El CENIEH publica un nuevo estudio sobre la regulación del tamaño de los molares en homínidos

El Grupo de Antropología Dental del CENIEH ha testado el modelo de cascada inhibitoria para explicar la relación de tamaño así como las diferencias de forma entre las distintas clases de dientes, en la muestra de molares de los individuos identificados en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca.

La relación de tamaño de los molares es una de las características peculiares de las diferentes especies de homínidos y se han propuesto diferentes teorías para explicar esa relación de tamaño, así como las diferencias de forma entre las distintas clases de dientes (incisivos, caninos, premolares y molares). La última teoría, denominada modelo de cascada inhibitoria ha surgido de la experimentación en embriones de ratones, y en 2016 se aplicó de manera teórica a los homínidos fósiles, con resultados satisfactorios.

En apariencia, todos los homínidos cumplen el modelo de cascada inhibitoria. En un artículo del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la evolución Humana (CENIEH), publicado recientemente en la revista Journal of Anatomy, se ha testado este modelo en la muestra de molares de los individuos identificados en el yacimiento de la Sima de los Huesos, situado en la sierra de Atapuerca (Burgos).

Los resultados coinciden de manera extraordinaria con el modelo generado en ratones, por lo que se confirma una vez más su utilidad. “No obstante, nuestras conclusiones han notado una anomalía del modelo, cuando se aplica a las especies más antiguas del género Homo”, puntualiza José María Bermúdez de Castro (izquierda), coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH y autor principal de este trabajo.

Serie creciente y decreciente

En los géneros Ardipithecus, Australopithecus y Paranthropus, así como en Homo habilis, la serie molar es creciente y cumple perfectamente los presupuestos del modelo de cascada inhibitoria. Lo mismo sucede con Homo sapiens, pero con la diferencia de que la serie molar es decreciente, siendo el primer molar más grande que el segundo y este más grande que el tercero (muela del juicio).

La aplicación del modelo de cascada inhibitoria asumía que el cambio de la serie creciente a la decreciente habría sucedido hace poco menos de dos millones de años, quizá coincidiendo con la transición entre los géneros Australopithecus y Homo. “Sin embargo, en nuestro trabajo notamos que ese cambio pudo tardar al menos un millón de años en producirse”, señala Bermúdez de Castro.

Los homininos de la Sima de los Huesos, con unos 430.000 años de antigüedad, representan un buen ejemplo de esa transición, mientras que la mayoría de especímenes de Homo ergaster, Homo erectus, Homo antecessor y Homo heidelbergensis, entre otras especies, no cumplen el modelo de cascada inhibitoria. “Nuestra idea es seguir con las investigaciones para averiguar qué mecanismos genéticos están detrás de esta anomalía en el modelo”, declara Bermúdez de Castro.

Fuente: cenieh.es | 9 de septiembre de 2020

Hallan un diente de leche de hace unos 48.000 años que perteneció a uno de los últimos neandertales del norte de Italia

El diente de leche pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años.

Un diente de leche encontrado en el Riparo del Broion, en las colinas de Berici, en Véneto, atestigua la presencia de uno de los últimos neandertales en Italia. El pequeño diente, un canino, pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años que vivió hace unos 48.000 años. Se trata, por tanto, del resto neandertal más reciente hallado en el norte de Italia.

El descubrimiento, cuyos resultados se publican en el Journal of Human Evolution, fue dirigido por un grupo de investigadores de la Universidad de Bolonia y la Universidad de Ferrara.

Este trabajo es el resultado de la sinergia de diferentes disciplinas y especializaciones”, dice Matteo Romandini (izquierda), investigador de la Universidad de Bolonia y primer autor del estudio. “La arqueología de campo prehistórica y de alta definición tecnológica nos ha permitido encontrar el diente. A continuación hemos aplicado aproximaciones virtuales al análisis morfológico, genético, tafonómico y radiométrico. De este modo, hemos podido atribuir que este resto dental pertenece a un neandertal tardío".
Los análisis genéticos realizados revelaron que, por parte de la madre, el niño dueño del diente estaba estrechamente relacionado con otros neandertales que vivían en Bélgica. Este es un hecho que hace del yacimiento de Riparo del Broion uno de los lugares clave para comprender la progresiva desaparición de los neandertales a escala europea.



“Este pequeño diente es fundamental”, dice Stefano Benazzi (izquierda), profesor de la Universidad de Bolonia y que ha coordinado el estudio. “También porque hoy sabemos que, cuando el niño o niña neandertal que vivía en Véneto lo perdió, a mil kilómetros de distancia, en Bulgaria, ya existían comunidades de 'Homo sapiens'”.

El análisis dental se realizó con métodos virtuales y altamente innovadores. "Las técnicas de análisis que aplicamos al hallazgo nos permitieron confirmar que el diente es un canino de leche superior derecho que pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años que vivió hace entre 48.000 y 45.000 años”, explican Gregorio Oxilia (izquierda) y Eugenio Bortolini (derecha), investigadores de la Universidad de Bolonia y co-primeros autores del estudio. “Una datación que convierte a este pequeño diente de leche en el resto neandertal más reciente del norte de Italia y en uno de los últimos de toda la Península”.


El posicionamiento del Riparo del Broion, en el lado noreste de las colinas de Berici (Foto: Aurelie Leone).

Actualmente se está realizando el estudio de los demás hallazgos recuperados en Riparo del Broion junto con el diente, pero los datos ya muestran un uso continuado del lugar y signos de caza y sacrificio de grandes presas. “La producción en este enclave de herramientas líticas, especialmente de sílex, muestra una gran capacidad de adaptación y explotación sistemática y especializada de las materias primas disponibles”, confirma Marco Peresani (izquierda), profesor de la Universidad de Ferrara, el cual ha colaborado ​​en en el estudio.

El proyecto de investigación en Riparo del Broion nació dentro del proyecto ERC SUCCESS, dirigido por Stefano Benazzi y dedicado al estudio de los cambios bioculturales ocurridos en Italia durante la fase de transición entre el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis, con el objetivo de comprender en qué momento nuestra especie llegó al sur de Europa, así como los procesos que favorecieron su éxito adaptativo y las causas que llevaron a la extinción de los neandertales. El trabajo también se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de los Departamentos de Evolución Humana y Genética del Instituto Max Planck (Alemania), de la Unidad Aceleradora de Radiocarbono de Oxford (Reino Unido), del Laboratorio DANTE de la Universidad Sapienza y Bioarqueología y del Servicio del Museo de Civilizaciones de Roma.

La búsqueda de hallazgos en el yacimiento de Riparo del Broion continúan (Foto: Aurelie Leone)

Las investigaciones realizadas en Riparo del Broion -iniciados en 1998 y todavía en curso- se llevan a cabo bajo la dirección científica de Matteo Romandini y Marco Peresani gracias a la subvención del Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales y el apoyo de la Región de Véneto, Ayuntamiento de Longare (VI), Fundación Leakey, Fundación CariVerona, Instituto Italiano de Prehistoria y Protohistoria, y el proyecto ERC SUCCESS.

Fuente: magazine.unibo.it | 4 de septiembre de 2020

Los romanos abandonaron Hispania durante un importante cambio climático

Teatro romano de Mérida.

«Desde una perspectiva planetaria, los romanos eran afortunados», escribe Kyle Harper (izquierda) en el El fatal destino de Roma (Crítica). «El imperio alcanzó su máxima extensión y prosperidad —entre el 200 a.C. y el 150 d.C.— al abrigo de un período del Holoceno tardío conocido como Óptimo Climático Romano (OCR)».

Según el historiador, dicho OCR fue fundamentalmente una fase de clima cálido, húmedo y estable en una buena parte del corazón del imperio: el Mar Mediterráneo. «Este benévolo clima permitió levantar un imperio agrícola, que a su vez sustentó un determinado régimen político y económico y un círculo virtuoso de imperio y prosperidad», según Harper.

Pero desde el siglo II d.C., la suerte de los romanos empezó a declinar. Entre el 150 y el 450 d.C. se produjo una drástica secuencia de cambios climáticos que culminaron con la Pequeña Edad de Hielo tardía, seguida por un espasmo de actividad volcánica, entre los años 530 y 540, y una caída profunda del flujo de energía solar. Por si fuera poco, en los años 165 d.C., 249 d.C. y 541 d.C. Roma sufrió tres episodios pandémicos, quizás de viruela, de una plaga desconocida y de peste, respectivamente.

Hasta ahora se han propuesto cientos de explicaciones sobre la caída de Roma, pero, ¿qué papel tuvo el clima? En los últimos años, cada vez más investigadores han estudiado sedimentos de lagos y mares y núcleos de hielo, con la finalidad de obtener un registro geoquímico del clima que existió durante la historia de Roma. Esta misma semana, un grupo de investigadores ha presentado unas conclusiones que muestran que existe otro modo de estudiar el clima del pasado, esto es, a través de estalactitas de yeso. Su trabajo, realizado con muestras recogidas de las cuevas de Sorbas, en Almería, también indica claramente que, en el mismo periodo en que Roma abandonó Hispania, en el siglo V d.C., la península ibérica atravesó una época de descenso de precipitaciones.
«Hemos podido estudiar el clima durante el periodo en que los romanos ocuparon la península ibérica y vincularlo con el momento en que la abandonaron», ha explicado a ABC Fernando Gázquez (izquierda), profesor de Geodinámica Externa de la Universidad de Almería y coautor del estudio, fruto de una colaboración internacional. «Además, ésta es la primera vez que se ha empleado una estalactita de yeso para estudiar el clima del pasado».
En 2018 Fernando Gázquez fue uno de los autores de un trabajo que situó la existencia de una importante sequía durante el período en que se produjo el colapso de la civilización maya. Lo hicieron por medio de los testigos más frecuentes para estudiar las precipitaciones del pasado: los sedimentos de yeso depositados bajo las aguas de los lagos durante siglos.

Varias estalactitas de yeso de las cuevas de Sorbas, en Almería. La estructura del yeso encierra agua filtrada desde el techo de la cueva hace siglos o incluso milenios - Cortesía de Fernando Gázquez.

Una estalactita con mil años de historia

El problema es que no en todas la zonas de la Tierra suele haber lagos, por lo que la información sobre el clima pasado de zonas más áridas tiende a escasear. Sin embargo, gracias a una técnica puesta a punto en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y desarrollada durante 15 años, los autores han podido recurrir a otro recurso: un estalactita de yeso que creció durante siglos en el interior de la cuevas de Sorbas, en Almería.

«Estudiamos una estalactita que empezó a crecer en el siglo VIII a.C. y que dejó de crecer en el VIII d.C.», ha explicado Gázquez. ¿Cómo lo hizo? Gota a gota, muy lentamente, el terreno llevó el agua hasta el subsuelo y alimentó una estalactita, de 63 centímetros de largo, que encierra en su interior importante información sobre las precipitaciones del pasado, como si se tratara de una auténtica cápsula del tiempo.

La estalactita analizada en este estudio medía 63 centímetros y encerraba la historia de 1.000 años de precipitaciones - Cortesía de Fernando Gázquez

Para poder reconstruir las precipitaciones del pasado con esta estalactita, en primer lugar un grupo de investigadores de la Universidad de Quebec (Canadá) dató la estalactita, midiendo la presencia de isótopos de torio y de uranio. Una vez establecida la antigüedad del mineral, el equipo de Gázquez evaluó la proporción de tres isótopos de oxígeno (el 16, el 17 y el 18). La premisa es que cuanta más evaporación se produce, y hay menos lluvias, el agua que forma parte de la estructura cristalina del yeso está más enriquecida de isótopos pesados. (Recordemos que los isótopos son átomos de un mismo elemento químico con diferente masa atómica).

De esta forma, que requiere una tecnología más compleja que la empleada en sedimentos de lagos, «se han analizado los isótopos estables de las moléculas de agua atrapadas en el yeso», según ha comentado Fernando Gázquez. «Las diferencias mínimas en el peso de las mismas han dado la información acerca de la humedad que había en la cueva y en su entorno y cómo ha ido cambiando ésta con el tiempo».

El cambio climático que sufrió Roma

El coautor ha considerado que gracias a estos análisis «el estudio ha revelado que los romanos ocuparon la península ibérica coincidiendo con un cambio climático que llevó a que lloviera mucho más en esta región durante varios siglos». Según ha dicho, «ésto coincidió con el máximo desarrollo del Imperio porque probablemente las condiciones eran más favorables para culivar cereales, vid y olivo».

Sin embargo, esta situación ventajosa llegó a su fin: «Entre el I y V d.C. el clima se hizo cada vez más seco, hasta el punto de que coincidiendo con el máximo de aridez y, por ello, con una baja productividad agrícola, los romanos abandonaron la Península».


No obstante, y según ha reconocido este investigador, el estudio no implica que el cambio climático fuera la razón principal por la que los romanos se fueron de la península ibérica, pero sí que «sugiere que el clima pudo tener un papel fundamental».

A continuación, los investigadores seguirán estudiando las estalacticas de las cuevas de Sorbas en busca de «cápsulas del tiempo» que tengan atrapados otros períodos históricos. Además de eso, Gázquez ha comentado que esta técnica podrá emplearse en otras áreas del mundo donde existen cuevas con estalacticas de yeso, como Estados Unidos, México, Italia o Australia.

Las enseñanzas de la caída de Roma

En conclusión, tanto los sedimentos de los lagos como las estalactitas muestran que, a lo largo de la vida del Imperio Romano, el clima no fue un telón de fondo estable, sino que fluctuó como consecuencia de cambios en la actividad solar y de las erupciones volcánicas.

Al igual que Roma, nuestra civilización hace frente hoy en día al reto de los cambios del clima, encabezados por el calentamiento global, y las pandemias. Por eso, quizás conviene recordar una cita que Kyle Harper escribe en el El fatal destino de Roma: «La historia ha sido y sigue siendo una atestada plataforma para los asuntos humanos, tan inestable como la cubierta de un barco en una borrasca violenta».

Fuente: abc.es | 10 de septiembre de 2020

Un estudio confirma la alfabetización generalizada en el reino de Judá durante el período bíblico

Ejemplos de óstraca con inscripciones en hebreo halladas en Tel Arad. (Michael Cordonsky, Universidad de Tel Aviv y Autoridad de Antigüedades de Israel)

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (TAU) han analizado 18 textos antiguos que datan de alrededor del 600 a. C., procedentes del puesto militar de Tel Arad, mediante un vaguardista procesamiento de imágenes, tecnologías de aprendizaje automático y la experiencia de una experta en caligrafía.
Llegaron a la conclusión de que dichos textos fueron escritos por no menos de 12 autores, lo que sugiere que muchos de los habitantes del reino de Judá durante el período aludido sabían leer y escribir, y, en consecuencia, la alfabetización no estaba reservada, como un dominio exclusivo, en manos de unos pocos escribas reales.

El especial estudio interdisciplinario fue realizado por el Dr. Arie Shaus (izquierda), de la Universidad de Tel Aviv (TAU), la profesora Shira Faigenbaum-Golovin y el Dr. Barak Sober, del Departamento de Matemáticas Aplicadas de la TAU; el profesor Eli Piasetzky, de la Escuela de Física y Astronomía Raymond and Beverly Sackler; y el profesor Israel Finkelstein, del Departamento de Arqueología y Civilizaciones del Antiguo Cercano Oriente Jacob M. Alkow. Además, ha participado la especialista en escritura forense, Yana Gerber, una experta que ha desempeñado su trabajo durante 27 años en el Laboratorio de Documentos Problemáticos de la División de Identificación y Ciencias Forenses de la Policía de Israel y su Unidad de Investigaciones Criminales Internacionales.

Los resultados de la investigación llevada a cabo se han publicado en la revista PLOS ONE.
"Existe un animado debate entre los expertos sobre si los libros biíblicos 'Deuteronomio', 'Josué', 'Jueces', 'Samuel' y 'Reyes' fueron compilados en los últimos días del reino de Judá o después de la destrucción del Primer Templo por los babilonios", dice el Dr. Shaus. "Una forma de tratar de llegar al fondo de esta cuestión es preguntarse cuándo existió el potencial para la escritura de obras históricas tan complejas".

"Para el período posterior a la destrucción del Primer Templo, en el 586 a. C., hay muy pocas evidencias arqueológicas de escritura hebrea en Jerusalén y sus alrededores, pero se ha encontrado una gran cantidad de documentos escritos para el período anterior a la destrucción del Templo. Ahora bien, ¿quién escribió estos documentos? ¿Se trataba de una sociedad con un nivel de alfabetización generalizado o solo había un puñado de personas que sabían leer y escribir?"


Fotografía aérea de la fortaleza de Tel Arad, al fondo la zona baja.


Localización de Tel Arad y principales ciudades del reino de Judá. Imagen: Universidad de Tel Aviv

Para responder a esta pregunta, los investigadores han examinadon los escritos de óstraca (fragmentos de vasijas de cerámica que contienen inscripciones en tinta) descubiertos en el enclave de Tel Arad en la década de 1960. Tel Arad fue un pequeño puesto militar en la frontera sur del reino de Judá; su área construida era de unos 1858 metros cuadrados y albergaba entre 20 y 30 soldados.

"Hemos examinado la cuestión de la alfabetización de manera empírica, desde diferentes direcciones del procesamiento de imágenes y el aprendizaje automático", dice la profesora Faigenbaum-Golovin (izquierda). "Entre otras cosas, estas áreas de investigación nos ayudan hoy con la identificación, reconocimiento y análisis de escritos, firmas, etc. El gran desafío consiste en adaptar estas tecnologías modernas a óstraca de hace 2.600 años. Con mucho esfuerzo, fuimos capaces de producir dos algoritmos que podían comparar las letras y responder a la pregunta de si dos óstraca dados habían sido escritos por dos personas diferentes".

En 2016, los investigadores teorizaron que 18 de las inscripciones de Tel Arad fueron escritas por al menos cuatro autores diferentes. Al combinar este resultado con evidencia textual adicional, los investigadores concluyeron que, de hecho, había al menos seis escritores diferentes. Este estudio despertó un gran interés en todo el mundo.

Ejemplos de dos óstraca hebreos hallados en Tel Arad. Imagen cortesía de Yana Gerber y la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Posteriormente, los investigadores de la TAU han decidido comparar los métodos algorítmicos empleados -que desde entonces se han refinado- con el enfoque y estudio forense. Con este fin, la Sra. Yana Gerber se unió al equipo. Después de un examen en profundidad de las inscripciones antiguas, descubrió que los 18 textos analizados fueron escritos por al menos 12 autores distintos con diversos grados de certeza. Para ello examinó las óstraca originales de Tel Arad depositadas en el Museo de Israel, el Museo Eretz Israel, el Instituto de Arqueología Sonia y Marco Nedler de la Universidad de Tel Aviv y en los almacenes de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Beit Shemesh.

La experta en caligrafía y arqueología, Yana Gerber (izquierda), explica: "Este estudio ha sido muy emocionante, quizás el más emocionante de mi carrera profesional. Se trata de antiguas inscripciones en hebreo escritas con tinta sobre fragmentos de cerámica en el que se utilizaba un alfabeto que no me era familiar. He estudiado las características de los escritos con el fin de analizar y comparar inscripciones al tiempo que utilizaba las habilidades y conocimientos que adquirí durante mis estudios de licenciatura en arqueología clásica y griego antiguo en la Universidad de Tel Aviv. He profundizado en los detalles microscópicos de estas inscripciones realizadas por personas del período del Primer Templo, desde cuestiones rutinarias como las órdenes relativas al movimiento de los soldados o el suministro de vino, aceite y harina, a través de la correspondencia con fortalezas vecinas, hasta las órdenes que llegaban a Tel Arad desde los altos mandos del sistema militar judío. Tenía la sensación de que el tiempo se había detenido y no existía una brecha de 2.600 años entre los autores de las distintas óstraca y nosotros.

"La escritura a mano se compone de patrones de hábitos inconscientes. La identificación de los escritos a mano se basa en el principio de que estos patrones de escritura son únicos en cada persona y no hay dos individuos que escriban exactamente igual. También se supone que las repeticiones del mismo texto o caracteres realizados por el mismo escritor no son exactamente idénticos y se puede definir una gama de variaciones de escritura natural específica para cada uno. Por lo tanto, el análisis forense de la escritura tiene como objetivo rastrear las características correspondientes a individuos específicos y concluir si un solo autor o, más bien, diferentes autores escribieron los documentos dados.


Ejemplos de diferentes formas, inclinaciones, longitud relativa, ancho y puntos de intersección del eje horizontal y vertical de la letra 'taw' en distintos óstraca.


Restauración de la letra 'waw' en una óstraca de Tel Arad. (A) La imagen original. (B y C) trazos reconstruidos. (D) La restauración del carácter resultante. Las imágenes son cortesía del Instituto de Arqueología, la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel.

"El proceso de examen se divide en tres pasos: análisis, comparación y evaluación. El análisis incluye un estudio detallado de cada inscripción, de acuerdo con varias características, como el espacio entre las letras, sus proporciones, inclinación, etc. La comparación se basa en la observación de las características antes mencionadas, pero en varios escritos. Además, se identifican patrones consistentes, tales como las mismas combinaciones de letras, palabras y puntuación. Finalmente, se realiza una evaluación de la identidad o distinción de los escritores. Cabe señalar que, según un fallo de la Corte Suprema de Israel, una persona puede ser condenada por un delito basándose en la opinión de un perito forense en caligrafía".
Un ejemplo de diferencia significativa en la forma y ubicación de los signos de puntuación.

El Dr. Shaus aporta más detalles: "Nos esperaba una gran sorpresa: Yana Gerber identificó más autores que nuestros propios algoritmos. Debe entenderse que nuestros algoritmos actuales son de naturaleza 'cautelosa'; saben cómo identificar los casos en que los textos fueron realizados por personas con escritura significativamente diferente, pero en otros casos se abstienen de sacar conclusiones definitivas. Por el contrario, un experto en análisis de escritura a mano no solo sabe cómo detectar las diferencias entre escritores con mayor precisión, sino que en algunos casos también puede llegar a la conclusión de que varios textos fueron escritos por una sola persona. Naturalmente, en términos de consecuencias, es muy interesante ver quiénes son los autores. Gracias a los hallazgos realizados pudimos construir un organigrama completo de la correspondencia concerniente a la fortaleza militar, quién escribió a quién y con respecto a qué. Ello reflejaba la cadena de mando dentro del ejército judío".

"Por ejemplo, en el área de Tel Arad, cerca de la frontera entre los reinos de Judá y Edom, había una fuerza militar cuyos soldados se conocen como 'Kittiyim' en las inscripciones, los cuales muy probablemente eran mercenarios griegos. Alguien, posiblemente su comandante judío u oficial de enlace, solicitó provisiones para la unidad Kittiyim, y escribe al intendente de la fortaleza en Tel Arad 'dar harina, pan y vino a los Kittiyim', etc. Y ahora, gracias a la identificación de la escritura, podemos decir, con una alta probabilidad, que no solo había un comandante judío que escribía, sino también al menos cuatro comandantes diferentes. Ello es concebible, pues cada vez que se enviaba a un oficial a unirse a la patrulla estos se turnaban".


Posible reconstrucción de las relaciones entre las inscripciones de Arad y diferentes escritos según el análisis forense.

Según los investigadores, los resultados arrojan nueva luz sobre la sociedad judía en vísperas de la destrucción del Primer Templo, así como sobre el escenario que llevó a la compilación de los textos bíblicos.

El Dr. Barak Sober (izquierda) informa: "Debe tenerse en cuenta que se trataba de un pequeño puesto de avanzada, uno más de una serie de puestos de control en la frontera sur del reino de Judá. Dado que encontramos al menos 12 autores diferentes de 18 textos en total, podemos concluir que había un alto nivel de alfabetización en todo el reino. Los comandantes y los oficiales de enlace en el puesto de avanzada, e incluso el intendente Eliashib y su adjunto Nahum sabían leer y escribir. Y como alguien tenía que enseñarles a leer y escribir, debemos asumir la existencia de un sistema educativo apropiado en Judá al final del período del Primer Templo. Esto, por supuesto, no significa que hubiera una alfabetización casi universal como la que existe hoy en día, pero parece que sectores significativos de los residentes en el reino de Judá fueron alfabetizados. Tal circunstancia es importante para la discusión sobre la composición de los textos bíblicos. Si solo hubiera dos o tres personas en todo el reino que supieran leer y escribir, entonces es poco probable que se hubieran podido componer textos complejos".

El profesor Israel Finkelstein (derecha) concluye: "Quien escribió las obras bíblicas no lo hizo por nosotros, para que pudiéramos leerlas después de 2.600 años. Lo hicieron con el fin de promover los mensajes ideológicos de la época. Hay diferentes opiniones sobre la fecha de la composición de los textos bíblicos. Algunos estudiosos sugieren que muchos de los textos históricos de la Biblia, desde Josué hasta II Reyes, fueron escritos a finales del siglo VII a. C., muy cerca del período de los óstraca de Tel Arad. Es importante preguntarse para quién se escribió estos textos. Según determinado punto de vista, había eventos en los que las pocas personas que podían leer y escribir se presentaban ante el público analfabeto y les leían los textos. Pero una alta tasa de alfabetización en Judá, como la que propone este trabajo de investigación, sitúa las cosas bajo una luz diferente".


Restos de la fortaleza de Tel Arad en el desierto de Negev. Wikimedia commons.

"Hasta ahora, la discusión sobre la alfabetización en el reino de Judá se ha basado en argumentos circulares, en lo que está escrito dentro de la Biblia misma, como por ejemplo sobre los escribas existentes en el reino. Hemos cambiado la discusión a una perspectiva empírica. Si en un lugar remoto como Tel Arad hubo, durante un corto período de tiempo, un mínimo de 12 autores de 18 inscripciones, y teniendo en cuenta la población de Judá que se estima en no más de 120.000 personas, eso significa que la alfabetización no fue el exclusivo dominio de un puñado de escribas reales en Jerusalén. El intendente del puesto de avanzada de Tel Arad también tenía la capacidad de leer y apreciar los textos", concluye el profesor Finkelstein.

Fuentes: phys.org |timesofisrael.com | 10 de septiembre de 2020

La Villa Romana de Valdetorres de Jarama (Madrid) ya tiene su planta al descubierto

Vista aérea de la plata de la villa romana.

Las labores de excavación de la Villa Romana de Valdetorres de Jarama ya han permitido ver su planta. Estas obras tienen una duración prevista de 6 meses y estará dirigida por uno de los mejores arqueólogos y restauradores a nivel Nacional, como es Miguel Angel López Marcos.
El Ayuntamiento de Valdetorres de Jarama ya ha comunicado que desea disponer de una copia de todo lo que se extrajo en estas ruinas y que está en el Museo de Alcalá de Henares.
Fue en el año 1978 cuando un agricultor de Valdetorres de Jarama se topó con una estatua gitante de mármol negro que representaba un tritón.

Estatua de Tritón. Valdetorres del Jarama. MAN.

Comenzó a encontrar más restos de cerámica romana y lo puso en conocimiento con el Museo Arqueológico de Madrid, así como del Ayuntamiento. A partir de las labores de investigación, se comprobó que había restos de una villa romana que estaba casi intacta.
Han sido muchos años ya los que el Consistorio de Valdetorres de Jarama pidió su museización, así como un centro de interpretación.

Esculapio. Villa romana de Valdetorres. MAN.

Su verdadera función no está tan clara. La mayoría de expertos piensan que las ruinas pertenecen a una mansio o statio que servía de parada de postas o fonda para el descanso de los viajeros en el camino de Talamanca a Complutum (Alcalá de Henares).

Se ha barajado también la posibilidad de que el edificio fuera en realidad una especie de fortín donde se alojarían una especie de limitanei, soldados de fortuna pagados por los señores de la zona y que compondrían la guarnición de la línea defensiva del Duero.

Por último, el investigador Javier Arce barajó la posibilidad de que se trate realmente de una especie de mercado provincial o feria, algo así como un “centro comercial” al que los agricultores y ganaderos acudían determinados días a vender sus productos.


Fuentes:laplaza.com. es | romaenhispania.wordpress.com | 24 de agosto de 2020

Construyen un modelo a pequeña escala de Stonehenge para analizar sus propiedades acústicas

Stonehenge alcanzó su mejor momento hace unos 4.200 años. Pero, ¿cómo habrían sonado su sonidos si uno hubiera estaso dentro del círculo de piedra? Crédito de la imagen: Shutterstock.

Las enormes piedras erguidas en el círculo exterior de Stonehenge podrían haber actuado como un amplificador y proporcionar una reverberación que mejorarían el habla y la música en ceremonias celebradas miles de años antes de que surgiera la acústica moderna, según revela una nueva investigación.

Los sorprendentes efectos de sus sonidos, incluido el eco repetido de la reverberación, no habrían sido muy familiares para la mayoría de las personas que se reunían allí, dijeron los investigadores, aunque algunos podrían haber experimentado efectos similares dentro de cuevas, cañones o desfiladeros.

Los resultados de la investigación pueden ayudar a explicar parte de un antiguo misterio de la arqueología: ¿qué efecto tuvieron en los sonidos los sitios y las edificaciones antiguas, tales como círculos de piedra, cámaras funerarias y templos antiguos?

En el caso de Stonehenge, que se construyó por primera vez hace unos 5.000 años en Salisbury Plain, en el suroeste de Inglaterra, "la amplificación sonora podría haber ayudado a la comunicación del habla y la reverberación a mejorar los sonidos musicales", escribieron los investigadores en un estudio publicado en la edición de octubre Journal of Archaeological Science.

Su investigación se basa en exámenes detallados de los sonidos derivados de un modelo a escala -geométricamente exacto- en una doceava parte el tamaño de Stonehenge, tal como probablemente se veía y sonaba durante su mejor momento, hace unos 4.200 años.

Por una curiosa coincidencia, el modelo tiene exactamente el mismo tamaño que el arco de Stonehenge en miniatura que apareció en el escenario en la película de 1984 This is Spinal Tap (derecha). Los cinéfilos recordarán que dicho arco se creó después de que un miembro de la banda de rock -del mismo nombre que el filme- especificara que las piedras debían tener 45 centímetros de alto, en lugar de 5,5 metros, que es aproximadamente la altura de uno de los arcos reales de Stonehenge.

El investigador principal, Trevor Cox, profesor de ingeniería acústica en la Universidad de Salford, cerca de Manchester, en Inglaterra, recibe bromas del tipo de Spinal Tap cada vez que se menciona su investigación. "Aparecen todo el tiempo", dice.

El investigador Trevor Cox montando el modelo a escala de Stonehenge para realizar pruebas de sonido. Crédito de la imagen: Andrew Brooks / Universidad de Salford.

Piedras erguidas

Para hacer el modelo de Stonehenge, Cox y sus colegas pasaron varios meses vertiendo yeso mezclado con plástico en moldes impresos en 3D, para esculpir un total de 157 piedras, aproximadamente el doble de las que quedan hoy. Con base a escaneos de láser de Stonehenge proporcionados por English Heritage Trust -institución que administra el enclave histórico-, el modelo incluye la "herradura" central de los cinco arcos de piedra más grandes y docenas de "piedras azules" más pequeñas, y que en la vida real probablemente fueron arrastradas desde unas antiguas canteras en Gales, a más de 225 km de distancia.

Fundamentalmente, el modelo del monumento también incluye un círculo exterior completo de 30 piedas de arenisca verticales y sus dinteles, llamados sarsen (proveniente de saracens, un nombre medieval inglés para designar a los musulmanes árabes y que llegó a usarse para cualquier cosa que se pensara que era pagana). Solo 17 montantes de sarsen y siete dinteles permanecen intactos en el círculo exterior de Stonehenge hoy en día, y una investigación reciente sugiere que probablemente se extrajeron de una área cercana al monumento.

Cox enfatizó la importancia de crear una representación precisa de Stonehenge tal como se veía alrededor del 2200 a. C., a fin de que su equipo pudiera saber cómo sonaba en aquel tiempo. Para ello se midieron los niveles de sonido en múltiples ubicaciones alrededor del modelo, tanto dentro del círculo de piedra exterior como fuera de él, y se utilizaron sonidos de muy alta frecuencia para compensar su escala en miniatura (12 veces la frecuencia de la estructura, una doceava parte de su tamaño normal).
Estas técnicas se han aplicado desde la década de 1930 a modelos a escala de salas de conciertos y teatros de ópera, pero nunca antes se habían utilizado en un modelo de Stonehenge, dijo Cox. No obstante, se han realizado estudios acústicos en los restos actuales de Stonehenge, el cual tiene aproximadamente la mitad de piedras que hace 4.000 años, y también en una réplica completa construida como un monumento de guerra cerca de la ciudad de Maryhill, en el sur de Washington (derecha).

Sin embargo, el círculo neolítico original de piedras verticales reflejaba las ondas sonoras de manera muy diferente a las pocas piedras que quedan ahora, y los montantes en la réplica hecha en Maryhill son simples losas rectangulares de hormigón que no tienen las mismas propiedades acústicas que las originales piedras de arenisca talladas a mano.

El modelo a escala acústica 1:12 de Stonehenge en la cámara semi-anecoica tomó 9 meses montarlo. Este es el resultado después de la reorganización de las piedras azules, c.2200 a. C. Tiene aproximadamente 2,5 m de ancho. Anotaciones en la imagen: (A) Círculo exterior de piedras sarsen; (B) Círculo exterior de piedras azules; (C) Herradura o triliton interior y (D) Óvalo interior de piedras azules.

Acústica antigua

Los estudios de Cox mostraron que el habla realizada dentro del círculo exterior era amplificada por el anillo de piedras erguidas entre un 10% y un 20%, o alrededor de 5 decibelios, en comparación con el habla realizada fuera del mismo. También encontraron que las piedras reverberaban los sonidos de frecuencia media dentro del círculo, con un tiempo de reverberación promedio de 0,64 segundos.
A su vez, encontraron igualmente que el habla o la música que se hacía dentro del círculo exterior era mucho más difícil de escuchar fuera de él, y que ello sugiere que tales actividades en el centro de Stonehenge se llevaban a cabo para beneficio de unos pocos privilegiados, en lugar de para una gran congregación.

Plano que muestra las posiciones de la fuente (S) y del micrófono (M). Las características etiquetadas son: (A) Círculo exterior de piedras sarsen; (B) Círculo exterior de 'piedras azules'; (C) Herradura o triliton y (D) óvalo interior de 'piedras azules'. Las piedras grises eran las que se imprimían y usaban como moldes.

Ahora bien, aunque los efectos de reverberación y amplificación de Stonehenge podrían ser dramáticos o escenográficos, Cox dijo que no parecían ser la razón principal por la que se construyó Stonehenge.

La amplificación y reverberación proporcionada por las piedras no fue perfecta, dijo Cox. Por otro lado, no hay evidencia arqueológica de que el círculo exterior haya cambiado de su posición original, mientras que sí hay evidencia de que los pueblos antiguos a menudo trasladaban las piedras azules a nuevas ubicaciones dentro del círculo. Sin embargo, tal circunstancia no habría cambiado mucho la acústica general, pues la misma está dominada por el círculo exterior, según demuestran los estudios realizados, señala Cox.

"No hay evidencia real de que hubiera grandes cambios en la acústica en muchos de estos reordenamientos de la piedras", subraya Cox. "No se ve como el sonido sería afectado". Ello le sugiere que es la aparición de Stonehenge, más que el hecho de cómo sonaba, lo que es el factor más importante.

Otra perspectiva del modelo de Stonhenge empleado en el experimento acústico.

La técnica de estudio empleada podría ahora usarse en cámaras funerarias subterráneas, y, por tanto, el equipo de Cox espera analizar a continuación la acústica del Anillo de Brodgar (las piedras verticales que se encuentran en las Islas Orcadas, en Escocia) así como los círculos de piedra neolíticos en Portugal y España.

"Parte del trabajo consistió en poder decir: 'Mira, esta es una técnica que es muy factible, es bastante laboriosa, pero muy factible si quieres explorarla'", afirma Cox.

El trabajo con su modelo a escala también le ha dado a Cox una mayor apreciación de cuánto esfuerzo se requirió para construir el Stonehenge original. "Colocar todos los elementos a una escala de 1/12 lleva algunas horas", comenta. "Pero ¿puedes imaginar el tamaño original de estas cosas y moverlas? Es simplemente increíble".

Fuentes: livescience.com | The Sound Blog | 3 de septiembre de 2020