El hallazgo de un taller para embalsamar cuerpos desvela los misterios de la momificación egipcia

Recreación de la momificación de un cadáver egipcio. Ilustración: Nikola Nevenov

Saqqara, uno de los principales complejos funerarios del Antiguo Egipto, situado al sur de El Cairo, es uno de los yacimientos que más sorpresas arqueológicas ha reportado en los últimos años sobre la civilización de los faraones. En 2018, una misión germano-egipcia anunció el descubrimiento del primer taller de momificación subterráneo intacto a unos metros al sur de la pirámide del faraón Unas

Datado en la época de la Dinastía XXVI (664-525 a.C.) esta suerte de funeraria incluía una estructura multifuncional en la superficie, un pozo de 13 metros de profundidad donde se preparaban los cuerpos para el viaje hacia el más allá, y un espacio comunitario de enterramiento a unos 30 metros bajo tierra con medio centenar de momias.

El excepcional hallazgo, que protagonizó además un documental de National Geographic, se completó -en el taller subterráneo donde se embalsamaban los cadáveres- con un conjunto de 121 recipientes cerámicos utilizados por hábiles artesanos durante el proceso. Los tiestos y vasijas conservaban restos orgánicos y estaban inscritos con instrucciones en escritura hierática y demótica sobre qué sustancia aplicar sobre cada parte del cuerpo o sobre las vendas de lino, con los nombres de los propios ungüentos o incluso con el título de un administrador de la funeraria de la necrópolis.

Zona de excavación del Proyecto Tumbas Saítas de Saqqara. Detrás, la pirámide de Unas y, al fondo, la pirámide escalonada de Zoser. Foto: S. Beck (Saqqara Saite Tombs Project, Universidad de Tubinga, Alemania).

El análisis científico de los restos moleculares de 31 de estos recipientes ha permitido a un equipo de investigadores de las universidades Ludwig Maximilian (Múnich) y de Eberhard Karls (Tubinga) comprender qué sustancias químicas se usaron durante la momificación, cómo se mezclaban, cómo se las denominaba y cómo fueron aplicadas. Por ejemplo, se han determinado tres combinaciones diferentes (que incluían sustancias como resina de elemí, resina de árbol de pistacia, subproductos de enebro o ciprés y cera de abejas) las cuales se usaban específicamente para embalsamar la cabeza, algo totalmente desconocido hasta ahora, y otras eran empleadas para limpiar el cuerpo o ablandar la piel.

"El descubrimiento de las instalaciones de embalsamamiento que presentamos cambia nuestro conocimiento y comprensión de la momificación egipcia", destacan los arqueólogos en un artículo publicado este miércoles en la revista Nature. Hasta ahora, el famoso tratamiento de los cadáveres que desarrolló la civilización egipcia se conocía gracias a dos fuentes principales: los relatos recogidos en los papiros —y en otros textos clásicos como las obras de Heródoto o Diodoro de Sicilia— y los análisis de residuos orgánicos identificados en las momias. Sin embargo, aunque algunos estudios habían podido determinar los ungüentos empleados, quedaban todavía varios enigmas por resolver.

Recipientes cerámicos recuperados en el taller de momificación de Saqqara. M. Abdelghaffar.

El arte de momificar

Durante más de 3000 años, los antiguos egipcios conservaron artificialmente los cuerpos de humanos y animales con el objetivo de proporcionar un hogar permanente para sus almas. En el transcurso de alrededor de 70 días, se pensaba que la momificación y los rituales religiosos asociados (oraciones, quema de incienso, unción y envoltura del cuerpo) transformaban al difunto -un ser terrenal- en un ser divino. El cuerpo vulnerable se convertía en una momia resistente. La momificación evolucionó con el paso del tiempo y varió según la riqueza del fallecido, las preferencias personales, los cambios de moda y creencias, y la habilidad y el estilo de los embalsamadores.

"Conocemos los nombres de muchos de estos ingredientes para embalsamar desde que se descifraron los antiguos escritos egipcios", explica Susanne Beck (izquierda), de la Universidad de Tubinga y codirectora de las excavaciones en el yacimiento (Ramadan Hussein, que lideraba los trabajos, falleció el año pasado de forma repentina). "Pero hasta ahora solo podíamos intuir qué sustancias había detrás de cada nombre".

Maxime Rageot (derecha), arqueólogo también de la Universidad de Tubinga y responsable del proyecto científico, y que igualmente ha contado con la colaboración del Centro Nacional de Investigación de El Cairo, añade en este sentido: "La sustancia etiquetada por los antiguos egipcios como 'antiu' se ha traducido durante mucho tiempo como mirra o incienso. Pero ahora hemos logrado demostrar que, en realidad, es una mezcla de ingredientes muy diferentes que pudimos separar con la ayuda de cromatografía de gases/espectrometría de masas". El antiu utilizado en la necrópolis de Saqqara era una combinación de aceite de cedro, aceite de enebro y ciprés y grasas animales. El sefet, uno de los siete aceites sagrados, resultó ser un ungüento a base de grasa perfumada con aditivos vegetales.

En sus conclusiones, los investigadores consideran que los especialistas en el proceso de momificación fueron conscientes tanto de las propiedades químicas como de la bioactividad de las sustancias utilizadas y desarrollaron un conocimiento complejo sobre la preparación de diferentes bálsamos de ingredientes particulares.

Una persona momificada junto a frascos canopos, utilizados para albergar los organos del fallecido

Pero lo que más les ha sorprendido ha sido la procedencia de algunos de los materiales para embalsamar. La resina de elemí —uno de los dos materiales que hasta ahora nunca se había identificado en las excavaciones junto a la de damar— llegaba a Egipto desde el África tropical o las selvas del sudeste asiático, la de Pistacia de algún rincón del Mediterráneo, el betún —solo recuperado en las vasijas del pozo funerario— probablemente venía de la zona del mar Muerto y el aceite de cedro también del Levante, de las actuales regiones de Líbano y Siria. Según los arqueólogos, estos descubrimientos confirman no solo la complejidad de las prácticas de embalsamamiento, sino que desvelan redes de comercio a larga distancia a través del Mediterráneo y el océano Índico.

"En última instancia, la momificación egipcia probablemente desempeñó un papel importante en la aparición de las redes globales", dice Rageot. "Se necesitaban grandes cantidades de estas resinas exóticas". Philipp W. Stockhammer (izquierda), arqueólogo de la Universidad Ludwig Maximilian, concluye: “En el proceso de embalsamamiento, una vez sacado el cuerpo de la sal de natrón [para desecarlo], la piel enseguida corre el riesgo de ser colonizada por microbios, que la devorarían. Sabían qué sustancias necesitaban poner en la piel, compuestos antibacterianos y antifúngicos para mantenerla bien conservada”. Tenían conocimientos microbiológicos, sin saber de bacterias. "Además, gracias a todas las inscripciones en los recipientes, en el futuro podremos descifrar aún más el vocabulario de la química del Antiguo Egipto de la que no entendíamos lo suficiente hasta la fecha".

Fuente: elespanol.com | elpais.com | 1 de febrero de 2022

El Museo Arqueológico de Cartagena (Murcia) acoge una muestra de más de 200 lucernas romanas

El Museo Arqueológico Municipal de Cartagena 'Enrique Escudero de Castro' (Murcia), acoge hasta el próximo 23 de abril la exposición 'El resplandor de Roma: las lucernas romanas del sur de la Cartaginense'. Muestra con 200 lucernas romanas -lámparas alimentadas con aceite de oliva-, que han sido cedidas por museos de toda la Región de Murcia.

"El Resplandor de Roma es un proyecto expositivo que nació de la colaboración entre el Museo Arqueológico de Cartagena con el Museo Arqueológico de Murcia. Un proyecto que cuenta también con el apoyo de la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia" comentaba el concejal del área de Cultura, David Martínez Noguera, en el acto inaugural este pasado jueves, 26 de enero, en el que también se encontraba Pablo Braquehais, director general de Patrimonio Cultural de la Región.

"La exposición, gracias al préstamo de todos los museos de la Región de Murcia, ha logrado reunir más de 200 lucernas romanas. A través de estas piezas, el visitante podrá observar la evolución que ha tenido la lucerna en la cultura romana. Desde las primeras producciones helenísticas, del siglo III a.C., hasta las últimas lucernas de época paleocristiana -siglo VII d.C-" comentó Martínez Noguera.

Por lo tanto, se podrá ver la evolución de las lucernas, a través de 800 años de historia. Ese pequeño utensilio que se hizo indispensable en la vida cotidiana del Imperio Romano para alumbrar las noches de cualquier espacio doméstico, incluso público. Y que, igualmente, tuvo un notorio protagonismo en rituales religiosos y funerarios.

"Más de doscientas lucernas, con una riquísima y múltiple iconografía, que hoy contemplamos frías, apagadas, pero que en tiempos pasados podríamos imaginar llameantes. Disipando las oscuridades de las noches de cualquier 'domus' romana y permitir los quehaceres, el ocio y el estudio de muchas personas durante las horas nocturnas, haciendo más fácil la existencia del hombre" añadió el concejal de Cultura".

Las lucernas son una demostración de la extensa producción cerámica romana. Lejos de ser únicamente una solución a una necesidad básica, también tuvieron un sentido estético y espiritual.

Las piezas han llegado de los museos de Águilas, Alhama, Bullas, Caravaca, Cieza, Cehegín, Jumilla, Lorca, Mazarrón, Murcia, Mula, del Museo del Foro Romano, piezas del Teatro Romano de Cartagena y del ARQVA.

Fuente: murcia.com | 27 de enero de 2022

Un estudio sobre la caza de elefantes por los neandertales sugiere que estos constituían grupos más grandes de lo que se ha supuesto

Reconstrucción de un grupos de neanertales cazando un elefante. Copyright Benoît Clarys, cortesía del proyecto Schöningen.

Los neandertales pudieron haber vivido en grupos más grandes de lo que se creía anteriormente, gracias a la caza de elefantes enormes, los cuales eran hasta tres veces más grandes que los actuales, según un nuevo estudio.

Los investigadores llegaron a sus conclusiones, publicadas en la revista Science Advances, basándose en el examen de los restos óseos de elefantes de colmillos rectos de 125.000 años de antigüedad encontrados cerca de Halle, en el centro de Alemania.

Los huesos de alrededor de 70 elefantes de la era del Pleistoceno fueron descubiertos en la década de 1980 en una enorme cantera de carbón que, desde entonces, se ha convertido en un lago artificial. Los elefantes de la época eran mucho más grandes que el mamut lanudo y tres veces el tamaño del elefante asiático actual. De hecho, un macho adulto podía pesar hasta 13 toneladas métricas.

"Cazar estos animales gigantes y aprovecharlos por completo era parte de las actividades de subsistencia de los neandertales en este lugar", dijo a la AFP Wil Roebroeks (izquierda), coautor del estudio. "Esto constituye la primera evidencia clara de la caza de elefantes en la evolución humana", añade Roebroeks, profesor de arqueología en la Universidad de Leiden en los Países Bajos.

El estudio sugiere que los neandertales que vivieron en el área durante 2000 a 4000 años eran menos móviles y "formaban unidades sociales sustancialmente más grandes de lo que comúnmente se ha venido considerando".

"Los neandertales no eran simples esclavos de la naturaleza, una especie de 'hippies' originales que vivían de la tierra", aclara Roebroeks. "En realidad estaban dando forma a su entorno mediante el fuego... y también al provocar un gran impacto en los animales más grandes que había en el mundo en ese momento".

Sabine Gaudzinski-Windheuser, directora del Centro de Investigación Arqueológica de Monrepos (Huesca), examina el fémur de un gran elefante macho adulto en busca de marcas de corte hechas por herramientas de pedernal utilizadas por los neandertales.

'Bombas de calorías'

Los investigadores determinaron que los elefantes habían sido cazados, y no solo carroñeados, debido al perfil de edad y sexo de los restos encontrados en la cantera. La mayoría de ellos eran machos y había pocos jóvenes o viejos. "Era una selección típica realizada por cazadores que buscan la presa más grande", precisa Roebroeks.

"Los elefantes machos adultos habrían sido más fáciles de cazar que las hembras, pues estas últimas tienden a moverse en manadas para proteger a sus crías. En cambio, los machos adultos eran animales solitarios la mayor parte del tiempo", explica Roebroeks. "Por tanto, eran más fáciles de inmovilizar, llevándolos a trampas de lodo, pozos y acantilados. Eran las bombas calóricas más grandes que andan por estos paisajes".

Los investigadores dijeron que los neandertales podían conservar las enormes cantidades de comida que suponía un solo elefante y que podía mantenerlos durante meses. "Un elefante macho promedio de unas 10 toneladas habría proporcionado, como mínimo, 2500 raciones diarias a un neandertal adulto", puntualiza Roebroeks. "Podían lidiar con tal circunstancia, bien fuera a fuerza de preservar la carne por períodos de tiempo más largos, lo que es algo que no sabemos a ciencia cierta, o, simplemente, la consumían entera por el hecho de que vivían en grupos mucho más grandes de lo que comúnmente se ha inferido".

Marcas de corte en el hueso del pie de un elefante hechas con herramientas de piedra.

Marcas de corte

Los investigadores dijeron que los neandertales usaron herramientas de pedernal para cazar a los animales, lo cual dejó huellas claras en los restos óseos bien conservados. "Son marcas de corte clásicas que se generan al diseccionar y desprender la carne de los huesos", dijo Roebroek

También se encontraron rastros de fuegos de carbón vegetal utilizados por los neandertales, lo que sugiere que pudieron haber secado la carne colgándola en estantes y poniendo un fuego debajo.

Representación artística de neandertales cazando elefantes.

Roebroeks dijo que, si bien el estudio proporciona evidencias de que los neandertales vivían en grandes unidades sociales, es difícil estimar exactamente qué tan grandes eran esos grupos en realidad.

"Ahora bien, si tienes un elefante de 10 toneladas y quieres dar cuenta de la carne de ese animal antes de que se pudra, necesitas unas 20 personas comiendo la misma durante una semana", concluye.

Fuente: phys.org | 1 de febrero de 2023

Encuentran una antigua estatua de Hércules en un parque de Roma

Una antigua estatua de mármol que representa a Hércules sorprendió a un grupo de arqueólogos que realizaba una excavación en el Parque Scott de Roma para reparar el alcantarillado en la zona sur de la ciudad, tras el hundimiento de una tubería.

La estatua, cuyo origen exacto tendrá que determinarse en estudios posteriores, es de tamaño natural y cuenta con los elementos identificativos de Hércules: un garrote y la leonté, la piel de león que le cubre la cabeza, confirmaron este jueves a EFE fuentes del Parque Arqueológico del Appia Antica.

El hallazgo se produjo el pasado miércoles después de semanas de excavación "completamente desprovistas de interés arqueológico", indicó el entorno arqueológico en sus perfiles de redes sociales.

"El área, valiosa desde el punto de vista naturalista, es también un área de interés arqueológico: de hecho, estamos cerca del Sepulcro de Priscila en la segunda milla de la Via Appia Antica", añadió esa publicación en redes sociales sobre esta conocida avenida, una de las más importantes de la Roma Imperial al unir la capital con el puerto de Bríndisi, en el mar Adriático.

Lugar donde se encontró la escultura de Hércules, el parque Scott de la Vía Apia, durante unas labores de reestructuración.

Los trabajos de excavación alcanzaron una profundidad superior a los 20 metros y fueron supervisados por la arqueóloga Federica Acierno, quien declaró: "Como sabéis, la escultura no estaba en su contexto original porque en el siglo pasado fue arrojada de nuevo a una zanja hecha para el tendido del antiguo conducto de alcantarillado que atraviesa Scott Park. Desgraciadamente no disponemos, por tanto, de datos estratigráficos que nos puedan ayudar a definir su datación. Para llegar a la identificación y cronología de la escultura debemos buscar comparaciones y analizar esculturas similares, que es una de las principales actividades posteriores a la excavación arqueológica.

Durante estos primeros análisis, encontramos bastante similitud entre el retrato de nuestro personaje disfrazado de Hércules y el emperador Cayo Mesio Quinto Trajano Decio (derecha), más conocido como Decio Trajano, que reinó del 249 al 251, cuando fue asesinado, junto con con su hijo Herenio Etrusco, en la batalla de Abrito entre godos y romanos.

El rostro de 'nuestro Hércules', aunque corroído, parece compartir las 'arrugas de angustia' con los retratos oficiales de Decio, que recuerdan el retrato republicano romano y pretendían representar la preocupación por el destino del Estado, virtud valorada muy positivamente en los altos cargos del imperio. Otros rasgos característicos son el tratamiento de la escasa barba y la morfología de los ojos, nariz y labios.

Esta es una primera hipótesis de trabajo: después de la limpieza, surgirán más elementos que pueden confirmarla o orientar hacia otras identificaciones. De hecho, estamos examinando todas las posibilidades, incluido el retrato privado, considerando siempre que nuestro personaje, representado bajo la apariencia de Hércules, probablemente haya sido una figura destacada".

Esta semana, otra excavación arqueológica en Roma sacó a la luz varios objetos antiguos, como un busto masculino de mármol del siglo II d.C., una extraña moneda del año 700 y un anillo de bronce con un monograma del siglo VI, que se encontraban enterrados frente a las Termas de Caracalla.

En los trabajos, que se iniciaron para localizar el origen de la Vía Appia, también se encontraron fragmentos de vidrio y cerámicas, algunas de ellas decoradas, así como los restos de un ánfora, una columna con una inscripción, antiguos juegos de mesa, además de mosaicos. EFE.

Fuentes: swissinfo.ch |facebook.com/archeoappia | facebook.com/archeoappia/posts | 26 de enero de 2023

Hallan en Etiopía un taller de elaboración de bifaces de obsidiana de hace 1, 8 millones de años

Las extensas acumulaciones de artefactos de obsidiana en el nivel c. Vista general del nivel y detalle de la densidad de artefactos a lo largo del acantilado (a) y el recuadro (b). Vista general (c) y detalle (d) de la concentración de artefactos (principalmente hachas de mano) en el pozo de prueba de 2004. Crédito: Nature Ecology & Evolution (2023).

Un equipo de investigadores afiliados a varias instituciones en España, en colaboración con dos colegas de Francia y otro de Alemania, ha descubierto un taller de fabricación de hachas de obsidiana de hace 1,2 millones de años en el valle de Awash, en Etiopía. En su artículo publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, el grupo describe dónde se encontraron las hachas de mano, su condición y su antigüedad.

La Edad de Piedra duró desde hace aproximadamente 2,6 millones de años hasta aproximadamente el 3.300 a. C., cuando comenzó la Edad del Bronce. Los historiadores generalmente dividen la era en los períodos Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. Investigaciones anteriores han demostrado que los "talleres de talla" aparecieron en algún momento durante el Pleistoceno Medio, en Europa, hace aproximadamente 774.000 a 129.000 años.

Dichos talleres se desarrollaron a medida que la fabricación de herramientas se convirtió en una habilidad. Los individuos que llevaron a cabo tales habilidades trabajaron juntos en talleres para producir suficientes herramientas que cubriesen sus necesidades en el área donde se ubicaban. Una de esas herramientas era el hacha de mano, que podía usarse para cortar o como arma.

Bifaz de obsidiana descubierta cerca del Lago Langano, Etiopía - Museo Melka Kunture

Las hachas de mano se fabricaban tallando lascas de un núcleo de piedra para hacerle un borde afilado. No se pegaban o enmangaban a nada, simplemente se agarraban con la mano cuando estaban en uso. Los núcleos de piedras utilizados eran, normalmente, pedernal, y, en tiempos posteriores, obsidiana, un tipo de vidrio volcánico. La obsidiana, incluso en los tiempos modernos, se considera un material difícil de trabajar, dado que es muy áspera para las manos.

En un nuevo esfuerzo de investigación, los arqueólogos han encontrado evidencias de un taller en el que se elaboraban hachas de mano de obsidiana mucho antes de lo que se había comprobado anteriormente.

El equipo de arqueólogos estaba trabajando en un yacimiento denominado Melka Kunture cuando encontraron un hacha de mano enterrada en una capa de los sedimentos. Pronto encontraron más, hasta un total de 578 hachas, y todas menos tres estaban elaboradas con obsidiana. La datación de tales hachas mostró que tenían aproximadamente 1,2 millones de años de antigüedad.

El estudio de las mismas mostró que todas habían sido elaboradas de la misma manera, lo que indicaba que habían encontrado un antiguo taller de tallado de obsidiana. El hallazgo supone el ejemplo más antiguo conocido de un taller de este tipo y el primero de su clase fuera de Europa. Los arqueólogos señalaron que es complicado todavía identificar con seguridad a los homínidos que hicieron estas hachas.

Fuente: phys.org | 26 de enero de 2023