Las sexuales Venus paleolíticas cobran vida contra el patriarcado

La Venus de Willendorf animada por Nina Paley

El #metoo parece haber llegado, incluso, al paleolítico. La famosa Venus de Willendorf junto a otras compañeras de glaciaciones han emprendido divertidos bailes reivindicativos que están haciendo furor entre comunidades apasionadas por la historia.

Unos breves gifs muestran a estas pequeñas estatuillas femeninas, la mayoría con exagerados atributos sexuales, moviendo caderas y pechos sin rubor. Tales bailes provocan la sonrisa de la mayoría de los espectadores, que están compartiendo tal ocurrencia entre sus amistades y contactos.
Detrás de estas danzas prehistóricas no solo está un buen programa de animación, sino la idea y la habilidad de una artista norteamericana, Nina Paley, que ha decidido ceder gratuitamente estos gifs tan logrados. “Se están convirtiendo en muy populares”, afirma sorprendida del éxito que están obteniendo.

Paley decidió colgar los gifs en su blog y ofrecerlos gratuitamente y sin permiso previo a quien quisiera reproducirlos. “Cultura gratis”, escribió. “Para volverse loco”, remataba. Quizás sí que sea una locura hacer bailar a ancestrales diosas como la de Hohle Fels (de un mínimo de 35.000 años de antigüedad) o incluso a la sentada de Çatalhöyük, pero la artista aplaude que la gente las utilice “para difundir la cultura”, aunque este no haya sido su objetivo inicial.

La venus de Catalhöyük (izquierda) y la de Hohle Fels (derecha) junto a otra divinidad. Nina Paley

Proyecto visual contra el patriarcado

Los gifs forman parte del largometraje de animación que Paley está realizando actualmente bajo el nombre de ‘Seder-Masochism’ sobre “la eliminación de la adoración de la diosa por el patriarcado”, según explica la autora para La Vanguardia.

“Nuestra conexión con la adoración de la diosa antigua está completamente rota”, analiza en el argumentario de su obra. “Mi película trata sobre la misma historia: la colonización de las mujeres”. Para Paley, “el establecimiento de Yahvé como el Dios Único y masculino borró a la Diosa y la mayoría ni siquiera sabe lo suficiente para afligirse”, argumenta.

Venus paleolíticas animadas por Nina Paley

El baile de muchas de estas venus prehistóricas y otras diosas de culturas antiguas aparece en un episodio del largometraje donde Moisés se enfrenta a todas ellas antes de la “imposición del patriarcado”. El clip musical tiene como banda sonora la canción ‘You Gotta Belive’ (Tienes que creer) escrita por Norman Whitfield y cantada por las Pointe Sister hacia 1976.

La letra se puede interpretar también como un canto contra este patriarcado con fragmentos tan reveladores como “Dime hermano / qué te he hecho / para hacerte decir y tratarme / de la forma en que lo haces” o “Tienes que creer en algo / ¿por qué no crees en mí?”


Sin duda, la creencia hacia estas diosas del paleolítico superior dejó de practicarse hace muchos miles de años, aunque todavía no está claro si se trataban de divinidades femeninas vinculadas a la fertilidad o a la diosa Madre Tierra, o quizás podrían representar también un modelo de belleza de la época (de ahí surgió el nombre de ‘Venus’ para designarlas) o tan solo podrían tratarse de un simple amuleto. Todavía no existe un consenso científico sobre su verdadero significado, si es que algún día se consigue alcanzar.

De lo que no cabe duda es que comparten un mismo modelo. Se trata de figuritas pequeñas, de entre 3 y 22 centímetros que cabían en la palma de la mano. Están talladas en materiales como la piedra, el hueso o el marfil y también elaboradas en terracota. Y lo que es más evidente: sus formas exaltan los atributos sexuales femeninos. ¿Esta peculiaridad puede interpretarse como una primitiva cosificación de la mujer o ponía en relevancia su poder? Otro controvertido dilema sin respuesta.

Venus paleolíticas animadas por Nina Paley

Fuente: La Vanguardia

¿El ser humano se domesticó a sí mismo?

Diferencias craneofaciales entre humanos modernos y neandertales (arriba), y entre perros y lobos (abajo). Imagen: PLOS ONE

La autodomesticación humana es una hipótesis que defiende que, entre los motores de la evolución humana, se encontrarían los mismos seres humanos, que debieron de seleccionar entre sus congéneres a los que tenían actitudes más sociales. Investigadores de un equipo de la Universidad de Barcelona liderado por Cedric Boeckx (izquierda), profesor ICREA del Departamento de Filología Catalana y Lingüística General y miembro del Instituto de Investigación en Sistemas Complejos de la Universidad de Barcelona (UBICS), han encontrado evidencia genética de este proceso evolutivo.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS ONE, compara los genomas de los humanos modernos con los de algunas especies domesticadas y los de sus equivalentes salvajes, con el fin de encontrar genes coincidentes relacionados con rasgos de la domesticación, como por ejemplo una fisonomía más grácil o la docilidad. Los resultados muestran un número significativo de genes relacionados con la domesticación que se solapan entre animales domésticos y humanos modernos, pero no con sus parientes salvajes, como por ejemplo los Neandertales.

Según los investigadores, estos resultados refuerzan la hipótesis de la autodomesticación humana y «ayudan a revelar información sobre uno de los aspectos que nos hace humanos: nuestro instinto social».


Un nuevo tipo de evidencia: los genomas de los parientes extinguidos de los humanos

La autodomesticación se daría en algunas especies que muestran rasgos anatómicos y de comportamiento característicos de los animales domésticos en comparación con sus parientes salvajes. La diferencia es que en este caso la domesticación habría tenido lugar sin la intervención de ninguna otra especie. Distintos estudios han planteado la hipótesis de que los humanos —y otras especies, como los bonobos— se domesticaron a sí mismos. El objetivo de esta investigación ha sido buscar evidencia biológica de la autodomesticación humana estudiando un nuevo tipo de datos: los genomas de nuestros ancestros ya extinguidos, como los Neandertales o el hombre de Denisova.

«Uno de los motivos que llevó a los científicos a decir que los humanos se domesticaron ellos mismos reside en nuestro comportamiento: los humanos modernos son más dóciles y tolerantes, como las especies domésticas, y nuestras capacidades de cooperación y la conducta social son rasgos esenciales de la cognición moderna», explica Cedric Boeckx. «El otro motivo es que los humanos, comparados con los neandertales, presentan un fenotipo más grácil que se parece a lo que vemos en los animales domésticos en comparación con sus primos salvajes», añade el experto.

Para identificar indicadores del proceso de la autodomesticación en humanos, los investigadores crearon una lista de genes relacionados con rasgos domésticos en humanos, a partir de la comparación con el genoma de los Neandertales y los homínidos de Denisova, especies humanas ya extinguidas. Después, compararon esta lista de genes con el genoma de algunos animales domésticos y el de sus parientes salvajes, como por ejemplo los perros respecto a los lobos y los bueyes respecto a los bisontes.

Los resultados mostraron que el número de genes que coincidían solo era relevante entre los humanos y las especies domesticadas. «Los genes de humanos modernos seleccionados podrían ser esenciales en el proceso de domesticación, ya que estas interacciones aportan datos sobre rasgos fenotípicos relevantes», explica Cedric Boeckx.

Representaciones gráficas de genes superpuestos que muestran firmas de selección positiva en Humanos Anatómicamente Modernos (HAM) especies domesticadas.

Intersección entre humanos modernos y especies domesticadas

Los investigadores también utilizaron otras medidas estadísticas, como por ejemplo grupos control, para confirmar los resultados. La idea era descartar que la coincidencia de los genes de los humanos modernos con los de las especies domésticas fuera aleatoria, así que se compararon también con el genoma de los grandes simios. «Los resultados muestran que los genes relacionados con la domesticación de los animales domésticos no coinciden en chimpancés, orangutanes y gorilas. Por lo tanto, parece que hay una interacción “especial” entre los humanos y los animales domésticos, lo cual vemos como evidencia de la autodomesticación», asegura Boeckx.

Los investigadores señalan que aún se necesitan más experimentos para saber qué rasgos anatómicos, cognitivos y conductuales están relacionados con estos genes. «Suponemos que incluirán las características anatómicas, cognitivas y de conducta que motivaron la idea de la autodomesticación entre los investigadores. Creemos que las coincidencias que hemos encontrado nos permiten explicar nuestra cognición especial y también por qué somos notablemente cooperativos, pero aún se debe estudiar el tema más a fondo. En cierto modo, lo que hemos hecho es reducir el conjunto de genes que se deben analizar experimentalmente», concluye Cedric Boeckx.

Fuente: Universidad de Barcelona | 15 de febrero de 2018

Arqueólogos descubren estructuras romanas monumentales y misteriosas en el antiguo puerto de Corinto

Los diques monumentales L-M1 (izquierda) y L-M2 (derecha) dominando el puerto exterior de Lequeo. Foto: K. Xenikakis & S. Gesafidis

Este año han sido excavadas por primera vez las estructuras romanas del puerto de Lequeo, que fue el principal puerto de Corinto (Grecia)

La antigua ciudad de Corinto estaba localizada en el istmo que une la Grecia continental con la península del Peloponeso y junto al Acrocorinto, una elevación rocosa, donde se practicaba la prostitución sagrada. Corinto era un hervidero de negocios y placer, de mercados negros y vicios oscuros que atrajeron a ricos y ambiciosos comerciantes de todos los rincones del Mediterráneo. La ciudad, gracias a su inmejorable posición estratégica, controlaba el tráfico naval y el comercio marítimo entre el este y el oeste del Mediterráneo. Mucho antes de la construcción del canal de Corinto (finales del siglo XIX) ya existía el Diolkos, una calzada que permitía acarrerar barcos y su carga de forma segura y de un lado al otro del istmo, con lo cual los barcos se ahorraban el viaje alrededor de la ventosa península. Roma derrotó a los ejércitos griegos y arrasó Corinto en el 146 a.C. Pasó más de un siglo hasta que la ciudad de Corinto fue reconstruida, en época de Julio César, quien reconoció su valor estratégico. En el año 44 a.C., la colonia fue nombrada en su honor: Colonia Laus Iulia Corinthiensis.

Monumento misterioso. Los restos del misterioso monumento situado en una isla en el centro de la dársena 3 del puerto de Lequeo.

Foto: Spyros Kokkinakis & Bjorn Lovén / LHP 2017

Un monumento misterioso y los posibles cimientos de un faro

Este año han sido excavadas por primera vez las estructuras romanas del puerto de Lequeo, que fue el principal puerto de Corinto, por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Copenhague y de la Eforía de Antigüedades Subacuáticas de Grecia, según informa Bjorn Lovén, el codirector del proyecto, a National Geographic. Los restos de un misterioso monumento, ubicado en una isla en medio de la dársena 3 del puerto, han sido datados a comienzos del siglo I d.C.

Moneda corintia de época romana (177-192 d.C.) que muestra un faro. Foto: Münzkabinett der Staatlichen Museen zu Berlin Acc. 1852/9550

La estructura probablemente fue erigida como parte de un programa romano de construcción cuya finalidad era la recuperación de Corinto, lo mismo que un enorme dique de 45 metros de largo y cuatro de alto, construido con la misma orientación que la misteriosa estructura en la isla. "Además hemos detectado una nueva dársena de unos 40.000 m² en el puerto exterior, y los posibles cimientos de un faro", asegura Lovén, de la Universidad de Copenhague, quien dirige el proyecto junto con Dimitris Kourkoumelis. "El monumento de la isla fue destruido por un terremoto entre los años 40 y 125 d.C. Podría tratarse de la primera evidencia del terremoto que tuvo lugar en torno al año 70 d.C., en tiempos del emperador Vespasiano, y que se menciona en los textos clásicos. Más tarde, en el siglo VI d.C., otro gran terremto sacudió Lequeo e hizo que el puerto se elevara al menos 1,2 metros. Es posible que la dársena 4 del puerto, flanqueada por enormes pilas de escombros, fuera construida durante ese período", señala Guy Sanders, el antiguo director de las excavaciones en Corinto.

Fuente: National Geographic

El ‘holandés más viejo’ aparece en el fondo del Mar del Norte

Era un fragmento de cráneo humano. Lo encontró un barco de pescadores mientras faenaban en el Mar del Norte. Son restos de hace 13.000 años, del final de la Edad de Hielo, y pertenecen al ‘holandés más antiguo’ que se ha encontrado hasta la fecha, según los investigadores de la Universidad de Leiden.

El hallazgo forma ya parte de la colección del Museo Nacional de Antigüedades de los Países Bajos. Los pescadores trabajaban cerca de la costa holandesa, al sur de un canal de navegación conocido como Eurogeul, excavado en el mar cerca del puerto de Rotterdam y que tiene una longitud de 57 kilómetros y una profundidad de 23 metros.

De ese antepasado humano solo quedaba el hueso parietal izquierdo. Las pruebas antropológicas, sin embargo, han revelado algunos detalles interesantes. Pertenecía a una persona adulta que probablemente estuvo afectado, y se curó, de una anemia. La composición química del fragmento ha confirmado que la caza contribuyó de forma importante a su dieta diaria.
Pero este hallazgo no era el único que esperaba en el fondo marino a ser descubierto. Al sur del Brown Bank, la parte más occidental de las aguas holandesas, había otro hueso, incluso más viejo, que fue hallado en 2005. Y estaba decorado. Pertenecía a un bisonte que pastó por los campos del norte de Europa hace unos 13.500 años, según la última datación por radiocarbono.

“Esta es la pieza de arte más antigua que proviene del Mar del Norte. Su función sigue siendo desconocida, aunque posiblemente era el mango de una herramienta o un objeto ritual”, explican los expertos. Los sorprendente del caso es que hay otros tres objetos con decoraciones similares que han aparecido en sitios tan alejados como Gales, Francia y Polonia.

Los investigadores apuntan que esta distancia “es un recordatorio convincente de las redes de contacto de los humanos de la Edad de Hielo tardía”. “El estilo geométrico y abstracto de la decoración difiere del arte antiguo, más naturalista y figurativo. Este cambio de estilo puede representar cambios importantes en la movilidad y la organización social de estos cazadores recolectores”, añaden.

Al final de la última Edad de Hielo (que acabó hace unos 10.000 años), el nivel del mar estaba entre 60 y 80 metros por debajo del actual. La mayor parte del Mar del Norte era, por ejemplo, tierra firme. En este vasto paisaje, los humanos cazaban venados, alces y bisontes.

Foto: El hueso de bisonte decorado. (Universidad de Leiden)

A pesar de que los dos huesos no parecen estar conectados directamente, los investigadores del Museo Nacional de Antigüedades y los arqueólogos de la Universidad de Leiden consideran que ambos destacan porque “son recuerdos muy raros de un período crucial en la historia profunda” de la zona que actualmente es Holanda.

“El final de la última Edad de Hielo es el momento en que los territorios del norte de Europa son colonizadas de nuevo por personas procedentes del sur. Esto sucedió en un momento de cambio climático y ambiental, lo que subraya el ingenio de nuestros antepasados ​​para enfrentar estas circunstancias”, aseguran.

Los hallazgos demuestran, según los expertos, que el fondo del Mar del Norte es “muy rico” en restos arqueológicos. “Es un vasto y en gran parte desconocido medio ambiente europeo prehistórico”, apuntan.

Fuente: David Ruiz Marull | La Vanguardia, 15 de febrero de 2018

Joseba Ríos Garaizar: "Los neandertales podrían haber tenido reglas estrictas en natalidad

Con el objetivo de dar a conocer los pasajes más desconocidos de la historia del territorio, Koldo Mitxelena y la Asociación de Historiadores Guipuzcoanos organizan cada mes una conferencia con un experto diferente. El mes pasado, Joseba Ríos analizó las últimas investigaciones realizadas en los yacimientos neandertales de la región cantábrica.

Los últimos hallazgos sugieren que, al parecer, los neandertales estaban más organizados de lo que se creía.

-Siempre se nos había vendido una idea de que los neandertales era una especie monótona, con unos comportamientos muy repetitivos y que se adaptaba mal al medio. En la conferencia quise romper esa idea, ya que fue una especie que habitó en buena parte de Eurasia durante al menos 150.000 años, en zonas geográficas y en épocas climáticas muy diferentes. Los neandertales era una sociedad muy bien estructurada y capaz de modificar sus comportamientos, incluso su cultura, atendiendo a distintos medios geográficos y periodos.
¿Qué descubrimientos avalan esta teoría?

-Más que hallazgos espectaculares, lo que se ha hecho es volver a los registros arqueológicos y mirarlos con otros ojos. Por ejemplo, en el yacimiento de Axlor, en Bizkaia, en un principio los resultaron no propusieron nada novedoso. Sin embargo, las nuevas investigaciones han mostrado que su comportamiento era más variable de lo que se creía. Tanto en este yacimiento como en otros, como el de Amalda en Zestoa o Abrigo del Cuco en Cantabria (izquierda), se ha descubierto que elaboraban de manera regular útiles de pequeño tamaño. Para crearlos, era necesaria una organización y una planificación y para utilizarlos una destreza manual. Esto es muy interesante, puesto que en principio se planteaba que solo los humanos modernos eran capaces de hacerlo.

Por lo tanto, ¿hablamos de hallazgos exclusivos en la cordillera cantábrica o hay otros con las mismas similitudes en el resto del mundo?

-No, en el resto del mundo también los hay. Lo que pasa es que en muchos de los yacimientos que se excavaron en el siglo XX no se cribaba sistemáticamente el seguimiento. Cuando se hacía, se realizaba con mallas muy grandes, que imposibilitaban identificar los pequeños objetos. Hasta el año 2000 no ha habido un boom de hallazgos de utillaje pequeño, y en ellos, han participado directamente los vascos.

¿Qué otros ejemplos hay?

-En buena parte del siglo XX se defendía que los neandertales eran una especie que subsistía casi exclusivamente con el carroñeo de animales muertos. A partir de la década de los 50, esta idea empezó a cambiar, y se creía que eran grandes cazadores. El debate radicaba entonces en cómo era posible que siendo tan buenos cazadores no pudieran competir contra los humanos modernos. Como había que buscar causas para explicarlo, una de las ideas que se dieron era que no tenían herramientas adecuadas. Hoy en día, sabemos que poseían armas para cazar a cierta distancia, pero no solo eso. Conocemos que además de alimentarse de grandes animales, lo hacían de otro tipo de especies como aves, conejos o tortugas, y en el Cantábrico tenemos registrado el consumo de algas y moluscos.

Otro de los puntos que manifiestan estos hallazgos es una organización del territorio.

-Así es. Siempre se ha planteado que los neandertales vivían generalmente de los recursos del entorno más inmediato, pero en los yacimientos vascos estamos viendo una imagen muy diferente. Aunque sí que se ve que, como en Arlanpe en Lemoa, hay un mayor consumo de las rocas que se encuentran en el entorno del yacimiento, encontramos una importación de sílex procedente de Treviño, a unos 70 kilómetros de distancia. Esta tendencia es todavía más notable en yacimientos más recientes como el de Axlor, de hace unos 50.000 años. Allí, el 85% de las rocas utilizadas son sílex cuando el afloramiento más cercano está a 30 kilómetros de distancia. Incluso hay sílex del norte, de la zona de Barrika, y del sur, de Urbasa. Su ocupación, por tanto, era amplísima, desde la costa cantábrica hasta el Valle del Ebro. Algo muy interesante porque es un territorio que más o menos coincide con la extensión actual de la Comunidad Autónoma Vasca.

Por lo tanto, ¿se desplazaban por el territorio para explotarlo y volvían o se expandían por él?

-La primera hipótesis es difícil de defender. En en el yacimiento de Aranbaltza, en Bizkaia, que posee un afloramiento de sílex muy importante a 300 metros, vemos que se hacían las dos cosas. Por un lado, se producían lascas del material para llevárselas a otros sitios, como una especie de taller, y por otro lado, se llevaban a cabo actividades de vida cotidiana, puesto que hay evidencias de que existía una ocupación de más de un día.

Los neandertales poseían además una organización económica.

-Sí. Tenemos evidencias de que utilizaban una economía en materia prima, que inventaban estrategias para utilizar el menor material posible y que tenían una función muy estandarizada con ciertos objetos. En ellos influían unas normas culturales, que incluso pudieron dar pie a una estructura social.

Una sociedad con normas culturales y con una estructura social parece derribar la idea de una sociedad sin ley.

-Las normas culturales eran muy estrictas, pero solo en algunos elementos. Por ejemplo, en la fabricación de utillaje de piedra seguían unas normas compartidas por el grupo. En Axlor, a pesar de tener rocas utilizables al lado, como el cuarzo, usaban de manera sistemática el sílex, que se encontraba mucho más lejos. Probablemente, esto procediera de una idea cultural de que el sílex era mejor que el cuarzo.

Estos hallazgos, que reducen las diferencias entre el neandertal y el ‘Homo sapiens’, ¿desmitifican del todo la teoría del eslabón perdido?

-Cuando analizamos a los neandertales, normalmente tendemos a intentar explicar por qué desaparecieron, descuidando de este modo el cómo lograron sobrevivir durante 150.000 años. Puesto que buscamos respuestas a cómo se extinguieron, nos inventamos argumentos como que los hombres modernos éramos más fuertes o inteligentes que ellos, cuando lo cierto es que durante miles de años en los que los Homo sapiens habitaban África, parte de Asia y Oriente Próximo y los neandertales lo hacían en Europa y en parte de Oriente Próximo también, ambos adquirieron una tecnología tan parecida que hoy en día es muy complicado decir si son de uno o de otro.


Entonces, ¿por qué desaparecieron?

-Las últimas hipótesis se encaminan hacia cuestiones demográficas. Los neandertales podrían haber sido una sociedad con unas reglas estrictas, entre ellas, en cuestión de natalidad. En las sociedades cazarrecolectoras era algo muy normal, ya que vivían del medio y aumentar la población equivalía a agotar los recursos en poco tiempo. Los humanos modernos, en cambio, no tenían esas normas y lo solucionaban expandiéndose y buscando nuevos territorios. Así, nos encontramos en un momento hace 45.000 años en el que los neandertales, que poseían una población estable, se van quedando cada vez más aislados con la llegada de los humanos modernos a Europa, que, irremediablemente, van ocupando cada vez más territorio hasta la total desaparición de los primeros.

La llegada del ‘Homo sapiens’ ¿cambió la organización de los neandertales?

-Es una cuestión complicada. Lo que sabemos con seguridad es que durante miles de años los neandertales y los humanos modernos se encontraron en distintos escenarios. De estos contactos surgieron relaciones sexuales que tuvieron descendencia fértil. Esto lo sabemos porque restos de ADN en humanos modernos lo indican. Pero no fueron encuentros exclusivamente sexuales. También hubo contactos culturales que produjeron intercambios. Los neandertales, seguramente, también aportarían algo a esos humanos modernos que llegaban a Europa, como las posiciones en las que encontrar materia prima o dónde se podía cazar.

¿Cree que quedan hallazgos por descubrir sobre otras sociedades prehistóricas como esta?

-Ahora que sabemos que los neandertales eran capaces de controlar el fuego, de construir refugios y de hacer armas sofisticadas, estamos intentando encontrar las raíces de estos comportamientos. Sin embargo, los prejuicios con otras especies son mucho menores que los que ha habido en torno a los neandertales. En esto ha influido que fuese la primera especie no Homo sapiens identificada. Automáticamente se generó una imagen de otra humanidad, diferente a la nuestra, muy parecida pero calificada como brutal, degenerada y retrasada. Todo ello fue producto de una época. A comienzos del sigo XX existía un entorno cultural de darwinismo social, ilustración y pleno colonialismo y en los que esos calificativos se aplicaban a otras razas y etnias de nuestra especie.

Fuente: noticiasdegipuzkoa.com | 13 e febrero de 2018

Cráneos desarticulados y con estacas: violencia en el Mesolítico de Suecia

Cráneo que presenta un fuerte traumatismo. Foto: Fredrik Hallgren.

Unas excavaciones arqueológicas desarrolladas entre 2009 y 2013 en Kanaljorden, en el sur de Suecia, han sacado a la luz unos cráneos humanos desarticulados que fueron depositados intencionadamente en el fondo de un pequeño lago que ya no existe.
Los arqueólogos, entre ellos Fredrik Hallgren y Anna Kjellström, excavaron un contexto del Mesolítico, de unos 8.000-7.500 años de antigüedad, formado por una capa densa de piedras grandes y, sobre esta estructura artificial, encontraron un depósito de restos humanos y animales, además de herramientas hechas con piedra, hueso o cornamenta.

"Los cráneos de adultos presentaban unos traumatismos contundentes infligidos antes de la muerte y diferenciados por sexo, probablemente como consecuencia de la violencia interpersonal; en el interior de dos cráneos se recuperaron los restos de unas estacas de madera que indican que los cráneos fueron montados en las mismas", señalan los autores del estudio, publicado el viernes en Antiquity.

Cráneo F318, montado en una estaca de madera. Foto: Lisa Hartzell.

Los cazadores-recolectores del Mesolítico de Escandinavia eran grupos en movimiento o semisedentarios que sobrevivían de la caza, pesca y recolección de frutos silvestres. Los restos hallados en Kanaljorden fueron manipulados expresamente antes de ser depositados en el fondo del lago, pero los arqueólogos no saben con qué fin. El conjunto incluye 34 elementos humanos: 19 craneales y 15 postcraneales, es decir, aquellas partes del esqueleto diferentes al cráneo.

El cráneo F296 se encuentra prácticamente completo. Foto: Fredrik Hallgren.

Los investigadores han recuperado los despojos de, al menos, diez individuos: nueve adultos y los restos de un feto o de un niño, cuyo esqueleto estaba casi completo. Dos cráneos pertenecieron a mujeres y cuatro a hombres; el resto estaba muy fragmentado e incompleto. En los cráneos de las dos mujeres hay numerosas evidencias de traumatismos en la parte trasera de la cabeza, mientras que los cráneos de los hombres exhiben un único evento traumático en la parte superior de la cabeza o en la cara. Dos estacas de madera fueron halladas atravesando sendos cráneos, pero en total se han recuperado 400 estacas intactas o fragmentadas sobre las que se montaron diferentes objetos: cráneos, restos de animales u otras piezas.

"Son varias las explicaciones para estos patrones traumáticos: accidentes, violencia interpersonal, secuestro forzado, abuso conyugal, violencia no letal socialmente regulada o guerra", sostienen los autores del estudio.

Excavaciones arqueológicas en el humedal de Kanaljorden, que antiguamente era un lago pequeño.
Foto: Fredrik Hallgren

Fuente: National Geographic | 14 de febrero de 2018