Una fosa común en Inglaterra revela la devastación de la peste negra en la Edad Media

Foto: Restos de los cuerpos en la fosa común. University de Sheffield

Vivimos en tiempos del coronavirus, una epidemia que ha provocado la muerte de alrededor de 1.500 personas en China, el 0,00015% de un país de mil millones de habitantes. No es el objetivo de este artículo entrar a valorar el alcance de la pandemia ni la virulencia ni las medidas para luchar contra el Covid-19, el nombre oficial de la enfermedad. Pero siempre es importante tener contexto.
La Peste Negra devastó Inglaterra entre 1348 y 1349, matando a casi la mitad de su población en menos de dos años. Las grandes ciudades tuvieron que cavar fosas comunes para hacer frente al gran número de fallecidos. Y también tuvieron que hacerlo los pueblos más pequeños de las comunidades rurales, según acaban de descubrir los investigadores de la Universidad de Sheffield.

Los arqueólogos, liderados por el profesor Hugh Willmott (izquierda), han encontrado una fosa en la abadía de Thornton, en Lincolnshire, que constituye un lugar único. En ella están enterradas 48 personas, incluidos 21 niños, que murieron con apenas unos días de diferencia por culpa de la bacteria Yersinia pestis, transmitida por las picaduras de las pulgas y que provocaba la peste bubónica (o negra, como se la conocía en la Edad Media).

Esta enfermedad afecta a menos de 5.000 personas en todo el mundo hoy en día, aunque puede ser mortal si no se la trata inmediatamente con antibióticos. En el siglo XIV, sin embargo, acabó con un tercio de la población de Europa y pudo alcanzar los 100 millones de muertos si se suman los fallecidos en Asia y África. En total, más del 20% de la población mundial de la época.

Ruinas de la Abadía de Thornton donde se encontró la fosa común de la Muerte Negra. (J R Dawson / CC BY-NC-ND 2.0)

"El priorato rural de Thornton parece haber tenido un hospital medieval abrumado por la Peste Negra, lo que les obligó a cavar la fosa común”, señalan los investigadores en un artículo publicado en la revista Antiquity. El análisis de los dientes de hasta 16 de esas personas “reveló el ADN del patógeno de la enfermedad Yersinia pestis”.

“Esto sugiere que las instituciones normales se vieron superadas por los enfermos, lo que obligó a los afectados a recurrir a la abadía cercana y al hospital asociado como último recurso. Sin embargo, esto tampoco pudo hacer frente a la peste, lo que llevó a la creación de la fosa común”, escriben los especialistas.

A pesar de las catastróficas circunstancias, los muertos fueron enterrados con respeto: cada uno de los cuerpos sin vida se colocó cuidadosamente, uno al lado del otro, para no superponerse, y se envolvieron con una sabana mortuoria. “Parece que, incluso en medio del desastre, la comunidad aún se cuidaba mutuamente”, señalan los autores del estudio.

Localización de la fosa con los cuerpos en el recinto de Thornton Abbey. Foto: Universidad de Sheffield

La Peste Negra devastó el territorio británico en menos de 24 meses. No había forma de parar a la bacteria y las grandes ciudades, superadas por el alto número de víctimas, comenzaron a cavar fosas para enterrar a los muertos. Lo que hasta ahora era desconocido es que esta práctica se hubiera extendido a las pequeñas comunidades rurales.

Fue precisamente durante los momentos de más virulencia de esta enfermedad cuando se acuñó la palabra “cuarentena” (ahora tan de moda con los pacientes del coronavirus). Fue en Venecia donde se empezó a utilizar para nombrar la exclusión y aislamiento de 40 días para los sospechosos de portar la peste. Sin embargo, la práctica comenzó probablemente en la ciudad de Ragusa (actual Dubrovnik), donde se aplicaba la medida (durante 30 días) ya en 1377.

La abadía de Thornton fue fundada en 1139 y prosperó debido a su participación en el comercio local de lana, convirtiéndose en uno de los monasterios más ricos hasta que Enrique VIII lo cerró en el siglo XVI. En 2011, los arqueólogos de la Universidad de Sheffield comenzaron las excavaciones sistemáticas del sitio, revelando unos antiguos y sorprendentes movimientos de tierra.

Plano de la fosa común en la que aparecieron los cuerpos. Universidad de Sheffield.

Primero se pensó que eran los restos de una mansión construida después del cierre del monasterio. Los trabajos, sin embargo, no revelaron una casa, sino que destaparon 48 esqueletos humanos. Esta fosa común revelaba una catástrofe. Todas las personas fueron enterradas en un corto período de tiempo, posiblemente en apenas unos pocos días, lo que representa un alto porcentaje de la población local que murió rápidamente.

“Todos los rangos de edad están representados entre las víctimas, excepto los bebés. Aunque esto se puede deber a que sus huesos, más blandos, no se conservaron en el suelo áspero”, indican los arqueólogos. Eso lleva a los investigadores a pensar que incluso se pudieron enterrar más individuos en la fosa.

La datación por radiocarbono colocó este entierro dentro del marco temporal de la Peste Negra. Las sospechas iniciales se confirmaron mediante el análisis de los molares de 16 esqueletos que contienen ADN del patógeno responsable de la enfermedad. En particular, la cepa de Thornton está más estrechamente relacionada con la que se ha encontrado en las fosas comunes en Londres, lo que sugiere que fue parte del mismo brote.

Restos humanos de los niños hallados en la fosa. Foto: Universidad de Sheffield

“Parece que la Abadía de Thornton fue inundada con víctimas de la peste, hasta el punto de que ya no pudieron seguir con el ritmo de los entierros. Los registros de la iglesia indican que había un hospital de St. James fuera de las paredes del monasterio, parte del cual ya ha sido excavado, y que pudo haber sido el destino de los enfermos”, explican.

En la abadía de Meux, a 18 kilómetros de Thornton, el 80% de los monjes murieron. Ante la falta de otros recursos locales cercanos, el hospital pudo haber sido la única opción para muchos afectados de la zona circundante. “Aunque los recursos de la Abadía de Thornton se agotaron, se encargaron de enterrar a las personas lo mejor que pudieron”, afirman los arqueólogos.

En la Inglaterra medieval, un entierro cristiano adecuado era vital, por lo que este cuidado en la muerte probablemente se consideró tan importante como cualquier atención médica para los enfermos. “De hecho, ese puede haber sido el motivo para el que la mayoría de esa gente, con pocas esperanzas de recuperación, viajó a Thornton”, concluyen.


Fuente: lavanguardia.com | 18 de febrero de 2020

Un nuevo estudio reabre el debate sobre si Nefertiti está en una cámara secreta de la tumba de Tutankamón

La cámara funeraria de la tumba de Tutankamón, en el Valle de los Reyes, con el sarcófago y dentro uno de los ataúdes del faraón.

Nuevo y sorprendente giro en el debate sobre si hay o no cámaras secretas escondidas en la tumba de Tutankamón. Tras las últimas conclusiones oficiales de que nada se oculta tras las paredes del sepulcro del joven faraón en el Valle de los Reyes (Luxor), un nuevo estudio reabre el caso.

Las nuevas prospecciones de radar en la tumba, la KV 62, revelan otra vez posibles evidencias de habitaciones hasta ahora desconocidas. Los supuestos hallazgos se explican en un informe aún no publicado, a detalles del cual ha tenido acceso la revista Nature, que siempre es una garantía, y resucitan la controvertida teoría, propuesta por el egiptólogo británico Nicholas Reeves (izquierda) de que tras la cámara funeraria de Tutankamón se esconde otra tumba, más grande, que podría pertenecer a la reina Nefertiti (esposa del padre de Tutankamón, Akenatón, y suegra del joven rey).

Investigadores liderados por el ex ministro de Antigüedades de Egipto, Mamdouh Eldamaty, han usado un radar de alta penetración en el terreno (GPR en sus siglas en inglés) para escanear otra vez el área alrededor de la tumba de Tutankamón. El estudio, según sus autores, habría identificado un espacio parecido a un corredor a pocos metros y al este de la cámara funeraria del sepulcro. El hallazgo habría sido presentado al Consejo Superior de Antigüedades de Egipto a principios de este mes.

Egiptólogos de todo el mundo se están mostrando de nuevo al tiempo entusiasmados y prudentes ante la posibilidad de la existencia de cámaras desconocidas en KV 62. De existir esas cámaras, haya lo que haya en ellas, estaríamos ante uno de los más grandes descubrimientos de la historia de la egiptología, dada la especialísima relevancia de todo lo relacionado con el faraón Tutankamón, su época (la denominada era de Amarna), su familia y su tumba. Pensar que Howard Carter hubiera podido pasar por alto que la tumba que descubrió albergara más secretos es algo que enciende cualquier imaginación.

La posibilidad de que existan esos espacios había sido previamente investigada por diferentes equipos, públicos y privados, pero hasta ahora con resultados negativos. En 2017 un grupo liderado por Francesco Porcelli (izquierda), de la Universidad Politécnica de Turín realizó un estudio que, según se afirmaba, apuntaba a la existencia de las cámaras secretas. Sin embargo, otros estudios posteriores la descartaron.

Hace solo un par de semanas, el ex ministro y hombre de referencia mundial de la arqueología en Egipto, Zahi Hawass (derecha), de visita en España, recalcaba que lo de las cámaras no había sido más que un bulo y reafirmaba que las investigaciones no habían probado nada, y que de hecho, el uso del radar no es conclusivo, solo hace albergar falsas esperanzas y por sí solo nunca ha provocado un descubrimiento en Egipto.

Curiosamente, el área en el que ahora se sugiere que hay algo no coincide con las apuntadas anteriormente. Entonces, se trataba de espacios desconocidos a continuación del muro norte, en la cámara funeraria, y de la pared oeste de la misma cámara. El primer espacio correspondería a un pasillo que conduciría a la tumba escondida y el segundo a un almacén como las otras dos cámaras conocidas del sepulcro de Tutankamón, el anexo y el tesoro. Pero lo detectado ahora, según el estudio al que ha tenido acceso Nature, es un espacio al este de la tumba, más allá del tesoro y que parece por la forma un corredor de dos metros de altura y diez de largo que tendría cámaras y que corre en paralelo al pasillo original de entrada de la tumba (por el que accedieron al descubrirla en 1922 Carter y Carnarvon y que es la entrada por la que se visita el recinto en la actualidad).


En realidad, no está ni siquiera claro que el espacio que parece haber sido detectado esté físicamente ligado a la tumba de Tutankamón o forme parte de otra sepultura. Los investigadores opinan que sí lo está, dado que su orientación es perpendicular al eje principal norte-sur en que está alineada KV 62.
Por supuesto Reeves se ha mostrado muy interesado en el nuevo estudio que resucita su hipótesis, aunque, para su perplejidad, no de la manera en que él esperaba. Reeves, como se ha explicado anteriormente, creía que la tumba continuaba por la pared norte hasta un nuevo sepulcro, el de Nefertiti. La teoría de las nuevas cámaras o espacios surgió en 2015 a partir del pormenorizado escáner que se hizo de la tumba para realizar una copia exacta y parecía indicar la existencia de puertas tapiadas tras las pinturas del muro norte y oeste. Entonces, tras exponer públicamente Reeves su hipótesis, el gobierno egipcio auspició dos proyectos de radar, uno, llevado a cabo por un equipo japonés, pareció confirmar la existencia de espacios desconocidos, pero el segundo, orquestado por National Geographic no confirmó el resultado anterior. En 2016 otros dos equipos repitieron los exámenes, pero siguió el desacuerdo.

La entrada a la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, Luxor, Egipto. Crédito: Lander (CC BY-SA 3.0)

En la nueva tesitura, solo queda esperar a que se expliquen con detalle los descubrimientos y los expertos y las autoridades egipcias den su veredicto. De momento volvemos a quedarnos a las puertas de lo que podría ser algo espectacular y que nos resolviera algunos de los grandes enigmas de la época de Tutankamón. Hay que aguardar con paciencia. Otra vez.

Fuentes: elpais.com | thesun.co.uk | 22 de febrero de 2020

Una estela desvela la existencia de un antiguo reino que derrotó a Frigia, el imperio del rey Midas

La estela apareció en medio de un canal en la península de Anatolia (University of Chicago).

El rey Midas fue descrito por la mitología griega como un hombre capaz de convertir en oro todo lo que tocaba. Este monarca gobernó Frigia, que ocupaba la mayor parte de la península de Anatolia, entre el año 740 y el 696 a.C. Su reinado coincidió con el momento de más esplendor de esta región que llegó a controlar una extensa región de Asia Menor.

Pero no todo fueron éxitos para Frigia a lo largo de su historia. También sufrieron amargas derrotas. Una de ellas parece que fue ante una ciudad que llevaba centenares de años perdida. Los arqueólogos de la Universidad de Chicago la encontraron el pasado verano en un lugar del sur de Turquía llamado Türkmen-Karahöyük.

Los investigadores estaban revisando la zona junto a unos colegas británicos y turcos cuando un agricultor local les contó que, durante el invierno de 2019, había visto una gran piedra con inscripciones extrañas mientras dragaba un canal de riego cercano. ”Corrimos hasta allí y vimos que todavía sobresalía del agua, así que saltamos directamente al canal, donde el novel del agua llegaba hasta nuestras cinturas”, explica el profesor James Osborne (izquierda) en un comunicado.

El texto estaba escrito en Luvita, el idioma utilizado en la zona durante la Edad del Bronce y del Hierro. Una vez traducida, la leyenda se jactaba de derrotar a Frigia, el reino gobernado por el rey Midas. “No teníamos idea de que había existido este reino. En un instante, teníamos información nueva y profunda sobre la Edad de Bronce en Oriente Medio”, añadió Osborne.
La ciudad estado, que habría estado activa entre el 1400 y el 600 a.C. ocupaba un espacio aproximado de 120 hectáreas, lo que la convertiría en una de las poblaciones antiguas más grandes de Turquía. Lo que todavía nadie sabe es cómo se llamaba este reino ni quiénes eran sus gobernantes.
El verano pasado, los estudiantes de Osborne en la Universidad de Chicago se unieron al Proyecto de Estudio Arqueológico Regional de Konya para mapear el sitio de Türkmen-Karahöyük, ubicado en un área llena de otras ciudades antiguas famosas. Simplemente caminando por la superficie del sitio, recogieron trozos de cerámica de tres mil años de antigüedad. Luego apareció la estela, que tenía una marca jeroglífica especial que simbolizaba que lo que allí estaba escrito era el mensaje de un monarca.


Los arqueólogos creen que la ciudad está escondida debajo de este terreno de Türkmen-Karahöyük (University of Chicago).

Sacaron la piedra con la ayuda del granjero y su tractor y la llevaron a un museo local donde la limpiaron, fotografiaron y prepararon para poder traducir el texto. El luvita es una de las ramas más antiguas de las lenguas indoeuropeas, un idioma único escrito en signos jeroglíficos nativos del área turca y que se lee alternando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

Foto: un ejemplo de escritura Luvita (University of Chicago)

Una vez traducida la leyenda descubrieron que el rey que mandó realizar la estela se llamaba Hartapu y que Türkmen-Karahöyük era probablemente su ciudad capital. La piedra cuenta la historia de la conquista del cercano reino de Muska, más conocido como Frigia, hogar del rey Midas. “Los dioses de la tormenta entregaron a los reyes [opuestos] a su majestad”, decía la piedra.

El análisis lingüístico sugirió que la estela fue compuesta a finales del siglo VIII a.C., lo que se alinea con el tiempo que gobernó Midas. Además, ayudó a resolver un misterio largamente establecido. A menos de 16 kilómetros al sur hay un volcán con una conocida inscripción en jeroglíficos. En ella se habla de un rey Hartapu que hasta ahora nadie sabía quién era.
Los arqueólogos ya están planeando la siguiente visita a la zona, donde esperan encontrar muchos sitios que explorar. “Dentro de este montículo en Türkmen-Karahöyük habrá palacios, monumentos y casas. Esta estela fue un hallazgo maravilloso e increíblemente afortunado, pero es solo el comienzo“, concluye el profesor Osborne.

Fuente:lavanguardia.com | 21 de febrero de 2020

El pescado de la Bahía de Cádiz ya se procesaba hace 5.000 años

Uno de los yacimientos analizados por los investigadores de la UCA.

Investigadores de la Universidad de Cádiz, junto a expertos del CSIC de Barcelona y de los Museos de Vejer y de Arqueología y Etnografía de Setúbal (Portugal), han identificado actividades de procesado de pescado en los restos arqueológicos portugueses de Vale Marim I (Mesolítico) y Vale Pincel I (Neolítico) y en los yacimientos neolíticos de la costa atlántica de Cádiz de La Esparragosa (Chiclana de la Frontera) y Set Parralejos (Vejer de la Frontera).

Los dos asentamientos gaditanos se sitúan en plena campiña litoral, muy próximos a la actual línea de costa y presentan una cronología de finales del Neolítico (hace 5.000 años). Este tipo de yacimientos se conocen como campos de silos y son grandes superficies con numerosas estructuras de almacenamiento excavadas en el nivel geológico y que reciben el nombre de silos.

«En el yacimiento de La Esparragosa se han documentado hasta 57 filos de cuchillos de sílex, en los que se observa un micropulido de uso muy desarrollado que ocupa prácticamente la totalidad de la superficie de los instrumentos por ambas caras. La experimentación ha demostrado que se emplearon como cuchillos para el fileteado de pescado», como explica Ignacio Clemente (izquierda), investigador del CSIC y primer firmante del artículo que ha sido publicado en la revista Quaternary International, donde se explica este trabajo. «En el caso del yacimiento de Set Parralejos, el 33% de las herramientas en sílex que presentan huellas de uso están asociadas a la limpieza y procesado de pescados», como matiza Niccolò Mazzucco, investigador del CSIC de Barcelona.

Este estudio es de gran interés, ya que es la primera vez que se documentan este tipo de actividades en yacimientos neolíticos de la península Ibérica, como indican los investigadores entre los que se encuentra José Ramos Muñoz, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, quien asegura que «planteamos como posibilidad el fileteado de pescado para que, tras su salazón, ahumado o secado, fueran almacenados en los silos».
«Poco a poco vamos conociendo la importancia que el medio marino siguió teniendo para las sociedades neolíticas en la costa atlántica gaditana. A estos resultados debemos añadir la elevada cantidad de restos de pescado y moluscos documentados en otros yacimientos neolíticos de la Bahía de Cádiz como El Retamar (Puerto Real) y Campo de Hockey (San Fernando). Pese a la aparición en época neolítica de la agricultura y la ganadería, en zonas de gran riqueza marina como la costa atlántica de Cádiz, las actividades pesqueras y mariscadoras siguieron desempeñando un papel fundamental en la economía de estas comunidades», como afirma Eduardo Vijande (derecha), profesor de Prehistoria de la UCA.

Con objeto de conocer de manera más exacta el peso que tuvieron los recursos marinos en la dieta de estos pobladores prehistóricos, se han comenzado análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno de varios individuos cuyos resultados se publicarán en los próximos meses.

Para Juan Jesús Cantillo (izquierda), director del Museo de Vejer de la Frontera y especialista en malacofauna, la importancia del medio marino para estas sociedades fue tal que no solamente emplearon sus recursos con fines alimenticios, sino que también utilizaron las conchas de los moluscos como adornos o con fines rituales. De hecho, «el caso más llamativo es el del enterramiento documentado en La Esparragosa, donde tenemos un individuo femenino en posición flexionada que fue cubierto por 477 ejemplares (abiertos y cerrados) de 'Ruditapes decussatus' (almeja fina) que relacionamos con algún tipo de consumo vinculado a prácticas rituales funerarias», como indica Cantillo.

Parte de estos análisis se han desarrollado gracias al proyecto del Plan Nacional I+D HAR2017-87324-P, dirigido por el profesor José Ramos Muñoz.

Fuente: lavozdigital.es | 14 de febrero de 2020

Hallan en Australia alimentos de hace 65.000 años

Los primeros alimentos vegetales de Australia, ingeridos por los primeros pobladores de la isla continente hace 65.000 años, han sido descubiertos en el estado denominado Territorios del Norte. Conservados como trozos de carbón, los restos de esta comida se recuperaron en antiguos hogares de cocina en el sitio arqueológico de Madjedbebe, en el norte de Australia.

La arqueobotánica de la Universidad de Queensland, Anna Flori (izquierda), dijo que un equipo de arqueólogos y propietarios tradicionales del lugar identificaron 10 alimentos vegetales, incluidos varios tipos de frutas y nueces, raíces y tubérculos y tallos de palma.

"Al trabajar con la compañía Elders y los coautores del trabajo de investigación, May Nango y Djaykuk, de la Corporación Aborigen Gundjeihmi, el equipo también pudo explicar cómo se usaron las plantas en Madjedbebe", dijo Florin.

“Muchos de estos alimentos vegetales requieren ser procesados para que sean comestibles, y esta evidencia se complementó con la tecnología de piedra de molienda, la cual fue utilizada durante la ocupación temprana del lugar”.


El paraje de roca arenisca de Madjedbebe donde fueron hallados los restos de alimentos. UNIVERSIDAD DE QUEENSLAND.

“Los primeros australianos tenían un gran conocimiento botánico, y este saber fue el que les permitió adaptarse y prosperar en este nuevo entorno. Pudieron garantizarse el acceso a carbohidratos, grasas e incluso proteínas, mediante la aplicación de este conocimiento, así como con la innovación tecnológica y la mano de obra en la recolección y procesamiento de los alimentos vegetales australianos”, explicó Florin.

Análisis de loseEndocarpios y mesocarpios de los frutos hallados.


El director de las excavaciones, el profesor Chris Clarkson (derecha), de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Queensland, dijo: "Estoy sorprendido y encantado por la cantidad de evidencias arqueobotánicas recuperadas en el sitio".

“El enclave de Madjedbebe continúa proporcionando ideas sorprendentes sobre el complejo y dinámico estilo de vida de los primeros aborígenes australianos”, agregó Clarkson.

La capa de ocupación más antigua en Madjedbebe también se encontraron evidencias de hachas de piedra con bordes pulidos, la tecnología de piedras afiladas más antigua fuera de África, la conformación temprana de puntas de lanza de piedra, muchos kilogramos de ocre molido y el primer uso registrado de pigmentos reflectantes en el mundo.

El estudio ha sido publicado en Nature Communications.



Fuente: The University of Queensland | 17 de febrero de 2019

Hallan en la cueva de Shanidar (Irak) el esqueleto parcial de un neandertal de hace más de 70.000 años

El cráneo del neandertal hallado se encontró aplastado por miles de años de sedimentos y caída de rocas, en la cueva de Shanidar, en el Kurdistán iraquí.

Un equipo de investigadores ha descubierto en la Cueva de Shanidar -en las estribaciones del kurdistán iraquí- un esqueleto parcial de neandertal que será clave para investigar las prácticas mortuorias de esta especie humana extinguida hace unos 40.000 años.

El esqueleto -el primero que aparece en más de veinte años- ha sido descubierto en uno de los yacimientos más importantes de la arqueología del último siglo, la Cueva de Shanidar, excavada por primera vez en la década de 1950 por el arqueólogo Ralph Solecki.

De aquella excavación salieron a la luz los restos parciales de nueve hombres, mujeres y niños neandertales. Unos estaban agrupados y otros tenían restos de polen antiguo alrededor, detalles que para Solecki eran una prueba de que estos humanos enterraban a sus muertos y utilizaban flores en sus ritos funerarios.

La hipótesis del "entierro con flores" no solo capturó la imaginación popular sino que provocó el replanteamiento de esta especie -hasta entonces considerada "no inteligente"- y abrió un debate que se ha extendido durante décadas y que ha dividido a la comunidad científica entre los que creen que los neandertales practicaban rituales de muerte y los que no les creen capaces de tal sofisticación cultural.

Reproducción del neandertal 'Shanidar 4' con flores hallado en 1960. Imagen: JohnConnell.

Medio siglo después, un equipo de investigadores ha regresado a la vieja zanja de Solecki para recoger nuevas muestras de sedimento, y ha descubierto los huesos aplastados del cráneo y del torso de un nuevo neandertal: 'Shanidar Z'.

Los primeros análisis sugieren que tiene más de 70.000 años de antigüedad y, aunque el sexo está por determinar, "los dientes indican que se trata de un adulto de mediana a avanzada edad".

Vista de la entrada a la cueva de Shanidar, en las estribaciones de las montañas Baradost en el noreste del Kurdistán iraquí.

El descubrimiento, publicado hoy en la revista Antiquity, ha sido realizado por científicos de las universidades John Moores de Cambridge, Birkbeck y Liverpool, con la colaboración de la Dirección General de Antigüedades del Kurdistán y la Dirección de Antigüedades de la provincia de Soran.
El hallazgo ayudará a avanzar en la comprensión de esta especie humana porque "hace sesenta o incluso cien años, las técnicas arqueológicas eran más limitadas, pero con las tecnologías modernas y el ADN antiguo se podrán desvelar muchas preguntas que nos hemos hecho hasta ahora", explica Emma Pomeroy (izquierda), del Departamento de Arqueología de Cambridge y autora principal del artículo en un comunicado.

La nueva excavación en la Cueva Shanidar comenzó en 2014, de la mano de Graeme Barker (derecha), del Instituto McDonald de Arqueología de Cambridge, pero solo dos días después la amenaza del ISIS obligó a paralizar el proyecto hasta el año siguiente.

"Pensamos que con suerte podríamos encontrar los lugares en los que se encontraron los restos neandertales en los años 50, para intentar datar los sedimentos circundantes. En ningún caso esperábamos encontrar nuevos huesos de neandertal", recuerda Barker.

Pero en 2016, en una de las partes más profundas de la zanja, una costilla emergió de la pared, seguida de una vértebra lumbar y de los huesos de una mano derecha apretada. Tras excavar cuidadosamente los sedimentos de la zona, el equipo extrajo el esqueleto.

Restos del tórax del neandertal hallado.


Restos de costillas y del brazo izquierdo.

En 2018 apareció un cráneo completo, aplanado por miles de años de sedimento, y en 2019 los huesos de la parte superior del cuerpo casi hasta la cintura, con la mano izquierda colocada bajo la cabeza como si fuera un pequeño cojín. Una piedra prominente cerca de la cabeza podría, según los investigadores, haber sido utilizada como algún tipo de marcador.

"Los huesos son desgarradoramente delicados", dice Pomeroy. Barker describe su consistencia como una galleta húmeda, y la tierra tuvo que ser raspada lenta y meticulosamente, a veces usando palitos de kebab de bambú. "Emma tiene muy buen ojo para saber dónde es probable que se encuentren las diversas protuberancias de hueso", dice Barker. "Le tomó semanas de intensa concentración trabajar en lo que es prácticamente una sauna en términos de calor y humedad".


La pose del esqueleto es bastante diferente del denominado 'entierro con flores', el cual se halló en posición fetal, justo al lado y posiblemente superpuesto a 'Shanidar Z', quien tiene cerca de la cabeza una piedra prominente a modo de marcador.


El trabajo minucioso de excavar in situ es arriesgado ya que los hueso son muy frágiles. Una alternativa es recuperarlo en bloque, es decir, recubrir toda la zona con yeso y extraerla al por mayor, y luego excavarla por completo en el laboratorio.

"Consideramos sacarlo en bloque, pero podía ser bastante brutal", dice Pomeroy. "Fundamentalmente, se corre el riesgo de destruir pruebas preciosas que pueden determinar si los neandertales fueron enterrados en un pozo excavado a propósito, en una tumba, o no".
En la década de 1950, Solecki optó por la excavación en bloque del 'entierro con flores', y Pomeroy cree que fue esta extracción la que dejó este último hallazgo de un neandertal cortado por la cintura. “En sus notas describen huesos que salen del bloque. Solecki numeraba a los individuos, y creemos que tenemos la mitad superior de Shanidar 6, pero hasta que podamos confirmar esto, lo llamamos 'Shanidar Z'”.

Junto a todos estos restos -que están siendo escaneados por TC-, los investigadores llevan a cabo el análisis de algunas muestras halladas en la zona, tales como conchas, huesos de ratones y caracoles antiguos, así como rastros de polen y carbón vegetal, elementos que podrían ofrecer nueva información sobre aspectos cotidianos de los neandertales como la cocina o sobre el famoso "entierro con flores".
Imagen de TC de sección transversal que muestra la parte petrosa del oído temporal e interno (dentro del cuadro rojo) del cráneo de 'Shanidar Z'.

Las exploraciones iniciales han revelado que la parte petrosa del hueso temporal del neandertal ahora hallado todavía está intacta. Este es el hueso más denso en el cuerpo humano, y podría retener ADN que se puede extraer para aprender más sobre el mismo y si la gente de la región se había cruzado con otros homínidos contemporáneos.

"La nueva excavación sugiere que algunos de los restos de los neandertales hallados fueron colocados en un canal en el piso de la cueva creado por el agua, que luego fue excavado intencionalmente para profundizarlo", dice Barker. "Hay fuertes evidencias de que 'Shanidar Z' fue enterrado deliberadamente, y si los neandertales utilizaban la cueva de Shanidar para enterrar repetidamente a sus muertos, su comportamiento sugeriría una complejidad cultural de alto orden", concluye.


Fuentes: lavanguardia.com| sciencealert.com | University of Cambridge | 18 de febrero de 2010

Hallan en el Foro de Roma un hipogeo con un sarcófago y un altar vinculados al culto de Rómulo

El sarcófago de toba y la estructura circular (posiblemente un altar) descubiertos en una zona subterránea del Foro Romano, en el entorno donde se hallaba el 'Comitium'.

Aproximadamente un año después del inicio de los estudios sobre la documentación producida por el arqueólogo Giacomo Boni a principios de la década de 1900, se pudo plantear la hipótesis de la presencia en el Foro Romano, a pocos metros de la Lapis Níger (Piedra Negra) y el Comitium (Asamblea), de un santuario dedicado a fundador de la ciudad de Roma: Rómulo.

Vista del Foro Romano con el Lapis Niger en primer término / Foto: Cortyn – Shutterstock

Las investigaciones arqueológicas planificadas por el 'Parque Arqueológico del Coliseo' dieron como resultado un descubrimiento excepcional: un entorno subterráneo con un sarcófago de aproximadamente 1,40 metros ha resurgido en la zona del Comitium asociado con un elemento circular, probablemente un altar. El sarcófago fue realizado con la toba procedente del Capitolio y, por lo tanto, debe remontarse al siglo VI a.C.

Entrada a la escalera debajo de la Curia, donde los arqueólogos han hallado el hipogeo. Foto: Parco Colosseo

El contexto subterráneo está ubicado debajo de la escalera que conduce a la Curia, construida en la década de 1930 por Alfonso Bartoli, se conserva evidentemente por su propio significado simbólico, dada la Curia suprayacente, y coincide con lo que las fuentes dicen ser el punto post rostra (detrás de los Rostra republicanos), donde se encuentra el lugar de entierro de Rómulo (según la lectura de un pasaje de Varrón comentando la obra de Horacio, Epodos, XVI). Los expertos señalan que no es casualidad que en eje con el entorno subterráneo se encuentre Lapis Níger, la piedra negra indicada como un lugar fatal, dado que está relacionada con la muerte de Rómulo.

Otra vista del Foro Romano con el 'Lapis Niger' en primer término y la Curia al fondo.

La excavación y las perspectivas de valorización de este monumento del culto a Rómulo y de la historia de Roma y sus orígenes serán ilustradas por el director del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo y por el equipo de arqueólogos y arquitectos dedicados a la investigación el próximo viernes 21 de febrero.

Fuente: lanotiziagiornale.it | abc.es | 17 de febrero de 2020