Un estudio analiza el alcance la ascendencia genética de la población de Roma y regiones adyacentes

El Panteón de Agripa. Roma.

Se ha estado estudiando Roma durante varios cientos de años, pero aún guarda algunos secretos. Por ejemplo, se sabe relativamente poco sobre los orígenes ancestrales de los habitantes de la ciudad. Ahora, un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Stanford, la Universidad de Viena y la Universidad Sapienza de Roma está llenando los vacíos con una historia genética que muestra cómo refleja la población de la Ciudad Eterna su historia, a veces tumultuosa.
El estudio, publicado en Science, se centra en el ADN antiguo de individuos de Roma y regiones adyacentes en Italia. Esos datos genéticos revelan al menos dos migraciones importantes hacia Roma, así como varios cambios de población más pequeños, pero significativos, en los últimos miles de años, según Jonathan Pritchard (izquierda),profesor de genética y biología y uno de los principales autores del artículo.

En particular, el análisis de ADN reveló que a medida que el Imperio Romano se expandió alrededor del Mar Mediterráneo, los inmigrantes del Cercano Oriente, Europa y África del Norte dejaron sus raíces y se mudaron a Roma. Esto cambió, de modo sustancia, la cara de una de las primeras grandes ciudades del mundo antiguo, dice Pritchard, quien también es miembro de Stanford Bio-X.

"Este estudio muestra cuán dinámico es realmente el pasado", subraya Hannah Moots (derecha),una estudiante graduada en antropología y coautora principal del nuevo estudio. "En Roma estamos viendo personas de todas partes en formas que se corresponden con los acontecimientos políticos históricos".

Contacto genético

En la última década, más o menos, un número creciente de estudios ha utilizado muestras de ADN de esqueletos antiguos para completar detalles importantes de la historia humana. Roma presenta también una oportunidad interesante para usar las mismas técnicas antiguas de ADN con el fin de completar aquellos detalles que quedan fuera del registro histórico. "Los registros históricos y arqueológicos nos dicen mucho sobre la historia política y los contactos de diferentes tipos ocurridos en diferentes contextos (comercio y esclavitud, por ejemplo), pero proporcionan información limitada sobre la composición genética de la población", advierte Pritchard.

Para descubrir cómo era esa composición, el equipo de Stanford se asoció con una serie de investigadores europeos, entre los que se encuentran Alfredo Coppa, profesor de antropología física en la Universidad Sapienza, y Ron Pinhasi, profesor asociado de antropología evolutiva en la Universidad de Viena, con el fin de analizar 127 muestras de ADN humano de 29 lugares de Roma y alrededores que datan entre el Mesolítico y la Edad Media.

El análisis de algunas de las muestras antiguas concuerda, más o menos, con lo que ya se había encontrado en Europa: indican una afluencia de agricultores, descendientes principalmente de los primeros agricultores de Turquía e Irán de hace unos 8.000 años, seguido de un cambio proveniente de ascendientes de la estepa ucraniana en algún momento entre hace 5.000 y 3000 años. Tras la fundación de Roma, datada tradicionalmente en 753 a.C., la población de la ciudad creció en diversidad y se parecía a los pueblos europeos y mediterráneos modernos.

Este gráfico muestra los eventos históricos y genéticos que el Imperio Romano ayudó a moldear. (Cortesía de los autores del estudio)

República, imperio y más allá

Pero para Pritchard, Moots, Margaret Antonio (una estudiante graduada en informática biomédica) y Ziyue Gao (una becaria postdoctoral en el laboratorio de Pritchard), las partes más interesantes del estudio estaban aún por llegar. Aunque Roma comenzó como una ciudad-estado humilde, en 800 años había obtenido el control sobre un imperio que se extendía por el oeste hasta Gran Bretaña, por el sur dominando todo el norte de África, y hacia el este en lo que es actualmente Siria, Jordania e Irak.

A medida que el imperio se expandió, los relatos de la época y las evidencias arqueológicas indican que hubo conexiones estrechas entre Roma y otras partes de su dominio imperial a través del comercio, las campañas militares, los nuevos caminos y la esclavitud. La historia genética lo corrobora, pero también complica la historia misma. Los investigadores encontraron que hubo un cambio masivo en la ascendencia de los residentes romanos, la cual provino principalmente del Mediterráneo Oriental y el Próximo Oriente, debido posiblemente a que la densidad de las poblaciones en esas zonas orientales era mayor que la de los confines occidentales del imperio en Europa y África.

Los siguientes siglos estuvieron llenos de confusión y episodios agitados: el imperio se dividió en dos, las enfermedades diezmaron a la población romana y una serie de invasiones azotaron las ciudades. Esos eventos dejaron una marca en la población de Roma, la cual experimentó un cambio en su ascendencia procedente de Europa occidental. Más tarde, el surgimiento y el reinado del Sacro Imperio Romano trajeron una ascendencia procedente del centro y norte de Europa.

Cambios ancestrales de la población romana.

Las migraciones no son nada nuevo

La lección que obtenemos, dice Pritchard, es que el mundo antiguo estaba en constante cambio, tanto en términos de cultura como de ascendencia genética. "Nos sorprendió lo rápido que cambió la ascendencia de la población, en escalas temporales de solo unos pocos siglos, reflejando las, a su vez, cambiantes alianzas políticas de Roma a lo largo del tiempo", afirma. "Otro aspecto sorprendente fue comprobar cuán cosmopolita era la población de Roma, comenzando hace más de 2.000 años y continuando a través del surgimiento y la disolución del imperio. Roma en la antigüedad era un crisol de culturas diferentes".

En futuros estudios, los investigadores esperan expandir el rango geográfico de las muestras de ADN antiguo que puedan obtener y analizar. Entre otras cosas, eso les permitiría decir con mayor certeza cómo las poblaciones antiguas se mezclaban y se movían. A la larga, también esperan estudiar más aspectos que la ascendencia y las migraciones. "Por ejemplo, el grupo planea estudiar la evolución de determinado rasgos poblacionales, tales como la altura, la tolerancia a la lactosa y la resistencia a enfermedades como la malaria, los cuales pudieron haber cambiado con el tiempo", concluye Moots.

Fuentes: phys.org | courthousenews.com | 7 de noviembre de 2019

Dientes de hace 40.000 años muestran que grupos humanos llevaron la cultura Auriñaciense desde el continente europeo al Próximo Oriente

Dientes de hace 40.000 años, encontrados en la cueva de Manot, en Israel, muestran que grupos humanos auriñacienses emigraron de Europa a la zona del Mediterráneo Oriental.

Por primera vez, los científicos han descubierto dientes humanos que datan de la escurridiza cultura Auriñaciense de 40.000 años de antigüedad en el Levante, lo que indica que estos primeros seres humanos llegaron a esta región a través de una migración inversa desde Europa, según la Dra. Rachel Sarig, de la Facultad de Odontología de la Universidad de Tel Aviv (TAU, por sus siglas en ingles) y del Centro Dan David para la Evolución Humana y la Investigación Biohistórica.
Esta evidencia puede poner fin a un debate de décadas entre los científicos que intentan probar en qué dirección se movía la cultura auriñaciense. Los dientes encontrados en la cueva Manot, en Israel, de 40.000 años de antigüedad, muestran que los primeros europeos trajeron dicha cultura al Próximo Oriente.

Una vista a la cueva de Manot con un recuadro del área donde se encontraron algunos de los dientes de 40.000 años de antigüedad. (Prof. Israel Hershkovitz).


Normalmente, los investigadores de la evolución sostienen que la migración humana tuvo lugar desde África, a través del Levante, hacia Europa. Este estudio plantea la hipótesis de que, al menos durante un breve período de varios miles de años, los seres humanos también migraron en la dirección “inversa”.

El estudio de la morfología de seis dientes descubiertos fue publicado recientemente en el Journal of Human Evolution. Además de resolver potencialmente el debate sobre la migración, los hallazgos también indican un período en el que los humanos modernos y los neandertales se cruzaron hace unos 40.000 años, dijo Sarig a The Times of Israel.

Hasta ahora sólo se han encontrado pruebas fósiles de mestizaje en este periodo del Paleolítico superior en lugares europeos. La similitud de los fósiles llevó a los científicos del estudio a formular hipótesis sobre sus raíces comunes.

Dra. Rachel Sarig de la Universidad de Tel Aviv (Oficina del Portavoz de la TAU)

Este es un momento muy importante en el estudio de la evolución humana, dijo Sarig, en el que hay evidencias de hibridación entre neandertales y Homo sapiens. “Realmente puede darnos una idea de dónde desaparecieron los neandertales y cómo se cruzaron con los humanos modernos”.
La cultura Auriñaciense apareció por primera vez en Europa hace unos 43.000 años. Hay muchas pinturas rupestres famosas descubiertas en todo el continente europeo de esta cultura, incluyendo la impresionante mano única de la Cueva de Aurignac, en Francia, de la cual toma su nombre. Sus primeros artífices son conocidos por sus herramientas y artefactos óseos, así como por sus adornos e instrumentos musicales.

Pintura de una mano. Cueva de Aurignac, Francia.


Si bien hay restos culturales que se han encontrado en Israel, incluyendo arte muy antiguo en forma de pinturas rupestres de caballos, Sarig explicó que estos seis dientes descubiertos en la Cueva de Manot son los únicos fósiles humanos encontrados aquí de este período auriñaciense.

El estudio no puede concluir de forma definitiva que hubo una migración inversa desde Europa, pero según el análisis de los investigadores hay una alta probabilidad, dijo Sarig. Evidencias humanas similares en Europa son anteriores a los hallazgos israelíes por varios miles de años.
El análisis de los dientes puede darnos una idea de la población, pero sin ADN, no hay una conclusión definitiva, afirma Sarig. Añadió que los científicos no son capaces de recoger muestras de ADN en especímenes hallados en el Levante con más de 10.000 años de antigüedad debido a su mala conservación.

Para superar la falta de un perfil genético, los investigadores emplearon imágenes de alta tecnología de los dientes para trazar su perfil morfológico. El estudio del mismo se completó con la colaboración del Dr. Omry Barzilai, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y científicos de Austria y los Estados Unidos.

El Dr. Omry Barzilai, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, con un fragmento de un cráneo hallado en la cueva de Manot de hace 55.000 años (Foto: Judah Ari Gross / Times of Israel staff).

“A diferencia de los huesos, los dientes se conservan bien, ya que están hechos de esmalte, que es la sustancia del cuerpo humano más resistente a los efectos del tiempo”, dijo Sarig en una declaración de la TAU. “La estructura, la forma y topografía -resaltes superficiales- de los dientes proporcionan información genética importante. Pudimos analizar la forma externa e interna de los dientes encontrados en la cueva y asociarlos con los grupos típicos de Homo neanderthalensis y Homo sapiens”.

Utilizando escáneres microCT y análisis 3D en cuatro de los dientes, el equipo fue capaz de crear la imagen morfológica de los individuos cuyas bocas alguna vez los sostuvieron. Había seis dientes pertenecientes al menos cinco individuos: tres de los dientes eran de adultos y tres de niños. Sólo cuatro de los mismos fueron viables en su análisis.

Sarig explicó a The Times of Israel que de los cuatro dientes viables, "Dos dientes mostraron una morfología típica del Homo sapiens; un diente mostró rasgos característicos de los neandertales; y el último diente mostró una combinación de características neandertal y Homo sapiens”, dijo Sarig.

Un mapa de los sitios de excavaciones de la cueva Manot con indicación de la ubicación de los dientes de 40.000 años de antigüedad. (Dra. Rachel Sarig)

La Cueva de Manot sigue proporcionando fósiles revolucionarios

El estudio actual se completó en el nuevo Centro Dan David de la Universidad de Tel Aviv para la Evolución Humana, que, según Sarig, intenta ser el hogar de todos los especímenes y fósiles humanos descubiertos en Israel.
Como parte de su misión de hacer accesible al público la investigación académica, el centro se ha asociado con el nuevo Museo de Historia Natural, también en la Universidad, donde hay una exposición colaborativa sobre la evolución, y que incluye otros restos hallados previamente en la Cueva de Manot y en otros lugares. Sarig dijo que los seis dientes auriñacienses “probablemente se mostrarán en un futuro próximo”.

Actualmente se exponen otros hallazgos de la Cueva de Manot, descubierta por casualidad en 2008 y excavada durante nueve temporadas. Muchos de los hallazgos han sido sorprendentes, incluyendo un cráneo de hace 55.000 años. El cráneo fue descubierto en 2010 entre una mezcla de herramientas de piedra y hueso, fragmentos de huesos de venado, gacela e hiena y restos de esqueletos humanos que tienen entre 45.000 y 20.000 años de antigüedad.

Según un artículo del año 2015, en Times of Israel, el cráneo es de un ser humano anatómicamente moderno, e incluía una protuberancia “arcaica” en la base del cuello, típica de los cráneos modernos africanos y europeos. En el mismo se indicaba que los individuos de la cueva de Manot “podrían estar estrechamente relacionados con los primeros humanos modernos que más tarde colonizaron con éxito Europa”, según el profesor Israel Hershkovitz (izquierda) uno de los autores de dicho artículo y una voz líder en el campo de la evolución humana, al tiempo que director del Centro Dan David.

En aquel momento, Hershkovitz dijo que aproximadamente el cuatro por ciento del ADN de todos los humanos modernos es neandertal. Los modelos genéticos indican que la primera hibridación tuvo lugar hace entre 50.000 y 60.000 años en el Levante.

“Manot, en términos de tiempo y lugar, es el mejor candidato para la historia de amor de la que hablan los científicos entre neandertales y Homo sapiens”, dijo Hershkovitz en 2015.
El estudio dental actual se centra en individuos que vivieron en la cueva de Manot unos 17.000 años después y que aparentemente continuaron con la fiesta del amor.

Fragmentos de huesos pertenecientes a una variedad de ungulados paleolíticos encontrados en la cueva de Manot (Foto: Judah Ari Gross / Times of Israel staff)

Hershkovitz señaló esta semana: “Hasta la fecha, no hemos encontrado restos humanos de este período en Israel, por lo que el grupo perteneciente a la cultura auriñaciense sigue siendo un misterio. Este estudio pionero analiza por primera vez la historia de la población responsable de algunas de las contribuciones culturales más importantes del mundo”.

En la conversación, Sarig tiene cuidado de no sobrestimar el “pudín” prehistórico, y dijo que el estudio se basa en sólo unos pocos fósiles. "Los científicos no pueden concluir resultados globales basándose sólo en cuatro dientes. Pero podemos obtener alguna información”, agregó.
“Tras la migración de las poblaciones europeas a esta zona del Levante, una nueva cultura existió en nuestra región durante un corto periodo de tiempo, aproximadamente de 2.000 a 3.000 años, y luego desapareció sin razón aparente”, dijo Sarig en la declaración de la Universidad de Tel Aviv. “Ahora sabemos algo más sobre su composición y características”.

Fuentes: timesofisrael.com | phys.org | 5 de noviembre de 2019

Hallan las primeras trampas para mamut de todo el mundo en Tutltepec, México

Foto: Edith Camacho, INAH.

Tultepec (México) da la bienvenida a sus visitantes como “La tierra de la pirotecnia”. Sin embargo, excavaciones sistemáticas emprendidas en años recientes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), revelan que este municipio mexiquense fue ante todo y continúa siendo, “tierra del mamut”.

El reciente descubrimiento de un contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts, con una antigüedad aproximada de 15.000 años. “Representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros”, expresó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH.

Él fue el encargado de dar a conocer esta “noticia de impacto en todo el mundo”, dada su trascendencia en lo que respecta a los estudios de la Prehistoria, particularmente de América.

Restos óseos de mamut. Foto: Melitón Tapia, INAH.

En conferencia de prensa y en representación del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto, Sánchez Nava refirió que este hallazgo cambia esa escena “azarosa” y “eventual” que los libros de texto manejaban sobre la caza del mamut: la de un animal al que se atacaba únicamente cuando caía en un pantano.

Por el contrario, las excavaciones en San Antonio Xahuento, en Tultepec, demuestran el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México para emprender esta actividad de cacería.
Como antecedente de este hallazgo, el coordinador nacional de Arqueología recordó la exploración hace tres años, en ese mismo poblado (San Antonio Xahuento), de la osamenta casi completa de uno de estos proboscídeos, con la cual se inauguró hace un año el Museo del Mamut, espacio donde se realizó el encuentro con los medios de comunicación.

El presidente municipal de Tultepec, el ingeniero Armando Portuguez Fuentes, relató que esa experiencia permitió avisar con oportunidad, a inicios de este 2019, de la aparición de restos óseos de mamuts en una excavación que se realizaba para el confinamiento de desechos. Al lugar acudieron la cronista del ayuntamiento, Juana Antonieta Zúñiga, y el arqueólogo Luis Córdoba Barradas, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, quien estuvo a cargo del rescate del citado esqueleto de mamut.

Tras casi diez meses de excavaciones, equipo del INAH ha recuperado 824 huesos. Foto: Melitón Tapia, INAH.

En tres de los perfiles expuestos por esa gran excavación (de 40 por 100 metros y 8 de profundidad), Córdoba observó distintos huesos de mamut. Sin embargo, lo que llamó poderosamente su atención fueron unos cortes verticales en la disposición de los estratos o capas. Se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, que se utilizaron como trampas destinadas a estos mamuts.

El arqueólogo precisó que del sitio denominado “Tultepec II”, donde se ha trabajado durante casi diez meses con el apoyo del ayuntamiento, se han recuperado 824 huesos, sin relación anatómica en su mayoría, correspondientes a 14 mamuts. Los restos de ocho proceden de las dos primeras unidades de excavación localizadas en la esquina suroeste del terreno; mientras que los vestigios de otros seis se rescataron al norte del mismo, en la tercera unidad de excavación.

Arqueólogos del INAH hacen recorrido de la zona en donde hallaron huesos de mamuts en Tultepec, Estado de México. Foto: Edith Camacho, INAH.

Dentro de esas fosas, por debajo de los 3.50 metros, se han recuperado:
  • Ocho cráneos
  • Cinco mandíbulas
  • Un centenar de vértebras
  • 179 costillas
  • 11 escápulas
  • Cinco húmeros
  • Ulnas (cúbitos de un hueso largo)
  • Pelvis
  • Fémures
  • Tibias
  • Otros huesos “pequeños”
Aunque los restos de 14 mamuts quedan por debajo de los registrados en sitios del norte y este de Europa —donde inclusive se han encontrado vestigios de 100 o 166 mamuts—, “Tultepec II” ya puede ingresar a la lista de los llamados Megasitios de Mamut, indicó.

Cauto, pero consciente de la trascendencia del hallazgo (solo existe el antecedente en Japón de trampas cónicas con 40.000 años de antigüedad, para mamíferos de mediano tamaño), Córdoba señala que posiblemente no sean las únicas trampas de mamut en el área.
Gente de San Antonio Xahuento ha referido tres sitios próximos con más restos, por lo que se estaría ante una “línea de trampas”, estrategia que permitiría a los cazadores reducir el margen de error en la captura del ejemplar.


Descubren en Tultepec destazamiento de mamuts. Foto: Edith Camacho, INAH.

Un escenario de cambio climático

Para comprender a profundidad este descubrimiento, el arqueólogo, quien además es cronista del aledaño municipio de Tultitlán, abundó en los cambios del máximo glacial, al final del Pleistoceno, una época de gran inestabilidad climática en que los polos se congelaron ocasionando la bajada del nivel del mar en todo el planeta y ambientes más secos en varias regiones, caso de la Cuenca de México.

En ese sentido, las trampas prehistóricas de Tultepec para mamut, se excavaron en la arcilla del fondo del Lago de Xaltocan, hace aproximadamente 15.000 años. Esto fue cuando sus niveles descendieron y dejaron expuestas grandes llanuras.

Este fenómeno mundial coincidió con uno local, pues la gran erupción del volcán Popocatépetl hace 14.700 años motivó una gran movilización de animales y seres humanos hacia el norte de la Cuenca de México, ya que en esta zona la caída de ceniza volcánica fue menor.
La deposición de finas capas de ceniza, entre y por encima de varios de los huesos de mamut recuperados, así como la presencia de bentonita (arcilla del lecho lacustre) sobre otros, permite fechar tentativamente este contexto y especular su uso continuo a lo largo de 500 años.
No obstante, el registro de más restos por encima de las fosas, es evidencia de que una vez recuperado el nivel del lago y rellenadas las fosas con la descomposición de tules, carrizos y demás vegetación acuática, esta zona continuó siendo un cementerio de mamuts.


Las primeras trampas de mamut del mundo las encontraron en Tutltepec. Foto: Melitón Tapia, INAH.

Con toda esta información obtenida de primera mano, el arqueólogo Córdoba brinda una escena más compleja y completa de cómo debió ser la cacería del mamut en la Cuenca de México, donde grupos de entre 20 y 30 cazadores, azuzaban a la manada con antorchas y ramas, hasta separar a algún ejemplar y dirigirlo a estas trampas. Una vez allí, era rematado desde fuera y luego venía un largo proceso de aprovechamiento del animal.

El que este Tultepec II fuera utilizado exclusivamente para la caza y el destazamiento de estos proboscídeos, machos y hembras, de tallas y edades distintas, lo convierten en fuente inagotable de conocimiento, toda vez que —como señaló el experto— los estudios de Prehistoria en México habían estado limitados al establecimiento de tipologías líticas como prueba de la presencia humana en estos contextos.

El espacio, donde todavía se trabaja, una franja de 130 m², revela a los grupos prehistóricos de la Cuenca de México como verdaderos actores de su circunstancia, ya que estaban lo suficientemente organizados para conseguir estas grandes presas y sacar el mayor provecho de ellas, pero también capaces de rendir cierto “honor” a estos gigantes que permitían su subsistencia, como lo demuestra el acomodo y ausencia intencional de algunos huesos.

En este video se puede ver más sobre el importante hallazgo de 14 mamuts en Tultepec, Estado de México.

Este artículo es una recopilación de material publicado previamente por el INAH.

Fuente: National Geographic | 7 de noviembre de 2019

Los marineros de la Edad de Piedra que recorrieron 2.000 kilómetros para ir a cazar ballenas

Las nuevas tecnologías han revelado detalles ocultos en el arte rupestre de Tumlehed, en la costa suroeste de Suecia (Bettina Schulz Paulsson).

Tumlehed es la pintura rupestre mejor conservada y compleja de la costa suroeste de Suecia. Originalmente descubierta en 1974 en la isla de Hisingen, situada a apenas 15 kilómetros del centro de Göteborg, es una de las pocas que se encuentran en la parte occidental del país. Fue hecha con ocre rojo entre el año 4200 y el 2500 antes de Cristo, a finales de la Edad de Piedra.

Situado en un empinado acantilado, la representación artística abarca unos dos metros de alto por otros dos de ancho y muestra una serie de figuras, entre ellas cuatro barcos, cuatro peces, un gran ciervo, patrones ondulantes y algunas formas indeterminadas. Las nuevas tecnologías, sin embargo, han revelado una serie de motivos hasta ahora desconocidos porque no son visibles a simple vista, según un estudio publicado en el Oxford Journal of Archaeology .

El más importante de estos motivos recién descubiertos son los barcos con tallos de cabeza de alce. Esta es la primera vez que este tipo de embarcaciones se han documentado en el sur o el oeste de Escandinavia y proporcionan evidencias de los viajes marítimos de larga distancia realizados por los cazadores de la Edad de Piedra.
“Estas sociedades se movían largas distancias con sus botes para llegar a los campos de caza estacionales. No eran expediciones de gente local como se pensaba anteriormente”, explica a La Vanguardia la arqueóloga Bettina Schulz Paulsson (izquierda), investigadora de la Universidad de Göteborg.
Los estudiantes de arqueología de dicha universidad llevan años haciendo excursiones para visitar el suburbio de Torslanda y poder observar la pintura de Tumlehed. Fue en una de esas visitas cuando Schulz Paulsson decidió probar los métodos que quería usar para un proyecto que trazaba los orígenes de las tumbas megalíticas y cómo se extendieron por Europa, desde el noroeste de Francia hasta Gran Bretaña o la Península Ibérica.

“Los encontré (los nuevos motivos) por casualidad, era solo una prueba de los métodos que planeaba usar para mi último proyecto sobre arte megalítico en un sitio cercano y obtuvimos resultados espectaculares”, recuerda la experta. Los nuevos datos proporcionan una mejor base para identificar la organización del panel, la secuencia cronológica y los diferentes períodos en los que fue realizado.

La herramienta Dstretch permite mejorar digitalmente los símbolos del arte rupestre que ya no son visibles a simple vista (Bettina Schulz Paulsson)

Sorprendente descubrimiento

Lo más sorprendente de los detalles descubiertos fueron los barcos con tallos de cabeza de alce, motivos que antes solo se habían encontrado en Finlandia, Rusia, el noreste de Noruega y el norte de Suecia. “Los hallazgos más cercanos se encuentran a una distancia de entre 1.500 y 2.000 kilómetros a lo largo de las costas”, señala la arqueóloga a La Vanguardia.
”Estas sociedades venían para la caza estacional porque el archipiélago de Bohüslan era rico en fauna marítima (ballenas y focas) en ese momento como resultado de que los arroyos del oeste traían plancton”, añade. Los arqueólogos han interpretado que tres barcos con cabeza de alce están relacionados con una pequeña ballena, una foca y cuatro peces también representados.

La imagen obtenida con las nuevas tecnologías ha permitido ver los barcos con tallos de cabeza de alce (Bettina Schulz Paulsson)

Los análisis químicos del pigmento sugieren también que la pintura fue hecha en al menos dos episodios separados. Las nuevas tecnologías usadas incluyen el programa de mejora de imagen Dstretch, desarrollado originalmente por la NASA y se utiliza cada vez más en la investigación del arte rupestre para mejorar digitalmente los símbolos que ya no son visibles a simple vista.
La pintura rupestre de Tumlehed indica viajes marítimos similares durante la Edad de Piedra que están culturalmente conectados con los pueblos del este y el norte de Fennoscandia, un área que cubre Noruega, Suecia, Finlandia, la península de Kola y la Karelia rusa. “Ciervos, renos y alces son motivos representados con frecuencia en el arte rupestre fenoescandiano. Estas especies fueron importantes para la caza, pero también pueden haber tenido roles simbólicos y espirituales para estas sociedades”, concluyen los investigadores.

Fuente: lavanguardia.com | 8 de noviembre de 2019

El misterio de la Acrópolis de Gla, la mayor de todas las acrópolis micénicas

Acrópolis de Gla / foto Museo Arqueológico de Tebas

Cinco nuevos edificios o complejos del siglo XIII a.C. fueron descubiertos durante la reciente temporada de excavaciones en la acrópolis de Gla, situada en un islote de lo que antiguamente era el Lago Copaide (desecado a finales del siglo XIX) en Beocia, y cuyo tamaño excede con creces el de las más conocidas ciudades contemporáneas de Micenas y Tirinto.

En un comunicado el Ministerio de Cultura griego describió a Gla como uno de los proyectos más impresionantes y de mayor envergadura de la prehistoria griega. Se trata de la mayor acrópolis micénica -supera en siete veces el tamaño de Micenas- y la fortaleza constituyó un importante centro económico y agrícola, base para las obras de drenaje que la arqueología ha demostrado que los micénicos realizaron en el lago.


Sin embargo, a pesar de su ubicación estratégica, con acceso al golfo de Eubea al norte y a la ruta principal entre Tebas y las Termópilas a tan solo 2 kilómetros, las evidencias no han podido probar que Gla desempeñara el papel que otros centros micénicos sí desempeñaron, con sus palacios de múltiples secciones, numerosos archivos de escritura Lineal B o de una acrópolis micénica en el sentido normal del término.

Como de las excavaciones anteriores se deduce que la totalidad de la acrópolis no fue ocupada ni siquiera durante la cúspide de la cultura micénica (hacia 1250 a.C.), el papel que desempeñó el yacimiento sigue siendo desconocido, lo que condujo a la reanudación de las excavaciones en 2018, tras un paréntesis de veinte años. La evidente cobertura de los restos edificatorios de sólo el 30 por ciento de la acrópolis, frente a sus inmensas proporciones de 20 hectáreas, ha creado varias preguntas sobre la naturaleza y el papel que desempeñó en el entorno político de los complejos palaciegos del norte de Beocia, especialmente su relación con Tebas y Orcomenos.


Los cinco nuevos edificios encontrados, denominados temporalmente M, N, O, P y Q, son simétricos y comparten el mismo eje. Los hallazgos son representativos de la época micénica, incluyendo vasijas, fragmentos de pinturas murales, estatuillas de plomo, estatuillas micénicas antropomorfas, lo que demuestra la existencia de la tradición cultural y artística conocida y común de la era micénica.

Entre los hallazgos inusuales se encuentran láminas y grandes piezas de plomo, vasijas de arcilla con decoraciones y un hacha doble de cobre completa, posiblemente escondida antes de la caída de los palacios micénicos y el abandono de todos los edificios del lugar a finales del siglo XIII a.C., por razones aún desconocidas. Parece que los residentes se llevaron la mayor parte de su cultura material, siguiendo el destino de palacios micénicos similares.


Gla sigue siendo único entre los yacimientos contemporáneos. A diferencia de otras grandes acrópolis micénicas, que muestran una continua actividad de reconstrucción, Gla muestra una planificación arquitectónica unificada, clara desde el punto de vista estético y poco común. De esta manera, los muros y edificios de la acrópolis se construyeron bajo un único proyecto constructivo y pertenecen, con pequeñas desviaciones, a una cronología común, de posiblemente mediados del siglo XIII a.C.


Las excavaciones de Gla se llevan a cabo por la Sociedad Arqueológica de Atenas bajo la dirección de la Dra. Elena Kountouri (jefa de la Dirección de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas del Ministerio de Cultura), en estrecha colaboración con el Eforado de Antigüedades de Beocia.

Fuentes: labrujulaverde.com | Ministerio de Cultura de Grecia | Greek Reporter | 8 de noviembre de 2019

José Farrujia y Alfredo Mederos critican la composición del comité de expertos sobre el origen de los guanches

José Farrujia, con su último libro, ‘Identidad canaria’. | FRAN PALLERO

La creación del comité de especialistas para rastrear el origen de los guanches no pasó inadvertida desde que se anunció y, al poco, el historiador José Farrujia ya dejó claras sus discrepancias en las páginas de este periódico en un amplio artículo. En él, discutía sobre todo la composición del equipo y que se dejara fuera a museos o investigadores que apuntan a que, antes de las tribus bereberes, en Canarias, al menos en ciertas islas y por los descubrimientos más recientes, hubo asentamientos de otras civilizaciones. Por eso, censura que no se haya integrado a profesores como Carmen del Arco (catedrática de Prehistoria de la ULL que investiga restos arqueológicos en el islote de Lobos), Pablo Atoche (homólogo en la ULPGC) o Alfredo Mederos, de la Universidad Autónoma de Madrid.

En declaraciones a EL DÍA, Alfredo Mederos (izquierda), señaló el pasado viernes que la composición del equipo obedece a "algo normal, que es que la directora de Patrimonio busque a gente con la que ha colaborado en sus publicaciones". No obstante, remarca que es especialista en arte rupestre y que sobre el origen de los guanches o los primeros poblamientos de canarias hay otras visiones distintas a la de que fueron traídos por los romanos a finales del siglo I a.C. o principios del I d.C. Asimismo, subraya que muchas de estas tesis del equipo de Antonio Tejera Gaspar son meras hipótesis no contrastadas, como que los guanches desconocieran la navegación.

Mederos subraya que, en las dos últimas décadas, han aparecido pruebas de que se dieron poblamientos desde el siglo VI y en el III, al menos, en islas como Lanzarote y Tenerife, "sin descartar incluso etapas previas". No especifica si fueron fenicios, cartagineses o púnicos, pero sí subraya que hubo poblaciones de estas civilizaciones en distintos puntos del norte de África, también en Marruecos, en esos siglos. "No es que vinieran de Italia", recalca.

Eso sí, aclara también que ambas tesis no se anulan ni invalidan. "Esos poblamientos pudieron fallar y tiene lógica que, en islas como Tenerife y Gran Canaria, que son más ricas en recursos, hubiera más. Enfrente está esa tesis de investigadores que llamo aislacionistas, que creen que solo hubo una población que se asentó, en lo que yo llamaría modelo patera desde el Sáhara o Marruecos. Sin embargo, está constatado que, quizás con la duda de La Palma, en la etapa romana, en el siglo II y III d.C., ya estaban el resto de islas pobladas, pero, además, existen pruebas en Lanzarote desde el siglo VI a.C. y, en Tenerife, del III a.C. sin que hubiera imperio romano".

En su opinión, el problema actual es que, "desde 1993, el Gobierno regional dejó de dar dinero para investigaciones arqueológicas por inacción de CC y pese a su nombre. Cedieron las competencias a los cabildos, que sí tienen partidas, o daban dinero de forma discrecional. Además, ha faltado regularidad porque se pidió que los profesores que investigaran tenían que publicar sus resultados. Tejera Gaspar, por ejemplo, y aunque ha escrito libros de divulgación, no los ha hecho de investigación de campo y su única excavación es de los años 80 en el yacimiento de Rubicón (Lanzarote)".

Por eso, reclama al nuevo Gobierno, "y más con este cambio que ha habido, que reanude una política de publicaciones específicas sobre Canarias y financie excavaciones de manera regular, ya que, desde 1993, muchas han sido de emergencia y sin gran interés científico, bien porque una carretera iba a afectar a un yacimiento o por motivos así, pero en sitios que fueron utilizados durante muchos siglos, como pasó con la cueva de Bencomo".


Reconstrucción facial de una aborigen guanche a partir de los restos de un cráneo, textiles y de otras costumbres, como las trenzas. El Día

Mederos también cuestiona que se le dé tanta importancia a la parte genética. No le quita relevancia, pero considera que con los estudios genéticos nunca se podrá saber el origen de las primeras poblaciones en las Islas de manera definitiva o, por ejemplo, si esas poblaciones previas de las que hablan se mezclaron o permanecieron hasta las de origen bereber.

Reconoce que, en el islote de Lobos o en los yacimientos que apuntan a otras civilizaciones en Lanzarote o Tenerife, no han encontrado restos humanos, "pero es imposible determinar si se dio esa mezcla o no. Los fenicios y púnicos estuvieron en Tánger y Cartago, por ejemplo. La cerámica encontrada en Lobos procede del puerto de Cádiz y eso tiene mucha lógica porque era un puerto adonde llegaba gente de muchas procedencias diferentes, pero no basta con la genética, sino que se necesitan estudios históricos mucho más amplios".

"Las ánforas romanas encontradas, a las que no suele dársele mucha importancia, nos indican que hubo barcos que llegaron a las Islas entre el II y el VI d.C., ya en etapa bizantina, pero ¿cómo se puede demostrar que los guanches desconocían la navegación? ¿Por qué los trajeron los romanos y no se quedaron o asentaron? Son solo hipótesis que tratan de fijar que solo hubo un poblamiento y esos éramos nosotros, pero hubo muchos contactos en esa etapa y tampoco se le da relevancia a los hallazgos de cerámica romana".

A su juicio, y frente a Tejera Gaspar, sí que se produjo una involución entre los guanches, pero se produjo, sobre todo, desde el 600 d.C., "cuando se produce la conquista de los árabes del norte de África. Hubo un claro retroceso tecnológico y, desde entonces, el desarrollo es mucho más local o, incluso, insular, pero no hasta entonces".

Para este historiador, y en línea con Farrujia en su artículo, aún se está a tiempo de que, si existe voluntad real, el equipo de expertos creado por la Dirección de Patrimonio sea mucho más plural y quepa el disenso. Además, advierte de lo innecesario que resultaría un intento de buscar un consenso sobre una especie de "historia oficial" porque eso, al final, lo diluye la fuerza de los hechos y pruebas. De ahí que insista en que aún se está a tiempo y, sobre todo, insista en que el nuevo Gobierno debe reimpulsar las investigaciones arqueológicas y publicaciones de este tipo en las Islas para paliar la parálisis de los últimos 26 años, justa y curiosamente con gobiernos sucesivos de CC.

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019

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¿Cabe una única visión del origen de los guanches?

Que las ciencias sociales (y cualquier otra) son producto de la historia y que lo que prima en cada momento son ciertos paradigmas científicos, pero cambiantes y alejados de verdades absolutas está bastante asentado, aunque, por pura intracoherencia, también esto resulta permeable a la crítica. La teoría de Thomas Kuhn sobre esos cuerpos de leyes, premisas y conclusiones no ha perdido vigor, pero, a la mínima, surgen situaciones que alimentan la polémica.

Hace pocos días, el Gobierno regional sorprendía al anunciar, desde la Dirección de Patrimonio, que creaba un comité de expertos integrado por 7 profesores bajo la dirección de Antonio Tejera Gaspar (izquierda) para un "ambicioso" proyecto investigador que dé respuestas al origen, etapas y evolución del poblamiento guanche de las Islas. La noticia chirriaba porque, en 32 años de cogobiernos con CC, no se había dado este paso, pero, además, ya han salido algunas voces críticas con la composición del equipo y porque temen que se parta de una única tesis para corroborarla casi como "historia oficial" sin que quepa el disenso.

El primer especialista que ha mostrado su malestar no con la idea, pero sí con los especialistas elegidos y esa supuesta "única verdad" es el historiador José Farrujia de la Rosa (ULL), quien en un artículo publicado el 26 de octubre en EL DÍA discutía buena parte de lo ocurrido con esta iniciativa. A su juicio, hay motivos para discrepar de la idea principal del equipo de Gaspar Tejera: que los guanches eran tribus bereberes del Norte de África que desconocían la navegación y que fueron traídos a las Islas (que tampoco se veían desde su ubicación en África) por los romanos entre el año 25 antes de Cristo y 25 d.C. En su opinión, "se confunde política, arqueología y pensamiento institucionalizado" al descartar posibles incursiones previas de fenicios u otras civilizaciones (cartagineses, púnicos...).


El equipo lo componen Juan Francisco Navarro (arqueólogo y profesor de la ULL que se encargará de la cronología); Rosa Fregel (profesora, entre otras materias, de Genética de la ULL); Irma Mora, fundadora de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la ULL; el arqueólogo y conservador del Museo de Arqueología de Tenerife, José Juan Jiménez; Juan Antonio Belmonte, doctor en Astrofísica y estudioso de la lengua jeroglífica egipcia, así como Antonio Chausa, profesor y experto en África continental de la ULL.

Indígena de La Gomera, según ilustración de Leonardo Torriani (1596). ELDÍA

En declaraciones a EL DÍA, Tejera Gaspar insiste en que esos integrantes los ha elegido él y la directora de Patrimonio, María Antonia Perera, para cuestiones muy concretas a analizar "en la primera etapa del proyecto, pues habrá otras luego. Se puede discutir si debe estar uno u otro, pero se sabe que, en todas las acciones humanas, eso es así. Están los que consideramos oportunos y seguramente habrá incorporación de otras personas". Según recalca, "en todo acto humano hay siempre disensión y críticas porque, felizmente, no hay pensamiento único, que se deja para gente como Franco. Los que estamos no opinamos todos igual, pero creo que las críticas deberían hacerse más cuando el trabajo ya esté terminado".

Eso sí, a su juicio resulta innegable el origen bereber de los guanches coincidente con el imperio romano. "Para mí, no hay ninguna duda. Hay otras personas con otra opinión, pero, desde hace 400 años, ya los cronistas e historiadores hablaron de los orígenes africanos de las Islas porque se habla el bereber, lengua emparentada con lo que hoy llamamos bereber o amazigh, escriben con la misma escritura, están emparentados y relacionados con los romanos... Es decir, hay una serie de hechos históricos, arqueológicos, culturales y antropológicos evidentes. Por supuesto que se puede opinar lo contrario, pero por eso hay una genetista o gente que estudia las escrituras líbico bereberes, un especialista en el África romana y otro en las cronologías". A su juicio, el objetivo de los romanos no se puede asegurar con rotundidad, pero indica que solían desterrar a poblaciones y preparar otros territorios para facilitar una posible expansión posterior, "como hicieron los portugueses con negros del Senegal en Cabo Verde".

"Desde que entré en la universidad en 1966 -ahonda-, aprendí que toda investigación es felizmente abierta y todo el mundo puede opinar. Nosotros, por ejemplo, publicamos el libro 'Bereberes contra Roma' y algunos han dicho que no interesa nada, pero otros lo creen estupendo". Sobre si hay dirección y fines políticos, se muestra tajante en el no. "Si le quieren buscar patas políticas, que lo hagan. Llevo trabajando sobre esto treinta y pico años. El impulso político lo da la directora, que es una arqueóloga interesada en esto desde hace muchísimo, pero, desde luego, no hay ninguna orientación política ni de ella ni del equipo. En absoluto".

Igual de contundente es sobre si se busca una especie de historia oficial: "Estoy acostumbradísimo a esto desde hace mucho. No sé qué es lo que llaman historia oficial; sé lo que es historia buena o mala. Además, si hay comentarios en contra y oposición, estupendo, pues eso significa que hay mucha gente interesada". En este sentido, remarca que lo que buscan en esta etapa es "comparar los hechos culturales muy característicos de la población canaria y el Norte de África. No entran cuestiones de organización social, antropológicas o religiosas, que quedan para otro momento".
"Vamos a las cosas más evidentes, contrastables y objetivas. Por ejemplo, comparar la escritura, la genética de ambas zonas y lo que queda hoy, las antiguas hablas y lo que ha permanecido. Asimismo, nos centraremos en la incidencia de los romanos en el Norte de África desde el 146 a.C. en el poblamiento de Canarias, que Alicia García y yo estudiamos en ese libro. Y más adelante se entrará, con otra gente, en estudios comparativos sobre costumbres, religión, organización social y otras manifestaciones arqueológicas".

"No hubo involución y sí guanches muy aislados"

El profesor también tiene claro que los guanches no conocían la navegación, que no sufrieron una involución por aislamiento, sino una adaptación a un medio muy difícil y que, eso sí, quizás cambiaron el metal por material lítico. Tras la conquista, remarca que los hubo casi sin contactos con los castellanos, al menos en el XVI, sobre todo en zonas "que interesaban poco" del Sur. También recalca que está "comprobadísimo" la continuidad de indígenas en documentos de matrimonios, que ya Colón se llevó a varios en su segundo y tercer viaje a América y que se vendió a muchos en la Península.

"El poblamiento se dio en no más de un siglo"

En lo que dice no tener ninguna seguridad es en si fue un poblamiento homogéneo o escalonado. "Sí creo que se dio en no más de un siglo por las cronologías, y trajeron las cabras, ovejas, cochinos y perros. Hay diferencias culturales entre las Islas porque ya en el Norte de África son enormes. Tampoco se sabe por dónde se dio primero, si por una isla u otra. También se especula sobre si hubo contactos entre los pobladores de las distintas islas, aunque está claro que desde Tenerife se ve Gran Canaria, La Gomera... O que el Teide se ve desde todas y hay hechos arqueológicos por muestras religiosas".

"Sin vínculos neolíticos de 2.000 o 3.000 años"

Tejera Gaspar considera que uno de los principales errores o mitos falsos sobre los guanches es que se trata de una población muy antigua. "Se les vinculó con culturas neolíticas de hace 2.000 o 3.000 años o con los míticos clásicos griegos, las islas de las Hespérides, la Atlántida... Felizmente, esto se ha superado desde hace tiempo, aunque, de alguna forma, todavía se mantienen estas viejas ideas entre alguna gente. Pero no, los griegos no, Platón no, ni Homero. Sostenemos que el poblamiento se dio entre el año 25 a.C. y 25 d.C., y esto ya lo dijeron investigadores como Álvarez Delgado".

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019