Los contactos de Formentera en la Edad del Bronce

Los primeros pobladores de Formentera, entre el 1750 y el 850 antes de Cristo (Edad del Bronce) mantuvieron relaciones con otras poblaciones contemporáneas de Menorca y del sudeste de la Península: Alicante y Cartagena. Es una evidencia que resulta tras comprobar los restos minerales encontrados en el yacimiento arqueológico de Es Cap II, en Formentera.

Uno de los directores de la misión, Pau Sureda (izquierda), afirma: «Tenemos estudios de ADN que nos sugieren la conexión de estos poblados con otras comunidades de la Península y Menorca, pero son datos generales y no podemos precisar, aún, el origen de estos primeros pobladores» de Formentera.

A medida que los historiadores avanzan en sus trabajos para desvelar detalles de cómo vivían los habitantes de la Edad del Bronce, más se sabe sobre cómo estaban organizados, con qué otros territorios mantenían contactos, cuál era su dieta y ahora, con la excavación de la cueva 127 de la Mola, cómo eran sus ritos funerarios.

El grupo de arqueólogos que trabaja estos días en ambas misiones está dirigido por Edgard Camarós y Sureda, y cuentan con el respaldo del Consell de Formentera y del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), así como del Centro Superior de Investigaciones Científicas.

La campaña de este año se prolonga hasta el 27 de noviembre y el pasado lunes comenzaron, por séptimo año, con los trabajos de consolidación del poblado prehistórico de Es Cap II. Se calcula que en este espacio pudieron llegar a convivir tres grupos familiares que podían sumar unas 30 personas. Pero este poblado solo es uno de los 21 yacimientos de la misma época localizados en es Cap de Barbaria, que en aquel momento era el centro neurálgico de la isla.

Durante nueve siglos, existe constancia de que esas poblaciones vivían agrupadas en pequeñas colectividades con su ganado, incluso se ha detectado la presencia de cerdos y vacas, en menor proporción que cabras y ovejas, más abundantes. La dieta la completaban con moluscos, se han llegado a encontrar más de 8.000 conchas de lapas, y con mijo, un cereal más resistente a los periodos de sequía.

Los trabajos en Es Cap II se centran ahora en la consolidación de una de las cámaras y de uno de los muros perimetrales. El objetivo es museizar este espacio para que sea comprensible a los visitantes.

Paralelamente, los arqueólogos avanzaron ayer en una grieta de la cueva 127, sin haber encontrado más rastros de restos humanos, por el momento.

Fuente: diariodeibiza.es | 17 de noviembre de 2020

Hallan restos humanos, de hace 4.000 años, en la cueva 127 de Formentera

Al fondo de una de las galerías de la cueva 127, en la Mola, que está excavando un grupo de arqueólogos que investiga la Edad del Bronce en Formentera, se hallaron ayer restos humanos unos cien años más antiguos que los de los tres individuos encontrados hasta ahora en este enclave.

El director del proyecto que investiga los ritos y la arqueología funeraria de los primeros pobladores de la isla, Edgard Camarós (izquierda), explicó: «Estamos encontrando lo que pensamos que son restos humanos más antiguos de los que ya habíamos encontrado». Es decir, si los restos humanos de tres individuos hallados en anteriores campañas datan del 1.890 antes de Cristo, «estos que hemos encontrado pensamos que serían unos cien años más antiguos».

Han hallado fragmentos muy pequeños de huesos de cráneo y de dientes, concretamente del molar de un individuo que debió de ser enterrado en esa cueva hace unos 4.000 años.

Pau Sureda, que comparte la dirección del proyecto, señaló que «ahora toca realizar estudios de antropología física para ver si esos restos pueden corresponder a uno o a varios individuos».

Camarós aclara: «Pensamos que estos restos son muchos más antiguos y contemporáneos con los de Ca na Costa», monumento megalítico situado cerca de es Pujols donde se hallaron restos de ocho individuos durante una excavación del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera en los años setenta del siglo pasado.

Pero el hallazgo de una pieza dental, de un molar, en la cueva de la Mola, permite extraer ya algunas conclusiones.

Edgard Camarós precisó: «Ese molar que hemos encontrado tiene un enameloma, que es una perla que está en la raíz del diente y que nos ha ayudado a descifrar la dentista de Formentera, Blanca González; este detalle es muy interesante porque solo lo tiene entre el uno y el tres por ciento de la población y nos habla de las patologías de quien lo ha sufrido».

El enameloma está relacionado con infecciones en las encías, por eso Camarós apunta que ese diente les está diciendo que «esa persona tenía una deficiencia en la higiene dental, una vida complicada y salud deficiente. Si lo comparamos con los restos hallados antes, en la misma cueva, nos habla de estrés en su desarrollo y salud precaria». De hecho, la media de vida de esa época era de unos 40 años.

Estas fueron algunas de las conclusiones que presentaron ayer los arqueólogos en una conferencia celebrada en el Centro de Deportes Náuticos de la Savina y que sirvió para hacer balance de esta campaña arqueológica que concluye el 27 de noviembre.

Para el año que viene estos expertos quieren avanzar, gracias a las técnicas que les ofrece la actual tecnología, en el análisis de los restos de Ca na Costa, que se encuentran en el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera.

«En 2021 estudiaremos el ADN de los restos de Ca na Costa, si nos dan permiso claro», apunta Camarós.

El objetivo, aclara su colega Sureda, es poder comparar genéticamente Ca na Costa con la cueva 127 de la Mola: «Entonces, podríamos extraer conclusiones en clave social más profundas».

Fuente: diariodeibiza.es| 20 de noviembre de 2020

La población de la Sima de los Huesos de Atapuerca aumenta a 29 individuos

Fragmento de mandíbula AT-2, recuperada en 1976 entre los sedimentos removidos. Se han encontrado varios dientes sueltos, que son compatibles con este ejemplar y que se han asignado al individuo II. / MARIO MODESTO

José Mª Bermúdez de Castro, responsable del Programa de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), lidera un artículo, que se acaba de publicar en la revista Anatomical Record, sobre la población del yacimiento de la Sima de los Huesos, en la sierra de Atapuerca (Burgos), en el que se confirma que son 29 los individuos que conforman este grupo humano del Pleistoceno medio, en lugar de los 28 estimados en estudios anteriores.

Durante la campaña de excavación de 2019 se alcanzó la impresionante cifra de 7.600 fósiles humanos de la Sima de los Huesos, que forman una colección única en el mundo para el estudio de la variabilidad de una especie del pasado. En 2003, cuando la cifra de restos fósiles ascendía a 4.000, se había calculado que en esa colección estaban representados 28 individuos.

En las últimas campañas de excavación se han obtenido restos óseos muy completos, y otros que han permitido reconstruir cráneos, mandíbulas, así como huesos del esqueleto postcraneal. Por ese motivo, parecía necesario volver a realizar un estudio demográfico de la Sima de los Huesos, que se llevó a cabo en enero de 2020, partiendo de la hipótesis de que el número de individuos representado en la colección podría haber aumentado de manera significativa. Sin embargo, sorprendentemente, el incremento en el número estimado de individuos ha pasado únicamente de 28 a 29.

“Hemos podido comprobar que algunos individuos se han ido completando, mientras que otros siguen representados por los mismos dientes y trozos de mandíbula recuperados durante los primeros años de excavación”, señala José Mª Bermúdez de Castro (izquierda). “Parece claro que el daño realizado en el yacimiento antes del hallazgo en 1976 de los primeros fósiles humanos fue muy importante y se ha perdido mucha información de algunos de los individuos”, añade el co-director de Atapuerca.

Sexo y edad

Además, en este trabajo se ha realizado una revisión del sexo de los individuos de la Sima de los Huesos. Se ha estimado que nueve individuos podrían ser masculinos y quince femeninos. A pesar de este desequilibrio, los análisis estadísticos concluyen que la proporción 8:15 podría proceder de una población en la que machos y hembras estaban representados de manera equitativa.

Por otro lado, existe un exceso de individuos inmaduros y adultos muy jóvenes (82,8%). Sólo se ha registrado un individuo infantil, mientras que cuatro adultos habrían alcanzado la madurez, posiblemente entre 40 y 45 años.

“Con una mortalidad tan elevada a edades tan tempranas la viabilidad reproductora de un grupo de cazadores y recolectores del Pleistoceno no sería factible. Puesto que la mortalidad del conjunto de individuos de la Sima de los Huesos se aproxima mejor a un perfil de tipo catastrófico, es posible que un evento singular y de naturaleza desconocida hubiera acabado con su vida”, declara Bermúdez de Castro.

Fuente: cenieh.es | 5 de noviembre de 2020

La impresionante colección Torlonia, un tesoro de historia y belleza, expuesta por vez primera en Roma

Durante decenios permaneció depositada de forma un tanto caótica en un edificio romano, cerca del Tíber en el centro de Roma. Ahora, por primera vez, se expondrá al público en los Museos Capitolinos de Roma con el título “Los mármoles de Torlonia.Coleccionar obras maestras”. Se incluye una selección de 92 obras entre las 620 piezas excepcionales del arte griego y romano de la colección: sarcófagos, bustos y estatuas grecorromanas.

Todo ello, es el resultado de las adquisiciones de las colecciones más destacadas de las familias patricias de Roma, así como de los hallazgos de excavaciones de las propiedades de grandes latifundios de la aristocrática familia Torlonia, dinastía de banqueros, propietaria de Villa Albani, una de las joyas por su riqueza artístico-arquitectónica de la Ciudad Eterna, construida a mitad del siglo XVII por deseo del cardenal Alessandro Albani, un gran coleccionista de esculturas antiguas, sobrino del papa Clemente XI. El purpurado gustaba de mostrar su colección a los aristócratas para hacer alarde de su erudición y su exquisito olfato por la antigüedad clásica.

Una colección de leyenda

Para el ministro de Cultura, Dario Franceschini, “la Colección Torlonia constituye un patrimonio extraordinario, un conjunto de obras excepcionales que da fe del coleccionismo de antigüedades”. En efecto, no es solo una colección, sino que se trata de una colección de colecciones, un ejemplo único de la historia del coleccionismo de arte antiguo en Roma, desde el siglo XV al XIX.

La Colección Torlonia llegó a constituir una auténtica leyenda: solo era accesible a unos pocos elegidos, e incluso los historiadores la conocían únicamente por su catálogo, realizado en 1881. Fue idea del príncipe Alessandro Raffaele Torlonia (1800-1886) exhibir su maravillosa colección, fundando el Museo Torlonia de escultura antigua, en via de la Lungara, abierto en 1875, alcanzando de inmediato enorme fama por el número y la calidad de las obras expuestas.

El Museo Torlonia se convirtió además en la más significativa colección para la historia de las excavaciones, de la restauración y de los estudios arqueológicos. Con los años el museo languideció y se cerró en 1976. Un descendiente de los aristócratas que formaron la imponente colección, Alessandro Torlonia (1925-2017), un apasionado de arqueología, llegó a un acuerdo con el ministerio de Cultura, para que las obras de arte estuvieran disponibles para la gran exposición que ahora, tras años de negociaciones, se inaugura en Roma.

Una muestra que es una increíble antología de la belleza. Franceschini, el ministro de Bienes Culturales, ha dicho, al presentar la exposición, que “el estado italiano está dispuesto a poner recursos y lugares para crear un museo adecuado para albergar la Colección Torlonia”.

Viaje por la historia del coleccionismo

Para la exposición se han elegido 92 obras, extraordinarias por su calidad, pero también por su historia”, ha manifestado Carlotta Loverini Botta de la Fundación Torlonia, que gestiona la colección. Muchas tienen su historia particular. “Cabra en reposo”, escultura de mármol de tamaño natural, es una obra original de la antigua Roma, pero se cree que la cabeza y cuernos fueron esculpidos por el gran escultor del barroco Gian Lorenzo Bernini. Entre las maravillas de la colección, está un relieve de piedra que representa una viva escena del puerto de la antigua Roma.

La exposición se articula como un viaje, en cinco secciones, por la historia del coleccionismo de mármoles antiguos griegos y romanos, para concluir con la visión de la exedra de los Museos Capitalinos donde se reúnen la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio, la loba romana y los bustos donados en 1471 por la el papa Sixto IV al pueblo romano para legitimar el poder del papado en la urbe al regresar de Aviñón, queriendo marcar simbólicamente la continuidad del poder con la antigua Roma.

La donación de Sixto IV está acompañada de una inscripción calificada de “sensacional y un gesto altamente democrático”, por el comisario de la muestra, el profesor Salvatore Setis (izquierda): “Sixto IV, pontífice máximo, en su inmensa benignidad, decide restituir y asignar perpetuamente estas insignes estatuas de bronce, testimonios perennes de excelencia y de valor, al pueblo romano, de cuyo seno habían salido”, dice la inscripción del Pontífice.

Este acto fundamental marcó el inicio del coleccionismo que antes de la caída de Roma no había tenido interés. El aumento paulatino de las piezas en el Campidoglio se cristalizaría en el nacimiento del primer museo público del mundo, fundado por el papa Clemente XII en 1734. Así se completa el viaje, en el que cada pieza permite no sólo un goce estético, sino la comprensión y diferenciación en el tiempo del coleccionismo y la restauración del arte antiguo italiano.

“Nunca había visto la colección Torlonia hasta que me llamaron para comisionar esta exposición. Sentí una emoción inolvidable: rápidamente reconocí muchas de las piezas que están en el los manuales”, cuenta Salvatore Settis.

La exposición, que estará abierta al público desde el día 14 de octubre hasta el 27 de junio de 2021, y, si las condiciones sanitarias lo permiten, seguramente comenzará un tour internacional. Hay conversaciones abiertas para llevar los mármoles de los Torlonia con otros varios museos, como el Louvre, aunque nada está cerrado. Y cuando regresen a Roma, la idea es que sigan visibles al público en un nuevo Museo Torlonia en Roma. “Esta muestra es muy importante porque es el primer paso para la recuperación al público de la colección Torlonia”, asegura Settis. El fallecido príncipe Alessandro Torlonia, muy vinculado a sus esculturas, estaría satisfecho.

Fuentes: abc.es | lavanguardia.com | wallpaper.com | jornada.com.mx | yahoo.com | medium.com | clarin.com | 15 de noviembre de 2020

Impresionante hallazgo en las ruinas de Pompeya: los cuerpos de dos hombres que huían de la erupción del Vesubio

Los dos cuerpos hallados. Crédito: Ansa.

En un sorprendente hallazgo, fueron descubiertos dos cuerpos perfectamente íntegros, intactos, el de un siervo y su amo, que intentaban escapar de una de las calamidades naturales quizás más famosas de la historia: la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C., que sepultó totalmente las antiguas ciudades romanas de Pompeya, Herculano y Stabia.

El hallazgo fue anunciado hoy con bombos y platillos por el Ministerio de Bienes Culturales de Italia, que destacó que al revivir la antigua técnica de los calcos de yeso, perfeccionadas, salieron a la luz detalles impresionantes, fruto de excavaciones realizadas en los últimos meses, pese al coronavirus, en las famosas ruinas pompeyanas. Pueden admirarse, en efecto, formas y curvas, lineamientos, pliegues de las túnicas, miembros y manos con las venas que aún parecen pulsar.

Foto: ANSA / LUIGI SPINA / Parco Archeologico di Pompei

"Estas dos víctimas buscaban quizás refugio en el criptopórtico (como se llamaba en la arquitectura de la antigua Roma un corredor o pasaje cubierto), donde en cambio fueron arrollados por la corriente piroclástica a las 9 de la mañana", explicó Massimo Osanna (izquierda), director del Parque Arqueológico de Pompeya, que precisó que las dos personas murieron por un shock térmico, como demuestran sus pies y manos, contraídos. "Es una muerte que para nosotros hoy es una fuente de conocimiento increíble", subrayó.

Durante la primera fase de la erupción del Vesubio, cuando la antigua ciudad romana de Pompeya fue totalmente sepultada por la lava, las primeras víctimas fueron las que quedaron atrapadas en los ambientes, debido a los derrumbes provocados por el material volcánico. De estas personas solo quedaron los esqueletos. Poco después, cuando la ciudad fue invadida por el flujo piroclástico que llenó los espacios, las personas murieron en forma instantánea, por el shock térmico. Y sus cuerpos se quedaron en la misma posición en la que fueron sorprendidas y atropelladas por la terrible corriente de fuego, como es el caso del siervo y su amo.

Detalle de uno de los cuerpos encontrados cerca de Pompeya (AP)

Sus dos cuerpos fueron hallados en el área de Civita Giuliana, a 700 metros de Pompeya. Allí en 2017 se descubrió una lujosa vivienda dotada de una gran terraza panorámica con vista al golfo de Nápoles y de Capri y hasta de una caballeriza donde se hallaron restos de tres caballos de raza. Fue debajo de esa terraza, en el criptopórtico, donde ocurrió el nuevo hallazgo.

Foto: Restos del caballo enjaezado hallados en Pompeya en 2018 (ANSA / CESARE ABBATE)

Este fue posible gracias a la técnica ideada en el siglo XIX por el arqueólogo Giuseppe Fiorelli (derecha), inventor del método para realizar los calcos de las víctimas de la erupción. Este prevé colar yeso líquido en las cavidades dejadas por los cuerpos descompuestos en el seno del material volcánico; una vez que el yeso se solidifica, se remueve el terreno que lo rodea para sacar a la luz la forma obtenida. "La arqueología ya no se estudiará en los mármoles o en los bronces, sino sobre los cuerpos de los propios antiguos, raptados por la muerte después de dieciocho siglos de olvido", escribió Fiorelli en febrero de 1863.

Desde entonces, mucha agua pasó bajó el puente. Y hasta hoy en Pompeya se han realizado más de cien calcos, entre los cuales muchos famosos, que pueden verse en vitrinas ubicadas a lo largo del parque arqueológico.

Los cuerpos

Pero los detalles aparecidos en los cuerpos salidos ahora a la luz, gracias al perfeccionamiento de la técnica, revelan mucho más, destacan los arqueólogos, los cuales, en efecto, pudieron sacar muchas conclusiones. La primera víctima es probablemente un chico de entre 18 y 23 años, de un 1,56 metros de alto. Tiene la cabeza inclinada, con los dientes y los huesos del cráneo aún parcialmente visibles; viste una túnica corta, de la que puede verse la impronta en la parte baja del vientre, con ricos pliegues. Las marcas del tejido sugieren que se trata de una tela pesada, probablemente fibras de lana, un detalle que podría avalar la nueva hipótesis que indica que la erupción, en vez de haber sido el 24 de agosto, en pleno verano, podría haber sido el 24 de octubre.

Por otro lado, la presencia de una seria de aplastamientos vertebrales, inusuales para la joven edad del chico, hace pensar que hacía trabajos pesados y que, muy probablemente, era un esclavo.

Foto: Detalle de otro de los cuerpos hallados. (Foto di Luigi Spina)

Fue durante la realización de este primer calco que se logró descubrir los huesos de un pie que revelaron la presencia de una segunda víctima. Esta se encontraba en una posición totalmente distinta, pero que ya había sido vista en otros calcos de Pompeya, con las piernas abiertas y las rodillas dobladas, las manos sobre el pecho. La forma del cuerpo, ataviada con un atuendo distinto, parecido a una capa de lana que utilizaban las personas de la nobleza, sugiere que se trata de un hombre de más edad, de entre 30 y 40 años y de 1,62 metros de alto.

"Es un descubrimiento realmente excepcional, porque por primera vez, después de más de 150 años, desde el primer uso de la técnica creada por Fiorelli, ha sido posible no solo realizar calcos perfectos de las víctimas, sino también indagar y documentar con nuevas tecnologías las cosas que llevaban en el momento en el que fueron golpeados por los vapores hirvientes de la erupción", dijo Osanna, sin ocultar su entusiasmo, en declaraciones a la agencia Ansa.

Un misterio aún parcialmente desvelado, aclara el arqueólogo, porque las excavaciones de los próximos meses probablemente nos dirán hacia dónde se dirigían estos dos hombres y, quién sabe, tal vez incluso aclaren más cuál fue su papel en la amplia y suntuosa residencia donde se han encontrado.

"Hay que subrayar también que hemos tenido suerte", dice Osanna, "porque el compartimento en el que hemos encontrado los cuerpos de los dos hombres había escapado tanto de las excavaciones de principios del siglo XX como de los ladrones de tumbas".

También aplaudió el descubrimiento el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini (izquierda). "Este hallazgo extraordinario demuestra que Pompeya es importante en el mundo no solo por el gran número de turistas, sino porque es un lugar increíble de investigación, estudio y formación", dijo, al precisar que "aún quedan más de veinte hectáreas por excavar, un gran trabajo para los arqueólogos de hoy y del futuro".

Fuentes: lanacion.com.ar | Elisabetta Piqué | ansalatina.com | phys.org | 21 de noviembre de 2020

Así era el líder “guanche” de Canarias momificado hace casi 1.000 años

Foto: Reconstrucción del rostro de la famosa momia guanche del Barranco de Herques (también denominada "El Jacinto"), un hombre guanche de alta clase social que vivió en Tenerife hace 800 años.

El secreto se escondía dentro de sus cuevas. Cuando los castellanos llegaron por primera vez a las Islas Canarias, a finales del siglo XV, en Tenerife llevaban cientos de años momificando a sus muertos. La práctica acabó tras la conquista, pero los cuerpos embalsamados permanecieron ocultos, protegidos de las miradas de los extraños.

La momia del Barranco de Herques, por ejemplo, no fue descubierta hasta mediados del siglo XVIII. Mil años después de su muerte aún conserva sus uñas y sus dientes. “A mi lo que más me impresiona son esas manos alargadas, estilizadas, unas manos absolutamente maravillosas”, dice uno de los investigadores que ha participado en el documental Las momias guanches realizado por Story Producciones y estrenado este miércoles en La 2.

“Cuando hablas de momificación, todo el mundo piensa en Egipto y se quedan muy sorprendidos cuando se enteran que esto lo hacían los aborígenes en Canarias”, apunta Teresa Gómez Espinosa, jefa del departamento de conservación del Museo Arqueológico Nacional.

La producción se centra en los trabajos realizados entre 2015 y 2020 en los que se estudiaron 21 momias en total. Se les hicieron TACs, análisis de radiocarbono, estudios de ADN, radiológicos o con luz ultravioleta… El objetivo no era solo desentrañar los misterios de esa técnica ancestral, sino también descubrir el origen de los desconocidos guanches.

La razón por la que los isleños momificaban a sus difuntos continúa siendo un misterio. Su método es “muy bueno”, según señalan los especialistas. Y los xaxos (así llamaban los guanches a sus momias), a diferencia de las momias egipcias, mantienen las vísceras (hígado, riñones, pulmones, corazón) en su interior y una gran preservación de la musculatura.

La momia guanche del Museo Arqueológico Nacional sometida a una tomografía axial computarizada en el Hospital Quirón de Madrid.

Los embalsamadores, considerados “apestados” por el resto de la sociedad guanche, limpiaban los cuerpos de los difuntos con agua y luego los impregnaban con manteca animal, sangre de drago, corteza de pino o polvos hechos con piedra pómez. Todo ello bien mezclado con rocas desencantes que evitaban la putrefacción.

Durante 15 días, la carne humana se secaban al sol. En arena quemada durante el día y expuesta al humo de una hoguera durante la noche. Pasadas las dos semanas, se envolvía el difunto en pieles de ganado. “Más y mejores dependiendo de su nivel social”, se explica en el documental. Finalmente, las momias se depositaban en lo más profundo de las cuevas ubicadas en los puntos más inaccesibles de la isla.

Diferentes fases del proceso de reconstrucción de la cara de la momia guanche.

La momia del Barranco de Herques (o Barranco de los Muertos) es la mejor conservada de mundo. Sorprende por su pelo abundante y rizado, de un tipo que no se ha encontrado en otras personas embalsamadas. Incluso hay quien pensaba que era una pieza de madera, especialmente por su color.

Fue Luis Román, gobernador de Tenerife en 1764, quien se la llevó durante una visita a la cueva de las mil momias para mostrarla a la corte. Actualmente está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional y gracias a una impresión en 3D del cráneo el escultor Juan Villa Herrero (derecha) ha podido realizar una reconstrucción facial para mostrar el aspecto que tuvo en vida.

El individuo embalsamado era un hombre que pertenecía a la clase alta guanche y que vivió entre el 1160 y el 1260 después de Cristo. Tendría alrededor de 45 o 50 años cuando murió, según han desvelado los análisis realizados. No tenía ningún problema en los dientes y tampoco se ha encontrado fractura alguna en su cuerpo. Eso ha sorprendido a los investigadores, dado que la sociedad guanche era muy agresiva.

“La patología que más llama la atención (en esa cultura) es la traumática, pero, sobre todo, más que por accidentes, por violencia”, señala Conrado Rodríguez-Maffiotte (izquierda), director del Museo Arqueológico de Tenerife. “Solo estudiando los cráneos ya podemos ver un porcentaje altísimo de la población, especialmente masculina, que presenta lesiones por fractura”, añade.

Los exploradores castellanos redescubrieron unas islas que imaginaban deshabitadas. Los rasgos rubios y de ojos claros de algunos aborígenes desconcertaron a los conquistadores. Muchos de los isleños tenían, además, una fuerza y una complexión física extraordinaria que les asemejaba a “gigantes”. “Esta momia (del Barranco de Herques), que actualmente mide 162 centímetros, pudo alcanzar en vida una altura de 170 centímetros”, afirma Teresa Gómez.

Los restos guanches más antiguos datan del siglo I y II después de Cristo. Los análisis de ADN han permitido desvelar que estos aborígenes son genéticamente “similares” a las muestras bereberes encontradas en Marruecos y que datan del Neolítico tardío. “El hecho de que existan algunos individuos rubios con los ojos claros se debe a las inmigraciones prehistóricas desde Europa hasta el norte de África”, apunta la doctora Rosa Fregel (derecha).

La hipótesis es que los bereberes, que se extendían desde el Sáhara Occidental hasta Libia (e incluso habrían entrado en contacto con la cultura de Egipto) se habrían rebelado contra el dominio romano y algunos de sus miembros fueron desterrados a las Canarias. Eso explicaría por qué los guanches no tenían ningún conocimiento sobre navegación, aunque sí contaban con sus propios reyes (Menceyes) y las mujeres tenían derecho a separarse de los hombres.

Documento históricos apuntan que en el Barranco de Herques, ubicado entre los municipios de Güímar y Fasnia, había una cueva con 600 o 1.000 momias guanches. Pero hasta ahora no se ha podido encontrar donde estaba exactamente. Lo que sí se sabe es que muchos de estos espacios fueron saqueados a lo largo de los años y que sus momias fueron vendidas a museos o colecciones privadas.

Fuente: lavaguardia.com | 19 de noviembre de 2020

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Ni los faraones fueron tan bien embalsamados: desvelan los secretos de la gran momia canaria

Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación del MAN junto al equipo encargado del traslado de la momia guanche del 'Barranco de Herques' al Hospital Quirón de Madrid donde se le realizó un TAC.

La llegada de los castellanos a las Islas Canarias a finales del siglo XV produjo un enorme choque entre dos culturas que se desconocían mutuamente. Los aborígenes quedaron asombrados al ver cómo gente armada y con herramientas que ellos no conocían desembarcaban en sus tierras, mientras que los hombres de Castilla se sorprendieron de la altura de unos nativos con rasgos que jamás habían visto.

La guerra entre ambos pueblos fue inminente, y con el paso de los siglos la cultura guanche fue desterrada al olvido. No obstante, este pueblo dejó, sin pretenderlo, una valiosa herencia que permite a arqueólogos y expertos de hoy en día conocer la vida -y la muerte- de los antiguos habitantes del archipiélago español. Durante diez siglos momificaron a sus muertos, los cuales han llegado hasta nuestros tiempos en gran estado de conservación.

Una investigación que se ha desarrollado a lo largo de cinco años y en la que han participado algunos de los médicos, científicos e historiadores más prestigiosos de España ha resuelto ahora muchos de los interrogantes y enigmas históricos que pervivían en torno a los guanches. Los principales resultados se muestran en el documental Las momias guanches, coproducido por RTVE y Story Producciones, que se estrena este miércoles 18 de noviembre a las 22:00 horas en La 2.

Regis Francisco López (izquierda), director de Story Producciones, explica a este periódico que la cultura de estos aborígenes de Canarias es "sorprendentemente desconocida en el conjunto de España cuando todos conocemos la momificación egipcia".

La idea de este documental, que recorre el proceso de ADN, análisis de carbono-14 y reconstrucción forense, parte de otra producción previa que realizaron a las momias egipcias que se hallan en el Museo Arqueológico Nacional. Tras ganar en Cannes el Delfín de Oro al mejor documental histórico del año, se atrevieron con un cuerpo embalsamado más cercano para los españoles. Al fin y al cabo, en el MAN se encuentra la momia guanche mejor conservada del mundo.

Difícil acceso

Tal y como explica Francisco López, tanto desde Tenerife como desde Madrid se ha facilitado todo elemento necesario para conocer mejor el pasado de la cultura guanche. No obstante, no todas las momias se encuentran en suelo español.

"Gran parte del comercio ilegal de bienes arqueológicos desarrollado en Canarias en el siglo XIX se centró en el expolio de cuevas sepulcrales, donde podían obtenerse las codiciadas momias guanches, infravalorándose la mayoría de las veces la propia cultura material asociada a ellas", apunta el Museo Arqueológico Nacional en su texto El patrimonio arqueológico en España en el siglo XIX: el impacto de las desamortizaciones.

En este sentido, muchas de las momias fueron vendidas y han ido apareciendo en distintos museos alemanes, franceses y británicos con el paso del tiempo. Han sido estos centros culturales extranjeros los que han dificultado de alguna manera la investigación. "En algunos lugares las tienen depósitos y es realmente difícil acceder a estas momias", expresa Regis Francisco López.

Fisonomía de la momia de la momia guanche, la mejor conservada de esta cultura.

Por suerte, aquellos cuerpos que fueron expoliados no pueden compararse con la joya que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Llegó a la institución en 2015 procedente del Museo Nacional de Antropología y, desde entonces, ha estado en manos de la protección de Teresa Gómez Espinosa, jefa del Departamento de Conservación del MAN.

La investigadora afirma que su dentadura perfecta -lo cual demuestra que pertenecía a la clase alta-, sus manos y la apreciación de sus músculos son impresionantes. "Las momias no se restauran, se conservan. La tenemos en una vitrina con aire filtrado que hicimos exclusivamente para el cuerpo", matiza Gómez Espinosa.

Su historia, que se reproduce en el documental, es verdaderamente extraordinaria. Tras las pruebas a las que se ha sometido el cuerpo, Gómez Espinosa describe que este varón debió nacer en la segunda mitad del siglo XII, alrededor del año 1160. En cuanto a su muerte, se fecha en la primera mitad del siglo XIII. Aún faltarían dos siglos hasta que Castilla arribara en las costas canarias y más de cinco para que fuera descubierta.

En el interior de una cueva en el barranco de Herque, el gobernador Luis Román halló la codiciada momia en el año 1764. Su estado de conservación le llamó la atención y, lejos de llevarse todos los cuerpos que contenía aquella oscura cueva, cargó con esta momia que ahora se expone en el Museo Arqueológico Nacional.

El doctor Javier Carrascosa interpretando los resultados de la Tomografía Axial Computarizada realizada a la momia guanche, donde se aprecian sus órganos internos. MAN.

Momificación egipcia

Además de narrar su pasado, los investigadores pretenden darle un futuro a la momia guanche más conocida del mundo. Gracias al estudio con un TAC, y a partir del cráneo y de las investigaciones forenses, por primera vez se podrá ver cómo fue su auténtico rostro. "Verle la cara es una cosa fascinante", destaca la restauradora, quien por fin puede conocer los rasgos de la momia que ha custodiado todos estos años. El rostro, en forma de busto, se mostrará por primera vez en el documental junto a otras muchas aclaraciones acerca de esta costumbre funeraria.

Y es que, mucho se han preguntado los historiadores y arqueólogos sobre el proceso de momificación canario. ¿Es una tradición únicamente suya? ¿Se dejaron influir por otras culturas? El análisis de ADN realizado sobre las momias ha demostrado que los guanches compartían genes con el pueblo bereber, el cual ocupó en el primer milenio la Sáhara Occidental y el norte de África. Estos podrían haber entrado en contacto con la civilización egipcia, de la cual derivaría la tradición de momificar los cuerpos.

En Egipto, la salvación en la otra vida requería de la presencia física del cadáver. Isaac Asimov, quien además de divulgador científico también escribió sobre Historia, afirmaba que esta idea surgió del hecho de que "en el suelo seco de Egipto los cuerpos se descomponen lentamente, de modo que los egipcios pensaron que la prolongación de la duración de la forma física del cuerpo era algo natural e incluso deseable, y buscaron los medios necesarios para conseguirla".

Diferentes niveles de la Tomografía Axial Computarizada realizada a la momia del 'Barranco de Herques'. MAN

Los embalsamadores tinerfeños también aprovechaban el calor del sol para deshidratar a los muertos. No obstante, el desarrollo era distinto. Mientras que en Egipto el cuerpo se exponía al sol durante 70 días, las momias canarias se exponían tan solo 15 jornadas. Asimismo, los órganos internos, los cuales se descomponen mucho antes, eran colocados en jarras de piedra -vasos canopos- en el Antiguo Egipto. Las momias canarias, en cambio, eran sometidas a un proceso que impedía la putrefacción, por lo que las momias guanches aún tienen sus pulmones, riñones y su corazón en el interior.

Para evitar su descomposición, los cuerpos eran manipulados con manteca de ganado, sangre, piedras volcánicas y demás elementos y se introducían pequeñas rocas características del Teide por el ano y la boca. Después, los envolvían en fardos de pieles de cabra. En este sentido, los expertos lo tienen claro: "Es mucho mejor la momificación guanche que la momificación egipcia".

Detalles de los pies, con el cordón que une los dedos y de la mano derecha. (Foto: Fernando Velasco, MAN).

Pese al paso de los siglos, los expolios y las dificultades para acceder a algunos cuerpos que salieron ilegalmente del país, desde 2015 se ha podido llevar a cabo la mayor investigación en relación con la cultura guanche de la historia. Haciendo hincapié en la momia del Museo Arqueológico, pero deteniéndose en otros cuerpos momificados y cráneos de aborígenes canarios, Las momias guanches destaca por su ambicioso proyecto de dar a conocer elementos de nuestro país que muchas veces olvidamos.

En 1496, tras la conquista castellana, se abandonó la costumbre de momificación. Es decir, la momia guanche más joven ronda los 600 años. Ahora solo cabe recuperar todos los cuerpos para conocer un pasado desconocido que aún tiene mucho que ofrecer.

Fuente: elespañol.com | 17 de noviembre de 2020