Descubren un sepulcro de 4.000 años en la enigmática isla de los druidas (Anglesey, Gales)


Túmulo funerario de Bryn Celli Ddu.

Los arqueólogos galeses están excavando un túmulo funerario de hace 4.000 años en la isla británica de Anglesey (Gales) vinculada en la mitología a la misteriosa orden de los sacerdotes mágicos conocidos como los druidas. Y aunque el túmulo funerario es mucho más antiguo que los druidas, que vivieron hace unos 2.000 años, si es que existieron, las excavaciones están arrojado nueva luz sobre los antiguos habitantes de la isla.

Con vistas al mar de Irlanda desde la esquina noroeste de Gales, Anglesey está salpicada de numerosos monumentos de piedra neolíticos y de la Edad de Bronce. El más famoso es el túmulo, de 5.000 años de antigüedad, Bryn Celli Ddu (que significa "el montículo del bosque oscuro"), el cual tiene un pasaje de entrada que se alinea con el sol en pleno verano. Fue excavado en 1928 y 1929, y posteriormente reconstruido.

Los arqueólogos han centrado su atención en un túmulo situado a unos 50 metros de de este último, con la expectativa de que con las técnicas científicas actuales se puedan obtener nuevos detalles sobre las personas que lo construyeron.

La arqueóloga Ffion Reynolds (izquierda), de la Universidad de Cardiff, ha liderado las excavaciones en Bryn Celli Ddu durante los últimos cuatro años, y su equipo completará un quinto año de excavaciones en dicho túmulo, a principios de julio.

Reynolds, quien también trabaja para la Agencia del Patrimonio de Gales, Cadw, dijo a Live Science que las excavaciones ya estaban casi terminadas y que las pruebas científicas ayudarán a determinar la presencia de restos humanos.
Las excavaciones han demostrado que el túmulo funerario se construyó durante la Edad de Bronce, mucho más tarde que la tumba neolítica original, mientras que algunos artefactos podrían ser incluso más antiguos que la tumba. "Esto sugiere que Bryn Celli Ddu ha sido un lugar ceremonial especial durante miles de años", dijo.
Anglesey es muy famosa hoy en día por sus supuestos vínculos con los druidas, los cuales fueron descritos por el general romano Julio César y por el posterior historiador romano Cornelio Tácito.
Aunque nunca se ha encontrado evidencia arqueológica de los druidas, generaciones de escritores los han descrito como los líderes religiosos de los celtas, un pueblo de la Edad del Hierro que se extendió por Europa hace unos 3.000 años.

El pasaje de entrada de la tumba de Bryn Celli Ddu se alinea con la salida del sol a mediados del verano, arrojando luz sobre la cámara del interior. Crédito: Cadw / Welsh Heritage

Mientras que, supuestamente, los druidas construyeron monumentos megalíticos como Bryn Celli Ddu y Stonehenge en Inglaterra, los arqueólogos modernos han llegado a la conclusión de que fueron construidos miles de años antes de que los celtas llegaran a Gran Bretaña.
Según Tácito, los druidas desempeñaron un papel en la invasión romana de Anglesey, que describió como un centro de resistencia celta a las invasiones romanas de Gran Bretaña.
Tácito, que escribió a fines del primer siglo, unos 50 años después de la invasión de Anglesey, subrayó la sorpresa de los soldados romanos cuando vieron a los druidas, entre los defensores militares de la isla, gritar maldiciones a los invasores.

El mito de un vínculo entre los misteriosos druidas y Anglesey se ha arraigado de esa sola mención, dijo el historiador de la Universidad de Bristol, Ronald Hutton (izquierda), autor de "Blood and Mistletoe: The History of the Druids in Britain" (Yale University Press, 2009).
"Aunque los defensores británicos de Anglesey finalmente fueron derrotados, la descripción de los druidas por Tácito fue tomada por escritores posteriores, quienes exageraron por su cuenta para convertir a la isla de Anglesey en un centro de poder druídico", dijo Hutton a Live Science. "Ahora bien, no hay evidencias de la presencia de druidas en Anglesey, ni en ningún otro lugar de Gran Bretaña. Puede que se haya basado en una declaración de un testigo ocular o que haya sido inventado por el propio Tácito para animar su versión del ataque a Anglesey", dijo Hutton. "Simplemente no lo podemos aseverar". agrega.
Décadas de trabajo arqueológico en Gran Bretaña tampoco han encontrado ninguna evidencia de los druidas, pero la conexión entre la isla de Anglesey y éstos se ha convertido en una leyenda casi indeleble.

Al igual que Hutton, Reynolds también tiene dudas sobre la existencia de los supuestos druidas. "En un sentido arqueológico, no hemos encontrado evidencias de los druidas en ningún lugar de Gales. Así que es difícil decir si existieron o no", dijo.

"Sin embargo, la evidencia de sitios como Bryn Celli Ddu demuestra que los antiguos pueblos solían usar este tipo de monumentos con fines ceremoniales. En Bryn Celli Ddu, los datos arqueológicos sugieren que la tumba original se inició en el período neolítico, hace unos 5.000 años, y se fueron añadiendo elementos a lo largo de los siglos", añade.


Los arqueólogos dicen que el túmulo funerario de la Edad del Bronce construido junto a la tumba neolítica sugiere que Bryn Celli Ddu fue utilizada como un sitio ceremonial por diferentes pueblos durante miles de años. Crédito: Adam Stanford, Aerial-Cam.

Las excavaciones han demostrado que la cámara funeraria se construyó como un "henge", un recinto ritual como el de Stonehenge, que consiste en un banco alrededor de una zanja interior, encerrado en un círculo de piedras verticales. La tumba con un pasaje se añadió más tarde. Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue una piedra gigante decorada hallada cerca de un pozo ceremonial en la parte trasera de la cámara.

Piedra decorada hallada en la parte posterior de la cámara funeraria. Museo Nacional de Gales.

Piezas destacadas de cerámica de la Edad de Bronce y herramientas de pedernal se encontraron durante las últimas excavaciones, lo que indica que el túmulo funerario se construyó unos 1.000 años después de la tumba con un pasaje.

Los estudios geofísicos y las excavaciones también revelaron estructuras y artefactos mucho más antiguos enterrados en diferentes lugares alrededor de la tumba de Bryn Celli Ddu, incluyendo un círculo de fosas neolíticas, piezas de cerámica neolítica y los restos de un hacha de piedra.
"La gente ha estado regresando a este paisaje durante miles de años, y han ido agregando su propia marca en el paisaje".

Fuentes: livescience.com | bbc.com| 28 de junio de 2019

Un cráneo de hace 33.000 años revela un brutal asesinato

Vista lateral del cráneo de Cioclovina, donde se aprecia una gran fractura causada por un objeto tipo bate o garrote de la época. (Kranoti et al, 2019)

Nada se sabe de este hombre. Solo que murió hace unos 33.000 años asesinado en lo que hoy es Rumanía. Su agresor se colocó frente a él y le asestó dos golpes contundentes en la cabeza con un garrote. Esos porrazos le produjeron tales lesiones que acabaron con su vida, seguramente al momento o poco después. Tal vez recibió más palos, pero no se puede saber, porque de él solo se ha hallado el cráneo.

Aunque no es el primer caso de homicidio en la historia de que se tiene constancia, el de este fósil de Homo sapiens de Cioclovina es uno de los pocos casos de violencia interpersonal que se han descrito. Lo ha hecho un equipo de investigadores de Grecia, Rumanía y Alemania, liderados por la paleoantropóloga Katerina Harvati-Papatheodorou (izquierda), de la Universidad de Tubinga (Alemania). Los resultados de su estudio, que se publican en Plos One, arrojan luz sobre la resolución de conflictos entre humanos a lo largo de la evolución.

"El individuo Cioclovina es particularmente importante, ya que es uno de los cráneos más antiguos y relativamente completos de los europeos modernos del Paleolítico Superior (un período que comienza entre los 40.000 y los 45.000 años, cuando ocurrió la mayor dispersión de los humanos modernos en Europa)", dice a Live Science en un correo electrónico. "Los restos humanos de este período son muy raros y, a menudo, muy fragmentarios".

"Nuestros resultados mostraron claramente que los patrones de fractura observados en este cráneo no se pudieron haber producido después de la muerte o por una caída accidental", dijo Harvati. "En cambio, coincidieron con los patrones esperados para un trauma producido con fuerza contundente en la cabeza, es decir, un trauma infligido con un duro instrumento como un palo, por ejemplo".
Mecanismo del traumatismo por fuerza brusca: A) Impacto a baja velocidad en el cráneo que causa la formación de fracturas. B) Fracturas de radiación en el área de inflexión que comienzan en uno o más puntos distantes del lugar del impacto; C) Las fracturas radiantes se detienen cuando se encuentran con las suturas (p. Ej., R1). D) Formación de fracturas concéntricas perpendiculares a las fracturas radiantes. Crédito de la imagen: Iakovos Ouranos.

La ubicación de las lesiones también reveló pistas sobre el asesino. Parece que éste estuvo cara a cara con la víctima durante el asalto y probablemente era zurdo, dado que la lesión se produjo en el lado derecho del cráneo, aunque no se puede descartar la posibilidad de que el asesino sostuviera el arma con ambas manos, dicen los investigadores en el estudio.

“No hay demasiados casos de evidencias de violencia interpersonal en la evolución humana. Posiblemente los conflictos entre las especies humanas en el pasado eran abundantes, pero muchos no dejaron huellas en los huesos”, apunta Carlos Lorenzo (derecha),investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), desde la campaña de excavación en la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos). “Incluso a veces también hay problemas a la hora de identificar estas evidencias de violencia en los mismos huesos”, añade.

Este fósil de cráneo, conocido como el cráneo de Cioclovina, se descubrió en una cueva en Transilvania (Rumanía) en 1941. Desde entonces se había estudiado intensamente, puesto que es uno de los pocos restos humanos que se han encontrado en Europa y también uno de los más antiguos. Y sin embargo, no se había logrado dilucidar cuál había sido el sino de aquel humano moderno. ¿Se produjeron aquellas lesiones por un accidente o había sido asesinado brutalmente?

Para dar con la respuesta, los investigadores evaluaron minuciosamente el cráneo con un procedimiento que haría palidecer al que quizás es el forense más popular de todos los tiempos, Dexter. Para empezar, realizaron un escáner en tres dimensiones y generaron un modelo virtual que les permitió no solo mirar la superficie del fósil sino también escudriñar el endocráneo. Además, usaron 12 esferas de hueso sintético con las que pusieron a prueba escenarios como la caída desde distintas alturas y golpes efectuados con rocas o garrotes.
El fósil tiene dos lesiones, una fractura lineal en la base del cráneo, y una depresión en el lado derecho. Las simulaciones que realizaron con ordenador mostraron que esas fracturas se produjeron seguidas, primero la fractura lineal y luego la depresión, como consecuencia de un golpe con un objeto similar a un bate o a un garrote de la época.


Los investigadores usaron bolas de hueso sintético para probar diferentes hipótesis, desde caídas desde dos o tres metros, a golpes asestados con un garrote. (Kranoti et al, 2019).

“Soy médico forense y en mi día a día veo muchos casos de trauma craneoencefálico, de personas que han tenido un accidente de coche, o que se han caído desde una altura de dos o tres metros, o con impacto de bala. En el caso de este cráneo, la segunda herida está muy clara, tiene una morfología distintiva, la típica que se representa en todos los manuales de antropología forense cuando se explica qué ocurre cuando se produce un golpe contundente en el cráneo”, explica Elena Kranioti (izquierda), profesora asistente de la Universidad de Creta (Grecia), en el departamento de medicina legal, y coautora del estudio.

“Sabemos que fue una muerte violenta, propiciada por otro humano, esas fracturas no pueden pasar por accidente. La persona que ha dado los golpes estaba situada enfrente y sostenía el garrote muy probablemente con la mano izquierda, por la morfología de la fractura. También podría ser que lo hiciera con las dos manos”, añade esta médico y antropóloga forense.
Esos dos golpes, asegura esta experta, le producirían tal hematoma en el cerebro que provocarían su muerte. Quizás también presentaba heridas en el cuerpo que hubieran podido ser fatales. Pero al no haber encontrado más que el cráneo, seguirá siendo un misterio.

“Hay muchos yacimientos humanos en Europa, sin embargo se conservan muy pocos fósiles, por lo que no podemos saber si había o no mucha violencia en aquellas primeras sociedades. Lo interesante del cráneo de Cioclovina es que aporta información sobre el repertorio de comportamientos de esos humanos europeos, uno de ellos la violencia interpersonal”, explica Kranioti.

Además de este caso, en el registro fósil se han hallado otros casos de violencia interpersonal entre humanos. El caso más antiguo data de hace 436.000 años y es el de un individuo adulto, preneandertal, al que asestaron dos golpes brutales en la frente, sobre el ojo izquierdo, y del que luego echaron el cadáver en una oquedad de unos 15 metros de profundidad, la Sima de los Huesos, en Atapuerca. También hay casos documentados en neandertales, aunque “son más abundantes entre los Homo sapiens”, apunta Lorenzo.

El cráneo 17 de un pre-neandertal hallado en la Sima de los Huesos de Atapuerca. Primera muestra documentada de asesinato hace unos 430.000 años : Javier Trueba / Madrid Scientific Films.

“No nos debería sorprender encontrar estas evidencias de violencia interpersonal en el pasado. La violencia está presente en toda la naturaleza de forma constante, todas las especies luchan entre ellas y los individuos de las especies luchan a menudo entre ellos para reproducirse, para alimentarse, por el territorio. La lucha es consustancial a la biología y a la evolución de los organismos”, resalta este investigador, quien pone como ejemplo a los chimpancés, los primates más próximos a los humanos, que también suelen tener conflictos entre individuos que a veces se saldan con la muerte de alguno de los miembros del grupo.

Fuentes: lavanguardia.com | livescience.com | 3 de julio de 2019

Los filisteos, enemigos bíblicos de Israel, venían del sur de Europa, según un estudio de su ADN

En esta foto de archivo tomada el 28 de junio de 2016, un equipo de arqueólogos extranjeros extrae esqueletos en el sitio de excavación del primer cementerio filisteo que se encuentra en la ciudad costera israelí de Ashkelon. - Los antiguos huesos excavados en Israel y analizados en Alemania pueden haber roto el enigma de la procedencia de los filisteos y proporcionar por primera vez evidencia de los orígenes europeos del pueblo bíblico, dicen los investigadores. (Foto por MENAHEM KAHANA / AFP)

Un equipo internacional liderado por científicos del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Expedición Leon Levy ha recuperado y analizado datos de todo el genoma de personas que vivieron durante la Edad del Bronce y del Hierro (hace aproximadamente entre 3.600 y 2.800 años) en la antigua ciudad portuaria de Ashkelon (Israel), una de las principales ciudades filisteas durante la Edad del Hierro.

El equipo descubrió que una ascendencia derivada de Europa se introdujo en Ashkelon en el momento de la llegada estimada de los filisteos, lo que sugiere que los ancestros de los mismos emigraron a través del Mediterráneo, llegando a esta ciudad a principios de la Edad del Hierro. Este componente genético europeo fue posteriormente diluido por el acervo genético local del Levante durante los siglos siguientes, lo que sugiere una mezcla intensiva entre poblaciones locales y extranjeras. Tales resultados genéticos, publicados en Science Advances, son un paso muy importante hacia la comprensión de los orígenes -largamente disputados- de los filisteos.

Una arqueóloga tomando notas en un antiguo cementerio filisteo cerca de Ashkelon, Israel

Los filisteos son famosos por su aparición en la Biblia hebrea como los archienemigos de los israelitas. Sin embargo, los textos antiguos cuentan muy poco sobre sus orígenes, aparte de un recuerdo posterior de que los filisteos procedían de Caphtor (un nombre de la Edad del Bronce para la isla de Creta; Amós 9:7). Hace más de un siglo, los egiptólogos propusieron que un grupo llamado Peleset en inscripciones jeroglíficas de finales del siglo XII a.C., fueron los mismos que los filisteos bíblicos. Los egipcios afirmaron que el grupo Peleset viajó desde "las islas", atacando lo que hoy es Chipre y las costas turca y siria, intentando finalmente invadir Egipto.

Estas inscripciones jeroglíficas fueron la primera indicación de que la búsqueda de los orígenes de los filisteos debería centrarse a fines del segundo milenio a.C. De 1985 a 2016, la Expedición Leon Levy, un proyecto del Museo Semítico de Harvard, inició la búsqueda de su origen en Ashkelon, una de las cinco ciudades filisteas según la Biblia hebrea. Dirigido por su fundador, el difunto Lawrence E. Stager, y luego por Daniel M. Master, autor del estudio y director de la Expedición Leon Levy en Ashkelon, el equipo encontró cambios sustanciales en las formas de vida durante el siglo XII a.C. que conectaban con la llegada de los filisteos. Sin embargo, muchos expertos argumentaron que estos cambios culturales eran simplemente el resultado del comercio o de una imitación local de estilos extranjeros, y no el resultado de un sustancial de un movimiento poblacional.

Este nuevo estudio representa la culminación de más de 30 años de trabajo arqueológico y de investigación genética utilizando tecnologías de vanguardia, y en el mismo se concluye que la llegada de los filisteos al sur del Levante involucró un movimiento de personas desde el oeste durante la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro.

La "herencia" genética de los habitantes de Ashkelon durante la Edad del Bronce (ASH_IA2), la Edad del Hierro Temprana (ASH_IA1) y la Edad de Hierro Tardía (ASH_LBA). El color lila marca el "legado" de los cazadores-recolectores europeos, el color azul marca los residentes del Levante, y el color verde marca los residentes del territorio del moderno Irán. M. Fieldd et al. / Science Advances, 2019

Discontinuidad genética entre la gente de la Edad del Bronce y del Hierro en Ashkelon

Los investigadores recuperaron con éxito los datos genómicos de los restos de 10 individuos que vivieron en Ashkelon durante la Edad del Bronce y del Hierro. Estos datos permitieron al equipo comparar el ADN de las personas en esa ciudad y determinar cómo se relacionaban. Los investigadores descubrieron que los individuos en todos los períodos de tiempo derivaban la mayor parte de su ascendencia del acervo genético local del Levante, pero que los individuos que vivieron en la Edad del Hierro temprana en Ashkelon tenían un componente ancestral de origen europeo que no estaba presente en sus predecesores de la Edad del Bronce.

"Esta distinción genética se debe al flujo genético relacionado con Europa e introducido en Ashkelon, ya fuera al final de la Edad del Bronce o al comienzo de la Edad del Hierro. Tal momento está de acuerdo con las estimaciones de la llegada de los filisteos a la costa del Levante con base en los registros arqueológicos y textuales", explica Michal Feldman (izquierda), del Instituto Max Planck y una de las investigadoras del estudio. "Si bien nuestro modelo sugiere un conjunto genético del sur de Europa como una fuente plausible, el muestreo futuro podría identificar con mayor precisión las poblaciones que introducen el componente relacionado con Europa en Ashkelon".

Impacto transitorio del flujo genético "relacionado con Europa"
Al analizar individuos de la Edad del Hierro en Ashkelon, los investigadores encontraron que ya no se podía rastrear el componente relacionado con Europa. "En no más de dos siglos, esta huella genética introducida durante la temprana Edad del Hierro ya no es detectable y parece estar diluida por un acervo genético local del Levante", afirma Choongwon Jeong (derecha), del Instituto Max Planck y uno de los autores correspondientes del estudio.

"Mientras que, según los textos antiguos, la gente de Ashkelon en el primer milenio antes de Cristo seguía siendo filistea para sus vecinos, el carácter distintivo de su composición genética ya no estaba claro, tal vez debido a los matrimonios mixtos con grupos levantinos de su alrededor", señala.

"Estos datos comienzan a llenar un vacío temporal en el mapa genético del sur del Levante", explica Johannes Krause (izquierda), del Instituto Max Planck y autor principal del estudio. "Al mismo tiempo, mediante el análisis comparativo ampliado del transecto de tiempo genético de Ashkelon, encontramos que las características culturales únicas de la Edad del Hierro temprana se reflejan en una composición genética distinta en las personas durante el desarrollo de la Edad del Hierro".

Fuentes: phys.org | nmas1.org | debate.com.mx | 3 de julio de 2019


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El metal de joyas encontradas en un enterramiento de la Edad del Hierro en Finlandia procede del sur de Europa

Hallazgos arqueológicos de Levänluhta en exposición en el Museo Nacional de Finlandia. Los aros delanteros, anillos y collares encontrados en el lugar de enterramiento están hechos de aleación de cobre. Crédito: Elisabeth Holmqvist-Sipilä

Durante la Edad de Hierro en Escandinavia (más reciente que en la Península Ibérica), alrededor del año 300 d.C. se inició un proceso extraordinario en el área de Levänluhta, en un lago cerca de Isokyrö, en el suroeste de Finlandia. Los muertos eran enterrados en un lago, un hábito que continuó durante al menos 400 años.

Localización del yacimiento de Levänluhta / mapa por E.Holmqvist

En el siglo XIX, mientras se cavaban trincheras en la zona, los cráneos y otros huesos humanos comenzaron a emerger. Se habían conservado perfectamente en el agua ferrosa y anóxica (en las que el oxígeno disuelto está agotado). El hallazgo representó un gran desafío para los arqueólogos y los historiadores, que 150 años después se siguen buscando respuestas.

Investigadores de la Universidad de Helsinki han revelado, en un estudio recientemente publicado en el Journal of Archaeological Science: Reports, que las joyas encontradas junto a los restos de cerca de 100 individuos, principalmente mujeres y niños, estaban hechas con material extraído en el sur de Europa.

Eran aros o collares hechos de aleación de cobre, bronce o latón. “Su origen lo hemos determinado gracias a las composiciones geoquímicas y de isótopos de plomo de los objetos. La joyería es típica de la Edad de Hierro escandinava, lo que hace que sea probable que se fabricaran en talleres locales”, explica Elisabeth Holmqvist-Sipilä (izquierda).

“Lo que es poco probable es que los metales utilizados sean originarios de la región, ya que los minerales de cobre aún no se habían descubierto en esta zona durante la Edad del Hierro“, añade en un comunicado. Los arqueólogos vinculan este hallazgo con el hecho de que el cobre encontrado en sitios arqueológicos de Suecia también era importado.

"Los resultados obtenidos demuestran que el cobre utilizado no era de Finlandia ni de las regiones cercanas. Más bien viajó a través de extensas redes de intercambio, probablemente desde el sur de Europa“, indica Holmqvist-Sipilä. Para ser más exactos, los isótopos de plomo analizados vinculan estos materiales con minerales de cobre de Grecia y Bulgaria.

Las joyas encontradas eran mayoritariamente aros y collares de cobre, bronce o latón (University of Helsinki)

Estas regiones produjeron una gran cantidad de cobre durante la Edad de Bronce y Hierro, que se extendieron por Europa a través de objetos distribuidos como regalos, botines y mercancías a través del Mar Báltico. Los metales también se reciclaron derritiendo materiales viejos para convertirlos en materia prima para nuevos moldes.

Los expertos creen que estas materias primas pasaron a través de varias manos y en los talleres de la zona de Levänluhta se les dio un carácter más local.

Levänluhta Spring en Isokyrö, suroeste de Finlandia. Crédito: Anna Wessman, 2019

El ADN de los restos humanos enterrados bajo el agua coincide con el del actual pueblo saami, que habita la región de Laponia, bastante alejada de este sitio arqueológico. Los resultados sugerían que la región de Isokyrö estaba habitada por los saami y, según las dataciones de carbono, los huesos pertenecían a individuos que habían muerto entre el 500 y 700 d.C.

El código genético actual de la gente de Finlandia tiene componentes tanto del este de los Urales como de los escandinavos occidentales, y el genoma de uno de los individuos de Levänluhta tenía vínculos claros con los escandinavos actuales. En general, el reemplazo del pueblo saami en el sur y el centro de Finlandia refleja los procesos de reemplazo en Siberia.

Fuentes: lavanguardia.com | dailymail.co.uk | 2 de julio de 2019

Descubren decenas de momias egipcias de hace 2.000 años cerca de la pirámide de Zoser, en Saqqara

En contraste con los sarcófagos ornamentados y las cámaras funerarias asociadas con los faraones, la mayoría de las momias descubiertas fueron puestas en reposo con solo modestos arreglos. J. Dąbrowski / PCMA

Arqueólogos polacos que trabajan en Egipto han descubierto varias decenas de momias de hace aproximadamente 2.000 años, según informa The First News.
Las momias se han encontrado en un increíble escondite cerca de la pirámide más antigua del mundo, la de Zoser, en el antiguo cementerio de Saqqara, o sea en la necrópolis principal de la antigua capital egipcia de Menfis.

El hallazgo ha sido realizado por el equipo de arqueólogos polacos del Departamento de Egiptología de la Facultad de Estudios Orientales de la Universidad de Varsovia dirigida por el Dr. Kamil Kuraszkiewicz.

El líder de la excavación, el Dr. Kamil Kuraszkiewicz, del Departamento de Egiptología de la Facultad de Estudios Orientales de la Universidad de Varsovia, dijo que la ubicación de las momias puede haber reflejado las creencias de los antiguos egipcios sobre la vida después de la muerte. Maciej Jawornicki / Samorząd Studentów Wydziału Orientalistycznego UW / Facebook

Se espera que el descubrimiento de los cuerpos momificados ayude a los investigadores a comprender mejor este sitio tan importante y también las creencias religiosas de los antiguos egipcios comunes y corrientes.

Los expertos de la Universidad han estado investigando este lugar durante casi 20 años y han realizado numerosos descubrimientos importantes. Sus descubrimientos incluyen el averiguar que había dos necrópolis al oeste del complejo funerario de la Pirámide de Zoser, que con su forma escalonada característica fue construida en el siglo XXVII a.C. y por ello es considerada la primera pirámide de la historia.

La pirámide escalonada de Zoser, en Saqqara.

Momias modestas

En contraste con los sarcófagos ornamentados y las cámaras funerarias de los faraones, la mayoría de las momias que ha descubierto este equipo fueron encontradas tumbadas con modestos arreglos, cuenta el medio polaco The First News.

«La mayoría de las momias que descubrimos eran muy modestas, solo fueron sometidas a tratamientos básicos de bálsamo y luego se envolvieron en vendas y se colocaron directamente en huecos excavados en la arena», dijo Kuraszkiewicz, que dirige las excavaciones.

La mayoría de los entierros estaban mal conservados y los ataúdes se deterioraron.J. Dąbrowski / PCMA

Este especialista ha querido llamar la atención sobre la decoración de los ataúdes de madera, que presentan aparentemente jeroglíficos pero que son una imitación. «El artesano que los pintó previsiblemente no sabía leer y quizás trató de reproducir algo que había visto antes», ha apuntado.
Este investigador ha dirigido recientemente su trabajo en el llamado «foso seco», una zanja profunda que rodea el área sagrada de la pirámide, dado que cree que en el mismo pueden verse reflejadas las creencias de los egipcios sobre la vida después de la muerte.

El 'foso seco' que rodea la Pirámide de Zoser podría haber sido "un camino hacia la otra vida". K. Kuraszkiewicz / PCMA

«El foso seco podría haber sido un modelo de un camino que el faraón tenía que cruzar para alcanzar la vida eterna, un camino con obstáculos, tal como muros con pasajes ubicados cerca de la parte superior, quizás protegidos por criaturas peligrosas», dijo.


El perro Anubis, el cual se cree que era un protector de las tumbas, fue encontrado en la base de los ataúdes. J. Dąbrowski / PCMA


Fuentes: abc.es | ancient-origins.net | 1 de julio de 2019

Çatalhöyük (Turquía): hace 9.000 años era una comunidad con problemas urbanos modernos

Yacimiento de Çatalhöyük (Turquía)

Hace unos 9.000 años, los residentes de una de las primeras grandes comunidades agrícolas del mundo también estuvieron entre los primeros humanos que experimentaron algunos de los riesgos de la vida urbana moderna.

Los científicos que estudian las antiguas ruinas de Çatalhöyük, en el centro-sur de la Turquía moderna, han descubierto que sus habitantes (de 3.500 a 8.000 personas en su apogeo) padecieron hacinamiento, enfermedades infecciosas, violencia y problemas ambientales.

En un documento publicado el pasado 17 de junio en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), un equipo internacional de bioarqueólogos informa de estos nuevos hallazgos basados ​​en 25 años de estudios de restos humanos desenterrados en Çatalhöyük.

Los resultados muestran una imagen de cómo los humanos pasaron de un estilo de vida nómada de caza y recolección a una vida más sedentaria basada en la agricultura, dice Clark Spencer Larsen (izquierda), autor principal del estudio y profesor de antropología en la Universidad Estatal de Ohio.

"Çatalhöyük fue una de las primeras comunidades protourbanas del mundo y sus residentes experimentaron lo que sucede cuando se junta a muchas personas en un área pequeña durante un tiempo prolongado", dice Larsen.

"Tal circunstancia histórica estableció el escenario donde estamos hoy en día, así como los desafíos a los que nos enfrentamos derivados de la vida urbana".
Çatalhöyük estuvo habitada entre, aproximadamente, los años 7.100 a 5.950 a.C. Primeramente excavada en 1958, el yacimiento mide unas 13 hectáreas, con casi 21 metros de depósitos que abarcan 1.150 años de ocupación continuada.

Foto: Una vista del paisaje en el que está situado el yacimiento de Çatalhöyük.

Larsen, quien comenzó el trabajo de campo en el lugar en 2004, fue uno de los líderes del equipo que estudió los restos humanos hallados como parte del Çatalhöyük Research Project, dirigido por Ian Hodder, de la Universidad de Stanford. El coautor del artículo de PNAS, Christopher Knüsel, de la Universidad de Bordeaux, en Francia, fue co-líder del equipo de bioarqueología con Larsen. El trabajo de campo en Çatalhöyük finalizó en 2017 y el documento de PNAS representa la culminación del trabajo de bioarqueología realizado en el yacimiento.

Çatalhöyük comenzó como un pequeño asentamiento alrededor del año 7100 a.C., probablemente con unas pocas casas de adobe y que lo que los investigadores llaman el Período Temprano. Posteriormente, creció hasta su punto máximo en el Período Medio, entre 6.700 y 6.500 a.C., antes de que la población disminuyera rápidamente en el Período Tardío, cuando Çatalhöyük fue abandonado alrededor del 5.950 a.C.

Imagen artística de Çatalhöyük. Crédito: Dan Lewandowski.

La agricultura siempre fue una parte importante de la vida en la comunidad. Los investigadores analizaron una firma química de los huesos llamada relación de isótopos de carbono estables, a fin de determinar lo que los residentes ingerían: una dieta abundante en trigo, cebada y centeno, junto con una variedad de plantas no domesticadas.

Se utilizaron, así mismo, las relaciones estables de isótopos de nitrógeno para documentar las proteínas en sus dietas, las cuales provenían de ovejas, cabras y animales no domesticados. El ganado domesticado se introdujo en el Período Tardío, pero las ovejas fueron siempre el animal domesticado más importante en sus dietas.
"Practicaban la agricultura y mantuvieron animales tan pronto como crearon la comunidad, pero intensificaron sus esfuerzos a medida que la población se expandía", informa Larsen.
La dieta rica en granos significó que algunos residentes pronto desarrollaron caries en los dientes, una de las llamadas "enfermedades de la civilización". Los resultados mostraron que alrededor del 10 al 13 por ciento de los dientes de los adultos encontrados en el yacimiento mostraban evidencia de caries dental.

Foto: Arqueólogos trabajando en Çatalhöyük.

Los cambios a lo largo del tiempo en la forma de las secciones transversales de los huesos de las piernas mostraron que los miembros de la comunidad, en el último período de Çatalhöyük, caminaban significativamente bastante más que los primeros residentes. Esto sugiere que tuvieron que alejar la agricultura y el pastoreo de la comunidad a medida que pasaba el tiempo.

"Creemos que la degradación ambiental y el cambio climático obligaron a los miembros de la comunidad a alejarse del asentamiento para poder cultivar y encontrar suministros, tal como leña", dice Larsen. "Ello contribuyó a la desaparición definitiva de Çatalhöyük".

Otra investigación sugiere que el clima en Oriente Próximo se volvió más seco durante el curso de la historia de Çatalhöyük, lo que hizo más difícil la actividad agrícola.

Los hallazgos del nuevo estudio sugieren que los residentes sufrieron una alta tasa de infecciones, probablemente debido al hacinamiento y la falta de higiene. Hasta un tercio de los restos del Período Temprano muestran evidencias de infecciones en sus huesos.
Durante su apogeo poblacional, las casas se construyeron como apartamentos sin espacio entre ellos: los residentes entraban y salían, mediante escaleras, por el techo de sus casas.

Foto: Recreación del poblado de Çatalhöyük.

Las excavaciones mostraron que las paredes y los pisos interiores se habían enlucido muchas veces con arcilla, y, si bien los residentes mantenían sus habitaciones, en su mayoría, libres de basura, el análisis de las paredes y pisos de las casas mostró rastros de materia fecal humana y animal.
"Vivían en condiciones muy apretadas y atestadas, con depósitos de basura y corrales para animales justo al lado de algunos de sus hogares. Por lo tanto, había una gran cantidad de problemas de saneamiento que podían contribuir a la propagación de enfermedades infecciosas", afirma Larsen.

Las condiciones de hacinamiento en Çatalhöyük también pudieron haber contribuido a altos niveles de violencia entre los residentes, según los investigadores.
En una muestra de 93 cráneos de Çatalhöyük, más de una cuarta parte (25 individuos) mostraban evidencia de fracturas curadas. Y 12 de ellos habían sido victimas de violencia más de una vez, con hasta dos y cinco lesiones, cuya forma sugiere haber recibido golpes con objetos redondos y duros.

Foto: Cráneos hallados en Çatalhöyük en la década de 1960. Uno de ellos pintado con cinabrio.

Más de la mitad de estas víctimas fueron mujeres (13 mujeres, 10 hombres). La mayoría de las lesiones se encontraban en la parte superior o posterior de sus cabezas, lo que indica que las víctimas no se estaban enfrentando a sus agresores cuando fueron golpeadas.

"Hemos comprobado que el aumento de las lesiones craneales ocurrió durante el Período Medio, cuando la población era más grande y más densa", detalla Larsen. "Se podría argumentar que el hacinamiento llevó a la existencia de un estrés y conflicto elevados dentro de la comunidad".
La mayoría de las personas fueron enterradas en fosas que se habían excavado en los pisos de las casas en las que vivían. Sin embargo, el análisis de sus restos llevó a un hallazgo inesperado: la mayoría de los miembros de un hogar no estaban relacionados biológicamente. Los investigadores descubrieron que los dientes de los individuos enterrados bajo la misma casa no eran tan similares como se esperaría si fueran parientes.

Un entierro en Çatalhöyük está representado por una hembra adulta joven sin cabeza con el esqueleto en posición fetal. La separación de los cráneos era una costumbre de enterramiento practicada en varios casos en este enclave neolítico. Crédito: el Proyecto de Investigación Çatalhöyük / Jason Quinlan.

"La morfología de los dientes está altamente controlada por la genética", dice Larsen. "Las personas que están relacionadas muestran variaciones similares en las coronas de sus dientes, pero no hemos encontrado eso en los individuos enterrados en las mismas casas".
"No obstante, se necesita más investigación para determinar las relaciones de las personas que vivían juntas en Çatalhöyük. Todavía es una especie de misterio", agrega.

En general, Larsen dijo que la importancia de Çatalhöyük es que fue uno de los primeros "grandes enclaves" del Neolítico construidos en el mundo alrededor de la agricultura.

"Podemos aprender sobre los orígenes inmediatos de nuestras vidas hoy en día, sobre cómo nos organizamos en comunidades. Muchos de los desafíos que tenemos en la actualidad son los mismos que tuvieron en Çatalhöyük, solo que magnificados", concluye Larsen.

Fuente: phys.org | 17 de junio de 2019