Descubren el primer arroz cultivado en Asia central

Restos de arroz carbonizado y otros elementos botánicos hallados en el enclave arqueológico de Khalchayan (Uzbequistán). 1-2: Oryza sativa; 3: Hordeum vulgare; 4: Triticum aestvum;5: Pisum sativum; 6: lente culinaris; 7-8: Linum usitatissimum; 9: Lithospermum arvense; 10-12: Setaria italica; 13-15: Chenopodium sp .; 16-18: Polygonum sp .; 19-20: galio aparina; 21-22: Alhagi sparsifolia [Crédito: Chen Guanhan, IVPP]

El arroz siempre ha sido el alimento más importante en Asia y en el resto del mundo. Alrededor de la mitad de la población en la Tierra usa el arroz como su principal fuente alimenticia. Ahora bien, el origen, la propagación, la evolución y la adaptación ecológica del arroz cultivado siguen siendo aspectos importantes que preocupan en la actualidad a los arqueólogos, biólogos y científicos agrícolas mundiales.

En los últimos años los estudios de arqueobotánica y biología molecular han demostrado que el arroz fue originariamente domesticado como arroz japonica (Oryza sativa japonica) en la región baja del río Yangtsé, en China, hace 10.000 años, y posteriormente se extendió a Japón y al sur y sudeste de Asia hace unos 5.000-4.000 años, donde hibridó con el arroz silvestre nativo y, de modo gradual, formó el arroz índica (Oryza sativa indica), convirtiéndose en el cultivo principal del sur de Asia en la actualidad.

Sin embargo, en los últimos años, la investigación sobre el origen y la propagación del arroz se ha centrado principalmente en el este, el sudeste y el sur de Asia. En la actualidad, todavía sabemos muy poco acerca de cuándo y cómo el arroz se propagó por Asia occidental, Europa y África. La región de Asia Central, como nodo importante en la antigua Ruta de la Seda, no puede ser ignorada, ya que es la "encrucijada" de la civilización mundial. Por lo tanto, estudiar el momento y la ubicación de la emergencia del arroz en Asia Central puede ayudarnos a comprender el proceso de difusión de la agricultura del arroz y agrega un elemento importante sobre la globalización temprana de los cultivos.

Recientemente, un grupo de investigación dirigidos por el profesor Li Xiaoqiang (izquierda), del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados, la Academia de Ciencias de China (IVPP, CAS), y otros investigadores de la Facultad del Patrimonio Cultural de la Universidad del Noroeste, China, el Instituto de Arqueología, y la Academia de Ciencias de Uzbekistán, informó sobre sus últimos hallazgos de antiguos restos agrícolas en el enclave arqueológico de Khalchayan, en el sureste de Uzbekistán, los cuales publicaron en Science China Earth Science.
Los investigadores prospectaron 11 sitios en la orilla norte del río Amu Daria, comprendidos entre la Edad del Bronce y el período árabe, y encontraron restos de arroz carbonizado en el mencionado enclave de Kalchayan. Mediante el empleo de métodos arqueobotánicos y cronológicos, y otros registros arqueológicos locales, los investigadores han podido proporcionar nuevas pruebas físicas de la propagación del arroz hacia el oeste de Asia, así como el intercambio comercial entre la civilización oriental y occidental a lo largo de la antigua Ruta de la Seda.

Imágenes satelitales del enclave arqueológico de Khalchayan y restos de superficie dentro del sitio. [Crédito: Chen Guanhan y Zhou Xinying, IVPP]

Los investigadores utilizaron el método de flotación/filtración de residuos arqueológicos para obtener una gran cantidad de materiales botánicos en una capa cultural de la parte suroeste del enclave arqueológico de Kalchayan. Los resultados de la datación obtenidos mediante espectrometría de masas con acelerador (AMS) del C-14 mostraron que la antigüedad de los restos de arroz hallados se situaba entre 1714-1756 años antes del presente (B.P.), por lo que está comprendida dentro del período del Imperio Kushan (siglos I a III d.C).

Además de los restos de arroz, se recuperó también trigo carbonizado, cebada, guisantes, mijo, uvas, lino y otros productos. Estos cultivos tienen su origen tanto en Asia occidental como oriental, lo que ilustra la existencia de un sistema de cultivo de oasis diverso y complejo. Debido a que el arroz requiere más calor y agua que el trigo y el mijo, esto dificultó su cultivo en las regiones áridas durante los primeros tiempos de su desarrollo. No obstante, al combinar el análisis de los restos de arroz carbonizado con los registros de los sistemas de regadío existentes en otros oasis locales agrícolas del Imperio Kushan, los investigadores creen que pudo ser posible el cultivo de arroz en Kalchayan.

Los estudios morfológicos muestran que los restos de arroz carbonizado son arroz japonica, y su morfología es similar a los restos encontrados en otros lugares del sur de China y noroeste de la India en el mismo período de tiempo considerado. Eso indica que la posibilidad de cultivar arroz en Asia Central se extendió desde el sur de Asia.


Comparación de datos morfológicos de arroz antiguo y arroz moderno en China y Asia meridional [Crédito: Chen Guanhan, IVPP]

Al mismo tiempo, cuando apareció el arroz en Asia Central, el Imperio Kushan ya se había establecido en el noroeste de India y conquistado la mayor parte de Asia Central y del Sur. La expansión del Imperio Kushan y los disturbios políticos pudieron haber alimentado aún más la dispersión de los cultivos en el interior de Asia. La aparición del arroz en Asía central también indica el comienzo de una integración gradual cultural de una dieta alimenticia basada en el arroz al lado del sistema de dieta local consistente en el trigo, hasta finalmente conformar su principal fuente de alimento hoy en día, por ejemplo, como masa horneada (pan naan), pilaf o tostado.

Los restos de arroz hallados en el enclave de Khalchayan pueden consderarse las primeras muestras de arroz bien registradas en Asia Central. También son uno de los pocos ejemplos antiguos de arroz cultivado que se encuentran fuera de Asia oriental, meridional y sudoriental. Este descubrimiento tiene un gran valor para comprender mejor el proceso de intercambio de las primeras actividades agrícolas en la ruta al sur del Himalaya, y también proporciona nuevas evidencias para explicar cómo el arroz se extiendió aún más hacia el oeste, hacia a Irán, Europa y África, donde existen actividades de cultivo de arroz en la actualidad.

Fuentes: phys.org |archaeologynewsnetwork.blogspot.com | 21 de mayo de 2020

Importante hallazgo en Cástulo (Jaén) de una cabeza de mármol romana anterior al siglo IV d.C.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha asistido este lunes, en el Conjunto Arqueológico de Cástulo, en Linares (Jaén), al desenterramiento de una cabeza de mármol localizada en el yacimiento con una datación anterior al siglo IV d.C., y que podría corresponder, según los primeros estudios, a una figura masculina del dios Marte o a la femenina de la diosa Minerva, documentada reiteradas veces en la ciudad romana de Cástulo.

“Volvemos a encontrarnos con un hallazgo que coloca de nuevo a Cástulo y a la provincia de Jaén en la primera línea de la Arqueología y de la Historia. Estamos ante una escultura que fue enterrada a posta para mantener su dignidad y simbolismo en el Cástulo de hace 1600 años”, ha señalado la consejera, acompañada en su visita por la secretaria general de Patrimonio Cultural, Macarena O’Neill.


En este sentido, Del Pozo ha indicado que "el hallazgo nos permitirá conocer mucho más la historia del conjunto arqueológico y una zona que, por su morfología, no había sido tan estudiada hasta el pasado verano”. Así, ha explicado que "los trabajos continuarán y se ampliarán en los próximos meses, dotando a Cástulo de los recursos necesarios para situar el yacimiento al nivel de su importancia histórica para Linares y para toda la provincia de Jaén”.


Asimismo, la titular de Cultura ha recordado que en la actualidad hay consignados 600.000 euros de la ITI de Jaén para el conjunto “pero estamos trabajando en aumentar la inversión con la reprogramación de fondos en las mesas de negociación y alcanzar los 4 millones de euros”.
La cabeza de la estatua será trasladada al Museo Arqueológico de Linares donde los técnicos procederán a su estudio en profundidad, ha explicado la consejera, que ha insistido en la apuesta del Gobierno andaluz por impulsar este conjunto arqueológico. En este sentido, ha detallado que se está trabajando en una superficie de 50 hectáreas y que seguirá avanzando porque para Cultura “es una prioridad seguir trabajando en Cástulo”.



El hallazgo se produjo hace unos días por debajo del nivel del pavimento de una calle principal de Cástulo, que conectaba la Puerta Norte (o Argentaria) con el centro urbano en época romana. En concreto, las excavaciones de pasado verano recuperaron un tramo de esa calle hasta llegar a su pavimento, aquel que discurre ante la fachada de un pórtico monumental presidido por un posible templo, que se construyó en la primera imperial (en tiempos del emperador Augusto, hacia el cambio de era), y estuvo en uso un largo período de tiempo, al menos hasta el siglo IV d.C., cuando fue desmantelada la mayor de edificio.


La cabeza ahora encontrada, como otros fragmentos anteriores que fueron hallados en el transcurso de las excavaciones, formaría parte del programa decorativo de este edificio imperial. De hecho, en el patio central de pórtico se han conservado diez basamentos que en su día sostendrían otras tantas esculturas, tanto ecuestres en un lado, como «pedestres» en el otro.


Las últimas lluvias, así como la ausencia de una de las losas del pavimento de esa calle recuperada, arrastraron una mínima capa de tierra que ocultaba esta cabeza. Según los técnicos, esta cabeza fue intencionadamente enterrada y, aunque presenta daños en la cara, que apuntan a una expresa destrucción, se encuentra en buen estado para su estudio. En cuanto a la identificación, podría tratarse de una mujer con gorro o casco, que tal vez corresponda a la diosa Minerva o de la figura masculina del dios Marte.

Fuentes: horajaen.com | veolinares.com | 25 de mayo de 2020

Cambios climáticos y medioambientales influyeron en el origen del género 'Homo'

a , b son cúbitos proximales izquierdo y derecho (MLP-786 y MLP-1617, respectivamente de dos localidades diferentes, por lo tanto, no del mismo individuo); c  = fragmento de calvario (MLP-1469); d  = una corona completa del segundo molar superior (MLP-1549). Todos ellos descubiertos dentro del Proyecto Mille-Logya (MLP) en la región de Afar (Etiopía).

El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), ha participado en un estudio liderado por Zeresenay Alemseged, de la Universidad de Chicago, que se acaba de publicar en la revista Nature Communications, en el que se establece que el resultado de los análisis geológicos y paleontológicos de Mille-Logya, un nuevo yacimiento situado en la emblemática región de Afar (Etiopía), refuerza la relación entre el origen del género Homo y los cambios climáticos y medioambientales que tuvieron lugar en África hace entre 2,5 y 3 millones de años.

El panel a muestra la ubicación del Proyecto Mille-Logya (MLP) dentro de Etiopía; b la localización de MLP en relación con otros sitios principales de homínidos del Plio-Pleistoceno en el triángulo de Afar; c la distribución de fósiles individuales y las tres zonas principales de recolección (Gafura, Seraitu y Uraitele).

En este nuevo yacimiento se han hallado cuatro restos de hominínos (dos fragmentos cubitales, uno craneal y un segundo molar superior) junto con una gran muestra de restos de fauna, que incluyen hipopótamos, bóvidos, jirafas, cocodrilos, hienas y caballos procedentes de tres áreas diferentes, Gafura, Seraitu y Uraitele, con una antigüedad de entre 2,4 y 2,9 millones de años.

“Mille-Logya representa una oportunidad única para estudiar fósiles con un rango de edad rara vez presente en la región de Afar”, afirma el geocronólogo del CENIEH, Mark Sier (izquierda), quien ha llevado a cabo la datación de este yacimiento mediante paleomagnetismo.
La comparación de la fauna de estas tres zonas de Mille-Logya, así como de la encontrada en las localidades cercanas de Hadar y Dikika, donde se halló la especie de Australopithecus afarensis, indica un cambio ambiental y de fauna en esta región de África durante este periodo.

“Las reconstrucciones paleoambientales y faunísticas apuntan a que los primeros miembros de la familia 'Homo' estaban asociados a entornos más abiertos que el de la especie de Lucy, señala Sier.


Los cambios faunísticos producidos en Mille-Logya pueden estar vinculados a factores medioambientales y climáticos que podrían haber provocado la aparición del género Homo a partir del Australopithecus, o la migración de aquel como parte de una fauna adaptada a hábitats más abiertos.

Fuente: cenieh.es | 20 de mayo de 2020

La dentición permite estimar el sexo de los individuos más jóvenes de Sima de los Huesos

La revista Journal of Human Evolution publica un estudio sobre dimorfismo sexual liderado por Cecilia García Campos, investigadora del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en el que, gracias al análisis de 32 piezas dentales mediante microtomografía computarizada, se ha podido abordar con éxito el desafío de estimar el sexo de al menos 15 individuos de la población del yacimiento de Sima de los Huesos en la Sierra de Atapuerca (Burgos).

La extraordinaria colección fósil recuperada en este yacimiento del Pleistoceno Medio ofrece una oportunidad única para la realización de estudios demográficos sobre las poblaciones que habitaron en Europa durante este periodo. Sin embargo, la mayor parte de los individuos de la población de Sima de los Huesos son sub-adultos o adultos jóvenes que no han finalizado su desarrollo, por lo que no presentan rasgos sexuales secundarios claros en su esqueleto que ayuden a determinar su sexo.
Por el contrario, estos rasgos sí que pueden apreciarse en su dentición, tal y como explica la autora principal de este trabajo: “los dientes se forman pronto, permitiendo sugerir una asignación sexual incluso en aquellos individuos que no han superado la adolescencia, por lo que la antropología dental resulta una herramienta muy útil cuando se pretende estudiar poblaciones del pasado con estructuras demográficas similares a la de Sima de los Huesos”, dice Cecilia García Campos (izquierda).

Histología dental

Gracias al estudio de la dentición de poblaciones actuales, el Grupo de Antropología Dental del CENIEH fue capaz de identificar en 2018 un patrón histológico característico para diferenciar los caninos pertenecientes a individuos masculinos de los caninos de individuos femeninos que presentaba una eficacia del 92,3%.

La aplicación de dicho patrón en Sima de los Huesos ha permitido no solo ratificar las estimaciones sexuales propuestas en estudios previos, sino además sugerir una asignación sexual para los individuos más jóvenes de la muestra, lo que no había sido posible en trabajos anteriores. Todo ello, por tanto, ha puesto de manifiesto la utilidad de la histología dental para la evaluación del dimorfismo sexual y la estimación del sexo de las poblaciones humanas modernas y del pasado.
“En concreto, esta herramienta resulta especialmente útil en contextos paleoantropológicos, en los cuales el resto de estructuras óseas suelen aparecer fragmentadas, o están ausentes, y sobre todo en aquellos en los que su estructura demográfica presente una mayor representación de individuos sub-adultos”, señala Cecilia García Campos.

Fuente: cenieh.es | 19 de mayo de 2020

Encuentran en Siberia el vínculo genético más antiguo entre asiáticos y nativos americanos

Excavación en 1976 del yacimiento Ust'-Kyakhta-3 ubicado en la margen derecha del río Selenga, en las cercanías del pueblo de Ust-Kyakhta, en la región de Kyakhtinski de la República de Buriatia (Rusia). Crédito: AP Okladnikov.

Genomas recién secuenciados de cazadores-recolectores prehistóricos en la región del lago Baikal revelan conexiones con los primeros americanos y a través de Eurasia.
Mediante el empleo de la genética, la genómica de los antiguos patógenos y el análisis de isótopos, un equipo de investigadores evaluó la historia de la población de la región del lago Baikal, y ha encontrado la conexión más profunda hasta la fecha entre los pueblos de Siberia y las Américas. El estudio, publicado en la revista Cell, demuestra también la movilidad humana, y, por tanto, la conectividad poblacional a través de Eurasia durante la temprana Edad del Bronce.

Los humanos modernos han vivido cerca del lago Baikal desde el Paleolítico Superior, y han dejado atrás un rico registro arqueológico. Los genomas antiguos de la región han revelado múltiples cambios genéticos y eventos de mezcla, lo que indica que la transición del Neolítico a la Edad del Bronce se vio facilitada por la movilidad humana y las complejas interacciones culturales. Sin embargo, la naturaleza y el momento de esas interacciones siguen siendo en gran medida desconocidos.

Vista reciente sobre el río Selenga cerca del yacimiento arqueológico Ust-Kyakhta-3. Crédito: G. Pavlenok.

El nuevo estudio informa de los hallazgos realizados en 19 genomas humanos antiguos recién secuenciados de la región del lago Baikal, incluido uno de los más antiguos analizados en esa región. Dirigido por el Departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana, el estudio ilumina la historia de la población de la región, revelando profundas conexiones con los primeros pueblos de América, las cuales se remontan al período del Paleolítico Superior, así como la conectividad a través de Eurasia durante la temprana Edad del Bronce.

"Este estudio revela el vínculo más profundo entre los siberianos del Paleolítico Superior y los primeros americanos", dice la Dra. He Yu (izquierda), participante en el estudio llevado a cabo. "Creemos que esto podría arrojar luz sobre futuros estudios sobre la historia de la población nativa americana".
Estudios anteriores han indicado una conexión entre las poblaciones siberiana y americana, pero un individuo de hace 14.000 años analizado en este estudio es el más antiguo en llevar la ascendencia mixta presente en los nativos americanos. Mediante el análisis de un diente extremadamente fragmentado, excavado en 1962 en el yacimiento de Ust-Kyahta-3, los investigadores generaron un genoma mediante secuenciación de escopeta que fue posible gracias a las técnicas más avanzadas de la biología molecular.


Diente fragmentado del individuo UKY001, excavado en el yacimiento Ust-Kyakhta-3, data del Paleolítico Superior, alrededor de 14.000 años. Crédito: G. Pavlenok (Publicado en Pavlenok, GD y Zubova, AV (2019). 'Nuevos hallazgos dentales asociados con la cultura paleolítica Selenga, Región Trans-Baikal occidental'. Archaeol. Ethnol. Anthropol. Eurasia 47)

Este individuo del sur de Siberia, junto con otro más joven del Mesolítico, del noreste de Siberia, comparten la misma mezcla genética de ancestros de la antigua Eurasia del Norte y del noreste de Asia que se encuentra en los nativos americanos, y sugiere que la ascendencia que más tarde dio lugar a los nativos americanos en América del Norte y del Sur estaba mucho más ampliamente distribuida de lo que se suponía. La evidencia sugiere que esta población experimentó frecuentes contactos genéticos con las poblaciones del noreste de Asia, lo que dio lugar a proporciones de mezcla variables a lo largo del tiempo y el espacio.
"El genoma del Paleolítico Superior proporcionará un legado para el estudio de la historia genética humana en el futuro", dice Cosimo Posth (derecha), autor principal del documento. Se necesitan más pruebas genéticas de los grupos del Paleolítico Superior de Siberia para determinar cuándo y dónde se reunió el acervo genético ancestral de los nativos americanos.
Foto de He Yu et al.

Una red de conexiones prehistóricas

Además de esta conexión transcontinental, el estudio presenta la conectividad existente dentro de Eurasia evidenciada tanto en genomas humanos como en distintos patógenos, así como en el análisis de isótopos estables. Al combinar estas líneas de evidencia, los investigadores fueron capaces de producir una descripción detallada de la historia de la población en la región del lago Baikal.
La presencia de ancestros relacionados con las estepas de Europa oriental es una prueba del contacto entre las poblaciones de la estepa de Siberia meridional y de Eurasia occidental en el preámbulo de la temprana Edad del Bronce, una época caracterizada por una creciente complejidad social y tecnológica. La sorprendente presencia de la bacteria Yersinia pestis, el patógeno causante de la peste, sugiere una movilidad de contactos de largo alcance.

Aunque se ha postulado que la propagación de la bacteria Yersinia pestis fue facilitada por las migraciones desde las estepas del sur de Asia, los dos individuos aquí identificados con el patógeno eran genéticamente del noreste de Asia. El análisis de isótopos de uno de los individuos infectados reveló una señal no local, lo que sugiere unos orígenes fuera de la región donde se le descubrió. Además, las cepas de Yersinia pestis que portaba la pareja están más estrechamente relacionadas con una cepa contemporánea identificada en un individuo de la región báltica del noreste de Europa, lo que respalda aún más la alta movilidad de los patógenos durante la Edad del Bronce y probablemente también de las personas.

"Esta aparición más oriental de las cepas antiguas de 'Yersinia pestis' sugiere una movilidad de largo alcance durante la Edad del Bronce", dice Maria Spyrou, una de las coautoras del estudio. "En el futuro, con la generación de datos adicionales, esperamos delinear los patrones de propagación de la peste con más detalle". concluye Johannes Krause (izquierda), autor principal del estudio.

Fuentes: phys.org| Max Planck Institute | 20 de mayo de 2020

Descubren en Jerusalén un complejo subterráneo con dos mil años de antigüedad

Debajo de los restos de un viejo edificio bizantino, a pocos metros del Muro de las Lamentaciones, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, ha sido descubierto un pequeño complejo subterráneo de unos dos milenios de antigüedad, reveló el martes la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).

La estructura, excavada en la dura piedra que compone la base geológica de la Ciudad Santa, es un elemento particular que los arqueólogos hallaron hace solo seis semanas, mientras proseguían con las excavaciones entre los recovecos inferiores de esta zona repleta de ruinas arqueológicas y marcada por una rica historia milenaria.


El sistema subterráneo -de dimensiones más bien reducidas- yace bajo un pavimento de mosaico construido siglos después por los bizantinos, que alzaron encima suyo “un monumental inmueble” de muros amplios aún visibles que pudo tener funciones “religiosas o civiles”, explica a Efe Michael Chernin, arqueólogo de la AAI.

Sin embargo, los investigadores ven más relevante el complejo que quedó sepultado en su interior. “Al levantar el suelo de mosaico nos encontramos con esta gran sorpresa”, indica el director de la excavación, Barak Monnickendam-Givon (izquierda).

Destaca que el hallazgo es “único”, porque no se habían encontrado estructuras de este tipo en las cercanías del Muro de las Lamentaciones, el lugar de culto más sagrado para el judaísmo.
“Tiene tres compartimentos perforados en la roca junto con huecos, espacios para estanterías y escaleras”, lo que indica que pudo servir como despensa o almacén. Aun así, no descarta que fuera una residencia habitada.



Fue utilizado en el período romano temprano por residentes de la urbe, en los años anteriores a la destrucción del Segundo Templo judío y de toda Jerusalén, en el 70 d.C. y que marcó un antes y después para la urbe, de acuerdo con las crónicas del historiador romano Flavio Josefo (siglo I).
Las oscuras estancias de la estructura -repartida en tres niveles conectados, y a la que se entra por un acceso de poca altura- siguen en proceso de excavación y la tierra aún cubre gran parte de su compartimiento más inferior. Entre las ruinas hallaron varios restos de cerámicas como lámparas de aceite.



En opinión de Monnickendam-Givon, "su construcción debió de suponer una gran inversión, tanto por el trabajo que implica perforar la roca como por el lugar donde se encuentra, pues estaba en una ubicación realmente privilegiada hace dos mil años, justo en lo que era el centro neurálgico de la antigua Jerusalén".

“La pregunta es ¿por qué se invirtieron tantos recursos y esfuerzos en excavar habitaciones bajo sólidas capas de roca?”, se cuestiona el experto, que espera obtener respuestas a medida que avance en el estudio del yacimiento, que a largo plazo se quiere hacer accesible al público.


El descubrimiento otorga a su vez información adicional sobre la vida diaria en la antigüedad de los residentes de la ciudad.

"También se encontraron vasijas de arcilla para cocinar, una taza de piedra exclusiva de los sitios judíos del Segundo Templo o un fragmento de qalal, una gran cuenca de piedra usada para contener el agua, que se cree que está vinculada a las prácticas judías de rituales de pureza”, destaca la AAI.

Las excavaciones actuales están ubicadas debajo de la entrada a los túneles del Muro de las Lamentaciones, en lo que hoy es el territorio ocupado de Jerusalén Este, y según Monnickendam-Givon "revelan a la antigua Jerusalén en toda su gloria: sus gentes, religiones y diversidad de grupos que la habitaron, trabajaron, construyeron y glorificaron durante generaciones”.

Fuentes: elsalvador.com | canarias7.com | smithsonianmag.com | 20 de mayo de 2020