinavia - Investigación de las primeras rutas de migración postglaciar y la adaptación de alta latitud" se publica en la revista de acceso abierto PLOS Biology.

Fuente: Eurekalert - Traducido con Google Translate para Historia y Arqueología

Un curioso fragmento cerámico hallado en El Portalón (Atapuerca) sugiere una cierta globalización en el Neolítico europeo

Fragmento cerámico ramiforme hallado en El Portalón, Atapuerca/A. Alday y J.M. Carretero

Un grupo de investigadores del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos, de la Universidad del País Vasco, de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro Mixto UCM-ISCIII sobre Evolución y Comportamiento Humanos ha hallado en El Portalón un fragmento de cerámica neolítica con una iconografía muy singular que conecta, por primera vez, poblaciones de la meseta norte de la Península Ibérica con otras gentes neolíticas del Mediterráneo peninsular, de Alemania y de Italia. El hallazgo permite repensar el origen del simbolismo neolítico en Europa y sugiere que las distintas entidades regionales europeas mantenían fuertes alianzas, así como una cierta tendencia hacia la globalización simbólica.

Aunque el recipiente al que pertenece el fragmento localizado en la campaña de 2015 no puede reconstruirse, por sus características los investigadores deducen que se trata de una pieza especial y, claramente, del primer Neolítico.

“Se caracteriza por tener unas paredes finas y cuidadas, hechas de pasta muy homogénea, lo que nos hace pensar no tanto en un recipiente de uso doméstico sino más bien en un recipiente con una función simbólica, y posiblemente hecho por manos muy expertas”, explican a DiCYT los investigadores José Miguel Carretero (izquierda), de la Universidad de Burgos, y Alfonso Alday (derecha), de la Universidad del País Vasco.

Sin embargo, lo que más destaca del fragmento es su decoración: un motivo muy singular que en la literatura científica se conoce como ramiforme o antropomorfo y que se realizó con un peine cuyas impresiones además se rellenaron con ocre para realzar más el motivo. “Lo más sorprendente es que en el contexto ibérico, hasta ahora, este tipo de decoración solo era conocida en puntos muy concretos del frente mediterráneo, especialmente en Alicante. El reconocer este elemento por primera vez en el interior de la Península nos muestra relaciones entre ambos puntos. Además, y esto es más novedoso en lo que representa, también pone en contacto a los moradores de la Sierra de Atapuerca con comunidades italianas o de Centroeuropa”, agregan.

La revolución y el intercambio ideológico y simbólico

En el Neolítico los grupos humanos dejan de ser nómadas para ser sedentarios, al pasar de cazadores-recolectores a agricultores. Pero los intercambios entre ellos no cesan. Esta revolución económica supone también una revolución ideológica y simbólica: los grupos van desarrollando nuevas entidades artísticas que les identifican, y las redes de comunicación sirven para compartirlas.

A este fragmento de cerámica hallado en El Portalón se suma un recipiente conocido desde mediados de los años 70 en la Galería del Sílex -otro de los conductos de la misma Cueva Mayor de Atapuerca-, también decorado con un motivo antropomorfo. Teniendo en cuenta las escasas evidencias de este tipo conocidas en el centro y sur de Europa, se puede sugerir una gran actividad de esas redes de comunicación y en una escala geográfica muy amplia.

“Todo ello nos muestra una simbiosis entre entidades regionales y una cierta idea de globalización. Se comparten ideas aunque luego cada grupo, como el asentado en el entorno de la Sierra de Atapuerca, desarrolla sus propias variantes para, quizá, no perder su identidad. Es un juego muy interesante que, seguramente, también implicaría el movimiento de personas y, en este sentido, quizás también de vínculos o pactos matrimoniales”, sugieren.

Yacimiento de El Portalón, Cueva Mayor, sierra de Atapuerca. (Javier Trueba/Madrid Scientific Films).

El potencial escondido en el El Portalón

El yacimiento de El Portalón es una de las entradas actuales al gran sistema kárstico Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca. Se trata de un yacimiento holoceno excepcional, ya que aúna una amplia, continua y completa secuencia estratigráfica de más de nueve metros que se mantiene en un buen estado de conservación. En él se han detectado ocupaciones humanas del mundo Medieval y Romano, pero también de la Edad del Hierro, las diferentes fases de la Edad del Bronce, el Calcolítico, el Neolítico y el Mesolítico, lo que lo convierte en un enclave fundamental para estudiar los últimos 10.000 años.

Así lo confirma también este último descubrimiento, recuperado en la campaña de excavaciones de 2015. Posteriormente, en la de 2017, se halló otro pequeño trozo correspondiente a la misma pieza, e incluso el equipo no descarta que aparezcan nuevos fragmentos del recipiente en próximas campañas.
El yacimiento de El Portalón tiene mucho aún que decir sobre la prehistoria reciente. La gran variedad de actividades humanas documentadas correspondientes a los últimos 10.000 años adquiere especial relevancia debido a la escasa información existente para el Mesolítico y el Neolítico en el interior de la Península Ibérica, y en particular, en la Meseta Norte. Esto motiva que los investigadores se encuentren realmente esperanzados con los hallazgos que se puedan realizar en los próximos años con el avance de las excavaciones.

“Actualmente nos encontramos en un momento de gran interés y muchas expectativas en El Portalón, dado que estamos empezando a excavar precisamente los estratos que contienen evidencias del Neolítico. En los próximos años profundizaremos en el conocimiento de la primera agricultura y ganadería, con todo lo que esos cambios han supuesto para la humanidad”, anticipan.

Fuente: dicyt.com| 10 de enero de 2017

Un estanque de México pudo representar la creación del mundo en tiempos prehispánicos

El sitio de Nahualac, ubicado en la falda del volcán Iztaccíhuatl, podría representar un microcosmos. Foto: Isaac Gómez, Proyecto Arqueológico Nahualac-INAH

Un estanque estacional, en cuyo interior se construyó un tetzacualco o adoratorio en época prehispánica, pudo representar la creación del mundo: algunos mitos mesoamericanos sostienen que Cipactli, el monstruo de la tierra, flotaba sobre las aguas primigenias y a partir de su cuerpo se creó el cielo y la tierra. El sitio de Nahualac, ubicado en la falda del volcán Iztaccíhuatl, a 3.870 metros sobre el nivel del mar, en el centro de México, podría imitar dicha concepción mítica, según informó ayer el Instituto de Antropología e Historia (INAH) de México.

Vista aérea del sitio de Nahualac. Foto: Arturo Cruz, Terrasat Cartografía

La arqueóloga Iris del Rocío Hernández Bautista, la responsable de las investigaciones, de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, cree que hubo un control ritual del agua procedente de manantiales cercanos para irrigar el estanque con el objetivo de crear un efecto visual, de tal forma que pareciera que la estructura y los montículos de piedra flotaran sobre el espejo de agua, que también reflejaba el paisaje circundante.

"Estos efectos visuales, además de las características de los elementos que conforman el sitio y la relación que guardan entre ellos, hacen suponer que Nahualac pudo representar un microcosmos que evocaba las aguas primigenias y el inicio del tiempo-espacio mítico", dice Iris Hernández. "La intención de que el agua rodeara elementos arquitectónicos rituales específicos parece que era una parte importante dentro del pensamiento mesoamericano, lo vemos en Tenochtitlán, en la Ciudadela o en Teotihuacán", añade.

El proyecto arqueológico de la SAS-INAH ha recuperado numerosos fragmentos cerámicos, materiales líticos, lapidarios y restos orgánicos. Foto: Isaac Gómez, Proyecto Arqueológico Nahualac-INAH.

Nahualac consta de dos áreas: la principal es el estanque estacional, dentro del cual se construyó un templo rectangular de piedras apiladas sin ningún tipo de cementante conocido y actualmente se pueden apreciar las esquinas y los arranques de los muros, además de algunos montículos de piedras que lo rodean; y una segunda área a 150 metros al sureste de la estructura, sobre un amplio valle donde brotan manantiales y donde se han hallado piezas cerámicas con elementos decorativos asociados a Tláloc, la deidad de la lluvia.

El estudio de restos orgánicos podrá dar pistas sobre cuál era el contenido de los recipientes en el momento de ser enterrados en la zona de ofrendas. La arqueóloga responsable ha deducido, a través de las primeras exploraciones del sitio y de las investigaciones en curso, que Nahualac es la representación de un espacio ritual donde el culto a Tláloc es evidente aunque no exclusivo, pues también guarda relación con las entidades femeninas del agua y de la tierra.

Vista nocturna del sitio de Nahualac, ubicado en la falda del volcán Iztaccíhuatl, a 3.870 metros sobre el nivel del mar. Foto: Isaac Gómez, Proyecto Arqueológico Nahualac-INAH.

Fuente: National Geographic| 4 de enero de 2017

Una exposición en Grecia reúne los últimos hallazgos del naufragio de Antiquitera

La exposición temporal El naufragio de Antiquitera. La aventura continúa, hasta el 18 de marzo de 2018 en la Fundación Aikaterini Laskaridis, en El Pireo, el puerto de Atenas, reúne los últimos hallazgos realizados cerca de la isla griega de Antiquitera, donde en el siglo I a.C. se hundió una imponente nave cargada de reliquias griegas.

Destacan las siguientes piezas, recuperadas el pasado verano: un misterioso disco de bronce que, observado con rayos X, contiene la imagen de un toro; un brazo de bronce y un pedazo de vestimenta de bronce, pertenecientes a unas estatuas que estarían bajo unas grandes piedras que rodaron debido a un evento sísmico violento; una losa de mármol rojizo que formaba parte de una mesa; y partes de las decoraciones de bronce de un elaborado mobiliario de madera. Estos hallazgos recientes se exponen en el interior de depósitos de agua, pues debido a su conservación se encuentran en la fase de desalinización.

Una radiografía ha revelado la imagen de un toro en el disco de bronce hallado en septiembre de 2017. Foto: EUA


Dos de los hallazgos de septiembre de 2017: un brazo de bronce y un elemento de la vestimenta de una estatua de bronce. Foto: Aikaterini Laskaridis Foundation

La exposición, inaugurada el pasado 11 de diciembre por Prokopis Pavlópulos, el presidente de Grecia, reúne un total de 37 objetos, descubiertos gracias a las excavaciones realizadas desde 2014. Entre ellos el anillo de oro de la campaña de 2016, piezas de excepcionales vasos de cristal del cargamento del barco, además de restos del mismo barco, unos objetos que permiten reconstruir el célebre naufragio de Antiquitera.

Cerámica procedente del naufragio de Antiquitera. Foto: Aikaterini Laskaridis Foundation


La exposición fue inaugurada el pasado 11 de diciembre por Prokopis Pavlópulos, el presidente de Grecia, y Lydia Koniordou, la ministra de Cultura y Deportes. Foto: Aikaterini Laskaridis Foundation

El diario de excavaciones de Lazaros Kolonas, el arqueólogo que supervisó las investigaciones desarrolladas en 1976 por el francés Jacques-Yves Cousteau y por arqueólogos griegos, es otro de los reclamos de la exposición, pues incluye descripciones detalladas e ilustraciones de los trabajos y hallazgos arqueológicos. El diario se exhibe junto a unos objetos asociados a la campaña de 1976, que fueron recuperados este año.

Fuente: National Geographic | 9 de enero de 2018

Una pintura en una roca de hace 5.000 años podría ser la representación de una supernova más antigua hecha por el hombre

La roca y el dibujo encontrado. Imagen: Indira Gandhi National Centre for the Arts

¿Qué pasaría si una tribu de hace cinco mil años divisara un objeto muy brillante en el cielo nocturno, quizás una supernova? Es posible que, hipotéticamente, trataran de representar el evento a través de su medio artístico favorito: una piedra. Esto es, posiblemente, lo que se ha encontrado en Asia.

Para ser más exactos, los científicos dicen que sucedió en 3600 aC, y creen que la pintura rupestre hallada en lo que hoy es parte de la región de Cachemira, en el sur de Asia, es el registro más antiguo de una supernova (y probablemente el mapa celeste más antiguo jamás dibujado).

Lo que se ve: la ilustración muestra dos objetos brillantes en el cielo, con figuras de animales y humanos debajo. Detrás de este descubrimiento se encuentra el astrofísico Mayank Vahia (izquierda), quién fue descartando opciones (por ejemplo, dos soles o el sol y la luna al mismo tiempo) hasta llegar a la única conclusión que quedaba, debía ser una supernova, una que explotó relativamente cerca de nuestro sistema solar, y que podría resultar tan brillante como el sol o la luna.

Obviamente, esta explicación solo tiene sentido si realmente hubo una supernova lo suficientemente brillante como para haber sido visible en la Tierra entre 4100 aC y 2100 aC. Para ello, Vahia tenía una forma de identificar con precisión muchas de las supernovas de los últimos miles de años: rastreando la emisión de rayos X de alta intensidad que un evento así deja durante cientos o miles de años.

Un tipo de supernova. Wikimedia Commons

Así fue como la base de datos le dio al astrofísico una única opción: la supernova HB9, la cual explotó alrededor del 3600 a.C., y está a unos 2.600 años luz de distancia. Además, su estudió encontró que encajaba perfectamente en las constelaciones que rodeaban a la supernova en el dibujo: el hombre con el arco y la flecha a la izquierda es Orión; el ciervo es Tauro; el hombre de la derecha sosteniendo una lanza es parte de Piscis; y el perro es la galaxia de Andrómeda.


Por tanto, el arte rupestre es probablemente una carta celeste y, si lo es, sería la carta celeste más antigua que se haya registrado. Sin embargo, y aunque todo apunta a ello, Vahia y su equipo necesitan otra carta astronómica de la región, un segundo ejemplo que confirme que no se trata de una coincidencia y que, efectivamente, es la representación de estrellas y supernovas más antigua hecha por humanos. [Quartz]

Fuente: gizmodo.com| 8 de enero de 2018

La Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo

Es una catedral de estilo gótico que se encuentra en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España. Es conocida también como Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene. Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI. Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII. La iglesia está emplazada en el lugar del anterior conjunto catedralicio prerrománico del siglo IX.

       El rey asturiano Fruela I, fue hijo del rey Alfonso I el Católico mandó construir una basílica consagrada a San Salvador hacia el año 765  y su hijo Alfonso II el Casto la reedificaría después del ataque musulmán perpetrado por Abd el Melik en el año 794 y 795. Este rey convirtió Oviedo en capital del naciente. Esta nueva basílica románica cumpliría su función hasta los años 1382-1388 que es cuando se decide erigir la actual catedral gótica a instancias del obispo Gutiérrez de Toledo. La Basílica de San Salvador fue consagrada el 13 de octubre de 821. Era un edificio de tres naves con cabecera triple rectangular y cubierta de madera, según el modelo de la Iglesia de Santullano. Es una Iglesia prerrománica de principios del siglo IX.

      Sus dimensiones eran, aproximadamente, de 40 metros de longitud, 20 de ancho y 25 de altura máxima. La Catedral se comenzó a construir por la Capilla Mayor.
       Iniciada la obra en el año 1382 (siglo XIV), bajo el mandato del obispo Gutiérrez de Toledo. Obispo de Oviedo y conde de Noreña. Es elegido primer arquitecto Juan de Badajoz el Viejo no será hasta mediados del siglo XV cuando se edifican la mayoría de los elementos arquitectónicos, como son el crucero, las naves y las capillas laterales. El pórtico y la torre corresponden al siglo XVI en un gótico-hispano flamenco. En este pórtico central encontramos en el centro, el relieve en piedra de la Transfiguración del Señor, a su lado unos bajorrelieves que representan a Fruela I y a Alfonso II el Casto. Se construye un pórtico de poca altura con tres arcos y tres puertas que dan acceso a cada una de las naves.

      Las tres puertas se corresponden con las tres naves de la Catedral. Las puertas son de madera de nogal realizadas en el siglo XVIII.  Las dos puertas centrales están dedicadas a San Salvador y a Santa Eulalia de Mérida, ambos patrones de la Catedral y del Principado de Asturias. A la Catedral se accede por la puerta situada a la izquierda.
                              
EL INTERIOR DE LA CATEDRAL

      El templo, es de planta de cruz latina  formada por tres naves. El templo resulta imponente por la proporción de su nave mayor 20 metros de altura por 67 metros de largo y 10 metros de ancho. Sobre el triforio aparece el claristorio que guarnece bellas vidrieras de las que las más antiguas se contrataron en 1508 con el maestro burgalés Santillana, si bien consta la presencia en 1526 de un maestro flamenco llamado Alberto. El resto de las vidrieras son modernas. 

LA NAVE DERECHA O NAVE DE LA EPÍSTOLA

Capilla de Santa Bárbara

      También ha recibido el nombre de San Miguel, fundada por el obispo Bernardo Caballero de Paredes (1661) para alojar sus restos. De estilo barroco, destaca el retablo obra de Luis Fernández de la Vega. La imagen de Santa Bárbara es de comienzos del siglo XVII y su autor fue Antonio Borja.

Capilla de San Martín de Tours

      Del siglo XVII, el retablo es obra de Luis Fernández de la Vega, con una imagen del santo en el centro.

Capilla de San Roque o de la Natividad

      Fundada a comienzos del siglo XVI por el abad D. Fernando de Llanes. Retablo presidido por la figura de San Roque realizada en el 1658 por José Bernardo de la Meana. En esta capilla está además el sepulcro de Fernando de Llanes, abad de Teverga y patrocinador de la capilla.

Capilla de San Antonio

      Obra gótica, alberga tres enterramientos y un retablo de José Bernardo de la Meana, fechado a mediados del siglo XVIII, en estilo barroco.

LA CÁMARA SANTA

      Es una capilla palatina que se encuentra adosada a la Torre de San Miguel, resto del Palacio de Fruela y que hoy en día se encuentra integrada en la catedral de estilo gótico de Oviedo. Fue construida por Alfonso II a comienzos del siglo IX  está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y alberga las joyas más preciadas de la catedral. Está formada por dos naves: el piso inferior recibe el nombre de cripta de Santa Leocadia y el piso superior el de capilla de San Miguel.

      Es aquí donde se guardan las reliquias del Principado de Asturias. El contenido, hizo que este lugar fuera durante siglos uno de los lugares de paso más visitados, de todos aquellos que peregrinaban camino de Santiago. La Cámara Santa es uno de los restos que quedan de la antigua capilla del Palacio del rey Alfonso II. Fue remodelada en el siglo XII.

      La cripta de Santa Leocadia. Fue una santa de culto en la España visigoda y cuyos restos reposan en este lugar. Se trata de una nave estrecha, rectangular, cubierta con bóveda de cañón de arranque. A la capilla de San Miguel o de las Reliquias, se accede por el brazo derecho del crucero y a ella se llega por una escalera de tres tramos doce escalones en una travesía que permite contemplar el Santo Sudario (es el pañuelo que cubría el rostro de Jesús muerto camino del sepulcro).En esta capilla se guardan las reliquias sagradas.

LA CRUZ DE LOS ÁNGELES

      En el año 808  fue donada a la catedral ovetense por Alfonso II el Casto, rey de Asturias. Chapada en oro, con cabujones y pedrería en cuyo reverso lleva un camafeo romano. Su interior es de madera de cedro y fue encargada por el propio Alfonso II el Casto. Tiene forma de cruz griega, y está compuesta de piedras preciosas que se incrustan en las láminas de oro que ocultan la madera que le sirve de base. Dice una leyenda que fue construida de forma milagrosa por dos jóvenes extranjeros a los que se atribuyó la condición de ángeles enviados por el Señor. Esta cruz se representa en el escudo de la Catedral, la diócesis y la ciudad de Oviedo.

LA CRUZ DE LA VICTORIA

      Alfonso III el Magno, rey de Asturias, la donó a la Catedral de San Salvador de Oviedo en el año 908. Se trata de una cruz con forma latina, con rica pedrería que se reparte en varias bandas, en la que se entremezclan perlas rodeadas de hojas de almandina. En el centro, gemas e hilos de oro componen un rosetón con águilas, peces y plantas. Su interior es de roble toscamente tallado. Desde finales del siglo XVIII y a propuesta de Jovellanos se convirtió en el escudo del Principado. Según la tradición es la cruz que enarboló Pelayo en Covadonga y que Alfonso III hizo recubrir de piedras preciosas en el año 908.

LA CAJA DE ÁGATAS

      Fue donada a la Catedral de San Salvador de Oviedo, en el año 910, por el infante Fruela de Asturias, hijo de Alfonso III el Magno. Se trata de una caja de madera chapada en plata con ónice, esmaltes en azul y rojo, piedras preciosas y esmaltes de metal, representaciones abstractas que evocan un lujo bárbaro que enlaza con la tradición visigoda aún más directamente que la arquitectura. Ahora está vacío pero durante siglos contuvo numerosas reliquias.

EL ARCA SANTA O DE LAS RELIQUIAS

      Cofre en madera de cedro recubierto con placas de plata trabajadas, con inscripciones de tradición musulmana. Según narra un monje de Silos anónimo, esta enorme caja de madera de cedro ensamblada, procede de Jerusalén, donde se guardaban reliquias de Jesús y la Virgen María. Ante el avance persa del año 612, el arca fue llevada a Alejandría y de aquí pasaría a la península ante el avance musulmán por el norte de África en los siglos VII y VIII. El arca fue llevada a Toledo, capital goda y nuevamente trasladada a Asturias (hacia el 812 o 842) ante la invasión árabe de Hispania y protegerla en un lugar seguro.

      Quedó depositada en la Cámara Santa que Alfonso II mandó construir para albergarla, y que sería la capilla de su palacio. En el año 1075 el rey Alfonso VI hizo un inventario del contenido del arca y ordenó se recubriera de plata ornamentada con relieves e inscripciones (1113).En su interior, tal y como reza la inscripción, se guardan un fragmento del madero de la Santa Cruz, un trozo del vestido de nuestro Señor, un pedazo de pan de la última cena, una sandalia de San Pedro y el Santo Sudario, sin duda la reliquia principal. Es un lienzo blanco de lino, sucio y arrugado, con textura tafetán manchado, con forma casi rectangular, con unas dimensiones de 83 x 53 centímetros.
      Tiene manchas de diversos tonos fundamentalmente de color marrón claro. Protegido por un marco de plata del que salen dos asas, formaba parte de la Sábana Santa que cubrió el rostro de Jesucristo durante el camino al sepulcro.
      Y además El Cristo de Nicodemo siglo XII obra en marfil, un díptico románico del siglo XII, y el Libro de los Testamentos hacia 1125. Otras reliquias dignas de resaltar aparte de las citadas son algunas espinas de la corona y un fragmento de la cruz de Cristo.

CLAUSTRO



      Situado en uno de los brazos del crucero. Tiene unas dimensiones de 27 x 32 metros, tiene por tanto forma rectangular, y se distribuye en dos lados de cuatro arcos y en los otros dos restantes tres arcos. Se levanta en parte sobre el antiguo claustro románico, del que las excavaciones han recuperado elementos arquitectónicos y escultóricos del siglo XII. El actual gótico, fue construido entre el año 1300 y el año 1441. A comienzos del siglo XVIII el arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara incorporó al claustro un segundo piso con balcones y molduración propia de la época renacentista.

      El claustro dispone de catorce ventanales con bella tracería en sus tímpanos y 167 capiteles ricamente decorados. Hay que destacar que todo el claustro estaba policromado. En la crujía Oeste destacamos el sepulcro de Frigión de Cifuentes. En la crujía Norte destacamos una lápida del obispo Pelayo, fallecido en 1153.

      En la crujía Este destacamos la Puerta barroca del archivo obra de José Bernardo de la Meana, maestro mayor de la catedral de Oviedo durante la segunda mitad del siglo XVII. En la crujía Sur destacamos el sepulcro del deán Pedro Gay del siglo XIV, es el más sobresaliente de los monumentos fúnebres conservados en el claustro. El deán figura en posición yacente. La tapa actual que lo cubre es de fecha posterior y fue esculpida por el cantero Pedro de León con las armas de la casa de Valdés. En el claustro se ha instalado el Museo Diocesano. Una curiosa lápida, que sólo se puede visitar desde el claustro, felicita al príncipe Wimarano, hermano del padre de Alfonso II, por construir un edificio para los marineros.

LA SALA CAPITULAR

      Al claustro se abre la sala capitular, que es la parte más antigua de la Catedral gótica, ya que iniciada en 1293, se terminó en 1314, Situada junto a la galería oeste del claustro, es de planta cuadrada, cubierta con una bóveda sobre trompas, cuyos nervios confluyen en una clave central. Ha sido siempre lugar de reunión del Cabildo y de las Juntas del Principado. En esta sala se declararon en 1808 la guerra a Napoleón Bonaparte.

NAVE IZQUIERDA O NAVE DEL EVANGELIO

HORNACINA DE LA HIDRIA

      Situada en la cara interna del muro norte del crucero. Es del siglo XV. Según la tradición la hornacina contiene una de las seis tinajas de las Bodas de Caná. Admite 100 litros. Se expone al público cada 21 de septiembre, festividad de San Mateo y se puede beber del agua previamente bendecida. Se encuentra guardada detrás de una puerta.

LA IMAGEN DEL SALVADOR

      Es una escultura del siglo XIII que está adosada al pilar del arco sur del crucero en la girola. Era la meta principal para los peregrinos. A sus pies rezó el papa Juan Pablo II en 1989. Se cree que esta imagen estaría en el ábside de la antigua basílica románica de Alfonso II como titular de la misma. En esta imagen se ve la leyenda que dice: "Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al criado y deja al Señor".

CAPILLA MAYOR

      El ábside de forma poligonal y en estilo gótico tiene dos líneas de vidrieras. Actualmente sólo podemos ver la línea superior de vidrieras, ya que la inferior fue tapada al colocarse el retablo mayor en el siglo XVI. La girola es una ampliación del siglo XVII y se compone de cinco capillas radiales. Fue por esta capilla mayor o ábside por donde se comenzó en 1388 la construcción de la nueva Catedral.

      A la izquierda, encontramos el sepulcro de Juan Arias del Villar, obispo de la diócesis de Oviedo entre 1487 y 1498, con una escultura orante, actualmente se encuentra vacio ya que sus restos fueron trasladados a la Catedral de Segovia. El gran Retablo Mayor dedicado al Salvador. Fue encargado por el obispo  Valeriano de Villaquirán. Es de madera dorada con altorrelieves policromados, en cuya pintura debió de intervenir León Picardo, sin olvidar el nombre de Alonso Berruguete, que también aparece en la documentación referente al retablo, el cual fue finalmente terminado por Juan de Balmaseda y Miguel Bingeles.

Capilla de Covadonga

      Situada en la girola. Presenta el sepulcro del obispo Gutiérrez de Toledo en una de las tribunas laterales, y bajo el altar, los restos de San Melchor de Quirós. Sufrió graves daños en la revolución de Octubre de 1934 entre ellas la pérdida de un retablo del año 1673 obra de Luis Fernández de la Vega.

SACRISTÍA



      Situada donde se inicia la girola abierta por detrás de la capilla mayor, en el siglo XVII (1626). Tiene planta de cruz latina con un bonito cimborrio en cuya bóveda hay un fresco de la Asunción, del pintor Francisco Bustamante. La fábrica fue realizada según parece, bajo la dirección del asturiano maestro Meana.

RETABLO DE SANTA TERESA

      De paso hacia el crucero sur se encuentra el retablo de Santa Teresa, debido al asturiano Toribio de Nava siglo XVII. Se trata de un retablo de estilo barroco.

Capilla del rey Casto

      Situada en el crucero donde comienza la nave de la epístola. Reedificada en el año 1705 por el obispo Tomás Reluz, sobre una anterior mandada construir por Alfonso II el Casto siglo IX y que estuvo dedicada a la advocación de la Santísima Virgen. Las obras fueron realizadas por el arquitecto Bernardo de Haces y por Luis de Arce. En la capilla mayor protegida por una reja de hierro forjado, construida en el año 1714, puede verse, en el centro del retablo una imagen de la Santísima Virgen que el Rey Casto llamó Santa María, pero que también se conoció como la Virgen de las Batallas.

      En el centro de la capilla hay un sarcófago paleocristiano, el cuerpo de un tal Ithacio que se cree fue un niño. Junto al altar del Santo Cristo de Muñoz, situado a la izquierda de la capilla mayor, estuvieron después de su traslado desde Tonkin del Sureste Asiático en el año 1889, los restos del mártir asturiano Melchor García Sampedro, canonizado con el nombre de San Melchor de Quirós el 19 de junio de 1988. Hoy se encuentran en la girola de la capilla de Nuestra Señora de Covadonga.

EL PANTEÓN DE LOS REYES ASTURIANOS Ó PANTEÓN REAL

      Junto a la puerta de ingreso y aislado del resto de la capilla por una reja de 1713, donde hay una lápida que recuerda los nombres de los reyes aquí enterrados y algunas reinas como Urraca y Geloria. Sobre las pechinas de los arcos torales hay bustos de varios reyes asturianos (Alfonso II, Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III). El actual panteón fue levantado sobre otro que Alfonso II había mandado construir. Este primitivo panteón estaba enfrente, poco más o menos del actual, en el centro de la nave. Estaba techado de madera. Las sepulturas de los Reyes estaban en el suelo, como de dos pies de alto, tan juntas unas de otras (que no se puede andar sin pisarlas). Sólo se conserva de él, un sarcófago de alabastro de época romano-cristiana en el que se cree que fueron trasladados desde Zamora a Oviedo los restos de Alfonso III y de su esposa Dña. Ximena.

Capilla de Nuestra Señora de Belén o de Santa Catalina.

      Situada en el lado del evangelio. De traza gótica, tuvo un primitivo retablo referido al nacimiento del Salvador del asturiano contemporáneo Joaquín Rubi Camín.

Capilla de los Vigiles o de la Anunciación.

      Situada en el lado del evangelio. Se trata de una capilla del siglo XVII. Tiene una hermosa reja del siglo XVII. De esta capilla sobresalen el retablo y la escultura orante del obispo fundador Juan Vigil de Quiñones obispo de Segovia, realizados ambos por el escultor Luis Fernández de la Vega.

Capilla de Santa Eulalia de Mérida

      Situada en el lado del evangelio, es patrona de la diócesis. Se trata de una capilla barroca, construida sobre planta de cruz griega con una gran cúpula plagada de elementos decorativos barrocos. Obra de Domingo Suarez de la Puente, con las reliquias (huesos) de Santa Eulalia de Mérida, en una urna de plata de estilo morisco del siglo XI, regalo del rey Alfonso VI. La capilla es obra de los avilesinos Menéndez Camino padre e hijo. Además en esta capilla hay enterrados varios obispos entre ellos el de su fundador, García Pedrejón. En la Catedral de Oviedo es que contó con un magnifico coro, órganos y trascoro en el centro de la nave mayor, cuyo conjunto fue eliminado a principios del siglo XX.

LA TORRE

      Tienen estilos góticos y renacentistas, obra de Rodrigo Gil de Hontañón sobre planos de Juan de Badajoz. Iniciada en el 1508 y terminada en el año 1587 (siglo XVI). Se trata de una torre de cinco cuerpos, falta su gemela que no llegó nunca a construirse por falta de presupuesto. Tiene una altura de 80 metros desde el suelo al pararrayos y su construcción duró cerca de cincuenta años. La torre se terminó bajo el obispado de Cristóbal Rojas y Sandoval, personaje que tiene su escudo de armas en el último piso. En el segundo piso de la torre encontramos un reloj. La campana de la torre de Oviedo recibe el nombre de Wamba y fue fundida en el año 1219. Tiene 1,22 metros en la base, forma cónica y es la única campana que se conserva de la antigua basílica. La Wamba suena desde el siglo XIII en Oviedo. Es la campana más antigua de España en uso. Su tañido se oye en Oviedo desde antes de que la Catedral gótica estuviese en pie.

Autor: ©. Narciso Casas - Profesor de Arte y Escritor
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