Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca
Burgos, 13 de junio de 2025. El Patronato de la Fundación Atapuerca se ha reunido hoy, bajo la presidencia de Antonio Miguel Méndez Pozo, para aprobar las cuentas anuales de 2024 e informar sobre la marcha de la Fundación en 2025.
Uno de los puntos clave de esta reunión ha sido la creación del Consejo Científico del Patronato de la Fundación Atapuerca. Tras la jubilación de José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, la dirección de las excavaciones en la sierra de Atapuerca ha pasado a un nuevo equipo investigador, junto con Juan Luis Arsuaga, vicepresidente de la Fundación. En el marco de la sólida alianza que la Fundación mantiene con el Equipo Investigador de Atapuerca (EIA), ambas partes han promovido la constitución de este Consejo, de carácter asesor, con el objetivo de consolidar y dinamizar aún más esta relación.
Este órgano consultivo estará integrado, en cada momento, por las personas que asuman la dirección de las excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. En la actualidad, lo conforman José Miguel Carretero, María Martinón-Torres, Marina Mosquera, Ignacio Martínez, Alfonso Benito y Andreu Ollé, junto con Juan Luis Arsuaga. En la reunión del Patronato celebrada hoy, han participado José Miguel Carretero e Ignacio Martínez en representación del Consejo, mientras que Marina Mosquera ha intervenido de forma telemática.
Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca
El Consejo Científico contribuirá a fortalecer el vínculo entre ciencia y sociedad a través de la Fundación Atapuerca. Entre sus funciones estarán el asesoramiento estratégico, el impulso a la visibilidad del proyecto, la promoción de colaboraciones con otras entidades científicas y la propuesta de iniciativas que refuercen el papel de socialización de la Fundación.
Centro de Investigación de Emiliano Aguirre (CIEA)
El CIEA comenzó su actividad en 2025, desde entonces se ha reorganizado el trabajo en torno a la configuración de la Memoria del Sistema redefiniendo los protocolos y metodologías para su desarrollo. Para ello se ha contado con asesoramiento de bibliotecas de Castilla y León y de la Universidad Complutense de Madrid. A la Memoria del Sistema se han incorporado, además de los fondos documentales de Emiliano Aguirre (cedidos por la Fundación Paleontológica Emiliano Aguirre), los archivos de Eudald Carbonell, de José María Bermúdez de Castro, de José Manuel Cerdá y, hoy mismo, Gonzalo Santonja ha depositado en el Centro de Investigación Emiliano Aguirre, los fondos procedentes de su padre Manuel Santonja.
Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca
Manuel Santonja Gómez, médico y arqueólogo que dedicó su vida a la familia y al estudio riguroso de ambas disciplinas. Fruto de su pasión por el conocimiento y su carácter meticuloso, reunió una valiosa biblioteca personal, cuya primera entrega incluye obras de consulta e investigación sobre la Prehistoria y civilizaciones antiguas, mecanoscritos, ejemplares raros y curiosos, así como un fondo especializado en paleodemografía, enterramientos, cremación y ritos funerarios, campos en los que realizó aportaciones personales de gran interés. Al final de esta nota se detallan más datos sobre dicho fondo.
Campaña de excavación en los yacimientos de la sierra de Atapuerca
La Fundación Atapuerca vuelve a participar este verano en la campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca, una labor que viene desarrollando desde hace 25 años, siendo esta su campaña número 26. A lo largo de este tiempo, su papel ha evolucionado hasta convertirse en un actor imprescindible para el buen desarrollo de los trabajos de campo. Tal y como reconoce el propio Equipo Investigador de Atapuerca (EIA), hoy en día resulta impensable una campaña sin la participación activa de la Fundación.
Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca
Su contribución ha sido determinante tanto en términos cualitativos como cuantitativos: ha permitido al EIA centrarse plenamente en el trabajo de campo, al tiempo que ha facilitado la ampliación de la duración de las campañas, el número de participantes y los yacimientos excavados. Buena parte de las personas que actualmente dirigen o coordinan los trabajos arqueológicos han recibido ayudas de investigación concedidas por la Fundación, lo que pone de relieve su papel estratégico en la formación de nuevas generaciones de científicas y científicos.
Entre sus principales funciones se encuentran la organización y logística de las campañas, la gestión de la seguridad, la comunicación y la coordinación institucional, así como la aportación de recursos complementarios a la financiación principal, que corre a cargo de la Junta de Castilla y León.
Premios evolución 2025
Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca
La Fundación Atapuerca ha anunciado la concesión de los Premios Evolución 2025. Por un lado, el Premio Evolución a los Valores Humanos 2025 ha sido otorgado al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en reconocimiento a su respaldo institucional al Proyecto Atapuerca. La ceremonia de entrega está prevista para el cierre de la presente campaña de excavación. Por otro lado, la Fundación ha querido rendir homenaje a los tres referentes del Proyecto con la concesión del Premio Evolución a la Labor Científica 2025 a Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, uniéndose así al premio evolución concedido a Emiliano Aguirre en la edición de 2011. Los tres han sido los auténticos arquitectos de Atapuerca, su trabajo conjunto desde 1991 ha revolucionado el conocimiento sobre la evolución humana y ha situado a Atapuerca en el epicentro de la ciencia internacional. La entrega de este reconocimiento tendrá lugar en la reunión del Patronato de final de año, en un acto concebido para estar a la altura del legado científico que representan.
Archivo y biblioteca de Manuel Santonja Gómez
Manuel Santonja Gómez, médico y arqueólogo, dedicó su vida a la familia y a ambas disciplinas, y eso le permitió formar una biblioteca que respondía a sus inquietudes intelectuales, hombre concienzudo en el trabajo y apasionado por el intercambio de conocimiento.
Su biblioteca, de la que hoy se efectúa una primera entrega, contiene cuatro fondos:
- 1. Obras de consulta, investigación y divulgación especializada sobre la Prehistoria y las civilizaciones antiguas.
- 2. Mecanoscritos.
- 3. Obras raras y curiosas.
- 4. Un fondo especializado sobre paleodemografia, enterramientos, cremación y ritos funerarios, campos de investigación en los que hizo aportaciones personales de sumo interés.
Poniendo ejemplos, en el primer apartado cabría subrayar la colección completa de ARS MAGNA, “Historia del arte universal”, lanzada por Planeta a comienzos del presente siglo, en total once volúmenes, con varios miles de páginas, que se extienden desde “El alba de la ilusión: el arte de la prehistoria y de las primeras civilizaciones” (vol. I) hasta “La expansión de las fronteras en los albores del siglo XXI” (vol. 11), a cargo de un grupo amplio de especialistas acreditados.
En el segundo, el grupo de los mecanoscritos, tal vez destaque el del curso académico sobre Cuestiones biológicas impartido en los años setenta del pasado siglo en el Instituto Gaudium et Spes de Salamanca por el padre Ignacio María Belda, de la orden de los Padres Reparadores, creador del riquísimo Museo Arqueológico en el Convento de San Jerónimo de Alba de Tormes, un conjunto de gran valor histórico-artístico, formado por el convento, la iglesia y diversas dependencias auxiliares (siglos XV-XVI), cuyas tareas de recuperación, tras varios siglos de abandono a raíz de la Desamortización, él mismo puso en marcha y sacó adelante. Humanista, a la vez hombre de ciencias y letras, estas lecciones revelan la intrahistoria, plena de dificultades, de los avances que este religioso impulsó.
En cuanto a obras raras y curiosas, pero no anecdóticamente curiosas, sino bibliográfica y arqueológicamente, habría que destacar las primeras memorias de Rodrigo Amador de los Ríos (Madrid, 1849- 1917) de las excavaciones en Itálica, los trabajos de Emeterio Cuadrado sobre el yacimiento ibérico de El Cigarralejo, en cuyas investigaciones colaboró destacadamente don Manuel Santonja, o un ejemplar de una deliciosa e inencontrable “novela arqueológica” escrita a cuatro manos por José Ramón Mélida e Isidoro López, El sortilegio de Karnak (Madrid, 1880), cuya historia se desarrolla en Egipto, con el protagonista, Juan de Dios, internado en busca de tesoros por las galerías de dicho templo, lo que da lugar a una sucesión de escenas románticas y de aventuras que convierten su lectura en muy sugerente.
Por último, la parte más personal y científicamente más importante de la biblioteca: la dedicada a paleodemografia, enterramientos, cremaciones y ritos funerarios prehistóricos, campos de alta especialización en los que don Manuel Santonja firmó estudios sumamente notables.
Todos los mecanoscritos, libros, revistas y separatas llevan su correspondiente ficha bibliográfica.
La próxima entrega se centrará en el archivo y las publicaciones de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, de la que don Manuel fue cofundador en 1968 y miembro permanente de su junta directiva.