La obra que la promotora D’manán está realizando en la Rúa da Xesta en Lugo lleva camino de ser una de las que va a dejar buenas aportaciones para el conocimiento histórico de la ciudad. Hace quince días saltaba la noticia de que en ese solar aparecía el cementerio colateral a la vía Ártabra.
Se suponía que tenía que existir, como en las demás vías de salida de la ciudad, pero no se había encontrado hasta entonces. Y ayer saltaba la otra noticia: una estatua de cuerpo entero y de granito entre las tumbas romanas. Aunque le falta la cabeza —y no se encontró por ahora— es la primera vez que aparece una estatua romana de cuerpo entero en Lugo.
Falta por estudiar y determinar definitivamente si es romana, pero al haber aparecido entre las tumbas, a esa profundidad y rodeada de restos y enterramientos romanos, parece la posibilidad más clara. La estatua tiene las mismas formas de las ropas (togado) que las estatuas romanas, aunque un poco más toscas.
Pero como en realidad casi no se conservan tallas de la cultura latina en el noroeste, los arqueólogos dudan de cómo serían las estatuas romanas aquí. Lo que parece evidente es que no tendrían la misma perfección de las tallas que se conocen de Italia o del Mediterráneo. Por tanto, hasta que los arqueólogos hagan todos los estudios, aún cabe la posibilidad de que sea una estatua más tardía, por ejemplo medieval, que por algún motivo estuviese en una capa de tierra profunda rodeada de restos romanos. La más lógica sin embargo apunta a su origen romano, y ello le daría una importancia trascendental para la ciudad.
Hasta el momento no existe una estatua romana de cuerpo entero hallada en Lugo, aunque esté decapitada y no se encontrase la cabeza por ahora. Lo más parecido es el torso de Saa, un trozo de estatua que se encuentra en el Museo, pero es una parte de una talla romana. Lo mismo que los pies de otra estatua hallados en O Corgo, o los bajorreleives colocados en el monolito de San Fernando que fue inaugurado en 1975 por los Reyes. Pero nada más. Por tanto, esta sería la primera estatua romana de cuerpo entero hallada en Lugo.
Fuente: lavozdegalicia.es | 8 de febrero de 2020
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Rúa da Xesta: un gran paso para completar el mapa de los cementerios romanos
Los arqueólogos ponen ahora sus esperanzas en futuros hallazgos en Recatelo y O Carme
El reciente descubrimiento de una necrópolis romana en la Rúa da Xesta, cerca de la Porta Nova, ha sido recibido por los arqueólogos como un gran paso para completar el mapa de los cementerios romanos en la ciudad. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir para cerrar y comprender el puzle histórico de Lugo, según confirma el arqueólogo municipal, Enrique González.
Las esperanzas de los arqueólogos apuntan ahora a las zonas de Recatelo y O Carme, donde futuras excavaciones podrían confirmar la existencia de necrópolis Bajoimperiales (de entre los siglos III y V) en esas zonas.
Las cinco tumbas encontradas en el solar de la Rúa da Xesta, donde la empresa Dmanán está construyendo un nuevo edificio, permiten confirmar la existencia de una necrópolis Bajoimperial, entre los siglos III y IV, en la salida norte de la ciudad, próxima a la vía de Brigantium. Se trataba de una hipótesis hasta ahora solo sostenida arqueológicamente por la aparición de dos tumbas en otro solar cercano hace unos años: «Tiñamos indicios, pero quedaba por saber se eran sepulturas illadas ou se pertencían a un conxunto máis amplo. Con este achado, queda confirmada a existencia desa necrópole», explica González. Si hay oportunidad de realizar nuevas excavaciones en la zona, podrían aportar más datos sobre las dimensiones que tendría el cementerio.
Porta Nova y de San Pedro
De este modo, a estas alturas los arqueólogos han confirmado la existencia de dos necrópolis de la época Bajoimperial en la ciudad: la recién descubierta cerca de la Porta Nova, y otra próxima a la Porta de San Pedro, que incluye la zona de San Roque y la Praza da Constitución, junto a la vía XIX. También hay confirmadas otras tres necrópolis anteriores, en este caso, de incineración: en la Praza do Ferrol, en el carril das Estantigas y también en la zona de San Roque, que son de la época Altoimperial (siglos I y II). En el caso de la Praza do Ferrol, se excavó en los años ochenta para construir el aparcamiento y apareció una necrópolis de incineración, con más de 66 enterramientos, tres hornos alfareros y restos del acueducto. En cuanto a San Roque, los hallazgos de ambas necrópolis (incineración e inhumación) se conservan en el Centro Arqueolóxico.
Pero el trabajo de los arqueólogos no acaba ahí. Explica Enrique González que tienen referencias de posibles necrópolis en Recatelo y en la zona de O Carme, también de la misma época que la encontrada en la Rúa da Xesta. En la zona de Recatelo, cerca del parque, hay bastantes noticias de la existencia de un área de enterramientos de los siglos III y IV, pero aún no está constatado arqueológicamente. También hay indicios de una zona de enterramientos en O Carme, en la salida por la Porta Miñá, también de la época Bajoimperial. En esa zona apareció una sepultura, pero esperan que futuras excavaciones permitan confirmar la existencia de una necrópolis. Tampoco descartan la aparición de cementerios romanos en áreas más alejadas de la ciudad.
Para avanzar en el conocimiento de la historia de Lugo son fundamentales los controles arqueológicos, según explica González, que se pueden realizar mediante excavaciones, supervisión de los movimientos de tierra o controles, en función del tipo de obra y de la zona de la que se trate. En el caso de la Rúa da Xesta, el solar donde aparecieron las tumbas no está incluido en el Pepri, pero sí es una zona cautelada por el PXOM, lo que implica la obligatoriedad de controles arqueológicos cuando hay movimientos de tierra.
El topónimo «A Lagoa» sugiere la presencia de un humedal en la zona de las tumbas
El arqueólogo que trabaja en las excavaciones de la Rúa da Xesta, Roberto Bartolomé Abraira, de Engobe Arqueología, explicaba que el terreno donde aparecieron las tumbas es muy húmedo y ácido, lo que probablemente contribuyó a que no se conservasen restos óseos ni de ajuar en los enterramientos. No en vano, la zona era conocida como A Lagoa. «A memoria cidadá e a toponimia fálannos da existencia dunha lagoa ou zona húmida nesta área da cidade», explica Enrique González.
El historiador
Adolfo de Abel Vilela también habla de la zona de A Lagoa y explica que a mediados del siglo XIX se tapió y, para ello, emplearon escombros del Convento de las Agustinas.
Conservación del material
Las tumbas de las Rúa da Xesta no han destapado por ahora objetos de relevancia. Los materiales que recojan en las excavaciones de la Rúa da Xesta y que se vayan a conservar se trasladarán al Museo de Viladonga. Por el momento, aparecieron clavos procedentes de las maderas de los ataúdes, losas y tejas.
Fuente: lavozdegalicia.es| 25 de enero de 2020
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Hallan un nuevo cementerio romano próximo a Camiño Real
Las obras de construcción de un nuevo edificio en la Rúa da Xesta, entre Camiño Real, la Ronda da Muralla y la zona de Casas Baratas, han dejado al descubierto, por ahora, cinco tumbas romanas. El hallazgo confirma la teoría de los arqueólogos de que esa área había sido una gran necrópolis romana, una tesis que sostenían, entre otras cosas, por la aparición de dos sepulturas en otro solar cercano hace unos años.
En la finca, a la altura del número 3 de la Rúa da Xesta, se realizaron obras de demolición de viejas construcciones y ahora tienen previsto levantar un inmueble de viviendas, promovido por Dmanán. Aunque el solar no está incluido en el Pepri, sí que se trata de un área de cautela, por lo que desde el Concello de Lugo tramitaron el expediente arqueológico ante la Xunta para realizar controles en la zona. La promotora de la obra es la que se hace cargo de las excavaciones.
Restos de clavos, tejas y losas
Y esas catas dieron resultado. Por ahora han encontrado cinco tumbas de inhumaciones datadas entre el siglo III y el siglo IV, de la época de la Muralla, con orientación este-oeste. Se trata de fosas excavadas en el suelo, de forma rectangular, pero vacías, sin restos de ajuar ni esqueletos, debido a que se trata de una zona muy húmeda, con un terreno ácido. En una de las tumbas se conservan restos del revestimiento de losa y en otra de tejas. Las excavaciones continúan, aunque los arqueólogos no creen que se encuentren más restos relevantes.
Según explica el arqueólogo municipal, Enrique González, se trata de hallazgos en consonancia con los datos que manejan de la época: tumbas de inhumaciones, rectangulares... pero con la trascendencia de que confirman las sospechas de los expertos sobre la existencia de un área funeraria cerca de la Porta Nova: «Este achado confirma a existencia dunha área funeraria nesa zona da cidade, próxima á vía de Brigantium, que comunicaba con A Coruña, e dá continuidade á necrópole de incineración anterior á Muralla, entre os séculos I e III, cuxos restos apareceron no Carril das Estantigas», según explica González.
Y es que en la época tardorromana, por norma, las necrópolis se instalaban fuera de la ciudad, próximas a las vías de salida y entrada.
Roberto B. Abraira: «Non hai restos óseos porque é unha zona moi húmida»
Roberto Bartolomé Abraira é un dos arqueólogos de Engobe Arqueología que traballa nas escavacións, baixo a dirección de Adrián Folgueira Castro.
-¿Que importancia teñen as tumbas encontradas?
-Confirman a existencia dunha necrópole romana nesta zona da cidade, próxima a unha vía de saída, como ocorreu na zona de San Roque ou a estación de autobuses. O que descoñecemos é a dimensión que tería esta área funeraria.
-Non hai restos óseos porque é unha zona moi húmida e tampouco apareceron obxectos de relevancia. Só se atoparon algúns cravos da madeira dos ataúdes, lousas e tellas. Posiblemente estes materiais se leven para o museo cando rematen as escavacións.
El Adarve: con dinero privado
Gracias al dinero que van poniendo los particulares que construyen o rehabilitan casas, se va conociendo como era Lucus Augusti. En el caso de hoy, se sabe donde estaba otro de los cementerios, al lado de la vía hacia Brigantium. Lo lógico y legal sería que la Xunta cumpliese con el espíritu de la ley y pagase estas excavaciones, que son para el bien común, y no tendrían que recaer en quien construye o rehabilita, porque actúa como un freno al desarrollo y mejora de la urbe.
Fuente: lavozdegalicia.es | 24 de enero de 2020
Los buzos descubrieron los restos de la mujer en la cueva Chan Hol, cerca de Tulum, México. La exploración submarina fue dirigida por Jerónimo Avilés, del Museo del Desierto de Coahuila.
Imagen: © Eugenio Acevez.
Un nuevo esqueleto descubierto en las cuevas sumergidas de Tulum arroja nueva luz sobre los primeros pobladores de México, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE por Wolfgang Stinnesbeck, de la Universität Heidelberg, Alemania.
Los exploradores de cuevas Vicente Fito e Ivan Hernández encontraron los restos óseos en septiembre de 2016, mientras buceaban en la cueva Chan Hol, cerca de Tulum. En ese momento, estaban buscando otro antiguo esqueleto conocido como 'Chan Hol 2', cuyos restos, a excepción de algunos huesos, habían sido robados por unos ladrones.
Foto: Esqueleto de Chan Hol II previo al robo. Fotografía: Nick Pool/Liquid Jungle.
Los huesos recién descubiertos estaban ubicados a 140 metros del sitio de 'Chan Hol 2', lo que llevó a los arqueólogos a suponer que los buzos habían encontrado los restos que quedaban de 'Chan Hol 2'. Pero un análisis pronto demostró que estaban equivocados; una comparación de los nuevos huesos con fotos antiguas de los restos de 'Chan Hol 2' mostró que pertenecían a individuos diferentes.
Los humanos han estado viviendo en la península de Yucatán, en México, desde al menos el Pleistoceno tardío (hace 126.000-11.700 años). Gran parte de lo que sabemos sobre estos primeros pobladores proviene de nueve esqueletos humanos bien conservados que se encontraron en las cuevas y sumideros sumergidos cerca de Tulum, en Quintana Roo, México.
Foto: El cráneo de Chan Hol 3 tal como se encontró en el fondo de la cueva sumergida. La flecha roja indica una estalagmita rota cerca. Imagen : W. Stinnesbeck et al., 2020 / PLOS One.
En su estudio, Stinnesbeck y sus colegas describen el nuevo esqueleto hallado -completo en un 30 por ciento- y lo han denominado 'Chan Hol 3' (también llamada Ixchel) , al haber sido descubierto en la cueva submarina de Chan Hol, dentro del sistema de cuevas de Tulum. Los autores han utilizado un método de datación no dañino y tomado mediciones craneométricas, y luego han comparado su cráneo con otros 452 cráneos de América del Norte, Central y del Sur, así como con los cráneos hallados en las cuevas de Tulum.
El análisis mostró que 'Chan Hol 3' probablemente era una mujer de aproximadamente 30 años de edad que medía 1,64 metros en el momento de su muerte, y que vivió hace al menos unos 9.900 años. Su cráneo tenía tres heridas distintas, lo que indica que algo duro la golpeó, rompiendo los huesos del cráneo. También presentaba deformaciones parecidas a cráteres, lesiones que se parecen a las causadas por un pariente bacteriano de la sífilis, según el estudio publicado.
Signos de trauma en el cráneo.Imagen : W. Stinnesbeck et al., 2020 / PLOS One.
"Realmente parece que esta mujer tuvo un momento muy difícil y un final extremadamente infeliz de su vida", dijo a Live Science Wolfgang Stinnesbeck (izquierda). "Obviamente, esto es especulativo, pero dados los traumas y las deformaciones patológicas en su cráneo, parece probable que la expulsaran de su grupo y la mataran en la cueva, o la dejaran morir allí".
El cráneo de 'Chan Hol 3' ostenta un patrón mesocefálico (ni especialmente ancho o estrecho, con pómulos anchos y una frente plana), al igual que los otros tres cráneos de las cuevas de Tulum utilizados para la comparación. Todos los cráneos de las cuevas de Tulum tenían caries, lo que puede indicar que ingerían una dieta alta en azúcar. Esto contrasta con la mayoría de los otros cráneos conocidos del centro de México y América del Norte en un rango de antigüedad similar, los cuales tienden a ser largos y estrechos (dolicocéfalos), y muestran dientes desgastados sin caries (lo que indica una ingesta de alimentos duros en su dieta).
El cráneo de 'Chan Hol 3' es mucho más redondeado que los hallados en otras regiones de México.
Aunque limitados por la relativa falta de evidencias arqueológicas sobre los primeros pobladores de América, los autores sugieren que estos patrones craneales indican la presencia de al menos dos grupos humanos morfológicamente diferentes que vivieron por separado en México durante el tránsito del Pleistoceno al Holoceno (nuestra actual época).
"Los dos grupos deben haber sido muy diferentes en aspecto y cultura. Mientras que los grupos del centro de México eran altos, buenos cazadores, con elaboradas herramientas de piedra, el pueblo de Yucatán era pequeño y delicado, y hasta la fecha, no se ha encontrado una sola herramienta de piedra", dice Stinnesbeck.
Y agrega: "Los esqueletos de Tulúm indican que más de un grupo de personas llegó primero al continente americano, o que hubo tiempo suficiente para que un pequeño grupo de pobladores tempranos, que vivían aislados en la península de Yucatán, desarrollaran una morfología craneal diferente. Por tanto, la historia de los primeros asentamientos en América, parece que fue más compleja y, además, haber ocurrido antes de lo que se suponía previamente".
"Sin embargo, en ausencia de datos de ADN, no podemos decir de dónde vinieron originalmente estas personas y cómo llegaron a las Américas", dijo Stinnesbeck.
Equipo de la Universidad John Moores de Liverpool, Reino Unido, involucrado en la descripción del esqueleto de Ixchel y las comparaciones con otros esqueletos paleoindios del centro de México y Brasil. Dr Sam Rennie (derecha) y Prof Silvia Gonzalez (izquierda). Crédito: Jerónimo Avilés Olguín.
El descubrimiento de Stinnesbeck se suma a otra reciente investigación que refuerza su hipótesis. Científicos de la Universidad de Ohio analizaron otros cuatro esqueletos hallados en el área de Quintana Roo, también en la península de Yucatán. Se calcula que estas personas vivieron entre hace 9.000 y 13.000 años y sus restos dan cuenta de una gran variedad morfológica.
Fuentes: phys.org | livescience.com | gizmodo.com | bbc.com | 5 de febrero de 2020