El Museo Arqueología de Cataluña muestra en "Primer Arte" a los artistas de la Prehistoria

El Museo de Arqueología de Cataluña expone, hasta el próximo 22 de noviembre, "El Primer Arte. Artistas de la prehistoria", con un total de 250 objetos, muchos de ellos expuestos por primera vez en Barcelona, sobre las primeras manifestaciones artísticas en Europa.
El centro informa que se trata de un "patrimonio excepcional", especialmente, del arte rupestre levantino, en una exposición posible gracias a la colaboración de una veintena de museos e instituciones españolas y francesas.

A la vez, es una muestra, comisariada por Inés Domingo y Antoni Palomo, en la que se da visibilidad y se reivindica el papel de las mujeres en los orígenes de la creación artística.



La exposición, que ocupa más de 800 m2, propone "un viaje al pasado de más de 50.000 años, en búsqueda de los orígenes del arte", a través de las piezas, pero también de recursos audiovisuales y de realidad virtual en 3D, con escenas animadas de la prehistoria, reproducciones de procesos tecnológicos o la visita inmersiva de cuevas y abrigos.

Organizada como clausura del 20 aniversario de la declaración del arte rupestre en la fachada mediterránea peninsular como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, destacan los fragmentos originales de pinturas rupestres levantinas como las de la Cueva de los Moros, en el barranco turolense de Calapatá, y las del célebre "Arquero de Valltorta", de la Comunidad Valenciana.


Arquero de Vallorta.

Por otra parte, hay objetos paleolíticos procedentes de la región francocantábrica como la espátula con forma de pez de la Cueva del Pendo, así como las piezas más antiguas de arte paleolítico encontradas en Cataluña y hasta ahora nunca expuestas, procedentes de los yacimientos del Hort de la Boquera, en Margalef de Montsant (Tarragona) y de Vimbodí, de 14.000 años de antigüedad.


Espátula en forma de pez de la cueva de El Pendo.

Asimismo, hay una colección de calcos de pinturas rupestres reunidas por el museo desde principios del siglo XX.

Calco de arte rupestre del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

El Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) destaca las dos piezas que descubrieron del yacimiento del Molí del Salt en Vimbodí i Poblet (Tarragona), una con grabados de animales y la otra con la representación de un campamento con siete cabañas.


Foto: Una de las cabaña grabadas en piedra. MANUEL VAQUERO

El instituto pone de relieve que el Molí del Salt, cuya primera campaña de excavación data de 1999, ha proporcionado la colección de arte mueble paleolítico más representativa de Cataluña, con diecinueve piezas, que han sido objeto de estudio a nivel internacional.

Las campañas las ha dirigido el investigador del IPHES Manuel Vaquero, actualmente junto a la arqueóloga Susana Alonso. EFE

Fuente: lavanguardia.com | 7 de septiembre de 2020

Las «casas de los muertos» del túmulo funerario de Maeshowe, construido alrededor del 2800 a.C., en las Islas Orcadas, fueron diseñadas al revés para facilitar la llegada a la otra vida

El túmulo funerario de Maeshowe - WIKIPEDIA

Maeshowe es un túmulo neolítico construido alrededor del 2800 a. C. en las Islas Orcadas en Escocia. Consiste en un gran montículo de más de siete metros de altura por 35 de diámetro que encierra un complejo de pasajes y cámaras.

Forma parte del conocido Corazón del Neolítico, es Patrimonio de la Humanidad y su interior ha fascinado a los arqueólogos. Considerado una auténtica proeza de la ingeniería de la época, cuenta en su interior con un pasadizo de casi once metros que conduce a una tumba central que se ilumina en el solsticio de invierno.


El solsticio de invierno es el mejor momento para ver Maeshowe.

Ahora, una nueva investigación publicada en Archaeological Review de Cambridge y llevada a cabo por Jay van der Reijden (izquierda), de la Universidad de las Highlands, ha revelado un descubrimiento en esta excepcional cámara funeraria de 5.000 años de antigüedad.
Reijden ha estudiado la geometría, la forma y el diseño de las cámaras funerarias laterales de esta estructura neolítica. Conocidas como casas de los muertos debido a su diseño, similar al de las casas domésticas.

Esta investigadora ha revelado que se erigieron «al revés» que la principal, invirtiendo el diseño arquitectónico como si estuvierandentro del inframundo y fueron creadas como conductos para que las almas o espíritus de los muertos viajaran a la otra vida.

De acuerdo con esta especialista, los habitantes de las Orcadas en el Neolítico percibían el Más Allá como una proyección invertida del aquí y ahora: tal como veían cuando miraban sus propios reflejos en el agua.


Interior de Maeshowe.

«Estoy encantada de que mi investigación, estudiando el orden por el que se han colocado las piedras durante la construcción, haya sido capaz de revelar resultados novedosos y que, por lo tanto, sea capaz de hacer una verdadera contribución al campo de la arqueología», ha afirmado Reijden en un comunicado.

Nick Card (izquierda), director de excavaciones de Ness of Brodgar, ha señalado sobre la investigación: «El icónico Maeshowe continúa revelando sus secretos a través de un estudio cuidadoso y considerado».
«Este estudio ofrece nuevas formas de abordar y comprender la construcción y el uso no solo de este monumento, sino que tiene implicaciones más amplias para la investigación de los monumentos construidos en piedra del Neolítico y la sociedad que los construyó», ha continuado este especialista.

Fuente: abc.es | 9 de septiembre de 2020

El CENIEH publica un nuevo estudio sobre la regulación del tamaño de los molares en homínidos

El Grupo de Antropología Dental del CENIEH ha testado el modelo de cascada inhibitoria para explicar la relación de tamaño así como las diferencias de forma entre las distintas clases de dientes, en la muestra de molares de los individuos identificados en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca.

La relación de tamaño de los molares es una de las características peculiares de las diferentes especies de homínidos y se han propuesto diferentes teorías para explicar esa relación de tamaño, así como las diferencias de forma entre las distintas clases de dientes (incisivos, caninos, premolares y molares). La última teoría, denominada modelo de cascada inhibitoria ha surgido de la experimentación en embriones de ratones, y en 2016 se aplicó de manera teórica a los homínidos fósiles, con resultados satisfactorios.

En apariencia, todos los homínidos cumplen el modelo de cascada inhibitoria. En un artículo del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la evolución Humana (CENIEH), publicado recientemente en la revista Journal of Anatomy, se ha testado este modelo en la muestra de molares de los individuos identificados en el yacimiento de la Sima de los Huesos, situado en la sierra de Atapuerca (Burgos).

Los resultados coinciden de manera extraordinaria con el modelo generado en ratones, por lo que se confirma una vez más su utilidad. “No obstante, nuestras conclusiones han notado una anomalía del modelo, cuando se aplica a las especies más antiguas del género Homo”, puntualiza José María Bermúdez de Castro (izquierda), coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH y autor principal de este trabajo.

Serie creciente y decreciente

En los géneros Ardipithecus, Australopithecus y Paranthropus, así como en Homo habilis, la serie molar es creciente y cumple perfectamente los presupuestos del modelo de cascada inhibitoria. Lo mismo sucede con Homo sapiens, pero con la diferencia de que la serie molar es decreciente, siendo el primer molar más grande que el segundo y este más grande que el tercero (muela del juicio).

La aplicación del modelo de cascada inhibitoria asumía que el cambio de la serie creciente a la decreciente habría sucedido hace poco menos de dos millones de años, quizá coincidiendo con la transición entre los géneros Australopithecus y Homo. “Sin embargo, en nuestro trabajo notamos que ese cambio pudo tardar al menos un millón de años en producirse”, señala Bermúdez de Castro.

Los homininos de la Sima de los Huesos, con unos 430.000 años de antigüedad, representan un buen ejemplo de esa transición, mientras que la mayoría de especímenes de Homo ergaster, Homo erectus, Homo antecessor y Homo heidelbergensis, entre otras especies, no cumplen el modelo de cascada inhibitoria. “Nuestra idea es seguir con las investigaciones para averiguar qué mecanismos genéticos están detrás de esta anomalía en el modelo”, declara Bermúdez de Castro.

Fuente: cenieh.es | 9 de septiembre de 2020

Hallan un diente de leche de hace unos 48.000 años que perteneció a uno de los últimos neandertales del norte de Italia

El diente de leche pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años.

Un diente de leche encontrado en el Riparo del Broion, en las colinas de Berici, en Véneto, atestigua la presencia de uno de los últimos neandertales en Italia. El pequeño diente, un canino, pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años que vivió hace unos 48.000 años. Se trata, por tanto, del resto neandertal más reciente hallado en el norte de Italia.

El descubrimiento, cuyos resultados se publican en el Journal of Human Evolution, fue dirigido por un grupo de investigadores de la Universidad de Bolonia y la Universidad de Ferrara.

Este trabajo es el resultado de la sinergia de diferentes disciplinas y especializaciones”, dice Matteo Romandini (izquierda), investigador de la Universidad de Bolonia y primer autor del estudio. “La arqueología de campo prehistórica y de alta definición tecnológica nos ha permitido encontrar el diente. A continuación hemos aplicado aproximaciones virtuales al análisis morfológico, genético, tafonómico y radiométrico. De este modo, hemos podido atribuir que este resto dental pertenece a un neandertal tardío".
Los análisis genéticos realizados revelaron que, por parte de la madre, el niño dueño del diente estaba estrechamente relacionado con otros neandertales que vivían en Bélgica. Este es un hecho que hace del yacimiento de Riparo del Broion uno de los lugares clave para comprender la progresiva desaparición de los neandertales a escala europea.



“Este pequeño diente es fundamental”, dice Stefano Benazzi (izquierda), profesor de la Universidad de Bolonia y que ha coordinado el estudio. “También porque hoy sabemos que, cuando el niño o niña neandertal que vivía en Véneto lo perdió, a mil kilómetros de distancia, en Bulgaria, ya existían comunidades de 'Homo sapiens'”.

El análisis dental se realizó con métodos virtuales y altamente innovadores. "Las técnicas de análisis que aplicamos al hallazgo nos permitieron confirmar que el diente es un canino de leche superior derecho que pertenecía a una niña o niño neandertal de 11 o 12 años que vivió hace entre 48.000 y 45.000 años”, explican Gregorio Oxilia (izquierda) y Eugenio Bortolini (derecha), investigadores de la Universidad de Bolonia y co-primeros autores del estudio. “Una datación que convierte a este pequeño diente de leche en el resto neandertal más reciente del norte de Italia y en uno de los últimos de toda la Península”.


El posicionamiento del Riparo del Broion, en el lado noreste de las colinas de Berici (Foto: Aurelie Leone).

Actualmente se está realizando el estudio de los demás hallazgos recuperados en Riparo del Broion junto con el diente, pero los datos ya muestran un uso continuado del lugar y signos de caza y sacrificio de grandes presas. “La producción en este enclave de herramientas líticas, especialmente de sílex, muestra una gran capacidad de adaptación y explotación sistemática y especializada de las materias primas disponibles”, confirma Marco Peresani (izquierda), profesor de la Universidad de Ferrara, el cual ha colaborado ​​en en el estudio.

El proyecto de investigación en Riparo del Broion nació dentro del proyecto ERC SUCCESS, dirigido por Stefano Benazzi y dedicado al estudio de los cambios bioculturales ocurridos en Italia durante la fase de transición entre el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis, con el objetivo de comprender en qué momento nuestra especie llegó al sur de Europa, así como los procesos que favorecieron su éxito adaptativo y las causas que llevaron a la extinción de los neandertales. El trabajo también se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de los Departamentos de Evolución Humana y Genética del Instituto Max Planck (Alemania), de la Unidad Aceleradora de Radiocarbono de Oxford (Reino Unido), del Laboratorio DANTE de la Universidad Sapienza y Bioarqueología y del Servicio del Museo de Civilizaciones de Roma.

La búsqueda de hallazgos en el yacimiento de Riparo del Broion continúan (Foto: Aurelie Leone)

Las investigaciones realizadas en Riparo del Broion -iniciados en 1998 y todavía en curso- se llevan a cabo bajo la dirección científica de Matteo Romandini y Marco Peresani gracias a la subvención del Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales y el apoyo de la Región de Véneto, Ayuntamiento de Longare (VI), Fundación Leakey, Fundación CariVerona, Instituto Italiano de Prehistoria y Protohistoria, y el proyecto ERC SUCCESS.

Fuente: magazine.unibo.it | 4 de septiembre de 2020

Los romanos abandonaron Hispania durante un importante cambio climático

Teatro romano de Mérida.

«Desde una perspectiva planetaria, los romanos eran afortunados», escribe Kyle Harper (izquierda) en el El fatal destino de Roma (Crítica). «El imperio alcanzó su máxima extensión y prosperidad —entre el 200 a.C. y el 150 d.C.— al abrigo de un período del Holoceno tardío conocido como Óptimo Climático Romano (OCR)».

Según el historiador, dicho OCR fue fundamentalmente una fase de clima cálido, húmedo y estable en una buena parte del corazón del imperio: el Mar Mediterráneo. «Este benévolo clima permitió levantar un imperio agrícola, que a su vez sustentó un determinado régimen político y económico y un círculo virtuoso de imperio y prosperidad», según Harper.

Pero desde el siglo II d.C., la suerte de los romanos empezó a declinar. Entre el 150 y el 450 d.C. se produjo una drástica secuencia de cambios climáticos que culminaron con la Pequeña Edad de Hielo tardía, seguida por un espasmo de actividad volcánica, entre los años 530 y 540, y una caída profunda del flujo de energía solar. Por si fuera poco, en los años 165 d.C., 249 d.C. y 541 d.C. Roma sufrió tres episodios pandémicos, quizás de viruela, de una plaga desconocida y de peste, respectivamente.

Hasta ahora se han propuesto cientos de explicaciones sobre la caída de Roma, pero, ¿qué papel tuvo el clima? En los últimos años, cada vez más investigadores han estudiado sedimentos de lagos y mares y núcleos de hielo, con la finalidad de obtener un registro geoquímico del clima que existió durante la historia de Roma. Esta misma semana, un grupo de investigadores ha presentado unas conclusiones que muestran que existe otro modo de estudiar el clima del pasado, esto es, a través de estalactitas de yeso. Su trabajo, realizado con muestras recogidas de las cuevas de Sorbas, en Almería, también indica claramente que, en el mismo periodo en que Roma abandonó Hispania, en el siglo V d.C., la península ibérica atravesó una época de descenso de precipitaciones.
«Hemos podido estudiar el clima durante el periodo en que los romanos ocuparon la península ibérica y vincularlo con el momento en que la abandonaron», ha explicado a ABC Fernando Gázquez (izquierda), profesor de Geodinámica Externa de la Universidad de Almería y coautor del estudio, fruto de una colaboración internacional. «Además, ésta es la primera vez que se ha empleado una estalactita de yeso para estudiar el clima del pasado».
En 2018 Fernando Gázquez fue uno de los autores de un trabajo que situó la existencia de una importante sequía durante el período en que se produjo el colapso de la civilización maya. Lo hicieron por medio de los testigos más frecuentes para estudiar las precipitaciones del pasado: los sedimentos de yeso depositados bajo las aguas de los lagos durante siglos.

Varias estalactitas de yeso de las cuevas de Sorbas, en Almería. La estructura del yeso encierra agua filtrada desde el techo de la cueva hace siglos o incluso milenios - Cortesía de Fernando Gázquez.

Una estalactita con mil años de historia

El problema es que no en todas la zonas de la Tierra suele haber lagos, por lo que la información sobre el clima pasado de zonas más áridas tiende a escasear. Sin embargo, gracias a una técnica puesta a punto en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y desarrollada durante 15 años, los autores han podido recurrir a otro recurso: un estalactita de yeso que creció durante siglos en el interior de la cuevas de Sorbas, en Almería.

«Estudiamos una estalactita que empezó a crecer en el siglo VIII a.C. y que dejó de crecer en el VIII d.C.», ha explicado Gázquez. ¿Cómo lo hizo? Gota a gota, muy lentamente, el terreno llevó el agua hasta el subsuelo y alimentó una estalactita, de 63 centímetros de largo, que encierra en su interior importante información sobre las precipitaciones del pasado, como si se tratara de una auténtica cápsula del tiempo.

La estalactita analizada en este estudio medía 63 centímetros y encerraba la historia de 1.000 años de precipitaciones - Cortesía de Fernando Gázquez

Para poder reconstruir las precipitaciones del pasado con esta estalactita, en primer lugar un grupo de investigadores de la Universidad de Quebec (Canadá) dató la estalactita, midiendo la presencia de isótopos de torio y de uranio. Una vez establecida la antigüedad del mineral, el equipo de Gázquez evaluó la proporción de tres isótopos de oxígeno (el 16, el 17 y el 18). La premisa es que cuanta más evaporación se produce, y hay menos lluvias, el agua que forma parte de la estructura cristalina del yeso está más enriquecida de isótopos pesados. (Recordemos que los isótopos son átomos de un mismo elemento químico con diferente masa atómica).

De esta forma, que requiere una tecnología más compleja que la empleada en sedimentos de lagos, «se han analizado los isótopos estables de las moléculas de agua atrapadas en el yeso», según ha comentado Fernando Gázquez. «Las diferencias mínimas en el peso de las mismas han dado la información acerca de la humedad que había en la cueva y en su entorno y cómo ha ido cambiando ésta con el tiempo».

El cambio climático que sufrió Roma

El coautor ha considerado que gracias a estos análisis «el estudio ha revelado que los romanos ocuparon la península ibérica coincidiendo con un cambio climático que llevó a que lloviera mucho más en esta región durante varios siglos». Según ha dicho, «ésto coincidió con el máximo desarrollo del Imperio porque probablemente las condiciones eran más favorables para culivar cereales, vid y olivo».

Sin embargo, esta situación ventajosa llegó a su fin: «Entre el I y V d.C. el clima se hizo cada vez más seco, hasta el punto de que coincidiendo con el máximo de aridez y, por ello, con una baja productividad agrícola, los romanos abandonaron la Península».


No obstante, y según ha reconocido este investigador, el estudio no implica que el cambio climático fuera la razón principal por la que los romanos se fueron de la península ibérica, pero sí que «sugiere que el clima pudo tener un papel fundamental».

A continuación, los investigadores seguirán estudiando las estalacticas de las cuevas de Sorbas en busca de «cápsulas del tiempo» que tengan atrapados otros períodos históricos. Además de eso, Gázquez ha comentado que esta técnica podrá emplearse en otras áreas del mundo donde existen cuevas con estalacticas de yeso, como Estados Unidos, México, Italia o Australia.

Las enseñanzas de la caída de Roma

En conclusión, tanto los sedimentos de los lagos como las estalactitas muestran que, a lo largo de la vida del Imperio Romano, el clima no fue un telón de fondo estable, sino que fluctuó como consecuencia de cambios en la actividad solar y de las erupciones volcánicas.

Al igual que Roma, nuestra civilización hace frente hoy en día al reto de los cambios del clima, encabezados por el calentamiento global, y las pandemias. Por eso, quizás conviene recordar una cita que Kyle Harper escribe en el El fatal destino de Roma: «La historia ha sido y sigue siendo una atestada plataforma para los asuntos humanos, tan inestable como la cubierta de un barco en una borrasca violenta».

Fuente: abc.es | 10 de septiembre de 2020

Un estudio confirma la alfabetización generalizada en el reino de Judá durante el período bíblico

Ejemplos de óstraca con inscripciones en hebreo halladas en Tel Arad. (Michael Cordonsky, Universidad de Tel Aviv y Autoridad de Antigüedades de Israel)

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (TAU) han analizado 18 textos antiguos que datan de alrededor del 600 a. C., procedentes del puesto militar de Tel Arad, mediante un vaguardista procesamiento de imágenes, tecnologías de aprendizaje automático y la experiencia de una experta en caligrafía.
Llegaron a la conclusión de que dichos textos fueron escritos por no menos de 12 autores, lo que sugiere que muchos de los habitantes del reino de Judá durante el período aludido sabían leer y escribir, y, en consecuencia, la alfabetización no estaba reservada, como un dominio exclusivo, en manos de unos pocos escribas reales.

El especial estudio interdisciplinario fue realizado por el Dr. Arie Shaus (izquierda), de la Universidad de Tel Aviv (TAU), la profesora Shira Faigenbaum-Golovin y el Dr. Barak Sober, del Departamento de Matemáticas Aplicadas de la TAU; el profesor Eli Piasetzky, de la Escuela de Física y Astronomía Raymond and Beverly Sackler; y el profesor Israel Finkelstein, del Departamento de Arqueología y Civilizaciones del Antiguo Cercano Oriente Jacob M. Alkow. Además, ha participado la especialista en escritura forense, Yana Gerber, una experta que ha desempeñado su trabajo durante 27 años en el Laboratorio de Documentos Problemáticos de la División de Identificación y Ciencias Forenses de la Policía de Israel y su Unidad de Investigaciones Criminales Internacionales.

Los resultados de la investigación llevada a cabo se han publicado en la revista PLOS ONE.
"Existe un animado debate entre los expertos sobre si los libros biíblicos 'Deuteronomio', 'Josué', 'Jueces', 'Samuel' y 'Reyes' fueron compilados en los últimos días del reino de Judá o después de la destrucción del Primer Templo por los babilonios", dice el Dr. Shaus. "Una forma de tratar de llegar al fondo de esta cuestión es preguntarse cuándo existió el potencial para la escritura de obras históricas tan complejas".

"Para el período posterior a la destrucción del Primer Templo, en el 586 a. C., hay muy pocas evidencias arqueológicas de escritura hebrea en Jerusalén y sus alrededores, pero se ha encontrado una gran cantidad de documentos escritos para el período anterior a la destrucción del Templo. Ahora bien, ¿quién escribió estos documentos? ¿Se trataba de una sociedad con un nivel de alfabetización generalizado o solo había un puñado de personas que sabían leer y escribir?"


Fotografía aérea de la fortaleza de Tel Arad, al fondo la zona baja.


Localización de Tel Arad y principales ciudades del reino de Judá. Imagen: Universidad de Tel Aviv

Para responder a esta pregunta, los investigadores han examinadon los escritos de óstraca (fragmentos de vasijas de cerámica que contienen inscripciones en tinta) descubiertos en el enclave de Tel Arad en la década de 1960. Tel Arad fue un pequeño puesto militar en la frontera sur del reino de Judá; su área construida era de unos 1858 metros cuadrados y albergaba entre 20 y 30 soldados.

"Hemos examinado la cuestión de la alfabetización de manera empírica, desde diferentes direcciones del procesamiento de imágenes y el aprendizaje automático", dice la profesora Faigenbaum-Golovin (izquierda). "Entre otras cosas, estas áreas de investigación nos ayudan hoy con la identificación, reconocimiento y análisis de escritos, firmas, etc. El gran desafío consiste en adaptar estas tecnologías modernas a óstraca de hace 2.600 años. Con mucho esfuerzo, fuimos capaces de producir dos algoritmos que podían comparar las letras y responder a la pregunta de si dos óstraca dados habían sido escritos por dos personas diferentes".

En 2016, los investigadores teorizaron que 18 de las inscripciones de Tel Arad fueron escritas por al menos cuatro autores diferentes. Al combinar este resultado con evidencia textual adicional, los investigadores concluyeron que, de hecho, había al menos seis escritores diferentes. Este estudio despertó un gran interés en todo el mundo.

Ejemplos de dos óstraca hebreos hallados en Tel Arad. Imagen cortesía de Yana Gerber y la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Posteriormente, los investigadores de la TAU han decidido comparar los métodos algorítmicos empleados -que desde entonces se han refinado- con el enfoque y estudio forense. Con este fin, la Sra. Yana Gerber se unió al equipo. Después de un examen en profundidad de las inscripciones antiguas, descubrió que los 18 textos analizados fueron escritos por al menos 12 autores distintos con diversos grados de certeza. Para ello examinó las óstraca originales de Tel Arad depositadas en el Museo de Israel, el Museo Eretz Israel, el Instituto de Arqueología Sonia y Marco Nedler de la Universidad de Tel Aviv y en los almacenes de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Beit Shemesh.

La experta en caligrafía y arqueología, Yana Gerber (izquierda), explica: "Este estudio ha sido muy emocionante, quizás el más emocionante de mi carrera profesional. Se trata de antiguas inscripciones en hebreo escritas con tinta sobre fragmentos de cerámica en el que se utilizaba un alfabeto que no me era familiar. He estudiado las características de los escritos con el fin de analizar y comparar inscripciones al tiempo que utilizaba las habilidades y conocimientos que adquirí durante mis estudios de licenciatura en arqueología clásica y griego antiguo en la Universidad de Tel Aviv. He profundizado en los detalles microscópicos de estas inscripciones realizadas por personas del período del Primer Templo, desde cuestiones rutinarias como las órdenes relativas al movimiento de los soldados o el suministro de vino, aceite y harina, a través de la correspondencia con fortalezas vecinas, hasta las órdenes que llegaban a Tel Arad desde los altos mandos del sistema militar judío. Tenía la sensación de que el tiempo se había detenido y no existía una brecha de 2.600 años entre los autores de las distintas óstraca y nosotros.

"La escritura a mano se compone de patrones de hábitos inconscientes. La identificación de los escritos a mano se basa en el principio de que estos patrones de escritura son únicos en cada persona y no hay dos individuos que escriban exactamente igual. También se supone que las repeticiones del mismo texto o caracteres realizados por el mismo escritor no son exactamente idénticos y se puede definir una gama de variaciones de escritura natural específica para cada uno. Por lo tanto, el análisis forense de la escritura tiene como objetivo rastrear las características correspondientes a individuos específicos y concluir si un solo autor o, más bien, diferentes autores escribieron los documentos dados.


Ejemplos de diferentes formas, inclinaciones, longitud relativa, ancho y puntos de intersección del eje horizontal y vertical de la letra 'taw' en distintos óstraca.


Restauración de la letra 'waw' en una óstraca de Tel Arad. (A) La imagen original. (B y C) trazos reconstruidos. (D) La restauración del carácter resultante. Las imágenes son cortesía del Instituto de Arqueología, la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel.

"El proceso de examen se divide en tres pasos: análisis, comparación y evaluación. El análisis incluye un estudio detallado de cada inscripción, de acuerdo con varias características, como el espacio entre las letras, sus proporciones, inclinación, etc. La comparación se basa en la observación de las características antes mencionadas, pero en varios escritos. Además, se identifican patrones consistentes, tales como las mismas combinaciones de letras, palabras y puntuación. Finalmente, se realiza una evaluación de la identidad o distinción de los escritores. Cabe señalar que, según un fallo de la Corte Suprema de Israel, una persona puede ser condenada por un delito basándose en la opinión de un perito forense en caligrafía".
Un ejemplo de diferencia significativa en la forma y ubicación de los signos de puntuación.

El Dr. Shaus aporta más detalles: "Nos esperaba una gran sorpresa: Yana Gerber identificó más autores que nuestros propios algoritmos. Debe entenderse que nuestros algoritmos actuales son de naturaleza 'cautelosa'; saben cómo identificar los casos en que los textos fueron realizados por personas con escritura significativamente diferente, pero en otros casos se abstienen de sacar conclusiones definitivas. Por el contrario, un experto en análisis de escritura a mano no solo sabe cómo detectar las diferencias entre escritores con mayor precisión, sino que en algunos casos también puede llegar a la conclusión de que varios textos fueron escritos por una sola persona. Naturalmente, en términos de consecuencias, es muy interesante ver quiénes son los autores. Gracias a los hallazgos realizados pudimos construir un organigrama completo de la correspondencia concerniente a la fortaleza militar, quién escribió a quién y con respecto a qué. Ello reflejaba la cadena de mando dentro del ejército judío".

"Por ejemplo, en el área de Tel Arad, cerca de la frontera entre los reinos de Judá y Edom, había una fuerza militar cuyos soldados se conocen como 'Kittiyim' en las inscripciones, los cuales muy probablemente eran mercenarios griegos. Alguien, posiblemente su comandante judío u oficial de enlace, solicitó provisiones para la unidad Kittiyim, y escribe al intendente de la fortaleza en Tel Arad 'dar harina, pan y vino a los Kittiyim', etc. Y ahora, gracias a la identificación de la escritura, podemos decir, con una alta probabilidad, que no solo había un comandante judío que escribía, sino también al menos cuatro comandantes diferentes. Ello es concebible, pues cada vez que se enviaba a un oficial a unirse a la patrulla estos se turnaban".


Posible reconstrucción de las relaciones entre las inscripciones de Arad y diferentes escritos según el análisis forense.

Según los investigadores, los resultados arrojan nueva luz sobre la sociedad judía en vísperas de la destrucción del Primer Templo, así como sobre el escenario que llevó a la compilación de los textos bíblicos.

El Dr. Barak Sober (izquierda) informa: "Debe tenerse en cuenta que se trataba de un pequeño puesto de avanzada, uno más de una serie de puestos de control en la frontera sur del reino de Judá. Dado que encontramos al menos 12 autores diferentes de 18 textos en total, podemos concluir que había un alto nivel de alfabetización en todo el reino. Los comandantes y los oficiales de enlace en el puesto de avanzada, e incluso el intendente Eliashib y su adjunto Nahum sabían leer y escribir. Y como alguien tenía que enseñarles a leer y escribir, debemos asumir la existencia de un sistema educativo apropiado en Judá al final del período del Primer Templo. Esto, por supuesto, no significa que hubiera una alfabetización casi universal como la que existe hoy en día, pero parece que sectores significativos de los residentes en el reino de Judá fueron alfabetizados. Tal circunstancia es importante para la discusión sobre la composición de los textos bíblicos. Si solo hubiera dos o tres personas en todo el reino que supieran leer y escribir, entonces es poco probable que se hubieran podido componer textos complejos".

El profesor Israel Finkelstein (derecha) concluye: "Quien escribió las obras bíblicas no lo hizo por nosotros, para que pudiéramos leerlas después de 2.600 años. Lo hicieron con el fin de promover los mensajes ideológicos de la época. Hay diferentes opiniones sobre la fecha de la composición de los textos bíblicos. Algunos estudiosos sugieren que muchos de los textos históricos de la Biblia, desde Josué hasta II Reyes, fueron escritos a finales del siglo VII a. C., muy cerca del período de los óstraca de Tel Arad. Es importante preguntarse para quién se escribió estos textos. Según determinado punto de vista, había eventos en los que las pocas personas que podían leer y escribir se presentaban ante el público analfabeto y les leían los textos. Pero una alta tasa de alfabetización en Judá, como la que propone este trabajo de investigación, sitúa las cosas bajo una luz diferente".


Restos de la fortaleza de Tel Arad en el desierto de Negev. Wikimedia commons.

"Hasta ahora, la discusión sobre la alfabetización en el reino de Judá se ha basado en argumentos circulares, en lo que está escrito dentro de la Biblia misma, como por ejemplo sobre los escribas existentes en el reino. Hemos cambiado la discusión a una perspectiva empírica. Si en un lugar remoto como Tel Arad hubo, durante un corto período de tiempo, un mínimo de 12 autores de 18 inscripciones, y teniendo en cuenta la población de Judá que se estima en no más de 120.000 personas, eso significa que la alfabetización no fue el exclusivo dominio de un puñado de escribas reales en Jerusalén. El intendente del puesto de avanzada de Tel Arad también tenía la capacidad de leer y apreciar los textos", concluye el profesor Finkelstein.

Fuentes: phys.org |timesofisrael.com | 10 de septiembre de 2020