Las diferencias de clases se remontan a hace más de 6.500 años

Uno de los esqueletos encontrados, con un objeto de cobre cerca del pecho (Antiquity)

Hace más de 6.500 años, en lo que ahora es el centro-norte de Polonia, los ricos ya comían mejor que los pobres. Cuando aún no había dinero, ni un sistema económico basado en el papel moneda, ni impuestos ni tan siquiera capital, los humanos ya eran incapaces de compartir sus posesiones, por más humildes que fueran.
Alrededor del 4.600 a. C., algunos de los individuos enterrados en un cementerio neolítico de Osłonki fueron sepultados junto con los primeros artefactos de cobre conocidos del norte de Europa. Un grupo internacional de arqueólogos se cuestionó si, por aquel entonces, la riqueza era algo que se demostraba en el tránsito hacia el otro mundo o si también tenía incidencia en la vida de las personas.

Según explican en un artículo pulicado en la revista Antiquity, el análisis de la dieta de esos humanos confirmó que aquellos que poseían estos artefactos de cobre -alrededor de una cuarta parte de los enterrados en el lugar- probablemente disfrutaban de un mayor acceso a pastos de ganado de alta calidad, lo que evidenciaría una clara diferencia de clases en plena prehistoria.

Alrededor de una cuarta parte de los enterrados en Osłonki poseían artefactos de cobre (Antiquity)

Las desigualdades sociales son un hecho que los investigadores tiene bien estudiado en distintos periodos de la historia. Pero nunca antes se había demostrado esta situación en pleno Neolítico. En la necrópolis de Polonia, algunas hipótesis apuntaban que las tumbas ricas podían reflejar donaciones funerarias hechas por la comunidad a miembros destacados del grupo, lo que no se traduciría en una riqueza individual en vida.

Por eso el equipo liderado por la doctora Chelsea Budd (izquierda), de la Universidad de Umeå (Suecia) examinó isótopos estables -elementos químicos (los más comunes son el carbono y el nitrógeno) incorporados en el esqueleto que varían si cambiamos nuestra dieta- de diferentes entierros en Osłonki. ”Al principio solo queríamos descubrir qué alimentos comían para poder comprender el desarrollo de la agricultura en la Europa prehistórica temprana”, reconoce Budd.


Los resultados obtenidos, sin embargo, revelaron detalles mucho más trascendentales. “La presencia de objetos de cobre en algunas tumbas, un material exótico que habría sido importado desde una gran distancia, está relacionado con las diferencias en las dietas durante la vida de estas personas”, añade el profesor Peter Bogucki (derecha), de la Universidad de Princeton.
Los isótopos indican que las personas más ricas probablemente tuvieron un mayor acceso al ganado de pasturas de alta calidad. Además, como la tierra agrícola a menudo se hereda, aumenta la posibilidad de que esta desigualdad sea multigeneracional. La teoría de los arqueólogos es que estas clases sociales más altas podrían ser descendientes de los primeros humanos que llegaron amOsłonki y que se habrían repartido los mejores pastos.

”Estamos presenciando la aparición de la desigualdad social y económica en las primeras comunidades prehistóricas, entre los ‘que tienen’ y los que ‘no tienen’, en un momento mucho más temprano de lo que pensábamos. Muchos de los valiosos artículos funerarios llegaron procedentes de lugares situados a cientos de kilómetros de distancia, en el centro-sur de Europa, lo que indica que esta riqueza agrícola se tradujo en mayores oportunidades comerciales y más posesiones materiales también”, asume Chelsea Budd.

Las personas enterradas pertenecían a la cultura Brześć Kujawski (Antiquity)

La asentamiento de Osłonki, erigido por un grupo agricultores conocido como Brześć Kujawski, estuvo activo alrededor de 200 años, tiempo durante el cual hubo un aumento de los conflicto violentos con otras comunidades, lo que requirió la construcción de una muralla defensiva y una zanja. Alrededor del 4.400 a. C., el lugar fue abandonado, junto con muchos otros en la región.
El colapso de esta cultura, que desarrolló grandes asentamientos agrícolas y levantó unas características casas largas con planos trapezoidales, ocurrió paralelamente con el fin de las rutas comerciales que introducían artículos de valor en el norte de Europa, entre los que destacaban los adornos de cobre que no se volvieron a ver en la zona durante un milenio.

Fuentes: lavanguardia.com | newscientist.om | 5 de agosto de 2020

Hallazgos calcolíticos, romanos e islámicos en las excavaciones de Marroquíes Bajos (Jaén)

Los trabajos realizados por una treintena de voluntarios en el Campo Arqueológico de Marroquíes Bajos, en Jaén capital, ha revelado hallazgos del Calcolítico y de la época romana e islámica.
El alcalde de Jaén, Julio Millán, ha visitado la parcela en la que voluntarios de distintos puntos de España excavan en dos turnos los restos calcolíticos, romanos, visigodos y árabes, que se encuentran en la parcela C del barrio del Bulevar, que esconde en apenas 8.000 metros cuadrados más de 5.000 años de la historia de Jaén.

El regidor, junto al concejal de Patrimonio, José Manuel Higueras, ha conocido de cerca de la mano del equipo técnico que dirige los trabajos los primeros hallazgos, entre los que destacan puntas de flecha intactas de silex del Calcolítico, que comparten antigüedad con un foso de esa época, una vivienda islámica del siglo X, con vasijas, tejas y cerámicas junto a ella y en su interior, un aljibe y un pozo singular de dos entradas de época romana y un enterramiento de una adolescente de esta misma época, con unos 1.600 años de antigüedad, que ha aparecido en los últimos días.


Millán ha subrayado que "todos son hallazgos de un valor incalculable para explicar, conocer y poner en valor en el presente y a futuros el gran pasado de Jaén cuya evolución se explica casi sin salir de la parcela. Son unos hallazgos de gran valor, como el trabajo que han realizado el Patronato de Cultura y estos voluntarios y voluntarias, que ahora ceden el testigo a una segunda remesa que trabajará hasta la primera semana de agosto”.

Millán ha confirmado la voluntad del Ayuntamiento de seguir apostando por esta zona. En este sentido, el edil de Patrimonio, José Manuel Higueras, ha manifestado que el campo arqueológico tendrá continuidad y que el objetivo es convertir esta parcela con apoyo económico en una zona visitable, unos restos musealizados que sirven como aliciente para la promoción cultural, educativa y turística de Jaén, para lo que ya se cuentan con las primeras partidas con cargo al Plan Turístico de Grandes Ciudades.


El campo de voluntariado es la primera acción de este tipo en la que se involucra el Ayuntamiento de Jaén y supone retomar el trabajo de excavación en la zona casi 20 años después de las últimas intervenciones en la misma.

Los voluntarios, que proceden de distintos puntos de Jaén, Granada, Córdoba e incluso de las Islas Canarias, han centrado sus primeras intervenciones en la excavación de un foso del Calcolítico llamado “foso cero” del poblado de Marroquíes, reexcavando y limpiando la zona, localizando restos romanos únicos en la Península e interviniendo en una zona de enterramientos de época visigoda que no se excavaron, así como parte de una vivienda musulmana.

Se trata de una parcela de 8.000 metros cuadrados en la que los expertos coinciden en destacar que se concentran los grandes vestigios de la historia de Jaén en los últimos 5.000 años.
Este campo arqueológico se lleva a cabo gracias a un convenio suscrito por el Colectivo Gentes y la Asociación Cultural Marroquíes Bajos con el Ayuntamiento.


Fuentes: diariodejaen.es | lacontradejaen.com | 24 de julio de 2020

Hallan una fachada de un palacio romano en Aguilafuente (Segovia)

Vista aérea de la villa romana de Santa Lucía. - Foto: DS

Se ha cerrado la tercera campaña de excavaciones arqueológicas que se desarrollan en la villa romana de Santa Lucía promovidas y financiadas por el Ayuntamiento de Aguilafuente (Segovia) y realizadas a través del proyecto científico de la Universidad Complutense de Madrid.

El equipo arqueológico, integrado por una veintena de profesionales, ha intervenido en el sector oriental de la residencia aristocrática de esta villa, uno de los enclaves arqueológicos tardorromanos más significativos de la provincia. Este proyecto de investigación, que se viene desarrollando desde el año 2018, cuenta también con la colaboración de la Junta de Castilla y León, que además realiza una aportación económica al proyecto, y ha sido apoyado igualmente en los pasados años por la Diputación de Segovia.

Maqueta de la villa romana de Santa Lucía

Los trabajos arqueológicos han permitido exhumar la fachada occidental de este palacio rural romano, en el ala oriental del conjunto, que todavía no había sido explorado a través de excavación. Restos de los muros de la fachada, de cerca de 45 metros de longitud, una parte de ellos expoliados en época pasadas, han sido documentados durante esta campaña, permitiendo definir casi por completo el perímetro de este edificio romano organizado en torno a una peristilo o patio central en su día columnado de 450 metros cuadrados. Con ello, se estima que la superficie de esta residencia aristocrática de la villa alcanzó en torno a 2.200 metros cuadrados. Asimismo, los trabajos han localizado varias estructuras murarias pertenecientes a una edificación romana precedente del siglo II o III d.C., y relacionada con un asentamiento rural que sirvió de germen a la villa suntuaria construida en el siglo IV d.C.

Igualmente se han documentado más de una decena de tumbas pertenecientes a la necrópolis visigoda que durante los siglos VI y VII d.C. ocupó lo que entonces ya era la ruina del edificio romano. En el sector septentrional de la excavación también se ha seguido indagando los posibles restos de la iglesia medieval y moderna de San Mamés, luego de Santa Lucía, que da nombre al yacimiento, que se construyó en relación con la aldea medieval que se desarrolló desde al menos el s. XIII, al tiempo que se desarrollaba ya el núcleo medieval principal de Aguilafuente.

Señalización didáctica de la villa romana de Santa Lucía.

La villa romana de Santa Lucía constituyó un importante centro rural situado entre los territorios de las ciudades romanas de Cauca (Coca) y Confloenta (Duratón). Organizado en torno a esta residencia principal aristocrática (que conformaba la denominada pars urbana de la villa), se instalaron junto a él un amplio conjunto de edificaciones relacionadas con la explotación de la campiña, pastos y bosques dependientes de la misma, como talleres, viviendas para esclavos, establos, almacenes o graneros, que conformaban la denominada pars rustica y que ocupaban un amplio espacio de hasta 10 hectáreas en torno a la residencia principal. Han sido conocidos gracias a los trabajos de prospección que de forma paralela a las excavaciones desarrolla también el equipo arqueológico. El área después ocupada por una aldea visigoda y por una posterior aldea medieval se reparten por otras zonas de este yacimiento, que en su conjunto ocupa cerca de 25 hectáreas de superficie.


El proyecto de investigación de la villa de Santa Lucía constituye para el Ayuntamiento de Aguilafuente uno de los ejes principales de actuación en relación con la promoción del patrimonio cultural del municipio, en tanto que el conocimiento científico del conjunto arquitectónico es básico y necesario para proseguir con los trabajos de puesta en valor de este yacimiento, destinados a garantizar la conservación de los restos arqueológicos, su disfrute socia y su atracción turística. La visita a esta villa romana se complementa con la del Aula Arqueológica situada en la iglesia de San Juan, donde se pueden ver los mosaicos romanos recuperados en la villa tras los trabajos realizados en la misma a finales de los años sesenta.


Fuente: eldiadesegovia.es | 27 de julio de 2020

Rebajan cuatro metros una montaña para sacar a la luz un palacio íbero de 2.400 años (Cabra, Córdoba)

Excavaciones en el Cerro de la Merced con la cubierta recién instalada.

El Ayuntamiento de Cabra (Córdoba) lleva ocho años invirtiendo en el yacimiento arqueológico del Cerro de la Merced para poner en valor y hacer visitable un palacio íbero de hace 2.400 años, lo que ha implicado rebajar su cota cuatro metros desde su altura original.

Para Fernando Quesada (izquierda), catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, responsable de la excavación y de la musealización del yacimiento, el empeño ha sido justo al revés de la de aquel pueblo galés que describe la película ‘El inglés que subió una colina pero bajó una montaña’ (Christopher Monger, 1995).

La porfía en este caso, explica a la corporación municipal egabrense en su primera visita institucional al lugar, en vez de elevar la colina los veinte pies que le faltaban en la cinta para poder ser considerada montaña, la primera montaña de Gales en la ficción basada en hechos reales, ha sido rebajar la cota para desvelar los restos de "una estructura que estaba pensada para ser vista".

Durante siglos, lo que había en ese cerro se tenía por los restos de una atalaya de la época de Aníbal, de finales del siglo III, cuando en realidad era musulmana, de entre los siglos X y XI.

El Cerro de la Cruz con casas reconstruidas y un horno para cerámica en primer término.

"De esta torre hemos retirado los escasísimos restos que había para poder explicar el palacio ibérico", dice durante la visita Quesada, que lleva desde 1985 en la Subbética cordobesa estudiando los yacimientos íberos, especialmente el significativo Cerro de la Cruz, de Almedinilla.

Precisamente su relación con él y con el también arqueólogo Antonio Moreno (derecha),director del Museo Municipal de Cabra, fue determinante para que esta joya íbera esté a un año de convertirse en un atractivo más de la ciudad egrabrense.

Moreno le insistió en que fuese a conocer esas piedras que emergían de la tierra junto a los restos de la atalaya que se veían desde la carretera que une Cabra y Priego de Córdoba.

"Empezamos a hacer topografía con las piedras que se veían y me di cuenta que de torre, nada", dice a Efe el profesor Quesada.

Las dimensiones de los sillares y la colocación de los que sobresalían en las distintas partes del cerro le indicaron a sus ojos expertos que bajo ese montículo se escondía lo que se ha verificado que "es uno de los principales referentes del mundo íbero en toda Andalucía", según el alcalde de Cabra, Fernando Priego (PP).


El Ayuntamiento compró el Cerro de la Merced en 2009, antes de conocer su verdadera dimensión arqueológica, y desde 2012 mantiene una decidida apuesta que el alcalde Priego valora en alrededor de un millón de euros en estos ocho años, en lo que se ha convertido, recalca a Efe, en "un auténtico orgullo", en "seguir avanzando en la excavación y financiando y apostando por la recuperación del patrimonio arqueológico", que ya enriquece el Museo Arqueológico de la ciudad y con el que se pretende que interactúe cuando se abra al público el yacimiento.


El antecedente del palacio íbero lo marcan los restos de una viga quemada y unas semillas de mediados del siglo IV o, principios del V antes de Cristo, que aparecieron en un cuadrado de quince metros de lado, en un edificio que tenía un gran patio enlosado con grandes lajas de piedra de un metro de longitud, y con tres habitaciones al fondo, lo que Quesada atribuye a "un posible santuario", con todas las prevenciones al uso del término 2.400 años después.


A la construcción primitiva, que el primer sol del día alumbraba por la puerta, "se le adosa en el exterior un muro ciclópeo, mientras se compartimenta el interior con muros, puertas y un gran patio, del que se eleva una segunda planta, lo que deriva en un complejo aristocrático".
"En el mismo se molía trigo y se han encontrado pesas de telar, que demuestran una actividad textil, armas, elementos de vestimentas y cerámica de distinto tipo local e importada, lo que pone de manifiesto que era un centro de poder local o comarcal".

"La construcción presenta una geometría impecable de las habitaciones que se podrá comprobar en el itinerario de la visita, medidas al centímetro, por lo que el tamaño de cada habitación es idéntico", precisa Quesada.


El edificio está sobre una plataforma horizontal que sirve de área de servicio y representación con un perímetro con estancias secundarias.

Hacia el final de la guerra de Aníbal o en las grandes sublevaciones ibéricas contra la conquista romana, el complejo es demolido y en las siguientes décadas es 'okupado', convirtiéndose en "vivienda de fortuna", y al poco tiempo abandonado, hasta que en el siglo XVII los saqueadores perforan un túnel buscando un imaginario tesoro de los moriscos cuando los Austrias deciden su expulsión, lo que se ha podido datar porque a uno de ellos se le cayó una moneda de vellón con cuatro reimpresiones que los arqueólogos han encontrado tres siglos después. EFE


Fuentes: lavanguardia.com | abc.es | 2 de agosto de 2020

Recuperadas varias piezas arqueológicas de origen tartésico-fenicio procedentes de un expolio

La Policía Nacional ha recuperado en Villamartín (Cádiz) diversas piezas arqueológicas de origen tartésico-fenicio procedentes de un expolio. Según los investigadores, parte de las piezas intervenidas --en concreto las de oro-- podrían pertenecer a una composición mayor, tal como un collar o una pulsera, cuyo origen podría datar de los años 1.200-500 a.C.

Según informa la Policía Nacional en una nota, hay una persona investigada que compartía en sus redes sociales fotografías que han acreditado la actividad expoliadora que realizaba, así como el largo periodo de tiempo que llevaba haciéndolo.

La investigación se inició a consecuencia de la monitorización que se realiza, por parte de agentes especializados, de los efectos y bienes de naturaleza arqueológica y artística que se exponen a través de diferentes plataformas digitales, algunos de ellos procedentes de yacimientos arqueológicos.

Así, gracias a estos rastreos, los agentes localizaron a una persona que, presuntamente, participaba de manera muy activa exponiendo piezas de interés arqueológico en plataformas digitales. En este sentido, los investigadores observaron que había expuesto una pieza de naturaleza arqueológica, al parecer un pendiente de oro, que podría pertenecer a una composición mayor de origen tartésico-fenicio (1.200-500 a.C.).

Una vez que los agentes identificaron al presunto autor de los hechos, comprobaron que la actividad expoliadora que había llevado a cabo no era circunstancial ni esporádica, sino que se habría estado desarrollando durante un largo periodo de tiempo.


Por un lado, ya había sido sancionado con anterioridad por hechos similares y por otro, las fotografías que solía compartir en redes sociales han puesto de manifiesto tanto la actividad como el periodo de tiempo al que se circunscribe.

Finalmente, los agentes registraron el domicilio del investigado a fin de recuperar la pieza referida así como cualquier otra que pudiera tener en su poder. Fruto de dicho registro, se intervinieron numerosos efectos, entre ellos un dírham de oro, cinco piezas de oro que podrían formar parte de un conjunto mayor, gran cantidad de monedas y objetos de diferentes dataciones y orígenes, y un busto femenino en piedra.

Asimismo, también localizaron un hacha en bronce, pesas de origen romano, una figura de un león íbero en bronce y tres detectores de metales.

Además, el investigado acompañó a los investigadores hasta el lugar donde se situaba el yacimiento en el que habría expoliado alguna de las piezas, en concreto las de oro, situándolo en una finca de labor cerca de Jerez de la Frontera.

Fuente: teleprensa.es| 31 de julio de 2020

Una profesora de la Universidad de Alicante identifica papiros con fragmentos de novelas perdidas de la Antigua Grecia

Fragmento de una novela griega en papiro.

Gracias a los trabajos arqueológicos en diferentes ciudades del antiguo Egipto, la profesora de Filología Griega de la Universidad de Alicante, María Paz López Martínez, ha identificado papiros que contienen fragmentos de novelas perdidas de la antigua Grecia. En el marco del proyecto Eroticorum graecorum fragmenta in papyris membranisve reperta (EGFPMR), financiado por el Programa LOGOS de Ayudas a la Investigación en Estudios Clásicos, de la Fundación BBVA y auspiciado por la Sociedad Española de Estudios Clásicos, la investigadora ha sacado a la luz los textos perdidos de este rico legado que ha permanecido oculto bajo las arenas del desierto y que se han conservado gracias a las especiales condiciones de temperatura y humedad de Egipto.
La novela, en cuanto que relato de ficción en prosa, fue el último género literario que nació en Grecia. Gozó de mucho éxito durante todo el imperio en sus diversas modalidades, que abarcan desde textos muy eruditos en un registro cultísimo hasta las composiciones más populares no exentas de vulgaridad.
Aunque la tradición manuscrita ha permitido conocer algunos títulos, lo cierto es que la mayor parte de las novelas se han perdido. Solo se conservan cinco obras completas: 'Quéreas y Callírroe' de Caritón de Afrodisias, de finales del siglo I o comienzos del II d.C.; 'Efesíaca' de Jenofonte de Éfeso, probablemente, posterior a Caritón de Afrodisias, primera mitad del II d.C.; 'Dafnis y Cloe' de Longo de Lesbos, de la segunda mitad del II d.C.; 'Leucipa y Clitofonte' de Aquiles Tacio, de mediados del II d.C.; 'Etiópicas' o 'Teágenes y Cariclea' de Heliodoro de Emesa, del III-IV d.C. También hay que contar con las 'Babiloníacas' de Jámblico del siglo II d. C. y otros textos similares también de ficción”, cuenta María Paz López (izquierda).
Nuevos datos

Foto: Fragmento de papiro del siglo II o III que contiene el relato de 'Quéreas y Callírroe' de Caritón de Afrodisias.

Este nuevo proyecto financiado por el Programa LOGOS permitirá editar, traducir y estudiar el corpus actualizado, así como revisar los materiales anteriores a la luz de nuevos datos y de una tecnología óptica más avanzada. En concreto, la investigadora de la Universidad de Alicante analizará alrededor de 50 fragmentos de papiros, pergaminos y ostraca -piezas de cerámica- que actualmente se conservan en bibliotecas de ciudades como El Cairo, Ginebra, Florencia, Oxford, Berlín, Milán y Michigan.

Uno de los aspectos que se abordará durante el estudio son los temas de realia, especialmente las referencias a ciertas situaciones jurídicas que se presentan en las novelas y que, de la mano del profesor de Derecho Romano de la Universidad de Valencia, Carlos Sánchez-Moreno, se compararán con las fuentes y documentos históricos, muchos de ellos conservados también en papiros. “Entre otros documentos hay ventas, impuestos, juicios, pleitos que dan fe de cómo era la sociedad de la época”, detalla López.
Foto: Fragmento de novela griega en papiro

Por otro lado, se pretende explorar la situación de las mujeres en el mundo antiguo en cuestiones como el matrimonio o la dote. “Un factor importante de estos textos es la cantidad de interesantes personajes femeninos que intervienen en la trama novelesca: reinas, brujas, magas, corsarias, esclavas o prostitutas que se arriesgan y desafían las normas establecidas”, según María Paz López.
La profesora de Filología Griega de la UA lleva más de 30 años estudiando estos fragmentos, de hecho, ya su tesis doctoral de 1993 se centró en estos papiros de novela griega. Desde entonces, han aparecido nuevos textos de un género que incluye novelas históricas, biográficas, picaresca, góticas, de ciencia ficción, eróticas…

María Paz López mantiene una estrecha colaboración desde hace años con expertos y grupos de investigación internacionales especializados en papirología y en literatura griega como A. Stramaglia, F. Reiter, J. Hämerstedt, P. Parsons, L. Del Corso, L. Graverini, A. Casanova. En España, entre otros investigadores, colabora estrechamente con la catedrática de Filología Griega de la Universidad de Murcia, Consuelo Ruiz, referente internacional en el tema de la novela griega.

Fuente: Universidad de Alicante | 3 de agosto de 2020