VI Campaña de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Ambrona (Soria)

Yacimiento paleolítico de Ambrona

Durante este verano se ha desarrollado la VI Campaña de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Ambrona (Soria), liderada por Joaquín Panera y Susana Rubio-Jara, del Centro Nacional de Investigación sobre la evolución Humana (CENIEH), con la participación de Manuel Santonja, en la que se han continuado los trabajos de excavación de niveles fechados en unos 350.000 años, que contienen uno de los conjuntos de herramientas de Paleolítico Medio más antiguos de Europa.
En esta campaña, que cuenta con financiación de la Junta de Castilla y León, también se ha abordado la excavación de los niveles más antiguos del yacimiento, que podrían haberse depositado hace 500.000 años, en los que se ha hallado utensilios del Paleolítico Inferior, en concreto achelenses, junto a vertebras, costillas y molares de elefante, Elephas (Palaeoloxodon) antiquus, entre los que destacan molares de individuos infantiles y el fragmento de una punta de defensa.


Restos de Elephas (Palaeoloxodon) antiquus y de industria lítica Achelense en los niveles más antiguos de Ambrona (ca. 400.000 años).

Estos extremos distales de marfil se han hallado en muy pocos yacimientos del Pleistoceno Medio en Europa. Sin embargo, en Ambrona se han identificado varias docenas de ellas. Lo que permitió a principios del siglo XX al Marqués de Cerralbo y posteriormente a C. Howell y L. Freeman plantear que los “cazadores achelenses” fracturaron y acondicionaban puntas de defensas de elefantes para enmangar a un astil de madera, produciendo utensilios de hueso en serie, lo que se consideraba una innovación del Paleolítico Superior.

Otros investigadores plantearon que son elementos naturales que se producen en las luchas entre elefantes, o al buscar agua o alimentos. “Aunque en análisis recientes no se han hallado evidencias de su modificación antrópica, podría haber otros restos óseos transformados por humanos, lo que vuelve a proporcionar a Ambrona un papel protagonista en un debate clave respecto al comportamiento de los grupos humanos anteriores a nuestra especie”, señala Susana Rubio.

Yacimiento de Torralba

Además este año se ha retomado la excavación en Torralba, un yacimiento a sólo 2,5 kilómetros de Ambrona, con industria de tipo Achelense de unos 250.000 años de antigüedad. El hecho de que los niveles de Ambrona con utensilios de Paleolítico Medio se depositaran hace unos 350.000 años, permite plantear que en estos dos yacimientos hubo una alternancia entre industrias achelenses, de origen africano, e industrias Paleolítico Medio, desarrolladas en Europa, que no se ha documentado en otras zonas.

“Por tanto, durante la segunda mitad del Pleistoceno Medio pudieron haber coexistido en Europa distintos grupos humanos, unos procedentes de África y otros propios de Europa, con distintas tecnologías y comportamientos”, señala Joaquín Panera.

Fuente: dicyt.com | 21 de septiembre de 2018

Los aborígenes vivían en el interior del desierto de Australia hace 50.000 años, antes de lo que se pensaba

Karnatukul durante una excavación en 2014. Tenga en cuenta los agujeros cuadrados excavados debajo de las paredes de roca. Crédito: Peter Veth.

Arqueólogos de la Universidad de Australia Occidental (UWA) que trabajan con Custodios Tradicionales del Área Protegida Indígena Birriliburru (IPA) han recuperado evidencias de que seres humanos vivieron en la zona árida australiana hace 50.000 años.

Esto es 10.000 años antes de lo que se suponía anteriormente para los desiertos interiores de Australia, y para algunas de las primeras evidencias conocidas de personas que vivieron en desiertos de cualquier parte del mundo. El hallazgo proviene del trabajo arqueológico realizado a pedido de los Custodios Tradicionales mencionados arriba, y ha sido publicado en PLOS One.


Las remota cordilleras de Carnarvon están cerca de la ruta Stock Canning. Las evidencias del sitio Karnatukul (anteriormente conocido como Serpents Glen) indican que hubo individuos que vivieron en este desierto interior desde muy temprano, tras producirse el primer asentamiento en Australia, hace más de 50.000 años, y que permanecieron en estas cordilleras durante la última Edad de Hielo.

La profesora Jo McDonald (izquierda), directora del Centro de Investigación y Gestión del Arte Rupestre de la UWA, dijo que un importante hallazgo respaldaba que este grupo inicial de gentes del desierto fuera un innovador tecnológico.
"Encontramos en depósitos que se remontan a hace unos 43.000 años un primer microlito con respaldo, una herramienta multifuncional con mango que podría usarse como punta de lanza o para trabajar la madera", dijo el profesor McDonald.

"Esto es más de 15.000 años antes que otros ejemplos australianos conocidos de este tipo de herramienta. Los residuos encontrados en la herramienta indican que la tecnología de azadón se practicó mucho antes de lo que se había demostrado previamente en Australia. Herramientas como esta se encuentran en su mayor parte en el sur y este de Australia, pero la mayoría datan de los últimos 4.000 años".


Microlito con respaldo (izquierda: superficie ventral, derecha: superficie dorsal)

La profesora McDonald dijo que los hallazgos respaldan la idea de que los primeros australianos se adaptaron con ingenio y flexibilidad a medida que se dispersaban por cada biorregión de Australia dentro de los diez primeros milenios después de llegar a este continente. Por ejemplo, la evidencia del uso más antiguo del hacha en el mundo proviene del Kimberley.

"El hecho de que también hayamos sido capaces de demostrar una gama de comportamientos simbólicos en los últimos 1.000 años, con la producción de arte rupestre y unos niveles extraordinariamente altos de gestión de la zona al mismo tiempo, demuestra la continuidad y complejidad de las conexiones a largo plazo de las gentes del desierto de Australia", dijo.

Paneles de arte rupestre de Karnatuku.

El co-investigador y profesor Peter Veth (izquierda) jefe del Departamento de Arqueología del Arte de la UWA Kimberley Foundation Ian Potter, dijo que el hallazgo representaba una revolución en la comprensión de la sofisticación adaptativa y tecnológica de los primeros pueblos aborígenes que vivieron en los desiertos interiores de Australia.

"Es fascinante ver que las narrativas científicas y aborígenes trabajan juntas para crear un extraordinario lienzo de los vastos paisajes desérticos de la imaginación australiana", afirma el profesor Veth.
La profesora McDonald dijo que Birriliburru IPA es un área de posesión exclusiva dentro del área de determinación de títulos nativos mantenida en fideicomiso por Mungarlu Ngurrarankatja Rirraunkaja Aboriginal Corporation. Las cordilleras de Carnarvon permanecen cerradas en la actualidad a las visitas de turistas no acompañados.


Las visitas guiadas a esta área de gran importancia con los custodios tradicionales garantizan la protección de los lugares y brindan oportunidades de turismo sostenible. Los guardabosques o custodios de Birriliburru patrullan activamente la zona y llevan a cabo actividades de gestión de tierras en el área para proteger y conservar los valores culturales de la misma.
De esta forma, el público aún puede experimentar un lugar que revoluciona nuestra comprensión de los primeros australianos, los cuales hicieron su hogar en uno de los continentes más secos del mundo.

Fuentes: phys.org | phys.org | 20 de septiembre de 2018

XVI CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE LA PIEDRA EN SECO

El próximo octubre, dentro del marco del 16º Congreso internacional de Piedra en seco que se celebrara en la localidad de Ciutadella de Menorca (Islas Baleares),organizado por la Societat Histórico Arqueológica Martí i Bella (SHAMB) y la Société Scientifique Internationale pour l’Ètude Pluridisciplinaire de la Pierre Sèche (S.P.S.) se presentarán las características de la técnica de piedra en seco de diferentes ciudades y países europeos. El congreso tiene como objetivo difundir los conocimientos de esta técnica reconocida como arte tradicional, el desarrollo de su investigación y del trabajo práctico en este campo, la facilidad de los intercambios de experiencias relativas a las buenas prácticas en la construcción y el mantenimiento de las obras de piedra en seco.

En febrero de 2017 el Consell Insular de Menorca declaró Bien de Interés cultural inmaterial la técnica constructiva en piedra seca dándole así la máxima protección para poder adherirnos a la Candidatura internacional del patrimonio mundial inmaterial de la Unesco.

En el caso de Menorca, la cultura de la construcción en piedra seca se encuentra implantada en todo el territorio desde tiempos prehistóricos. La Cultura Talayótica ya construía en piedra en seco, pero no tenemos constancia documental hasta el siglo XV cuando empiezan a segmentarse los terrenos con paredes secas. No obstante cabe señalar que la mayoría de ejemplos que conservamos en la actualidad datan del siglo XIX y principios del siglo XX, las paredes secas sirvieron para dividir las propiedades, eliminar las piedras de los campos de cultivo y se construyeron las barracas para el ganado.

En la actualidad se puede observar cómo el campo menorquín ha sabido transformar lo que podía ser un impedimento para las tierras de cultivo en toda una red de paredes realizadas en piedra en seco, sin ningún tipo de mortero ni argamasa, que servía tanto para despedregar los campos de cultivo, compartimentar los terrenos y frenar la erosión del viento, sobretodo de la tramontana que tanto azota esta isla, estabular a la ganadería sin que afectara a los campos cultivados, cerramientos en piedra de árboles frutales, canalizaciones de aguas…

Otro gran elemento constructivo son las barracas que servían para que los animales pudieran refugiarse de las condiciones climáticas adversas. Muchas de estas construcciones siguen en alza actualmente y se mantienen su utilidad, formando parte del paisaje menorquín que tanto nos caracteriza, sobre todo en la zona norte del municipio de Ciudadela, Punta Nati, donde aún hoy se alzan majestuosas algunas barracas de finales del siglo XIX que si no se protegen pronto dejarán de formar parte de este paisaje etnológico único.

Lo que aquí se presenta y se pretende proteger no es tan solo la parte material de las construcciones que nos han quedado a lo largo de la historia, sino también, y no menos importante, todo lo inmaterial, las técnicas constructivas, el vocabulario utilizado, la tradición que hasta hoy ha pasado de padres a hijos y que en la actualidad se está perdiendo.

Más información: https://issuu.com/historiayarqueologia/docs/congreso_piedra_seca_shamb2018.outp

Descubren un gran cementerio de 5.000 años de antigüedad en Kenia

Vista del yacimiento de Lothagam Norte (Kenia), donde ha hallado el cementerio - Katherine Grillo

Lothagam es un yacimiento paleolítico situado en la actual Kenia que ha ido revelando a los arqueólogos distintas pistas de cómo eran los primeros pobladores homínidos de África. La última revelación ha removido algunas de las creencias asentadas de los expertos, porque las investigaciones han descubierto que sus restos más antiguos (hace 5.000 años) pertenecen a un cementerio de enormes dimensiones en que los cadáveres no se depositaban en función de las clases sociales.

En el lugar -de un diámetro de 30 metros- se levantó un camposanto paleolítico que podría haber estado en funcionamiento hasta 500 años, se han hallado al menos 580 cadáveres. Cuando la cavidad estaba llena, o casi llena, la comunidad llenaba el agujero y colocaba tierra sobre él. Luego lo cubrían con piedras de basalto de tamaño uniforme elegida para el rito. Lo novedoso es que estos cuerpos no se dispusieron por jerarquías, poder económico o físico.

«Gente de diversas edades y de ambos sexos fueron enterrados, y la mayoría de los individuos estaban acompañados con ornamentos. No hay pruebas de una estratificación social», indica el estudio liderado por Elisabeth A. Hildebrand (izquierda), de la Universidad Stony Brook.
«Hasta hace poco, los arqueólogos pensaban que las nuevas élites instigaban construcciones monumentales para reforzar simultáneamente su propia autoridad y servir como símbolos de la unidad social», señala la profesora asociada Elisabeth A. Hildebrand a la cadena de televisión CNN. El mejor ejemplo de la teoría es lo que ofrecieron los egipcios, que ya levantaron tumbas a sus faraones antes del 3.000 a. C.

«En múltiples áreas de África, la monumentalidad se desarrolló a medida que los pastores nómadas creaban grandes cementerios y practicaban otras formas de conmemoración», señala el estudio publicado en 'The Proceedings of the National Academy of Sciences'. «Cuando las sociedades agrarias comenzaron a desarrollarse, las jerarquías comenzaron a desarrollarse también. Algunos se convirtieron en más poderosos y surgieron las diferencias en salud y riqueza y aparecieron las circunstancias sociales. Así que la gran pregunta es: ¿Ocurrió lo mismo con las sociedades pastorales?», señaló Hildebrand al diario The Guardian.

El descubrimiento en Lothagam ha provocado que quienes estudian las primeras civilizaciones de la Humanidad tengan que replantearse las ideas prestablecidas. «En arqueología, solemos pensar que las construcciones monumentales estaban asociadas con el sedentarismo y los excedentes de alimentos y mano de obra controlados por las élites. Es una parte de la narración dominante sobre 'el surgimiento de la civilización'», reconoció la profesora de antropología de la Universidad Rice de Houston, Susan Keech McIntosh (derecha), al periódico The New York Times.

«Estos motivos bien pueden haber ocurrido en el caso entre los agricultores sedentarios, pero los hallazgos en el yacimiento Lothagam North Pillar muestran que algunos ejemplos de monumentalidad se desarrollaron por otras razones que no se relacionaban con las élites», añade la profesora Hidebrand, experta en las primeras poblaciones del este de África.

Paleta de piedra con talla zoomorfa de bovino hallada en el cementerio comunitario de Lothagam North, Kenia. Imagen cortesía de Katherine Grillo.

«El cementerio fue construido por los primeros pastores de la región... y nos da pruebas sólidas de que, de hecho, sí siguieron una trayectoria diferente de cambio social. La gente se reunió en grandes cantidades, probablemente gastando sangre, sudor y lágrimas para construir estas grandes estructuras, pero no tenemos pruebas de jerarquía o diferencia social», argumenta Hidebrand en The Guardian. Las investigaciones revelan que los pobladores dedicaron un tiempo y esfuerzo considerable para arrastrar pilares de basalto de casi un metro de alto que se encontraban a más de un kilómetro del lugar y los colocaban en el lado este de la plataforma, que a su vez rodeaban con rocas. Otros círculos más pequeños y túmulos también han aparecido en el área alrededor de la plataforma principal y se deduce que durante un tiempo también pudieron formar parte del rito de enterramiento.

Colgantes y pendientes de piedra recuperados en el cementerio de Lothagam North Pillar, en Kenia, el cual tiene unos 5.300 años de antigüedad. Fue utilizado como sitio de enterramiento durante aproximadamente 700 años. Entonces, abrupta y misteriosamente, los entierros se detuvieron. Cortesía de Carla Klehm.

El campo de anillos rocosos, columnas de piedras y túmulos funerarios fue construido por una tribu de pastores ambulantes hace 5.000 años, cuando un período húmedo daba paso a otro más seco en el que varios valles y senderos se abrían a los pobladores nómadas de África para ofrecer lugares muy fértiles (que ayudarían al surgimiento de una incipiente agricultura y facilitaban la alimentación de los animales domesticados). Según algunos expertos, la explicación podría ser que los primeros pastores construyeron el cementerio junto al lago Turkana como un lugar para reunirse y fomentar las redes sociales y así hacer frente a las crisis provocadas por cambios ambientales y económicos.


Los arqueólogos que han llevado a cabo el estudio apuntan a que, en medio de los cambios profundos en el paisaje y las incertidumbres socioeconómicas de una comunidad nómada con unas fronteras territoriales móviles, «la decisión de erigir monumentos suponía una importante fuerza unificadora para estos primeros pastores de África oriental». Así, los ganaderos conservaron su independencia (y la correspondiente falta de clases) al tiempo que se garantizaron su supervivencia gracias al intercambio social y cultural y la protección frente a los imprevistos.

Fuente: elnortedecastilla.es | 2 de septiembre de 2018

Hallan restos de dos neandertales adultos en la famosa cueva de Shanidar, en la región del Kurdistán (Irak)

La paleoantropóloga británica, la Dra. Emma Pomeroy, señala las partes de un cráneo neandertal hallado en la cueva Shanidar de la región del Kurdistán, el 12 de septiembre de 2018. (Foto: Kurdistán 24)

Un equipo de arqueólogos ha informado que encontraron los restos fosilizados de otros dos adultos neandertales en la famosa cueva de Shanidar, en la región del Kurdistán, los cuales se suman a otros descubiertos desde la década de 1950.

Hace cinco años, el Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) firmó un acuerdo con la Universidad de Cambridge para llevar a un grupo de arqueólogos a buscar y excavar huesos de neandertales en la cueva de Shanidar, ubicada en la montaña Bradost en el área de Erbil en Barzan (derecha). En el pasado, los arqueólogos han encontrado partes de 10 esqueletos de neandertal en Shanidar, lo que eleva el total a 12.

"Lo que tenemos aquí, a primera vista, es el cráneo de un adulto de neandertal", dijo la Dra. Emma Pomeroy, paleoantropóloga británica que trabaja en las excavaciones de campo en la cueva.

"Ha sido bastante aplastado por las piedras y por todo el suelo que tenía encima, pero en realidad está bastante completo. Podemos ver la mandíbula inferior, la mandíbula superior, así como los dientes y las cuencas oculares. Entonces, con suerte, cuando hayamos terminado de excavar, y saquemos todos los huesos, podremos reconstruirlo".
"Parece ser el primero de los dos individuos que tenemos en esta área, pues tenemos un individuo debajo y otro encima, y parece que también una piedra se ha colocado de modo intencionado encima de los dos", añade.

Pomeroy mencionó que una de las preguntas que tienen es si los tales neandertales fueron enterrados al mismo tiempo o si volvieron al sitio para enterrar conjuntamente a uno de sus muertos.


Señaló que esto es algo que el equipo está abordando desde múltiples ángulos, empleando una gama completa de técnicas y especialistas de varias instituciones del Reino Unido y otros países.
"En general, somos alrededor de 12 personas y todas con diferentes especialidades. Algunos son expertos en suelos ..., yo soy especialista en huesos de neandertal y otros en el estudio del medio ambiente o las herramientas líticas que utilizaban, así como en el tipo de animales que encontramos aquí y que podrían haber sido comidos", continuó.

"Esperamos poder reconstruir una imagen sólida de cómo vivieron aquí, cómo era su vida y qué hicieron cuando los miembros de su grupo murieron, añade.

Reproducción de un entierro neandertal en Shanidar (Irak)

Anteriormente, los arqueólogos encontraron restos de diez neandertales dentro de la cueva, los cuales datan de hace 35.000 a 65.000 años atrás.

Hace unos sesenta años, el arqueólogo estadounidense Ralph Solecki descubrió por primera vez los restos de nueve neandertales en la cueva de Shanidar, donde él y su equipo llevaron a cabo excavaciones entre 1951 y 1960.

"La cueva de Shanidar es uno de los lugares más importantes del planeta para la arqueología", dice Christopher Hunt (izquierda), otro arqueólogo que trabaja actualmente en la excavación. "Muchos de los huesos [de los antiguos neandertales encontrados] están muy rotos, pero cuando [Solecki] hizo su trabajo, había muy poca ciencia arqueológica", afirmó.

"Estamos encantados, porque tenemos algunas nuevas pruebas esqueletales, y en particular, un nuevo cráneo". "Así que es muy emocionante", continuó. "Hay muchos tipos de análisis científicos que se necesitarán hacer al respecto. Pero antes de que podamos hacerlos, tenemos que, con mucho cuidado, sacar los restos de la cueva".
Hunt cree que este es un enorme tesoro para Kurdistán y para la arqueología. "Es un tesoro de conocimiento. No hay oro, no hay rubíes, pero hay conocimiento ... y no tiene precio".

Fuente: kurdistan24. net | rudaw.net | 20 de septiembre de 2018