¿Qué sucedió hace 430.000 años en la sierra de Atapuerca?

Nuestro compañero Rolf Quam atraviesa un paso estrecho para alcanzar la boca de la Sima de los Huesos. Foto de Javier Trueba.

La semana pasada conocimos un artículo publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, USA (PNAS), liderado por Charles P. Egeland (Universidad de North Carolina at Greensboro). En este trabajo se utiliza un algoritmo, que permite discernir posibles causas para la deposición de restos humanos fósiles en diferentes yacimientos. A pesar de que los autores analizaron 16 yacimientos de distintas épocas, centraron sus conclusiones en dos de ellos: la Cámara Dinaledi (Sudáfrica), donde se siguen recuperando restos fósiles de la especie Homo naledi, y la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca, donde también se siguen recuperando restos fósiles de una especie estrechamente relacionada con los neandertales. Se trata de dos yacimientos extraordinarios, con un registro fósil de homininos fuera de lo común. En el caso de la Sima de los Huesos, el número de restos se acerca a los 7.000, todos ellos pertenecientes a un número mínimo de 28 individuos de edades comprendidas entre los 10 y los 40 años, aproximadamente.

Desde el inicio de las excavaciones sistemáticas en la Sima de los Huesos, allá por el año 1984 (tras el hallazgo en 1976 de varios restos humanos por el equipo dirigido por Trinidad de Torres), se han propuesto hipótesis alternativas para explicar una acumulación de restos tan extraordinaria. Estas hipótesis han tropezado siempre con dos circunstancias, una de ellas insalvable. El yacimiento fue expoliado en parte desde los inicios del siglo XX. Lo que se llevaron y lo que destrozaron las gentes que se jugaron la vida bajando hasta el fondo de la cavidad es difícil de estimar. Pero alteraron para siempre la composición del conjunto de fósiles que el yacimiento guardaba celosamente desde hace unos 430.000 años. Por descontado, este dato ha sido ignorado en el análisis que presentan los autores del trabajo publicado en la revista PNAS. Estos autores no solo desconocían esta información, sino que jamás han estado en la Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca. Y, muy probablemente, tampoco han pisado en la mayor parte de los 15 yacimientos restantes.


Otro dato no menos interesante del yacimiento de la Sima de los Huesos es su ubicación en el fondo de una cavidad ciega, de 14 metros de caída libre en vertical y otros 14 metros en rampa inclinada. Nunca se ha encontrado otro posible acceso que no sea el de la propia boca de la Sima de los Huesos. En la actualidad, para llegar a este lugar es necesario recorrer casi 1.000 metros de distancia por vericuetos y pasos estrechos. Todo un misterio. La dinámica de las cavidades cársticas es compleja y muy posiblemente el antiguo acceso a la Sima de los Huesos ha desaparecido para siempre. Todo ello ha sido un hándicap importante para entender la acumulación de los 28 cadáveres.
El algoritmo presentado en la revista PNAS es un procedimiento matemático construido por la mente humana, al que no se le puede dar toda la información. Sencillamente, es imposible. El algoritmo trabajará con algunos datos objetivos obtenidos de la literatura científica, publicados por los investigadores de cada yacimiento. Pero siempre faltará información y las reflexiones que esos investigadores han realizado durante décadas, después de un trabajo ingente en condiciones muy complejas y arriesgadas.

En el caso del yacimiento de la Sima de los Huesos existen una serie de evidencias, que han de ser tenidas en cuenta. Por ejemplo, es muy posible que todos los individuos pertenecieran a una misma población. Sus similitudes anatómicas son muy evidentes, al punto de que en más de una ocasión se han confundido las piezas dentales de diferentes individuos. A pesar de ello, no es posible saber con certeza si fallecieron en un intervalo muy pequeño de tiempo o durante varias semanas, meses, años… La gran mayoría de estos individuos estaban en plena edad reproductora, por lo que la acumulación es de tipo catastrófico (no atricional: fallecimientos continuados en el tiempo). Si fue así, entonces los 28 individuos murieron en un intervalo muy corto de tiempo, instantáneo desde el punto de vista geológico. Otros datos apuntan a la muerte violenta de algunos de los individuos. El propietario/a del Cráneo 17 pudo fallecer por el impacto violento de un objeto, que le perforó el cráneo en dos ocasiones. Se tiene que seguir investigando sobre los golpes recibidos por otros individuos ¿Una especie de batalla entre grupos rivales?

Al fondo de esa cavidad llegaron cadáveres completos y no huesos sueltos. Su descomposición ocurrió una vez que se acumularon en la cavidad. La presencia de un hacha de mano muy particular (Excalibur) junto a los cadáveres es simplemente una evidencia circunstancial. Pero esa presencia tiene que ser explicada. He tenido que escuchar explicaciones tan simples y grotescas como que “se le cayó del bolsillo” a alguno de los humanos allí acumulados.

Juan Luis Arsuaga siempre dice una frase que encierra mucha miga: “la formación de un yacimiento tan excepcional ha de tener una explicación también excepcional”. Puesto que se trata de hacer ciencia y no de adoptar posturas dogmáticas, las investigaciones sobre la acumulación de cadáveres en la Sima de los Huesos se han encaminado a buscar información que pueda refutar o rechazar las hipótesis planteadas por miembros del equipo y por científicos ajenos al proyecto. Por el momento, la acumulación antrópica no ha podido ser rechazada, ni siquiera por el algoritmo que se presenta en el artículo recién publicado en PNAS, como los propios autores del trabajo reconocen. Así que esa hipótesis se tiene que mantener. No se trata de afirmar de manera incontestable que los cadáveres fueron acumulados de manera intencionada por otros humanos. Eso sería dogmatismo, tan alejado de los planteamientos científicos.

Aunque una idea se publique en una revista de prestigio, no deja de ser una propuesta, que ha de ser contrastada. Cierto es que la mayoría de los seres humanos hemos sido educados en una serie de creencias y tendemos a ser “creyentes”: !!si determinada idea ha sido publicada en una revista tan prestigiosa como PNAS será una certeza!! Vamos muy mal si reaccionamos así. Es complicado entender lo que la significa la ciencia, excepto que nos beneficiamos de sus progresos. Como suele decir Eudald Carbonell, los científicos tenemos que ser “pensantes”. Por eso hay que insistir en que la ciencia carece de dogmas. Aunque la hipótesis de la acumulación antrópica en la Sima de los Huesos es la que tiene por el momento más posibilidades, nunca podrá decirse que estamos ante la verdad de lo que sucedió hace 430.000 años en la sierra de Atapuerca.

Y ahora me permito recordar que los cadáveres acumulados en la Sima de los Huesos están indudablemente emparentados con los neandertales. El grado de parentesco forma parte de las investigaciones en curso. Se puede proponer para estos humanos una especie propia, aunque algunos/as se atreven a postular que estamos ante un grupo de neandertales arcaicos. Es sencillamente la constatación de que los homininos de la Sima de los Huesos tenían mucho en común con quienes enterraban a sus muertos, pintaban en las paredes de las cuevas y conocían técnicas que nos asombran por su similitud con las que hemos utilizados los miembros arcaicos de Homo sapiens. ¿Entonces?, ¿qué problema hay en aceptar a trámite la hipótesis de acumulación antrópica para los humanos de la Sima de los Huesos? ¿Por qué nos empeñamos en negar para otras especies humanas lo que nosotros consideramos como patrimonio de la nuestra? Abramos nuestra mente y reconozcamos, como dijo una vez Carl Sagan, que somos sencillamente “polvo de estrellas”.

Fuente: quo.es | 10 de abril de 2018

Arqueólogos descubren una nueva y misteriosa pirámide en Egipto

Un nuevo secreto del antiguo Egipto acaba de ser revelado por una misión arqueológica en la necrópolis real de Dahshur, al sur del Cairo. Se trata de los vestigios de una pirámide de 3.700 años de antigüedad.

Los restos de la edificación fueron presentados por el Ministerio de Antigüedades egipcio. El tamaño completo de la edificación no ha sido revelado, puesto que las excavaciones aún están en sus primeras etapas.

Según la prensa local, hasta ahora se ha desenterrado un pasillo interior y un bloque de alabastro blanco de 15 centímetros de ancho por 17 de alto en el que hay grabadas 10 líneas jeroglíficas verticales. Las inscripciones están siendo estudiadas, aunque los especialistas ya estiman que el nuevo descubrimiento pertenece a los tiempos de la XIII dinastía, que reinó aproximadamente entre los siglos XVII y XVII a. C.


Los responsables de la excavación han explicado que aún deben excavar otras partes de la antigua estructura para identificar al propietario de la pirámide.

La necrópolis real de Dahshur está situada en una zona desértica de la ribera occidental del río Nilo, a 40 kilómetros al sur del Cairo. Es conocida por ser el lugar donde hace unos 4.600 años el rey Seneferu, de la IV dinastía, mandó a construir la primera pirámide de paredes lisas, del tipo de que las que conocemos hoy. Se trata de la llamada Pirámide Roja, de 104 metros de alto. Su sucesor, Keops, quedó en la historia por erigir la Gran Pirámide de Guiza, la más antigua de las siete maravillas del mundo antiguo y la única que aún perdura.

Un nuevo estudio explica los orígenes de la población de la India

Un nuevo documento escrito por 92 científicos de todo el mundo, y que fue publicado online recientemente, podría resolver algunas preguntas importantes sobre la historia del subcontinente indio y lo que eso significa para varias teorías sobre la civilización india. El documento, titulado "La formación genómica de Asia Meridional y Central", el cual todavía tiene que pasar por la revisión por pares de la revista bioRxiv, utiliza la genética para examinar la ascendencia de los antiguos habitantes del subcontinente mencionado. A continuación se presenta un resumen rápido de lo que usted necesita saber.

¿Quiénes son los autores del estudio?

Hay 92 investigadores nombrados en el estudio, incluidos académicos de Harvard, el MIT, la Academia Rusa de Ciencias, el Instituto Birbal Sahni de Paleociencias de Lucknow, el Colegio Deccan, el Instituto Max Planck, el Instituto de Investigación Arqueológica de Uzbekistán y el Centro para Biología Celular y Molecular de Hyderabad. Entre los co-directores del estudio está el genetista David Reich (izquierda), cuyo nuevo libro ha inspirado muchas discusiones recientes sobre la antigua historia humana y la teoría racial.

¿Cómo se realizó el estudio?

Los investigadores analizaron los datos del genoma de 612 individuos antiguos, es decir, muestras de ADN de personas que vivieron hace milenios. Se incluyeron muestras del este de Irán, un área llamada Turan y que ahora cubre Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán, Kazajstán y el sur de Asia. De los 612, el ADN de 362 individuos antiguos ha sido examinado por primera vez. Luego se compararon estos datos con los tomados de personas actuales, incluidos 246 grupos distintos del sur de Asia.

¿Qué estaban buscando?

La falta de ADN antiguo suficiente, así como una investigación inadecuada del asunto, ha significado que aún no comprendamos cómo se formaron las poblaciones del centro y sur de Asia. Ha habido varias teorías sobre esto, algunas muy relacionadas con la política tanto en el sur de Asia como en el extranjero. Los nazis, por ejemplo, ayudaron a propagar la Teoría de la Invasión Aria, la cual establece que individuos de hermosos de ojos azules asolaron el subcontinente indio a caballo y conquistaron a todos aquellos que vieron en su camino. Los defensores Hindutva (nacionalistas hindúes) han argumentado todo lo contrario con lo que se conoce como teoría ‘Fuera de la India’, afirmando que, en todo caso, las lenguas indoeuropeas se originaron en la India y se extendieron hacia el oeste desde allí.

El ADN y otras investigaciones basadas en la ciencia humana han arrojado señales confusas en el pasado con base en el ADN mitocondrial, el cual solo se transfiere de madre a hija, siendo en su mayoría exclusivo del subcontinente. Esto sugirió que los habitantes de la India han sido indígenas durante miles de años. Sin embargo, los cromosomas Y, que se transmiten solo de padre a hijo, mostraron mucha más conexión con los habitantes de Eurasia occidental, ya fueran europeos, personas de la meseta iraní o centroasiáticos.

Zonas sureñas de la India cuyos pobladores en la actualidad hablan alguna lengua de origen dravídico.

En medio de todo esto está la cuestión de quién era la gente del Valle del Indo. ¿Estaban más conectados con aquellos que ahora conocemos como Dravidianos y que fueron empujados hacia el sur por emigrantes arios? ¿O eran ellos mismos arios, que eventualmente se mudaron al sur?
En muchos sentidos, el estudio se propuso resolver esta contradicción y responder a una parte de la pregunta: ¿Quiénes son las personas del subcontinente indio y cómo llegaron allí?

¿Qué encontraron?

El documento se basa en la comprensión genética de que había dos grupos separados en la antigua India: los ancestrales indios del norte y los ancestrales indios del sur. Estos dos grupos eran, como Reich explica en su nuevo libro, "tan diferentes entre sí como lo son hoy en día los europeos y los asiáticos orientales". Pero, ¿de dónde provienen estas dos poblaciones que se solidificaron alrededor del año 2000 a.C?

Hay tres agrupaciones potenciales que, cuando se mezclan en varias combinaciones, podrían ser responsables de la creación de las poblaciones ancestrales del norte y sur de la India:
  • Los primeros son cazadores-recolectores del sur de Asia, descritos en este estudio como Indios Ancestrales del Sur. Son las personas más antiguas del subcontinente, y están relacionada con los isleños de las actuales islas de Andaman.
  • Luego están los agricultores iraníes, de los que se sabe que han venido al subcontinente trayendo posiblemente consigo ciertas formas de cultivo de trigo y cebada.
  • Y, por último, están los pastores de las estepas, los habitantes de las vastas praderas de Asia central, al norte de Afganistán, y que previamente eran conocidos como "arios".
Hay otra importante población con conexiones en el sur de Asia que se encuentra en algún lugar en medio de estas tres: la población del valle del Indo (izquierda).

En Turan, área al norte del Irán actual y conocida también como Complejo Arqueológico Bactria-Margiana, había una gran comunidad de gente antigua que parece tener poca conexión genética con los habitantes del subcontinente. Sin embargo, los autores encontraron tres individuos de este antiguo complejo que tenían alguna conexión con la India, específicamente una mezcla de ascendencia de agricultores iraníes y cazadores-recolectores del sur de Asia o antiguos ancestros del sur de la India. Esto emparejó a individuos del Valle del Swat, en Pakistán, otro sitio del Valle del Indo. Debido a que los investigadores no han tenido acceso directo al ADN antiguo de los enclaves del Valle del Indo, el documento prefiere llamarlos individuos de la periferia del Valle del Indo. Estas tres personas son clave en los hallazgos realizados.

¿Dónde encaja el Valle del Indo?

La razón por la que los investigadores los llaman individuos de la periferia del Valle del Indo es porque no pueden estar seguros de que su composición genética sea la misma que la de quienes vivían en el Valle del Indo, dado que no han tenido acceso al ADN antiguo de los sitios indígenas. Pero en su mayor parte parece que consideran a estos individuos como representantes de la gente de esa civilización.

La composición de los individuos de la periferia del Valle del Indo es sencilla: una mezcla de agricultores iraníes y de cazadores-recolectores del sur de Asia, o de ancestros del sur de la India.
El estudio encontró que estos dos ancestros están también presentes en las dos poblaciones subsiguientes, los indios ancestrales del norte y los indios ancestrales del sur, excepto por un par de diferencias clave:
  • Los primeros indios ancestrales del sur tienen la misma combinación básica de cazadores-recolectores del sur de Asia y agricultores iraníes, con una mayor cantidad de los primeros.
  • Y segundo, e importante, los indios ancestrales del norte tienen una ascendencia más mezclada que no se encuentra en los indios ancestrales del sur: los pastores esteparios o, para usar el antiguo término, arios.
¿Qué concluye el documento?
  • En términos simples, la mezcla de agricultores iraníes y de cazadores-recolectores del sur de Asia creó por primera vez la población del valle del Indo.
  • Luego, en torno al II milenio a. C., los pastores esteparios se trasladaron al sur, hacia el subcontinente indio, y se encontraron con la población del Valle del Indo de una manera que probablemente causó cierta conmoción.
  • Lo que parece suceder después es que parte de la población del Valle del Indo se mueve hacia el sur, mezclándose con los cazadores-recolectores del sur de Asia para crear la población ancestral del sur de India.
  • Mientras tanto, en el norte, los pastores esteparios se mezclaron con la población del Valle del Indo para crear la agrupación ancestral del norte de la India.
  • La mayoría de las poblaciones subsiguientes de Asia meridional son el resultado de una mayor mezcla entre los indios del norte ancestrales y los indios del sur ancestrales.
Esto también significa que la gente de la civilización del Valle del Indo es el puente de la mayoría de las poblaciones indígenas existentes. "Al co-analizar datos antiguos de ADN y el genóma de diversos asiáticos del sur de la actualidad, mostramos que las personas relacionadas con la periferia del Indo son la única fuente de ascendencia más importante en el sur de Asia".
¿Qué significa todo esto?
Muchas cosas que son difíciles de resumir. El periodista Tony Joseph explica una serie de implicaciones en este artículo, pero estas son algunas de las principales:
  • De alguna forma se produjo una migración "aria", incluso si ese término no se utiliza. La introducción de los pastores esteparios en el subcontinente indio podría haber sido la forma en que se difundió el idioma y la cultura indoeuropea, ya que era el mismo grupo de las estepas que también se movió hacia el oeste en Europa.

  • Además, puede haber una conexión entre la migración esteparia y la casta y cultura sacerdotal brahmánica. Los investigadores dicen que encontraron 10 de los 140 grupos indios con una mayor cantidad de ascendencia esteparia en comparación con la ascendencia del Valle del Indo. Fueron titulados "Brahmanes_Tiwari" y "Brahmanes de Uttar Pradesh". En general, los grupos de la casta sacerdotal parecen tener una ascendencia esteparia más alta, lo que sugiere que aquellos que ostentan esta mezcla pueden haber tenido un papel central en la difusión de la cultura védica.
  • La teoría de 'Fuera de la India' es ahora aún más improbable, al menos a nivel genético. Los investigadores dicen que los primeros agricultores iraníes no tenían una mezcla significativa de ascendencia cazadora-recolectora del sur de Asia, "y por lo tanto los patrones que observamos son impulsados ​​por el flujo de genes hacia el sur de Asia y no a la inversa".
  • Dicho esto, hay alguna evidencia de movimiento de la gente del Valle del Indo hacia el área de Turan, con base a los datos del Complejo Arqueológico Bactria-Margiana. Los ancestros de las personas de allí sugieren una cantidad muy pequeña de mezcla de cazadores-recolectores del sur de Asia, y se cree que la presencia de los tres individuos atípicos es una prueba de que los habitantes del Valle del Indo emigraron a Turan.
  • Los datos de ADN antiguos de la civilización del Valle del Indo, procedentes del enclave Haryana, en Rakhigarhi, que se suponía iban a ser conocidos el mes pasado, deberían sumarse a esta imagen de la ascendencia de las poblaciones del sur de Asia.
  • Para leer más, ver estas dos artículos de Razib Khan y el análisis antes mencionado por Tony Joseph.
Fuente: QUARTZ | 3 de abril de 2018

Descubren el fósil de ‘Homo sapiens’ más antiguo de Asia en Arabia Saudí

Falange de Homo sapiens encontrada en Al Wusta, Arabia Saudita IAN CARTWRIGHT

Un nuevo hallazgo en Arabia Saudita remueve los cimientos del conocimiento de nuestra propia evolución. Este lunes, un grupo de científicos ha revelado el descubrimiento de una falange de Homo sapiens, fósiles de otros animales y datos geológicos que sugieren que el hombre pudo adentrarse en la Península Arábiga hace 85.000 años.

El hecho, dicen, se produjo en un momento en el que el clima de la región transformó los desiertos de la zona en húmedos pastizales, un ambiente más amable que permitió a nuestra especie salir de África, hacia Asia, por una ruta que no había podido ser demostrada hasta la fecha. Se trata del resto fósil humano más antiguo encontrado fuera de África y de la llamada región del Levante (Oriente Próximo) y demuestra que estas poblaciones pudieron abandonar el continente por esta vía y expandirse, no de una manera esporádica, sino de forma prolongada tras adaptarse a este nuevo entorno.

Los autores de esta investigación, el arqueólogo Huw Groucutt (izquierda), de la Universidad de Oxford (Reino Unido), el antropólogo Michael Petraglia (derecha), del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) y sus colegas han publicado sus resultados en la revista Nature Ecology & Evolution.

El estudio cuenta con participación española, ya que, con la colaboración del investigador Mathieu Duval, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos (CENIEH) ha proporcionado los datos para la datación del yacimiento.

El hueso, una falange de 3,2 centímetros, fue desenterrado en 2016 en el sitio arqueológico de Al Wusta, que se encuentra en pleno desierto de An-Nafud, en el norte de Arabia Saudita. Para su identificación, los científicos han hecho una reconstrucción tridimensional del fósil que han analizado morfométricamente y asignado a la especie Homo sapiens. Al compararlo con datos de neandertales y de otros primates, este dedo parece ser más grácil que el de estas especies.

Como curiosidad, los investigadores describen que la falange presenta un entesofito, una calcificación producida por estrés en la mano y que Groucutt y Petraglia ven compatible con la elaboración de herramientas como las que también han encontrado, un conjunto de 380 utensilios del Paleolítico Medio de cuarzo y roca cuarcita.

Yacimiento arqueológico de Al Wusta, Arabia Saudita. KLINT JANULIS

Para la datación del resto óseo se ha empleado el método del uranio, una técnica directa por la que se sustrae parte del tejido mediante una serie de orificios microscópicos y se calcula la desintegración de este elemento radiactivo en las muestras. Los análisis de identificación y datación han durado dos años y han permitido concluir que la falange es de Homo sapiens y que tiene al menos 85.000 años de antigüedad.

La falange no es, no obstante, el único resto fósil hallado en el yacimiento. La excavación ha sacado a la luz un total de 860 fósiles de animales de 90.000 años de antigüedad, entre los que se encuentran hipopótamos, pelorovis (un búfalo extinto de largos cuernos curvados), cobos (un antílope), reptiles, aves y grandes carnívoros. Esta fauna, ya extinguida en Arabia y muy similar a la africana, sólo pudo existir de haberse dado en la región un ambiente fangoso y ríos o lagos permanentes en el tiempo. El estudio así lo constata, pues la geología de Al Wusta presenta depósitos de tierras lacustres en las que se ha visto la actividad de diatomeas y caracoles de agua dulce. "Nuestro estudio sugiere la existencia de un lago, un fósil de Homo sapiens, herramientas de piedra y unos animales con una antigüedad de entre 95 y 85.000 años", ha afirmado a EL MUNDO Huw Groucutt.

Foto: Excavando en Al Wusta, hoy un sitio en el corazón del desierto de al-Nefud, pero en aquel entonces era un lugar bastante más acogedor, aunque semiárido. Klint Janulis.

Dos rutas asiáticas fuera de África

El desierto de An-Nafud, que hoy ocupa una extensión de 103.600 kilómetros cuadrados de arenas finas y dunas con forma de media luna, es una de las zonas más áridas del planeta. Allí sólo llueve una o dos veces al año y sus fuertes vientos provocan violentas tormentas. Esto no fue así en el pasado y, como demuestra el grupo de Groucutt y Petraglia, hace 90.000 años un clima húmedo pudo permitir a los humanos colonizar sus exuberantes praderas y hacer posible el paso de nuestra especie hacia Asia, fuera de África y el Levante (Oriente Próximo), adentrándose en Arabia.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Al Wusta, Arabia Saudita. La zona blanca arriba a la derecha es un antiguo lecho lacustre. Huw Groucutt.

Hasta este descubrimiento, se pensaba que las primeras dispersiones en Eurasia se limitaron a los bosques mediterráneos del Levante. Un trabajo publicado por la revista Science a principios de 2018 ya corroboraba la presencia de Homo sapiens en Israel hace entre 177.000 y 194.000 años.

"Hace ya años que la evidencia apunta a la presencia de Homo sapiens fuera de África hace más de 60.000 años, pero la comunidad científica es reacia a cambiar el paradigma y siempre pide más evidencias. Nuestro estudio obliga a reconsiderar la versión más clásica de los hechos", ha explicado a este periódico María Martinón (izquierda), investigadora del CENIEH y coautora de la investigación realizada en Israel. Sin embargo, "la cuestión está en si se desplazaron más allá del Levante", ha remarcado Groucutt.

El hallazgo del sitio Al Wusta muestra ahora que las dispersiones fuera de África fueron múltiples y que se extendieron más de lo que se pensaba, favorecidas por las diversas ecologías de Eurasia en el Pleistoceno tardío.

"Nuestra especie se extendió antes de lo que pensamos, y no solo se limitó al Levante", ha aseverado Groucutt. "Personalmente, no creo que los primeros humanos sobrevivieran durante cientos de miles de años en la pequeña área del Levante. Creo que se extendieron repetidamente y luego se extinguieron", ha añadido.

Para el antropólogo Juan Luis Arsuaga (derecha), otro de los coautores de la investigación de Israel, la permanencia de nuestra especie en ese lugar pudo durar, no obstante, más de 80.000 años. "Los fósiles de Misliya, en Israel, son muy antiguos, de hace 180.000 años. Hace 100.000 años vuelve a haber fósiles de humanos modernos en Israel. ¿Son los descendientes de Misliya?", ha comentado a este medio.
Mapa: Los dos amplios corredores que salen de África.

Los restos de Al Wusta, en todo caso, dan cabida a la hipótesis de que nuestra especie pudo dispersarse desde África hacia Asia tomando dos rutas, una al norte a través del corredor del Levante (apoyada por los fósiles encontrados en Israel) y otra al sur hacia Arabia (sostenida por la falange hallada en An-Nafud).

"El estudio de Al Wusta apoya definitivamente la presencia temprana de humanos modernos fuera de África y por fin el debate puede centrarse en discutir no ya si Homo sapiens estaba o no en Asia hace al menos 80,000 años, sino qué rutas siguió para dispersarse, qué adaptaciones o qué tecnología requirió para expandirse o en qué medida el clima influyó en nuestras migraciones", ha concluido Martinón.

Fuente: elmundo.es | 9 de abril de 2018

Clausura con gran éxito de público la exposición "El poder del pasado. 150 años de arqueología en España"

La exposición ha contado con una gran acogida, casi 64.000 visitantes han podido recorrer este siglo y medio de arqueología en nuestro país a través de estos 150 iconos reunidos en un solo espacio.

6-abril-2018.- El pasado 1 de abril se clausuró en el en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) la exposición “El poder del pasado. 150 años de arqueología en España” organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Acción Cultural Española (AC/E) como homenaje a los 150 años de la fundación del Museo y, al mismo tiempo, a la historia y a la evolución de la ciencia arqueológica en España.

Una muestra irrepetible que ha contado con la colaboración de casi 70 museos, instituciones y colecciones privadas de todas las Comunidades Autónomas, que han hecho posible la realización de esta exposición en la que 64.000 visitantes pudieron apreciar, desde el pasado 11 de octubre de 2017, 150 piezas extraordinarias y auténticos tesoros de arqueología española y que están emprendiendo el camino de regreso a sus respectivos museos.


Su singularidad, ha sido la primera vez que se ha dedicado una muestra a la evolución de la arqueología en nuestro país, y la espectacularidad de las piezas, grandes iconos de la arqueología repartidos por la geografía española y reunidos para la ocasión, han hecho que la acogida por el público haya sido todo un éxito, alcanzando las 64.000 personas que han recorrido y disfrutado la exposición temporal durante los seis meses que ha permanecido en el museo.