El hallazgo en Nuevo México de restos de mamuts cazados está entre las mejores evidencias de humanos en América del Norte anterior a la cultura Clovis

Restos de dos mamuts descubiertos en Nuevo México muestran que los humanos pudieron haber vivido en América del Norte mucho antes de lo que se ha venido pensando. Crédito: NPS.

Hace unos 37.000 años, una madre mamut y su cría encontraron su fin a manos de los seres humanos.

Los huesos del sitio donde ocurrió la matanza registran cómo los humanos elaboraron, a partir de los huesos largos, cuchillas desechables para desollar sus cadáveres y quemar su grasa. Pero un detalle clave distingue a este sitio de otros de esta época. Está en Nuevo México, un lugar donde la mayoría de evidencias arqueológicas no sitúan a los humanos hasta decenas de miles de años después.

Sin embargo, un estudio recientemente publicado en Frontiers in Ecology and Evolution y dirigido por científicos de la Universidad de Texas, en Austin, ha encontrado que el lugar ofrece algunas de las pruebas más concluyentes de que los humanos se establecieron en América del Norte mucho antes de lo que se pensaba convencionalmente.

Los investigadores encontraron una gran cantidad de evidencias que rara vez se hallan en un solo lugar. Entre las mismas hay fósiles con fracturas por fuerza contundente, cuchillos de escamas de hueso con bordes desgastados y signos de fuego controlado. Y gracias al análisis mediante datación por carbono-14 del colágeno extraído de los huesos de mamut, se ha podido establecer la antigüedad del lugar entre 38.900 y 36.250 años, lo que lo convierte en uno de los sitios más antiguos por el que discurrieron los humanos en América del Norte.

Primer plano de la pila de huesos sacados a la luz durante la excavación. Esta mezcla aleatoria de costillas, huesos craneales rotos, un molar, fragmentos de huesos y adoquines de piedra es un montón de restos de los mamuts masacrados. Se han conservado debajo del cráneo y los colmillos de un mamut adulto. Crédito: Timothy Rowe / Universidad de Texas en Austin.

"Lo que tenemos es increíble", dijo el autor principal Timothy Rowe (izquierda), paleontólogo y profesor de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Texas Jackson. "No es un sitio carismático con un hermoso esqueleto de lado. Está todo destrozado. Pero esa es la historia".

Rowe no suele investigar mamuts ni humanos. No obstante, se involucró en el trabajo de investigación porque los huesos aparecieron en su patio trasero, literalmente. Un vecino vio en 2013 un colmillo desgastado en la ladera de una colina en la propiedad de Rowe, en Nuevo México. Cuando Rowe fue a comprobarlo, encontró un cráneo de mamut aplastado y otros huesos que parecían haber sido rotos de modo deliberado. Era un lugar de carnicería. Pero los presuntos sitios en los que pudo haber humanos tempranos están envueltos en la incertidumbre, dado que es notoriamente difícil determinar qué fue moldeado por la naturaleza en comparación con las manos humanas.

"Esta incertidumbre ha llevado a un debate en la comunidad antropológica sobre cuándo llegaron los humanos por primera vez a América del Norte. La cultura Clovis, que data de hace 16.000 años, dejó herramientas de piedra talladas. Pero en enclaves más antiguos, donde las herramientas de piedra están ausentes, la evidencia de humanos presentes se vuelve más subjetiva", dice el profesor retirado de la Universidad Estatal de Texas, Mike B. Collins (derecha), quien no participó en la elaboración del artículo, pero que sí ha supervisado la investigación arqueológica en Gault, un conocido yacimiento cerca de Austin con abundante restos de la cultura Clovis y artefactos anteriores a esta.

Aunque el gigantesco lugar hallado carece de herramientas de piedra claramente asociadas a humanos, Rowe y sus coautores pudieron aportar una serie de pruebas de apoyo en favor de ello al someter muestras encontradas a análisis científicos desarrollados en el laboratorio.

El sitio de excavación contiene principalmente huesos rotos de las costillas y la columna vertebral de los mamuts. El fósil más destacado es una porción del cráneo del mamut adulto. Crédito: Timothy Rowe / Universidad de Texas en Austin.

Entre otros hallazgos, las tomografías computarizadas de rayos X de alta resolución obtenidas en la Universidad de Texas revelaron escamas de hueso con redes de fracturas microscópicas similares a las de los huesos de vaca recién cortados, así como heridas punzantes bien ubicadas que habrían ayudado a drenar la grasa de las costillas y huesos vertebrales de los animales.

"Realmente solo hay un par de formas eficientes de despellejar a un gato, por así decirlo", afirma Rowe. "Los patrones de descuartizamiento son bastante característicos".

Además, el análisis químico del sedimento que rodeaba los huesos mostró que las partículas existentes de quemaduras provenían de un fuego sostenido y controlado, no de un rayo o un incendio forestal. El material hallado también contenía huesos pulverizados y restos quemados de pequeños animales, en su mayoría peces (aunque el sitio está a más de 60 metros del río más cercano), pero también aves, roedores y lagartijas.

Marcas de descuartizamiento en costillas de mamut. La costilla superior muestra una fractura por impacto de fuerza contundente; la costilla central muestra una herida punzante, probablemente hecha con una herramienta; la costilla inferior muestra marcas de corte. Crédito: Timothy Rowe et al. / La Universidad de Texas en Austin.

Con base en la evidencia genética de las poblaciones indígenas de América del Sur y Central, así como de artefactos hallados en otros sitios arqueológicos, algunos científicos han propuesto que América del Norte tuvo al menos dos poblaciones fundadoras: la llamada Clovis y una sociedad anterior a a esta con un linaje genético diferente.

Los investigadores sugieren que el yacimiento hallado en Nuevo México, con su antigüedad y herramientas de hueso (en lugar de una tecnología de piedra elaborada), puede respaldar la teoría anterior. Collins dijo que el estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencias de sociedades anteriores a la cultura Clovis en América del Norte, al tiempo que proporciona un conjunto de procedimientos de análisis que pueden ayudar a otros a encontrar evidencias que de otro modo se podrían pasar por r alto.

"Tim ha realizado un trabajo excelente y minucioso que representa una investigación de vanguardia", sostien Collins. "Ha forjando un camino del que otros pueden aprender y seguir".

Fuente: Universidad de Texas, Austin | 1 de agosto de 2022

Encuentran los restos de la que podría ser una de las aldeas más antiguas del sur de la península ibérica

Uno de los sondeos en el Cerro del Cercado de Zamoranos.

En el VI milenio antes de Cristo comenzaron a asentarse las primeras comunidades agrícolas en el sur de la península ibérica. Se sabe que comenzaron a edificar las primeras aldeas, pero son muy escasos los testimonios de esta proto-urbanización que han llegado al día de hoy. El carácter precario de las estructuras con que se construía, el paso del tiempo y el uso agrícola de las tierras donde se asentaron ha impedido que lleguen testimonios arqueológicos de aquellas primeras aldeas. Sin embargo, gracias a un modesto, pero ambicioso trabajo arqueológico a un kilómetro de Zamoranos, una pedanía de Priego, en Córdoba, se ha descubierto lo que podría ser una de las aldeas más antiguas jamás estudiadas en el sur de la Península.

En estos calurosos días de agosto ha concluido la primera campaña de excavación arqueológica en el Cerro del Cercado, en la localidad de Zamoranos, Priego de Córdoba, dirigida por Rafael M. Martínez (izquierda), profesor del Área de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, y en el que han colaborado profesores de las universidades de Huelva (J. Carlos Vera), Córdoba y Granada (A. Maldonado), así como distintos estudiantes e investigadores vinculados a las universidades de Córdoba, Sevilla, Huelva, La Laguna y Granada.

Esta actividad, autorizada por la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico en Córdoba y financiada por el Ayuntamiento de Priego (Córdoba), desde el Servicio Municipal de Arqueología (Museo Histórico Municipal), ha supuesto una primera toma de contacto con la ocupación del territorio en la depresión Priego-Alcaudete durante el Neolítico antiguo, siguiendo trabajos previos realizados en la cercana Cueva de los Mármoles, de la misma localidad (2018). “Esta vez, se ha empleado de forma sistemática herramientas de digitalización tridimensional como parte de las tareas de documentación arqueológica”, detalla el arqueólogo Rafael Martínez.

Participantes en la campaña arqueológica que se está llevando a cabo en el Cerro del Cercado. MUSEO ARQUEOLÓGICO PRIEGO

Martínez detalla que en el territorio que hoy ocupa Andalucía, así como en gran parte del Mediterráneo occidental, “los testimonios conservados de los asentamientos de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas, donde se realizaría una parte importante de sus actividades económicas y productivas, así como de sus rituales simbólicos y funerarios, resultan muy escasos, siendo muy pocos los yacimientos identificados como poblados al aire libre ocupados entre 7.500 y 6.800 años antes de la actualidad”, señala. “El carácter precario de estas estructuras, junto con la acción del tiempo y el uso del suelo, ha limitado en gran medida que testimonios de estas características hayan llegado a nuestros días, frente a una mejor conservación, aunque de carácter muy diferente, en cuevas, abrigos y en el medio subterráneo”, expone.

En la excavación de estas semanas desarrollada en el Cerro del Cercado de Zamoranos, en una zona de olivares, "se han realizado dos sondeos estratigráficos que han desvelado la realidad de un yacimiento con más de una fase de ocupación dentro de este período”, detalla el director de esta interesante excavación. “Entre otros hallazgos, destaca la existencia de estructuras constructivas, que podríamos considerar entre las más antiguas del sur de la península ibérica; disposiciones estructurales a base de bloques de piedra, agujeros y calzos de poste, así como contextos formados por multitud de fragmentos de arcilla con improntas de entramado vegetal, testimonio de antiguas paredes de bareque”, agrega.

Pequeñas arandelas prehistóricas halladas en la excavación de Zamoranos.

“Entre los artefactos y otros restos recuperados destaca una gran cantidad de cerámica realizada a mano, con destacados testimonios de cerámica impresa, incisa y a la almagra (un característico engobe rojo); ejemplos de adorno personal en concha y piedra (incluyendo fragmentos de brazaletes), y multitud de artefactos de piedra y sílex, láminas que fueron usadas como cuchillas, componentes de hoces destinadas a la siega, o puntas de proyectil y taladros”, relata el arqueólogo. En la excavación también se han encontrado una multitud de huesos de animales, sobre todo especies domesticadas como ovejas y cabras, vacas y cerdos, aunque también se han reconocido ciervos y conejos.

Después de “esta primera toma de contacto”, el equipo pretende continuar los trabajos con el objetivo de “ajustar la secuencia y definir y documentar con mayor resolución las estructuras constructivas detectadas, de cara a un estudio futuro centrado en un yacimiento rico y complejo, como es el Cerro el Cercado”, concluye Martínez.

Foto de familia de los arqueólogos que han llevado a cabo esta excavación.

Fuente: cordopolis.eldiario.es | 4 de agosto de 2022

Cara a cara con los gobernadores del antiguo Egipto en Elefantina

El equipo de arqueólogos trabajando en el proyecto. Patricia Mora / UJA., Author provided.

Hace poco más de cinco mil años, en torno al 3200 a.e.c., el originario reino de Egipto se extendió hasta la primera catarata del Nilo, el primer gran accidente que impedía a cualquiera continuar su viaje en barco por el río más largo de África.

En una de las islas más grandes establecieron un asentamiento, que, poco a poco, se convirtió en la ciudad más meridional de Egipto. Recibió el nombre de Elefantina, probablemente porque uno de los principales objetivos al conquistar esa zona era asegurarse el suministro de marfil de elefante, animal que abundaría en el Nilo Central y en las regiones subtropicales del interior de África.

Productos y funcionarios

Junto con este producto, los egipcios importaban otros objetos y materiales de prestigio, como el ébano, las pieles de leopardo y los aceites exóticos para la cosmética corporal. Aunque los destinatarios finales de todos estos productos exclusivos eran el rey y su corte, Elefantina era la primera ciudad egipcia a la que arribaban esas mercancías. Esto obligó a que hubiera funcionarios de la corona establecidos desde épocas muy tempranas.

Vista general del Proyecto Qubbet el-Hawa en Elefantina. Patricia Mora / UJA., Author provided.

Estos representantes se encargaron también de avituallar a las misiones enviadas por el palacio, tanto para traer los productos del sur como para extraer grandes bloques de granito, muy abundantes alrededor de la ciudad. Estas piedras duras se utilizaban principalmente en algunas zonas de los complejos piramidales destinados a los reyes y reinas. Además, a lo largo del tercer milenio a.e.c. se comenzaron a explotar las minas de amatista y se recogía la cornalina presente en los lechos secos de las torrenteras alrededor del Valle del Nilo.

La presencia de altos oficiales reales en Elefantina está atestiguada desde el 2800 a.e.c., si bien no sería extraño que ya se hubiesen instalado en siglos anteriores. Desconocemos si estos funcionarios eran oriundos del lugar o enviados especialmente desde la corte, a donde regresarían a terminar sus días y ser enterrados. Sin embargo, en torno al 2400 a.e.c., los oficiales empiezan a enterrarse en la necrópolis de la isla de Elefantina, en unas tumbas de ladrillo que reciben el nombre de mastabas.

Durante los primeros reinados de la Dinastía VI (2300 a.e.c.), se reforma la administración egipcia, incluyendo también la de Elefantina. Estas modificaciones coinciden con el cambio de lugar de enterramiento de los altos oficiales de la ciudad. A partir de entonces, los oficiales se entierran en una colina cercana, pero situada en la orilla oeste del Nilo. Este sitio se conoce en la actualidad como Qubbet el-Hawa y es una de las necrópolis más conocidas de Egipto.

Miembro del equipo trabajando en una tumba de la excavación. Patricia Mora / UJA., Author provided.

Proyecto Qubbet el-Hawa

Desde el año 2008, la Universidad de Jaén lidera un proyecto interdisciplinar en Qubbet el-Hawa en el que participan investigadores procedentes de diferentes instituciones académicas de España y del resto de Europa.

El yacimiento fue descubierto a finales del siglo XIX y había sido excavado por diferentes investigadores, pero siempre con metodologías muy rudimentarias. El Proyecto Qubbet el-Hawa aplica las últimas tecnologías en las excavaciones arqueológicas y en el análisis del material.

Por razones de coherencia cronológica, el proyecto se ha centrado desde su comienzo en las tumbas datadas en la Dinastía XII (1939-1760 a.e.c.). Aunque muchas de estas tumbas habían sido excavadas parcialmente e, incluso, abiertas al público, quedaban los pozos funerarios y otras tumbas que no se habían excavado completamente.

Vista de las puertas de varias tumbas en la necrópolis de Qubbet el-Haw.

En los últimas catorce campañas arqueológicas, el Proyecto Qubbet el-Hawa ha tenido la fortuna de encontrar diez cámaras y tumbas intactas. Entre ellas, sacó a la luz el enterramiento del gobernador de Elefantina Heqaib III, que ostentó el poder alrededor del 1800 a.e.c. Descubrimientos contemporáneos a éste nos han permitido reconstruir cómo se organizaba el grupo dirigente en una provincia egipcia. Así hemos detectados tres niveles dentro de ese segmento social: el gobernador y su familia nuclear, el núcleo de asistentes y ayudantes más cercanos y, finalmente, familiares o individuos relacionados con la familia dirigente.

Los enterramientos de todos estaban compuestos por ataúdes de madera, generalmente importada del Líbano, decorados con fórmulas funerarias en jeroglíficos. Dependiendo de su cronología, los enterramientos iban acompañados de un ajuar más variado. Así, los de comienzos de la XII Dinastía son más ricos que los de finales. Pese a estas diferencias, basadas probablemente en la evolución de las creencias funerarias, los ajuares de las mujeres son más opulentos y variados, por lo que es más difícil que haya ejemplos intactos de ellos en comparación con los masculinos.

Entre los objetos de prestigio que componían los ajuares se han encontrado dagas de bronce, que eran marcadores sociales, amuletos de diferentes materiales, cerámicas y maquetas de barcos que representaban el transporte de la momia a la necrópolis.

Todos los cuerpos estaban envueltos por vendas o telas de lino, que, en algunas ocasiones, estaban a su vez cubiertas por cartonajes de yeso y tela policromados, lo que le daba al difunto apariencia de estar vivo.

Excavación en los pozos de la tumba QH32, que incluye el movimiento de una gran losa de cierre y trabajos de análisis químicos: Fotografías: Dr. José Manuel Alba (codirector del proyecto).

Conclusión

La excavación arqueológica y la investigación interdisciplinar asociada a la misma permiten obtener una visión más amplia y cercana de cómo se vivía y cómo se entendía la muerte en la Antigüedad.

A partir del análisis de los datos que el Proyecto de la Universidad de Jaén está consiguiendo en Qubbet el-Hawa, estamos más cerca de tener una fotografía más real de cómo era la sociedad antigua en una zona fronteriza: a qué edades morían, de qué morían, qué necesitaban para vivir en el más allá, etc.

Todas las respuestas a esas preguntas nos describen una cultura que se aleja de la imagen romántica que tenemos del antiguo Egipto.

Por

Profesor Titular de Historia Antigua, Universidad de Jaén

Fuente: theconversation.com | 25 de julio de 2022

Descubren en Cajamarca (Perú) una aldea de piedra de hace 5.000 años

Arqueólogos de la Universidad Nacional de Trujillo descubrieron en Cajamarca una aldea de piedra de más de 5,000 años de antigüedad. Foto: Cortesía: Feren Castillo.

Un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) halló oculto, debajo de una espesa vegetación, un conjunto de estructuras construidas en piedra que superarían los 5.000 años de antigüedad, en el caserío de Altamisa, ubicado en el distrito José de Lourdes, en la provincia de San Ignacio, región Cajamarca (Perú).

El director del Proyecto de Investigación de la Cuenca de Chirinos (PICCHI), Feren Castillo (izquierda), informó a la Agencia Andina que se trataría de pequeñas aldeas que recién se estaban asentando; gente sedentaria que vivía de la acuicultura, y que tenía una fuente de agua próxima en el río Chirinos, donde en la actualidad se practica la pesca. Por ello, no se descarta como hipótesis que los primeros hombres también hayan realizado esta actividad para sobrevivir.
La excavación ha durado cinco semanas, pero ha sido restringida. Por ello, se han realizado cateos y trincheras para registrar las estructuras en un espacio de 100 metros cuadrados; además se han ejecutado labores de reconocimiento, mapeo y prospección en un polígono de 52 hectáreas.


Tradición distinta

“No tenemos carbono-14]para hacer dataciones, así que nos ha tocado hacer comparaciones con otros sitios similares”. En ese sentido, indicó que han visitado al arqueólogo Quirino Olivera Nuñez, quien dirige la investigación en el sitio arqueológico de Monte Grande, en Jaén, al que le mostraron las fotografías de Altamisa y llegaron al consenso de que no se parece a la tradición de Monte Grande. “Más bien tiene similitud con las estructuras halladas en el sitio arqueológico Santa Ana–Florida, en la provincia Zamora Chinchipe, en Ecuador”, indica.
El investigador explica que las dataciones realizadas en la Florida ubican el sitio con una antigüedad de más de 5.000 años, del formativo temprano o el periodo inicial. “Creemos que este sitio arqueológico puede tener la misma datación; sin embargo, necesitaríamos realizar una investigación mucho más grande para tener más elementos de convicción”, señala.

Tres conjuntos

Por su parte, Anthony Brito, tesista de arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo, e impulsor del proyecto, mencionó que son tres conjuntos en total encontrados en Altamisa. El primero, referido a viviendas domésticas, cuyos muros tienen alrededor de un metro de altura. Un segundo sitio registra unas terrazas en forma de cuadrados, que se presume habrían servido como almacenes para las personas que habitaron la zona.

Asimismo, se ha registrado un tercer montículo que tiene formas de círculos concéntricos y que son los que más ha llamado la atención de los investigadores. Pero la densa vegetación del lugar no permite ver el sitio en todo su esplendor, incluso con la ayuda de un dron ha sido difícil captar el lugar correctamente.

Con la población

Luego de los trabajos de excavación, se convocó a la población para que conozcan el sitio y ayuden a protegerlo para evitar futuros saqueos.

“Luego de las excavaciones hemos tapado las estructuras nuevamente con ayuda de la comunidad, porque al ser campo abierto muchos animales de carga son llevados allí a pastorear, y así proteger las piedras que se encuentran de forma superficial”, dice.

Brito agradeció a sus padres Zacarías Brito y Adelaida Camacho Pintado y la Municipalidad Distrital de José de Lourdes por financiar el proyecto.

Pinturas rupestres

A unos cuántos kilómetros de Altamisa se ubica el caserío San Juan de Pacay, donde se hallaron cinco sitios con pinturas rupestres que, por sus patrones, tendrían una antigüedad de más de 12.000 años.

Castillo afirma que cuatro son abrigos rocosos y otro está en una poza, que la población denomina qocha. Son de color rojo, pero se desconoce el material con el que habrían sido pintados. Para los lugareños se habría usado el achiote.

“Por los patrones estamos hablando del precerámico, es decir, de los primeros hombres, por eso creemos que tengan más de 12.000 años de antigüedad. Se pueden ver hombres cazando, camélidos y venados, entre otras figuras. Son alrededor de 150 diseños los encontrados”, indicó.


Los arqueólogos Castillo y Brito coinciden que las pinturas rupestres presuntamente sirvieron para marcar los caminos: en medio del denso bosque se pueden apreciar estos abrigos rocosos que habrían servido como guías.

También consideran que los primeros hombres habrían realizado estas pinturas para plasmar sus concepciones religiosas, de acuerdo a la cosmovisión de aquella época.


“Sin duda, estamos ante un paisaje histórico natural que debe ser protegido y valorado, porque ni siquiera el Ministerio de Cultura ha registrado este sitio de Altamisa. Tenemos estructuras antiguas, pinturas rupestres realizadas por los primeros hombres, cataratas, quebradas y una vegetación que hace el contraste ideal”, añadió.

Feren Castillo destacó que es la primera vez que un proyecto dirigido por un profesor de la Universidad Nacional de Trujillo e integrado por tesistas de dicha casa de estudios hayan realizado este tipo de trabajos, que servirá para el licenciamiento de los estudiantes, pero también para publicar artículos que servirán de aporte a la arqueología amazónica y peruana. También participaron del proyecto Leonardo Montenegro, Jair Meza y Juan Emilio López.



Fuentes: andina.pe | rpp.pe | 4 de agosto de 2022

Hallan en Pompeya estancias repletas de objetos que reflejan el estilo de vida de 'la clase media-baja'

Los arqueólogos han encontrado varios armarios y baúles repletos de objetos cotidianos, como platos y vasos, así como muebles. EFE/Parque Arqueológico de Pompeya.

Las excavaciones de Pompeya continúan ofreciendo fascinantes viajes en el tiempo. Desde que el yacimiento adquirió un nuevo impulso hace unos años, después de un periodo de abandono, se han sucedido importantes descubrimientos que han revolucionado la arqueología.

Esta vez, de las cenizas de la ciudad arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 han emergido varios apartamentos pertenecientes a las 'clases medias' pompeyanas en los que aún se conservan armarios repletos de objetos como platos, vasos, ánforas y otros utensilios cotidianos similares en un excelente estado de conservación.

El hallazgo es significativo porque hasta ahora se tenía poca información sobre las 'clases medias y bajas' de la ciudad, que, aunque representaban la mayor parte de la población, tienen menor presencia en los estudios de la urbe, como ha explicado el director del Parque Arqueológico, Gabriel Zuchtriegel.

Gabriel Zuchtriegel en una de las habitaciones de la Casa del Jardín Encantado en Pompeya. Fotografía: Cesare Abbate/EPA.

Se tiene más constancia, en cambio, de las lujosas villas pertenecientes a familias poderosas, repletas de fastuosos frescos o mosaicos y llenas de decoración opulenta. “En el Imperio Romano, había un amplio sector de la población que luchaba por su estatus social y para el que el ‘pan de cada día’ no era algo que podía darse por descontado. Hablamos de una clase vulnerable durante las crisis políticas y las hambrunas, pero también ambiciosa para ascender en la escala social”, ha precisado Zuchtriegel.

Los recientes descubrimientos han confirmado que el afán por aparentar riqueza, la ambición de prosperidad, esa especie de 'quiero y no puedo', ya existían en la antigüedad. Los objetos han emergido en la conocida como Casa del Larario (o Casa del Jardín Encantado), un aparentemente lujoso espacio que vio la luz en 2018, y en el que los arqueólogos se han zambullido ahora para escudriñar cada rincón de cuatro de las estancias que incluía, dos en la primera planta y otras dos en sus bajos, a pie de calle. El larario era el lugar destinado en cada casa para adorar a los lares, los dioses de la casa u hogar a los que rendían culto los antiguos romanos.

El antiguo director del Parque Arqueológico de Pompeya, Massimo Osanna, mostrando una sección de la Casa del Larario (el larario puede observarse encima del fresco de serpientes) o del Jardín Encantado en 2018.

En la casa, algunas salas aparecen decoradas y guardan objetos preciados, mientras que en otras han emergido muebles de madera muy sencillos. “En la Casa del Larario se consiguió que el patio con el larario y la cisterna estuvieran decorados con pinturas excepcionales, pero evidentemente los medios no fueron suficientes para decorar las cinco habitaciones de la casa, una de las cuales servía de despensa”, apunta el director del parque.

En las otras salas, dos de ellas situadas en el piso superior y a las que se accede a través de un entresuelo, los expertos han encontrado gran variedad de objetos, algunos de materiales preciosos como el bronce y el vidrio, otros de uso cotidiano. Y también "muebles de madera extremadamente sencillos” de los que han podido hacer calcos. “No conocemos a los habitantes de la casa, pero seguramente la cultura de la ociosidad que inspiró la maravillosa decoración del patio fue más un futuro soñado que una realidad vivida por ellos”, ha revelado Zuchtriegel.

La vajilla de los hogares de clase media se separa de los escombros. Fotografía: AP.

En una de las estancias, sencilla y con suelo de tierra batida, la que los arqueólogos creen que podría ser una despensa, ha aparecido una alacena de cinco baldas y dos metros de altura que todavía conserva objetos de uso cotidiano como vasos, platos, cerámicas, pequeños contenedores y ánforas. Todos los muebles y objetos que se han encontrado en el interior de esta casa permiten ilustrar la vida de la 'clase media' pompeyana en el momento preciso en el que todo acabó, cuando el volcán Vesubio comenzó a rugir aquel otoño del año 79 y sepultó esta apacible colonia romana durante casi dos milenios. El armario se encuentra en el lugar exacto que ocupaba en el instante de la erupción y tiene una parte dañada a causa del desplome del techo de la vivienda por el peso del material piroclástico. Los expertos seguirán retirando las capas de ceniza que cubren la superficie para descubrir lo que se esconde. Lo harán lentamente para protegerlo.

En otra de las habitaciones, más pequeña y sin decoración en los muros, se aprecia una mesa circular de tres patas que ha aparecido prácticamente intacta con un cuenco de cerámica todavía sobre ella que contiene dos vinajeras de cristal, un platillo de cerámica y otro de cristal. Al lado se ha encontrado una cama sencilla, que aún mantiene una parte de su almohada. El catre es idéntico al que se descubrió el año pasado en la sala de los esclavos de la villa Civita Giuliana, desprovisto de cualquier decoración, desmontable y sin colchón, solo con una red de cuerdas sobre la que se colocaba una tela.

Una lámpara de aceite hallada por los arqueólogos de Pompeya en sus excavaciones. Parque Arqueológico de Pompeya. EFE.

Uno de los cuencos decorativos bien conservados descubiertos en Pompeya. Fotografía: AP

También se ha hallado un interesante baúl abierto, que los estudiosos creen que fue vaciado por su dueño cuando trataba de escapar de la furia del volcán y la avalancha de lava y ... que provocó. Dentro se han encontrado un pequeño plato de cerámica que se usaba para comer y una lámpara de aceite con un bajorrelieve en el que aparece representado el dios Zeus convirtiéndose en águila. En otra de las salas de la primera planta se ha localizado otro armario con platos y vasos de uso doméstico, un barreño en bronce y un “quemador de perfumes” o “perfumador” en un óptimo estado de conservación.

El arqueólogo Massimo Osanna, uno de los artífices del segundo renacimiento de Pompeya, anterior director del parque arqueológico y actual director general de los Museos, ha subrayado que "Pompeya es un descubrimiento continuo y un laboratorio inagotable de estudio e investigación que nunca pone fin, sino que, por el contrario, añade nuevos datos a la historia de la ciudad”.

Algunos de los objetos localizados en las habitaciones. CESARE ABBATE

El quemador de incienso localizado en las habitaciones del piso superior. CESARE ABBATE

Fuente:elpais.com | 6 de agosto de 2022

Sacan a la luz un extraordinario tesoro votivo en el antiguo santuario de baños romanos de San Casciano Dei Bagni (Italia)

Vista aérea del santuario termal romano de San Casciano dei Bagni.

Piscinas burbujeantes de agua caliente y curativa en un entorno impresionante, con saltos de altura, terrazas que descienden hacia la vegetación, fuentes, columnatas, juegos de agua...

En San Casciano dei Bagni, en la Toscana, un pequeño pueblo en la provincia de Siena, en el centro de Italia, en el que aún hoy todavía cuenta mucho el turismo termal, los arqueólogos han estado excavando un santuario en el que ha salido a la luz una gran piscina, objetos votivos, altares dedicados a los dioses, un sorprendente bajorrelieve con la imagen de un gran toro y una espléndida figura de niño ("putto") de bronce, una obra maestra de la época helenística.

Restos de una piscina y altares votivos.

Pequeña escultura de un niño de bronce de época helenística.

Pero la verdadera sorpresa, cuenta a ANSA el arqueólogo Jacopo Tabolli, ha llegado en las últimas semanas con el descubrimiento de las dimensiones reales del santuario, que había pertenecido a los etruscos y que los romanos, en los primeros siglos del imperio, quisieron refundar haciéndolo suntuoso y monumental, hasta el punto de ordenar en la casa de la moneda la acuñación de un tesoro de centelleantes monedas de plata, oricalco y bronce, destinado quizás precisamente a las ofrendas del emperador, en honor a aquellos dioses que debían velar por su salud y la de los numerosos notables romanos dispuestos a enfrentar el viaje a este lugar sagrado.

Foto: Los arqueólogos Emanuele Mariotti (izquierda) y Jacopo Tabolli recuperan del lodo un altar dedicado a la diosa Fortuna Primigenia.

Foto: Cómo se suponía que debía ser el santuario

"Es un contexto arqueológico sin igual en Italia y en el Mediterráneo antiguo", subraya apasionado Tabolli, que enseña en la Universidad de Extranjeros de Siena y lidera el proyecto de excavación desde sus inicios, impulsado por el municipio con la subvención del ministerio de Cultura y realizado junto con el arqueólogo Emanuele Mariotti, y Ada Salvi, de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de las provincias de Siena, Arezzo y Grosseto

"Es un descubrimiento excepcional por las dimensiones de la zona del santuario, mucho más grande de lo que podíamos imaginar, con varios edificios sagrados, altares, piscinas, etc.", agrega Tabolli.

Conjunto de parte de las monedas y objetos votivos recuperados en las excavaciones.

Las tomas de agua desde arriba con la sucesión de canales, estructuras y tanques de todas las formas y tamaños que emergen del lodo, son emocionantes. Pero lo que también sorprende es la calidad y rareza del tesoro de objetos que han surgido en estas últimas semanas de excavación.

El más importante, dice Tabolli, es quizás un asombroso útero de bronce que data de los años entre el final de la República y el comienzo del Imperio Romano: "En los santuarios etruscos y luego romanos dedicados a la fertilidad es común encontrar úteros en terracota, aunque en bronce son muy raros", explica el profesor.

Útero de bronce encontrado en las excavaciones.

Foto: Oreja votiva hallada en la excavaciones.

Foto

"A pesar de las temperaturas abrasadoras, todos los días estaban llenos de adrenalina, con continuos descubrimientos, desde una increíble oreja de bronce de los primeros años del imperio que un tal 'Aulo Nonio' había dedicado a los dioses para agradecerles su curación, hasta una pierna y hasta un rarísimo pene, también de bronce", explica Tabolli.


Y todo ello sin contar las monedas: "Más de tres mil y todas recién acuñadas", según documenta Giacomo Pardini, experto de la Universidad de Salerno. "Dejaron la casa de la moneda de Roma e inmediatamente fueron llevarlas a San Casciano para honrar la sacralidad del lugar y muy probablemente sus momentos fundacionales", razona Tabolli. Maravillas a las que se suman espléndidos altares tallados en mármol travertino local.

Foto: Numerosas monedas también fueron halladas durante las excavaciones.

Foto: Un estilizado pene hallado entre los elementos votivos recuperados.

De hecho, los trabajos de la última campaña de excavaciones, la séptima, realizada como es habitual entre multitud de estudiantes, ha arrojado nueva luz sobre algunas fases de la historia de este increíble santuario, frecuentado también durante la época de los Medici, tanto que Federico Borromeo, sí, el cardenal que todos recordamos en la novela "I promessi sposi", vino aquí dos veces en 1600 y luego en 1601 para curar un "dolor de mejilla" muy doloroso y misterioso.

Foto: Una vista de los trabajos arqueológicos llevados a cabo.

"Estamos recuperando lo que queda del pórtico construido en el siglo XVI por los Medici, y que luego trasladaron el balneario a la zona de Fonteverde, a 2 kilómetros del antiguo santuario", explica el arqueólogo. Mientras tanto, se ha encontrado evidencia de un dramático colapso que involucró el área de Baño Grande en los últimos años del siglo III d.C., cuando se abrió un abismo de más de dos metros de profundidad en el suelo que provocó que casi todo se hundiera, edificios, columnatas.

Los romanos intentaron remediar el desastre iniciando una poderosa y minuciosa operación de restauración, y, mientras tanto, interpretaron aquella devastación como un prodigio, una señal enviada por los dioses. "Justo en el corazón de la sima levantaron un nuevo altar y construyeron, sobre los escombros, un nuevo estanque con escalones para facilitar su entrada y salida", añade. Una determinación que dice mucho del encanto de un lugar querido y frecuentado desde hace más de dos mil años. Y que en otoño, con la reanudación de las excavaciones, aún podría reservarse quién sabe qué sorpresas.

La localidad toscana de San Casciano dei Bagni es aún hoy famosa por sus baños termales. Foto: iStock

Fuentes: ansalatina.com | arqueonews.net | 4 de agosto de 2022