Descubren en el yacimiento de la Illeta dels Banyets (Alicante) una instalación de conservas de pescado del siglo IV a.C.

El hallazgo convierte el enclave en el yacimiento arqueológico de época ibérica con la mayor diversidad concentrada en buen estado de conservación.

El Museo Arqueológico de la Diputación de Alicante (@marqalicante) ha concluido los trabajos de campo e investigación previstos en el yacimiento de la Illeta dels Banyets dentro del Plan de Excavaciones de 2021 con el hallazgo de la existencia de una nueva instalación productiva dedicada a la preparación de conservas de pescado en este asentamiento de la segunda mitad del s.IV y la primera del III a.C. situado en el municipio de El Campello.

Así, el equipo de excavación encabezado por el director del MARQ, Manuel Olcina, y la arqueóloga Adoración Martínez, ha sacado a la luz una nueva área en la se distinguen una calle o vía de paso y un área al aire libre jalonada de piletas, recubiertas interiormente con un grueso mortero de cal impermeabilizante.

Aunque no se conocen ejemplos similares de esta época, los desechos de peces encontrados confirman el uso en el proceso de salazón de pescado, según ha informado la institución provincial en un comunicado.

Así las cosas, el hallazgo permite abrir nuevos campos de estudio en relación con los procedimientos técnicos empleados en esta industria mediterránea.

Vista general de la Illeta dels Banyets (Alicante).

El yacimiento con la mayor diversidad de instalaciones productivas

Este nuevo descubrimiento se suma a otros anteriores que han permitido hallar otras instalaciones de transformación de materias primas, entre ellas lagares, una almazara, un taller de esparto o un horno de brea.

Todos estos elementos convierten la Illeta dels Banyets en el yacimiento arqueológico de época ibérica con la mayor diversidad de instalaciones productivas concentradas en una superficie escasa y en buen estado de conservación. La investigación arqueológica ha permitido, además, establecer el grado de influencia del mundo púnico en algunos edificios y formas de construcción.

Al respecto, la vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha felicitado al equipo de trabajo "por los importantes avances que cada año realizan con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la forma de vida de nuestros antepasados".

Además, ha adelantado que "las nuevas estructuras exhumadas pasen a ser parte del recorrido musealizado y visitable del yacimiento una vez se proceda a su consolidación y protección por parte del Área de Arquitectura de la Diputación de Alicante".

Un lugar privilegiado

La campaña de este año se ha realizado con la colaboración de voluntarios con la finalidad de seguir desarrollando una función didáctica dirigida a estudiantes y nuevos profesionales arqueólogos, que tienen la oportunidad de adquirir experiencia y conocer de primera mano en qué consiste el trabajo de excavación y de laboratorio aparejados.

En cuanto a la labor divulgativa, los visitantes del yacimiento han podido ver el proceso y conocer el desarrollo de los trabajos y la metodología empleada.

La Illeta dels Banyets se encuentra en un lugar privilegiado. Esta pequeña península ocupa la parte central de la zona costera que se extiende desde la Serra Gelada hasta el Cabo de las Huertas. Son muchas las culturas que se asentaron en este lugar en distintas épocas de la historia, desde el Neolítico final hasta los romanos.

Entre las construcciones, destacan los famosos viveros de pescado conocidos como los Baños de la Reina, que dan nombre al lugar. El yacimiento guarda vestigios de cada una de las culturas que habitaron la zona reveladores sobre el tipo de vida que desarrollaron. Gracias al método arqueológico y a los vestigios materiales, se va conociendo su grado de desarrollo tecnológico y su organización política y costumbres.

Fuente: 65ymas.com | 5 de agosto de 2021

Encuentran en Hungría, en una urna de la Edad del Bronce, restos de fetos gemelos y de una madre perteneciente a la élite social

Los restos de la mujer de élite (izquierda) y los fetos de los gemelos (derecha) fueron incinerados, pero algunos de sus huesos (arriba) no se quemaron por completo. (Crédito de la imagen: Cavazzuti et al., 2021, PLOS One; CC BY 4.0 )

Durante la Edad del Bronce, en lo que ahora es Hungría, una mujer embarazada de gemelos tuvo un final trágico, muriendo justo antes o durante el parto, según un nuevo estudio sobre su entierro.

La mujer y sus gemelos fueron incinerados y enterrados en una urna con lujosos ajuares: un anillo de bronce para el cuello, un anillo de oro para el cabello y alfileres o agujas de hueso, lo que indica que la mujer era una persona de élite, dijeron los investigadores. Además, un análisis químico de los dientes y huesos de la mujer reveló que ella no era local, sino que había viajado desde lejos probablemente para casarse en la nueva comunidad en la que residía.

"Aunque la apariencia externa de la urna no es tan diferente de todas las demás, los objetos de prestigio hallados indican que la mujer estaba en la cúspide de la comunidad o era parte de una élite emergente", dice a Live Science en un correo electrónico el investigador principal del estudio, Claudio Cavazzuti (izquierda), profesor asistente en el Departamento de Historia y Culturas de la Universidad de Bolonia, en Italia.

Los arqueólogos encontraron los restos de la mujer y los gemelos en un cementerio que data de la Edad del Bronce húngara (2150 a. C. a 1500 a. C.), el cual descubrieron durante una excavación de rescate antes de la construcción de un importante supermercado junto al río Danubio, a unos pocos kilómetros al sur de Budapest. Con 525 entierros excavados hasta ahora, "el cementerio es uno de los más grandes conocidos en la actual Hungría para este período", dijo Cavazzuti. "Es probable que haya varios miles de tumbas más en el área que aún no se han excavado", agregó.

Estos entierros pertenecen a la cultura Vatya, que prosperó durante la Edad del Bronce Temprano y Medio en lo que actualmente es Hungría, desde aproximadamente el 2200 a.C. hasta el 1450 a.C. El pueblo Vatya tenía una cultura compleja, con asentamientos basados en la agricultura y la ganadería, una economía volcada en el comercio local y de larga distancia (lo que explica cómo los Vatya adquirieran bronce, oro y ámbar de diferentes partes de Europa Central, Oriental y del Norte), y con fortificaciones que controlaban determinadas partes del río Danubio, explica Cavazzuti.

Principales asentamientos de la cultura Vatya durante la Edad del Bronce Medio a lo largo del Danubio, en Hungría Central.

Para obtener más información sobre los cadáveres hallados en el cementerio, Cavazzuti y sus colegas hicieron un análisis en profundidad de 29 entierros (26 urnas de cremación y 3 enterrados). "A excepción de la mujer de élite (que fue enterrada con los gemelos), todas las tumbas muestreadas contenían los restos de una sola persona, y la mayoría de esas tumbas contenían ajuares funerarios sencillos hechos de cerámica o bronce. Alrededor del 20% de los entierros de Vatya contenían objetos funerarios de metal, pero los artículos de prestigio, como los de la mujer de élite, son raros", informa Cavazzuti.

Los tres individuos enterrados eran adultos de sexo indeterminado. De las personas incineradas, 20 eran adultos (11 mujeres, siete hombres, dos indeterminadas), dos eran niños de entre 5 y 10 años y cuatro tenían entre 2 y 5 años. Pero los más jóvenes de los fallecidos eran los gemelos, los cuales probablemente tenían entre 28 y 32 semanas de gestación. La mujer de élite tenía entre 25 y 35 años cuando murió, según un análisis esquelético realizado por los investigadores.

Una mirada más profunda a los huesos de la mujer de élite indicó que fue incinerada en una gran pira en la que probablemente se quemó durante varias horas. Pero cuando el fuego se extinguió, "las cenizas se recolectaron con más cuidado de lo habitual (el peso óseo es 50% más alto que el promedio [en comparación con otros entierros cremados]) y se depositaron en una interesante urna Vatya", escriben los investigadores en el estudio. Dado que fue enterrada con los fetos de los gemelos, la mujer probablemente murió por complicaciones relacionadas con el parto.

Campo de urnas en el cementerio deSzigetszentmiklós-Ürgehegy durante la excavación (izquierda9 y un entierro típico de la cultura Vatya (derecha).

¿De dónde era ella?

El equipo de investigación realizó un análisis químico que implicó observar las distintas proporciones de isótopos de estroncio en los dientes y huesos de la mujer. Las regiones geográficas tienen diferentes proporciones de isótopos de estroncio que las personas absorben a través del agua y los alimentos que consumen. Estos isótopos de estroncio luego terminan en los huesos y dientes de las personas, lo que permite a los investigadores medirlos y compararlos con los isótopos de estroncio que se encuentran en el medio ambiente.

"La gran mayoría de las personas que examinó el equipo tenían firmas locales de estroncio, especialmente los hombres y los niños. La mujer de élite, en cambio, nació en otro lugar y se mudó a la región en una edad entre 8 y 13 años", precisa Cavazzuti. "Además, un análisis de su ajuar funerario reveló que el anillo de bronce para el cuello y el anillo de oro eran 'objetos de prestigio' similares a los artículos valiosos que se encuentran en otros entierros y tesoros en Europa Central".

"No es improbable que el anillo para el cuello y los alfileres/agujas estuvieran destinados a simbolizar un vínculo con su tierra natal, mientras que el anillo de oro para el cabello (¿un regalo de bodas?) encarnaba la nueva identidad local que adquirió al unirse a la nueva comunidad en el rango más alto", escriben los investigadores en el estudio.

El ajuar funerario de la mujer de élite incluía un anillo de bronce para el cuello (1), un anillo de oro para el cabello (2) y alfileres / agujas de hueso (3). (Crédito de la imagen: Cavazzuti et al., 2021, PLOS One;CC BY 4.0

Otra mujer enterrada, que no tenía ningún ajuar funerario, ostentaba una firma de estroncio de otra región, posiblemente del lago Balaton, en el oeste de Hungría, o del centro de Eslovenia, anotaron los investigadores.

"Estudios anteriores ya han demostrado que las mujeres en Europa, especialmente las de alto estatus, se casaban fuera de sus comunidades locales desde al menos el Neolítico tardío o la Edad del Cobre (alrededor del 3.200 a.C a 2.300 a.C)", dijo Cavazzuti. Durante la Edad del Bronce, las sociedades de toda Europa eran en gran parte patrilocales, lo que significa que los hombres permanecían en sus lugares de origen mientras algunas mujeres viajaban a diferentes comunidades para casarse con ellos.

"Quizás estos matrimonios fueron cruciales para la élite emergente con el fin de instituir o reforzar poderes políticos y alianzas militares, pero también para asegurar rutas comerciales y asociaciones económicas", concluye Cavazzuti.

El estudio fue publicado en línea el miércoles (28 de julio) en la revista PLOS One.

Fuente: livescience.com | 29 de julio de 2021

Hallan en Dmanisi (Georgia) un gran perro cazador que pudo convivir con homínidos en Europa hace ya 1,7 millones de años

Estos fragmentos de mandíbula y dientes, hallados en el yacimiento georgiano de Dmanisi de 1,8 millones de años, pertenecen a un cánido extinto conocido como perro de caza euroasiático. El fósil es el más antiguo de su tipo hallado hasta la fecha. FOTOGRAFÍA DE S. BARTOLINI-LUCENTI.

La aldea medieval georgiana de Dmanisi es una meca de la paleoantropología. Alberga los registros más antiguos conocidos de los ancestros de los humanos fuera de África, arrojando luz sobre cómo vivió el homínido Homo erectus/Homo georgicus en el cruce entre Europa y Asia hace aproximadamente 1,8 millones de años.

Según los restos descubiertos, parece que los homínidos de Dmanisi se cruzaron en el Cáucaso con un viajero cuadrúpedo del este: un perro salvaje enorme —y muy sociable— con dientes creados para cortar carne.

Los restos pertenecen al Canis (Xenocyon) lycaonoides, o perro de caza euroasiático, el cual probablemente evolucionó en Asia oriental hace unos 1,8 millones de años y se extinguió hace unos 800.000 años. Basándose en los fragmentos óseos hallados en Dmanisi —algunos dientes y fragmentos de mandíbula—, este perro antiguo pesaba unos 30 kilogramos cuando murió, probablemente cuando era un adulto joven.

Los autores del estudio afirman que los restos de Dmanisi son los fósiles más antiguos del Canis (Xenocyon) lycaonoides identificados hasta la fecha. Algunos investigadores, entre ellos los coautores del estudio, también sostienen que el Canis (Xenocyon) lycaonoides podría estar estrechamente relacionado con el licaón moderno, Lycaon pictus (derecha). De ser así, el nuevo fósil es el primero de este linaje específico descubierto en Dmanisi.

El descubrimiento no sugiere que los humanos y los perros cooperaran en Dmanisi hace casi dos millones de años. Los primeros indicios de cualquier tipo de domesticación canina no se remontan más allá de hace 40.000 años. El hallazgo, descrito hoy en la revista Scientific Reports, debería añadir detalles cruciales a lo que por ahora es un panorama muy desordenado de la evolución del perro.

Un perro muy extendido

Se han descubierto restos de Canis (Xenocyon) lycaonoides en Siberia, España e incluso Sudáfrica. Teniendo en cuenta su amplia distribución geográfica, la ausencia del perro de caza euroasiático o de sus parientes inmediatos en Dmanisi había irritado a los investigadores. En los sedimentos abundantes en fósiles del yacimiento han aparecido restos de más de dos docenas de especies de mamíferos diferentes que vivieron junto a nuestros antepasados humanos, como hienas, osos, guepardos y gatos de dientes de sable, así como algunos parientes lejanos de los lobos y perros modernos.

«Era muy, muy, muy raro que el Lycaon no estuviera presente en Dmanisi después de más de 30 años de excavaciones», dice el coautor del estudio Bienvenido Martínez Navarro (izquierda), paleontólogo de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados. «¡Por fin apareció! Tuvimos suerte».

«Incluso con las nuevas pruebas, clasificar a los cánidos en el árbol genealógico del grupo es absolutamente impresionante por su dificultad» , dice el autor principal del estudio, Saverio Bartolini Lucenti (derecha), paleontólogo de la Universidad de Florencia, en Italia.

Como grupo, los cánidos han sido relativamente conservadores en su evolución, demostrando menos estilo morfológico que los félidos, como los gatos de dientes de sable. Algo que incrementa la confusión es que a veces los linajes de cánidos que son parientes lejanos han evolucionado con rasgos físicos similares, lo que dificulta observar el parentesco solo a partir de los huesos y los dientes.

Bartolini Lucenti y sus compañeros todavía no saben si el perro de Dmanisi pertenece al género Canis junto a los lobos modernos y los perros domesticados, o al género Xenocyon. Por eso, el equipo optó por la designación de Canis (Xenocyon), dejando cabida a la posibilidad de que el perro pertenezca a cualquiera de estos géneros.

Sobre la base de la falta de desgaste de los dientes del perro Dmanisi, los investigadores concluyeron que era un adulto joven, grande, con un peso de alrededor de 30 kg.

Puede que esta etiqueta agnóstica parezca graciosa, pero la precaución está justificada. A principios de este año, los investigadores descubrieron que el lobo gigante extinto —considerado una especie hermana de los lobos modernos— no pertenecía al género Canis.

El equipo sí puede estar razonablemente seguro de la dieta del perro. Los investigadores compararon las medidas de los dientes antiguos con las de otros cánidos para comprobar la cantidad de carne que comía el perro. Las proporciones de sus dientes se agruparon con las de los «hipercarnívoros»: cánidos vivos y extintos, incluido el licaón moderno, cuyas dietas constaban, al menos, de un 70 por ciento de carne.

Animales sociales

Este nuevo estudio también pone de manifiesto paralelismos intrigantes entre el Canis (Xenocyon) lycaonoides y el Homo georgicus. Ambos lograron extenderse por varios continentes: el Homo georgicus evolucionó en África y se desplazó al este, hasta las islas del sudeste asiático; el perro de caza euroasiático probablemente evolucionó en Asia y se desplazó al oeste, hasta Europa y África.

Ambos eran mamíferos muy sociales —e incluso altruistas—, señalan los investigadores. Pero ¿cómo pueden los investigadores intuir el comportamiento de un perro a partir de los huesos fosilizados hace más de un millón de años? Una línea de evidencia del altruismo procede de los cráneos con patologías claras —como dientes que faltan y mandíbulas deformadas— que habrían hecho prácticamente imposible que un animal individual se alimentara. Si ese animal claramente vivió bien después de que se formaran sus patologías, los científicos razonan que debió de haber recibido ayuda de otros para obtener alimento.

Dos especies sociales en Dmanisi: un grupo de 'Homo erectus/Homo georgicus' que comparte comida con un individuo viejo y desdentado que vivió varios años sin dientes, y una manada de perros de caza euroasiáticos persiguiendo presas. Crédito: Obra de arte realizada por Mauricio Anton.

En un yacimiento español (en Venta Micena, Orce, Granada) se preservan pruebas de este altruismo animal en un cráneo de Canis (Xenocyon) lycaonoides: el cráneo es asimétrico con varios defectos dentales, entre ellos .... El can parece que pudo haber vivido siete u ocho años, lo que sugiere que los otros miembros de la manada lo ayudaron a obtener comida. El propio yacimiento de Dmanisi ofrece evidencias similares de que el Homo erectus/Homo georgicus compartía la comida: el cráneo de un homínido anciano demuestra que este individuo murió años después de perder todos salvo uno de sus dientes.

La ciencia también demuestra que, cuando la masa corporal media de una especie de cánido supera los 21 kilogramos, las matemáticas calóricas demandan que la especie consuma presas que son más grandes, una tarea que favorece la caza cooperativa en manada. Las medidas del cráneo y los dientes de este ejemplar de Dmanisi y otros lugares sugieren que el Canis (Xenocyon) lycaonoides había pasado el umbral de la caza en manada.

Sin embargo, no existen pruebas directas de que los perros de caza euroasiáticos fueran sociales en Dmanisi. «En los carnívoros modernos, la socialidad puede variar incluso dentro de una especie», afirma la paleontóloga Mairin Balisi (izquierda), investigadora posdoctoral de La Brea Tar Pits, en California, la cual no participó en el estudio. «Estoy segura de que también podría variar en el registro fósil, pero entonces es más difícil establecer esa variación».

Finalmente, estos perros salvajes desaparecieron de Europa y Asia un millón de años después, durante la transición del Pleistoceno inferior al medio, hace entre 800.000 y 900.000 años, pero sobrevivieron en África hasta nuestros días, tal y como ha detallado en una nota de prensa el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA).

El equipo, en el que participan también investigadores de la Universidad de Málaga, de la Rovira i Virgili de Tarragona y de la Universidad Autónoma de Barcelona, no detectó un desgaste significativo en los dientes del animal, lo que sugiere que cuando murió, el perro era un adulto joven pero grande, estimando su peso en alrededor de 30 kilogramos. Las características dentales del perro también coinciden con otras especies similares a los perros salvajes (cánidos) de la misma época, cuya dieta era mayormente carnívora (la carne representaba más del 70% de la misma). Así, sus premolares eran más estrechos y cortos que los de los omnívoros mientras que su muela carnicera era grande y afilada.

Los futuros fósiles de Dmanisi deberían ayudar a confirmar la socialidad del perro y hay nuevos tipos de pruebas moleculares que podrían confirmar cómo encaja este perro de caza euroasiático en el árbol familiar de los cánidos. En 2019, los investigadores lograron extraer y secuenciar proteínas de un diente de rinoceronte de Dmanisi. Bartolini Lucenti afirma que su equipo intentó extraer proteínas antiguas de los nuevos restos del perro, pero no tuvieron éxito.

Por su parte, Balisi está entusiasmado por ver qué depara el futuro para la revelación de la compleja historia evolutiva de los perros. «Cuantas más piezas del puzle consigamos, mejor», dice.

Fuentes: nationalgeographic.es | elmundo.es | haaretz.com | 30 de julio de 2021

Los neandertales pintaron en la cueva de Ardales (Málaga) durante milenios

La composición muestra la estalagmita y los trazos en progresivo detalle. JOÃO ZILHÃO.

Las obras de arte rupestre más antiguas las hicieron los neandertales en varias cuevas de la península ibérica. El descubrimiento, realizado en 2018, no convenció a parte de la comunidad científica, que dudaba de la capacidad de estos otros humanos. Ahora, el análisis detallado en una de ellas confirma que fueron miembros de esta especie. Además, pintaron en el mismo lugar durante milenios, mucho antes de la llegada de los Homo sapiens. De repetirse en otros yacimientos, estas manchas rojas demostrarían que el Homo neanderthalensis ya otorgaba un valor especial, simbólico, a determinados lugares.

La ciencia moderna es especialmente crítica con su pasado reciente y su idea del progreso en general y el científico en particular. Tras Darwin y con el positivismo, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX se impuso también entre los científicos la visión del avance de la historia como lineal y, en general, siempre a mejor: el pasado es atraso y el futuro progreso. En el terreno de la evolución humana (ya el propio término se presta al sesgo), se impuso la idea de que los Homo erectus eran más atrasados que los neandertales y estos más brutos que los sapiens. Aunque esta visión está superada hace tiempo, sus rescoldos llevaron a algunos a cuestionar el estudio de 2018, opinando que más que trazos de pintura parecían manchas de origen geológico o natural. No les encajaba que fueran miembros de esta especie extinguida la primera en grafitear las paredes.

La gran estalagmita se halla en una zona de la cueva llamada la sala de las estrellas. PEDRO CANTALEJO-DUARTE

Sin embargo, un minucioso análisis de una serie de trazos rojos en una gran estalagmita de la cueva de Ardales (Málaga) ha confirmado que fueron pintados por alguien desde, al menos, hace 64.800 años. Y como quiera que los humanos modernos no llegaron hasta la península ibérica muchos milenios más tarde, debieron ser los neandertales los que lo hicieron.

Situada en la llamada sala de las estrellas, este espeleotema estalagmítico tiene varias de sus columnas marcadas con ocre. Su estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica PNAS, indica que el pigmento usado es un tipo de ocre (óxido de hierro fundamentalmente) que no existe en ningún otro lugar de la cueva y que debió de llegar allí desde fuera.

Los investigadores, entre los que hay además de prehistoriadores y paleontólogos, expertos en cristalografía y mineralogía, descartan otra cosa que no sea la acción intencionada de los humanos. Lo detalla el investigador de la Universidad de Barcelona y coautor del estudio João Zilhão: “El pigmento es una hematita [mineral de óxido férrico] que no existe en el interior de la cueva, fue aportado por los humanos”. En cuanto a la tesis del origen natural, confirmaron que había sido aplicado sobre la piedra: “Ni una mancha de la misma calcita por procesos naturales coevos de la precipitación de los cristales ni de acumulaciones resultantes de actividad biológica (microorganismos) o geológica (inundaciones...)”.

Esto confirma que se trata de las pinturas más antiguas, junto a las de La Pasiega (Cantabria), realizadas en una cueva por los neandertales. Hay unas piedras con trazos también rojizos (derecha) que dibujaron los sapiens en Sudáfrica hace 73.000 años.

Pero hay otro descubrimiento que sugiere muchas cosas a los investigadores. Aunque los trazos más antiguos son de hace unos 65.000 años, hay otros en otras columnas de la misma estalagmita que son más recientes. Han confirmado otro grupo de marcas, aunque creen que hubo al menos otras dos incursiones pictóricas. Y todo eso en un rango de unos 20.000 años y siempre por neandertales.

“Nuestra interpretación es que la cueva misma, y este domo en especial, tenían una significación simbólica (ritual, mitológica, u otra) que era marcada/subrayada por el acto de esparcir sobre él el pigmento rojo”, opina Zilhão.

La repetición de las pinturas es lo que más destaca el prehistoriador de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos García Diez (izquierda), que no ha intervenido en este estudio, pero sí ha investigado a fondo la cueva de Ardales. “Implica que ha habido una tradición oral transmitida sobre milenios sobre el valor ornamental, simbólico o lo que sea de la cueva”, comenta. "Como en otras expresiones artísticas más recientes, es posible que la imagen no tenga función o significado hasta que no está en el sitio, la función no la da la imagen, la da el lugar”, añade. Y esto que ya había sido observado en los sapiens “es la primera vez que se ve en los neandertales”, completa García Diez.

Para Roberto Ontañón (derecha), director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), esta investigación es relevante, en especial la determinación del origen humano de las pinturas. Pero es más prudente sobre la interpretación de su relevancia simbólica o sobre quién las pintó. Según él, para los autores, “no se trataría, por tanto, de arte en el sentido restringido del término, sino del resultado de comportamientos gráficos orientados a perpetuar el significado simbólico de un espacio subterráneo”. De esta manera, “los espeleotemas jugarían un papel fundamental en los sistemas simbólicos de algunas comunidades neandertales, y estas manifestaciones darían cuenta de un comportamiento profundamente enraizado en una tradición de largo recorrido”, completa Ontañón”.

Foto: Pintura rupestre hallada en la Cueva de Ardales atribuida a una autoría neandertal. / JAVIER FLORES (Ardales).

Pero esta visión de los neandertales corre el riesgo de repetir el error contrario al que en el pasado los despreciaba como los parientes brutos: “En lo que constituye, quizá, un exceso de signo contrapuesto al anterior prejuicio 'especista', hay investigadores que muestran un innegable entusiasmo a la hora de equiparar a neandertales y 'sapiens', atribuyendo a los primeros capacidades antes consideradas exclusivas de nuestra especie como la expresión gráfica e, incluso, el cómputo numérico”, comenta el director del MUPAC.

Para Montañón aún hay mucho que investigar y descubrir sobre los detalles de estas pinturas antes de descartar la hipótesis alternativa: que los autores fueran sapiens que llegaron mucho antes por el estrecho de Gibraltar y no los neandertales.

* Este estudio sobre la cueva de Ardales forma parte de un proyecto más amplio codirigido por José Ramos Muñoz (Universidad de Cádiz) y Gerd C. Weniger (Neanderthal Museum, Alemania) y financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

Fuente: elpais.com | 2 de agosto de 2021

Machu Picchu fue construido décadas antes de lo que se pensaba

Machu Picchu es el sitio más conocido que queda del Imperio Inca, en su tiempo el más grande y rico de América.

La ciudadela inca en la cima de la montaña de Machu Picchu en el sur de Perú fue construida y habitada décadas antes de lo que se creía, según nuevas fechas de radiocarbono de restos humanos encontrados en el sitio arqueológico. El descubrimiento de que Machu Picchu fue habitado en 1420, y posiblemente mucho antes, tiene implicaciones sobre la fecha en que el Imperio Inca llegó al poder.

"Machu Picchu se encuentra entre los sitios arqueológicos más famosos del mundo, pero hasta ahora las estimaciones de su antigüedad y la duración de su ocupación se basaban en relatos históricos contradictorios escritos por españoles en el período posterior a la conquista llevada a cabo por ellos", dijo el autor principal del estudio, Richard Burger (izquierda), un arqueólogo y antropólogo de la Universidad de Yale, en Connecticut, en un comunicado.

Esos relatos históricos sugirieron que Machu Picchu se construyó entre 1440 y 1450. Pero en la nueva investigación, Burger y sus coautores encontraron que los restos humanos desenterrados en el sitio muestran que Machu Picchu estuvo habitado más de 20 años antes de lo esperado.

'Ciudad perdida de los incas'

Machu Picchu se encuentra en lo alto de los Andes, a una altura de casi 2.430 metros, en una cresta montañosa en la cordillera de la Cordillera Oriental de Perú.

Fue abandonada en la década de 1530 después de la invasión española y más tarde se la conoció popularmente en el oeste como la "Ciudad perdida de los incas", aunque su ubicación nunca fue desconocida por la población local. Hiram Bingham, de la Universidad de Yale, dirigió expediciones en el lugar en 1911 y 1912, y se hizo mundialmente famoso en las décadas siguientes como un ícono de la civilización Inca.

Los arqueólogos creen que Machu Picchu fue construido como una propiedad para el emperador Pachacútec, un gobernante hereditario nacido en Cuzco, la capital inca en lo que hoy es el sureste de Perú. Según una cronología basada en documentos españoles escritos después de la conquista, la icónica ciudadela fue construida alrededor de 1438, después de que Pachacútec ascendiera al poder y comenzara a expandir el imperio a las regiones cercanas.

Machu Picchu es fotografiado durante la expedición de 1912 cuando se encontraron por primera vez los restos analizados

La ciudadela inca en la cima de la montaña de Machu Picchu fue explorada por expediciones estadounidenses dirigidas por Hiram Bingham, de la Universidad de Yale, en 1911 y 1912. (Crédito de la imagen: Burger et al / Antiquity).

Para determinar cuándo se construyó Machu Picchu, Burger y sus colegas examinaron los restos de 26 personas que se cree que eran sirvientes de Pachacútec, y que las expediciones de Bingham encontraron en tres cementerios de Machu Picchu.

El nuevo análisis midió la proporción de ciertas versiones de isótopos de carbono en los huesos mediante una técnica sensible conocida como espectrometría de masas con acelerador (AMS). Debido a que el isótopo radiactivo carbono-14 se desintegra a un cierto ritmo y deja de acumularse después de que mueren los seres vivos, la cantidad de este isótopo puede revelar la edad de los materiales orgánicos.

Burger explicó que la AMS es especialmente útil para fechar los huesos de esqueletos donde solo quedan pequeñas cantidades de material orgánico. Los resultados muestran que Machu Picchu estuvo ocupado desde al menos 1420 hasta 1530, décadas antes de lo que se pensaba. Eso a su vez sugiere que Pachacútec llegó al poder y comenzó a conquistar regiones vecinas antes de lo que se creía, escriben los investigadores.

Cronología inca

Las estimaciones anteriores de la antigüedad de Machu Picchu, derivadas de registros históricos compilados después de la conquista española en el siglo XVI por los gobernantes españoles de la región, respecto de los nuevos descubrimientos, desafían la fiabilidad del uso de los registros históricos de las fuerzas coloniales, argumentan los investigadores.

"Los métodos modernos de radiocarbono proporcionan una mejor base para comprender la cronología Inca que los registros históricos contradictorios", dijo Burger a la revista Antiquity.

Existe cierto debate entre los académicos sobre los valores relativos de los registros históricos y arqueológicos en el desarrollo de narrativas históricas. “La cronología inca es un tema de debate entre arqueólogos e historiadores”, dijo la Dra. Gabriela Ramos, de la Universidad de Cambridge.

“La datación de enclaves incas está sujeta a especulación porque los relatos escritos y la evidencia arqueológica no siempre se corresponden. Durante décadas, los historiadores y antropólogos se han basado principalmente en dichos relatos escritos y es bastante reciente que los propios hallazgos arqueológicos, así como el uso de la datación mediante radiocarbono y otras técnicas, estén contribuyendo, agregando o cambiando nuestra comprensión de las sociedades precolombinas".

“El hecho de que muy pocas tumbas incas hayan sobrevivido, debido al saqueo, y que, en general, dentro de la investigación arqueológica andina, el período Inca sea el menos estudiado significa que todavía no sabemos mucho sobre los incas como de sus predecesores".

La Dra. Trish Biers (derecha), osteóloga, y pertenciente de igual modo a la Universidad de Cambridge, dijo que "los registros coloniales son importantes para nuestra comprensión de lo que presenciaron los españoles en ese momento, los cuales estaban fuertemente influenciados por la propaganda política, la superioridad religiosa y la voz subversiva general del Imperio español, que tendía a subrayar su propia agenda brillante".

Y añade: “Los métodos científicos, en particular con los restos humanos, pueden darnos una idea de lo que estaban experimentando las personas en aquellos tiempos, como por ejempl cuál era su dieta, las enfermedades que padecían, el trabajo que realizaban, tanto a nivel individual como a nivel de población, lo que es muy bueno".

Ahora bien, la Dra. Ramos enfatiza que descartar los registros históricos en favor de las técnicas científicas por sí solas no es beneficioso. “Sin una comprensión de la lógica que hay detrás de la política española sobre los incas, su religión y la forma en que se relacionaban con las poblaciones conquistadas y aliadas, todo ello relatado en las fuentes escritas, la arqueología sería de poca utilidad o sería demasiado difícil de interpretar y contextualizar para los estudiosos los hallazgos que realizaran".

Dennis Ogburn (izquierda), antropólogo y arqueólogo de la Universidad de Carolina del Norte, en Charlotte, que no participó en la investigación, dijo que la discrepancia de varias décadas en el ascenso al poder de Pachacútec tendrá implicaciones para la comprensión de la historia del Imperio Inca.

"La cronología incaica nos muestra no solo qué tan rápido se expandió su imperio, sino también cuánto tiempo tuvieron para consolidar su control sobre las provincias que conquistaron", dijo Ogburn a WordsSideKick.com en un correo electrónico. "En la medida que podemos revisar y mejorar la cronología basada en fechas de radiocarbono, estamos llegando a ver que el Imperio Inca se creó y comenzó a expandirse quizás tres o cuatro décadas antes de lo que indica la cronología histórica tradicional".

"Antes de las mejoras en datación en radiocarbono mediante AMS, teníamos pocas esperanzas de refinar la cronología del Imperio Inca, dado que fue un fenómeno de corta duración en términos arqueológicos", precisa Burger. "Las fechas de radiocarbono de investigaciones anteriores no tenían la resolución que ahora nos permite ajustar el procedimiento AMS".

Fuentes: livescience.com | theguardian.com | dailymail.co.uk | 4 de agosto de 2021

Una tablilla babilónica muestra el ejemplo de geometría aplicada más antiguo del mundo

Tablilla Si.427, datada entre los años 1900 y1600 a.C. Un topógrafo de la antigua Babilonia escribió en esta arcilla con un estilete. / UNSW Sydney

En 2017 el profesor Daniel Mansfield, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, Australia), descubrió que una tablilla rectangular babilónica denominada Plimpton 322, de unos 3.800 años de antigüedad, era la tabla trigonométrica más antigua y precisa del mundo.

Ahora, Mansfield ha publicado en la revista Foundations of Science un nuevo estudio con más detalles sobre esa pieza de arcilla y sobre otra redonda una tablilla para llevar cómodamente en la mano que permanecía olvidada desde hace más de un siglo en el Museo Arqueológico de Estambul (Turquía).

Está etiquetada como Si.427 y fue recogida en 1894 por el arqueólogo francés Jean-Vincent Scheil en Sippar, una ciudad de la Baja Mesopotamia situada en lo que hoy es la provincia de Bagdad, en Irak. Según Mansfield, es el ejemplo más antiguo de geometría aplicada del que se tiene constancia.

“Si.427 data del período de la antigua Babilonia (entre el 1900 y 1600 a.C.)”, afirma este matemático, y según confirma a SINC, “lo sabemos porque la tablilla hace referencia a un campo propiedad de Sîn-bêl-apli, un terrateniente que vivía en Sippar en esa época, y además el estilo del lenguaje lo confirma”.

“Es el único ejemplo conocido de un documento catastral de ese periodo , un plano utilizado por los topógrafos para definir los límites de las tierras. En este caso, nos informa de los detalles legales y geométricos de unas tierras (pantanosas o humedales) divididas tras la venta de una parte”, subraya.

Foto: La tablilla babilónica Plimpton 322 presenta cuatro columnas (separadas por tres hendiduras) y 15 filas de números cuneiformes, pero seguramente tuvo más porque está fragmentada. / UNSW/Andrew Kelly.

Ternas pitagóricas antes de Pitágoras

Pero si hay algo que destaca en esta milenaria arcilla es el uso de lo que hoy se conoce como ternas pitagóricas para hacer ángulos rectos precisos. Mansfield destaca que este descubrimiento tiene importantes implicaciones para la historia de las matemáticas, ya que aparece esta figura geométrica mil años antes de que naciera Pitágoras.

“Una terna pitagórica es un triángulo rectángulo (o rectángulo) de medidas muy simples que satisface el teorema de Pitágoras explica. La mayoría de los rectángulos y triángulos rectos tienen longitudes muy incómodas como 1,4142135623730951..., pero estas ternas tienen medidas muy sencillas como 3, 4 y 5. Esto hace que sean una forma fácil de construir líneas perpendiculares. Se utilizó en la antigua India ya en el año 800 a.C., pero ahora sabemos que también en la topografía babilónica en el año 1900 a. C., unos mil años antes”.

En el caso de la tablilla redonda, escrita con letra cuneiforme, se dibuja el campo vendido con líneas de cuadrícula horizontales y verticales superpuestas, lo que permitió al topógrafo realizar una precisa subdivisión. En concreto, la tablilla contiene las ternas 5-12-13 (dos veces) y la 8-15-17, que se emplearon como base teórica para las líneas perpendiculares de la cuadrícula.

Otras tablillas de la época también mencionan disputas de Sîn-bêl-apli por temas relacionados con sus tierras, como en una donde se menciona un pleito con otra rica terrateniente por las valiosas palmeras datileras que crecían entre sus dos propiedades. Un administrador local aceptó enviar a un topógrafo para resolver el conflicto, un ejemplo más de lo importante que era ya entonces establecer las límites catastrales.

“Sabíamos que los babilonios conocían los triángulos rectángulos y las ternas o ‘triples’ pitagóricas, pero desconocíamos por y para qué”, apunta el investigador, “pero ahora la nueva tablilla Si.427 nos muestra que usaban estas formas para medir con precisión el terreno, y esto nos ayuda a entender otras tablillas de la misma época, como la más famosa Plimpton 322”. En 2017 ya se planteó que esta tuviera algún propósito práctico para construir palacios, templos, canales... o en la topografía de campos.

Mansfield considera que la forma en que se establecen los límites entre las tierras revela una verdadera comprensión geométrica: “Nadie esperaba que los babilonios utilizaran las ternas pitagóricas de esta manera. Se trata de algo más parecido a las matemáticas puras, inspirado en los problemas prácticos de la época”.

En general, se acepta que la trigonometría (la rama de las matemáticas que se ocupa del estudio de los triángulos) fue desarrollada por los antiguos griegos al estudiar el cielo nocturno en el siglo II antes de Cristo, pero estudios como este demuestran que los babilonios desarrollaron su propia 'proto-trigonometría' alternativa para resolver, en esta caso, problemas relacionados con la medición del suelo, no del cielo.

La tablilla Si.427 muestra el plan de un topógrafo de campo.

Crear ángulos rectos: más fácil de decir que de hacer

Una forma sencilla de crear un ángulo recto exacto es hacer un rectángulo con los lados 3 y 4, y la diagonal 5. Estos números especiales forman la terna pitagórica 3-4-5, y un rectángulo con estas medidas tiene ángulos rectos matemáticamente perfectos. Esto era importante para los topógrafos de la antigüedad y todavía se utiliza hoy en día.

“Los antiguos topógrafos que grabaron Si.427 hicieron algo aún mejor: utilizaron una variedad de diferentes ternas pitagóricas, tanto en forma de rectángulos como de triángulos rectos, para construir ángulos rectos precisos”, señala el matemático australiano.

Sin embargo, es difícil trabajar con números primos mayores de 5 en el sistema numérico babilónico que era de base 60. “Esto plantea un problema muy particular: su sistema numérico único de base 60 significa que solo se pueden utilizar algunas formas pitagóricas”, explica Mansfield, “y parece que el autor de Plimpton 322 revisó todas esas formas para encontrar aquellas útiles”.

El profesor Daniel Mansfield examinando la tablilla Si.427 en el Museo Arqueológico de Estambul.

El misterio del 25:29

Solo queda un misterio que el autor no ha logrado todavía desvelar: en el reverso de la tablilla, en la parte inferior, aparece el número sexagesimal 25:29 en letra grande, y el matemático piensa que son 25 minutos y 29 segundos.

“Pero no puedo entender qué significan, es todo un enigma reconoce. Estoy deseando debatir cualquier pista con historiadores o matemáticos que pudieran tener una corazonada sobre lo que estos números tratan de decirnos”.

Fuente: agenciasinc.es | 4 de agosto de 2021