¿Eran las momias la élite de la sociedad canaria? Sus dientes dicen que no

La fascinación que desde hace siglos han ejercido en toda Europa las momias canarias ha llevado a muchos arqueólogos a asimilarlas con las del antiguo Egipto, con el resultado de algunas distorsiones que se perpetúan, como la de asumir que también en las islas "la eternidad" estaba reservada para las élites, algo que un nuevo estudio dental rebate.

La revista "International Journal of Paleopathology" publica este mes una investigación sobre la dentición de 30 momias del Museo Canario, comparada con la de esqueletos aborígenes recuperados de otros yacimientos prehispánicos del mismo contexto geográfico y temporal (Gran Canaria, siglos V a XI).

El estudio de los ritos funerarios de los antiguos pobladores de Gran Canaria lleva tiempo revelando claves sobre cómo era la vida en los siglos previos a la Conquista de la isla por Castilla, al tiempo que viene apuntalando la hipótesis de "la momificación natural", la que sostiene que todos los cadáveres eran cuidadosamente preparados, pero que su conservación dependía del lugar donde los depositaran.

Las momias canarias que asombran por la prodigiosa conservación de piel y tejidos blandos que lucen 1.500 años después de haber fallecido fueron todas sepultadas en cuevas, cuyas condiciones ambientales propiciaron su desecación natural. En cambio, de los individuos que tiempo después (desde el s. VII) fueron enterrados en túmulos o cistas al aire libre no ha quedado más que el esqueleto.

Foto: Momia de un aborigen canario envuelta en una piel de ciervo.

La conservadora del Museo Canario, Teresa Delgado, y los arqueólogos Verónica Alberto (Tibicena Arqueología y Patrimonio) y Javier Velasco (Cabildo de Gran Canaria) se plantean en este trabajo si en una sociedad tan jerarquizada y condicionada por la escasez de recursos como fue aquella había diferencias en el último adiós. O dicho de otra forma: ¿Son las momias la élite aborigen?

La tesis de la "élite momificada" se asienta, entre otros indicios, en que algunos cadáveres presentan mortajas formadas por varias capas de pieles, que llaman la atención frente a otras confeccionadas con materiales vegetales. Y es cierto que la calidad de la mortaja puede denotar cierta posición social del difunto, pero, en realidad, también hay momias con sudarios más humildes.

Así que los autores de este trabajo se acercan a esta cuestión con un enfoque hasta ahora no explorado: el análisis de la dentición de los restos humanos prehispánicos de Gran Canaria o, para ser más exactos, el estudio de las enfermedades dentales que sufrían esos individuos, que aporta muchas pistas sobre cuál era su dieta.

¿Por qué? Porque en una isla condicionada por la escasez de alimentos es de esperar que la clase dominante tuviera una dieta más rica en proteínas animales y variada que la del pueblo, cuya base eran los cereales, con poca aportación de carne y casi ningún aprovechamiento de los recursos del mar hasta tiempos muy próximos a la llegada de los primeros europeos, en el caso de Gran Canaria.

Foto: Momia denominada "El Jacinto".

Este estudio evidencia que la mayoría de las momias estudiadas presentan caries y sarro, lo que sugiere una dieta con gran aporte de hidratos de carbono, como la basada en los cereales; una deducción que refuerza el desgaste dental que se observa en casi todas, producto de la abrasión de los restos minerales que se mezclaban con las harinas al moler el cereal frotando piedras.

También muestra que las tasas de incidencia de la caries, el sarro, la enfermedad periodontal y el desgaste dental de las momias son casi idénticas a las de los individuos de los que solo queda el esqueleto. En esos dientes, no se aprecia un diferente acceso a las proteínas animales; su dieta era sustancialmente la misma.

"Los restos momificados no se corresponden con un ritual funerario diferente, sino con una conservación natural fruto de las condiciones ambientales de las cuevas donde fueron depositados. Esos espacios de enterramiento facilitaban una desecación natural que conduce a los diferentes grados de preservación de los tejidos blandos y, en particular, de las mortajas", defienden los autores.

Y recuerdan que el mismo grado de conservación se ha observado en varias cuevas de la isla con otros restos orgánicos de tiempos prehispánicos no sometidos a ningún tipo de preparación ritual, que van desde cereales o fibras vegetales, hasta insectos, como algunos gorgojos que se quedaron literalmente "momificados" hace siglos en las cuevas-granero junto a semillas de trigo o cebada.

En la sociedad aborigen, concluyen, cada persona tenía su estatus, que podía manifestarse al morir en forma de una tumba especialmente llamativa o situada en un lugar preeminente, pero no en un acceso más o menos exclusivo a algún tipo de rito que preservara el cuerpo para los siglos venideros. De ello se encargó la naturaleza.

Fuente: cope.es | 20 de julio de 2021

Hallados restos humanos de la Edad del Bronce en Huerta del Marquesado (Cuenca)

Las excavaciones preliminares se centraron en un metro cuadrado. Fotos: Santiago David Domínguez.

La gran cantidad de material encontrado en una primera prospección arqueológica en la entrada de la Cueva de la Mora, en la localidad serrana de Huerta del Marquesado (Cuenca), ya les hizo sospechar que se encontraban ante un yacimiento singular y muy especial.

Y la excavación de tan solo un metro cuadrado en el interior de esta cavidad de 14 metros de profundidad, 4 de altura y una anchura de entre 0,50 y 1,5 m., corroboró sus mejores previsiones.

Los arqueólogos conquenses Santiago David Domínguez Solera y Miguel Osma Soria encontraban restos humanos de la Edad del Bronce, que, en su opinión, son solo el principio de todo lo que puede ofrecer este yacimiento.

Y es que tienen puestas en él muchas expectativas, pues consideran que, a tenor de lo encontrado en la entrada, puede arrojar luz sobre gran parte de la Prehistoria de La Serranía conquense, desde el Paleolítico hasta la Edad del Bronce, nada más y nada menos que 150.000 años.

“UNA AUTÉNTICA JOYA”

Domínguez lo tiene claro, “se trata de una auténtica joya”. Y es que, tal y como subraya, “sabemos que, sin haber llegado todavía al fondo de la estratigrafía en el interior de la cueva, nos vamos a encontrar con restos del Paleolítico Medio –al menos desde los neandertales– Paleolítico Superior (Homo sapiens), Neolítico, Calcolítico y Edad del Bronce, a tenor de los hallazgos en la entrada de la cavidad, que son testimonios-termómetro de lo que hay dentro”.

De hecho, los resultados no se han hecho esperar y, a pesar de haber excavado tan solo un metro cuadrado y dos suelos de ocupación, ya han encontrado una decena de restos humanos de la Edad del Bronce, desde falanges de manos y pies hasta fragmentos de cráneo, brazo, costillas, etc. Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta, según Domínguez, que en esta época los enterramientos en cuevas era muy comunes, tal y como se ha constatado en otras cuevas similares de la provincia, como la Cueva de los Riscos de la Escaleruela, en Valdecabras, o la Sima del Cerro de Cabeza de la Fuente, en Boniches. Práctica ésta que responde a la incipiente territorialización de los humanos que optan por vivir en castros o poblados fortificados.

Además, dentro de estas mismas excavaciones auspiciadas por el Ayuntaniento de Huerta del Marquesado y desarrolladas en el mes de abril, también comenzaron a sondear los siguientes suelos, que no son otros que los correspondientes al Neolítico y el Calcolítico, cuando las cuevas ya eran habitadas por el hombre; eso sí, de manera esporádica, porque en el Neolítico los humanos en La Alcarria y La Serranía siguen siendo nómadas y seminómadas; es decir, forrajeadores (cazadores recolectores) y agricultores incipientes.

Ambos arqueólogos creen que los siguientes trabajos en la cavidad van a tener, igualmente, buenos resultados, entre otros motivos, por las peculiares características geológicas de la cueva. Y es que, tal y como recalca Domínguez, al no haber elementos de erosión en el interior, el suelo se ha ido formando a lo largo de los años y los distintos testimonios de ocupación, ya sea humana como de animales, permanecen allí, prácticamente intactos. No es de extrañar, por lo tanto, las grandes expectativas generadas por este yacimiento entre los dos arqueólogos, que llegan a asegurar que han encontrado lo que venían buscando, al menos, desde hace una década.

Entre tanto, Domínguez y Osma llaman la atención sobre la gran cantidad de material hallado en estas excavaciones, a pesar del poco tiempo empleado en ellas, al haber dedicado el grueso de los trabajos a excavar en el castro del Cerrillo del Moro, también en Huerta del Marquesado.

Y es que, además de los mencionados restos humanos, también se han localizado desde elementos de industria lítica correspondientes al Musteriense hasta microlitos típicos del Neolítico y el Calcolítico, pasando por fragmentos cerámicos, tanto del Neolítico como de la Edad del Bronce. Mucho material al que hay que sumar los restos de animales encontrados, como rapaces, pequeños y grandes carroñeros, etc., que permiten a los investigadores obtener pistas sobre cómo era el ecosistema. Así, en este sentido, Domínguez pone de ejemplo los restos de animales que fueron introducidos en la cueva por rapaces, zorros o mustélidos (garduñas, ginetas, hurones, etc.) en el Neolítico y en la Edad del Bronce, cuando los humanos no ocupaban ya las cuevas.

En definitiva, para el arqueólogo de Heroica Arqueología y Patrimonio Cultural, “son necesarias más excavaciones, lo único que hemos hecho hasta ahora es rascar la epidermis de una joya, y solamente con esto ya hemos tenido resultados y hemos visto su gran potencialidad”. Por eso cree que no es descabellado imaginar “lo mucho que lograremos cuando hagamos más de un metro por metro de excavación. Aún tiene mucho que ofrecer y arrojar mucha luz sobre un periodo muy amplio de la Prehistoria de La Serranía, del que tan poca información hay en la actualidad".

De ahí que sea lógica la satisfacción y el entusiasmo despertados al haber encontrado un yacimiento con tal potencialidad y que, a buen seguro, dará mucho que hablar.

La relevancia arqueológica y paleontológica de la Cueva de la Mora es más que patente, de ahí que se haya optado por colocar un cerramiento provisional con el fin de intentar preservar este importante yacimiento del paso de personas y animales. Paralelamente, el Ayuntamiento de Huerta del Marquesado está realizando las gestiones oportunas en busca de fondos para financiar el cerramiento permanente de esta cueva, consciente de que merece la pena su preservación y conservación.

En este sentido, el arqueólogo y codirector de las primeras excavaciones, Miguel Osma, hace hincapié en que “la Cueva de la Mora es todo un bien arqueológico con gran potencialidad, por lo que considera fundamental protegerlo con un cerramiento ligero, que cumpla con las normas paisajísticas y que, a su vez, la gente pueda subir y ver la cueva”.

La intención municipal pasa por hacer efectivo este cerramiento lo antes posible.Y es que, según subraya el primer edil, Andrés Marco, la gran riqueza arqueológica del municipio es sin duda un atractivo que hay que potenciar y en esa línea asegura que se está trabajando.

Fuente: lasnoticiasdecuenca.es | 23 de junio de 2021

Espectacular hallazgo de una galera de tiempos de los Ptolomeos en la bahía de Abukir, cerca de Alejandría

Un buzo, entre los restos del casco de la galera ptolemaica hallada en la ciudad sumergida de Thonis-Heracleion, a 30 kilómetros al nordeste de Alejandría. CHRISTOPHGERIGK©FRANCKGODDIO / HILTI FOUNDATION.

La noticia de que los buceadores de Frank Goddio y su Instituto Europeo para la Arqueología Submarina (IEASM, en sus siglas en inglés) han hallado una excepcional galera de tiempos de la dinastía ptolomaica en la bahía de Abukir, en el Mediterráneo, a 30 kilómetros al nordeste de Alejandría, es de las que hacen soñar.

Las palabras galera y Ptolomeos (323 a. C. a 30 a. C.) conjuran imágenes históricas fenomenales: los barcos de Ptolomeo I y II cruzando el Mediterráneo con los libros tomados en préstamo definitivo para nutrir la Biblioteca de Alejandría; los que ardieron en el puerto de la ciudad durante las guerras alejandrinas de César, los de Cleopatra tomando las de Villadiego tras la estela de la reina para desespero de Marco Antonio (que “cual pato encelado”, Shakespeare dixit, “vuela tras ella en el ardor del combate”) en la batalla de Accio

Uno de los 70 barcos hallados en Thonis-Heracleion. IEASM/HILTI FOUNDATION

La galera, descubierta durante los trabajos de la campaña de este 2021 y de la que se dio cuenta en un comunicado hecho público el lunes por el Ministerio de Antigüedades egipcio, además tiene una historia digna de una película de aventuras, según ha explicado el IEASM. Se hundió en el siglo II a. C. en la ciudad de Thonis-Heracleion, donde estaba amarrada en un muelle, al ser alcanzada por grandes bloques del famoso templo de Amón de la localidad durante un terremoto. El navío se encontraba en el canal que discurría en la cara sur del santuario cuando ocurrió el desastre. Hace dos años la misión localizó 70 embarcaciones en el puerto de Thonis-Heracleion, la mayor “tumba de barcos” localizada jamás.

Los bloques de piedra que la hundieron protegieron sin embargo los restos de la galera al dejarlos clavados en el fondo de dicho canal, que se llenó con los escombros del templo. El barco, han explicado los arqueólogos submarinos, yace bajo cinco metros de arcilla dura mezclada con los restos del santuario y solo pudo ser detectado mediante el uso de un aparato de rastreo de fondos de última generación.

El primero de los navíos hallados en Marsala y su carga se exponen en el Museo Arqueológico Regional Lilibeo de Marsala, en Sicilia. FOTO: Carlo Morucchio / AGE Fotostock.

“El hallazgo de galeras rápidas de esta época es extremadamente raro”, subraya Goddio (izquierda) en una nota del IEASM. “El único otro ejemplo es el barco cartaginés de Marsala, del 235 a. C. Antes de ese descubrimiento, los barcos helenísticos de ese tipo eran completamente desconocidos para los arqueólogos”. Goddio continúa: “Nuestro estudio preliminar muestra que el casco de la galera que hemos hallado fue construido en la tradición clásica con juntas de mortaja y espiga (característica unión de tablas del casco) y una estructura interna muy bien acabada. Sin embargo, la galera también presenta características de la antigua construcción naval egipcia y nos permite hablar de una técnica mixta de construcción. Era un barco de remo que estaba provisto además de una gran vela, como prueba una base de mástil de considerables dimensiones”.

Según Goddio, este “long boat” era de fondo plano y tenía una quilla plana, lo que resultaba ventajoso para navegar por el Nilo y su delta. Los arqueólogos apuntan que algunas características de la construcción naval egipcia junto con la evidencia de que se reutilizó madera en el barco indican que fue construido en Egipto. Con una longitud de más de 25 metros, tenía una proporción largo-ancho de 6 a 1.

Un miembro del equipo, con una estatua hallada en Thonis-Heraclion FRANCK GODDIO / HILTI FOUNDATION.

La galera es uno de los descubrimientos más interesantes de la campaña 2021 del IEASM en la costa egipcia, que trabaja en cooperación con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto con el apoyo de la fundación Hilti. En otro lugar de la ciudad, un túmulo cerca del canal de entrada al nordeste ha revelado restos de una gran área funeraria griega con suntuosas ofrendas. Según los arqueólogos, data de muy al principio del siglo IV a.C. Para los investigadores, el hallazgo ilustra la presencia de mercaderes griegos y mercenarios que vivieron en Thonis-Heracleion, ciudad que controlaba el acceso a Egipto en la boca de la rama canópica del Nilo.

Restos de ofrendas griegas entre las ruinas de los santuarios abocados bajo el mar en Thonis-Heracleion. IEASM/HILTI FOUNDATION

A los griegos se les autorizaba a asentarse en la ciudad durante el último período faraónico. Allí construyeron sus propios santuarios cerca del gran templo de Amón. Esas construcciones también quedaron destruidas durante el cataclismo y sus restos han sido hallados mezclados con los del templo del dios egipcio. Importantes restos de ese edificio sagrado resbalaron en el profundo canal durante un deslizamiento de tierra provocado por un evento de licuefacción, cuando el terreno pasó de estado sólido a líquido. Esos restos han sido hallados en muy buenas condiciones, casi originales. Dan testimonio de la riqueza de los santuarios de Thonis-Heracleion, ahora sumergida bajo el mar a siete kilómetros de la actual costa de Egipto.

La ciudad fue durante centurias el mayor puerto de los faraones en el Mediterráneo antes de que Alejandro Magno fundara Alejandría en el 331 a. C. Numerosos terremotos, seguidos de maremotos que desataron fenómenos de licuefacción causaron que una porción de 110 kilómetros cuadrados del delta del Nilo colapsara bajo el mar, arrastrando las ciudades de Thonis-Heracleion y Canopus. Las dos urbes fueron redescubiertas por Goddio y los suyos en 2000 y 1999 respectivamente.

Escultura de Osiris descubierta por una expedición de Goddio. HILTI FOUNDATION.

Ciudades unidas por Osiris

“Cada nueva campaña nos suscita una gran cantidad de preguntas”, confiesa Goddio. Las dos ciudades que su equipo ha logrado resucitar se hallaban vinculadas por el culto a Osiris, hijo de la Tierra y el Cielo, que -según la mitología egipcia- fue arrojado primero al Nilo y luego despedazado en 14 trozos por su hermano Set. Isis, hermana y esposa de Osiris, fue recuperando los fragmentos esparcidos por todo Egipto. Jamás halló el falo. Por la magia de su verbo, la viuda resucitó a Osiris el tiempo suficiente para concebir a Horus, quien acabaría derrotando al asesino de su padre.

“Existía un vínculo místico entre las dos ciudades relacionado con Osiris. Estamos, en definitiva, en la tierra de Osiris”, comenta Goddio. Las dos ciudades albergaron entre sus muros notables santuarios dedicados a Osiris por los que transitaban peregrinos en busca de curas milagrosas. “Sabemos desde el descubrimiento de la estela del Decreto Canópico en 1881 que las celebraciones de los misterios de Osiris se llevaban a cabo en el templo de Amón-Gereb en la ciudad de Heraclión. También se menciona una procesión náutica de la deidad desde ese templo hasta su santuario en Canopus”, subraya el arqueólogo francés.

Foto: recreación artística de la ciudad perdida de Thonis-Herecleion.

“Uno de los principales hallazgos es el jardín del templo de Amón-Gereb, donde el sacerdote de Osiris fabricó una estatuilla del dios hecha de sedimentos del canal sagrado mezclados con semillas de cebada”, detalla Goddio. Decenas de miles de objetos recuperados al mar nutren su base de datos y alimentan la investigación. “Tanto Thonis-Heraclión como Canopus serán excavadas durante muchos años. Son lugares extremadamente importantes para la Historia egipcia y su estado de conservación puede aportar datos relevantes. Mi equipo solo está allanando el camino a futuros arqueólogos marinos”, pronostica.

Fuentes: elpais.com |elindependiente.com | 20 de julio de 2021

¿Se ha encontrado la tumba de Olimpia, la madre de Alejandro Magno? Los expertos se muestran escépticos

Esta estatua en Skopje, Macedonia del Norte, muestra a Alejandro Magno cuando era un bebé en manos de su madre Olimpia. (Crédito de la imagen: Shutterstock)

Un investigador afirma haber identificado la tumba perdida de Olimpia de Epiro, la madre de Alejandro Magno. Pero otros eruditos se muestran escépticos de que realmente dicha tumba sea su entierro.

Los arqueólogos descubrieron la tumba por primera vez en 1850, en Korinos, no lejos del sitio arqueológico griego de Pidna, y ha sido estudiada en ocasiones desde entonces. Recientemente, Athanasios Bintas (izquierda), profesor emérito de estudios griegos en la Universidad de Niš, en Serbia, examinó la tumba y ahora dice que se usó para enterrar a Olimpia de Epiro.

Realizada en piedra, la tumba tiene 22 metros de largo y contiene tres cámaras. El diseño de la misma ha llevado a los arqueólogos a datarla entre finales del siglo IV y principios del III a.C. Como la tumba fue saqueada en la antigüedad, no se han encontrado cuerpos ni ajuares en su interior.

Alejandro el Grande conquistó un vasto imperio que se extendía desde Macedonia hasta Afganistán. Después de su muerte en el 323 a. C., su imperio se vino abajo mientras sus generales y oficiales se peleaban por controlarlo. En medio de este caos, la madre de Alejandro, Olimpia, estaba en Macedonia tratando de proteger a Alejandro IV (el joven hijo de Alejandro el Grande) y a la madre del niño, Roxana, una de las esposas de Alejandro. Casandro, hijo del general macedonio Antípatro -uno de los generales de Alejandro Magno- intentó hacerse con el poder en Macedonia y matar o secuestrar al hijo y a la esposa de Alejandro, según los registros históricos antiguos.

Este boceto del siglo XIX, del arquitecto Honore Daumet, muestra la entrada a la tumba de la madre de Alejandro Magno, Olimpia, en el momento de su entierro. (Crédito de la imagen: Boceto de Honore Daumet).

Las fuerzas leales a Olimpia intentaron derrotar a Casandro, pero se vieron obligadas a rendirse después de que se quedaron sin comida durante un asedio llevado a cabo en Pidna en el año 316 a. C. Poco después de esa rendición, Casandro hizo matar a Olimpia, para posteriormente, en el 309 a. C., ordenar la muerte de Alejandro IV y Roxana.

Aunque las fuentes históricas dicen que Casandro no permitió que Olimpia tuviera un entierro adecuado, Bintas defiende su afirmación de que sus restos fueron enterrados en esta elaborada tumba de piedra. "Una reina muerta ya no era peligrosa para Casandro", declaró Bintas a WordsSideKick.com. La tumba era probablemente una estructura más modesta en el momento de su construcción, pero en 288 a. C., cuando Pirro, sobrino de Olimpia, se convirtió en rey de Macedonia, amplió la tumba.

Foto: plano de la tumba de Korinos

El gran tamaño de esta tumba, su antigüedad y su proximidad a Pidna (donde Olimpia fue derrotada) apoyan la afirmación de que fuera su tumba, dice Bintas. Las inscripciones encontradas no lejos de la misma contienen líneas que parecen mencionar la tumba de Olimpia, lo que sugiere que probablemente estaba cerca, subraya Bintas. Las inscripciones fueron descritas por el erudito Charles Edson en 1949 en la revista Hesperia y ahora están perdidas. Por lo demás, Bintas aún no ha publicado todavía sus argumentos en una revista académica.

Foto: Estructura de las tres cámaras de la tumba de Korinos.

Foto: Corredor que conduce a las tres cámaras de la tumba de Korinos.

Los eruditos reaccionan

Cinco académicos no relacionados con la investigación de Bintas se mostraron escépticos sobre sus afirmaciones y solicitaron, en cualquier caso, más información sobre la investigación al respecto antes de presentar una opinión.

"Es demasiado pronto para decir que esta es la tumba de Olimpia, especialmente sobre la base de tan pocas evidencias específicas", dijo Elizabeth Carney (izquierda), profesora de humanidades en la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, quien ha realizado una extensa investigación sobre Olimpia.

Ian Worthington (derecha), profesor de historia antigua en la Universidad Macquarie, en Sydney, Australia, expresó sus dudas de que esta fuera la tumba de Olimpia. Las fuentes antiguas, señaló Worthington, tenían claro que Casandro no permitió a Olimpia un entierro adecuado; y, dado que Casandro temía posibles rebeliones en su contra, habría bloqueado la construcción de una tumba de ese tipo, pues podía ser usada para reunirse sus oponentes. Cuando Casandro murió en 297 a. C., habían pasado casi 20 años desde la muerte de Olimpia, y Worthington duda de que alguien se hubiera tomado la molestia de construir una tumba tan elaborada en ese momento.

Además, Worthington señala que el hecho de que la tumba sea grande no significa que quien fuera enterrado en ella fuese noble. De hecho, dijo, cualquier persona con la riqueza suficiente podría tener una tumba grande para construirla. "Podrías ser rico pero no necesariamente noble. Otro problema es que Olimpia era originaria de Epiro, en el noroeste de Grecia. Si alguien hubiera querido darle un entierro adecuado, Worthington piensa que es más probable que la hubieran llevado a Epiro en lugar de enterrarla cerca de donde la mataron.

Foto: Vista panorámica de la tumba de Korinos en Macedonia oriental

Otro estudioso, Robin Lane Fox (izquierda), miembro emérito de la Universidad de Oxford, tiene aún más dudas. "No hay nuevas evidencias aquí", dice Fox. "La tumba es bien conocida y fue excavada en la década de 1850 y ha sido varias veces estudiada desde entonces, con un reciente intento de reconstruirla digitalmente". Y señala también que Olimpia podría no haber recibido ningún entierro adecuado en este lugar.

"Nadie en el 'Ephorate of Antiquities' [la organización gubernamental a cargo de la arqueología] cree en esta teoría sobre Olimpia", añade Fox. "Esta conjetura de Bintas no es en absoluto convincente".

Una partidaria de la afirmación de Bintas, Liana Souvaltzi (derecha), encontró una tumba en la década de 1990 en el oasis de Siwa, en Egipto, y ella cree que es la de Alejandro Magno. Su afirmación obtuvo poco apoyo en su día entre los expertos. En declaraciones publicadas en el sitio web Greek City Times, Souvaltzi comentó sobre la afirmación de Bintas: "Me impresiona el tamaño de esa tumba, por lo que se entiende que debe haber pertenecido a una gran persona", y agregó que "es una versión en miniatura de la tumba que encontré en el oasis de Siwa".

Fuentes: livescience.com | greekcitytimes.com | korinosnewsblogspot.com | 21 de julio de 2021

El hallazgo en Asturias de unos restos óseos, y otros objetos, desvela ritos funerarios de la Edad del Hierro casi desconocidos hasta ahora

Foto: Una de las piezas de bronce hallada en el interior de la sima de La Cerrosa-Lagaña, en Suarías, Asturias. / E. C.

Un equipo de investigación, dirigido por los arqueólogos Susana de Luis Mariño y Alfonso Fanjul Peraza, ha excavado el pasado año restos humanos de cuatro individuos -de los que se cuenta con dataciones de tres de ellos- y otros restos de cultura material pertenecientes a la Edad del Hierro en la sima de La Cerrosa-Lagaña, una cueva situada en el pueblo de Suarías, perteneciente al concejo asturiano de Peñamellera Baja.

Del individuo 1 se conserva una calota y fragmentos del maxilar superior, así como la rama izquierda del maxilar inferior, que conserva el cóndilo mandibular, y fragmentos de una vértebra cervical. Se estima que los restos pertenecen a un sujeto que probablemente era femenino, de unos 20-25 años de edad en el momento de su fallecimiento. Su datación por C-14 ha otorgado una fecha de la Primera Edad del Hierro (siglo VI- V a.C.).

Foto: Restos de dos cráneos humanos entre los bloques de piedra de la cavidad.

El individuo 2 es un sujeto de entre unos 25-35 años de edad al que pertenecen varios fragmentos de calota, maxilar superior y dientes sueltos, que ha sido datado entre los siglos VII y V a.C.
El individuo 3 es un sujeto infantil, de entre 12-14 años, el cual todavía no ha sido datado.
El individuo 4 se trataría de un adulto al que pertenecen, al menos, un fragmento de diáfisis de hueso largo de las extremidades inferiores (fémur) y cuya datación ha otorgado una cronología de entre el siglo III a.C. y el I d.C. Este último individuo es el único que coincide con la cronología de los objetos metálicos hallados.
En cuanto a la panoplia de objetos encontrados junto a los restos óseos se hallan cuatro puntas de lanzas de hierro, una vaina de bronce de un puñal, un cuchillo, una navaja, placas y fíbulas de cinturón, camas de freno de caballo, así como un conjunto de restos cerámicos y de restos óseos de diversos animales (vacas, cabras, suidos y caballos) que se relacionan con sacrificios en banquetes funerarios.
Puntas de lanza localizadas en la sima de La Cerrosa-Lagaña A) 08413 B) LC/2020/10 C)
LC/2020/23 D) LC/2020/28 y regatones E) LC/2020/3 F) LC/2020/4 (Dibujos: M. L. Serna) Fotografías:
A: Á. Villa. Museo Arqueológico de Asturias. B, C, D, E, F: A. Sánchez Pozo)
“Los dos cráneos de mujer pertenecen al siglo VII-V a.C., y luego hay un hueso largo de un hombre adulto con el que damos un salto hasta la Segunda Edad del Hierro, entre el siglo II a.C. y el cambio de era, época en la que se produjeron las Guerras Cántabras, explica la arqueóloga Susana de Luis (izquierda). "Este hueso largo se ha asociado a la figura de un guerrero que participó en este conflicto, ya que junto a él ha aparecido una panoplia guerrera, que De Luis califica como un conjunto muy completo. La fabricación es de la zona, pero no se puede determinar si pertenece a un romano o a un indígena, puesto que las armas se adquirían todas en este terreno”. También incide que los restos sean de siglos distintos, ya que “la elección de depositar el cuerpo del guerrero en esta cueva parece condicionada por el hecho de que hubiera restos humanos previos”.

El hallazgo podría significar un avance importante en el conocimiento de los ritos funerarios de la Edad del Hierro en nuestro país. "Existen muy pocos restos humanos de la Edad del Hierro en todo el Cantábrico", explica Susana de Luis, directora de esta investigación y conservadora del Museo Arqueológico Nacional. "Hasta ahora tenemos escasa información de qué hacían los cántabros con los muertos porque, así como en el resto de la Península conocemos las necrópolis de incineración, en el área atlántica no contamos con ellas", añade.

Vainas de puñal de filos curvos. A) Fotografía y dibujo del localizado en la sima de La Cerrosa-La-gaña (fotografías: A. Sánchez Pozo. Dibujo: M. L. Serna) Otros ejemplos similares son: B) LC/2020/16 clavo-pasador C) Procedente de Eras del Bosque (Palencia) y conservado en la Hispanic Society (fotografías y dibujo cedidas por la Hispanic Society of America) D) De procedencia desconocida y conservado en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum (Mainz) (Fotografía: V. Iserhardt

Según la arqueóloga, encontrar restos humanos sin incinerar como estos "evidencia unas prácticas rituales casi desconocidas hoy en día", además de que "el análisis de los huesos nos permitirá obtener una información muy valiosa para saber de dónde procedían o cuál era su dieta".

Las armas y armaduras coinciden con el tipo de piezas que se suelen encontrar en las necrópolis de la Meseta, "motivo por el cual nos planteamos que puede tratarse de un enterramiento de un miembro importante de la sociedad, aunque no descartamos el caso del asesinato de un enemigo y ocultación del cuerpo o el de un sacrificio humano", argumenta.

Placas caladas en bronce. A) Localizadas en la sima de La Cerrosa- Lagaña A1: LC/2020/2 A2: LC/2020/22 A3: LC/2020/29 A4: LC/2020/11 A5: LC/2020/34 A6: LC/2020/38 A7: LC/2020/8 (Fotogra-fía: A. Sánchez Pozo. Dibujos: M. L. Serna). Otros ejemplos similares: B) Procedentes de los campamentos de Numancia y conser-vados en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum (Maguncia, Alemania) C) Procedente del castro de Las Rabas (Cervatos, Cantabria) (Dibujo: R. Bolado)

Historia del hallazgo y del territorio

Susana de Luis es especialista en el uso de las cuevas en la Edad del Hierro en este territorio. Por eso el arqueólogo Alfonso Fanjul y el especialista en dibujo arqueológico, Mariano Luis Serna, contactaron con ella cuando descubrieron el yacimiento practicando espeleología en 2016.

Foto: Mariano Luis Serna, en el Museo Arqueológico de Asturias, muestra una punta de lanza encontrada en la cueva de Suarías, en Peñamellera Baja (Asturias). A su lado, Alfonso Fanjul.

"El yacimiento está en una de las fincas de mi familia política", explica Mariano Luis Serna, quien hizo el descubrimiento. "Siempre he escuchado leyendas sobre la cueva, y a los niños se les asustaba diciéndoles que salían voces y los mayores creían que ahí vivían ánimas. Llevo muchos años dedicándome a la espeleología. Me decidí a bajar y vi un gran depósito de huesos con aspecto antiguo. Encontré trozos de vasijas y me di cuenta que eran de la Edad del Hierro". Tras el hallazgo, Mariano Luis Serna, Alfonso Fanjul y Susana de Luis pidieron los pertinentes permisos y presentaron el proyecto para poder hacer la intervención arqueológica en la cueva conocida como La Cerrosa-Lagaña.

Tal como relata Luis Serna: "La distribución de los pueblos prerromanos no tiene que ver con las regiones actuales. Asturia [en singular] era casi todo León y parte de Zamora, y la Cantabria antigua llegaba desde el río Sella hasta por lo menos hasta el río Agüera, y por el sur, la montaña leonesa, la palentina y gran parte de la montaña de Burgos". Es decir que el actual territorio asturiano del Concejo de Peñamellera Baja era parte de Cantabria y, según los geógrafos grecolatinos, el pueblo que vivía en la zona en la Edad del Hierro eran los Orgenomescos.

Fíbulas omega A) Localizada en la sima de La Cerrosa-Lagaña (fotografía: A. Sánchez Pozo. Dibujo: M. L. Serna). Otros ejemplos: B) Procedente de la colección Soto Cortés y conservada en el Museo Arqueológico de Asturias (fotografía: A Villa Valdés) C) Procedente del campamento de Cuaña Carraceo (Asturias) (Martín y Camino, 2018: Fig 12) D) Procedente de La Campa Torres (Gijón, Asturias) (Archivo fotográ-fico. Museos Arqueológicos de Gijón. FMCE y UP del Ayuntamiento de Gijón/Xixón. Fotografía de M. Herrero).

Serna explica que la principal fuente de información sobre estos pueblos es el geógrafo e historiador griego/romano llamado Estrabón (63 a. C.- 23 d. C.). "Cuenta que los pueblos del norte tienen una forma de vida más ruda que los de la Meseta. Con una economía menos desarrollada, más de subsistencia, sin generar excedentes y poco cerealistas. La ganadería sería su labor principal. También dejó escrito que no tenían tanto desarrollo urbanístico como otros pueblos".

Navaja A) Pieza LC/2020/7 localizada en La Cerrosa-Lagaña (M. L. Serna). Otro ejemplo: B) Navaja localizada en el oppidum de Monte Bernorio (Palencia) (Fotografía: IMBEAC.

Uso ritual

Respecto a sus costumbres y rituales Estrabón escribió que "adoraban a un Dios de la guerra, que celebraban las fiestas del plenilunio haciendo danzas y bebiendo, y que hacían sacrificios para ofrecérselo al Dios", en palabras de Luis Serna. Estrabón también dejó documentado que los pueblos del norte sacaban a los enfermos a los caminos, a las encrucijadas, y que "hacían un rito postparto que él llamaba la covada: consistía en que cuando una cántabra daba a luz, inmediatamente después se incorpora a sus tarea, y el hombre ocupaba su lugar en el lecho con el recién nacido para que, de alguna manera simbólica, el padre reconozca a la criatura". Hablaban las lenguas célticas y tenían mucha conexión y comercio con los pueblos de Gran Bretaña.

"Estamos viendo que el empleo que se le da en esta época a las cuevas del Cantábrico es, fundamentalmente, de uso ritual. Por ejemplo, la cueva de Cofresnedo, en Matienzo (Cantabria), tiene elementos similares a la nuestra", dice Susana de Luis. "Ambas cuevas son comparables porque los depósitos de armas, adornos y otros elementos de prestigio de la Segunda Edad del Hierro se vinculan a restos humanos de épocas anteriores". Esto hace deducir a la arqueóloga que "las gentes del cambio de Era, en el contexto de las Guerras Cántabras, por tanto en un momento social complejo, pudieron realizar rituales, ofrendas y ceremonias en el lugar en el que ya lo hacían sus antepasados". Las cuevas por tanto, eran consideradas lugares sagrados.

Cuchillo: A) Localizado en La Cerrosa- Lagaña (Dibujo: M. L. Serna). Otros ejemplos: B) Procedentes de Numancia y conservados en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum (Maguncia, Alemania).

Entre el 26 a.C. y el 16 a.C. se produjo la conquista romana de Cantabria. "La arqueología nos está contando mucho sobre esta guerra. Fueron una serie de campañas en las que intervienen muchos militares y el Imperio Romano tuvo que hacer grandes esfuerzos para acabar de conquistar la Península", afirma Serna, que además indica que la guerra fue muy cruenta y que los romanos fueron expugnando castro por castro, los poblados fortificados cántabros y asturianos.

"En el yacimiento de Suarías hemos hecho lo que se llama un sondeo, una pequeña excavación. Hemos documentado el sitio y todo lo encontrado. La cueva es estrecha y peligrosa porque tiene bastante inclinación, con un desnivel de unos cuarenta metros, así que es aparatosa para moverse y por eso fuimos un equipo reducido", cuenta Susana de Luis. "Este yacimiento nos ofrece la posibilidad de buscar cerca del mismo y encontrar un poblado. Se conocen muy pocos castros. Puede que por el cementerio, que podría ser una cueva sagrada, podamos dar con dónde vivían estas gentes", afirma Mariano Luis Serna.

Fuentes: eldiario.es | lne.es | celtica.es | 21 de julio de 2021

PDF: Susana de Luis Mariño, Mariano Luis Serna Gancedo, Alfonso Fanjul Peraza: "La panoplia de finales de la IIª Edad del Hierro de la sima de La Cerrosa-Lagaña (Suarías, Peñamellera Baja, Asturias). ¿Un conjunto asociado a las Guerras Cántabras?" (Revista: Complutum. Vol: 32 Nº 1)

Esta fue la última comida del "Hombre de Tollund"

El "Hombre de Tollund" fue ahorcado con una soga de cuero y arrojado a un pantano danés hace unos 2.400 años. FOTOGRAFÍA DE ROBERT CLARK, NAT GEO IMAGE COLLECTION

Los cuerpos de los pantanos pertenecen a unas de las víctimas de asesinato más enigmáticas de la historia: sus cadáveres, preservados en las turberas del norte de Europa y Gran Bretaña, pueden retener expresiones faciales detalladas y revelan los métodos mediante los que los mataron hace unos 2000 años.

El "Hombre de Tollund" es posiblemente la víctima más famosa. Descubierto en 1950 por cortadores de turba en la región norcentral de Dinamarca, el hombre de la Edad del Hierro con una gorra de lana todavía llevaba alrededor del cuello la soga que utilizaron para estrangularlo en torno al 350 a.C.

El "Hombre de Tollund" (Dinamarca) probablemente ofrecido como un sacrificio. Foto: Robert Clark

Pero aunque los métodos empleados para matar a las víctimas de los pantanos —normalmente contusiones, degollamientos o asfixia— resultan evidentes para los arqueólogos, los sucesos que condujeron a sus muertes son un misterio: ¿fueron asesinatos aleatorios o matanzas ceremoniales? Y si estos fueron sacrificios rituales, ¿cómo elegían a las víctimas? Y ¿se les daba una última comida especial o estupefacientes para aliviar el terror de su inminente fin?

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Antiquity analiza en detalle la última comida del "Hombre de Tollund", una comida que es increíblemente simple porque fue, bueno, mediocre.

Los ingredientes principales (sin contar el pescado) en la última comida del hombre de Tollund se muestran en sus cantidades relativas: 1) cebada 2) persicaria pálida 3) lino 4) alforfón silvestre 5) arena 6) sésamo bastardo 7) cenizo 8) esparcilla 9) cáñamo bastardo y 10) pensamiento silvestre. FOTOGRAFÍA DE MUSEUM SILKEBORG

Papilla quemada

Cuando descubrieron al "Hombre de Tollund" hace 70 años, los investigadores examinaron su estómago y su tracto intestinal bien preservados y determinaron que este hombre, de mediana edad, había consumido su última comida de 12 a 24 horas antes de su muerte.

Ahora, un equipo científico dirigido por Nina Nielsen (izquierda), directora de investigación del Museo Silkeborg de Dinamarca, el «hogar» moderno del "Hombre de Tollund", han revisado su contenido intestinal con nueva tecnología. En el análisis más exhaustivo de un cuerpo del pantano que se ha realizado jamás, los investigadores recuperaron macrofósiles de plantas, polen y otros indicadores para revelar pruebas microscópicas de comida y bebida.

Los resultados demuestran que la última comida del "Hombre de Tollund" fue una especie de papilla de cebada, lino, semillas de plantas silvestres y un poco de pescado, algo bastante habitual para los cuerpos de los pantanos según análisis anteriores de 12 víctimas europeas de la Edad del Hierro, que consumían comidas a base de granos, a veces acompañadas de carne o frutos silvestres. Es difícil que los investigadores determinen si esta era una comida habitual en la época, porque la mayoría de los datos sobre las dietas de la Edad del Hierro procede de los restos conservados de cuerpos de los pantanos.

Los investigadores también consiguieron determinar cómo se preparó la última comida del "Hombre de Tollund", identificando fragmentos microscópicos de papilla carbonizada que indican que se cocinó en una olla de arcilla y que estaba ligeramente quemada.

«Te haces una idea de la dieta media, pero este estudio puede decirte qué comió el día que murió», afirma Nielsen. «Eso es lo que lo hace realmente interesante, te acercas mucho a cómo ocurrió todo».

Foto: "Hombre de Lindow".

El equipo de Nielsen analizó si el "Hombre de Tollund" había consumido alimentos con propiedades especiales —como alucinógenos u otros estupefacientes o analgésicos— que sugirieran que esta comida formaba parte de una ceremonia o aliviara el sufrimiento. Estudios anteriores de otra víctima famosa del pantano, el "Hombre de Lindow", que fue sacrificado en el noroeste de Inglaterra en torno al siglo I d.C., desvelaron muérdago en sus intestinos. Pero aunque esa planta puede emplearse con fines medicinales, la cantidad hallada en el "Hombre de Lindow" no era lo bastante grande para ser relevante, según los investigadores.

Otro estudio analizó la presencia de cornezuelo o ergot en los restos de "Hombre de Grauballe", un hombre danés sacrificado de la misma época que el "Hombre de Tollund". La presencia de este hongo, que ataca al grano y puede tener efectos psicoactivos graves cuando se consume, también era demasiado pequeña para haber ejercido un efecto en su víctima y podría haberse consumido por accidente.

Tampoco se encontraron alucinógenos ni otras plantas medicinales en los restos digeridos del hombre de Tollund, lo que encaja con hallazgos previos. «No tenemos pruebas de los cuerpos de los pantanos que indiquen que les dieron algún tipo de medicina especial», afirma Nielsen.

Foto: El "Hombre de Grauballe"

Cuerpos antiguos, estudios nuevos

Existen similitudes entre las últimas comidas de varias víctimas de los pantanos que podrían indicar una importancia ritual, según la investigación de Nielsen. Varios cuerpos contienen semillas de hierbas y restos del desgranado, la más notable la persicaria pálida.

«Las últimas comidas constan no solo de granos o papilla, pero en el caso del "Hombre de Tollund", hay un montón de semillas y plantas diferentes», afirma Miranda Aldhouse-Green (izquierda), profesora emérita de la Universidad de Cardiff y autora de Bog Bodies Uncovered: Solving Europe’s Ancient Mystery. «Era importante que la comida contuviera una variedad enorme de materia ambiental, como si eso fuera importante en sí mismo».

Aspecto del contenido intestinal del hombre de Tollund bajo un microscopio. FOTOGRAFÍA DE P.S. HENRIKSEN, THE DANISH NATIONAL MUSEUM

Henry Chapman (derecha), profesor de arqueología de la Universidad de Birmingham, cree que el paisaje de los pantanos europeos podría albergar parte de la clave para comprender por qué sacrificaron a personas en ellos.

En los años previos a la muerte del "Hombre de Lindow" en Inglaterra, el pantano donde lo arrojaron estaba volviéndose mucho más húmedo, lo que podría significar un clima peor y la pérdida de terrenos agrícolas para las personas que vivían allí.

«La gente ha sugerido que están formando un sacrificio humano porque algo va mal en el entorno», afirma.

La próxima frontera para los cuerpos de los pantanos está en el análisis del ADN. En este momento, el entorno ácido de los pantanos hace casi imposible la recuperación de material genético de las víctimas, pero los investigadores creen que pronto podría haber tecnología para obtener y analizar el ADN de las víctimas de los pantanos.

Sin embargo, pese a su increíble preservación a lo largo de miles de años, los arqueólogos son reacios a extraer conclusiones demasiado generalizadas sobre la vida cotidiana en la Europa de la Edad del Hierro basándose en pruebas de un pequeño número de víctimas de los pantanos sacrificadas de forma ritual.

«Los cuerpos de los pantanos son inusuales», dice Chapman. «Eso es tanto una bendición como una maldición».

Fuente: nationalgeographic.com.es | 21 de julio de 2021