Campamentos romanos en el País Vasco y Navarra

Karakate. Campamento descubierto por Martínez en 2016

Cuando los romanos aparecieron por las tierras de las actuales Euskadi y Navarra, en el primer siglo antes de Cristo, los habitantes de estas zonas vivían en los poblados de la llamada Edad de Hierro. La pregunta que se hacen los historiadores y arqueólogos es: ¿hubo conflicto, guerra y conquista? El arqueólogo vizcaíno Antxoka Martínez Velasco (izquierda), especializado en esa época, cree que sí, y que prueba de ello son los vestigios de campamentos militares romanos que han aparecido en las últimas décadas. En algunos casos, esos emplazamientos habían sido confundidos con restos de poblados de la Edad de Hierro.

Hace unos días Antxoka Martínez ofreció una conferencia sobre el tema, que sirvió para dar comienzo a la edición número 16 de la Jornadas de Arqueología de Aranzadi. Sobre todo se refirió a campamentos romanos situados en Álava y Navarra, y remató la charla con el caso del monte Karakate, en cuya cima localizó en 2016 un campamento de pequeñas dimensiones, con solamente una línea de defensa. Los trabajos se llevaron a cabo mediante la ayuda de los ayuntamientos de Soraluze y Elgoibar. Martínez dirige las excavaciones del poblado de Munoaundi, entre Azkoitia y Azpeitia, de la Edad de Hierro.

«En los poblados de la Edad de Hierro de Gipuzkoa no se han encontrado signos de batalla, de destrucción. Pero eso no significa que no hubiera ataques por parte de las tropas romanas. Yo creo que sí hubo conquista, y los campamentos que hemos hallado son prueba de ello. Pero todavía nos faltan datos. Lo más lógico es que los indígenas se resistieran ante aquellas gentes que venían a cambiarles sus modos de vida», manifestó Martínez.

Los restos hallados en Karakate, en una cima que domina el valle del Deba, fueron encontrados por Martínez en unos trabajos del año 2016. Se trataría de un campamento básico de las tropas romanas, con una línea de defensa consistente en un talud de tierra y su foso. «Si hubiera sido una construcción de la Edad de Hierro, tendría estructura de piedra. En cambio, los romanos, al edificar sus campamentos, construían defensas de tierra».

El campamento de Karakate está en cuesta y la línea de defensa tiene una entrada, como es habitual en el ejército romano. A estas tropas les bastaba una defensa básica. «No necesitaban muros, lo más importante para ellos era tener al enemigo a la vista, para así utilizar enseguida su artillería y sus hondas con proyectiles de plomo», comentó el arqueólogo.

El arqueólogo cree que este campamento es de los llamados 'castra aestiva'. «Principalmente, los ejércitos romanos batallaban en verano, de ahí el nombre de ese tipo de campamentos. Eran estructuras que podían valer para pasar un noche o un mes. Los topógrafos iban en plan avanzadilla y escogían un lugar adecuado. Luego, al llegar las tropas, cada miembro del ejército ya sabía cual era su cometido a la hora de crear el campamento».

Illunzar, en Bizkaia

Otro campamento romano es el de Illunzar, en el municipio de Nabarniz, a media distancia entre Gernika y Lekeitio. Corresponde al tipo 'castra aestiva in monte' y no se ha podido establecer su cronología exacta.

«Estaba identificado desde hace mucho, desde comienzos del siglo XIX. Se pensaba que era un poblado de la Edad de Hierro, y así estaba catalogado en la Carta Arqueológica de Bizkaia, pero claramente es un campamento romano. Debería responder a la presencia, justo en frente, y a menos de un kilómetro en línea recta, del poblado de Marueleza o Arrola. Las fuentes históricas no se ponen de acuerdo sobre si en ese poblado de vivían carietes o várdulos», comentó el arqueólogo.
Antxoka Martínez presentó su teoría sobre ese recinto fortificado de Illunzar en el año 2006, en el transcurso del II Congreso de Arqueología Militar Romana en Hispania.

Ni en Karakate ni en Illunzar han aparecido vestigios que permitan datarlos con precisión. Martínez baraja la teoría de que ambos campamentos son de las primeras décadas antes de nuestra era. Estarían entre los años 49 y 44 a.C. -cuando se desarrollaron las guerras Bellum Civile y la época de las Guerras Cántabras -entre los años 29 y 19-. «Estos territorios no han sido la Cantabria histórica, y por eso no hubo batallas correspondientes a ese conflicto», precisó.

Illunzar se encuentra en una cima de 727 metros. El recinto fortificado se ajusta a la cumbre, a modo de corona, con un perímetro que bruscamente se vuelve muy pendiente. «La defensa se articula mediante terraplenes ('aggeri'), sobre los que posiblemente de levantaría una empalizada ('vallum') con anchura suficiente para poder disponer de un paso de ronda ('verma'). Es curioso cómo el diseño obvia una arista natural que facilitaría la defensa, pero que a su vez estrangularía el recinto hacia el sur dándole una planta triangular», dejó escrito Martínez en un artículo.
En ese recinto hay terraplenes de tierra, como es habitual, pero no así foso, debido a que en esa cumbre enseguida aflora la roca madre. Las puertas de acceso eran cuatro, y una de ellas del tipo 'clavicula'. Los ingenieros romanos eran extremadamente hábiles, tal como los describe el arqueólogo vizcaíno: «La 'clavicula' es un diseño de puerta a modo de cuarto de circulo, que obliga al atacante a girar a la izquierda cuando entra en el campamento, dejando al descubierto y desprotegido su flanco derecho, al llevarse el escudo en la mano izquierda».

Andagoste, en Álava

Otro yacimiento arqueológico relacionado con la actividad bélica de los romanos es el de Andagoste, en la comarca alavesa de Kuartango. Fue localizado a finales de los 90, a raíz de las obras realizadas para la traída de aguas al municipio. Se encontraron varios proyectiles de plomo para hondas en el terreno, y entonces José Antonio Ocharan decidió pasar por la zona un detector de metales y se topó con una gran cantidad de balas de plomo y tachuelas de calzado.

En este caso nos encontramos ante una fortificación a medio hacer y los signos de una gran batalla. Se ha pensado que se produjo un enfrentamiento entre los indígenas de la zona y las legiones romanas, en la década de los años 40 del primer siglo antes de Cristo, pero Antxoka Martínez tiene otra opinión: «Vista la distribución de las balas de plomo y los clavos de las sandalias, lo que allí se produjo fue una batalla entre dos facciones romanas».

Andagoste constituye uno de los vestigios más antiguos de la presencia romana en el País Vasco. Hasta la fecha se había encontrado una única bala de plomo -de las usadas con las hondas-, la que localizó José Miguel de Barandiarán; en Andagoste se encontraron 114. Tampoco se había hallado ningún clavo de caliga de tipo antiguo -anterior al 22 a. C.-, y en ese lugar de Álava se hallaron más de 600.​
Son más abundantes en Navarra
Los vestigios de campamentos romanos más espectaculares se encuentran posiblemente en Palencia, en lugares como el monte Bernorio (municipio Villarés de Valdibia) y La Loma (Santibáñez de la Peña). Ambos sitios son testigos de cuando, en el siglo I antes de Cristo, el emperador romano César Augusto comenzó su asalto definitivo a los territorios dominados por cántabros y astures.
Las llamadas Guerras Cántabras se produjeron entre los años 29 y 19 a.C. Los vestigios hallados en tierras de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra son en su mayor parte algo más antiguos, pero también del siglo I a.C.

En Navarra han aparecido más campamentos que en la Comunidad Vasca. Dos de ellos, muy cerca de Pamplona: el de Gazolaz (municipio de Zizur) y el de Zarbeta (valle de Aranguren). Ambos se detectaron mediante fotografías aéreas, en el primer caso gracias a una fotografía de Ruiz de Alda, realizada en 1927. Luego se hizo allí una plantación pinos y se destruyeron los terraplenes de las tropas romanas, pero el yacimiento ofreció una interesante colección de clavos de sandalias.
El campamento de Allide, en Ibiricu, resulta posterior a los demás, del siglo I d.C., y cuidaba un camino. Los Cascajos (Sangüesa), tenía un emplazamiento fácil de defender. Y el campamento de Fitero-Cintruénigo estaría relacionado con las guerras sertorianas, de hacia el 80 a.C.

Fuente: diariovasco.com | 5 de marzo de 2018

Las plaquetas paleolíticas de la Cova del Comte de Pedreguer se expondrán en el MARQ de Alicante

Rueda de prensa para anunciar la exposición de las plaquetas en el MARQ de Alicante.

Las plaquetas paleolíticas que salieron a la luz después de varias campañas de excavación arqueológica en la Cueva del Conde de Pedreguer (Alicante) estarán en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) a partir del mes de junio. “Estamos contentos porque Pedreguer formará parte de la importante exposición que acoge desde hace años el MARQ. Los hallazgos de la Cova del Comtee estarán en la primera sala, dedicada al arte rupestre”, ha señalado el alcalde de Pedreguer, Sergi Ferrús.

De entre los numerosos descubrimientos que han aparecido en las excavaciones en la cueva, destacan dos plaquetas. La primera de ellas, encontrada en la tercera campaña en octubre de 2015, es una piedra plana de 12 centímetros de longitud sobre la que está grabada la figura de un caballo (izquierda). Los expertos apuntan a que tiene entre 18.000 y 20.000 años de antigüedad, lo que la situaría como una de las representaciones de arte más antiguas del País Valenciano, tras las que se encontraron en el primer tercio del siglo pasado en la Cueva del Parpalló, en Gandia.

La segunda pieza, aparecida en la cuarta campaña, que tuvo lugar en octubre de 2016, tiene características similares pero dibuja siquiera la silueta de la cabeza de un caballo. En ella, el dibujo se puede ver con más claridad a simple vista, ya que el trazo está más definido. Se puede apreciar parte del frente, las orejas y la zona de la crin (abajo).


Hay también una tercera pieza de menor trascendencia con manchas de pintura, pero sin figuración. El encargado de la restauración de los tres ejemplares fue el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (Ivacor), que las limpió cuidadosamente sin hacer uso de productos químicos para evitar dañar los restos y la pintura.

En la primera línea de la investigación

“La importancia de esta cueva es que contiene sedimentación arqueológica que es susceptible de investigación. Pero, además, la presencia de plaquetas grabadas todavía le da una dimensión más”. Precisamente en las campañas realizadas se han localizado numerosos sedimentos: sílex, microfauna (como conchas de moluscos marinos, algunos con perforaciones para ser utilizados como elementos de adorno) y restos óseos de fauna. Entre los restos de animales salvajes que aparecieron destaca un diente de hiena.


Después de años de investigación se ha podido confirmar que la cueva tuvo una ocupación humana intensa. En las campañas se han sobrepasado los estratos más superficiales, que estaban removidos por el uso de la cavidad como corral durante siglos, y la penetración ha llegado a las puertas del lugar donde los expertos imaginan grandes descubrimientos. Así lo apuntan los restos que, en la zona removida y en las paredes, han ido apareciendo.

La Cova del Comte de Pedreguer es una de las pocas del País Valenciano en las que se ha encontrado arte paleolítico tanto parietal (de pared) como mueble (que puede ser transportado). Sólo seis cuevas valencianas reúnen estas características, y cuatro de ellas están en la Marina Alta. Son, además de la del Comte, la Cova Fosca de la Vall d’Ebo, la Cova Barranc de la Vall de Laguar y el Tossal de la Roca de la Vall d’Alcalà. Por lo tanto, se puede afirmar, según Boronat, que “la Cova del Comtee está en la primera línea de investigación de la prehistoria”.

Prueba de ello es que numerosos expertos nacionales e internacionales se han interesado por estos hallazgos. De hecho, Enrique Martínez, presidente de la Fundación CIRNE, reivindicó que “ya es hora de que se reconozca el arte de Pedreguer en el País Valenciano después de haber sido distinguido a nivel internacional”.

Un gran equipo

Pascual Costa ha reconocido el “gran trabajo” que ha hecho el equipo arqueológico durante más de cinco años. El equipo de CIRNE que dirige las excavaciones de la Cova del Comte está integrado por cinco arqueólogos: Josep Casabó, Juan de Dios Boronat, Joaquim Bolufer, Marco Aurelio Esquembre y Pascual Costa. Sin embargo, en el proyecto también participan el especialista en fauna Alfred Sanchis y la antropóloga Yolanda Carrión.


Precisamente Carrión, experta en estudiar los carbones, estará presente el próximo 23 de marzo en la charla que tendrá lugar en la Casa de la Cultura de Pedreguer. Explicará la última campaña y hablará específicamente de su ámbito y de los últimos avances realizados en la cueva. Hace unos meses se enviaron unas pruebas en una empresa de Miami que están pendientes de recibirse muy pronto.
Además de los expertos citados, han participado también en las capañas de excavación estudiantes del centro asociado de la UNED en Elche (José D. Navarro, José A. Cañadilla y Francisco J. Sáez), así como alumnos y voluntarios de la Universidad de Valencia (Ferran Lloret y Abel Balbastre).

Fuente: lamarinaplaza.com | 2 de marzo de 2018

Cueva Pintada atesora la mayor colección de ídolos de Canarias

Cueva Pintada (Gran Canaria)

Las entrañas de la tierra en Gáldar siguen aportando evidencias que permiten contar nuevas historias. Los resultados del último ciclo de campañas de excavación del Cabildo en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada hablan de un asentamiento vivo y cambiante cuyos habitantes, al igual que las sociedades actuales, adaptaron y remodelaron su poblado, el antiguo Agáldar, para hacer frente a las distintas necesidades y momentos históricos, según ha explicado hoy el presidente de la corporación, Antonio Morales.

Además, los trabajos sobre el terreno entre los años 2013 y 2017 han sacado a la luz un total de 9.651 nuevos registros arqueológicos -cada registro puede corresponderse con uno o más elementos-, que abarcan desde piezas prehispánicas como ídolos, pintaderas, restos de fauna marina y terrestre, semillas o burgaos decorados, a restos coloniales, como es el caso de monedas y objetos metálicos como hebillas, herraduras, candiles, llaves y hasta una campanita.

Esta labor ha supuesto una inversión, en los últimos cinco años, de algo más de 172.000 euros a través del Servicio de Patrimonio Histórico y Cultural del Cabildo y se ha traducido en 448 cajas de material arqueológico cuyo estudio, a partir de ahora en el laboratorio, abrirá una nueva etapa en el Museo y Parque Arqueológico y resultará esencial para continuar profundizando en el conocimiento de uno de los yacimientos más importantes del archipiélago.

Carmen Gloria Rodríguez, Antonio Morales Sáenz-Onrubia, Oswaldo Guerra y Carlos Ruizh en la presentación de la exposición.

Interesantes hipótesis y algunas certezas

No obstante, el intenso tabajo ya ha dejado sobre la mesa diversas hipótesis científicas novedosas e incluso alguna certeza. Entre estas últimas se cuenta el descubrimiento de un fitolito en una de las tres estructuras analizadas, la número 53. Se trata de un resto microscópico de junco mineralizado que constituye en su caso una prueba arqueológica directa en el poblado galdense del uso en entornos domésticos de objetos elaborados con fibras de esta planta, como esteras, faldellines o cestos. Se corroboran así las alusiones a este hecho que se recogen en múltiples fuentes textuales.
Esta misma estructura 53 constituye un ejemplo claro de la mutabilidad del poblado, pues se ha revelado como un conjunto que sugiere estar ante una estructura de almacenamiento -probablemente de productos básicos para la subsistencia-, y que habría sido remodelada varias veces entre los siglos X y XV, otorgándole distintos usos.

Esta estructura deparó otra sorpresa con la presencia de un recipiente cerámico completo elaborado en Portugal y diferentes elementos coloniales ligados a la industria azucarera, como los moldes empleados para la cristalización de los panes de azúcar o un machete, seguramente usado para cortar caña.

En cuanto a las otras dos estructuras sobre las que se centraron las excavaciones, se ha verificado que la número 12 fue, en su origen, una cámara rupestre condenada a partir de la primera mitad del siglo XV para levantar una casa de planta cruciforme, otra muestra de las variaciones que experimentó el poblado a lo largo de los tiempos. Y en el caso de la estructura 61, además de la interesante aparición de un muro de sillares pintados con almagre, destaca el llamativo conjunto de burgaos decorados localizados.

Para llegar a estos razonamientos, los equipos científicos se han apoyado en técnicas de última generación. Como ejemplo, en lo que se refiere a los estudios específicos, destaca la incorporación de la Micromorfología, disciplina que aporta información sobre los usos y evolución del poblado a partir del estudio de sus sedimentos. La responsable de estas aportaciones es la doctora Carolina Mallol, investigadora del Ramón y Cajal y directora del Laboratorio de Biomarcadores y Micromorfología Arqueológica de la Universidad de La Laguna.


Muestra de materiales encontrados en las últimas excavaciones en el yacimiento de Cueva Pintada.


Exposición para que la población conozca los resultados

Junto al consejero de Cultura, Carlos Ruiz, el presidente y los responsables de las excavaciones inauguraron la exposición ‘Cueva Pintada: Historias en la tierra, tierra con Historia’, una iniciativa para mostrar a la ciudadanía en la propia sede del Cabildo unos resultados que son fruto de la colaboración institucional y técnica entre la Corporación insular grancanaria y la Universidad de Castilla-La Mancha.

La muestra, integrada por una selección representativa de materiales y de paneles explicativos, permanecerá abierta hasta el 8 de marzo y se complementa con una serie de visitas guiadas dentro del programa Patrimonio Abierto y una conferencia a cargo de los directores científicos de las campañas: el profesor Jorge Onrubia de la Universidad de Castilla-La Mancha, Carmen Gloria Rodríguez Santana, directora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, y el conservador del espacio, José Ignacio Sáenz. Tendrá lugar el martes, 6 de marzo, a las 19.00 horas, con entrada libre hasta completar aforo.

Carlos Ruiz recordó también que el afloramiento de estas tres nuevas estructuras ha justificado y propiciado la ampliación en cincuenta metros de la pasarela sobre la que se desarrollan las visitas por el yacimiento de Cueva Pintada, una intervención que amplía y aporta una nueva visión al público al incluir en su itinerario una panorámica hasta ahora inédita sobre elementos estructurales y otros restos del antiguo poblado de Agáldar.

Morales agregó que, en la misma línea de esta dimensión pública y volcada de manera decidida en la ciudadanía y en la difusión de la historia de Gran Canaria, los registros que se obtienen se incorporan al Sistema de Información Arqueológica y Patrimonial, que dotará al Museo y Parque Arqueológico de un completo sistema documental y, además, de un portal web al que podrá acceder la comunidad científica y el conjunto de la población.

Asimismo, este desafío técnico ya está haciendo posible compartir la práctica y los resultados de las excavaciones arqueológicas con los públicos más diversos a través de distintas iniciativas. Una de ellas es Patrimonio Abierto, una línea que el Servicio de Patrimonio Histórico y Cultural desarrolla para acercar a la ciudadanía todas las intervenciones arqueológicas que se realizan en la isla.
Desde el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada se han diseñado, además, otros programas como un itinerario específico, ‘La arqueología en Cueva Pintada: de la excavación a la vitrina’, el taller ‘La arqueología en tus manos’ y, desde 2015, el Campus de Arqueología Cueva Pintada, en el que han participado estudiantes de las universidades canarias y de distintos centros universitarios de la Península.

Fuente: galdaraldia.es | 2 de marzo de 2018

Los huesos hallados en Areoso (Pontevedra) pertenecen a uno de los primeros "castrexos" de Galicia

Foto: Islote de Areoso (Pontevedra).

Durante los trabajos previos a la excavación de la mámoa 4 del islote Areoso, en A Illa, realizados en 2016, los arqueólogos de la empresa Tomos se llevaron una sorpresa al hallar unos restos óseos que podrían ser humanos. Los restos se encontraban en el paleosuelo, en una zona próxima a la mámoa que se abriría en el verano siguiente y que se convirtió en el objetivo de la intervención financiada por la Consellería de Cultura.

Tras analizar los restos encontrados, no solo se confirmó que se trataban de los restos de una mandíbula humana, sino que se trataba de uno de los pocos hallazgos de restos humanos de la época castrexa en Galicia, al datarse en la Edad del Hierro, con entre 2.500 y 3.000 años de antigüedad. Estos restos óseos han sido catalogados junto a los más de 1.000 fragmentos de cerámica, 200 objetos líticos, varios de metal, carbones, huesos de fauna y cerca de una centena de muestras de tierra y del contenido del cuncheiro adyacente a la mámoa.


El informe entregado por la directora de la excavación, Patricia Mañana, a la Consellería de Cultura destaca que los restos más antiguos son los del propio dolmen, datado en la época del Neolítico. Esta estructura presenta una cámara formada por ocho losas, varias de ellas rotas, con un pequeño corredor en forma de ese. En el interior de la cámara, en un estrato muy homogéneo que indicaba que permanecía intacto cuando llegaron los arqueólogos, apareció un vaso íntegro boca arriba, tal y como lo depositaron los usuarios del monumento. En él se apoyaban un par de hachas y una esfera de piedra. En ese estrato también se localizaron posibles evidencias de huesos humanos, aunque su fragilidad obligó a retirar la tierra y esos restos en un bloque compacto para ser analizados y excavados en el laboratorio.


Los arqueólogos también encontraron evidencias de que la zona fue reocupada a comienzos de la Edad del Bronce, hace más de 4.000 años, varios centenares de años después del abandono de la mámoa como enterramiento. Fueron momentos de mucha actividad en el entorno del monumento megalítico, con la formación de un cuncheiro, con restos de conchas, huesos de animales y restos de cerámica con decoración típica de la época. Entre ellos se encontraron varios "cacharros" campaniformes.



En la Edad del Bronce, constataron los arqueólogos, se removieron los restos del enterramiento original, ya que se retiraron varias losas de considerable tamaño que tapaban el acceso al interior de la cámara. Ya en época castrexa, en la Edad del Hierro, el islote seguía siendo frecuentado ya que sobre la mámoa se halló una fíbula.

Aunque los trabajos financiados por la Xunta han finalizado, diversos investigadores continúan con el estudio de los materiales que se encontraron durante las intervenciones. De hecho, continúan estudiándose en los laboratorios de las universidades que colaboraron en la intervención y no se descartan más novedades.


Fuente: farodevigo.es | 3 de marzo de 2018

Descubren la domus de un comandante de época imperial (siglo II d.C.) en Roma

Los restos de una casa romana perteneciente a un comandante de la época imperial y datados en el siglo II d.C. han sido descubiertos durante las obras del metro de Roma, donde se presentaron al público. Se trata de dos edificios, construidos en la época del emperador Adriano, que forman parte de la fortaleza militar descubierta en la primavera de 2016 en el distrito romano de Celio, explicó el superintendente especial para arqueología en Roma del Ministerio italiano de Bienes Culturales, Francesco Prosperetti.


La zona donde se produjo el descubrimiento está en los alrededores de la actual basílica de San Juan de Letrán. Denominado el gran «Campo de Marte» en la Roma antigua, fue en aquella época un «verdadero barrio militar», construido especialmente en la época de Trajano (principios del siglo II d.C.).


El nuevo hallazgo arqueológico se ubica a una profundidad de 12 metros, un nivel aproximadamente tres metros por debajo que el resto del cuartel, y fue calificado de «extraordinario» por el Ministerio. El primer edificio se configura como un área rectangular y abarca una extensión de 300 metros cuadrados, en la que están dispuestas 14 habitaciones alrededor de un patio central, antiguamente equipado con fuente y piscinas. «Creemos que se trata de la casa de un comandante, pues su decoración es rica y refinada, lo que no era propio de los soldados», dijo Prosperetti, quien calificó el estado de conservación de las estancias de «muy bueno» y dijo que se han descubierto además «pequeñísimos objetos y amuletos femeninos».

Residencia de varias personas

Con frescos naturales en las paredes y pavimento realizado en mármol blanco y pizarra gris, en forma de mosaico, se aprecian transformaciones tanto en las propias estancias como en sus revestimientos, lo que podría ser indicio de «que fue utilizada sucesivamente por varias personas como residencia», expuso el superintendente. En su última fase, además, se equipó con una escalera hacia la planta superior, probablemente un acceso a las oficinas o a los dormitorios de los soldados, lo que apoya la hipótesis de que se trataba de la residencia de un alto mando, pues un ciudadano privado en la época no podría construir su «domus» en contacto con un edificio militar. En esta línea, otra de las posibilidades barajadas es que fuese el cuartel del servicio secreto del emperador. Según adelantó Prosperetti, la idea es ahora «consolidar y reconstruir» toda la zona a fin de ponerla a disposición del público en «un pequeño museo» situado en esta misma parada de metro, dijo. Calculó que para su apertura podrán quedar «al menos 5 años», pero juzgó que una vez concluida «será la estación de metro más bonita del mundo».





















Fuente: EFE | ABC, 2 de marzo de 2018
Fotos por gentileza de roma.repubblica.it

Descubren los primeros tatuajes figurativos del mundo en momias egipcias

Imagen infrarroja de la momia masculina conocida como Hombre Gebelein A.

Él se tatuó un toro salvaje y un carnero. Ella, en cambio, se grabó sobre el brazo y hombro motivos lineales y en forma de S. El hombre y la mujer que se rindieron al arte del tatuaje vivieron hace 5.000 años, antes incluso de que el primer faraón asomara la cabeza. La piel de sus momias ha guardado recuerdo de unos tatuajes recién descubiertos que presumen de pulverizar registros históricos.

La pareja cuyos tatuajes vencieron al tiempo fue hallada junto a otras momias a finales del siglo XIX en Gebelein (las dos montañas, en árabe), una zona desértica a unos 40 kilómetros de Tebas, la actual Luxor. Desde 1901 se exhiben en las salas del Museo Británico, que en las últimas décadas ha sometido a sus esqueletos -que quedaron para la posteridad en posición fetal- a un completo examen en busca de detalles de su identidad.

"El uso de los métodos científicos más modernos, incluidos la tomografía computarizada, la datación por radiocarbono y las imágenes por infrarrojos ha transformado nuestra comprensión sobre las momias de Gebelein", reconoce Daniel Antoine (izquierda), conservador de antropología física del Museo Británico y autor de un estudio publicado este jueves en el Journal of Archaeological Science.
El descubrimiento de los tatuajes supone hallar la evidencia más antigua de tatuajes en seres humanos en África, un milenio antes de la hasta ahora considerada como pionera. La pareja estudiada, modificada de manera natural por el calor, la salinidad y la aridez del desierto, habitó el actual Egipto en un período que oscilaría entre el 3351 y el 3017 a.C. Una etapa predinástica a la que sucedió la unificación del país bajo la batuta del primer faraón.

El hombre -que, según un escáner previo, tenía entre 18 y 21 años cuando pereció por un herida de arma blanca en la espalda- es un viejo conocido del museo, en cuyas galerías se expone desde hace un siglo. Hasta ahora, uno de sus brazos lucía unas manchas oscuras sobre las que la fotografía por infrarrojos ha terminado de arrojar luz. Las manchas son, en realidad, los tatuajes de dos animales de prominentes cuernos ligeramente superpuestos.

Detalle de los tatuajes observados en su brazo derecho bajo luz infrarroja. Abajo a la derecha: la momia y los tatuajes bajo condiciones normales de iluminación.

Los expertos han identificado en sus figuras a un toro salvaje, de cola larga, y un carnero de berbería -nativo de las zonas rocosas del Sáhara y el Magreb y de cuerno curvo-. "La presencia de ambos animales es bien conocida en el arte predinástico egipcio", subraya el estudio.
Los diseños no son superficiales y se han aplicado sobre la dermis, la capa de la piel situada bajo la epidermis que representa la segunda línea de defensa contra los traumatismos. El pigmento empleado deriva del carbón, posiblemente una especie de hollín.

La mujer, en cambio, aloja en su cuerpo un sucesión de tatuajes. El hombro derecho muestra una serie de pequeños dibujos con motivos en forma de S. Más abajo, el brazo acoge motivos lineales similares a los encontrados en cerámicas de la época. En concreto, se parecen a los garabatos pintados en los objetos sostenidos por figuras humanas mientras participan en actos ceremoniales.

Detalle de los tatuajes en forma de S en la momia femenina predinástica de Gebelein.


Detalle del tatuaje en forma de palo en el brazo derecho de la mujer predinástica de Gebelein.

Una escena ritual pintada en una vasija de cerámica predinástica muestra múltiples motivos en forma de S y un hombre que sostiene una herramienta curva.

Según el estudio, podría representar un bastón usado en la danza ritual o tratarse de un símbolo de poder y estatus. "El empleo de tatuajes en el cuerpo humano tiene una historia larga y diversa en muchas culturas antiguas", comenta Antoine, que recuerda los tatuajes geométricos encontrados en la momia de Ötzi, el "hombre de hielo" de 5.300 años de antigüedad hallado en 1991 en los Alpes italianos.

Momia de Ötzi.

"Basados en la datación por radiocarbono, los tatuajes de Gebelein son contemporáneos de Ötzi (3370 - 3100 a.C.) y podrían ser considerados, por tanto, entre los más antiguos del planeta", desliza el experto. Las muestras egipcias prueban, además, la presencia de tatuajes desde época predinástica en ambos sexos.

"Al tratarse de los motivos figurativos más antiguos conocidos, nos plantean una gama de posibles usos de los tatuajes en los albores de la antigua civilización egipcia y amplían nuestra visión sobre esta práctica en la prehistoria", concluye Antoine.

Fuentes: elmundo.es | British Museum | 1 de marzo de 2018

Descubren un magnífico cementerio de 7.000 años de antigüedad bajo el Golfo de México

Las autoridades de Florida han anunciado el hallazgo "sin precedentes" de un lugar de enterramiento de 7.000 años de antigüedad bajo las aguas del Golfo de México, que, según han dicho, puede ayudar a "entender mejor" a los primeros habitantes de lo que actualmente es el territorio floridiano.

El secretario de Estado de Florida, Ken Detzner, ha afirmado en un comunicado que el yacimiento arqueológico llamado Manasota Key Offshore (MKO) está situado en la plataforma continental, aguas afuera de la costa oeste del estado, en lo que parece que fue miles de años atrás, cuando el mar no cubría la zona, una poza de agua dulce.

Desde que se informó de los primeros descubrimientos en MKO, en junio del 2016, expertos de la Junta de Investigación Arqueológica (BAR) del estado iniciaron unos trabajos que han permitido confirmar la existencia de un sitio prehistórico bajo el agua con una superficie de unos 3.000 metros cuadrados.

Cerca de Venice

Ese lugar de enterramiento estuvo situado durante el periodo Arcaico Temprano, hace unos 7.000 años, en una zona cercana a donde hoy se erige la ciudad de Venice.
"El Departamento de Estado de Florida asume muy seriamente la responsabilidad de conservar, tratar respetuosamente y dar seguridad de este lugar único y especial", ha explicado Detzner.
Según ha dicho, los arqueólogos de BAR han hecho "un trabajo increíble de documentación e investigación" que puede ayudar a "conocer y entender mejor a los pueblos originarios".

Prohibición para los submarinistas

El secretario de Estado ha subrayado que "por respeto a los individuos enterrados allí y a sus descendientes vivos", se prohíbe que submarinistas y otras personas accedan al yacimiento, que está protegido por las leyes de Florida y es controlado por representantes de las fuerzas del orden que realizan frecuentes patrullas.

El comunicado recuerda que en Florida es ilegal excavar, extraer materiales y/o restos humanos del lugar, destruir, cometer actos vandálicos o dañar lugares donde haya personas enterradas.
La investigación realizada hasta ahora muestra que durante el periodo arcaico temprano, cuando el nivel del mar era mucho más bajo que en la actualidad, la zona donde está MKO no estaba sumergida y existía una pequeña poza de agua dulce donde los antecesores de los pueblos indígenas de Florida dejaban a sus muertos.

A medida que el nivel de mar subió, aquella poza quedó cubierta por las aguas del Golfo de México, pero, a pesar de ello, la turba situada al fondo se mantuvo intacta y eso ayudó a "preservar bien" lo que había en el lugar.

Otros casos

Los lugares de enterramientos prehistóricos sumergidos son extremadamente raros y solo en Israel y Dinamarca existen algunos, según el Departamento de Estado de Florida.

Timothy Parsons, director de la División de Recursos Históricos del Departamento de Estado, ha explicado que "el yacimiento MKO es una revelación para el mundo de la arqueología".
Ryan Duggins, supervisor de arqueología submarina de BAR, ha considerado "inspirador" el haber encontrado un yacimiento sumergido bajo el Golfo de México "tan bien conservado".

En nombre del pueblo seminola, Paul Backhouse, responsable de conservación histórica tribal, manifestó su satisfacción por poder elaborar junto con otras instituciones "un plan que permita a los ancestros seguir descansando en paz y sin interferencias humanas los próximos 7.000 años".





Fuente: elperiodico.com | 1 de marzo de 2018