Hallan las primeras evidencias de consumo social de cerveza en una ciudad israelí de hace 7.000 años

Investigadores israelíes dicen que han descubierto las primeras evidencias de consumo social de cerveza dentro de las comunidades del antiguo Medio Oriente, después de encontrar restos de granos de cereales utilizados para producir alcohol en una ciudad de hace 7.000 años.

Se sabe que la cerveza se usó en la antigüedad con fines ceremoniales y religiosos, pero este hallazgo es la primera indicación de consumo social en la zona del Levante antes de la aparición generalizada del alcohol en la Edad del Bronce (alrededor del 3300 a. C.).

En el estudio, publicado en Journal of Anthropological Archaeology, arqueólogos de la Universidad de Haifa muestran que encontraron residuos de almidón de granos de trigo y cebada en cerámicas antiguas en Tel Tsaf, ubicada en el valle central por el que discurre el río Jordán. La ciudad se remonta a la época calcolítica, alrededor del año 5.000 a. C.

Foto: Silos hallados en Tel Tsaf, Israel.

Analizado bajo un microscopio, el almidón hallado mostró signos de un proceso de fermentación, lo que apunta a su uso en la producción de alcohol.

El profesor Danny Rosenberg (izquierda), de la Universidad de Haifa, dijo que "las evidencias de producción de cerveza se unen a las evidencias que hemos descubierto anteriormente de la prosperidad de Tel Tsaf, expresada en su acumulación de productos agrícolas, y particularmente de cereales, en grandes cantidades".

Añadió: "Podemos imaginar a la comunidad en desarrollo de Tel Tsaf organizando eventos a gran escala en los que se consumían grandes cantidades de comida y cerveza en un contexto social, y no solo en un contexto ceremonial".

Un estudio anterior publicado en 2018, en el que también participó Rosenberg, encontró evidencias de producción de cerveza en un cementerio natufiense ubicado en el Monte Carmelo, de hace unos 13.000 años. Pero en ese caso, la cerveza solo aparentemente se usó como parte de los rituales de entierro.

Una vista del sitio arqueológico de Tel Tsaf en el Valle del Jordán. Cortesía: Universidad de Haifa

Rosenberg dijo que más allá de los hallazgos de 2018 y 2021, había pocas evidencias de consumo de cerveza en la región del Levante antes de la Edad del Bronce.

Tel Tsaf es particularmente interesante, señala Rosenberg, ya que es una de las pocas comunidades conocidas en la región desde la era del Calcolítico, un período de transición de las sociedades agrícolas que vivían en comunidades pequeñas hacia la constitución de ciudades más grandes.

Los residuos bajo el microscopio muestran la fermentación de granos de cereales antiguos. Cortesía: Universidad de Haifa

Rosemberg hace hincapié en que "la producción y consumo de cerveza probablemente fue continuo desde el período natufiense, pero que es difícil obtener pruebas de ello debido a la descomposición de los elementos orgánicos a lo largo del tiempo".

"Por el momento se desconoce si la cerveza, cuyos restos encontramos en Tel Tsaf, se produjo de forma regular o específicamente para eventos sociales importantes".

“Esperamos que en un futuro cercano, cuando podamos aislar más evidencias de la producción de cerveza en este enclave arqueológico y en otros sitios, podamos comprender mejor el papel del alcohol en las sociedades antiguas, y particularmente en aquellas que, como en Tel Tsaf, estaban en la cúspide de cambios significativos en su estructura social a medida que se volvía cada vez más compleja".

Fuente: timesofisrael.com | 21 de diciembre de 2021

En busca de la plata de Hispania con la que los romanos acuñaron sus monedas

Denario romano, la moneda de plata romana estándar. Crédito: Imágenes cedidas por Jean Milot.

El denario fue por excelencia la unidad de plata romana y una de las monedas de mayor trascendencia de la historia. Buena muestra de ello lo otorga el origen de la palabra dinero, que deriva del latín denarius. Estas acuñaciones, que tenían un valor de diez ases de bronce, como indica su propio nombre, se crearon durante la Segunda Guerra Púnica para financiar a las legiones. Las primeras piezas frecuentaron un mismo diseño, una cabeza de la diosa Roma con casco en el anverso y, o bien una imagen de los gemelos divinos Cástor y Pólux (los Dioscuros) a caballo, o bien la de una figura divina en una carroza, en el reverso.

El primer romano vivo que apareció en un denario fue el siete veces cónsul Cayo Mario, a finales del siglo II a.C. También infringieron el tabú de no representar a personas del presente los acuñadores de Julio César, que en el año 44 a.C., en plena guerra civil contra Pompeyo, lo representaron como dictador perpetuo. La moneda de plata, un producto de lujo cuya acuñación ordinaria se inició en el siglo VII a.C., en Anatolia, constituye una de las principales fuentes históricas para conocer el desarrollo de la antigua Roma.

Sin embargo, la procedencia de la plata utilizada para producir estas piezas, es decir, la ubicación de las minas, es una tarea que está resultando ardua para los investigadores. Se sabe que la península ibérica, hasta el siglo II d.C., fue la mayor fuente argentífera tanto para la Antigua Roma como para Cartago, la otra gran potencia Mediterránea de la época. Estrabón, de hecho, aseguraba que "en ninguna otra parte del mundo se ha encontrado hasta hoy ni oro, ni plata, ni cobre, ni hierro en tal cantidad y calidad como en Iberia". Pero resulta más difícil determinar los depósitos exactos de los que se extrajo el mineral con el que se obtiene este elemento químico.

A esa incógnita pretende responder un nuevo estudio publicado en la revista Geology en el que se evalúan las fuentes de plata de las diferentes provincias mineras de Hispania para determinar las ubicaciones de las que se pudo haber extraído la plata para acuñar denarii. Los depósitos analizados se encuentran sobre todo en la zona meridional peninsular, como las Cordilleras Béticas o el sur de Portugal, pero también en el Sistema Central, la Cordillera Litoral catalana o la Cuenca Vasco-Cantábrica.

Muestras de galena ibérica. Crédito: Imágenes cedidas por Jean Milot.

Dos calidades

Esos yacimientos contienen galena, que es el principal mineral del plomo y del que se obtiene la plata tras ser fundida y purificada —la plata para la acuñación de monedas puede alcanzar una pureza superior al 95%—. Para descubrir las fuentes originales del material de los denarios, el equipo de investigadores de la Universidad de Lyon y la Sociedad Española de Historia de la Arqueología analizó las composiciones de plata y plomo de un total de 47 muestras de galena obtenidas de los depósitos peninsulares para comparar los resultados con las firmas químicas de las piezas romanas, datadas principalmente entre los siglos III y II a.C., con algunas excepciones de principios del I a.C.

Los estudios químicos en el laboratorio desvelaron dos tipos claramente diferenciados: una galena pobre en plata que habría sido explotada para obtener plomo y de menor importancia económica, y otra rica en plata que probablemente fue una fuente para los denarios romanos. Estos niveles de composición solo se identificaron en seis muestras minerales procedentes de la Cordillera Penibética, el distrito minero Linares-La Carolina, el del Valle de La Alcudia-Los Pedroches, la zona de Ossa-Morena y el sur de Portugal.

Ejemplos de denarios. Arriba: c. 157 a. C. República romana; c. 73 Vespasiano; c. 161 Marco Aurelio; c. 194 Septimio Severo. Abajo: c. 199 Caracalla; c. 200 Julia Domna; c. 219 Heliogábalo; c. 236 Maximino el Tracio.

En resumen y según estos resultados, los depósitos del sur de la península ibérica se ajustan mejor a los patrones argentíferos de las monedas romanas. Los investigadores consideran que en estos yacimientos se extrajeron los minerales con los que Roma reflejó su poder económico. "El control de las fuentes de plata era un tema de gran importancia geopolítica y la identificación de estas minas puede ayudar a los arqueólogos a reconstruir los flujos antiguos de metales preciosos y responder a importantes preguntas históricas", explica Jean Milot, investigador de la Universidad de Lyon y autor principal del artículo científico.

No obstante, los especialistas dejan la puerta abierta a futuras investigaciones sobre la materia: "Este trabajo debe extenderse a la región rica en plata en la que se inventó la acuñación en los siglos VII-VI a.C., Grecia y Asia Menor (la Turquía actual). El método que describimos aquí nos permitirá conocer las zonas de mineral perdidas que suministraron plata a los imperios del Mediterráneo oriental desde la Edad del Bronce hasta el colapso de los reinos helenísticos".

Fuente: elespanol.com | 21 de diciembre de 2021

Hallan en Cesarea Marítima (Israel) un anillo de oro de la época del Imperio Romano con una alegoría de Jesucristo tallada

Anillo de oro que lleva una piedra verde grabada con la figura del Buen Pastor, una de las primeras expresiones para referirse a Jesús, ha sido exhibido en el laboratorio de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Jerusalén. HMAD GHARABLI, AFP A TRAVÉS DE GETTY IMAGES.

Israel dio a conocer este miércoles centenares de objetos arqueológicos encontrados en excavaciones submarinas en el Mediterráneo, entre los que se incluye un anillo de oro que permaneció bajo el agua durante 1.700 años y que tiene grabada la imagen del Buen Pastor, alegoría de Jesucristo.

Estos objetos han sido descubiertos durante los últimos meses frente a las costas de Cesarea Marítima, ubicada entre las ciudades de Tel Aviv y Haifa, donde dos barcos se hundieron hace 1.700 y 600 años, respectivamente, informó la Autoridad de Antigüedades Israelí (AIA).

Los pecios de los buques y sus cargamentos se encontraban dispersos en el fondo del mar a tan solo cuatro metros de profundidad. Según los especialistas de la Unidad de Arqueología Marina de la AAI, las naves probablemente estaban ancladas cerca de la costa cuando empezó una tormenta y se las llevó a alta mar.

En las excavaciones submarinas fue descubierto un anillo octogonal de oro, con una gema verde engarzada y grabada con la imagen de un joven pastor con túnica, con un carnero u oveja en sus hombros.

De acuerdo a Helena Sokolov, responsable de conservación de piezas de la AIA, la imagen del Buen Pastor, que representa a Jesucristo como un guía de su pueblo, es muy poco frecuente en un anillo aunque está muy extendida en el arte cristiano. La alhaja, en virtud de su pequeño tamaño, habría pertenecido a una mujer, según Sokolov.

Su descubrimiento frente a las costas de Cesarea Marítima tiene sentido, puesto que esta ciudad fue la capital local del Imperio Romano en el siglo III y su puerto era clave por entonces, indicó Sokolov a la AFP.

"En aquella época, el cristianismo vivía aún sus inicios, pero era muy evidente que se estaba desarrollando, sobre todo en ciudades mixtas como Cesarea Marítima", añadió la experta.

Monedas y el anillo de oro hallado con el símbolo del Buen Pastor en el laboratorio de la Autoridad de Antigüedades de Israel en Jerusalén. AFP.

La Autoridad de Antigüedades también recuperó centenares de monedas de plata y bronce que datan de la época romana, y otros cientos del siglo XIV, precisamente de la época mameluca (sultanato medieval en la región). Además se halló una figurilla de águila, símbolo del poder militar romano, hecha de bronce; una estatuilla de un pantomimo romano con una máscara cómica; numerosas campanitas de bronce que se utilizaban para alejar a los malos espíritus; y vasijas de cerámica.

Figuras y campanitas halladas en la misma excavación. Foto: Ministerio de Antigüedades de Israel.

Fuentes: eluniversal.com.mx | actualdad.rt.com | rpp.pe| 22 de diciembre de 2021

Encuentran objetos egipcios de la época de Nefertiti y mesopotámicos en Chipre

Arqueólogos de la Universidad de Gotemburgo han concluido la excavación de dos tumbas en la ciudad de la Edad del Bronce de Hala Sultan Tekke, en Chipre. Los hallazgos incluyen más de 150 esqueletos humanos y cerca de 500 objetos, incluidas joyas de oro, piedras preciosas y cerámicas de alrededor del 1350 a. C.

Joyas de loto egipcias con incrustaciones de piedras (hacia 1350 a. C.). Foto: Peter Fischer, Teresa Bürge

Desde 2010, La Expedición Söderberg ha tenido varias rondas de excavaciones en Chipre. En 2018, los arqueólogos descubrieron dos tumbas en forma de cámaras subterráneas con una gran cantidad de esqueletos humanos. La gestión de los hallazgos requirió un trabajo muy delicado durante cuatro años, ya que los huesos eran extremadamente frágiles después de más de 3.000 años en el suelo salado.

Además de los esqueletos de 155 personas, el equipo también encontró 500 objetos. Los esqueletos y los objetos funerarios rituales estaban en capas uno encima del otro, lo que demuestra que las tumbas se utilizaron durante varias generaciones.

“Los hallazgos indican que se trata de tumbas familiares de la élite gobernante de la ciudad. Por ejemplo, encontramos el esqueleto de un niño de cinco años con un collar de oro, pendientes de oro y una tiara de oro. Probablemente era hijo de una familia rica y poderosa”, dijo el profesor Peter Fischer (izquierda), líder de las excavaciones.

Los hallazgos incluyen joyas y otros objetos hechos de oro, plata, bronce, marfil y piedras preciosas y vasijas ricamente decoradas de muchas culturas.

Uno de los esqueletos pertenecía a un niño de cinco años enterrado con muchas joyas de oro, incluida esta tiara. Foto: Peter Fischer, Teresa Bürge

“También encontramos un toro de cerámica. El cuerpo de este toro hueco tiene dos aberturas: una en el lomo para llenarlo con un líquido, probablemente vino, y otra en la nariz para beber. Aparentemente, tenían fiestas en la cámara para honrar a sus muertos".

El mismo niño de cinco años también tenía este collar. Foto: Peter Fischer, Teresa Bürge

Un mensaje de miles de años

Un hallazgo particularmente importante es un sello en forma de cilindro hecho de hematita, con una inscripción cuneiforme de Mesopotamia (actual Irak), que los arqueólogos pudieron descifrar.

Cilindro hecho con un mineral llamado hematita, con una inscripción cuneiforme de Mesopotamia. Peter Fischer / Teresa Bürge

“El texto consta de tres líneas y menciona tres nombres. Uno es Amurru, un dios adorado en Mesopotamia. Los otros dos son reyes históricos, padre e hijo, a quienes recientemente logramos rastrear en otros textos sobre tablillas de arcilla del mismo período, es decir, del siglo XVIII antes de Cristo. Actualmente estamos tratando de determinar por qué el sello terminó en Chipre a más de 1000 kilómetros de donde se hizo".

Entre los hallazgos se encuentran cornalina de la India, lapislázuli de Afganistán y ámbar de todo el mar Báltico, lo que demuestra que la ciudad tuvo un papel central en el comercio durante la Edad del Bronce. Las joyas de oro, junto con los escarabeos (amuletos en forma de escarabajo con jeroglíficos) y los restos de peces importados del valle del Nilo, cuentan la historia del comercio intensivo con Egipto.

Gran vasija con pinturas de carros de guerra de Grecia (ca. 1350 a. C.). Las vasijas de cerámica, en particular las importadas de Grecia y Creta, están decoradas con escenas de carros tirados por caballos, individuos que llevan espadas, animales y flores. Foto: Peter Fischer, Teresa Bürge

Red comercial de amplio alcance

Al comparar estos hallazgos con otros similares de Egipto, los arqueólogos también pudieron fechar las joyas.

“Las comparaciones muestran que la mayoría de los objetos son de la época de Nefertiti y su esposo Akenatón, alrededor de 1350 a. C. Como un colgante de oro o una flor de loto con incrustaciones de piedras preciosas. Nefertiti usó joyas similares".

Cerámica de importación micénica. 1350 a.C.

En cuanto a las cerámicas también son importantes. “La forma en que las cerámicas cambiaron en apariencia y material con el tiempo nos permite fecharlas y estudiar las conexiones que estas personas tenían con el mundo circundante. Lo que más me fascina es la amplia red de contactos que tenían hace 3.400 años”.

El siguiente paso será el análisis de ADN de los esqueletos. “Esto revelará cómo se relacionaban los diferentes individuos entre sí y si hay inmigrantes de otras culturas, lo cual no es improbable considerando las vastas redes comerciales que tenían”, dice Peter Fischer.

En las tumbas, los arqueólogos encontraron figurillas de diosas con caras de pájaros. Es probable que se trate de una diosa con cabeza de pájaro que sostiene a un niño que es mitad pájaro y mitad humano. Foto: Peter Fischer, Teresa Bürge

Fuente: University of Gothenburg

Denisovanos u 'Homo sapiens': ¿quiénes fueron los primeros en establecerse permanentemente en la meseta tibetana?

Una vista de la meseta tibetana donde se realizó la investigación.

La meseta tibetana ha sido considerada durante mucho tiempo como uno de los últimos lugares en ser poblado por los seres humanos en su migración alrededor del mundo. Un nuevo artículo de dos investigadoras de la Universidad de California, Davis (UC Davis), destaca que nuestros primos extintos, los denisovanos, alcanzaron el "techo del mundo" hace unos 160.000 años, 120.000 años antes que las estimaciones anteriores realizadas sobre nuestra especie, e incluso contribuyeron a nuestra adaptación a la altura.

El artículo, que se publicó este mes en la revista Trends in Ecology & Evolution, sugiere que una mirada cruzada a las evidencias arqueológicas y genéticas proporciona pistas esenciales para reconstruir la historia del poblamiento de esta región asiática.

Los denisovanos fueron homínidos arcaicos que alguna vez se dispersaron por Asia. Después de varios casos de cruzamiento con los primeros humanos modernos (Homo sapiens) que llegaron al lugar, una de sus hibridaciones benefició la supervivencia y el asentamiento de los tibetanos en grandes altitudes.

Esas conclusiones se encuentran entre los hallazgos que llevaron a Peiqi Zhang (izquierda), una estudiante de doctorado de la UC Davis que participó en las excavaciones de un enclave arqueológico por encima de los 4.600 metros en el Tíbet, y Xinjun Zhang (derecha), una investigadora postdoctoral en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) que estudia a los denisovanos y el ADN de otros humanos, a hacerse la siguiente pregunta: ¿qué sabemos sobre cómo y cuándo se pobló la región del Tíbet?

Las dos investigadoras (que no tienen lazos familiares, a pesar de la semejanza de su apellido) llevaron a cabo una revisión de las evidencias de dispersión y asentamiento del Homo sapiens en la meseta tibetana, e integraron los descubrimientos arqueológicos y genéticos conocidos hasta el momento. "Antes de nuestro artículo, faltaba una revisión integral que uniera ambos campos, especialmente con el mismo énfasis", dijo Peiqi Zhang.

Cuatro periodos de ocupación

Los datos arqueológicas sugieren cuatro períodos principales de ocupación, los cuales comienzan con los denisovanos hace unos 160.000 años y le siguen tres períodos de humanos modernos, los cuales llegaron a partir de hace unos 40.000 años, y luego hace 16.000 años y hace 8.000 años.

"Según las evidencias arqueológicas, sabemos que hay brechas entre estos períodos de ocupación", dijo Peiqi Zhang. "Pero el trabajo arqueológico en la meseta tibetana es muy limitado. Todavía existe la posibilidad de una ocupación humana continua desde finales de la Edad de Hielo, si bien no hemos encontrado suficientes datos para confirmarlo".

Los denisovanos fueron identificados por primera vez en 2010, según el ADN extraído del hueso del dedo de una niña encontrado en las cuevas de Denísova, en las montañas de Altai, Siberia. Su ADN portaba un haplotipo muy similar al gen Endotelial Pas1 (EPAS1), que en las poblaciones vivas se sabe que mejora el transporte de oxígeno en la sangre. La mayoría de los tibetanos modernos portan una alta frecuencia del gen EPAS1.

Mandíbula hallada en Siahe, Tíbet. D. ZHANG, LANZHOU UNIVERSITY.

En 2019, una mandíbula parcial hallada en una cueva de la meseta tibetana se identificó, en un principio, como perteneciente a un denisovano, pero no se pudo determinar si la misma portaba el mismo gen referenciado. "No sabemos si los denisovanos se estaban adaptando a la hipoxia de la meseta tibetana en ese momento", declara Peiqi Zhang. "Se sabe poco sobre la biología y su comportamiento en la meseta tibetana".

"Los estudios genéticos muestran que los asiáticos y los oceánicos de Australia, Nueva Zelanda, Melanesia, Micronesia y Polinesia, heredaron diferentes cantidades de ADN denisovano", añade Xinjun Zhang. "Ello podría significar que este mestizaje ocurrió con asiáticos ancestrales antes de la subdivisión de las poblaciones locales que vemos hoy en día".

Y tal circunstancia debió de suceder más de una vez. "A partir de los estudios genéticos podemos detectar que todos los asiáticos orientales, incluidos los tibetanos, se cruzaron con dos grupos de denisovanos distintos, siendo uno de estos eventos exclusivo de los asiáticos orientales y el otro compartido con otros asiáticos del sur", precisa Xinjun Zhang. "Y, dado que todos los asiáticos orientales muestran los mismos patrones, tenemos razones para creer que el evento de mestizaje (el que es exclusivo de estos asiáticos orientales) ocurrió en algún lugar de las tierras bajas en lugar de en la meseta, propiamente dicha".

Debido a los genes transmitidos por los denisovanos, este granjero tibetano no experimenta ninguna incomodidad a las alturas. stveak / Adobe Stock.

Zhang y Zhang proponen dos modelos de ocupación humana de la meseta tibetana como un marco de investigación que puede ser probado por futuros descubrimientos:

  • Asentamientos intermitentes, antes de establecerse en la meseta de modo permanente, sobre el final de la Edad del Hielo, hace unos 9.000 años.
  • Una ocupación continua que comenzó hace entre 40.000 y 30.000 años.

En cualquiera de los dos modelos, los denovisanos podrían haber transmitido el haplotipo EPAS1 a los humanos modernos hace unos 48.000 a 46.000 años.

"La pregunta principal es si ellos se habían establecido allí de modo permanente, lo que significaría que se habían adaptado biológicamente a la hipoxia", dice Nicolas Zwyns (izquierda), profesor asociado de antropología de UC Davis y autor supervisor del artículo. "¿O simplemente llegaron allí por accidente y luego se retiraron a las tierras bajas, o bien acabaron desapareciendo?"

No está claro cuándo se extinguieron los denisovanos, pero algunos estudios sugieren que pudo haber sido hace 20.000 años. "Aunque no sabemos si se adaptaron a la gran altitud, la transmisión de algunos de sus genes a nosotros cambió las reglas del juego miles de años después permitiendo que nuestra especie se adaptara a la hipoxia", concluye Zwyns. "Eso para mí es una historia fantástica".

Fuente: phys.org | 7 de diciembre de 2021

Los primeros pobladores de Europa ya se alimentaban de carne animal y su dieta incluía desde hipopótamos hasta tortugas

Vista de la «majestuosas» defensas de Mammuthus meridionales encontradas en Fuente Nueva 3 (Imagen: ProyectORCE).

Las investigaciones lideradas por la Universidad de Granada en el yacimiento prehistórico de Fuente Nueva 3 (Orce, Granada) han demostrado que los primeros pobladores de Europa ya explotaban recursos cárnicos para su alimentación. Hace aproximadamente 1,2 millones de años, la dieta de estas poblaciones incluía desde carne de hipopótamos hasta tortugas.

Esta investigación se enmarca en el Proyecto Orce, dirigido por el profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Juan Manuel Jiménez Arenas, y ha sido encabezada por el investigador de la Universidad Complutense de Madrid, José Yravedra (izquierda).

Para alcanzar estas novedosas conclusiones, los investigadores han estudiado las marcas de corte encontradas en la superficie de los huesos y restos hallados en el yacimiento de Fuente Nueva 3. Uno de los elementos más originales que aporta este trabajo es la demostración de que los pobladores eran capaces de llegar pronto a los cadáveres de los animales y consumir sus partes más nutritivas antes de que lo hiciera la competencia, en este caso los carnívoros. Esto quiere decir que o bien llegaban a los recursos antes que otros animales o directamente competían contra ellos o los ahuyentaban para hacerse con el alimento, lo que supondría enfrentarse a tigres dientes de sable, hienas gigantes y perros salvajes parecidos a los licaones actuales.

Una marca de corte sobre un fémur de hipopótamo. Incluye la reconstrucción virtual 3D de dicha marca» (Yravedra et al., 2021)

El trabajo tafonómico ha resultado elemental en la investigación. Se trata de un análisis que permite interpretar cómo se forman los conjuntos fósiles y comprender qué agentes intervinieron en la acumulación. El investigador José Yravedra explica que, si hay estrías de descarnación infligidas con filos cortantes de piedra sobre un tipo de carne, “sabemos que los humanos fueron activos sobre ese animal”. “La metodología es muy compleja pero se basa en la observación de todas y cada una de las alteraciones que presentan los huesos y en la comparación con especies actuales que, por razones obvias, conocemos mejor, y también con otros yacimientos”, detalla Yravedra.

¿Cómo conseguían la carne?

Una de las grandes cuestiones que plantean los investigadores tiene que ver con la metodología a través de la cual estos pobladores conseguían la carne. Jiménez Arenas plantea que “si carroñaban, como parece ser la tónica general, ¿los recursos animales se cazaban o se recolectaban? Nosotros creemos que el carroñeo es una forma de recolección”.

Varias marcas de corte del nivel 5 de FN3 en el nivel 3 de tamaño del animal, pelvis del nivel 5 del tamaño del animal y un fragmento indeterminado del nivel 5.

Solo la continuidad en la investigación permitirá seguir despejando incógnitas, porque las estrategias de obtención de los recursos están relacionadas con las capacidades cognitivas de los antepasados. “No es lo mismo cazar que ser un carroñero pasivo que se conforma con los despojos dejados por otros consumidores”, puntualiza, Yravedra, el investigador principal de este trabajo.

A futuro, el Proyecto Orce también tiene la intención de implementar un programa de investigación basado en la inteligencia artificial que permita conocer con mayor detalle las especies que mordieron los huesos presentes en Fuente Nueva 3, además de ver la relación que hay entre la industria lítica tallada y las marcas de corte.

Este artículo ha sido posible gracias a la financiación de la Junta de Andalucía y de la Fundación Palarq y a la colaboración de investigadores e investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Sevilla, Universidad de Salamanca, IPHES-Tarragona, Universidad de Helsinki (Finlandia), Museo Primeros Pobladores de Europa ‘Josep Gibert’ (Orce, Granada), Museo Arqueológico Provincial de Granada y Universidad de Granada.

Referencia bibliográfica:

José Yravedra, José Antonio Solano, Lloyd A. Courtenay, Juha Saarinen, Gonzalo Linares-Matás, Carmen Luzón, Alexia Serrano-Ramos, Darío Herranz-Rodrigo, José Miguel Cámara, Auxiliadora Ruiz, Stefania Titton, Juan José Rodríguez-Alba, Clara Mielgo, Hugues-Alexandre Blain, Jordi Agustí, Christian Sánchez-Bandera, Eva Montilla, Isidro Toro-Moyano, Mikael Fortelius, Oriol Oms, Deborah Barsky, Juan Manuel Jiménez-Arenas (2021) “Use of meat resources in the Early Pleistocene assemblages from Fuente Nueva 3 (Orce, Granada, Spain)”. Archaeological and Anthropological Sciences 13, 213. https://doi.org/10.1007/s12520-021-01461-7

Fuente: Universidad de Granada | 16 de diciembre de 2021