El hallazgo de varios exvotos zoomorfos apuntan a la existencia de un segundo santuario en Torreparedones (Baena, Córdoba)

El concejal de Cultura, Javier Vacas (izquierda), y el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, presentando los nuevos hallazgos descubiertos en Torreparedones.

El yacimiento arqueológico de Torreparedones no deja de dar sorpresas. En las afueras del mismo, que se localiza entre Baena y Castro del Río, se ha producido un nuevo hallazgo que hace replantear el pasado de este espacio. El pasado martes, el delegado de Cultura, Javier Vacas y el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, presentaron en el salón de actos del Museo Histórico y Arqueológico de Baena el nuevo hallazgo obtenido en el Parque Arqueológico de Torreparedones, junto al centro de visitantes, en lo que parecían tres tumbas de la antigua necrópolis allí ubicada.

El delegado de Cultura, Javier Vacas, ha explicado que “como no podía ser de otra forma, este yacimiento nos sigue sorprendiendo cada día con nuevas piezas de antiguas civilizaciones. Recientemente y con motivo de unas remociones acometidas de forma totalmente clandestina, salieron a luz una serie de restos en los que se tenía cierto interés por la cercanía a la necrópolis, pero que se encontraban fuera del recinto municipal del yacimiento. Gracias a la intervención del arqueólogo municipal, José Antonio Morena, con la propiedad de estos terrenos, se ha podido llevar a cabo una excavación arqueológica para documentar estos restos, que parecían ser estructura de carácter funerario. Se puso en conocimiento de la delegación territorial, a través del arqueólogo Alejandro Ibáñez y se pidió la autorización para realizar una actividad arqueológica por parte de nuestro arqueólogo, autorizándose la misma el pasado 17 de septiembre. Dicha excavación, ha dado como fruto una serie de hallazgos de carácter funerario y exvotos, que ahora José Antonio Morena, explicará con más detalle. Debemos apostar por este patrimonio, no sólo desde el punto de vista arqueológico, sino también como difusión cultural y turística”.

El trabajo ha sido plenamente satisfactorio, aunque como apuntalaba el arqueólogo municipal “si cabe corto en el tiempo y espacio”. Apenas se ha actuado en tres zonas muy concretas de lo que fue esta gran necrópolis oriental de Torreparedones, en terrenos que se ubican fuera de los que el Ayuntamiento adquirió para el centro de visitantes. No obstante se ha dado la favorable circunstancia que tanto el dueño, como la delegación de Cultura han autorizado y permitido la excavación para este descubrimiento. Como ya se conocía, estas remociones furtivas han deteriorado los restos, algunas tumbas estaban destruidas y expoliadas de antiguo, pero otras lo están de reciente y se ha perdido alguna información. Aun así, en dos de los sectores se han podido identificar dos enterramientos, y en el tercero, que se pensaba que podría ser una tercera tumba, ha resultado ser algo muy diferente.

Según ha puesto de manifiesto el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, “en la primera tumba hemos encontrado un sillar, con un rebaje hecho que incorporaba una urna de piedra, como la que solía haber en el mausoleo de los pompeyos (derecha). Esta no tiene nigua inscripción y le falta la tapadera, porque estaba prácticamente a la vista. La inscripción debía estar arriba, como se puede ver en cualquier cementerio. Sin embargo, al sacar el sillar, que lo hemos retirado, pudimos observar una pequeña fosa, donde estaba parte del ajuar de esta tumba. Se conserva un ungüentario de vidrio, que está partido pero se podrá restaurar, un cuenco de cerámica y una urna de cerámica pintada de tradición íbera. Gracias a esa forma, el ungüentario nos permite situar esto en el s. I d.C., entre Tiberio y Nerón aproximadamente”.

Morena, ha añadido que “en el otro sector, ha aparecido otra tumba, que en este caso es una tumba importante como las que ya se pueden ver en el centro de visitantes, pero esta está construida con sillares enormes que se llaman 'opus cuadratum'. Ello indica el poder adquisitivo que podría tener la familia que se enterró aquí. Faltaría un segundo cuerpo con una moldura y una repisa que se han perdido. Son muy importantes este tipo de hallazgos y toda la documentación que somos capaces de obtener a través de ellos”.

La sorpresa mayúscula han sido unas piezas que aparecieron en lo que se imaginaba como una tercera tumba. Allí, se han encontrado una serie de exvotos de caballos, que se conocen en el mundo ibérico y que son indicios de que hubo un segundo santuario. Posiblemente en uso y aparte del que ya se conoce en la parte meridional de la ciudad. “No hemos encontrado ninguna estructura asociada, si es que la hubo, ya que no en todos los lugares de culto de esta época había estructura. Estos animales, eran criaturas de prestigio, muy importantes tanto para el transporte como las labores agrícolas”.

Como ha explicado el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, “era un animal tan importante, que si se ponía malo, o no procreaba, se acudía a esta divinidad para pedir por el animal. Por tanto, podemos interpretar que si el santuario no está allí mismo, no estará muy lejos. Lo extraordinario de todo esto, es que no se conoce ninguna ciudad documentada que tuviera dos santuarios en uso al mismo tiempo. Es algo único en este momento”.

Actualmente, se encuentra tapado a la espera de continuar con la investigación. Las piezas encontradas ya se encuentra en proceso de catalogación, para su posterior exposición en el Museo Histórico y Arqueológico de Baena.

Fuente: cordopolis.es | diariodecordoba.com | 3 de octubre de 2020

40.000 años de adaptación al cambio del nivel del mar en la isla indonesia de Alor

Tecnologías de pesca hechas de conchas marinas y coral (a la izquierda) y ornamentación (a la derecha) de Makpan. Crédito: Universidad Nacional de Australia.

Las primeras personas se estaban adaptando rápidamente al cambio climático a medida que avanzaban hacia Australia hace decenas de miles de años, según muestra una nueva investigación.

Conchas, espinas y anzuelos encontrados en la isla indonesia de Alor muestran cómo vivía la gente y cómo se adaptaba al medio ambiente hace más de 40.000 años. Investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) dirigieron el equipo que excavó una cueva, llamada Makpan, en la costa suroeste de Alor.

Línea de Wallace y las islas de Alor y Timor-Leste.

Sus hallazgos también confirman la posición de Alor como un "trampolín" entre las islas más grandes de Flores y Timor.

Según la Dra. Shimona Kealy, de ANU (izquierda), el análisis de los artefactos encontrados en Makpan muestra cuán inventivos y adaptativos fueron sus primeros residentes.

"Esto proporciona más información sobre los primeros movimientos de los humanos modernos entre las islas y demuestra cuán receptiva era la gente a desafíos como el cambio climático", dijo el Dr. Kealy. "Una vez que la gente comenzó a mudarse a las islas, lo hizo muy rápidamente y se adaptó rápidamente a sus nuevos hogares".

Makpan fue testigo de una serie de altibajos masivos del nivel del mar durante sus 43.000 años de ocupación humana, en gran parte debido a los extremos climáticos de la última Edad del Hielo.

"Cuando la gente llegó por primera vez a Makpan, llegó en cantidades reducidas", dijo el Dr. Kealy.

Una trampa para peces en el borde del arrecife de la isla Alor. Crédito: Marko Reimann / Alamy Stock

"En ese momento, la cueva estaba cerca de la costa, como lo está hoy, y esta comunidad primitiva vivía a base de mariscos, percebes y erizos de mar, y de estos últimos, en particular, se comían en grandes cantidades".

Poco después de su llegada inicial, el nivel del mar comenzó a descender. Esto aumentó la distancia desde el enclave de Makpan a la costa y probablemente alentó a las personas a ampliar su dieta para incluir una variedad de frutas y verduras de origen terrestre. Cuando la última Edad del Hielo comenzó a decaer hace unos 14.000 años, Makpan volvió a estar a 1 km de la costa.

La profesora Sue O'Connor (izquierda), dice que "hace unos 12.000 años la gente disfrutaba de una dieta con una mezcla heterogénea de mariscos".

"No es de extrañar que el sitio proporcione evidencias significativa de pesca en ese momento, no solo de huesos de una amplia variedad de especies de peces y tiburones, sino también en forma de anzuelos de concha de diferentes formas y tamaños", dice la profesora O'Connor.

Isla de Alor. Crédito: Dr. Shioma Kealy.

Makpan fue abandonado hace unos 7.000 años, antes de acontecer una fase de ocupación final hace unos 3.500 años.

"No sabemos el porqué Makpan fue abandonado en ese momento", dijo la Dra. Kealy. "Quizás los aumentos finales del nivel del mar hicieron que otras áreas alrededor de la isla de Alor fueran lugares de asentamiento más atractivos".

El estudio ha sido publicado en Quaternary Science Reviews.

El sitio de excavación en Makpan. Crédito: Dra. Shimona Kealy

Fuentes: phys.org | epicaustralia.org.au | 2 de octubre de 2020

La mayor cueva de España, Ojo Guareña (Burgos), esconde un enigma que dura 12.000 años

Figuras humanas y animales en la Sala de las Pinturas de la cueva de Ojo Guareña (Burgos).MIGUEL ÁNGEL MARTÍN-MERINO.

La mayor cueva de España esconde un enigma que lleva décadas sin resolver. Los expertos llevan años debatiendo si las pinturas prehistóricas que cubren dos de las innumerables cámaras de la cueva de Ojo Guareña, en Burgos, fueron hechas de una sola vez o si son fruto de visitas sucesivas en diferentes épocas. Ahora, un equipo de científicos ha vuelto a datar las pinturas y el carbón que dejaban las antorchas con las que los humanos se iluminaban en este entorno totalmente oscuro. Los resultados hablan de un caso único: las pinturas de la cueva burgalesa fueron hechas hace 13.000 años y desde entonces fueron visitadas y respetadas por grupos humanos de diferentes épocas de la prehistoria, separadas por hiatos de cientos o miles de años por razones totalmente desconocidas.

La última visita sucedió en plena Edad Media y aquí sí que los visitantes añadieron una nueva pintura que los arqueólogos interpretan como un símbolo de alerta o como un conjuro. Es una cruz puesta justo en la cámara que precede a la gran Sala de las Pinturas. En esta visita, realizada en el siglo XI, cuando Burgos era un enclave cristiano, parece que los visitantes no se aventuraron en la cámara de las pinturas, quizás por temor a lo que había en ella.

“Este es el caso conocido de una cueva con arte rupestre que se ha visitado posteriormente durante un periodo más largo de tiempo, unos 12.000 años”, resalta Marcos García-Díez (izquierda), prehistoriador de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del nuevo estudio.

El análisis comenzó en febrero de 2017, cuando el equipo se adentró en una de las 14 cuevas que forman el laberinto de cavidades y niveles conectados de Ojo Guareña, con una extensión total de 110 kilómetros, la mayor cueva de España según el grupo de espeleología Edelweiss.

Para alcanzar las pinturas hay que bajar una rampa que comienza a la entrada durante unos cinco minutos y después meterse por un estrecho paso a la derecha que lleva a la primera cámara, una imponente sala de más de 15 metros de alto. Aquí, tras un segundo pasaje estrecho, se llega a la Sala de las Pinturas —a unos 300 metros de la boca— donde se encuentra la gran pared de roca decorada con cabras, ciervos, caballos, uros y mamuts, entre los que se distinguen varias figuras humanas de tamaño desproporcionado.

Repartidos por ambas salas hay triángulos. Unos están vacíos y otros rellenos de sólido color negro. Esta figura se ha asociado a la vulva femenina pero también podría ser un símbolo para identificar algún otro animal o entidad. Justo en el pasaje entre las dos cámaras hay una tosca cruz con brazos de unos 30 centímetros hecha con trazos dudosos exacerbados por el material usado: un trozo de carbón sobre lienzo de piedra rugosa.

Triángulos y figuras antropomorfas en la Sala de las Pinturas. MIGUEL ÁNGEL MARTÍN-MERINO

Los investigadores han datado por carbono una de las pinturas principales, el carbón de uno de los brazos de la cruz, y varias muestras de carbón halladas en el suelo o en repisas junto a las pinturas. Los resultados, publicados en Archeological and Anthropological Sciences, muestran que las pinturas originales se hicieron de una sola vez hace unos 13.000 años. En esta época los humanos eran aún nómadas cazadores y recolectores entre los que aún no existían religiones, pero sí pensamiento religioso o ritual.

Los diferentes trozos de carbón evidencian cuatro visitas humanas posteriores a esta cueva. Los primeros eran humanos del Neolítico, gente ya sedentaria dedicada a la agricultura y la ganadería que entró en la cueva con antorchas hace unos 5.400 años. Probablemente admiraron las pinturas preguntándose quién las había hecho y qué significaban, lo mismo que hacen ahora los arqueólogos pasados cinco milenios.

Unos 2.000 años después las pinturas recibieron una segunda visita, en este caso de gente de la Edad del Bronce, con sociedades más complejas, más guerreras y sustentadas en un conocimiento de algunos metales con los que fabricar armas. La penúltima visita se produce hace 3.100 años, unos cinco siglos después de la anterior, cuando la Edad del Bronce toca a su fin. La última evidencia de presencia humana detectada por los científicos la han probado al datar la cruz, que se dibujó junto a las pinturas paleolíticas en el año 1096, en plena Edad Media.

La cruz situada antes de la Sala de las Pinturas.AIOM/MAMM / MIGUEL ÁNGEL MARTÍN-MERINO

“En aquella época esta era una zona totalmente cristiana”, explica García-Díez. “En otras entradas de la cueva se han hallado ermitas cristianas de la época y hay cruces parecidas en esta y otras cuevas. Lo que pensamos es que esta gente quiso cristianizar el lugar porque interpretaban que las pinturas paleolíticas eran paganas. Marcan el lugar con la cruz y no se adentran más allá, pues no hemos hallado carbones de esta etapa en la Sala de las Pinturas”, explica el arqueólogo.

“En el lapso de 12.000 años varios grupos llegan a las cuevas y respetan las pinturas. Es algo habitual que sucede también en otros lugares con arte rupestre. Hasta es posible que en cada época los visitantes le diesen a los símbolos significados diferentes, pues las imágenes permiten contar diferentes historias acordes con cada época”, resalta.

Esquema general de las pinturas de Ojo Guareña (Burgos)

Es imposible saber qué sucedió en esta cueva en las diferentes visitas, pero los autores del estudio creen que la presencia humana repetida no era casual. “En algunos de los casos hemos encontrado indicios de hogueras justo debajo de las pinturas, lo que significa que estuvieron ardiendo durante horas”, explica García-Díez.

En algún momento no precisado aún el suelo original de la gran sala se derrumbó, de forma que las pinturas quedaron “colgadas” a varios metros de altura. Para alcanzar algunos puntos habrían sido necesarias escaleras o andamios hechos con ramas, según el estudio. En las partes bajas de las paredes se han hallado marcas de pies, manos y rodillas dejadas por la gente que intentaba trepar hasta la entrada de la Sala de las Pinturas. “No tiene sentido venir hasta aquí solo por admirar las pinturas, debía haber algún simbolismo en este lugar, al igual que lo hay en los templos modernos”, aventura García-Díez.

“Es un trabajo muy bien realizado que le da una fecha definitiva a las pinturas, cuyo origen y periodo ha sido muy debatido hasta ahora”, explica Valentín Villaverde (izquierda), prehistoriador de la Universidad de Valencia.

El experto explica que ya se conocían ejemplos similares de arte rupestre que son revisitados miles de años después por otros grupos que añaden pinturas de su cosecha. Es lo que sucedió en Altamira o El Castillo, que abarcan miles de años.

“En la cueva segoviana de La Griega hay pinturas del Neolítico que después son descubiertas por los romanos, y estos dejan sus propias inscripciones. En Castellón podemos ver junto a pinturas del Neolítico, una imagen de un hombre con un casco de metal, una añadidura hecha sin duda en otra época posterior”, explica. En lo que destaca Ojo Guareña es en el número de visitas durante un periodo de tiempo, que abarca buena parte de la Prehistoria y de la Historia, 12 milenios en total.

Un investigador analiza las pinturas rupestres de la cueva de Ojo Guareña (Burgos)MIGUEL ÁNGEL MARTÍN MERINO

¿Por qué los humanos de diferentes épocas se adentraron en esta cueva y recorrieron sus accidentadas galerías durante cientos de metros hasta dar con las pinturas?

“No es nada extraño”, opina Villaverde. “Puede haber pasado mucho tiempo, pero nuestra mente sigue siendo la misma y a los humanos, o al menos a algunos, las cuevas nos sobrecogen a la vez que nos atraen. Cuando entras en ellas cambia totalmente la sensación del tiempo y del espacio”, explica. Lo que está claro, añade, es que nunca sabremos por qué dibujaron esa cruz.

Fuente: elpais.com | 30 de septiembre de 2020

Encuentran un oso de las cavernas perfectamente conservado de hace entre unos 40.000 y 25.000 años

El deshielo del Ártico continúa revelando restos perfectamente conservados de animales de hace miles de años, cuyos cadáveres quedaron congelados en el permafrost, la capa de suelo permanentemente congelada que mantiene la temperatura baja en esta región del planeta.

En esta ocasión, el derretimiento provocó la aparición de un cachorro de oso de las cavernas (Ursus spelaeus) en la provincia de Bolshoy Lyakhovsky, en el extremo norte de Rusia.

El hallazgo fue realizado por pastores de renos, que avisaron a las autoridades de lo que parecía un animal congelado con pelaje, dientes y hasta la nariz en un alto grado de conservación.

Aunque aún es necesario un análisis de radiocarbono para medir con precisión la antigüedad de los restos, se trata de un descubrimiento único en su tipo, toda vez que hasta ahora, los únicos restos conocidos de este oso extinto se conformaban de huesos y cráneos dispersos.

“Se trata del primer descubrimiento de este tipo: un oso entero con tejidos blandos. Está perfectamente conservado, con todos sus órganos internos, incluso su nariz. De esta especie solo teníamos cráneos y huesos, hasta ahora”, explicó la científica Lena Grigorieva a The Siberian Times, quien se encargará del equipo de la Universidad Federal del Nordeste que llevará a cabo los análisis de este ejemplar.

El oso de las cavernas vivió hace 50.000 años en los bosques de Europa y su nombre se debe a que la inmensa mayoría de los hallazgos fósiles de esta especie se han encontrado al interior de grandes sistemas de cuevas, una características que los hace distintos a la mayoría de osos actuales, que sólo utilizan los refugios cavernosos para hibernar.

Con una altura de 1,35 metros de cruz y un peso que podía alcanzar los 800 kilos, se trata de uno de los osos más grandes jamás conocidos y de proporciones similares a los osos polares de Kodiak (Alaska). Parado sobre sus dos patas traseras, el oso de las cavernas medía hasta tres metros de altura.

Gracias a su imponente musculatura, este animal prehistórico podía correr rápidamente y, a pesar de su fiereza, su dieta estaba compuesta en un 90 % de raíces, frutos, tallos y bayas del bosque.

Aunque se desconoce la causa de su extinción hace aproximadamente 15.000 años, es probable que el Homo sapiens influyera en su desaparición debido a que ambos competían por usar como refugio las cuevas amplias en las inmediaciones de los bosques y zonas montañosas.

El descubrimiento del oso de las cavernas se suma a distintos hallazgos de gran importancia paleontológica recientes, como un cachorro de lobo perfectamente conservado de hace 18.000 años y el esqueleto de un mamut completo en Siberia en el último año.

Fuente: muyinteresante.com.mx | 16 de septiembre de 2020

Hallan un diente de leche de hace 250.000 años y un molar de 170.000 años, así como restos óseos, en la cueva de Denísova (Siberia)

Dos dientes, uno de leche (arriba a la izquierda) y un molar (abajo a la izquierda), así como dos restos óseos (arriba y abajo a la derecha) han sido encontrados en la cueva de Denísova (Siberia). Imagen: Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk

Este pasado verano ha traído una rica cosecha de descubrimientos antropológicos a los arqueólogos que trabajan en la mundialmente famosa cueva de Denísova, en el sur de Siberia.

El equipo del Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk ha trabajado en la capa 22, la más baja y más antigua, situada en la Galería Sur de la cueva, la cual engloba tienen una datación de hace unos 300.000 años.

En la misma se han encontrado dos dientes, uno de leche descubierto en la zona inferior de dicha capa y que tiene una antigüedad de aproximadamente 250.000 años, y un molar rescatado en la zona superior con una datación aproximada de entre 190.000 y 170.000 años.

"Ambos dientes pertenecían a los denisovanos, un grupo extinto de humanos antiguos que vivieron en Asia durante el Paleolítico Inferior y Medio", dijo el jefe de la expedición en la cueva de Denísova, Mikhail Shunkov (izquierda)."Tales hallazgos sobresalientes confirman la teoría de que los denisovanos emigraron desde el Próximo Oriente hace unos 300.000 años", agrega.

Igualmente, durante el verano pudieron sacar a la luz dos fragmentos de huesos en las capas 14 y 13, lo que significa que tienen entre 130.000 y 120.000 años. En este caso, dado que en estas capas se encontraron anteriormente restos neandertales, es necesario llevar a cabo varios análisis y estudios para determinar si tales fragmentos óseos pertenecen a neandertales o denisovanos.

La cueva de Denisova se encuentra en el límite de la región de Altai, en el sur de Siberia occidental. Los lugareños llaman a este enclave ayu tash, que significa la 'roca del oso'.

Imagen: Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk, Vera Salnitskaya / The Siberian Times

La cueva, de fama mundial, llamó la atención de científicos soviéticos por primera vez en la década de 1970, cuando encontraron restos paleo-arqueológicos que llevaron a más investigaciones. La misma es relativamente pequeña con una superficie de unos 270 m2. Tiene tres galerías: una acogedora Cámara Central con un techo alto abovedado y un agujero que deja pasar la luz natural, la Galería Sur y la Galería Este.

Imagen: Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk, Vera Salnitskaya / The Siberian Times

La cueva está muy bien ubicada sobre el río Anuy, lo cual debió haber proporcionado a los tres homínidos que la habitaron, neandertales, denisovanos y Homo sapiens, unas impresionantes vistas durante los últimos 120.000 años.

Ahora el sitio es un campo de investigación permanente y un orgullo del Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk.

Fuente: siberiantimes.com | 1 de octubre de 2020

Proyecto arqueológico La Jaima (Cuba)

Tachos de ingenio

El 27 de diciembre del 2019, miembros de la Unión de Historiadores en Mayabeque (UNHIC), presentan un proyecto de trabajo, que tendría  como objetivo principal la realización de un estudio histórico-arqueológico en la finca la Jaima, municipio de Quivicán. En la zona donde cayó en combate el 30 de julio de 1896 el general del Ejercito  Libertador Juan Bruno Zayas y en el cual según el imaginario campesino, al siguiente día del combate un grupo de pobladores del lugar, recogieron los cadáveres de los mambises y lo enterraron en una cueva para que no fueran profanados por el enemigo, como ocurrió con los cuerpos del general Zayas, coronel Teodoro Perpiñán y el capitán José de Jesús Planas. Para la realización de esta investigación se creó un equipo multidisciplinario compuesto por: historiadores, espeleólogos, arqueólogos, maestros y combatientes, quienes diseñaron tres líneas fundamentales de trabajo:

Primero: se determino consultar las fuentes documentales existentes, utilizando como material imprescindible el libro de Abelardo H. Padrón Valdés, Juan Bruno Zayas el general más joven. Publicado por la Casa Editorial Abril en el año 2013, además de las versiones militares de las fuerzas cubanas y españolas. También se analizaron las fuentes orales, en muchos de los casos procedentes del folklor campesino quienes aportaron interesantes informaciones al respecto.

Segundo:, se procedió a realizar un levantamiento topográfico en las fincas la Caridad, Jaime y Rivas, donde se desarrollo la acción final del combate. Con el objetivo de efectuar la recogida controlada de los materiales de superficie, para ser registrado en un plano o croquis.

Tercero: acometer un sistemático trabajo de campo consistente en exploraciones y prospecciones arqueológicas, búsqueda controlada en superficie de evidencias materiales en contexto asociado, aplicando para ello un sistema de registro y observación. El material obtenido en los trabajos de campo formara parte de las colecciones del museo municipal de Quivicán.

Al cierre del primer trimestre (enero-febrero-marzo) se efectuaron seis expediciones a la zona, logrando entrevistar a los campesinos: Amada Cruz  Sánchez, Porfirio Cruz Yánez, los hermanos Chávez y Alexis Lavialle Periche, quienes dieron importantes testimonios en sentido general. En esta oportunidad se localizaron dos pequeñas cuevas, gracias a la información de estos campesinos, cercanas al monumento del general Zayas en la finca La Jaima. Ambas espeluncas son de origen freática-fluvial, con una morfología predominantemente horizontal, funciona como drenaje natural del terreno en épocas de lluvias. En ninguna de las dos cuevas aparecieron evidencias arqueológicas. Posteriormente se exploro un tercera cueva conocida como: “Gaitán o Gabino”, esta espelunca de origen freático está constituida por una pequeña dolina de paredes muy bajas y espacios hipogeos, que han sido obstruido con piedras por los cazadores de jutias.

En el primer salón colectamos evidencias arqueológicas coloniales identificadas como:

a- 1 fragmento de trébede de hierro fundido en Carrón, Reino Unido.

b- 3 fragmentos de jarras de aceite (=botijas), proceden de España.

c- 1 fondo plano de un recipiente de cerámica.

d- varios fragmentos de sunchos metálicos para barriles.

e- 1 cuello y tres fondos de botellas de vidrio de color verde para cerveza La Tropical, proceden de Cuba.

f- 1 fondo de botella de vidrio de color ámbar para agua de Mondariz o vino, posee la inscripción Gijón, procede de España.

g- 1 fragmento de damajuana de vidrio transparente, producida en Europa.

También se colectaron restos óseos de especies utilizadas como alimentos, dígase gallina (Gallus gallus) y vaca (Bos taurus). Asimismo aparecieron dos fémures de jutía conga (Capromys pilorides) y jutía carabalí (Mysateles prehensilis), los cuales consideramos que tengan que ver con la intervención humana, pues están mineralizados. En uno de los salones más amplios y profundos de la cueva observamos diferentes evidencias arqueológicas entre las que se destaca un fragmento de loza con diseño de bandas, producida en Holanda o Bélgica en la segunda mitad del siglo XIX (Roger Arrazcaeta, consulta personal, 2020). En un punto alto del salón descubrimos una gruesa y baja estalagmita que exhibía una cruz tallada profundamente sobre su superficie, la cual solo puede verse si se avanza desde la entrada. Según Octelio Jesús Oramas, en la parte más baja del salón hubo un lago freático habitado por peces ciegos (Lucifuga sp.). La fauna de la cueva es escasa, solo se vieron dos o tres murciélagos. Según testimonio de campesinos en tres ocasiones esta cavidad subterránea fue habitada por familias pobres de la zona, en los siglos XIX y XX.

En estas expediciones se visualizaron 6 tachos de ingenio elaborados en hierro fundido, siglo XIX. Tres en la finca la Caridad, 2 en la finca Jaime y 1 a un costado del potrero Rivas. Fundidos en la factoría de Carrón, en el Reino Unido¹. También se pudieron observar en la finca Jaime o Jaima numerosas piezas de metal pertenecieron a la maquinaria de una antigua fábrica o tren de almidón que estuvo trabajando hasta principio del siglo XX. En la actualidad se conserva la vieja casona (construcción típica de la segunda mitad del siglo XIX), con sus muros, puertas y piso original.

Monumento dedicado a la caida del genral Juan Bruno Zayas

Recientemente fue hallada la entrada principal del cuartón Rivas, por donde ingresaron las fuerzas del general Zayas y la columna españolas el 30 de julio de 1896. Aun conserva las cercas de piedra paralelos a la entrada, a menos de 100 metros a la derecha está la cerca que limita el potrero, mientras que a la izquierda a unos 80 metros se encuentra el pozo del cuartón. Este portillo esta a un costado del viejo callejón que va a San Pedro y Arraigan.

Ladrillo que porta la inscripción Cityside Glasgow

Por último se visitó la casa del antiguo ingenio “Mi Rosa”, lugar donde estuvo el general en jefe Máximo Gómez, el 11 de enero de 1896 y el general Juan Bruno Zayas el 28 de julio del mismo año. Esta edificación típica del siglo XIX se encuentra en estado deplorable, aun se conserva las paredes y parte del piso original, posteriormente fuimos al cementerio del ingenio a una corta distancia de la vivienda, el lugar destruido por buscadores de fortuna, conserva fragmentos de gruesos muros en todo el perímetro y restos de los cimientos de la capilla del campo santo. En el área se aprecia dispersos por el suelo fragmentos de ladrillos de al menos dos tipologías, uno de ello es un fragmentos de ladrillo refractario, producido en el Reino Unido, que porta la inscripción Cityside Glasgow, correspondiente a la Cityside Brick, Pipe and Fireclay Works, Greenhill, asentada en Glasgow, Escocia. Este ladrillo se produjo entre 1878 y 1883 coincidiendo con la fecha de funcionamiento del ingenio “Mi Rosa”.

En apenas tres meses de trabajo se han podido realizar más de 10 entrevistas a campesinos residentes en los alrededores de la finca La Jaima, han sido reportados la existencia de 6 tachos perteneciente a ingenios de fabricar azúcar enmarcados entre los siglos XVIII y XIX. Se logro concluir el levantamiento topográfico de la zona, se localizaron y exploraron 3 cuevas, además de efectuar una revisión y comparación de obras historiográficas y versiones referida a este hecho, las cuales revelan que el lugar donde hoy se encuentra el monumento al general Juan Bruno Zayas no fue el sitio original donde cayó. Siendo definido en el potrero Rivas a unos 20 metros aproximadamente del portillo que da acceso al cuartón. Además el general Zayas en ningún momento estuvo en la vieja casona de la finca Jaime. Quienes sí estuvieron en ella fueron el coronel Teodoro Perpiñán y el teniente coronel Cristóbal Pérez, a su regreso del ingenio Mi Rosa en la noche del 29 de julio de 1896, por orientación del general Zayas.

En estas seis expediciones participaron:

Oscar Sánchez Arencibia: Jefe de la Sección de Arqueología de la UNHIC en Mayabeque

Nivaldo Pérez Martínez: Vicepresidente de la UNHIC provincial de Mayabeque e historiador del municipio Quivicán.

Ashley Gerónimo Viera: Secretario de Actividad Científica de la UNHIC provincial de Mayabeque

Osvaldo Jiménez Vázquez: Zooarqueologo del Gabinete de Arqueología de la oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Yakeline Caram Suarez: Especialista en Museología

Elizabeth González Caram: Estudiante de Arqueología

Miguel Ángel Cruz: Fotógrafo Profesional

Idania Cervera Rodríguez: Profesora de Historia del Centro Mixto Nelson Acosta

Maite Rodríguez Tojeiro: Miembro del grupo espeleológico Aguas Claras.

Nobel Felipe Hernández: Presidente de la Sección de Base de la ACRC en el Asentamiento Poblacional Pablo Noriega.

Autor: Lic. Oscar Sánchez Arencibia