Identifican una versión en madera de Stonehenge en el complejo prehistórico de Perdigões (Portugal)

El complejo prehistórico de Perdigões comprende un conjunto de recintos ubicados en el municipio de Reguengos de Monsaraz, distrito de Évora, en el interior del Alentejo (sur de Portugal).


Las excavaciones arqueológicas en el complejo de Perdigões, en el distrito de Évora, han identificado "una estructura única en la prehistoria de la península ibérica", anunció este martes la empresa Era-Arqueologia, que ha estado trabajando en el sitio durante más de 20 años.

En declaraciones a la agencia Lusa, el arqueólogo responsable de las excavaciones que se llevan a cabo en terrenos pertenecientes a Esporão, António Valera (izquierda), dijo que "se trata de una construcción monumental de madera, de la cual los cimientos permanecen, con un plano circular de más de 20 metros en diámetro".

Según Valera, "esta construcción estaría compuesta por varios círculos concéntricos de empalizadas y alineaciones de grandes postes o troncos de madera que ya han sido expuestos en aproximadamente un tercio de su planta".

En la próxima campaña de excavación, en el verano de 2021, Era-Arqueología espera continuar con los trabajos comenzando por excavar otra estructura, hecha de piedra, que fue construida sobre la estructura de madera 500 o 600 años después, explica el arqueólogo al diario PUBLICO.

"Esta estructura de piedra coincide con el final de la ocupación de Perdigões, pero, por ahora, no sabemos para qué fue realizada", reconoce António Valera. "Podría funcionar, por ejemplo, como remate del complejo, pero aún es demasiado prematuro para apostar en una sola hipótesis. Tenemos que exponer toda la construcción de piedra, estudiarla, documentarla y solo entonces decidir qué hacer para llegar a la siguiente estructura que está por debajo, que sería de madera".

Fotografia aérea de la estructura identificada. facebook.com/eraarqueologia

Luego, los arqueólogos evaluarán cómo proceder con este conjunto, que, dada su relevancia científica y su carácter único en Portugal, fue clasificado como monumento nacional en 2019.

“En principio, la estructura que está por debajo, y que se llama 'woodhenge' en inglés, es más monumental y más interesante, pero eso no significa que se vaya a sacrificar la de piedra por completo. Solo podemos hacer un levantamiento parcial para conocer mejor la anterior. Tendrá que verse posteriormente”, agrega.

Foto: Detalle de la estuctura identificada.

Un Stonehenge de madera

El woodhenge al que Valera se refiere "es una construcción de carácter ceremonial", un tipo de estructura que solo se conoce en Europa Central y las Islas Británicas, y que también se puede llamar timber circle (círculo de madera). "Lo que tenemos en Perdigões, si queremos, es un Stonehenge de madera", dice el arqueólogo, refiriéndose al célebre recinto monumental que se halla en Salisbury, Inglaterra, y que es patrimonio de la humanidad. “Lo que se ve hoy en Stonehenge corresponde solo a un momento en la vida de ese recinto, el cual no siempre fue de piedra y tiene una cronología muy amplia. En tiempos pasados, Stonehenge también tenía postes de madera y fosos, como tenemos nosotros en el Alentejo".

El director de las excavaciones asegura que, independientemente del material sobre el que están construidas, estas estructuras han sido interpretadas como centros rituales y que una de Perdigões es el primero en madera identificado en la península ibérica.

Construida alrededor de 2800-2600 a.C., es anterior al monumento de piedra de Stonehenge (2500 a.C.).

La estructura ahora identificada se encuentra en el centro del gran complejo de recintos de fosos de Perdigões. Valera está algo sorprendido por este descubrimiento, aunque en teoría "tiene mucho sentido que haya surgido", dice.

“Somos parte de una especie de comunidad neolítica europea. Tenemos una historia común: el megalitismo es un fenómeno europeo, con ciertas peculiaridades aquí y allá, ciertos regionalismos, pero con manifestaciones similares. Si estos lugares existen en las Islas Británicas y Alemania, ¿por qué no aquí?".

Ejemplo de un 'woodhenge' en Pömmelte, en la zona central de Alemania.

Calendario solar
El arqueólogo explica que este recinto, que se estudiará con mayor profundidad en los próximos años, tiene "un posible acceso a su interior orientado al solsticio de verano, reforzando su carácter cosmológico", una situación que se repite en otros woodhenge europeos, cuyas entradas están alineadas de acuerdo con las astros, lo que subraya "la estrecha relación entre estas arquitecturas y las cosmovisiones neolíticas".

Estructuras como esta "coinciden con el momento en que las comunidades realizan construcciones más monumentales como una forma de exaltar ciertos aspectos ideológicos y religiosos", agrega António Valera. "Resultan de una necesidad de expresión, de afirmación".

Plano general de Perdigões con numeración de zanjas.

Los arqueólogos saben que hay más líneas de postes de madera dentro del círculo, pero solo entenderán mejor su planta cuando hayan expuesto una buena parte de la estructura. Por ahora, sobre todo, tienen dudas: "Queremos saber cómo funcionaba, qué tipo de ceremonias tuvieron lugar allí, cómo se articuló con las tumbas que existen en Perdigões del mismo período, qué madera se utilizó para crear estas líneas de postes dispuestas en un círculo... En Alemania es común encontrar árboles muy rectos, pero no aquí. Sabemos que ya había pinos, pero los árboles más comunes eran los alcornoques y las encinas... ”.

El arqueólogo también enfatiza que este descubrimiento verá reforzada la ya elevada importancia científica del complejo de recintos de Perdigões en el contexto internacional de los estudios neolíticos europeos, aumentando también su relevancia patrimonial.

Planta de los recintos de fosos de Perdigões de acuerdo con la magnetometría realizada.

El sitio arqueológico de Perdigões, en las afueras de Reguengos de Monsaraz, corresponde a "un gran complejo de áreas circulares y concéntricas definidas por zanjas, que cubren un área de aproximadamente 16 hectáreas y tienen un diámetro máximo de aproximadamente 450 metros", según la información de Era-Arqueología. Este sitio ha sido excavado durante 23 años por la compañía y ha reunido colaboraciones de varias instituciones e investigadores nacionales y extranjeros.

Lo que se ha descubierto hasta ahora nos dice que este enclave estuvo ocupado durante 1400 años, aproximadamente desde el final del Neolítico medio (3400 a.C.) y el comienzo de la Edad del Bronce (2000 a. C.) y "es visto esencialmente como un gran centro de reunión de la comunidad humana, donde se desarrollarían prácticas ceremoniales y se generarían relaciones de identidad, culturales y políticas entre diferentes grupos”.

Su implantación en el paisaje es, según Era-Arqueología, "representativo de su carácter cosmogónico", estando ubicado "en un anfiteatro natural, abierto al valle de la Ribeira del Vale do Álamo, donde se encuentra una de las mayores concentraciones de monumentos megalíticos del Alentejo. Las entradas a los recintos más exteriores, y otras a los recintos más interiores, están orientadas hacia los solsticios o los equinoccios, mirando hacia el horizonte como un auténtico calendario anual de la salida del sol”.


Fuente: publico.pt | 4 de agosto de 2020

Descubren en Galilea (Israel) los restos de una iglesia bizantina del siglo VI con pisos de mosaico

Vista aérea de los restos de la iglesia del siglo VI con el monte Tabor al fondo. / Alex Wiegmann, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Los restos de un complejo de la iglesia del siglo VI, posiblemente un monasterio, fueron descubiertos durante una excavación de rescate de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Kfar Kama, en Galilea. La ubicación, adyacente al Monte Tabor, es sagrada para los cristianos, quienes desde la era bizantina temprana han identificado el área como el sitio del relato neotestamentario de la transfiguración de Jesús.

El Monte Tabor se observa en los libros de Marcos, Mateo y Lucas como el sitio donde Jesús llevó a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan cuando presenciaron el rostro y la ropa de su maestro brillar con una luz deslumbrante. Según la Enciclopedia Británica, la Fiesta de la Transfiguración “celebra la revelación de la gloria eterna de la Segunda Persona de la Trinidad, que normalmente se veló durante la vida de Cristo en la tierra”.

El arzobispo católico Youssef Matta, de la Iglesia católica griega, durante su visita al sitio de excavación (Anya Kleiner, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Según los hallazgos de la excavación, los investigadores de la IAA y el profesor Moti Aviam del Colegio Académico Kinneret creen que el complejo de la iglesia probablemente era un monasterio construido en las afueras de la antigua aldea.

Aviam se unió a las excavaciones de la IAA, que dirige un proyecto de investigación a largo plazo con Jacob Ashkenazi, también del Instituto Kinneret de Arqueología de Galilea. Su amplia investigación sobre las iglesias en Tierra Santa y el este del Mediterráneo cuenta con el apoyo de la Fundación de Ciencias de Israel, que también ayudó a financiar esta excavación de Kfar Kama.

Los codirectores de las excavaciones de la iglesia primitiva de Galilea, el historiador Jacob Ashkenazi (izquierda) y el arqueólogo Moti Aviam, del Instituto Kinneret de Arqueología Galileana. (cortesía Motii Aviam).

“Nuestra investigación está tratando de encontrar la conexión entre la ciudad/pueblo y el interior”, dijo Aviam. “Si Kfar Kama en la antigüedad era una ciudad importante, ¿cuál es la conexión con las aldeas a su alrededor? ¿Cuál es la conexión de la ciudad con los monjes?".
Otra iglesia del siglo VI, dedicada a Santa Tecla, fue reexcavada previamente en Kfar Kama en la década de 1960. Si bien el relicario de un santo también se descubrió durante la excavación actual, los arqueólogos aún tienen que descubrir qué huesos del santo alguna vez se almacenaron en la pequeña caja de piedra. Del mismo modo, no se encontraron inscripciones o monedas en el sitio para ayudar en la datación e identificación.

“Parte de la ‘gloria’ de nuestro campo de arqueología es que no sabemos nada antes de excavar, y a veces seguimos sin saber nada después de excavar”, se rió Aviam. “Es como una historia de detectives; lo juntamos todo”, agregó el investigador, según consignó el diario de The Times of Israel.

Detalle de uno de los mosaicos hallados entre los restos de la iglesia (Alex Wiegmann, Autoridad de Antigüedades de Israel).

Mientras inspeccionaba el área antes de la construcción de un nuevo patio de recreo en la ciudad, ahora en gran parte poblada por los circasianos en la Baja Galilea, desde la Autoridad de Antigüedades de Israel discernieron el contorno de una iglesia gravemente dañada de 12 × 36 metros.
Tras una investigación adicional, los arqueólogos encabezados por Nurit Feig descubrieron que la iglesia tenía tres ábsides, de manera similar a aproximadamente la mitad de las iglesias del área, dijo Aviam, quien puntualizó que el complejo incluía un gran patio, un vestíbulo con narthex o antecámara, y una sala central.

Según el comunicado de prensa de la IAA, hay habitaciones adicionales, aún no excavadas, que se identificaron durante un estudio de radar penetrante que fue realizado por el doctor Shani Libbi, de la IAA.

Piso de mosaico hallado entre los restos de la iglesia (Alex Wiegmann, Autoridad de Antigüedades de Israel).

Durante las excavaciones de los restos de la iglesia, los arqueólogos desenterraron piezas de coloridos mosaicos del piso que representan formas geométricas y patrones florales azules, negros y rojos.
Basado en la tipografía de la cerámica, esta iglesia fue construida en el siglo VI y abandonada en el siglo VII. Aviam dijo que el auge de la construcción de las iglesias de Galilea fue en el siglo VI, pero hay algunos ejemplos anteriores, como una capilla de Nazaret que data del siglo IV y algunas otras que datan de fines del siglo IV y principios del siglo V.

“Estamos tratando de recopilar toda la evidencia de campo al respecto. Toda información es importante para construir la historia de la Galilea del período bizantino”, dijo Aviam.

Tras las huellas del pueblo cántabro: el castro de la Loma (Palencia)

Trabajos arqueológicos en el castro cántabro de la Loma, en las proximidades de Santibáñez de la Peña (Palencia)

Fue en 2003 cuando el arqueólogo Eduardo Peralta Labrador comenzó a excavar en el castro cántabro de La Loma. Trece años después, son los doctores Ketxu Torres (Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico, Imbeac) y Santiago Domínguez (ARES Arqueología y Patrimonio Cultura) los que continúan, desde hace cuatro veranos, el legado de su compañero de profesión (él sigue involucrado de lleno en el proyecto) con el objetivo de arrojar luz sobre esta importante ciudad fortificada, situada en las proximidades de Santibáñez de la Peña (Palencia), y que fue de vital importancia durante las Guerras Cántabras.

La crisis sanitaria del coronavirus no les ha echado atrás, aunque sí ha mermado significativamente el equipo, reducido a tan solo siete profesionales. En este contexto, han hecho un esfuerzo importante para desentrañar cómo es la planta del baluarte, «una defensa extraordinaria, muy parecida a la de un castillo», señala Torres (izquierda).

De este modo, en las sucesivas campañas han ido siguiendo la línea defensiva, hasta que descubrieron un espacio con un gran potencial entre las dos murallas que rodean el castro. Un trabajo que ha dado sus resultados, pues este año han descubierto uno de los accesos a la ciudad, concretamente el que atacaron los romanos en el asedio al que sometieron a los habitantes de la ciudad.
«Empezarían con un fuego de cobertura (de ahí la gran cantidad de flechas allí encontradas en las sucesivas campañas) para continuar las legiones a pie para la carga final con escalas y arietes», explica Domínguez (derecha).

Según las investigaciones de ambos, y a tenor de los hallazgos de las sucesivas campañas, el nivel de destrucción se estima en el siglo I antes de Cristo, pero el de construcción va mucho más atrás de lo que inicialmente se creía. Y es que, frente a lo que sostienen varios autores, que defienden que la construcción de las murallas fue la respuesta de los pueblos cántabros a la llegada de los romanos, Torres y Domínguez aseguran que «formaban parte del desarrollo urbano de la ciudad», tal y como demuestran el uso de construcciones depuradas, las cimentaciones complejas o el uso de muralla de módulos. Una característica, esta última, muy peculiar, pues es el castro situado más al sur donde se ha hallado este modelo constructivo.


Foto: Detalle de la puerta interior del castro cántabro de La Loma. Detalle de la rampa de subida al adarve de la muralla. Se puede observar en la falta de continuidad de las hileras como la puerta ha sido tapiada ante el asedio sufrido por las legiones romanas en las guerras cántabras (del 29 al 19 A.C.). En esta parte durante las excavaciones del año 2005 se encontró un fémur humano que se correspondía con el de una persona de más de 1.90 metros de altura.

«Hablamos de un diseño defensivo increíble, con esquinas redondeadas, que es una técnica que se empleaba para evitar el efecto de la artillería», subrayan los arqueólogos. Dicho de otra forma, en La Loma se emplearon «todos los adelantos que estaban circulando en la segunda Edad del Hierro».

Por si esto no fuera suficiente, han encontrado el que sería uno de los caminos de acceso al castro cántabro peñiego, con una longitud aproximada de unos 500 metros en dirección este (hacia lo que hoy es Cervera de Pisuerga).

Foto: Oppidum del castro en los altos de La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia). Vista aérea (Fotografía de Javier Ruipérez)

El castro cántabro

El asentamiento cántabro, conocido en la zona como “El Castro”, está emplazado en una loma situada a 1.124 metros de altitud y parcialmente acantilada por el suroeste y por el sureste, controlando el estrechamiento de La Hoz, donde se unen los ríos Valdavia y Las Heras y el arroyo de San Román. Es un castro de buenas dimensiones que ocupa una superficie de 10’18 hectáreas.

Este castro es el más importante aparecido hasta el momento en la comarca del Alto Carrión y estuvo ocupado durante la IIª Edad del Hierro por una comunidad indígena de cierta importancia. Probablemente perteneció al populus cántabro de los camáricos, cuya ciudad de Camárica cita el geógrafo griego Ptolomeo ya en el siglo II d.C. en esta zona meridional de la antigua Cantabria. Inscripciones de época romana de las cercanas localidades palentinas de Dehesa de Montejo y Ruesga, en las que se cita a los camáricos o a su ciudad de Camárica, confirman que este fue el territorio de dicho grupo de los cántabros. Se trata de un verdadero oppidum que fue objetivo del ejército romano durante alguna de las campañas militares sucedidas entre los años 29 y 16 a.C., hecho que hace de este enclave un lugar de una importancia excepcional tanto desde el punto de vista arqueológico como desde el punto de vista histórico.

Plano de la Zona Arqueológica del oppidum de La Loma, con la situación del mismo, el campamento romano y los castella que lo rodean (Ilustración E. Peralta-CETYMA)

Los campamentos romanos

Al sudeste del oppidum indígena, sobre una eminencia alargada inmediata bordeada por el arroyo de San Román por el noroeste y algo más al sur por la localidad de Pino de Viduerna se encuentra el campamento romano principal. Tiene 5’9 hectáreas y es visible gran parte de su perímetro defensivo, formado por un agger o aterrazamiento de tierra y piedra en el que se ha documentado una puerta con clavicula interna, recurso militar romano habitual desde época cesariana hasta mediados del siglo II d.C. La planta del campamento es de forma ovalada alargada para adaptarse a las características topográficas del lugar. El dispositivo de asedio romano se apoyaba en este castra Principales y se completaba con otros castra minora o castella unidos entre sí por las líneas de circunvalación y de contravalación.

Foto: Conjunto de puntas de flechas halladas durante la excavaciones del castro.

Las evidencias de los combates

El dispositivo de asedio romano aisló por completo al castro cántabro del mundo exterior encerrando a los sitiados e impidiendo la llegada de socorros desde el exterior. No sabemos cuánto tiempo duró. Lo que si se ha podido descubrir a través del registro arqueológico es que los cántabros no fueron reducidos por hambre como los numantinos, sino que el ejército romano hubo de expugnar la plaza mediante un asalto que se produjo en el punto más débil de las fortificaciones cántabras: la esquina en ángulo de las murallas situada frente al campamento romano principal.

En la ladera de subida a este punto ha aparecido una cierta cantidad de tachuelas de las caligae que documenta el paso de una tropa numerosa, pero más expresivas son las numerosísimas puntas de flecha encontradas en la cara exterior del derrumbe de la muralla. La dispersión de las puntas de flecha de hierro se concentra en el ángulo de la muralla que comentamos. La mayoría son de tres aletas con espiga, aunque las hay de otras tipologías. En total han aparecido en todos los yacimientos del asedio más de cuatrocientas puntas de flecha, lo que hace de esta colección de La Loma la más completa de todo el Imperio Romano.

Esta lluvia de proyectiles lanzados por los arqueros (sagittarii) y por las catapultas para desalojar a los defensores de las murallas debió producirse en el momento del asalto al tiempo que las cohortes avanzaban probablemente por delante adoptando la formación de “tortuga” (testudo) y superaban las defensas enemigas con escalas y otros artilugios. El combate parece haber sido encarnizado: la cara exterior de la muralla fue destruida y hay un potente nivel de incendio tanto en el talud de la muralla como en el foso. Desde las murallas los cántabros arrojaron contra los asaltantes cantos rodados de diverso tamaño con hondas o con la mano, pues han aparecido piezas de este tipo tanto en el foso como fuera de las murallas.

Foto: Vista de uno de los campamento legionarios de los 3 identificados durante el asedio que sufrió el castro de La Loma durante las guerras cántabras (del 29 al 19 A.C.). Detalle de puerta claviculae y parte de la circunvalación que lo rodeaba.

Gran expectación

Las excavaciones arqueológicas que se suceden cada verano en el castro cántabro de La Loma de Santibáñez de la Peña despiertan un gran interés entre los vecinos del municipio montañés a pesar del espolio al que se ha visto sometido en los últimos diez años.

A ello contribuyen las distintas conferencias divulgativas que pone en marcha el equipo (la última, celebrada en la casa de la cultura) y a la implantación de unos paneles explicativos en los entornos del yacimiento arqueológico, que ofrecen una información clara y detallada que se puede ampliar mediante un sistema de códigos QR.

Fuentes: diariopalentino.es | aruz.es | 1 de agosto de 2020

La escultura de un león expoliado en un yacimiento andaluz recala en el museo Ibero de Jaén

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, y el alcalde de Jaén, Julio MIllán, observan la escultura - Javier López

«¡Qué maravilla!, ¡qué maravilla!». La consejera de cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, ha repetido la interjección para expresar el asombro que le ha causado la escultura en piedra de un león realizada hace 22 siglos que ha sido entregada por la Policía Nacional al museo Ibero de Jaén tras requisarla a un anticuario. La antigüedad y el valor de la pieza, víctima del expolio, han sido acreditados por expertos del museo Arqueológico, de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Sevilla.

La escultura, asignada a la colección estable del Museo Íbero de Jaén, representa a un león sentado sobre una peana con un animal en la garra derecha y procede al parecer de la zona de la Alta Andalucía (Jaén, Granada y Córdoba). La pieza fue rescatada por la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV Central) de la Policía Nacional dentro de la llamada Operación Quedada.

La pieza, expoliada probablemente de un monumento funerario inserto en un yacimiento andaluz que no ha sido determinado, ha recorrido un largo itinerario hasta recalar en Jaén. La investigación policial, iniciada en 2015, se centró en un grupo presuntamente dedicado a la compra de piezas expoliadas en la comunidad autónoma, que eran vendidas posteriormente a coleccionistas en el mercado negro.

En el marco de la operación los agentes vigilaron un comercio de antigüedades de Granada, cuyos propietarios en febrero de 2016 trasladaron en un vehículo diversos objetos desde la ciudad andaluza hasta la capital de España. El coche iba precedido de un vehículo lanzadera. Ambos evitaron dos controles, pero el dispositivo de vigilancia les interceptó en Aranjuez, donde se instruyeron diligencias remitidas después a un juzgado granadino.

Foto: La policía entrega el león íbero-romano al museo Íbero de Jaén.

En la furgoneta en la que viajaban los agentes localizaron varias piezas, entre las que destacaba el león ibero-romano de 2.200 años de antigüedad. La datación correspondió a dos catedráticos de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, que al realizar un examen físico y morfológico de la pieza, revelaron que había sido extraída recientemente del subsuelo. De esta manera desmontaron la versión del anticuario, quien había asegurado a la Policía Nacional que el león era parte de una herencia que le entregaron en 1978.

Ante la imposibilidad de demostrar el expolio, los encausados fueron condenados a dos años de cárcel por receptación, según ha expuesto el agente de la Policía Nacional, Fernando Porcel, especializado en patrimonio, quien ha resaltado el elevado valor de la pieza y ha descrito la labor desarrollada para evitar que la escultura del león acabara ilícitamente en manos de los coleccionistas por la brigada de delincuencia especializada, cuyo jefe, Félix López Rivera, ha participado en el acto.

La operación ha merecido los parabienes de la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, quien junto al alcalde de Jaén, Julio Millán, ha presidido el acto de entrega al museo jiennense de la escultura de un león al museo Ibero, al que se incorporarán próximamente 1.250 piezas de titularidad autonómica.

La consejera ha expuesto que el museo jiennense es «el centro de referencia internacional para el estudio y conocimiento de la cultura íbera». «Estamos construyendo un museo a la altura de Jaén, que ponga a laciudad en el mapa del turismo cultural y que otorgue a las extraordinarias piezas de la cultura íbera la consideración y el valor que merecen», ha añadido.

Fuente: abc.es | 30 de julio de 2020

La Universidad Nacional de La Plata (Argentina) presenta una nueva teoría sobre la llegada de los humanos a Sudamérica

La Universidad Nacional de La Plata ubica la llegada de los primeros humanos a nuestro continente hace 16.600 años. Hasta ahora, la teoría más aceptada asegura que este fenómeno se produjo hace más de 18 mil años.

Un equipo de científicos argentino integrado por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata logró determinar que el ingreso de los primeros seres humanos al territorio de Sudamérica se produjo hace no más de 16.600 años.

Se trata de un hallazgo muy significativo que daría por tierra con la hipótesis defendida por muchos investigadores sudamericanos, que ubica la llegada del hombre a esta región hace más de 18.000 años. El trabajo fue publicado por la prestigiosa revista científica internacional Plos One.
El ingreso de los primeros seres humanos en Sudamérica ha sido uno de los temas más controvertidos en la antropología en el continente, sobre todo por el status de varios sitios con una cronología desafiante de los modelos hegemónicos sobre el poblamiento.

Distribución de sitios arqueológicos con fechas validadas en América del Sur.

Durante las últimas décadas se generó un gran volumen de nueva información arqueológica para el área, pero la mayoría de las preguntas nucleares, como las referidas a la cronología del poblamiento inicial, las rutas migratorias y las formas de dispersión de las primeras bandas de cazadores-recolectores, se encuentran todavía sin respuestas consensuadas.

El trabajo realizado es el resultado de un proyecto de varios años a cargo los científicos de la UNLP y el CONICET, Luciano Prates (División Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo), Ivan Pérez (División Paleontología de la FCNyM), y Gustavo Politis (División Arqueología FCNyM -INCUAPA-CONICET-UNICEN). Su hallazgo viene a dar respuesta a uno de los interrogantes que aún desvela a la comunidad científica: ¿Cuándo exactamente el hombre pisó por primera vez el suelo sudamericano?

El Doctor en Ciencias Naturales, Luciano Prates (izquierda), explicó: “En este trabajo buscamos responder algunas de las preguntas en torno al poblamiento de esta región mediante el estudio de 1.600 dataciones radiocarbónicas de sitios tempranos de Sudamérica. Los enclaves arqueológicos son los lugares donde se encuentran desechos de actividad humana del pasado. A esos materiales se les aplica una datación mediante Carbono 14, que permite conocer con precisión la antigüedad que tienen”.
“Nosotros lo que hicimos fue recopilar las dataciones más antiguas mediante Carbono 14 sobre sobre enclaves arqueológicos; luego hicimos un filtrado para garantizar con rigurosidad que todas esas dataciones fueran fiables y que estuviera bien asociada la actividad humana con el material que se fecha. De este modo nos aseguramos que ese material sea científicamente fiable y luego lo analizamos en conjunto para llegar a los resultados que presentamos”, detalló.

“Los resultados de nuestra investigación plantean que los seres humanos pudieron ingresar en Sudamérica no antes de 16.600 años atrás, muy probablemente alrededor de los 15.500. Durante los primeros dos mil años, la población creció muy poco. Luego empezó a crecer a una tasa muy alta, hasta que se detuvo bruscamente durante más de 1.000 años, cuando se extinguió la megafauna en Sudamérica hace unos 12.500 años”, detalló el científico.

Estimación de la primera llegada para todas las regiones de América del Sur utilizando el método de Marshall. La fecha calibrada más antigua para cada región se muestra en círculos grises (Tequendama 1-Andes del Norte-, Huaca Prieta-Andes Centrales-, Monte Verde II-Andes del Sur-, Cerro Tres Tetas 1 -Patagonia-, Caverna da Pedra Pintada-Tierras bajas tropicales -, Lapa do Boquete -Central-Este de Brasil-, Arroyo Seco 2 -Pampas-). La fecha estimada media más antigua se muestra en círculos rojos y las líneas grises representan un intervalo de confianza del 95%.

Sobre la presencia de humanos antes de la fecha mencionada Prates fue categórico: “Este trabajo no considera (en el estado actual del conocimiento) como fiables los supuestos sitios de más de 20.000 años de antigüedad de la región de Piauí (Brasil), entre los que se encuentra el conocido sitio de Pedra Furada. Lo mismo consideramos respecto a los estudios de antigüedades cercanas de Monte Verde 1 y Chinchihuapi (en Chile). Entendemos que los materiales y artefactos que se establecen como pruebas de que fueron fabricados por humanos no alcanzan todavía los estándares de validación científica”.

El trabajo realizado por los investigadores de la UNLP ha sido recientemente publicado en la prestigiosa revista científica Plos One, una de las más importantes reconocidas del mundo. Se trata una revista científica publicada por Public Library of Science (PLOS), que cubre principalmente la investigación básica en cualquier materia relacionada con la ciencia y la medicina. Todos los artículos pasan por un proceso de revisión por pares, tanto internos como externos, y los artículos no son valorados en función de su presunta importancia, sino de su calidad técnica. PLOS ONE es, por volumen, una de la revista científica más grande del mundo.


Fuente: Universidad Nacional de la Plata | 24 de julio de 2020

Hallada una muralla y una torre romana de finales del siglo II en el Baluarte de la Bandera en Ceuta

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Cádiz (UCA), encabezado por el ceutí Dario Bernal, se encuentra desde este lunes realizando excavaciones en el interior del Baluarte de la Bandera después de que tras unas excavaciones arqueológicas preventivas realizadas en los últimos seis años hayan quedado al descubierto restos, en muy buen estado de conservación, de la Ceuta romana de finales del siglo II o inicios del siglo III después de Cristo.


Hay que poner de manifiesto que la idea de la Ciudad Autónoma es musealizar la zona tal y como así se hizo en su día con la Basílica Tardorromana (derecha) logrando poner en valor todo lo que se está hallando en el interior del Baluarte de la Bandera, aunque previamente hay que conocer al detalle lo que se esconde en el subsuelo.
El diario EL PUEBLO, conocedor del inicio de estos trabajos arqueológicos se puso en contacto con Bernal, quien destacaba que se trata de una excavación del arqueólogo municipal, Fernando Villada, quien ha querido contar con el equipo de la UCA ya que están especializados en épocas anteriores a la medieval, que es precisamente la especialidad de Villada, de ahí que exista una perfecta complementaridad que ha propiciado importantes avances en la investigación arqueológica que se viene desarrollando en la ciudad.

Durante el recorrido realizado por la excavación de la mano de Dario Bernal, el licenciado en Geografía e Historia asegura que todavía se sorprende con lo que ofrece Ceuta. “Nosotros hemos hecho muchísimas excavaciones y cada excavación tiene una peculiaridad y te da una perspectiva nueva sobre algo que desconoces. En el fondo, la arqueología de la época que nosotros hacemos, la Ceuta medieval es maravillosa, hay cantidad de restos por todos lados, cosas muy conservadas, sin embargo la arqueología de época romana está muy deteriorada, es como hacer un puzle, y es muy difícil interpretar todo esto si no se tiene una perspectiva global de la ciudad”, reconocía mientras resaltaba el valor de los restos hallados en este trabajo arqueológico en el Baluarte de la Bandera, el cual se inició en 2014, aunque la UCA viene realizando excavaciones desde 2018 con el fin de intentar precisar algunos detalles de este hallazgo, que como indicaba Bernal a EL PUEBLO, “básicamente estos son restos de las murallas romanas de Ceuta, algo que no se conocía antes de comenzar a realizar las excavaciones”.


Foto: Baluarte de La Bandera

Sobre el terreno, este diario fue testigo de que en la zona se diferencia perfectamente una fase contemporánea que es la relacionada cuando la zona tenía un uso lúdico y de ocio al eregirse en dicho lugar la antigua discoteca llamada ‘El Candelero’, otra fase donde se observan niveles de sustratos más negros al ubicarse a finales del siglo XVIII y buena parte del siglo XIX la fragua del Parque de Artillería, y finalmente, por debajo de ese nivel, una fase de época preislámica, por lo tanto anterior al a época medieval, y que es de gran importancia para Ceuta debido al estado de conservación que presentan las estructuras halladas, y donde se puede observar un muro de grandes dimensiones de la época romana, más concretamente de la época Antoniana de finales del siglo II e inicios del siglo III, indicándose por parte de Dario Bernal que el estado de conservación que presenta es excepcional, poniendo de manifiesto que “en Ceuta nunca se han encontrado estructuras de esta época tan bien conservadas y con esta potencia”.

En este sentido, que esta muralla se encuentre dentro de la propia estructura del Baluarte de la Bandera ha propiciado que tenga este alto nivel de conservación, resaltando que norlmalmente, cuando se construían fortificaciones y se contaba con una estructura anterior, lo que se hacía siglos posteriores era forrar por fuera aprovechando la estructura existente, con lo cual protegían estos restos, para seguidamente levantar el nivel de uso.

En esta ocasión, los restos hallados en el Baluarte de la Bandera corresponde al ángulo noroeste de la muralla de la Ceuta romana, pudiéndose incluso observar a los pies de esta muralla una canalización de la época con las losas que se utilizaban como tapaderas.

Además, esta muralla tiene una antigua torre adosada por el exterior que presenta un tirante que fue construido para reforzar la esquina de muralla hallada.



Como reconocía Bernal durante el recorrido realizado por el interior del Baluarte de la Bandera, se ha podido llegar a la conclusión de que estos vestigios datan de finales del siglo II e inicios del siglo III gracias a los estratos que se asocian a la fase de construcción, así como el material cerámico utilizado en la algamasa para la construcción de esta muralla.

Pero además de este hallazgo también se ha podido localizar otra estructura, otra muralla de tres metros de altura, también en buen estado de conservación, y que es donde se está trabajando en la actualidad ya que está tapada por un tacón de tierra, y que corresponde a la época tardorromana, pudiéndose tratar de un trozo de muralla bizantina según los restos encontrados hasta el momento y que podría fecharse en el siglo VI, observándose que esta muralla tiene adosada justo detrás de ella la muralla Califal, una de las puertas de acceso que tenía este recinto medieval de la ciudad.

En la entrevista mantenida con el licenciado en Geografía e Historia ceutí, reconocía que “el problema que presentan las excavaciones urbanas es que son plurisecuenciadas”, mostrando a EL PUEBLO in situ restos de la época portuguesa, una bóveda del siglo XVIII, y otros restos que evidencian que se trata de un monumento que ha estado en continua reforma durante 500 años, y que debajo de los niveles del suelo se encuentran los restos medievales, tardorromanos y de la época romana.

Por lo tanto lo que se puede observar hasta el momento y hasta que no se avance más en los trabajos de excavación es el ángulo de una muralla romana, al que se le adosa una torre y donde posteriormente se construye otra muralla en el siglo VI.


Una de las curiosidades que se han podido constatar durante las excavaciones es que en la segunda mitad del siglo VII Ceuta sufrió un terremoto. Dicho terremoto provocó que parte del muro romano hallado se encuentre desplazado y con numerosas grietas, no llegando a desplomarse gracias a unos paquetes de tierra sobre los que el muro descansó tras el seismo. Ha sido precisamente el estudio realizado sobre el proceso de formación de estos paquetes de tierra o de esos estratos el que ha determinado cuando pudo haberse producido dicho terremoto, siendo precisamente en dicho momento cuando también se separa la torre existente de la muralla, pudiéndose observar una gran grieta.

“Nosotros hemos excavado este tacón de tierra un poco para poder sacar estas conclusiones, y el objetivo de esta campaña es terminar de excavar esta zona e intentar llegar hasta el nivel geológico, al cual todavía no se ha llegado, ya que estos paquetes de tierra que hay en la zona son de la segunda mitad del siglo VII, y en Ceuta nunca se habían excavado niveles estratigráficos de esta época bien conservados. Aunque se vea ahora un tacón de tierra, tiene bastante importancia porque luego los restos encontrados son de ese momento histórico, y ya hemos visto al excavar en esta zona que los materiales son bastante buenos, sale bastante cerámica, y como es un momento histórico muy relevante para la ciudad, pero que se encuentra mal documentado, teníamos mucho interés en hacer esta excavación y poder fechar esta estructura (el muro bizantino) que tiene casi tres metros de altura, tratándose de una muralla importante que pensamos que es la que mandó construir Justiniano en el segundo cuarto del siglo VI, de ahí que queramos llegar a la base para poder excavar los niveles constructivos asociados al muro”, resaltaba Bernal.
El arqueólogo ceutí resaltaba que inicialmente estos trabajos se van a desarrollar durante las próximas tres semanas, y que toda la información que se está obteniendo durante la excavación será muy importante para, cuando se quiera poner en valor y musealizar, saber qué y cómo se quiere mostrar al visitante.

Como insistía Bernal, este hallazgo para Ceuta es muy importante ya que son parte de las murallas de la Ceuta romana. “Nosotros siempre hemos tenido la imagen de Ceuta como una ciudad fortificada, pero las fortificaciones que se ven, las más antiguas son de época califal, del siglo X, y las halladas ahora son muy anteriores”.



Una de las especulaciones que han ido produciéndose durante estos trabajos es que la estructura de la torre que se adhiere a la muralla romana pueda tratarse de un faro, ya que está al lado del mar, proyectado hacia fuera, pero este hecho no es ni siquiera una hipótesis ya que, hasta el momento, no se tienen datos suficientes que puedan llevar a dicha conclusión, reconocía Bernal, quien recordaba que los faros de la época romana eran escalonados, y lamentablemente la estructura hallada no presenta este tipo construcción.

Pese a todo, Bernal reconoce que la zona tenía claramente una conexión con el mar, y no pierde la esperanza de una vez terminada la excavación poder encontrar algún resto relacionado con los malecones de acceso al muelle, a la playa o lo que fuera.

Para concluir, el arqueólogo ceutí reconocía que quedan muchos años de trabajo todavía, al menos cinco, aunque resaltó que está más avanzado de lo que pueda parecer a simple vista, ya que está desparasitado, está encargado el proyecto a los arquitectos de valorización, y lo que habrá que buscar en su momento es una subvención importante para acondicionar toda la zona como se hizo con la puerta Califal.

Restos óseos

Una antropóloga visitará la excavación este martes. Durante las excavaciones también se han encontrado restos óseos, exactamente donde se ha hallado el paño de muralla bizantina, y estos serán analizados por una antropóloga. Como resaltaba Dario Bernal se trata de unos enterramientos en la zona donde se encuentra la muralla Bizantina, de época tardorromana, y esto provoca que haya que realizar la excavación con cuidado.

Fuente: elpueblodeceuta.es | 28 de julio de 2020