El Museo Arqueológico Nacional conmemora con una exposición el centenario de la muestra 'Arte prehistórico español'

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) acoge desde el viernes 9 de abril y hasta el próximo 31 de julio, la exposición temporal 'Arte prehistórico, de la roca al museo', organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte y Acción Cultural Española (AC/E), y que conmemora el centenario de la muestra de 1921 'Arte prehistórico español', tal y como ha señalado el conservador jefe del departamento de Prehistoria del museo y uno de los comisarios de la exposición, Eduardo Galán.

En 2021 se cumplen cien años de la realización de una exposición pionera a nivel mundial sobre el arte rupestre prehistórico, que tuvo lugar en España.

Quizás no todos los centenarios merezcan ser recordados ni reconocidos, pero la exposición de Arte Prehistórico Español de 1921 es uno de los hitos originales en la valoración universal que hoy se hace de las que podemos considerar las primeras manifestaciones artísticas de la Humanidad. Y este valor ha sido reconocido por la UNESCO con una larga relación de sitios a todo lo largo del mundo: de Noruega a Tanzania, de Brasil a Australia, literalmente miles de sitios con arte rupestre conforman hoy uno de los más caracterizados patrimonios de la cultura mundial.

Aspecto de la muestra 'Arte prehistórico. De la roca al museo', que estará en el MAN hasta el 31 de julio.

Calcos pictóricos de los abrigos de Cocinilla del Obispo, en Albarracín (Teruel), pintados por Juan Cabré Aguiló. / EFE

España es uno de los países con mayor número de sitios declarados en este campo. Desde la declaración pionera de la Cueva de Altamira (1985), después ampliada a muchas de las cuevas con arte paleolítico de la cornisa cantábrica (2008), pasando por la enorme lista de sitios del arco mediterráneo con abrigos de arte levantino y esquemático (1998), completado con la declaración transfronteriza formada por el Valle del Côa en Portugal (1998) y la zona salmantina de Siega Verde (2010), hasta la muy reciente declaración del Paisaje cultural del Risco Caído y montañas sagradas de Gran Canaria (2019).

Dibujo original para cartel Francisco Benítez Mellado, 1921. Gouache sobre papel. (Imagen: Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico).

Y en buena medida todo ello comenzó hace un siglo con su primera presentación para un público general, saliendo del estrecho círculo de especialistas al que el arte prehistórico se encontraba reducido hasta entonces, en una exposición en las salas del antiguo Museo de Arte Moderno, en el edificio que hoy comparten la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional, del trabajo que dos grupos de investigadores llevaban casi dos décadas realizando en diferentes regiones de España. Y fue este un trabajo internacional, iniciado por un equipo francés, financiado por el Príncipe de Mónaco a través del Institut de Palèontologie Humaine, establecido en París, y que contó con figuras ya reconocidas internacionalmente como Emile Cartailhac o el Abate Henri Breuil, a los que no tardaría en unirse el, entonces aún joven, sabio alemán Hugo Obermaier.

En poco tiempo en España se crearía una primera generación de investigadores en este campo, agrupados en la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, creada bajo los auspicios de Santiago Ramón y Cajal como presidente de la Junta de Ampliación de Estudios y que contaría con la presidencia y el sostén del Marqués de Cerralbo. A esta institución se vincularían entre otros Eduardo Hernández Pacheco, el Conde de la Vega del Sella o Juan Cabré.

De la sinergia de estos dos grupos de investigación, y con el concurso de la Sociedad Española de Amigos del Arte, que agrupaba en aquella época a buena parte de la elite social y cultural española, bajo la presidencia de la Infanta Isabel de Borbón, surgió la idea y la realización de una exposición tan novedosa como lejana a sus intereses habituales en el mundo de las bellas artes y de las artes decorativas.

Parte del techo de los polícromos. Cueva de Altamira (Santander).

La presente exposición es una conmemoración de ese evento fundamental en el estudio del arte rupestre prehistórico, de la valoración de los orígenes del Arte en definitiva, pero también una forma de contar una evolución por la que hemos seguido transitando hasta la actualidad y sin duda seguiremos haciéndolo en el futuro, reflexionando sobre cómo podemos integrar el arte en el discurso del Museo y hacer comprensible su valor y su significado a nuevas generaciones de visitantes.

Escena del Prado del Navazo, Albarracín, Teruel (F. Juan Cabré Aguiló)

Bisonte de Altamira. Óleo. Francisco Benítez Mellado. 1921. MAN

Entrada gratuita

Horario de visita

  • Martes a sábado: 9:30 – 20:00
  • Domingos y festivos: 9:30 – 15:00

Fuentes: man.es | elimparcial.es | 9 de abril de 2021

El cerebro humano moderno evolucionó más tarde de lo que se creía, hace entre 1,7 y 1,5 millones de años

Un cráneo 'Homo' temprano de Dmanisi, Georgia (izquierda) junto a un cráneo 'Homo' posterior de Sangiran, Indonesia (derecha). Una reconstrucción virtual de sus cerebros muestra cómo el individuo de Dmanisi tenía un gran cerebro parecido a un simio, mientras que el individuo Sangiran tenía un cerebro moderno parecido al humano.(Crédito de la imagen: M. Ponce de León y Ch. Zollikofer / Universidad de Zurich).

Los primeros humanos todavía tenían cerebros parecidos a los de los simios, según se publica en un nuevo estudio en la revista Science, en el que se concluye que los humanos modernos evolucionaron hasta tener órganos de pensamiento "avanzado" hace relativamente poco tiempo, entre 1,7 millones y 1,5 millones de años.

Esto significa que el cerebro único de los humanos modernos se desarrolló más de 1 millón de años después de que surgiera el género Homo, esto es, después de que el primer Homo erectus emigrara fuera de África. Por tanto, las dos migraciones de humanos que salieron del continente africano lo hicieron con cerebros distintos. La primera lo hizo con órganos arcaicos, más similares al de los Autralopithecus y simios antropomorfos como los chimpancés. La segunda, hace 1,5 millones de años, emigró ya con un cerebro similar al nuestro hasta la zona del sudeste asiático.

El resultado de este trabajo de investigación anula la opinión, previamente sostenida, de que el lóbulo frontal de los humanos, la parte del cerebro que procesa tareas cognitivas complejas, incluido el pensamiento social, el empleo de herramientas y el lenguaje, se desarrolló en la transición del género Australopithecus al género Homo, lo cual ocurrió hace aproximadamente entre 2,8 millones y 2,5 millones años, dicen los investigadores del estudio.

Relaciones topográficas entre estructuras neurocraneales y cerebrales en endocastos de grandes simios y humanos. Foto: Marcia S. Ponce de León, et. al, 'The primitive brain of early Homo', Science.

Las suturas craneales se indican en azul, los surcos cerebrales en rojo y las regiones del cerebro en otros colores. (A) En los grandes simios, el surco precentral (pc) cruza la sutura coronal (CO), de modo que su porción inferior (pci) se encuentra anterior al CO. El surco semilunar (L) marca el borde anterior de la corteza visual primaria (Área de Brodmann). (B) En los seres humanos, la expansión evolutiva de la corteza prefrontal inferior (IPF) dio como resultado un desplazamiento del pci hacia el lado posterior del CO (puntas de flecha rojas). La expansión concomitante del hueso parietal resultó de un desplazamiento anterior (puntas de flecha azul) de la porción apical de CO. La expansión de la corteza parietal posterior (PP) resultó de la fragmentación y eventual desaparición de L. Los números indican áreas de Brodmann. Estructuras neurocraneales: BC, casquete de Broca; CO, sutura coronal; LA: sutura lambdoidea. Surcos cerebrales: c, central; fi, frontal inferior; fs, frontal superior; fo, frontoorbital; ip, intraparietal; lo, orbital lateral; pc (pcs / pci), precentral (superior / inferior); pt, poscentral; ts, temporal superior; s, Sylvian (lateral); L, semilunar; R / Rʹ, ramas ascendentes / horizontales del surco lateral anterior. Estructuras vasculares: SS, seno sigmoide; TS, seno transverso

Debido a que los cerebros están hechos de tejidos blandos que no fosilizan, el equipo de investgación examinó en su lugar los endocastos fosilizados, es decir, la zona interna del cráneo que alberga el cerebro, a fin de determinar cómo cambió este órgano con el tiempo.

Para hacer esto, los científicos compararon las estructuras internas de los cráneos de simios y homínidos "primitivos" o "tempranos" con las de los humanos modernos. En total se observaron los endocastos de 81 chimpancés, 27 bonobos, 43 gorilas y 32 orangutanes, junto con los de 110 humanos modernos. Luego, analizaron los endocastos de casi 40 cráneos humanos antiguos, incluidos los del Australopithecus sediba, Homo erectus y Homo naledi, y determinaron cuán "primitivos" o avanzados eran probablemente sus cerebros comparándolos con los endocastos de los grandes simios y de los humanos modernos.

"Cuando el equipo de expertos concibió este proyecto de investigación, a fines de la década de 1990, la tarea parecía inalcanzable porque no se tenían formas objetivas de interpretar la estructura cerebral a partir del análisis de endocastos", dice en un correo electrónico la co-investigadora líder del estudio, Marcia Ponce de León (izquierda), paleoantropóloga en la Universidad de Zurich. "Pero, posteriormente, los avances en tomografía computarizada (TC), y otras tecnologías de imágenes, han permitido a los investigadores cuantificar las relaciones cerebro-endocasto en especies vivas", añade. "En este sentido, pensamos que si era posible determinar estructuras cerebrales a partir de endocastos de especies vivas, seguramente podríamos inferir estructuras cerebrales en tomografías computarizadas de cráneos fosilizados".

Los investigadores encontraron que la observación de los endocastos detallados revelaban huellas de los pliegues y surcos del cerebro desaparecidos hace mucho tiempo, así como las estructuras vasculares que rodean al cerebro, si bien analizar estas huellas constituía un trabajo muy laborioso. "Fue un trabajo difícil, que necesitó mucha participación de la 'materia gris'", bromea el investigador y co-líder del estudio Christoph Zollikofer (derecha), paleoantropólogo y neurobiólogo en la Universidad de Zúrich.

A medida que el equipo progresaba lentamente a través del estudio de los endocastos fósiles, observaron que se habían llevado a cabo cambios evolutivos, es decir, constataron cómo una determinada zona cerebral había avanzado poco a poco hacia la zona posterior del cerebro. "Por ejemplo, un desplazamiento hacia atrás del surco precentral durante el tiempo evolutivo indica de manera fiable que el área de Broca frente a él se expandió durante la evolución humana", explica Zollikofer. "Esta región y sus alrededores son especialmente interesantes porque, en los humanos modernos, están involucrados en la producción del habla y otras capacidades cognitivas superiores".

Cambio de la forma endocraneal asociado con la reorganización del lóbulo frontal (vista lateral izquierda). Los colores denotan una expansión superior a la media (verde) y abultamiento (amarillo) de la superficie endocraneal, lo que indica un agrandamiento diferencial de las regiones cerebrales marcadas (IPF, corteza prefrontal inferior; 45/47, áreas de Brodmann; PP, corteza parietal posterior; T , lóbulo temporal, O, lóbulo occipital). Observe también la expansión de la superficie endocraneal a lo largo del seno transverso (TS). Surcos cerebrales (rojo): fs / fi, frontal superior / inferior; pc / c / pt, precentral / central / postcentral; s, Sylvian; ip, intraparietal.

Después de comparar los endocastos fósiles con los de los grandes simios y los humanos modernos, los análisis del equipo revelaron que los primeros miembros del género Homo tenían un cerebro con lóbulos frontales similares al de un gran simio.

"Hasta ahora se creía que, cuando nació el género 'Homo' ya disponía del mismo tipo de cerebro que tenemos hoy en día. Nosotros hemos demostrado que esto no es así. Las primeras poblaciones de nuestro género 'Homo' tenían cerebros simiescos bastante primitivos, como sus antepasados los 'Australopithecus'", dice Ponce de León. "Esto incluye fósiles asociados con el 'Homo habilis' y el 'Homo erectus' temprano".

¿Cuándo se volvieron 'modernos' los cerebros Homo?

Los restos del género Homo más antiguos registrados son los fósiles hallados en Ledi-Geraru, Etiopía, que datan de hace 2,8 millones de años, pero no se ha conservado ningún cráneo. "Durante el siguiente millón de años después de eso, no hay endocastos de 'Homo' que hayan sido descubiertos", dice Amélie Beaudet (izquierda), paleoantropóloga de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, que no participó en el estudio, pero escribió un artículo de opinión al respecto en la revista Science.

Esta brecha de un millón de años intensifica el misterio de cuándo se desarrolló el cerebro avanzado de los especímenes del género Homo. Pero el análisis de los cráneos de Homo erectus han ayudado a desbloquear este hallazgo, dijeron los investigadores. En particular, fue clave el grupo de cinco cráneos de Homo erectus conocidos como los individuos de Dmanisi, llamados así por el enclave arqueológico en que se hallaron, en Dmanisi, Georgia. Tales cráneos, de hace aproximadamente 1,8 millones de años, están bien conservados y pertenecieron a homínidos que murieron entre la adolescencia y la vejez.

Reconstrucciones virtuales de los cinco cráneos de 'Homo erectus' bien conservados hallados en Dmanisi, Georgia, que datan de hace entre 1,85 millones y 1,77 millones de años. Estos individuos tenían cerebros "primitivos", según encuentra el nuevo estudio. (Crédito de la imagen: M. Ponce de León y Ch. Zollikofer / Universidad de Zurich).

"Los fósiles de Dmanisi son de gran importancia, dado que nos muestran que, hace alrededor de 1,8 millones de años, el 'Homo' temprano tenía un cerebro primitivo, similar al del 'Australopithecus' y al de los grandes simios", subraya Zollikofer en un correo electrónico.

Pero tener lóbulos frontales similar a un simio no impidió que los Homo erectus de Dmanisi tuvieran una existencia extraordinaria. "Estos homínidos de cerebros primitivos pudieron salir de África, hacer frente a las duras condiciones climáticas de Eurasia, producir una variedad de herramientas, esforzarse en la obtención de carne y brindar apoyo a los miembros del grupo de edad avanzada", subraya Zollikofer. Prueba de esto último es el Cráneo 4 de Dmanisi, que corresponde a un anciano que no tenía dientes. Hace 1,8 millones de años, los inviernos en Georgia eran durísimos, y un anciano solo y sin dientes nunca hubiera sobrevivido. "Hemos comprobado que sobrevivió años a la pérdida de sus dientes. El anciano de Dmanisi es uno de los primeros ejemplos de cooperación social en nuestra historia. Y el cerebro de aquellos humanos era todavía arcaico, similar al de los 'Australopithecus'", advierte Zollikofer.

Los avances en la tecnología de imágenes permitieron a los investigadores crear reconstrucciones 3D detalladas de los cinco cráneos de Homo erectus de Dmanisi, Georgia. (Crédito de la imagen: M. Ponce de León y Ch. Zollikofer / Universidad de Zurich)

Se cree que los individuos de Dmanisi se encuentran entre las primeras poblaciones de Homo que abandonaron el continenete africano. No fue sino hasta hace unos 1,7 millones de años, en África, que el complejo de los lóbulos frontales del género Homo comenzó probablemente a formarse, según los investigadores, los cuales encontraron evidencias de la región cerebral ya reorganizada en cráneos de individuos Homo de África y del sudeste asiático que datan de hace 1,5 millones de años y menos. Por ejemplo, los individuos Homo erectus que vivieron hace menos de 1,5 millones de años, y cuyos restos se encontraron en el sudeste asiático, tenían endocastos indicativos de lóbulos frontales semejantes al de los Homo sapiens modernos, afirman los investigadores.

"Este hallazgo muestra que el complejo de lóbulos frontales, considerado como un sello distintivo de los primeros 'Homo' en África, evolucionó comparativamente tarde, y no fue necesario para la dispersión de los primeros humanos fuera de África", escriben los investigadores del estudio.

"Esta conclusión es interesante e importante, pero ... no necesariamente controvertida", dijo Fred Spoor (izquierda), paleontólogo del Centro de Investigación de la Evolución Humana del Museo de Historia Natural de Londres, que no participó en el estudio. "Centrarse en una fuerte dicotomía entre nuestro género 'Homo' y los antepasados ​​anteriores (por ejemplo, 'Australopithecus' como 'Lucy', hallada en Etiopía) es un remanente de los días en que había menos fósiles disponibles y la evolución humana se veía como un simple proceso lineal de varios antepasados ​​tempranos hasta nosotros los humanos modernos", escribe Spoor en un correo electrónico. "En ese contexto, el origen del género 'Homo' fue visto como una revolución biológica, asociada con la fabricación de herramientas de piedra y con un cerebro más grande y complejo".

"Desde entonces, los investigadores han aprendido que las herramientas de piedra se comenzaron a fabricar hace 3,3 millones de años (mucho antes del surgimiento del género 'Homo') y se han descubierto especies y especímenes del género 'Homo' con cerebros más pequeños", recuerda Spoor. "La realidad es que varios aspectos que nos caracterizan como humanos modernos surgieron en diferentes momentos, y no necesariamente como un paquete ordenado en un 'momento especial'".

La reorganización de los lóbulos frontales coincidió en el tiempo con el salto tecnológico del Olduvayense al Achelense, en lo que respecta a la fabricación de herramientas. "Por eso, muchos arqueólogos han postulado que tuvo que haber algún cambio en el cerebro humano, que es lo que ahora hemos descubierto", apunta Ponce de León, que considera también muy probable que las primeras formas de lenguaje surgieran entonces.

Este espécimen de Dmanisi, Georgia, es el cráneo más completo de los primeros individuos 'Homo' registrados. Aquí, los investigadores lo analizan usando la radiación electromagnética del sincrotrón en la Instalación Europea de Radiación de Sincrotrón en Grenoble, Francia. Crédito de la imagen: Paul Tafforeau / ESRF.

¿Por qué cambiaron los cerebros Homo?

Sigue siendo un misterio por qué los cerebros Homo evolucionaron para tener un conjunto sofisticado de lóbulos frontales, pero los científicos tienen algunas ideas. Quizás sea un ejemplo del llamado "efecto Baldwin", cuando la capacidad de aprender un nuevo comportamiento puede impulsar cambios en la genética y el fenotipo, o en la apariencia, apunta Zollikofer. En este caso, es posible que las estructuras cerebrales responsables del lenguaje y otras tareas cognitivas complejas crecieran en un entorno que fomentaba y necesitaba una comunicación similar a un protolenguaje.

"Planteamos la hipótesis de una retroalimentación positiva entre la innovación cultural y la reorganización evolutiva del cerebro", dice Zollikofer. "Dicho esto, incluso si las estructuras cerebrales para el lenguaje temprano estuvieron 'en su lugar' hace aproximadamente 1,5 millones de años, no sabemos si estas primeras poblaciones 'Homo' tenían un lenguaje moderno similar al humano", añade. "En cambio, los primeros humanos probablemente tenían algún tipo de protolenguaje que, en el sentido de coevolución cerebro-cultura, favoreció la evolución de estas estructuras cerebrales, las cuales, a su vez, favorecieron la evolución del protolenguaje", concluye.

Fuentes: livescience.com | eldiariomontanes.es | 8 de abril de 2021

Hallan 240 posibles tumbas más en la necrópolis romana de Carmona (Sevilla)

Panel explicativo ante la tumba de Servilia en la Necrópolis romana de Carmona (Sevilla), donde la consejera andaluza de Cultura, Patricia del Pozo, ha presentado las últimas actuaciones arqueológicas en este yacimiento. JULIO MUÑOZ. EFE.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha anunciado que la actividad arqueológica realizada en la necrópolis romana de Carmona (Sevilla) ha permitido constatar la existencia de más de 240 estructuras susceptibles de ser enterramientos, hecho que supondría casi duplicar el número de tumbas actualmente conocidas y, como consecuencia, abrir una nueva etapa para el conocimiento y la puesta en valor del conjunto arqueológico.

“Gracias al estudio impulsado por la Junta de Andalucía se ha confirmado que el yacimiento está muy lejos de agotarse y podemos atisbar cómo será en el futuro el conjunto arqueológico de Carmona, uno de los espacios fundamentales para la historia en España. Si el siglo XIX fue el de su descubrimiento y en el siglo XX se incorporó al patrimonio público y se amplió hasta sus actuales dimensiones, nos encontramos ahora ante la necrópolis del siglo XXI”, ha explicado Del Pozo.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, junto al alcalde de Carmona, Juan Ávila, durante su visita a la necrópolis.

Del Pozo ha señalado, según un comunicado, que “la actuación, realizada entre los meses de octubre y diciembre por el Instituto de Geofísica de Andalucía de la Universidad de Granada bajo la dirección del arqueólogo Alejandro Jiménez Hernández, es la mayor realizada, tanto en extensión como por sus resultados, en el conjunto arqueológico de Carmona desde hace 50 años, cuando en la década de los setenta del siglo XX se excavó el anfiteatro”.

Del Pozo ha indicado que “la necrópolis empieza a ofrecer una imagen renovada, enriquecida con nuevos e importantes datos que ampliarán de manera notable nuestro conocimiento sobre los bienes que alberga el conjunto arqueológico de Carmona”. “Este Gobierno andaluz pone fin a una etapa de parálisis y abre otra de acción, con fechas, programas y actuaciones concretas destinadas a resolver problemas que la cultura de Andalucía venía demandando”, ha añadido.

El estudio geofísico -con técnicas mínimamente invasivas y respetuosas con los bienes como el georradar, la prospección magnética y la tomografía eléctrica- se ha realizado en tres zonas del conjunto arqueológico, con una superficie total de 12.700 metros cuadrados : la finca Huerto Casquizo, propiedad de la Junta desde 1978 que sólo servía, hasta la fecha, para el pasto de ganado (Zona 1); un sector en la antigua vía a Híspalis (Zona 2) y otro junto al Mausoleo Circular del Campo de los Olivos (Zona 3).

Durante su visita a la necrópolis, Del Pozo ha desgranado los datos de cada una de las zonas donde se han llevado a cabo las prospecciones geofísicas, junto a la secretaria general de Patrimonio Cultural, Macarena O’Neill; el director general de Patrimonio Histórico y Documental, Miguel Ángel Araúz; el delegado del Gobierno de la Junta, Ricardo Sánchez; la directora territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Susana Cayuelas, y el alcalde de Carmona, Juan Ávila.

RESULTADOS DE LA PROSPECCIÓN GEOFÍSICA

Los resultados en el Huerto Casquizo (Zona 1, 11.700 m2) han mostrado que este espacio fue una gran cantera. Además, se ha observado en las laderas numerosas anomalías con características similares a las de las tumbas conocidas, mientras que en el centro se observan alineaciones de muros que podrían corresponder a una serie de tumbas adosadas o a un gran edificio funerario, de dimensiones ligeramente inferiores a la cercana Tumba de Servilia.

Por su parte, la prospección geofísica en la Zona 2 (con una superficie de 764 m2) ha evidenciado la presencia de una serie de tumbas distribuidas al Sur y en tres líneas paralelas a la vía romana que comunicaba Carmona con Sevilla. Estos resultados parecen indicar que, si se extrapolan los posibles hallazgos de la zona de estudio a todo el sector meridional de la necrópolis, podrían localizarse en torno al centenar de nuevas tumbas.

Finalmente, la actuación en la Zona 3, con un total de 236 m2, se planificó con el objetivo de comprobar si una pequeña loma existente junto al Mausoleo Circular del Campo de los Olivos era una terrera o la huella de una estructura funeraria. A la vista de los resultados, dicho montículo redondeado correspondería a otro mausoleo circular del que se ha detectado su muro perimetral y la cámara funeraria. Asimismo, se han detectado, al menos, otras tres cámaras fúnebres.

Mausoleo Circular del Campo de los Olivos. Foto: museosdeandalucia.es

Las prospecciones de la zona 1, conocida como Huerto Casquizo - ABC

CAMPAÑAS ARQUEOLÓGICAS

“Los resultados obtenidos nos sirven de guía para saber dónde y cómo actuar con rigor y precisión, dado que al fin disponemos de una imagen precisa de los bienes conservados en el subsuelo de la Necrópolis”, ha explicado la consejera Patricia del Pozo, quien ha recalcado que se trata de “un proyecto ilusionante que necesita del máximo apoyo y complicidad institucional, tal como sucede con el Ayuntamiento de Carmona”.


De este modo, para la presente anualidad, Del Pozo ha anunciado que está prevista la realización de dos campañas de comprobaciones sobre los resultados de la prospección geofísica en las zonas 1 (Huerto Casquizo) y 3 (Mausoleo Circular) que serán ejecutadas tanto con fondos propios de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico como en colaboración con el Consistorio carmonense que preside Juan Ávila.

Fuentes: larazon.es | juntaandalucia.es | 12 de abril de 2021

Así de increíble es el hallazgo de la ciudad perdida en Luxor con 3.000 años de antigüedad

La Ciudad Perdida Dorada, descubierta por Zahi Hawass y su equipo en la orilla occidental de Luxor. Foto: Cordon Press

El Gobierno egipcio anunció este jueves el hallazgo bajo la arena, en la monumental Luxor, de una gran ciudad de unos 3.000 años de antigüedad que se hallaba perdida y que se encuentra en un buen estado de conservación.

"Se trata del mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio egipcio en la orilla occidental de Luxor", situada en el Nilo, a escasos kilómetros de la antigua Tebas, concretamente en la otra orilla, la occidental, destinada a las tumbas y a los templos mortuorios. indicó el Ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio en un comunicado, quien calificó el descubrimiento como "la mayor ciudad jamás encontrada en Egipto".

Se trata de la ciudad ‘El ascenso de Atón’, que habría nacido alrededor del palacio de Malkata fundado por el faraón de la dinastía XVIII Amenofis III, y que en realidad ya se había excavado parcialmente en los años 30 por C. Robichon y A. Varille, según recuerda el egiptólogo José Miguel Parra (derecha), lo que no resta importancia a la excavación actual que “con los conocimientos científicos permitirá descubrir muchas más cosas que hace casi un siglo”.

En este sentido, la ciudad corresponde a uno de los periodos más apasionantes del Imperio Nuevo, cuando Amenofis III, padre de Akenatón (conocido como el faraón hereje), habría fundado el llamado ‘palacio del deslumbramiento de Atón’, y toda la infraestructura que conllevaba, apartado de Tebas, todavía no se sabe exactamente por qué. Se dice, por ejemplo, que sirvió para realizar su primera fiesta Heb Sed en la que el faraón renovaba su reinado, o se especula que pretendía huir de alguna epidemia desatada en la capital, o quizás ¿ya quería marcar distancias con el poderoso clero del dios Amón como seguramente sí hizo su hijo instaurando el primer monoteísmo con el dios Atón y trasladando la capital a Akhetatón, la actual Tell el-Amarna?

El arqueólogo Zahi Hawass a la entrada de una tumba descubierta, construida hace 4.200 en el complejo piramidal de Saqarra. Ben Curtis / AP.

A la espera de que el yacimiento ayude a reconstruir el puzle de estos años cruciales del antiguo Egipto, los arqueólogos, dirigidos por el famoso egiptólogo Zahi Hawass, están recuperando zonas importantes de la ciudad.

"Las calles de la ciudad están flanqueadas por casas, con piedras en sus muros de hasta tres metros de alto, y muestran una forma de “zigzag, con un único punto de acceso, lo que hace pensar que tenía una función defensiva", asegura Hawass.

Hawas explicó que "muchas misiones extranjeras habían buscado esta ciudad y no la habían encontrado" y, según el Ministerio de Antigüedades, "las capas arqueológicas han permanecido intactas durante miles de años, como si sus antiguos residentes las hubieran dejado ayer mismo".

Restos de muros de ladrillos en la ciudad recientemente descubierta. Foto: Cordon Press.

Inscripciones reveladoras

En todas las áreas excavadas, los arqueólogos han hallado asimismo numerosas herramientas empleadas en algún tipo de actividad industrial como el hilado y el tejido. También se han desenterrado escorias metálicas y restos de fabricación de vidrio, aunque aún no se ha localizado el área principal donde se llevaba a cabo dicha actividad. En una habitación se encontraron los esqueletos de un toro y una vaca. También se localizaron los restos de una persona enterrada con los brazos extendidos a los costados y con los fragmentos de una cuerda enrollada alrededor de sus rodillas. La ubicación y posición de este esqueleto es extraña y los egiptólogos esperan que su estudio ayude a dilucidar su significado.

Esqueleto humano localizado durante los trabajos de excavación. Foto: Cordon Press.

Uno de los hallazgos más recientes es un recipiente que contiene unos diez kilos de lo que parece ser carne seca o hervida; lleva una inscripción: "Año 37, carne aliñada para la tercera fiesta de Heb Sed del matadero del corral de Kha, hecha por el carnicero luwy". Esta valiosa información no solo proporciona los nombres de dos personas que vivieron y trabajaron en la ciudad, sino que confirma que esta se hallaba en activo durante el período de corregencia de Amenofis III con su hijo Akenatón.

Una cerámica con una inscripción desenterrada durante las excavaciones. Foto: Cordon Press.

Otro hallazgo interesante es un sello de barro con una inscripción aún legible: "gm pa Aton", que se puede traducir como "el dominio del deslumbrante Atón". Se trata del nombre de un templo dedicado al disco solar que fue construido por Akenatón en el recinto de Karnak, en Tebas. Un año después de la fabricación de este revelador recipiente, la capital fue abandonada y la corte se trasladó a Tell el-Amarna. ¿Pero realmente fue así? ¿Se volvió a poblar la ciudad cuando Tutankamón regresó a Tebas y restableció la ortodoxia religiosa? Posiblemente futuras excavaciones puedan aclarar lo que realmente sucedió aquí hace 3.500 años.

Bien preservada

"La ciudad está en buenas condiciones de preservación, con sus muros casi completos y con estancias llenas de objetos de la vida cotidiana, lo que ha permitido la datación del asentamiento", dijo el Ministerio de Antigüedades.

"El hallazgo de esta ciudad perdida es el segundo descubrimiento arqueológico más importante desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón", según Betsy Brian (izquierda), profesora de Egiptología de la universidad estadounidense John Hopkins y citada en el comunicado.

"El solo hecho de ubicar los centros de fabricación brinda detalles sobre cómo los egipcios hicieron lo que hicieron bajo un gobernante grande y rico como Amenofis III. Esto aportará conocimiento durante muchos años por venir"

De acuerdo con esta arqueóloga "'El Ascenso de Atón' no solo permitirá echar una mirada en la vida de los antiguos egipcios en una época en el que el Imperio estaba en su apogeo, sino también arrojará luz sobre unos de los más grandes misterios de la historia: ¿Por qué Akenatón y Nefertiti decidieron trasladarse a Tell el-Amarna?, la región en la que se construyó una nueva capital imperial en el siglo XVI antes de Cristo".

Vista general de las excavaciones en la ciudad. Foto: Cordon Press.

Hallazgo fortuito

Las excavaciones que llevaron al hallazgo se encuentran entre dos templos, uno dedicado a Amenofis III y otro para Ramses III, en Luxor, y habían comenzado en septiembre de 2020 para tratar de encontrar el templo mortuorio de Tutankamón.

Pero a las dos semanas de empezar, la misión arqueológica se llevó una gran sorpresa cuando empezaron a aparecer ladrillos de adobe por todas partes y los arqueólogos comenzaron a desenterrar la gran ciudad.

Amuleto encontrado en la ciudad. Ministerio de Antigüedades.

Hasta ahora han logrado desenterrar varias áreas de la ciudad, donde se han encontrado una panadería, una gran cocina con hornos y piezas de cerámica para el almacenamiento de alimentos en la que debió trabajar un gran número de personas, así como un barrio administrativo y residencial.

También han hallado un área de trabajo con moldes para la producción de amuletos y objetos decorativos y una zona para la fabricación de ladrillos usados en la construcción de templos y que llevan el sello con el nombre el faraón Amenofis III.

Objetos arqueológicos exhumados durante las excavaciones. Foto: Cordon Press.

Gran necrópolis

Al norte del asentamiento se descubrió también una gran necrópolis, cuya extensión aún no podido ser determinada. Hasta ahora, la misión ha descubierto allí un grupo de tumbas excavadas en la montaña (hipogeos) de diferentes tamaños a las que se puede acceder a través de escaleras excavadas en la roca, una característica común de la construcción de tumbas en el Valle de los Reyes y en el Valle de los Nobles. Queda aún mucho trabajo por hacer y Zahi Hawass espera descubrir allí muchas tumbas intactas, repletas de tesoros...

Fuentes: elespañol.com | lavanguardia.com | nationalhgeographic.com.es | 8 de abril de 2021

Las orcas se beneficiaban de los restos de atunes que los neandertales devolvían al mar

Las orcas se beneficiaban de los restos de atunes que los neandertales devolvían al mar.

El biólogo marino y doctor en comportamiento animal, Manu Esteve, defiende que la colaboración entre las orcas y los neandertales que habitaron en el Estrecho para alimentarse de atún rojo, lejos de ser casual era «intencionada». Así lo ha señalado este científico en el estreno de la sección de Naturaleza y biodiversidad que conduce la bióloga, Mónica Fernández-Aceytuno, en Conversaciones de la Fundación AQUAE.

Esteve basa su hipótesis tanto en los restos arqueológicos encontrados en la zona como en el estudio del comportamiento de estos mamíferos marinos a la hora de cazar atunes en su paso por el Estrecho hacia la zona de desove en las Baleares. Los registros fósiles encontrados en las cuevas de los neandertales de Gibraltar constatan que estos homínidos se alimentaban con atún, pese a no tener instrumental ni embarcaciones para pescarlo.

Igualmente, el científico confirma que el gran temor de los atunes a las orcas provoca que en su huida puedan acabar saltando a la playa. Basándose en estas observaciones, la tesis de Esteve es que los neandertales aprovechaban este hecho para capturar los atunes y que lejos de que esta conducta entre homínidos y orcas fuera fortuita obedecía a una colaboración intencionada, ya que las orcas se beneficiaban a su vez de los restos de los pece... .

La cueva de Gorham, en Gibraltar. / E.S.

Igualmente, el científico confirma que el gran temor de los atunes a las orcas provoca que en su huida puedan acabar saltando a la playa. Basándose en estas observaciones, la tesis de Esteve es que los neandertales aprovechaban este hecho para capturar los atunes y que lejos de que esta conducta entre homínidos y orcas fuera fortuita obedecía a una colaboración intencionada, ya que las orcas se beneficiaban a su vez de los restos de los pece... .

«Es una hipótesis que defiendo y apoyo en la 'Teoría de las Propiedades Emergentes' y en la astucia de las orcas. ¿Cómo las orcas, que son tan inteligentes, no encontraron un método para cortar la retirada a los atunes y que no escaparan a la playa? A lo mejor querían que saltaran a la playa», afirma el investigador (izquierda).

Según Esteve, es razonable concluir que una respuesta posible a la pregunta de ¿por qué las orcas provocaban que los atunes saltarán a la playa? es la de una colaboración intencionada con los neandertales de Gibraltar, al parecer los últimos que vivieron en nuestro planeta, ya que éstos devolvían parte del pescado al mar, con lo que ambas especies salían beneficiadas.

A este respecto, y según explica el biólogo, las orcas han de hacer un gran esfuerzo para capturar atunes en el medio salvaje. De hecho, son persecuciones de hasta 30 minutos durante siete o 10 kilómetros y que acaban con el agotamiento de los túnidos o su muerte por infarto, momento en que las orcas los capturan.

Según la tesis de Esteve y partiendo, además, de la inteligencia de este mamífero marino, de su «fascinante» estructura social en cuanto a la creación de familias, grupos y jerarquías, «es muy probable que descubrieran que era mucho menos costoso arrinconar atunes entre varios miembros y hacerlos varar en la playa para recibir a cambio los restos de su consumo por parte de los neandertales». Esta asociación, según el científico, también esclarecería la capacidad de los habitantes de estos asentamientos de alimentarse de atún rojo sin disponer de tecnología para su captura.

El investigador apunta además que en su último trabajo de campo en el Estrecho ha constatado como dos familias de orcas semi-residentes en la zona y ligadas la migración de estos peces, lejos de perseguir a los túnidos, arrebatan ejemplares de atún rojo a los pescadores artesanales con cebo una vez que estos peces «pican» el anzuelo. Según Esteve, este comportamiento obedece a la inteligencia altamente desarrollada de las orcas, lo cual permite establecer una gran proximidad con el ser humano.

La pandemia ha paralizado las investigaciones y grabaciones del biólogo en Gibraltar. Una serie que explora la colaboración entre orcas y humanos sea por confrontación, como ocurre actualmente con los pescadores de Marruecos, o por cooperación espontánea como es factible que se produjera con los neandertales. «Relación entre orcas y hombres ha habido siempre y ese es uno de los apartados que quería explorar: la relación que distintas culturas han tenido con las orcas en Alaska, en la Columbia británica o en Kamchatka», añade Manu Esteve.

Fuentes: abc.es| europasur.es | 7 de abril de 2021

El mestizaje entre los neandertales y los primeros 'Homo sapiens' en Europa fue la norma y no la excepción

Un equipo de investigación internacional ha secuenciado el ADN del Homo sapiens más antiguo registrado en Europa, en el que se demuestra que muchos de los primeros humanos que habitaron en continente europeo tenían herencia neandertal en sus árboles genealógicos. Sin embargo, estos individuos no están relacionados con europeos posteriores, según dos estudios del genoma obtenido en restos óseos que datan hace más de 45.000 años hallados en cuevas de Bulgaria y la República Checa.

"La investigación se suma a la creciente evidencia de que los humanos modernos se mezclaban regularmente con los neandertales y otros parientes extintos", dice Viviane Slon (izquierda), paleogenetista de la Universidad de Tel Aviv, en Israel. "Son tiempos diferentes, lugares diferentes, y sucede una y otra vez".

La historia genética de los primeros humanos en Europa y Asia se ha difuminado. Aunque los investigadores han secuenciado el ADN de los neandertales y otros parientes humanos extintos que datan de hace 430.000 años, existe una escasez de información genética del período entre hace unos 47.000 y 40.000 años, conocido como el Paleolítico Superior Inicial, y no hay ADN de Homo sapiens. en absoluto desde antes de este período. Los genomas pertenecientes a humanos de Siberia y Rumanía no mostraron conexión con oleadas posteriores de europeos, pero un individuo de 40.000 años hallado en China es un antepasado parcial de la gente moderna de Asia Oriental.

Como todas las personas de hoy en día, cuya ascendencia no es únicamente africana, estos primeros euroasiáticos portaban ADN neandertal. Los investigadores pensaron que probablemente se originó por la mezcla entre neandertales y Homo sapiens en el Medio Oriente hace 50.000-60.000 años. Pero un estudio de 2015 del genoma de los restos de un individuo de 40.000 años, hallados en un sitio llamado Peștera cu Oase, en Rumanía, deparó una sorpresa: tenía antepasados neandertales de las últimas cuatro o seis generaciones, lo que sugiere que los humanos modernos se cruzaron también con los neandertales en Europa, un hecho que no constituyó una excepción, sino que fue la norma.

Ahora bien, no estaba claro en el genoma del hombre de Oase si el mestizaje con los neandertales era común en otras partes de Europa, pues vivió en la época en que las poblaciones neandertales, ya escasas, comenzaban a desaparecer.

Silvio Constantini, investigador del CENIEH realizó las dataciones mediante U-Th y dirigió la investigación geológica en Pestera cu Oase, empleada como material comparativo en este estudio. - Foto: @CENIEH.

Mezcla genética

Los últimos estudios del genoma de individuos Homo sapiens, publicados el pasado 7 de abril, aclaran las relaciones entre estos y los neandertales, pero también plantean algunas preguntas nuevas. El estudiopublicado en Nature, se basa en un diente y restos óseos fragmentarios hallados en la cueva de cueva de Bacho Kiro, en Bulgaria; el otro estudio, publicado en Nature Ecology and Evolution, observa un cráneo casi completo recuperado en una cueva conocida como Zlatý kuň, en la República Checa.

Los tres individuos más antiguos de Bacho Kiro, que datan de entre 45.900 y 42.600 años, tenían todos antepasados ​​neandertales recientes, informa el equipo dirigido por la bióloga molecular Mateja Hajdinjak (izquierda) y el genetista evolutivo Svante Pääbo (derecha), ambos en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA), en Leipzig, Alemania. Los genomas de los no africanos modernos generalmente albergan alrededor del 2% de ascendencia neandertal, pero los individuos de Bacho Kiro tenían un poco más: 3,4-3,8%, y además los segmentos cromosómicos, que se acortan en generaciones sucesivas, eran considerablemente más largos.

Al medir estos segmentos cromosómicos, los investigadores estimaron que los individuos de Bacho Kiro tenían antepasados ​​neandertales de seis o siete generaciones, y probablemente de Europa, no en del Oriente Medio. “Vimos estos segmentos enormes. Era completamente asombroso”, dice Hajdinjak, quien ahora está en el Instituto Francis Crick, en Londres, y fue parte del equipo que identificó los mismos patrones en el genoma del hombre de Oase. "¿Cuáles son las posibilidades de encontrar de nuevo estos segmentos?".

Molar de 'Homo sapiens' hallado en la cueva de Bacho Kiro, Bulgaria. ROSEN SPASOV.

"Los resultados apuntan a que los primeros humanos modernos que llegaron a Eurasia se mezclaron habitualmente con los neandertales, incluso puede que hubieran sido absorbidos por las poblaciones neandertales residentes, aunque posteriomente llegaron grupos más grandes de humanos modernos y sustituyeron a los neandertales", explica Svante Pääbo, coordinador de la investigación genética.

De hecho, el último individuo hallado en la cueva de Bacho Kiro (de unos 35.000 años de antigüedad) pertenecía a un grupo genéticamente distinto al de los anteriores habitantes de la cueva, lo que demostraría que los primeros pasos de los humanos modernos en el continente europeo fueron tumultuosos y estuvieron sometidos a reemplazos de población.

Cráneo de un individuo femenino moderno hallado en la cueva de Zlatý kůň, República Checa. Crédito: Marek Jantač

El cráneo de Zlatý kun

"La ascendencia neandertal de la mujer de Zlatý kun se remonta, en cambio, bastante más atrás: de 70 a 80 generaciones, o quizás de 2.000 a 3.000 años", dice Johannes Krause, un paleogenetista del MPI-EVA que codirigió el estudio. Su equipo no pudo datar el cráneo con precisión debido a la contaminación del ADN. Pero sobre la base de su ascendencia neandertal (un 3%), Krause sospecha que tiene más de 45.000 años y está en el mismo estadio que los restos más antiguos de Bacho Kiro. "Tenemos, ahora, algunos de los genomas humanos más antiguos que existen", agrega Hajdinjak.

La longitud de segmentos de ADN neandertal presentes en el genoma de Zlatý kun es mayor que la detectada en el genoma del humano moderno más antiguo conocido hasta ahora en Eurasia, hallado en el yacimiento de Ust Ishim (Siberia) y que se estima que tiene unos 45.000 años. Esto sugiere que Zlatý kun podría pertenecer a unos de los primeros grupos de humanos que poblaron el centro de Europa.

"Resulta bastante intrigante que los primeros humanos modernos de Europa no tuvieran éxito. Al igual que el hombre de Ust Ishim y el cráneo europeo más antiguo de Oase 1, Zlaty kun no muestra ninguna continuidad genética con los humanos modernos que vivieron en Europa después de hace 40.000 años", afirma Krause.

Una posible explicación de la discontinuidad es la erupción volcánica de Ignimbrita de Campania (en la zona donde se ubica Nápoles) hace aproximadamente 39.000 años, la cual afectó fuertemente al clima del hemisferio norte y pudo haber reducido las posibilidades de supervivencia de los neandertales y de los primeros humanos modernos en amplias zonas de la Europa de la Edad del Hielo.

El sector del nicho 1 (izquierda) y el sector principal (derecha) durante las excavaciones de la cueva de Bacho Kiro, Bulgaria, en 2016. El área de cemento en primer plano fue excavada previamente en la década de 1970. Las nuevas excavaciones continuaron donde las dejaron.

Rastreando el linaje

Aunque los individuos más antiguos de Bacho Kiro y la mujer de Zlatý kun no están emparentados con europeos posteriores, antiguos o modernos, lo que significa que sus linajes debieron haber desaparecido del continente europeo, para su sorpresa, Hajdinjak y sus colegas descubrieron que la gente de Bacho Kiro sí compartía una conexión con los asiáticos orientales y los nativos americanos actuales. Hajdinjak sugiere que los restos de Bacho Kiro representan una población que vivió en Eurasia en un determinado momento, pero acabó desapareciendo de Europa para vivir solo en Asia.

"El hecho de que varios humanos de Bacho Kiro tuvieran antepasados neandertales muy recientes sugiere que ambos grupos hibridaban habitualmente en Europa", dice Marie Soressi (derecha) arqueóloga de la Universidad de Leiden, Países Bajos, la cual planea investigar la arqueología genética europea bajo esta lente.

Las herramientas de piedra y otros artefactos comunes al Paleolítico Superior Inicial, y distintos del neandertal típico, así como los juegos de herramientas de los humanos posteriores, podrían ser producto de intercambios culturales o incluso poblaciones mixtas, dice. "Realmente queremos comprender mejor lo que sucedió, cuál fue el proceso histórico y cuán pacíficos fueron esos encuentros".

Antes de este estudio, los primeros humanos modernos de la cueva rumana Pestera cu Oase eran los que contaban con el mayor grado de mestizaje entre el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis hasta la fecha. "Ahora vemos que no eran los únicos y que los avances realizados en los métodos de datación y en la investigación genética nos han permitido conocer la cronología y las dinámicas de los primeros humanos modernos hasta un nivel que, hace unos años, era inconcebible", afirma el geocronólogo Silviu Constantin (izquierda), geocronólogo delCenieh.

Este investigador ha datado indirectamente los ejemplares rumanos mediante el método de series de uranio-torio (U-Th), y ha dirigido la investigación geológica en Pestera cu Oase, empleada como material comparativo en este estudio. Por su parte, Oana Teodora Moldovan (derecha), investigadora asociada al Cenieh, ha sido la primera en reconocer el valor de los especímenes humanos híbridos de este yacimiento de Rumanía y en realizar las excavaciones iniciales.

Fuentes: nature.com | cenieh.es | diariodeburgos.es | eurekalert.org | naiz.euz | 7 de abril de 2021