Sale a la luz el pasado romano de Tortosa (Tarragona)

Tortosa mostrará pronto su esplendoroso pasado a través de una estructura ubicada en la Plaza de la Catedral. (Ayuntamiento de Tortosa)

Tortosa (Tarragona) reivindicará su esplendoroso pasado romano a través de un centro interpretativo en la Plaça de la Catedral. Esta estructura mostrará los principales restos de una ciudad que tuvo su papel estratégico en la época romana, como eje comunicativo de la Hispania Citerior Tarraconensis hasta el siglo III d.C.

Hasta ahora en el libro del pasado de la capital de Terres de l’Ebre sobresalían los capítulos dedicados a la ocupación árabe a partir del siglo VIII o el auge económico del Renacimiento, una etapa que la localidad rememora con una fiesta de recreación histórica que se celebra cada verano. Los descubrimientos más recientes de los arqueólogos han permitido localizar ahora restos de la muralla que se construyó en la época de la dominación romana, cuando la capital del Baix Ebre era conocida como Dertosa.

En un primer momento existía poca información arqueológica sobre la Dertosa romana, aunque se sabía de su importancia estratégica. Destacan el hallazgo de estructuras monumentales del siglo I d.C. que muestran el centro económico y religioso de la ciudad romana, así como los restos de una basílica y de parte de la plaza monumental asociada al antiguo Foro y un fragmento de una parte de la muralla construida en el sigo III d.C. en la Plaça de la Catedral.


El hallazgo cuenta con estructuras monumentales del siglo I dC que muestran el centro económico y religioso de la ciudad romana. (GRESEPIA)

“Hace mucho tiempo que buscábamos los restos de la muralla de la antigua 'Dertosa' y con este descubrimiento podemos decir que los hemos encontrado”, explica el coordinador de las excavaciones y miembro del Grup de Recerca Seminari de Protohistòria i Arqueología (GRESEPIA) de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Jordi Diloli.

No duda en calificar los últimos hallazgos como “un descubrimiento importante, que certifica la importancia de Tortosa en la época romana, de la que hasta ahora teníamos noticia, pero no habíamos demostrado”.

La alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé, y el arqueólogo Jordi Diloli mostrando algunos de los detalles del proyecto. (Ayuntamiento de Tortosa)

Elevada categoría jurídica. Los ciudadanos de Dertosa podían participar en las elecciones de Roma

El hallazgo es un punto y aparte en un largo proceso de años de excavaciones, que permite visualizar la importancia ancestral del municipio como enclave estratégico. De hecho, Dilioli detalla que se conocía que "la antigua 'Dertosa' contaba con una elevada categoría jurídica en época romana, y que sus ciudadanos podían participar en las elecciones de Roma, ya que así lo atestiguan los restos numismáticos”.

“'Dertosa' era, desde Tarraco, la puerta de entrada hacia la parte inferior de la península y hacia el interior, ya que las comunicaciones con otras ciudades importantes como Caesar Augusta, la actual Zaragoza, se hacían a través del Ebre”, explica Diloli, que reafirma la importancia del río a través de los siglos para configurar el carácter propio de Tortosa.

“La importancia de la navegación fluvial como eje comunicativo y del transporte de mercancías justificarían que el centro monumental de la antigua ciudad romana se encontrara tan próximo al río”, añade Diloli. En ese sentido, apunta que aunque el proyecto de encontrar el pasado romano de Tortosa nace en 2004, no es hasta el 2016 cuando el equipo de arqueólogos empiezan a trabajar en el área próxima a la Catedral donde se han encontrado los restos monumentales de Dertosa.


Los restos reafirman la importancia del Ebre como eje estratégico de la ciudad desde hace miles de años. (GRESEPIA)

“Habíamos empezado a excavar en otras zonas, sin encontrar la muralla y sabíamos que debíamos encontrarla en alguna parte, hasta que surgió en este punto”, prosigue el coordinador de las excavaciones, que avanza que una vez el proyecto finalice mostrará el pasado de la ciudad a escasos metros del río.

Restos visitables. Un proyecto para viajar en el tiempo

El proyecto de construcción de la plaza que se ha empezado a construir enfrente de la catedral prevé hacer visitables los restos que evidencian la importancia histórica de Dertosa para convertirlos en un activo turístico y cultural de primera magnitud.
Por este motivo, el Consistorio anunció, ya en 2018, que había escogido un proyecto de Olga Felip y Josep Camps para museizar la zona de la plaza que conecta con el paso del río. Esta iniciativa se financiará a través de la ayuda de 1,8 millones de euros proveniente de los fondos FEDER y permitirá, según fuentes municipales, “completar la construcción de la plaza y dignificar el valor del hallazgo arqueológico”.


El equipo de arqueólogos trabajaba desde hacía tiempo con el fin de encontrar la muralla de la antigua ciudad de Dertosa. (Gresepia)

Pese a que pronto se podrá visitar este conjunto monumental, la búsqueda de Dertosa no ha finalizado. Diloli asegura que "su objetivo es seguir excavando hasta encontrar más restos de Dertosa y de la Tortosa medieval y moderna”.

De momento surgen nuevos frentes abiertos a la investigación, ya que las actuaciones arqueológicas realizadas recientemente en la Avinguda Josep Pedrell han permitido descubrir la fachada fluvial de Tortosa durante los siglos XIV-XV. Otra vía que abre nuevos proyectos para mirar al pasado con los ojos del presente.

Fuente: lavanguardia.com | 14 de junio de 2019

Las únicas minas de esmeraldas del Imperio Romano pudieron ser de propiedad privada

Edificación estudiada (Large Temple) por el equipo Sikait Projet en Egipto - Sikait Project

Las únicas minas de esmeraldas del Imperio Romano, situadas en el Alto Egipto, pudieron ser de propiedad privada, según la investigación liderada por el Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y dirigida por el profesor Joan Oller.

El equipo de investigadores de la UAB ha identificado una entrada a las minas en unas construcciones en el yacimiento de Sikait, próximo a la ciudad portuaria de Berenike, en el desierto oriental egipcio. El emplazamiento se encuentra en un valle seco de una zona montañosa, con viviendas junto al cauce del río y edificaciones en las laderas del valle.

Hasta ahora estos edificios de las laderas se habían identificado como viviendas, pero con los datos recogidos a lo largo de la campaña arqueológica de 2018, que ahora se publican en la revista Nilus, los arqueólogos creen que «es muy probable que fueran en realidad las entradas a una serie de minas de carácter privado», indica la UAB en una nota.

Los investigadores del proyecto Sikait Project en el yacimiento arqueológico - UAB

Durante el estudio de uno de los edificios, que identifican como Six Windows Building, los investigadores se dieron cuenta de que formaba parte de un complejo para la extracción de esmeraldas, con espacios de descanso, vestuarios y avituallamiento. Allí encontraron monedas, un recipiente cerámico relleno de fruta desecada y también elementos militares que podrían pertenecer a los soldados que custodiaban estas entradas.

Los arqueólogos excavaron en lo que parecía un armario o un nicho en la pared apoyada en la roca y descubrieron que se trataba de la boca de una mina que se introducía en forma de galería. «Al cabo de aproximadamente medio metro, la galería se transformaba en un pequeño pozo vertical de acceso a las vetas de mineral», según explican. El hallazgo de abundantes fragmentos y restos de berilio en la habitación confirman esta propuesta.

La excavación del complejo alrededor del “Six Windows Building” ha transformado totalmente la forma de concebir el proceso de extracción de las esmeraldas en este tipo de asentamientos, documentando una boca de mina en el interior de lo que previamente se identificaba como un ámbito doméstico – Sikait Project.

El yacimiento de esmeraldas, una variante verde del mineral de berilio, estaba probablemente vinculado a la ciudad de Berenike, fundada por Ptolomeo II en el siglo III a.C., y fue ocupado en época romana entre los siglos I y VI d.C.

«El hecho de que no haya textos en esta zona multiplica la importancia de estos hallazgos, ya que dan mucha información de cómo se vivía en aquella época», afirma el coordinador de la investigación, Joan Oller (izquierda). De hecho, «el modelo económico que inferimos es diferente al esperado en este área, ya que se trata de minas protegidas que podrían ser de propiedad privada, mientras en el imperio había muchas minas y canteras de titularidad pública».

El hecho de que fuera un espacio cerrado y la posible presencia de militares, «indicaría que no sería una explotación minera abierta, sino que existirían concesiones mineras privadas donde familias o grupos determinados podrían explotar una veta de berilio concreta. Si esta hipótesis se pudiera confirmar, esto podría variar radicalmente la visión sobre este asentamiento, ya que las estructuras situadas en la ladera rocosa de la montaña podrían estar vinculadas con la explotación minera de berilio y no con las áreas residenciales, que se concentrarían en el nivel del suelo del valle», explica Oller.

El 'Administration Building' de Sikait (Sikait Project)

El complejo arqueológico cuenta con entre 150 y 200 estructuras documentadas. Los investigadores también han observado que uno de los edificios de la población, una imponente construcción situada en una terraza que parecía de uso administrativo, era en realidad un templo. «Su estructura, su posición preeminente y los materiales recuperados con una clara vinculación ritual, como estatuillas, pebeteros, vidrio de mosaico, deposiciones monetarias y una plaquita con iconografía posiblemente copta» hacen pensar al profesor Joan Oller que «en realidad no estamos ante un edificio administrativo, sino más bien ante un templo».


Imagen del campamento del Sikait Project durante la campaña de 2018.

El proyecto arqueológico Sikait Project trabaja en el Desierto Oriental egipcio. Hizo la primera campaña en 2018 con financiación de la Fundación Palarq y el último mes de enero de 2019 llevó a cabo una segunda campaña. El interés principal es la zona del Parque Nacional de Wadi Gemal, donde están los únicos yacimientos arqueológicos de época romana dedicados a la explotación de esmeraldas. Cuenta con la participación de las universidades de Delaware (EE.UU.) y de Varsovia (Polonia) y con el apoyo del Ministerio de Antigüedades egipcio.

Fuentes: abc.es | fundacionpalarq.com | 13 de junio de 2019

Las primeras islas artificiales no fueron las de Dubái, fueron las del Neolítico en Escocia

El ‘crannog’ de Loch Bhorgastail incluyía una carretera de piedra (Antiquity / F. Sturt / C. Murray)

Islas artificiales construidas en lagos y en las entradas del mar. No, no estamos hablando de las famosas World Islands o las mundialmente conocidas Palm Islands de los Emiratos Árabes Unidos. Nos referimos a islotes mucho más antiguos, ubicados en las Hébridas Exteriores escocesas y que se remontan al Neolítico.

Los arqueólogos creían que los crannogs de Escocia habían sido construidos durante un periodo de 2.500 años situado entre la Edad de Hierro y el periodo post medieval. Pero unos descubrimientos recientes han situado el origen de estas islas construidas por humanos entre el 3.640 y el 3.360 antes de Cristo, según el estudio publicado en el número de junio de la revista Antiquity .

“Estos 'crannogs' aparentemente representan un nuevo tipo de sitio ritual para el Neolítico europeo. Son construcciones arquitectónicas masivas, hechas en piedra, 500 años más antiguas que Stonehenge o el famoso complejo de círculos de piedra en Calanais. No son asentamientos, pero se habrían levantado para crear un lugar especial, en medio del agua, donde la gente podría llevar a cabo rituales, incluidos festines y posiblemente incluso sepultar a sus muertos. Es notable el hecho de que son arquitectónicamente muy similares a las tumbas contemporáneas”, explica a La Vanguardia Duncan Garrow (izquierda), autor principal del estudio.

Este cambio de miles de años en la línea del tiempo de estos islotes artificiales comenzó a gestarse en 2012, cuando un hombre llamado Chris Murray, residente en la isla de Lewis, decidió explorar el lecho del lago alrededor de una de esas islas (Eilean Domhnuill) y se topó con un descubrimiento asombroso: un alijo de cerámica neolítica (hasta 22.000 tiestos) extraordinariamente bien conservada.
Una de las vasijas de cerámica neolítica recuperada en Loch Arnish en 2012 (Antiquity)

Murray contactó con Mark Elliot, que por aquel entonces era el oficial de conservación del Museum nan Eilean de Stornoway. Ambos iniciaron una búsqueda que les permitió encontrar restos parecidos alrededor de otros cinco crannogs de Lewis. Investigaciones posteriores han determinado que hay evidencias concluyentes de la construcción de islotes artificiales en las Hébridas Exteriores durante el Neolítico.

“Conocíamos los ’sitios lacustres’ neolíticos en la Europa alpina (y más allá, en el centro/sur del continente), pero estos nuevos crannogsen el lejano oeste de Escocia representan una extensión significativa de su distribución geográfica en las extremidades noroccidentales europeas, en un paisaje muy diferente y en un medio ambiente ‘extremo’”, afirma Garrow.

Vista aérea del Loch Langabhat (Antiquity).

Estas islas artificiales representan, asumen los investigadores, un esfuerzo monumental realizado hace miles de años acumulando rocas en el lecho del lago y, en el caso de Loch Bhorgastail, incluyendo incluso la construcción de una calzada de piedra. En los distintos lagos han aparecido también cantidades sustanciales de recipientes de cerámica.

Los grandes tamaños de estos fragmentos sugieren que “algunas, y posiblemente todas, estas vasijas estaban completas cuando ingresaron al agua”, lo que indicaría que fueron depositados como parte de algún tipo de ritual. Los sitios de la isla de Lewis se pueden catalogar incluso de monumentales, por el trabajo que llevó construirlos y porque “su entorno acuoso creaba una separación de la vida cotidiana”.

Aunque la construcción de crannogs era una práctica generalizada en las Hébridas Exteriores durante el Neolítico, también son comunes en el resto de Escocia e Irlanda. Aún así, solo el 20% de estos islotes artificiales han sido datados.

Los arqueólogos recuperan un gran fragmento de cerámica neolítica de las Hébridas del Loch Langabhat en 2017 (Antiquity)

Los estudios recientes que han evaluado la función original de los crannogs "han sugerido que podrían haber sido lugares especiales asociados con reuniones sociales, fiestas ritualizadas y comensales (comer juntos)", dice el estudio.

“Su construcción habría requerido una gran inversión de mano de obra y probablemente se mantuvieron en lugares importantes durante mucho tiempo. Esos islotes pueden haber representado símbolos sustanciales para las comunidades que los hicieron", escribe el Dr. Garrow.

El crannog de Eilean Dòmhnuill en la isla de North Uist (Richard Law)


Fuentes: lavanguardia.com |independent.co.uk | 12 de junio de 2019

Así es la monstruosa cabeza de un lobo gigante de hace 40.000 años hallado en Yakutia (Siberia)

La cabeza del lobo del Pleistoceno mide 40 cm de largo, por lo que la mitad de la longitud del cuerpo de un lobo moderno varía de 66 a 86 cm. Foto: Albert Protopopov

El verano pasado, un hombre que paseaba cerca del río Tirekhtyakh, en la República de Sajá-Yakutia (un territorio que limita al norte con el océano Ártico) se encontró con algo sorprendente: la cabeza perfectamente conservada de un lobo gigante, de unos 40 centímetros de largo, datada hace unos 40.000 años, durante el Pleistonceno.

No es la primera vez que el deshielo del permafrost (la capa de suelo permanentemente congelado que se halla en regiones glaciares como la tundra siberiana) depara descubrimientos de este tipo, como mamuts lanudos, gusanos prehistóricos o el reciente hallazgo de un potro con sangre líquida en las venas de hace 42.000 años. Pero la cabeza de lobo descubierta en 2018 tiene una característica muy particular: al parecer, conserva intacto su cerebro.

Un hombre local, llamado Pavel Efimov, lo encontró en el verano de 2018 en la orilla del río Tirekhtyakh, afluente de Indigirka.

El estudio preliminar de la cabeza ha sido llevado a cabo por un equipo japonés y un grupo de expertos de la Academia de Ciencias de la República de Sajá. Posteriormente su ADN será analizado en el Museo de Historia Natural de Suecis, en Estocolmo. El hallazgo se ha dado a conocer en el contexto de una exposición científica titulada The Mammoth (el mamut), organizada en Tokio sobre criaturas congeladas de la Edad de Hielo.


Una cabeza separada del cuerpo

Albert Protopopov, de la Academia de Ciencias de la República de Sajá, ha afirmado que se trata de un descubrimiento único puesto que a pesar de que es bastante común descubrir restos de lobos congelados en el permafrost –recientemente se descubrieron varios cachorros– es la primera vez que se encuentran los restos de un lobo con la cabeza tan grande y con todos sus tejidos preservados (pelaje, colmillos, piel y cerebro). De este modo, se podrá comparar su ADN con el de los lobos modernos para comprender la evolución de la especie y también para reconstruir su apariencia.


Lo que ya han revelado los primeros estudios es que se trata de un lobo adulto, que murió cuando tenía entre dos y cuatro años. Pero lo que resulta una incógnita es porqué sólo ha aparecido la cabeza y cómo fue separada del resto del cuerpo.


Otro de los proyectos de investigación que se están desarrollando es el análisis de un cachorro de león de las cavernas, que se cree que es una hembra que pudo morir al poco de nacer. El animal, apodado Spartak, mide unos 40 centímetros de largo y pesa 800 gramos. Su magnífico estado de conservación ofrece asimismo una oportunidad única para estudiar y conocer mejor esta especie que pobló Europa durante la Edad de Hielo.

El cachorro de león cueva llamado Spartak, hallado en 2017, mide unos 40 cm de largo y pesa unos 800 gramos. Fotos: Los tiempos de Siberia, YSIA

Fuentes: nationalgeographic.com |siberoantimes.com | 13 de junio de 2019

Los enigmáticos pueblos perdidos debajo del Mar del Norte

Áreas de exploración llevadas a cabo por el equipo científico en la zona de Doggerland.

Un grupo de expertos marinos se unió a los arqueólogos en una expedición sin precedentes para encontrar asentamientos prehistóricos perdidos en el Brown Bank. El viaje a bordo del buque de investigación belga tenía como objetivo reconstruir la historia del Cuaternario (que abarca los últimos 500.000 años) y la ocupación humana de esta zona ubicada al sur del Mar del Norte y conocida como Doggerland.

Esa masa de tierra, actualmente sumergida bajo el agua, conectaba Gran Bretaña con el continente europeo y Escandinavia durante y después de la última Edad de Hielo, manteniéndose emergida hasta hace alrededor de 8 y 10.000 años. Los historiadores creen que esta zona de tierra seca era un hábitat especialmente rico en asentamientos humanos.

La misión, vinculada al proyecto Lost Frontiers de la Universidad de Bradford, pretende mapear el paisaje prehistórico del Mar del Norte y hallar los restos de estos pueblos antiguos. Las primeras investigaciones, que comenzaron en 2018, han detectado miles de kilómetros de llanuras, colinas, marismas y valles fluviales, pero la evidencia de la actividad humana ha sido hasta ahora difícil de encontrar.

Dos vistas de herramientas de pedernal encontradas en el lecho marino a una profundidad de 32 metros.

Los arqueólogos han sospechado durante mucho tiempo que la llanura del sur del Mar del Norte, justo en el corazón de Doggerland, habría sido el hogar de miles de personas. Los hallazgos casuales de las últimas décadas realizados por barcos que practican la pesca de arrastre apoyan esta teoría.

Se ha encontrado, por ejemplo, huesos trabajados, piedras y restos humanos dentro del área alrededor del Brown Bank, una cresta de arena alargada de 30 kilómetros de largo situada aproximadamente 100 km al este de la ciudad Great Yarmouth y 80 km al oeste de la costa de los Países Bajos. Cantidades de material que sugieren la presencia de un asentamiento prehistórico.

“Este es un proyecto muy emocionante en el que participar”, dijo el geoarqueólogo Martin Bates (izquierda), de la Universidad de Gales – Trinity Saint David en un comunicado. “Nuestro trabajo es examinar todos los núcleos que se han perforado en los fondos marinos y reconstruir la geología del entorno cambiante en los últimos 100.000 años. A partir de esta información, podemos señalar lugares probables en o debajo del lecho marino que podría tener evidencia de la actividad de nuestros antepasados ​​que vivieron en este paisaje ahora perdido”, dijo.

En 2018, los equipos del Instituto de Infantería de Marina de Flandes, las Universidades de Bradford y Gante y el Servicio Geológico de los Países Bajos se unieron para llevar a cabo estudios geofísicos y geotécnicos detallados de la zona para identificar las superficies prehistóricas y extraer sedimentos de aguas poco profundas para buscar evidencias del pasado.

En el área probablemente alguna vez hubo una confluencia principal de un sistema fluvial que proporcionó un camino de drenaje al área cuando los casquetes de hielo se derritieron después de la última era de hielo. Se cree que una segunda área ha sido un valle prehistórico del río, mientras que la última región, conocida como Brown Bank, está formada por una cresta de arena de 30 kilómetros.

Ruta del barco RV Belgica que muestra las áreas de estudio realizadas (Datos de mapas © 2019 Google y VLIZ / Lost Frontiers).



La expedición de este año ha utilizado tecnología de sonar para obtener imágenes del fondo con la mayor resolución posible. El equipo ha aprovechado también para visitar una zona conocida como el “Río del Sur”, un importante valle prehistórico que fluye a través de un promontorio sumergido en la costa de Anglia Oriental (al este de Inglaterra).

El río del Sur que muestra una imagen del valle (A) y líneas de reconocimiento sobre el valle (B) (© Lost Frontiers / VLIZ)

Los investigadores esperan obtener datos significativos para descubrir los asentamientos prehistóricos en el Brown Bank que datan del período Mesolítico. Esto permitiría regresar para recuperar grandes volúmenes de sedimentos de esas superficies y averiguar qué pruebas pueden contener de antiguos pueblos humanos.

El doctor Maikel De Clercq, de la Universidad de Gante, apunta en un comunicado que "los datos de 2018 revelaron la presencia de paisajes ahogados relacionados con la edad de hielo (como valles), así como intervalos climáticos más templados (por ejemplo, líneas costeras). Vincular estos paisajes con patrones de migración humana sería el apogeo de este proyecto”.

Fuentes: lavanguardia.com | lr21.com.uy | bbc.com | 13 de junio de 2019

Descubren restos de 'cannabis' en un cementerio chino de hace 2.500 años

La excavación de la tumba M12, en la que se encontró el brasero para quemar canabis. En la foto, el brasero se puede ver en el borde inferior central del círculo central - Xinhua Wu

El cannabis es una de las drogas psicoactivas más populares del mundo. Siempre rodeado de polémica por su cambiante legislación en Europa y América (su venta, consumo y cultivo están prohibidos en España, con excepciones de índole medicinal), poco se sabe sobre cuándo y dónde comenzó a ser utilizado por sus propiedades para alterar la mente. Muchos historiadores han creído que esa «primera calada» de la humanidad se produjo en las antiguas estepas de Asia Central con la única evidencia de un pasaje escrito por el griego Heródoto a finales del último milenio a.C. Pero la hipótesis nunca pudo ser demostrada de forma fiable. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha descubierto una de las primeras pruebas arqueológicas del enganche a la marihuana. Ocurrió hace 2.500 años en China. Y fue en un funeral.

Los científicos encontraron restos de cannabis conservados en quemadores de incienso funerarios de 2.500 años de antigüedad en el cementerio de Jirzankal, en las regiones montañosas de Pamir, en el este de China. Según publican en la revista Science Advances, los habitantes del lugar seleccionaban las plantas con los niveles más altos de agentes psicoactivos y las fumaban como parte de los rituales mortuorios. Quizás de esa forma conseguían comunicarse con los muertos o ahondar en su lado más espiritual.

Ubicación del cementerio de Jirzankal. (A) Mapa de Eurasia que muestra la ubicación de la meseta de Pamir y los sitios mencionados en el estudio. (B) Mapa topográfico de la meseta de Pamir y ubicación del cementerio de Jirzankal.

El más potente

El equipo exhumó diez antiguos braseros de madera que contenían piedras con huellas de quemaduras obvias de ocho de las tumbas del cementerio. Con la sospecha de que podían tener una función ritual específica, los analizaron con un sofisticado método de cromatografía de gases-espectrometría de masas. Para su sorpresa, la firma química de los compuestos de los quemadores coincidía exactamente con la del cannabis. Además, indicaba un nivel más alto detetrahidrocannabinol (THC) que el que normalmente se encuentra en las plantas de cannabis silvestre.

El cannabis se ha cultivado en el este de Asia por sus semillas aceitosas y su fibra al menos desde el año 4000 a.C. Sin embargo, esas variedades tempranas, así como la mayoría de las poblaciones silvestres, tenían niveles bajos de THC, el agente psicoactivo más potente de la planta, y de otros compuestos cannabinoides con propiedades psicoactivas. Es decir, que no «colocaba» mucho. Sin embargo, las variedades de los quemadores eran muy fuertes. Es posible que esos antiguos pobladores las cultivaran de forma activa, pero también que simplemente las buscaran en las regiones montañosas, donde crecían con altas dosis de THC en respuesta al aumento de la radiación UV y otros factores relacionados con la altitud.

Braseros arqueológicos de madera del cementerio de Jirzankal. (A) Vista en planta de la zona B del cementerio Jirzankal, (B) vista aérea de la zona B y (C) 10 braseros de madera excavados en el cementerio. Los puntos rojos en (A) se refieren a las tumbas que contienen braseros de madera; el brasero M49: 2 se excavó en la zona D. Crédito de foto: X. Wu (Instituto de Arqueología, Academia China de Ciencias Sociales).

Hablar con los muertos

Mientras que el cannabis moderno se usa principalmente como una droga recreativa o para aplicaciones médicas, en el pasado su uso pudo haber sido bastante diferente. La evidencia de Jirzankal sugiere que lo empleaban en rituales funerarios en los que podrían intentar comunicarse con el mundo divino o con sus parientes fallecidos, enterrados en tumbas sobre las que creaban montículos circulares, anillos de piedra y patrones de rayas con piedras blancas y negras.

No está claro si el cannabis también tuvo otros usos en la antigua China, aunque parece probable que la capacidad de la planta para tratar una variedad de enfermedades y síntomas fuera reconocida desde el principio. Como observa Robert Spengler (izquierda), arqueobotánico del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia en Berlín, «las perspectivas modernas sobre el 'cannabis' varían enormemente entre las culturas, pero está claro que la planta tiene una larga historia de uso medicinal, ritual y recreativo, durante incontables milenios».

Los hallazgos corroboran otras evidencias tempranas de cannabis de enterramientos más al norte, en la región china de Xinjiang y en las montañas de Altai en Rusia. Como señala Nicole Boivin (derecha), directora del centro del Max Planck, «los hallazgos respaldan la idea de que las plantas de 'cannabis' se utilizaron por primera vez por sus compuestos psicoactivos en las regiones montañosas del este de Asia Central, y luego se extendieron a otras regiones del mundo».

Ruta de la Seda

Según los autores, estos datos concuerdan con la idea de que los puertos de montaña de gran altitud de Asia Central y Oriental desempeñaron un papel clave en los primeros intercambios comerciales de Eurasia. De hecho, la región de Pamir, hoy tan remota, pudo haber formado parte de una antigua ruta comercial clave de la antigua Ruta de la Seda, en ciertos momentos el vector más importante para la difusión cultural en el mundo antiguo.

Cannabis silvestre en las montañas Tian Shan de Kazajistán- Robert Spengler

«Dado el clima político moderno que rodea al consumo de 'cannabis', estudios arqueológicos como este pueden ayudarnos a comprender los orígenes de la práctica cultural contemporánea y las estructuras de creencias, que a su vez pueden informar la política", puntualiza Boivin

Como lo observa el Dr. Spengler, "Las perspectivas modernas sobre el 'cannabis' varían enormemente entre las culturas, pero está claro que la planta tiene una larga historia de uso humano, medicinal, ritual y recreativo, durante incontables milenios".

Fuentes: abc.es | phys.org | 12 de junio de 2019