Anuncian el hallazgo de nuevas pinturas rupestres en una remota cueva en Carcabuey (Córdoba)

Imagen de la cueva difundida por el grupo Kart-Oba - Grupo Kart-Oba

Un grupo de espeleólogos ha anunciado el descubrimiento de lo que parece ser dos pinturas rupestres desconocidas hasta ahora en una cueva localizada en Carcabuey, en la comarca de las Subbéticas (Córdoba). Los restos hallados tienen pigmentación roja y han sido atribuidos por estos especialistas, a falta de la pertinente investigación académica, a la prehistoria reciente.

Los descubridores de estas pinturas pertenecen al grupo de espeleología Kart-Oba y han anunciado su hallazgo a través de redes sociales y en su propio blog, aunque no han publicado ninguna imagen de los supuestos dibujos prehistóricos.

Las imágenes han sido encontradas en un recóndito paraje de las Sierras Subbéticas, denominado Abrigo Fernando, donde los exploradores estaban realizando trabajos de prospección sobre el terreno, localización, exploración y estudio de cavidades en una zona de calizas.

Espeleólogos de Kart-Oba en las Subbéticas - Facebook

La cueva con las muestras de arte rupestre es de reducidas dimensiones y fue hallada de forma casual el pasado 30 de marzo en una de las cavidades localizadas por el equipo. Tras constatar que los dibujos podrían ser manifestaciones de arte rupestre, de inmediato se dio parte a la Delegación de Cultura.

A través de sus redes sociales, el grupo Kart-Oba ha explicado que «la suerte puede influir algo, por supuesto, pero esto no pasa por casualidad: es el fruto del trabajo constante y sistemático, de días y días de pateos, desobstrucciones y exploraciones. Una vez más (y seguro que no será la última) nos encontramos ante un hallazgo arqueológico aportado por el colectivo espeleológico».

Según estos especialistas, a partir de ahora la ley obliga a declarar el lugar como Bien de Interés Cultural por contener pinturas rupestres. Además, creen que es posible que aparezcan más elementos del mismo tipo por la zona.

En su blog Cuevas de Córdoba, aseguran que «estos trabajos espeleológicos en la zona (en los que también participan miembros del Grupo Espeleológico G40 y del Grupo de Exploraciones Subterráneas de Priego de Córdoba) continuarán en los próximos meses y no se descarta que puedan aparecer nuevos yacimientos».

Este medio ha intentado sin éxito contactar tanto con la Junta de Andalucía como con el grupo Kart-Oba.

Fuente: abc.es | 19 de abril de 2021

Inauguran en el Parlamento autonómico de Valladolid la exposición "Comuneros: 500 años"

Eliseo de Pablos, director de la exposición 'Comuneros. 500 años'. - Foto: Leticia Pérez (Ical)

Un total de 150 piezas vertebran el relato expositivo de “Comuneros: 500 años” que, en su camino entre el siglo XVI y la actualidad, bucea en el movimiento de las comunidades e invita a la reflexión desde un equilibrio de perspectivas. Así lo destacó el presidente de las Cortes y de la Fundación de Castilla y León, Luis Fuentes, durante el pase previo a la muestra que abrirá sus puertas este jueves 22 de abril, en la sede del Parlamento autonómico, en Valladolid.

Las obras que se exhiben, nunca reunidas en el mismo espacio, han sido cedidas por las principales instituciones y entidades españolas. La exposición “Comuneros: 500 años” constituye un viaje al pasado, a uno de los episodios más trascendentales de la historia de España, aún desconocido por muchos: el movimiento liderado por Padilla, Bravo y Maldonado propició un cambio trascendental en la naturaleza de la relación entre el poder de los gobernantes y los ciudadanos.

De este modo, el relato de la muestra recorre, pieza a pieza, un rico camino entre el primer cuarto del siglo XVI y la actualidad. A su paso, busca no solo dar a conocer los hechos acaecidos en torno al movimiento de las Comunidades, sino invitar al visitante a reflexionar sobre ellos desde una visión amplia y libre.

El presidente de las Cortes y de la Fundación de Castilla y León, Luis Fuentes, participa en el pase previo a la inauguración de la exposición 'Comuneros. 500 años', con motivo del V centenario del movimiento comunero. Posteriormente, Luis Fuentes y el comisario de la exposición, Eliseo de Pablos, realizan un recorrido por la muestra, abierto a los medios de comunicación. Eudardo Margareto.

Para ello, el discurso se apoya en el incalculable valor de las cerca de 150 obras artísticas, documentos u objetos que la ilustran. En su apuesta por equilibrar las distintas perspectivas sobre aquellos acontecimientos a través de la recreación de la sociedad, el arte y la política de la época, la muestra brinda a los visitantes la oportunidad de escudriñar y sumergirse en la intrahistoria desde finales del siglo XV y hasta 1522, año del final de la guerra, que condicionó la configuración del mundo conocido con trascendentales efectos y consecuencias que han llegado hasta hoy.

El movimiento comunero, considerado todo un proceso histórico no solo por el peso de sus antecedentes y la importancia de su desarrollo, sino por su gran influencia en la historia de España y en la construcción de las bases del actual Estado de Derecho, se plasma en la exposición a través de piezas muy relacionadas con aspectos como la imagen, las familias, el papel de la fe y el arte, la vida cotidiana, las armas o los vestigios de la memoria.

Eduardo Margareto. ICAL. Inauguración de la exposición ‘Comuneros. 500 años’, con motivo del V centenario del movimiento comunero.

Un viaje con tres paradas

El discurso que hilvana la exposición, apoyado en la recreación de los entornos histórico, social y cultural de la época, con el fin de garantizar su carácter divulgativo, se detiene en tres ámbitos fundamentales: el primero, titulado “Comuneros, el movimiento”, presenta el proceso histórico de las Comunidades a través de elementos culturales materiales conservados hasta la actualidad. En este escenario se enmarcan los capítulos “Contra traidores y desleales” y “Castilla en la encrucijada: la ruptura del equilibrio”.

El segundo ámbito, “Comuneros, el tiempo habitado”, busca contextualizar los acontecimientos políticos relacionados con el Movimiento en torno al capítulo “El tiempo habitado”, mientras que el tercero y último, “De la realidad al mito”, recorre sus interpretaciones posteriores y las vertebra en torno al capítulo “Memoria recuperada, memoria creada”.

“Comuneros, el movimiento” pone valiosos elementos materiales al servicio de una visión amplia y clara del Movimiento que, a su vez, se apuntala sobre las figuras de sus protagonistas: los Reyes Católicos, Padilla, Bravo y Maldonado, María de Pacheco, los reyes Carlos y Juana, los Mendoza, Cabrera, Enríquez, Fonseca o el obispo Acuña.

El patrimonio documental exhibido en este capítulo da fe de muchos de los hechos y circunstancias acaecidas en aquel periodo, mientras que el material de guerra de entonces, aún conservado hoy, ofrece una visión del enfrentamiento desde la perspectiva bélica. Un total de 69 piezas vertebra la primera parte del relato; de ellas, 32 dialogan en el marco de “Contra traidores y desleales”: los retratos de Juana I de Castilla y el de su hijo, un joven Carlos V, así como el pendón de los Comuneros, el frontal del sepulcro con las armas del linaje Maldonado, el lienzo que plasma al emperador Maximiliano y su familia, el amito empleado por el cardenal Cisneros, cuatro medallas con retratos del emperador Carlos V y el retrato de María de Pacheco, esposa de Juan de Padilla.

Por su parte, 37 piezas plasman la coyuntura que desequilibró la situación en la segunda década del siglo XVI en “Castilla en la encrucijada: la ruptura del equilibrio”. Destacan, en este capítulo, las leyes Perpetuas y los Capítulos de Tordesillas, el decreto de excomunión y la proclamación contra los Comuneros, la sentencia y condena que acabó con su vida en la plaza de Villalar, distintos elementos armamentísticos del emperador, como su almete y su ballesta, y la celada de Felipe el Hermoso, entre otras muchas.

La Castilla de principios del XVI

El segundo ámbito, “Comuneros, el tiempo habitado”, es un viaje a la vida de la Castilla del primer cuarto del siglo XVI con el que se busca situar al visitante en el contexto de la época. Los mundos económico, cultural o religioso adquieren especial importancia en este apartado, que brinda protagonismo a la Mesta, al arraigo religioso y a una expresión artística a caballo entre el gótico y el Renacimiento. La vida cotidiana, el ejercicio del ocio o el gusto por la música propio del momento tienen también cabida en este amplio apartado.

Para ello, “El tiempo habitado” reúne 56 obras como ponderales, cajas de cambistas, pesas, libros de la Mesta, letras de cambio o monedas, medallas y otros objetos numismáticos; piezas artísticas como San Jerónimo penitente de Diego de Siloé, la Piedad de Adriaen Isenbrant, La Anunciación, la Virgen de la leche o la Virgen con el niño; elementos de la práctica litúrgica como patenas, custodias, navetas o cruces, o bienes vinculados a la vida diaria como un brasero, arquetas, tazas, jarros o una silla de caderas.

El ocio y la música se hacen hueco en este apartado de la mano de cajas de juegos y del ajedrez y el dominó, entretenimientos populares en la época, así como de réplicas de algunos de los instrumentos de entonces: sacabuche, chirimía, orlo, añafil o vihuela. El Cancionero de Segovia, conservado en su catedral, lucirá entre todos ellos. La última parada del viaje, “Memoria recuperada, memoria creada”, busca precisamente bucear en los vestigios que, con tintes más o menos próximos a la realidad o al mito, se han dedicado al movimiento liderado por los comuneros en distintas épocas de la historia de España.

El recorrido está poblado de elementos que muestran diversos matices y visiones en torno al proceso protagonizado por los comuneros, desde los discursos construidos por el liberalismo en torno al sentido de la libertad abanderado por los comuneros, visión plasmada con especial esmero por la pintura, hasta la mirada ofrecida por las manifestaciones culturales de las últimas décadas.

Para esbozar la magnitud del gran patrimonio inmaterial creado en torno al imaginario común sobre el que se asienta la figura de los comuneros, se han compilado 26 piezas como la Romanza de los Comuneros de Gaztambide, los cuadros “Doña Juana en los Adarves del Castillo de la Mota”, “Doña Juana recluida en Tordesillas”, “Los Comuneros en el patíbulo” o “Batalla de Villalar”; el Real Decreto aprobado en 1822 para erigir un monumento en su memoria, los libros “Las Comunidades de Castilla”, de José Antonio Maravall, el romance de Luis López Álvarez o el clásico de Joseph Pérez.

A todo ello, se suman fragmentos de películas basadas en el movimiento comunero, grabados, litografías, sellos y revistas, además del material de la grabación de Los Comuneros por parte del Nuevo Mester Juglaría o el libreto original de la obra que Ana Diosdado dedicó a los líderes del movimiento.

Los donantes

Un total de 44 museos, archivos, templos, bibliotecas e instituciones de distinta naturaleza, además de coleccionistas privados, ha cedido las 149 obras que conforman el relato expositivo. En el caso de los museos, la muestra presenta dos obras del Nacional de Escultura y dos del Prado, 22 del Arqueológico Nacional, cuatro del Museo de Artes Decorativas y cuatro de la Fundación Lázaro Galdiano.

A ellas se suman las cesiones de los museos catedralicios de Valladolid (dos), Burgos (tres), Salamanca (cuatro) y Zamora (dos), los de San Francisco (tres) y de Ferias (seis), de Medina de Rioseco y Medina del Campo, las de los museos de Burgos (dos), Salamanca (una), Segovia (seis) y Ávila (una); los del Ejército (17) y Santa Cruz (cuatro), ambos ubicados en Toledo, y una del Museo de la Universidad de Salamanca.

El Archivo General de Simancas (una), el Municipal y el del Cabildo de Burgos (una cada uno), así como el de la Catedral de Segovia (una) y el Municipal de Toledo (una) han prestado también distintas piezas para su exhibición en “Comuneros: 500 años”, como también lo han hecho la Biblioteca Nacional (ocho) y la de la Universidad de Salamanca (una). Ocho templos ubicados en las provincias de Valladolid, Palencia, Segovia, Ávila y Burgos han cedido también generosamente una de sus piezas más valiosas para el disfrute de los visitantes. Se trata de las iglesias de San Miguel y San Salvador de Valladolid, la parroquia de Gama y la iglesia de La Asunción de Dueñas, ambas en Palencia; los templos de San Martín y San Salvador de Segovia; la iglesia de San Pedro Apóstol de Ávila y la de San Gil Abad de Burgos.

El listado de entidades donantes se completa con instituciones como el Congreso de los Diputados (una obra cedida), la Real Chancillería (seis), el Ayuntamiento de Valladolid (una), el Alcázar de Segovia (dos), la Academia de Bellas Artes de San Fernando (dos), Patrimonio Nacional (cinco), el Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (una), el BBVA (una), la colección Zamarrón de Segovia (siete), la localidad burgalesa de Santa María del Campo (una) y una colección particular (ha cedido 14 elementos).

'Ejecución de los comuneros de Castilla', de Antonio Gisbert Pérez (1860).

El Catálogo, una pieza más

Con motivo de la exposición, la Fundación de Castilla y León ha editado un catálogo que reúne, a lo largo de más de 300 páginas, tanto las obras de la muestra como varios textos divulgativos. El presidente de las Cortes de Castilla y León y de la Fundación, Luis Fuentes, abre la publicación con una presentación del proyecto conmemorativo y, a continuación, se presentan cinco artículos firmados por miembros del Comité Científico. Se trata de “Castilla en la encrucijada: 1504-1521″, de Cristina Borreguero, de la Universidad de Burgos; “Dimensión política de la rebelión de las Comunidades”, de Salvador Rus, de la Universidad de León y comisario de “El tiempo de la libertad. Comuneros V Centenario”; “Texto, historia y ficción en torno a las Comunidades”, de Pedro M. Cátedra, de la Universidad de Salamanca; “Poder y derecho en el conflicto (1520-1521)”, de Emiliano González, de la Universidad de Valladolid, y “Las conmemoraciones históricas de las Comunidades de Castilla”, de Carlos Belloso, de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

Junto a ellos, se incluye el trabajo “El armamento en las guerras de las Comunidades”, del jefe del Departamento de Armas del Museo del Ejército de Toledo, Germán Dueñas. Las aportaciones documentales se completan con “Equilibrio de perspectivas”, del comisario de la muestra, Eliseo de Pablos, y “Quinientos años”, de Solène de Pablos, vinculada también al comisariado del proyecto expositivo.

La muestra, que se inaugura el 22 de abril, podrá disfrutarse hasta el 20 de septiembre en el vestíbulo de las Cortes de Castilla y León de lunes a domingo en horario de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.00 horas. Las visitas se realizarán siguiendo los protocolos de seguridad y prevención activados con motivo de la pandemia por Covid-19.

Fuentes: larazon.es | leonoticias.com | 21 de abril de 2021

El enigma prehistórico de la cueva de Isturitz (Pireneos Atlánticos, Francia)

Escápula de mamut hallada en Isturitz.

Aquel hueso tenía intrigados a los arqueólogos desde su hallazgo en 1998 en la cueva francesa de Isturitz. En esos parajes de los Pirineos occidentales, en la Baja Navarra, nunca se había encontrado una escápula de mamut. Aunque se sabía de la presencia de esos enormes animales prehistóricos en la zona, hasta entonces no se habían descubierto evidencias claras de que hubieran sido cazados durante el Paleolítico Superior en un territorio tan al sur. Había que desplazarse hasta la cueva de Arcy-sur-Cure, en Borgoña, al centro-noreste de Francia, para dar con rastros de caza de mamuts. Y, sin embargo, el omoplato recuperado en la cueva de Isturitz apuntaba en esa dirección.

El arqueólogo de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) Aritza Villaluenga (izquierda), que trabajó como guía y asesor científico en la zona tras realizar su posdoctorado en Alemania, sabía que aún quedaba mucho por estudiar en el lugar donde fue hallado el hueso de mamut y decidió redactar un proyecto de investigación en el marco del convenio suscrito entre las cuevas de Isturitz y Oxocelhaya con el Grupo consolidado de investigación en Prehistoria de la la UPV-EHU. El servicio de Arqueología de la región francesa de Nueva Aquitania aprobó y subvencionó el proyecto, pero la pandemia del Covid-19 obligó a retrasar las excavaciones hasta esta primavera.

Ocho expertos, entre los que se encuentra el también prehistoriador y arqueólogo vasco Álvaro Arrizabalaga (derecha), llevan dos semanas hurgando en las entrañas de la gruta con rigurosas medidas de control sanitario y han sacado a la luz más de 3.000 restos. El 9 de abril, después de excavar una secuencia sedimentaria en la que atravesaron los principales periodos del Paleolítico Superior, encontraron un tipo de lámina de sílex del Auriñaciense, el primer periodo de esta etapa histórica en la que el Homo sapiens llegó al oeste de Europa.

«Hemos bajado hasta hace unos 33.000 años», relata Villaluenga con cautela, pues prefiere ser conservador con las fechas antes de realizar pruebas de carbono 14.

Escena de la excavación.

«Aquí cazaban mamuts»

En su investigación han desenterrado restos de renos, bisontes, caballos... y más fragmentos de hueso y de molar de mamut. «Parece que es algo repetido, aquí cazaban mamuts», señala el director de las excavaciones.

Un animal que pesaba unas cuatro toneladas era demasiado grande y peligroso para los reducidos grupos humanos de principios del Paleolítico Superior. La caza de un mamut, además de peligrosa, debía de plantear problemas para gestionar y conservar tanta carne. De ahí que habitualmente cazaran piezas más pequeñas, como bisontes, caballos, renos o ciervos, que además eran más abundantes.

Que se atrevieran con mamuts es un evento «excepcional», a juicio de los arqueólogos. ¿Qué les llevó a enfrentarse a estos enormes animales? ¿Se produjo algún cambio en el clima? ¿Fueron aquí más abundantes? ¿Escaseó otro tipo de fauna y no tuvieron otro recurso? «Estamos un poco desconcertados porque no hay nada parecido. Es muy raro y, al menos por lo que sabemos hasta ahora, solo hay evidencias aquí. Algo, no sabemos qué, les tuvo que llevar a decidir cazar mamuts», confiesa Villaluenga.

Figura de león de las cavernas hallada en el yacimiento paleolítico de Isturitz, Francia. M. LANGLEY/MAN

Aún les quedan algunos días de excavación y profundizarán algo más en los dos metros cuadrados que han abierto en la cueva, pero el objetivo que les llevó hasta allí ya ha sido cumplido. Después llegará el momento de estudiar detenidamente los restos recuperados y de plantear la siguiente excavación para el próximo año.

Más de 20 investigadores de Reino Unido, Francia, Alemania y España colaboran en este estudio que pretende resolver este enigma de la Prehistoria: ¿Qué llevó a los habitantes de la cueva de Isturitz a cazar mamuts?

Fuente: abc.es | 19 de abril de 2021

Nuevo descubrimiento revela la dispersión temprana de ovejas domesticadas neolíticas en el corazón de Asia Central

Representación artística de un pastor neolítico en el refugio rocoso de Obishir. Obra de arte: Ettore Mazza.

A lo largo de las cadenas montañosas de Tian Shan y Alay en Asia Central, las ovejas y otros animales domésticos forman la economía central de la vida contemporánea. Aunque fue aquí donde los movimientos de sus antiguos predecesores ayudaron a dar forma a las grandes redes comerciales de la Ruta de la Seda, se pensaba que los animales domésticos habían llegado relativamente tarde a la región. Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Nature: Human Behavior, revela que las raíces de la domesticación animal en Asia Central se remontan al menos a 8.000 años, lo que convierte a la región en uno de los paisajes pastorales habitados continuamente más antiguos del mundo.

La domesticación de ovejas, cabras y vacas tuvo lugar por primera vez en el Creciente Fértil de Mesopotamia y las zonas montañosas cercanas de Asia occidental hace aproximadamente 10.000 años, al mismo tiempo que la primera domesticación de cultivos vegetales como el trigo y la cebada. Esta innovación en la subsistencia humana, conocida como Revolución Neolítica, se extendió hacia el norte, a Europa y hacia el sur, a África e India, transformando las sociedades humanas en tres continentes. Pero hasta hace poco, parecía que esta trascendetal expansión de plantas y animales domésticos no habría logrado llegar hacia el este, esto es, hacia las ricas zonas montañosas de Asia Central, donde, a pesar de su enorme importancia en los últimos milenios de la Edad del Bronce y más allá, había poca evidencia de una dispersión neolítica.

Eso cambió cuando un equipo conjunto de científicos internacionales, dirigido por la Dra. Svetlana Shnaider (izquierda), del Instituto de Arqueología y Etnografía de Rusia (RAS-Siberia, Novosibirsk) y la Dra. Aida Abdykanova (derecha), de la Universidad Americana de Asia Central (Kirguistán), decidió volver a visitar el refugio rocoso de Obishir V, escondido en un precipicio de montaña a lo largo de la frontera sur de Kirguistán con Uzbekistán. En este sitio, que fue descubierto y excavado por arqueólogos soviéticos el pasado siglo, se había producido un conjunto inusual de herramientas de piedra, algunas de las cuales parecían haber sido utilizadas para el procesamiento de granos. Además, esparcidos por todas las capas de los estratos geológicos del sitio estaban los restos óseos fragmentados de lo que parecían ser ovejas y cabras.

Los petroglifos de la Edad de Bronce y Hierro en el acantilado sobre el sitio de Obishir muestran lo que son cabras salvajes o cabras domésticas tempranas. © William Taylor

¿Podría ser esto una evidencia de un antiguo movimiento neolítico indocumentado de animales domésticos en el interior de Asia Central? Para averiguarlo, Shnaider y Abykanova se asociaron con el autor principal de la investigación, el Dr. William Taylor (izquierda), especialista en el estudio de la domesticación animal en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado-Boulder y en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, junto con un equipo de expertos internacionales de toda Europa y Estados Unidos.

Después de llevar a cabo la datación por radiocarbono de huesos y dientes hallados en Obishir V, quedó claro que la capa cultural más antigua databa al menos de ca. 6000 a. C., o hace más de 8.000 años: tres milenios antes de que los animales domésticos llegaran a Asia Central, según se creía.

Mapa: Dispersión modelada de animales domésticos en Asia Central de ovejas y cabras (rojo oscuro) y dispersiones durante el Holoceno temprano fuera de Eurasia occidental junto con culturas arqueológicas relevantes y eventos de dispersión recientemente analaizados (flecha roja discontinua ). Recuadro del mapa: Obishir V y el valle de Ferghana situado dentro de la zona montañosa de Asia Central.

Las quemaduras, las marcas de cortes y otros cambios en los huesos de los animales mostraron que habían sido sacrificados, mientras que los patrones de capas microscópicas estacionales dentro del cemento dental de los animales indicaron que fueron sacrificados en otoño, como es común en muchas sociedades de pastoreo. Pero debido a que los huesos estaban muy fragmentados, el tipo de especie al que pertencían no pudo identificarse mediante un análisis anatómico estándar. Para paliar este incoveniente, los investigadores aplicaron un enfoque interdisciplinario utilizando tanto la paleogenómica como la toma de huellas dactilares de péptidos de colágeno a fin de identificar los restos de animales. Al comparar sus resultados con los genomas de especies de ovejas silvestres y domésticas de toda Eurasia, los investigadores hicieron un descubrimiento impactante.

"Con cada nueva línea de evidencia, se hizo cada vez más claro que no se trataba de ovejas salvajes, sino de animales domésticos", dice Taylor.

Para aquellos que han trabajado durante años para comprender la prehistoria de Asia Central, los resultados son sorprendentes.

Vistas al sitio de Obishir y la aldea de Aidarkyen, Kirguistán © Svetlana Shnaide

"Este descubrimiento simplemente ilustra cuántos misterios quedan todavía con respecto a la prehistoria del interior de Asia, la encrucijada cultural del mundo antiguo", dice el Dr. Robert Spengler (derecha), del Instituto Max Planck, coautor del estudio y autor de Fruits from the Sands: The Silk Road origins of the foods we eat.

Será necesario un trabajo futuro para comprender el impacto total de los hallazgos del estudio y sus implicaciones para el resto de la antigua Eurasia. Shnaider planea regresar a Obishir el próximo verano para buscar pistas y determinar si otros animales domésticos, como vacas, o plantas domésticas, como trigo y cebada, también se propagaron a Kirguistán desde Mesopotamia en el pasado profundo.

Curiosas cabras domésticas se montan a horcajadas en la ladera sobre el sitio arqueológico de Obishir V © Magdalena Krajcarz

Con un premio del Consejo Europeo de Investigación, la Dra. Christina Warinner de la Universidad de Harvard y del Instituto Max Planck, socia del proyecto de investigación actual y coautora, encabeza un esfuerzo para investigar si estas primeras ovejas de Asia Central se extendieron a otras partes de la región y si se utilizaron para producir lácteos o lana.

“Este trabajo es solo el comienzo”, dice Taylor. "Al aplicar estas técnicas interdisciplinarias de la ciencia arqueológica, estamos comenzando a descubrir las pistas del pasado en Asia Central".

Fuente:Instituto Max Planck | 8 de abril de 2021

La Galería de los Uffizi de Florencia estrena su primera muestra completamente digitalizada debido al cierre de los museos en Italia

La muestra combina esculturas y otros objetos, la mayoría de la colección de los museos. Gallerie degli Uffizi

Los museos en Italia llevan desde noviembre prácticamente cerrados a causa de la pandemia. Sólo pudieron reabrir brevemente, entre semana, a partir de enero en los lugares menos afectados del país, para luego volver a tener que echar el cierre ante las duras restricciones adoptadas por el Gobierno de Mario Draghi hace más de un mes. Con este panorama, mantener el programa de exposiciones temporales es una verdadera odisea. Por eso la Galería de los Ufizzi de Florencia ha decidido dar un paso más y abrir la primera muestra completamente virtual que puede recorrer de forma gratuita desde la página web del museo.

Se trata de la exposición ‘Imperatrici, matrone, liberte’ (emperatrices, matronas, libertas), un recorrido a través de esculturas y otros objetos por la historia de la presencia de las mujeres en la antigua Roma, concretamente en los dos primeros siglos de la etapa imperial. Una exposición que en un principio se pensó y organizó en tres salas del museo para ser vista de forma presencial, pero como tuvo que bajar las persianas apenas un día después de la inauguración, en noviembre, ahora los famosos museos florentinos han optado por digitalizarla en alta definición y hacerla accesible a todo el mundo que tenga un ordenador o un teléfono móvil.

La muestra cuenta con una treintena de obras que provienen de la colección del museo, entre ellas una gran escultura de Agripina la Menor, la célebre madre del emperador Nerón. También con unas monedas de oro de época romana procedentes del Museo Arqueológico de Florencia, que permiten comprobar el papel de las mujeres en la propaganda de la casa imperial, y otros préstamos de la Biblioteca Nacional Central de Florencia.

“Dada la dificultad de movimiento y la situación particular en que nos encontramos nos hemos decidido por una experiencia de tour virtual. Es la primera vez que lo hacemos para una muestra, con lo que este periodo también puede ser una buena manera para aprender nuevos métodos”, explica al teléfono la comisaria de la exposición, Novella Lapini (izquierda).

La exposición habla tanto de emperatrices como de la vida de mujeres corrientes

La narración permite aprender sobre el papel de las mujeres en los dos primeros siglos del Imperio Romano, tanto de las representantes de la casa imperial y sus posibles papeles públicos. Como el de Agripina, madre, esposa y hermana de emperadores, acusada de envenenar a su marido (y tío), el emperador Claudio. “Demuestra como cuando una mujer importante quería entrar en la vida política sufría las clásicas acusaciones de adulterio o envenenamiento”, comenta Lapini.

Pero no sólo cuentan las experiencias de mujeres que pasaron a la historia, sino vivencias fascinantes de la vida cotidiana de las matronas (ciudadanas casadas de clase media alta) y las libertas, para explicar la evolución de la condición femenina. Por ejemplo, muestran en la práctica como la propaganda oficial se reflejaba en la vida de las mujeres comunes cuando se debían representar a sí mismas, como en las tumbas, cuando copiaban las modas y los estilos de las emperatrices de la época.

Algunas historias desconocidas son verdaderamente interesantes, como la de Pompeia Trebulla, una poderosa matrona de la élite de Terracina que hizo restaurar el templo dedicado a Tiberio y a la madre Livia, poniendo así su nombre al lado de los Augustos en un gesto relevante de independencia femenina. “En algunas ciudades aparecen mujeres en las áreas públicas, una anomalía hasta entonces. Es la erupción del papel de la mujer en la Roma imperial”, subraya la comisaria sobre un asunto que normalmente está fuera de los focos, porque las fuentes y los historiadores de la época se concentraban casi exclusivamente en los hombres.

El director de los Uffizi, Eike Schmidt, valora que la muestra se enfoca a la “la historia social de diferentes clases de mujeres, desde emperatrices a esclavas, y esto es muy interesante”. “Forma parte de una serie de exposiciones dedicadas a las mujeres a lo largo de la historia que empezamos hace cuatro años”, añade. Ahora, de forma completamente virtual.

Fuente: lavanguardia.com | 19 de abril de 2021