Hallados por casualidad dos bebés guanches en una cueva de Tenerife

Uno de los recién nacidos está semi momificado y envuelto en un fardo cosido de piel de animal, el otro está completamente esqueletizado. / FRAN PALLERO


Desde el año 1969 no se encontraban en Tenerife restos humanos aborígenes momificados. La casualidad ha permitido que, en febrero de este año, un fotógrafo y un cazador, que buscaban una araña albina, dieran con los restos de dos recién nacidos guanches en una cueva de Guía de Isora. El Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA) presentó ayer este hallazgo, que permitirá conocer más sobre la cultura guanche y, en concreto, sobre sus ritos funerarios infantiles.

La consejera de Museos del Cabildo, Amaya Conde, valoró la importancia de este hallazgo, que se presentó en el foro científico internacional Athanatos, que tuvo lugar el pasado mayo en el MUNA. “Restos de fetos o infantes en el mundo hay muy poquitos, con lo que los que hay son muy valiosos”, destacó.

Por su parte, Conrado Rodríguez Maffiotte, actual director del Instituto Canario de Bioantropología y del Museo Arqueológico de Tenerife, explicó que los restos hallados corresponden a un feto de entre 35 y 36 semanas y a otro de 9 meses que probablemente falleció al nacer, con lo que se descartan que sean gemelos pero se analizará la relación que pueda existir entre ellos a través de estudios de ADN, que también darán el sexo. Unos estudios muy complicados de realizar en un ADN tan antiguo y que esperan que arrojen resultados en unos dos o tres meses, apuntó Rodríguez Maffiotte.

El recién nacido guanche de nueve meses está semi momificado, conservando una parte importante de sus tejidos blandos, y se encuentra envuelto en un fardo cosido de piel de animal. El otro, de entre 35 y 36 semanas, está completamente esqueletizado y solo quedan pequeños fragmentos de piel. No se encontró envuelto pero se presupone que lo estuvo.
“Dado que los dos han tenido envoltura, ésto implica que ha habido un ritual de enterramiento, cosa que hasta ahora se había visto en el caso de niños de varios años pero no en restos fetales”, destacó Rodríguez Maffiotte.

Sergio Marrero y Domingo García, las dos personas que hicieron el casual hallazgo, junto con la foto de uno de los restos. / FRAN PALLERO

En la actualidad, el MUNA tiene en exposición otros dos restos infantiles guanches, pero sin cubierta y descontextualizados. En concreto, se trata de un recién nacido que llegó a través de una donación de hace más de 40 años, y de un feto “que apareció dentro de una bolsa y que venía del gabinete científico, con lo que hablamos de hace 140 años aproximadamente”.

Los restos de Guía de Isora se encontraron en un depósito funerario aborigen ubicado en el interior de un tubo volcánico, y tapados por piedras, en el malpaís de Isora. Es un extenso campo de lava, resultado de distintos episodios eruptivos ocurridos en los últimos 25.000 años. Desde el museo indicaron que se realizarán nuevas indagaciones en el sitio arqueológico para tener más información sobre las particularidades del hallazgo.

Los estudios que se están realizando sobre los restos permitirán conocer su cronología, la relación que pueda existir entre ellos a través de estudios de ADN, la acción que pudo tener el medioambiente sobre ellos y el contexto funerario del lugar. Una vez finalicen los estudios, los restos se expondrán al público en el museo y se irán rotando con los otros dos que ya están expuestos.

La concejal de Patrimonio Histórico, Josefa García, agradeció la “responsabilidad” que demostraron quienes encontraron los restos, trasladándolos al Cabildo. Recordó que se está trabajando en la creación de museos en sitios arqueológicos y centros interpretativos, para que “la arqueología la podamos tener al alcance de todos”. Por su parte, el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, calificó de “trascendental” el hallazgo, que “va a permitir nuevas líneas de investigación”.

QUIÉNES HICIERON EL HALLAZGO

Sergio Marrero, fotógrafo, y Domingo García, cazador, son las dos personas que encontraron por casualidad los restos de estos dos recién nacidos, mientras buscaban una araña albina. “Al principio pensamos que era un muñeco”, indicó Sergio Marrero, quien calificó de “impresionante” la sensación de encontrar esta aportación al patrimonio aborigen de la Isla. “No esperábamos esta repercusión”, apuntó Domingo García.

En la actualidad, el MUNA tiene en exposición otros dos restos infantiles guanches, pero sin cubierta y descontextualizados. En concreto, se trata de un recién nacido que llegó a través de una donación de hace más de 40 años, y de un feto “que apareció dentro de una bolsa y que venía del gabinete científico, con lo que hablamos de hace 140 años aproximadamente”.
Los restos de Guía de Isora se encontraron en un depósito funerario aborigen ubicado en el interior de un tubo volcánico, y tapados por piedras, en el malpaís de Isora. Es un extenso campo de lava, resultado de distintos episodios eruptivos ocurridos en los últimos 25.000 años. Desde el museo indicaron que se realizarán nuevas indagaciones en el sitio arqueológico para tener más información sobre las particularidades del hallazgo.


Fuente: diariodeavisos.elespañol.com | 5 de diciembre de 2018

Descubren en Siberia una diadema de hace 50.000 años, hecha con marfil de mamut

Una diadema de hace 50.000 años, hecha con marfil de mamut lanudo, se encontró fragmentada en la cueva Denisova, en Siberia, Federación Rusa, informó el Instituto de Arqueología y Etnografía, de la Academia de Ciencias de Rusia.

Los arqueólogos notaron signos de desgaste por el uso, y además muestra una perforación en uno de los extremos, que hace pensar en que sería usado para insertar un cordón que permitiera atar la diadema a la parte posterior de la cabeza, para fijarla, de acuerdo con The Siberian Times del 5 de diciembre.
Adicionalmente, carece de todo adorno o figura simbólica, y a juzgar por el gran tamaño se postula que haya podido ser usada por un hombre, tal como observa Alexander Fedorchenko, del Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk, Rusia.

Fragmento de la diadema encontrado.

Otra teoría argumenta que podría haber sido empleada como distintivo tribal, de modo parecido a como actualmente se usa un documento de identidad, además de sostener ordenadamente el cabello.
Cabe anotar que los especialistas asignan su elaboración a la cultura denisovana, dado que contaban con la tecnología adecuada para ello, similar a la utilizada en la fabricación de otros artefactos que ya se descubrieron antes.

Aguja hallada en la cueva de Denisova.

Anteriormente, en la misma caverna, se halló una aguja finamente labrada, un brazalete de piedra, colgantes, puntas de flechas, y muchos fragmentos de marfil de mamut lanudo, de donde se concluye que fueron fabricados en el mismo alojamiento.

Brazaletes descubiertos en el mismo lugar.

El Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk, mantiene un campamento de investigación en el área, que la explora constantemente.


Fuente: bles.com | 7 de diciembre de 2018

Los homínidos de la Sima de los Huesos se acercan cada vez más a los neandertales

El Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaba de publicar en la revista Comptes Rendus PALEVOL un trabajo de histología dental en el que se comparan por primera vez la muestra del yacimiento de la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos), con muestras dentales procedentes del yacimiento neandertal de Krapina, en Croacia, así como con diferentes poblaciones humanas actuales.

Se trata de un estudio comparativo centrado en los caninos, en el que se han incluido además algunas piezas dentales de Homo antecessor, cuyos resultados ponen de manifiesto que las poblaciones del Pleistoceno de Atapuerca ya mostraban el patrón considerado típicamente neandertal en sus volúmenes de esmalte y dentina.

“Los dientes de Sima de los Huesos presentan grandes dimensiones de dentina en su corona y su raíz, así como un esmalte delgado. Y este patrón histológico ha sido tradicionalmente considerado un rasgo distintivo de los neandertales, y ha permitido diferenciarlos tanto de otros grupos como de los humanos modernos”, afirma Cecilia García Campos (izquierda), autora principal del artículo.

Además, los resultados de este estudio podrían apoyar una aparición temprana de este rasgo dental tan característico, que se observaría ya hace 800.000 años en Homo antecessor, manteniéndose en grupos posteriores durante el Pleistoceno Medio.

Linaje neandertal

Los fósiles hallados en Sima de los Huesos fueron inicialmente considerados pertenecientes al taxón Homo heidelbergensis, una especie que pobló Europa antes que los neandertales, cuyo nombre surge de la mandíbula hallada en la localidad de Heidelberg (Alemania).

Foto: Reconstrucción de los Cráneos 9 (arriba a la izquierda), 15 (arriba a la derecha y 17 de la Sima de los Huesos. Fotografía realizada por Javier Trueba.

Sin embargo, un estudio liderado por Juan Luis Arsuaga, Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid, publicado en 2014 en la revista Science, ponía en duda esta asignación, proponiendo sacar a la población de la Sima de este taxón por las evidentes semejanzas que presentaba con Homo neanderthalensis.

Posteriormente, dos estudios genéticos de la Sima de los Huesos, publicados en la revista Nature en 2014 y 2016, reforzaban esta decisión demostrando que estos homínidos pertenecían al linaje evolutivo neandertal por su estrecha relación con los antepasados de los neandertales.

“Los resultados obtenidos de la histología dental de los individuos de la Sima de los Huesos apoyan la estrecha relación que debió existir entre los homínidos del Pleistoceno Medio de Atapuerca y los grupos neandertales posteriores que habitaron en Europa”, señala Cecilia García Campos.

Descubren herramientas achelenses sorprendentemente recientes de 190.000 años en Arabia Saudita

Hachas de mano achelenses halladas en Saffaqah, Arabia Saudita. Crédito: Palaeodeserts (Ian R. Cartwright).

Hace más de 1,5 millones de años los humanos primitivos hacían hachas de piedra en un estilo conocido como achelense, la forma más tradicional y duradera de fabricación de herramientas líticas en la prehistoria. Una nueva investigación, dirigida por el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Comisión Saudita para el Turismo y el Patrimonio Nacional, ha documentado la presencia de la tecnología achelense en la península arábiga, la cual data de hace menos de 190.000 años, lo que revela que este acehelense árabe terminó justo antes, o al mismo tiempo, que las primeras dispersiones del Homo sapiens en la región.

Se ha prestado mucha atención a la comprensión de la propagación de nuestra propia especie, Homo sapiens, primero dentro de África y luego más allá. Sin embargo, se ha prestado menos interés a los diversos grupos de parientes evolutivos que vivían en Eurasia antes de la llegada del Homo sapiens. Comprender esto es crítico, porque las características espaciales y temporales de tales grupos muestran el paisaje humano y cultural que nuestra especie encontró al salir de África.

Mapa que muestra las ubicaciones de los principales sistemas fluviales y sitios árabes anotados en el trabajo de investigación. En el recuadro superior: vista de la llanura circundante desde la parte superior del dique de andesita. Las excavaciones de la zanja 1 están a la izquierda de los jeeps.

El yacimiento más reciente del achelense en el suroeste de Asia

En un artículo publicado en Scientific Reports, un equipo internacional de investigadores, dirigido por el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Comisión Saudita para el Turismo y el Patrimonio Nacional, informa sobre las primeras dataciones obtenidas en un yacimiento achelense en el enclave de Saffaqah, situado en Arabia Saudita Central. Saffaqah es el primer yacimiento achelense estratificado que ha sido encontrado en la península arábiga y las dataciones obteidas revelan que los humanos primitivos ocuparon este lugar hasta hace al menos 190.000 años, un momento temporal sorprendentemente reciente para una región conocida por figurar entre los ejemplos más antiguos de dicha tecnología fuera de África. Por ejemplo, las dataciones documentadas para la zona de Levante proporcionan una presencia del achelense desde hace 1,5 millones de años. Inversamente, el sitio de Saffaqah presenta las herramientas achelenses más recientes encontradas en el suroeste de Asia.

Más de 500 herramientas de piedra, incluyendo hachas de mano y otros artefactos conocidos como cuchillas, fueron recuperados en los niveles de ocupación de Saffaqah. Algunas de las lascas de piedra utilizadas para fabricar estas hachas de mano se recuperaron aún descansando sobre los nódulos de piedra de los que se habían desprendido. Tales artefactos muestran que los primeros humanos que los hicieron los estaban fabricando en ese lugar.

Foto: Arqueólogos excavando en el yacimiento de Saffaqah (Arabia Saudita).

"No es sorprendente que estos primeros humanos vinieran aquí para hacer herramientas de piedra", dice la Dra. Eleanor Scerri, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad y autor principal del estudio. "El yacimiento está ubicado sobre un prominente dique de andesita que se eleva sobre la llanura circundante. El lugar fue tanto una fuente de materia prima como una ubicación privilegiada para observar un paisaje que, en ese entonces, se encontraba entre dos sistemas fluviales principales". La elección de este lugar también parece que continuó siendo atractivo para los humanos primitivos en una fecha aún más tardía que las registradas por los investigadores en su trabajo de investigación. Las capas que contienen hachas de piedra también se encuentran por encima de los densos estratos de ocupación que se dataron, lo que aumenta la posibilidad de que Saffaqah esté entre los enclaves achelenses más recientes y documentados en cualquier lugar.

La investigadora Eleanor Scerri ante un gigantesco núcleo achelense desde el cual se obtuvieron lascas para crear hachas de mano. Crédito: Palaeodeserts.

Homínidos viviendo en los márgenes habitables

Las nuevas dataciones registran, pues, la persistencia tardía del achelense en la península arábiga, y muestran también que poblaciones de homínidos aún no identificadas estaban utilizando las redes de ríos ahora extintos para dispersarse en el corazón de Arabia cuando se producían las mayores precipitaciones de lluvia en la región. Ello sugiere que estos homínidos pudieron vivir en los márgenes de las zonas habitables y aprovechar episodios de "reverdecimiento", relativamente breves, en un área generalmente árida. La dispersión de tales homínidos en el corazón de Arabia también puede ayudar a explicar la persistencia, sorprendentemente tardía, de la tecnología achelense, ya que, tal circunstancia, sugiere cierto grado de aislamiento.

"Estos homínidos eran ingeniosos e inteligentes", agrega la Dra. Scerri, "Se dispersaron a través de un paisaje desafiante utilizando una tecnología que comúnmente se cataloga como adoleciendo de cierta falta de inventiva y creatividad. Sin embargo, en lugar de percibir la tecnología achelense de esta manera, deberíamos sorprendernos por lo flexible, versátil y exitosa, que fue la misma".

Ciencia de vanguardia

Para datar los sedimentos del yacimiento de Saffaqah, los investigadores utilizaron una combinación de técnicas conocidas como métodos de luminiscencia, que incluyen un protocolo de datación por infrarrojos-radiofluorescencia (IR-RF) desarrollado recientemente para los minerales de feldespato ricos en potasio. El método se basa en la capacidad de dichos minerales para almacenar la energía inducida por la radiactividad natural y liberar esta energía en forma de luz. "La aplicación de la datación por IR-RF nos permitió obtener estimaciones sobre la antigüedad de los sedimentos que antes eran difíciles de fechar de manera fiable", explica Marine Frouin (izquierda), de la Universidad de Oxford, y miembro del equipo involucrado en el programa de datación.

Los descubrimientos realizados y los métodos empleados ya están conduciendo a nuevas investigaciones. "Una de las preguntas más importantes que tenemos es si alguno de nuestros ancestros evolutivos y parientes cercanos se encontraron con los 'Homo sapiens', y si esto pudo haber ocurrido en algún lugar de Arabia Saudita. El trabajo de campo futuro estará dedicado a comprender los intercambios culturales y biológicos de ese posible período crítico", comenta el profesor Michael Petraglia (derecha), del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y director del proyecto que llevó a cabo los hallazgos en Saffaqah.

Fuentes: phys.org | Max Planck Institute | 29 de noviembre de 2018

Identifican un anillo encontrado hace 50 años en el Herodión (Israel) como posible pertenencia de Poncio Pilato

Vistas y corte transversal del anillo que pudo haber pertenecido a Poncio Pilato (dibujo: J. Rodman; foto: C. Amit, Departamento de Fotografía de IAA, a través de la Universidad Hebrea)

Un intrigante anillo de aleación de cobre de hace 2.000 años, con la inscripción Pilatus, puede ser el segundo artefacto que demuestra la historicidad del infame Poncio Pilato. Desenterrado hace 50 años, el anillo fue pasado por alto hasta hace poco, cuando ha recibido una buena limpieza y una segunda mirada.
Pilato, un prefecto romano que gobernó la provincia romana de Judea aproximadamente entre los años 26 a 36 d.C., se menciona en varios relatos del Nuevo Testamento por haber ordenado el juicio y crucifixión de Yeshua, un predicador radical del periodo del Segundo Templo en Galilea, más comúnmente conocido como Jesús.

El anillo se encontró por primera vez entre cientos de otros artefactos en las excavaciones llevadas a cabo en 1968 y 1969 por el arqueólogo Gideon Foerster, en una sección de la tumba y palacio de Herodes, el Herodión, el cual fue usado durante la Primera Revuelta Judía (66–73 d.C). Recientemente, el actual director de la excavación, Roi Porat (izquierda), solicitó que el anillo-sello grabado se sometiera a una limpieza de laboratorio y un examen académico.

El análisis científico del mismo fue ofrecido la semana pasada en la publicación bianual Israel Exploration Journal (IEJ) por la Israel Exploration Society (IES). También se difundió a nivel popular -con conclusiones ligeramente diferentes- en el diario Haaretz bajo el título "Anillo del gobernador romano Poncio Pilato, quien crucificó a Jesús, hallado en el enclave del Herodión en Cisjordania".
El arqueólogo Porat dijo a The Times of Israel el pasado jueves que, para él, todas las explicaciones son igualmente posibles sobre quién pudo haber sido el propietario histórico del anillo de cobre.

"Era importante publicar un artículo científico cuidadoso, pero en la práctica tenemos un anillo con el nombre de Pilato y la conexión personal con el mismo simplemente grita", dijo Porat.
El análisis publicado en Israel Exploration Journal, titulado "Anillo grabado de aleación de cobre, procedente del Herodión, representa una crátera", fue escrito por un colectivo de especialistas, entre ellos el profesor emérito Shua Amorai-Stark, del departamento de Estética y Arte del Colegio Académico Kaye, y varios arqueólogos y expertos de la Universidad Hebrea de Jerusalén: Malka Hershkovitz, Gideon Foerster, quien excavó el anillo, Yakov Kalman, Rachel Chachy-Laureys y Roi Porat. Al epigrafista Leah DiSegni, también de la Universidad Hebrea, se le atribuye el descifrado de la inscripción.

La fortaleza-palacio Herodión. Cortesía de G. Foerster

Si bien no está claro cuándo exactamente se forjó el anillo, el mismo se descubrió en un jardín oriental construido en un porche de una habitación hecha con materiales secundarios. La habitación ostentaba una capa arqueológica que data de no más del año 71 d.C., la cual proporcionó "una gran cantidad de hallazgos", entre los que se incluyen una variedad de objetos de vidrio, ostracones, cerámica y tapas de barro decoradas, así como abundantes artefactos metálicos, tales como puntas de flecha de hierro y un gran número de monedas de la época de la Primera Revuelta judía, así como el anillo de aleación de cobre grabado.
En el centro de este anillo hay grabada una crátera, una vasija de vino, la cual está rodeada por diminutas letras griegas "parcialmente deformadas" en las que se deletrea Pilatus. De acuerdo con DiSegni, la dirección de la escritura es en el sentido de las agujas del reloj, y el nombre está parcialmente "alterado por un defecto" en el metal. La última letra, proporcionada por DiSegni, es una deducción fundada que convierte el nombre en un posesivo.

¿Podría este Pilatus ser el Poncio Pilato descrito en el Nuevo Testamento?

Vista del Herodión desde el lugar en que fue hallado el anillo con el nombre de 'Pilatus'. (Cortesía de G. Foerster, via Hebrew University

Una mirada mas cercana
Según los especialistas, el biselado del anillo -pues tiene un borde exterior estrecho- fue moldeado como una unidad por un artesano poco hábil. Hay evidencia de que "el molde para este anillo se grabó rápidamente, antes de verter el metal fundido, o bien el dispositivo no fue preparado por un maestro herrero", escriben los especialistas.

Los mismos dicen que el diseño en el centro del anillo tampoco fue realizado por manos expertas, y hacen referencia a un sello de arcilla -aún no publicado- que fue descubierto por el Proyecto de Criba del Monte del Templo, y que los arqueólogos han datado provisionalmente en el siglo I d.C.
Dicho sello de arcilla no publicado tiene en su centro un recipiente, el cual está rodeado de letras griegas colocadas de manera similar a las letras que se hallan en el anillo hallado en el Herodión, al tiempo que ostenta el nombre de una persona (o bien su apodo o título) del mismo modo que sucede con el anillo de cobre, según describen en el artículo del IEJ.

Cabe destacar que un motivo similar a la vasija de vino sin asas apareció en una moneda prutah de bronce que data del 67-68 d.C., los años dos y tres de la revuelta judía, y en ella se representa una ánfora con asas. Esta moneda data de la misma capa arqueológica en la que se encontró el anillo de cobre.

Según el arqueólogo Porat, los rebeldes provocaron tal desorden en el palacio Herodión que es muy posible que hubieran movido el anillo encontrado a otra parte de esta sala, pero que el descubrimiento del mismo entre los escombros no niega una conexión con Pilato. "El contexto es en realidad muy adecuado", dijo.

Sin embargo, los especialistas aducen que no hay nada en el diseño del anillo que lo haga particularmente romano o perteneciente a una élite. Escriben que durante el período del Segundo Templo, "la crátera sirvió como símbolo judío significativo en los anillos-sello". Y concluyen: "Por lo tanto, proponemos que este anillo se hizo en un taller local, quizás ubicado en Jerusalén", escriben.

Entonces, ¿de quién era el anillo?

Ecce Homo (1862) ("He aquí el hombre"), obra del pintor Antonio Ciseri que representa a Pilato presentando a Jesús ante el pueblo de Jerusalén. Wikipedia.

Hay mucho en un nombre
Mientras que el nombre Poncio era común entre los romanos durante el Segundo Templo, Pilato no lo era tanto. El único artefacto histórico aceptado que atestigua la vida del prefecto romano se basa en este apellido inusual.

La "Piedra de Pilato" (derecha) es un bloque de construcción grabado descubierto en las excavaciones de 1961 realizadas en un teatro o estadio en Cesarea Marítima. Según un artículo de Lawrence Mykytiuk, publicado en Biblical Archaelogy Review en septiembre de 2017, y titulado “Se confirman figuras políticas del Nuevo Testamento”, tal bloque pétreo se encontró boca abajo y se modificó para su uso secundario como elemento de una grada.

El mismo contiene cuatro líneas de texto, dos de las cuales dicen: "[Po]ntius Pilatus... [Pref]ect de Juda[ea]". Según Mykytiuk, la mejor datación estimada se sitúa entre el 31 y el 36 d.C. El experto escribió que "el nombre de familia 'Pontius' era común en el centro y norte de Italia durante ese tiempo, pero el nombre de 'Pilatus' era 'extremadamente raro'", citando la International Standard Bible Encyclopedia.

"Debido a la rareza del nombre 'Pilatus', que aparece en su totalidad, y debido a que solo un 'Pontius Pilatus' fue el gobernador romano de Judea, esta identificación debe considerarse completamente segura", escribe Mykytiuk.

Esta certeza de que el nombre Pilato solo puede referirse al prefecto romano no parece ser tan completa en el caso de los eruditos que han examinado el anillo de aleación de cobre. El nombre se deriva del latín pilum (armado con jabalina) y es un cognomen romano, una especie de apodo adicional dado a los ciudadanos romanos que se transmite de forma patrilineal. Sin embargo, no existe ninguna otra evidencia del nombre en la provincia de Judea antes y durante el gobierno de Pilato.

Para los especialistas, el hombre descrito en textos históricos como "Antiguedades judías" y "La guerra de los judíos", de Flavio Josefo; "Anales", de Tácito; "Embajada a Gaius", de Philo de Alejandría, y en el "Nuevo Testamento", no habría usado un anillo tan simple.

Vista del año 2010 de una zona de la fortaleza-palacio Herodión. (Abir Sultan / FLASH90)

"Los anillos simples de metal, como el anillo hallado en el Herodión, eran principalmente propiedad de soldados, oficiales herodianos y romanos, y personas de ingresos medios de todos los oficios y ocupaciones. Por lo tanto, es poco probable que Poncio Pilato, el poderoso y rico prefecto de Judea, haya usado un pobre anillo-sello hecho completamente de aleación de cobre", afirman los expertos.

En cuanto a quién podía pertenecer realmente el anillo, los especialistas ofrecen algunas sugerencias, entre ellas otros hombres del período romano temprano llamados Pilatus. También es posible que el nombre pueda referirse a aquellos que estaban bajo el mando de Pilato, es decir, un miembro de su familia "o alguno de sus esclavos liberados", escriben.

"Es concebible que este anillo, procedente de un sitio real judío, pudiera haber pertenecido a un individuo local, ya fuera un judío, un romano u otro patrón pagano con el nombre de 'Pilatus'", sostienen los especialistas.

Ellos concluyen que no pertenecía al prefecto romano en cuestión.

Ahora bien, Porat ofrece otra posibilidad. ¿Qué pasaría si, tal vez, Pilato hubiera tenido un anillo de oro para tareas ceremoniales y un simple anillo de cobre para el uso diario?
"No hay manera de probar ninguna de las dos teorías al cien por cien y cada uno puede tener su propia opinión", dijo Porat. En cualquier caso, "es una bonita e interesante historia para que te ronde por la cabeza".

Fuente: timesofisrael.com | 29 de noviembre de 2018

Los primeros humanos que conquistaron el techo del mundo

Excavaciones en el sitio de Nwya Devu en el Tíbet central, China.

En las alturas de la meseta tibetana, a 4.600 metros de altitud, se encuentra Nwya Devu, el yacimiento paleolítico situado a mayor altitud, descubierto en 2013 durante las investigaciones arqueológicas en la región del Changtang al norte del Tibet, en China.

La revista Science publica esta semana los últimos resultados del análisis de los restos hallados durante las excavaciones arqueológicas, que revelan nuevos datos sobre la edad y el modo de vida de los primeros humanos en alcanzar las alturas del techo del mundo.
Hasta ahora, anteriores estudios habían situado la aparición de los primeros tibetanos en hace unos 11.000 años. Sin embargo, el nuevo análisis data los restos encontrados en la exploración entre 40.000 y los 30.000 años de antigüedad, durante el Pleistoceno.

Cerca del sitio arqueológico de Nwya Devu en la meseta tibetana. John Olsen

“Hemos demostrado que el humano consiguió llegar antes a la meseta tibetana que a la cordillera andina, batiendo así un nuevo récord en la conquista prehistórica por los entornos de gran altitud”, asegura Xiaoling Zhang, investigador principal del estudio y científico en el Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de las Ciencias.
Además, los restos encontrados por Zhang y su equipo también detallan algunas de las costumbres de estos primeros colonizadores. “Entre ellos, encontramos una amplia gama de artefactos de piedra, incluyendo cuchillas líticas avanzadas, que sugieren que el lugar fue utilizado como un taller de fabricación de herramientas”, señala el grupo de autores.

Por otro lado, los utensilios encontrados se asemejan a tecnologías halladas en yacimientos arqueológicos de Siberia y Mongolia, que datan también del periodo Paleolítico Superior Temprano. En este sentido, los expertos plantean la posibilidad de que ya hubiese interacciones entre los primeros humanos del Tibet y Siberia, hace al menos 40.000 años.

Artefactos líticos hallados en Nwya Devu / Xing Gao

Aclimatación a la falta de aire

La temprana colonización de las elevadas zonas de Bután, China, India y Nepal siempre ha resultado un tema de interés para la comunidad científica, pues supone un gran esfuerzo para el ser humano adaptarse a tales condiciones ambientales.

Es sabido que al superar los 2.100 metros de altura, el cuerpo humano se expone a un ambiente con cambios de temperatura, humedad y presión extremos. Uno de los mayores efectos de este entorno es el estado de hipoxia, que reduce la cantidad de oxígeno en sangre, creando una deficiencia en el metabolismo.


No obstante, se ha observado en las poblaciones tibetanas actuales ligeras variaciones genéticas que determinan una adaptación específica a la exposición constante de estas condiciones. Estas comunidades poseen una proporción mayor de una región del gen ESPA1, asociada a una mejora en la producción de glóbulos rojos y el transporte del oxígeno.

Este particularidad también se ha observado en antiguas comunidades de denisovanos, una especie de Homo que habitó en Siberia durante la prehistoria. Según Zhang y su equipo, “esta coincidencia nos hace pensar que las relaciones que tuvieron lugar hace más de 30.000 años entre las comunidades de denisovanos y humanos modernos permitieron que estos primeros hombres colonizaran la meseta tibetana”.

Fuentes: agenciasinc.es | english.ivvp.cas.cn | newscientist 29 de noviembre de 2018