Fallece a los 96 años Emiliano Aguirre, 'padre' de Atapuerca

Fue el primer paleontólogo en descifrar la importancia del enclave burgalés y dedicó gran parte de su vida a poner en valor el yacimiento.

El 'padre' de Atapuerca ha fallecido. A sus 96 años, Emiliano Aguirre Enríquez ha dicho adiós. El paleontólogo coruñés (Ferrol, 5 de octubre de 1925) fue la primera persona en ver la importancia de los yacimientos y consiguió que la comunidad científica y la sociedad española comprendieran la trascendencia de este descubrimiento en la sierra burgalesa.

Catedrático en Paleontología Humana y Licenciado en Ciencias Naturales por la Universidad Complutense de Madrid, Emiliano Aguirre inició en 1976 el Programa de Investigación de Atapuerca. Fue él quien supo apreciar el potencial de los yacimientos burgaleses y quien consiguió que se realizaran excavaciones anuales en la sierra. Abrió, además, los yacimientos a estudios de otros países y organizó acciones integrales con Francia y el Reino Unido entre 1978 y 1979.

Hijo adoptivo de Ibeas de Juarros y doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos, Emiliano Aguirre fue distinguido en 1997 con el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica, junto a los actuales codirectores, Eudald Carbonell, Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro. En 1998 también se le concedió el Premio de Castilla y León en Ciencias Sociales y Humanidades y en 1999 se le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Emiliano Aguirre recibe de manos del entonces príncipe Felipe el galardón que reconoce al Equipo de Investigación de Atapuerca. - Foto: Jesús J. Matí­as

"Nunca olvidó Emiliano Aguirre el día que Trino Torres, que andaba en pos de restos de osos, le mostró aquel fósil indudablemente humano. Con ojo clínico, el paleontólogo supo que aquella mandíbula era importante. Oro molido. Un eslabón clave de esa cadena misteriosa que es la evolución humana. Acertó. Fue el comienzo de una historia maravillosa. Una historia interminable", escribía sobre él Rodrigo Pérez Barredo en el especial de Diario de Burgos por el 20 aniversario de la declaración de los yacimientos como Patrimonio de la Humanidad.

Fuente: diaeriodeburgos.es | 11 de octubre de 2021

Abre sus puertas el centro de interpretación del yacimiento íbero de La Quéjola en San Pedro (Albacete)

El presidente de la Diputación, Santi Cabañero, y el alcalde San Pedro, Dani Sancha, junto a la directora del Museo de Albacete, Rubí Sanz, durante la visita al Centro de Interpretación del yacimiento.

El presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, ha inaugurado este domingo el centro de interpretación del yacimiento de La Quéjola en San Pedro (Albacete), un recurso cultural que ya está disponible para la ciudadanía y en cuyo desarrollo ha tenido «una aportación fundamental» la Institución provincial albaceteña.

Junto al alcalde de la localidad y diputado provincial de Deportes, Dani Sancha, representantes del equipo de Gobierno local y de diferentes ámbitos sociales y culturales del municipio, y la directora del Museo de Albacete, Rubí Sanz; Cabañero ha podido conocer en detalle una instalación que permitirá que todos los visitantes puedan descubrir el yacimiento íbero situado en una finca privada en la que el acceso es restringido.

El presidente de la Diputación y el alcalde de San Pedro visitando el Centro de Interpretación del Yacimiento de La Quéjola.

En concreto, la población podrá acceder a la información gracias a la reconstrucción en técnicas 3D de la situación del poblado íbero asentado en la zona de San Pedro en su época de mayor esplendor, según ha informado la Diputación de Albacete en una nota de prensa.

«Un nuevo espacio de referencia que pone a la cultura y a la Historia como generadoras de valores e impulsoras del progreso en un territorio con una gran diversidad cultural», ha comentado Cabañero, que se ha felicitado por el resultado de un trabajo que se ha llevado a cabo gracias a un convenio de colaboración de 12.000 euros suscrito entre el Ayuntamiento de San Pedro y la Diputación de Albacete en una apuesta clara de ambas administraciones de poner en valor los recursos con los que cuenta San Pedro y su comarca, «un municipio rico en recursos y oportunidades y con grandes posibilidades de futuro en el que este nuevo Centro de Interpretación viene a ejercer un papel clave en materia de dinamización turística y económica».

El centro, a través de los elementos expositivos de los que dispone, cuenta la historia de la localidad haciendo hincapié en el mundo íbero y en su relación con San Pedro a través de los vestigios dejados en este yacimiento. Además, en este nuevo espacio se aborda también la importancia en el cultivo y conservación del vino explicando al visitante, por medio de paneles, lo fundamental que resultaron en su momento las bodegas existentes tanto en el yacimiento como en la localidad en su conjunto.

Una propuesta muy gráfica en la que prima la imagen y donde se invita a interactuar al visitante por medio de elementos lúdicos, educativos y didácticos sin perder en ningún momento el rigor histórico de los acontecimientos. Así lo ha valorado el primer edil de la localidad que se ha mostrado orgulloso con el resultado de una instalación «que permite acercar a los visitantes al origen de su propia historia, al conocimiento del propio yacimiento y a la importancia del paso de los íberos por estas tierras».

El centro, ubicado en calle Mayor, dispone de una superficie hábil de 45 metros cuadrados y está dividido en cuatro grandes zonas: Yacimiento y el pueblo: evolución histórica; La Quéjola y su reconstrucción; la viticultura y el vino en la Península y en el pueblo; y restos del pasado; y estará disponible al público en la modalidad de cita previa.

Una fuerte apuesta de San Pedro y de la Diputación de Albacete por la Historia y por la cultura que, tal y como ha recordado Sancha, nació en las jornadas arqueológicas realizadas en la localidad en años previos y favorecerá «que la Historia, el patrimonio, la divulgación, y el conocimiento en torno a San Pedro y al mundo íbero se den la mano y sirvan de vínculo con sus habitantes permitiendo mantener nuestra historia viva».

Durante la visita, Santiago Cabañero ha felicitado a quienes han trabajado para hacerlo posible; y se ha mostrado agradecido con las personas que a partir de hoy estarán disponibles para abrir a los y las visitantes las puertas de esta nueva instalación ya que las reservas tendrán que realizarse bajo la modalidad de cita previa pudiendo gestionarse a través del teléfono en los siguientes números: 670842205; 643046890; 666882417.

Fuente: abc.es | eldigitaldealbacete.com | 10 de octubre de 2021

Arslantepe, un asentamiento de más de 7.000 años en Turquía

Panorámica del yacimiento de Arslantepe, en el sureste de Turquía. Foto: MAIAO (Roberto Ceccacci).

En la llanura de Malatya, en el sureste de Turquía, y a unos quince kilómetros del río Éufrates, se alza el yacimiento de Arslantepe (Monte del León, en turco), también conocido como Melid. Este lugar, un montículo (tepe en turco significa montículo) de treinta metros de alto que domina la llanura circundante, algunos de cuyos restos tienen una antigüedad de aproximadamente 8.000 años, está formado por una serie de asentamientos que se sucedieron en el lugar durante milenios (y que estuvieron bajo la influencia de las diversas civilizaciones que ocuparon la región, como los hurritas y los hititas). Su ocupación se extiende hasta el período romano tardío (siglos V y VI d.C), y en época bizantina se usó como necrópolis. Este importante yacimiento arqueológico ha pasado el mes de julio pasado a formar parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Restos de pinturas murales en un pasadizo, en Arslantepe. Foto: MAIAO (Roberto Ceccacci).

Representación estilizada de una escena en la que dos toros conducidos por un cochero probablemente tiraban de un arado. Foto: Roberto Ceccacci

DÉCADAS DE EXCAVACIONES

El montículo de Arslantepe, que lleva siendo objeto de estudio por parte de arqueólogos italianos desde hace más de 60 años, fue excavado por primera vez por el arqueólogo francés Louis Delaporte entre 1932 y 1939. Las excavaciones italianas comenzaron en el lugar en 1961 bajo la dirección de los arqueólogos Piero Meriggi y Salvatore M. Puglisi, y se prolongaron hasta 1968. En la década de 1970, Alba Palmieri, de la Universidad de La Sapienza, en Roma, tomó las riendas de los trabajos, hasta la llegada de Marcella Frangipane, que ha dirigido las excavaciones en el yacimiento durante más de treinta años, con el apoyo de las autoridades culturales del país.

Sello cilíndrico proveniente de Arslantepe. Wikipedia.

Durante todo este tiempo se han descubierto en Arslantepe más de 5.000 impresiones de sellos en el emplazamiento de un gran complejo palacial, datado en el IV milenio a. C., que también contuvo en su día templos y almacenes. Lo curioso, según la arqueóloga, es que solo se han hallado las impresiones, pero no los sellos, aunque según estas impresiones al parecer existieron sellos de piedra, metal y madera. En cuanto a los motivos, "encontramos sellos con leones, serpientes y figuras humanas. Hay diferentes patrones. Estamos examinando qué objetos sellaron con ellos: jarrones, bolsas, cestas, puertas...", comenta Frangipane, que considera el estudio de estas impresiones muy importante para entender los orígenes de la administración y la burocracia estatales, y la transición de una estructura social igualitaria a una jerárquica. Recientemente ha publicado el resultado de sus investigaciones en un libro.

Esculturas que representan a un hombre y dos leones en Arslantepe. Cortesía del Ministerio de Cultura y Turismo de la República de Turquía / AA.

El yacimiento de Arslantepe ha deparado, asimismo, otro tipo de hallazgos. En las excavaciones llevadas a cabo en la década de 1980 se localizaron una serie de espadas y dagas forjadas con una aleación de arsénico-cobre y con una longitud de 45 a 60 centímetros, de unos 5.000 años de antigüedad y que se consideran las espadas más antiguas del mundo.

Espadas localizadas en el palacio de Arslantepe. Foto: MAIAO (Roberto Ceccacci).

TUMBAS Y CASAS DE MÁS DE CINCO MIL AÑOS

Pero no sólo se han descubierto impresiones de sellos y espadas en Arslantepe. En los últimos años en el yacimiento se han exhumado un sistema de drenaje, numerosas esculturas de leones y la representación de un monarca. Y no son estos los últimos hallazgos. La actual directora de las excavaciones, la arqueóloga Francesca Balossi Restelli, ha anunciado nuevos e importantes descubrimientos en el yacimiento durante la campaña de excavaciones que se ha llevado a cabo este verano, y que concretamente se inició el 10 de agosto. Durante este tiempo han salido a la luz más de veinte tumbas de unos 1.000 años de antigüedad, además de los vestigios de unas seis casas mucho más antiguas, datadas entre 3700-3600 a.C.

Vista de los sectores públicos del palacio de Arslantepe. Foto: MAIAO (Roberto Ceccacci).

"Queremos entender la historia de este yacimiento antes de que se construyera el complejo palacial. Queremos comprender, asimismo, cómo nació la administración y el sistema estatal", afirma Balossi Restelli, que cree que la excavación del interior de estas viviendas deparará hallazgos muy interesantes.

Por otra parte, la arqueóloga está convencida de que en el futuro las excavaciones en Arslantepe van a deparar muchos más descubrimientos importantes que ayudarán a los investigadores a comprender mucho mejor el devenir de este milenario asentamiento.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 12 de septiembre de 2021

La teoría de que los orígenes de los primeros nativos americanos podían provenir del pueblo Jomon (Japón) desacreditada por la genética y la biología esquelética

Comparativa de dientes de un individuo Jomon y de un nativo americanos. Crédito: G. Richard Scott, Universidad de Nevada Reno.

Una teoría ampliamente aceptada sobre los orígenes de los nativos americanos, en la que se sostiene que provenían de lo que es actualmente Japón, ha sido refutada en un nuevo estudio científico que demuestra que la genética y la biología esquelética "simplemente no concuerdan".

Es probable que los resultados del estudio, publicados hoy en la revista, revisada por pares, PaleoAmerica, tengan un gran impacto en cómo entendemos la llegada de los indígenas americanos al hemisferio occidental.

Basándose en las similitudes de artefactos de piedra, muchos arqueólogos creen que los indígenas americanos, o los 'primeros pueblos' que emigraron a las Américas, proceden de las islas del actual Japón hace unos 15.000 años. En este sentido, se cree que se movieron a lo largo del borde norte del Océano Pacífico, que incluía el puente terrestre de Bering, hasta llegar a la costa noroeste de América del Norte. Desde allí, los 'primeros pueblos' se habrían desplegado por el interior del continente americano hasta llegar al extremo sur del mismo en menos de dos mil años.

La teoría se basa, en parte, en similitudes observadas en las herramientas de piedra hechas por el pueblo Jomon (habitantes tempranos de Japón hace unos 15.000 años) y las encontradas en algunos de los primeros sitios arqueológicos habitados por los antiguos pueblos originarios del continente americano.

Sin embargo, el nuevo estudio publicado en la revista PaleoAmerica, la revista insignia del 'Centro para el Estudio de los Primeros Americanos', perteneciente a la Universidad Texas A&M, indica que es errónea esta concepción.

El trabajo de investigación, llevado a cabo por uno de los principales expertos del mundo en el estudio de piezas dentales humanas y un equipo de expertos en genética humana de la Edad de Hielo, ha analizado la biología y la codificación genética de muestras de dientes de varios continentes y ha estudiado directamente a la gente perteneciente a la cultura Jomon.

"Descubrimos que la biología humana simplemente no coincide con la teoría arqueológica", afirma el autor principal, el profesor Richard Scott (izquierda), un reconocido experto en el estudio de los dientes humanos y que ha dirigido a un equipo de investigadores multidisciplinarios.

“No discutimos la idea de que los antiguos nativos americanos llegaron a través de la costa noroeste del Pacífico, sino solo la teoría de que eran originarios del pueblo Jomon en Japón".

"Estas gentes, los Jomon, que vivieron en Japón hace unos 15.000 años son una fuente muy poco probable de pertenecer a los primeros indígenas americanos. Ni la biología esquelética ni la genética indican una conexión entre Japón y las Américas. La fuente más probable de la población nativa americana se puede decir que es Siberia"

En una carrera que abarca casi medio siglo, Scott, profesor de antropología en la Universidad de Nevada-Reno, ha viajado por todo el mundo, recopilando una enorme cantidad de información sobre los dientes humanos, tanto antiguos como modernos. Es autor, además, de numerosos artículos científicos y de varios libros sobre el tema.

Foto: Una colección de puntas de flecha de piedra encontradas en los antiguos asentamientos de Jomon. (Crédito de la imagen: Shutterstock)

En este último trabajo de investigación ha aplicado técnicas estadísticas multivariadas a una gran muestra de dientes de América, Asia y el Pacífico, mostrando que la comparación cuantitativa de los dientes revela poca relación entre el pueblo Jomon y los nativos americanos. De hecho, solo el 7% de las muestras de dientes estaban vinculadas a los nativos americanos no árticos (reconocidos como los 'primeros pueblos').

Por otro lado, la genética muestra el mismo patrón que los dientes: poca relación entre el pueblo Jomon y los nativos americanos.

"Esto es particularmente claro en la distribución de los linajes maternos y paternos, que no se superponen entre las primeras poblaciones Jomon y los indígenas americanos", afirma el coautor, el profesor Dennis O'Rourke (izquierda), de la Universidad de Kansas, a quien se unieron otros genetistas y expertos en genética de indígenas americanos como la profesora Jennifer Raff (derecha), de la misma unversidad.

"Además, estudios recientes de ADN antiguo proveniente de Asia revelan que los dos pueblos se separaron de un ancestro común mucho antes", agrega el profesor O'Rourke.

Junto con su colega universitario y coautor Justin Tackney, O'Rourke y Raff ya habían llevado a término el primer análisis de ADN antiguo de restos humanos de la Edad de Hielo hallados en Alaska en 2016.

Poco antes de la publicación del documento, se publicaron otros dos nuevos estudios sobre temas relacionados.

Un artículo de genética sobre la población japonesa moderna concluyó que la misma tiene su origen en tres migraciones separadas, en lugar de dos, como se creía anteriormente. Además, ofrece más apoyo a las conclusiones de los autores sobre la falta de una relación biológica entre el pueblo Jomon y los indígenas americanos.

Y, a fines de septiembre, los arqueólogos informaron en otro artículo del sorprendente descubrimiento de huellas antiguas en Nuevo México (derecha) que datan de hace 23.000 años, descritas como "evidencia definitiva" de gentes en América antes del Último Máximo Glacial, es decir, antes de que los glaciares en expansión probablemente cortaran el acceso a esta zona de América desde el puente terrestre de Bering hasta el Hemisferio Occidental. No está claro quién hizo tales huellas y cómo se relacionan con los nativos americanos vivos, pero el nuevo artículo al respecto tampoco proporciona evidencias de que estos últimos se deriven de Japón.

El profesor Scott concluye que "la población primigenia de Jomon representa una de las fuentes menos probables para los pueblos nativos americanos en comparación con cualquiera de otras poblaciones no africanas".

Las limitaciones del estudio incluyen que las muestras disponibles tanto de piezas dentales como de ADN antiguo para la población de Jomon tienen menos de 10.000 años, es decir, no son anteriores al Holoceno temprano, cuando se cree que los 'primeros pueblos' llegaron a América.

Sin embargo, explican los autores que "es de suponer que sean los sustitutos válidos de la población de Jomon primigenia o de las personas que hicieron puntas de piedra en Japón hace 16.000-15.000 años".

Fuentes: Universidad de Nevada | phys.org | 13 de octubre de 2021

Un fósil de mandíbula encontrado en Costa Rica podría ser clave para establecer que hace 12.000 años perros domesticados habitaron en América Central

Los investigadores creen que este fósil de un hueso de la mandíbula encontrado en Costa Rica pertenece a un perro que vivió hace 12.000 años.

El fósil de un hueso de la mandíbula podría probar que los perros domesticados vivían en Centroamérica hace 12.000 años, según un estudio de científicos latinoamericanos.

Los perros, y sus amos, potencialmente vivían junto a animales gigantes, dicen los investigadores. Una excavación de 1978 en Nacaome, al noreste de Costa Rica, encontró restos óseos del Pleistoceno tardío. Posteriormente las excavaciones se reanudaron en la década de 1990 y produjeron los restos de un caballo gigante, Equus sp, un gliptodonte (un armadillo grande), un mastodonte (un antepasado del elefante moderno) y un trozo de mandíbula de lo que originalmente se pensó que era un cráneo de coyote.

"Pensamos que era muy extraño tener un coyote del Pleistoceno, es decir, de hace 12.000 años", dijo a la AFP el investigador costarricense Guillermo Vargas. "Cuando comenzamos a observar los fragmentos de hueso, vimos características que podrían haber sido de un perro, por lo que seguimos buscando, lo escaneamos ... y comprobamos que era un perro que vivía con humanos hace 12.000 años en Costa Rica".

La presencia de perros es una señal de que los humanos también vivían en el lugar. "Nos pareció extraño que una muestra fuera catalogada como coyote porque estos no llegaron a Costa Rica sino hasta el siglo XX".

El investigador costarricense Guillermo Vargas dice que la muestra fósil podría ser la evidencia más antigua de un perro en las Américas.

El primero de su tipo

El coyote es pariente del perro doméstico, aunque con una mandíbula diferente y dientes más puntiagudos.

"El perro se come las sobras de la comida humana y sus dientes no son tan determinantes en su supervivencia", afirma Vargas. "En el caso del perro, cuando es doméstico, la mandíbula cambia, los dientes tienen menos cúspides, son menos puntiagudos y no son para destrozar huesos y carne", detalla Vargas. "Caza presas grandes con sus compañeros humanos, y esto refleja esa diferencia".

Se cree que los seres humanos emigraron a las Américas a través del Estrecho de Bering desde Siberia hasta Alaska durante la última gran Edad de Hielo.

"Los primeros perros domesticados ingresaron al continente americano hace unos 15.000 años, producto de la migración de los asiáticos a través del Estrecho de Bering", dice Raúl Valadez (izquierda), biólogo y zooarqueólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México. "Nunca ha habido perros sin gente", agrega Valadez a la AFP por teléfono.

La presencia de seres humanos durante el Pleistoceno ha sido atestiguada en México, Chile y Patagonia, pero nunca en Centroamérica, hasta ahora. Pero la presencia de perros confirmaría que también hubo gente con ellos "Este podría ser el perro más viejo de América", sostiene Vargas. Hasta ahora, los restos de perros atestiguados más antiguos se encontraron en Alaska y tienen 10.150 años. "El binomio de perro-humano es inseparable. No hay perros sin humanos (...). A veces no se profundiza en lo que puede significar un hallazgo de estos, pero puede reconstruir la historia del hombre", dice Valadez.

La Universidad de Oxford se ha ofrecido a realizar pruebas de ADN y datación por carbono de la muestra fósil hallada, a fin de descubrir más información genética sobre el animal y su antigüedad. El fósil se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Costa Rica, pero la muestra no se puede volver a identificar como un perro sin la validación de una publicación especializada.

"Este descubrimiento de un perro sería la primera evidencia de humanos en Costa Rica durante un período muy anterior de lo que se ha venido pensando hasta ahora", declara Vargas. "Nos muestra que había sociedades que podían tener perros, que tenían excedentes de comida, que tenían perros por su propio deseo y que no eran perros que pudieran causar daño".

Tope de Cetro o Bastón con representación de cabeza de perro sin contexto arqueológico, objeto de uso simbólico. Se han encontrado este tipo de piezas en la Gran Nicoya y en la Región Central. Colección Museo Nacional de Costa Rica

Vargas, junto con la experta en nuevas tecnologías Natalia Rodríguez, también costarricense, y la gestora cultural nicaragüense, Myrna Báez, forman parte de un grupo multidisciplinario y transfronterizo que, con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México, investiga desde hace seis años la relación de las culturas prehispánicas con estos animales. Su trabajo de investigación se enmarca en el Proyecto "Xulo", cuyo nombre alude al perro en lengua originaria de la zona arqueológica Gran Nicoya (Costa Rica).

Fuentes: phys.org | teletica.com | delfino.cr | 12 de octubre de 2021